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CUADERNOS DE

ARTÍCULO
MEDICINA PSICOSOMÁTICA Y PSIQUIATRÍA DE ENLACE

Aspectos Neurobiológicos y Neuropsicológicos del


trastorno por estrés postraumático
Neurobiological and Neuropsychological contents in posttraumatic
stress disorder
Raquel Seijas Gómez
Recibido: 01/02/12
Aceptado: 01/10/12

Resumen

En la actualidad, encontramos numerosa bibliografía sobre los hallazgos cerebrales en el


Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT). Se han revisado los estudios publicados en la
última década, tratando de determinar las alteraciones estructurales y/o funcionales más pre-
valentes, y que podrían correlacionarse con la sintomatología característica del TEPT. En base
al rendimiento cognitivo característico de estos pacientes, se plantea la rehabilitación neuropsi-
cológica de cara a potenciar la eficacia de los tratamientos psicológicos establecidos para este
trastorno.

Pal abras Cl av e: Neuropsicología. Trastorno por estrés postraumático. Flashbacks. EMDR.

Summary

Currently, we have enough literature on brain findings in pos-traumatic stress disorder


(PTSD). Studies published in the last decade have been reviewed studies, trying to determine the
functional and/or structural alterations more prevalent, and that might correlate with the PTSD
symptoms. Regarding to cognitive performance in these patients, we purpose a neuropsychologi-
cal rehabilitation to the effectiveness of psychological treatments established for this disorder.

Key wo rds : Neuropsychology. Posttraumatic Stress Disorder. Flashbacks. EMDR.

Psicóloga Interna Residente. Hospital Universitario Son Espases.


Palma de Mallorca.
Co rres po ndenci a: Dra. Raquel Seijas Gómez
Hospital Universitario Son Espases
Carretera de Valdemossa, 79
07010 Palma. Illes Balears.
Correo electrónico: raquel.seijas@ssib.es

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INTRODUCCIÓN A pesar de las diferencias metodológicas y los ses-
gos de los estudios, suele haber coincidencia en las
El Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT zonas afectadas, incluso en estudios publicados más
a partir de ahora) se incluye en los sistemas de de una década después y que emplean muestras di-
clasificación diagnóstica dentro de los Trastornos ferentes (Jones y Moller, 2011). Algunos estudios
de Ansiedad, y se caracteriza por la aparición de encuentran que en pacientes diagnosticados de TEPT,
síntomas característicos que siguen a la exposi- el rendimiento neuropsicológico compromete, ade-
ción a un acontecimiento estresante y extremada- más de a la memoria, a otras funciones (Moore,
mente traumático, donde el individuo se ve expues- 2009). Partiendo de los déficits encontrados, son va-
to a hechos que representan un peligro real para su rios los estudios que tratan de estudiar los efectos
vida o cualquier otra amenaza para su integridad que la psicoterapia produciría a nivel neurobioló-
física. Este síndrome incluye la reexperimenta- gico (Vázquez Rivera, Gómez Magariños, y Gon-
ción del hecho traumático, la evitación de los es- zález-Blanch, 2010), aunque no se obtienen resul-
tímulos asociados a él, el embotamiento de la ca- tados consistentes debido a variabilidad metodoló-
pacidad de respuesta y síntomas persistentes de ac- gica de los trabajos analizados.
tivación; provocando todos ellos un deterioro sig- A pesar de las limitaciones metodológicas de
nificativo a nivel laboral, social o de otras áreas los estudios y la imposibilidad de establecer una
importantes y durante al menos un mes de dura- relación causal y generalizar los resultados, la repli-
ción (Asociación Americana de Psiquiatría, 2002). cación de algunos hallazgos nos lleva a plantear en
Desde su inclusión en la tercera edición del DSM este trabajo las bases neurobiológicas del TEPT, y
en la década de los ochenta (DSM-III, 1980), nu- a proponer un abordaje neuropsicológico en los
merosos estudios han abordado tanto la fenome- programas de intervención con estos pacientes.
nología, en diferentes poblaciones y con diferen-
tes acontecimientos desencadenantes, como los as- MÉTODO
pectos relativos al tratamiento psicológico y far-
macológico. Los avances en la tecnología biomé- Se ha realizado una búsqueda de artículos sobre
dica han permitido estudiar la anatomía y la fisio- neurobiología y neuropsicología del TEPT en plata-
logía cerebral de los pacientes diagnosticados de formas bibliográficas y bases de datos. Los criterios
TEPT. En estos estudios se han empleado, tanto de búsqueda eran los siguientes: artículos de revisión
muestras animales (Yamamoto, ShiroTakei, Fuchi- o metanálisis, con muestras de población adulta, y
kami, Matsuki, Yamawaki y Liberzon, 2009), co- publicados entre 2000 y 2012. Empleando estos tér-
mo muestras humanas. En la última década son minos de búsqueda se obtienen menos de 15 traba-
varios los estudios que emplean muestras de mili- jos en las bases de datos, por lo que, en base a los
tares y población civil, expuesta a acontecimien- hallazgos comunes a los estudios, se amplían los
tos traumáticos con agente causal humano como: términos de búsqueda para obtener datos sobre el
atentados, víctimas de agresiones sexuales, violen- perfil neuropsicológico y el tratamiento del TEPT.
cia machista, accidentes automovilísticos (Shively
y Perl, 2012); o natural, como huracanes, terremo- RESULTADOS
tos, inundaciones (Eren-Koaak, Kılıa, Aydın y Hızlı,
2009), y también población infantil con anteceden- Presentamos a continuación los temas comu-
tes de algún tipo de maltrato físico o psicológico. nes en los artículos analizados y que se describirán
Estos trabajos reflejan alteraciones cerebrales en este trabajo.
anatómicas y funcionales, principalmente en la amíg-
dala, el córtex frontal dorsolateral, ventromedial y MAPA CEREBRAL EN EL TEPT
cingulado, y el hipocampo (Hughes y Shin, 2011).
También destacan alteraciones a nivel psicofisio- El Hipocampo es una de las estructuras límbi-
lógico (Díaz Marsá; Molina, Lozano y Carrasco cas más citada en los trabajos analizados. Algu-
Perera, 2000; Ruiz Solís; Mingote; Fernández Sa- nos estudios de neuroimagen encuentran una re-
las; Gozalo; Varela, y Gómez de la Cámara, 2000). ducción en su volumen, que afecta principalmente

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ESTRUCTURAS y ÁREAS CEREBRALES: amígdala, hipocampo, córtex prefrontal ventromedial, córtex
cingulado anterior, ínsula.
MOLÉCULAS: cortisol, serotonina, MAO-B, Adrenalina, Noradrenalina, Dopamina, Serotonina, Linfocitos.
PRUEBA EMPLEADA: RMf, RED, SPECT, Medida Volumétrica, Potenciales evocados, EEG, marcadores genéticos.
Plataformas: EBSCO-HOST/ PubMed y PSICODOC. Términos empleados: PTSD and Neurobiology, PTSD
and Neuropsychology, TEPT y Neurobiología, TEPT y Neurobiología.

a la sección CA3, al giro dentado y a zonas pos- ción de miedo intenso y la percepción de peligro
teriores; y tras una exposición permanente a glu- que la persona ha experimentado ante determinado
cocorticoides; junto a una disminución del volu- evento. Le Doux (2000) fue el primer autor que
men en la región CA1(Wang, Neylan, Mueller destacó el papel de una pequeña estructura cerebral
S.G et al, 2010), y que aparece lateralizada en el en el condicionamiento del miedo, comprobando
hemisferio derecho (Karl, Schaefer, Malta S et al. cómo la lesión de esta pequeña estructura impedía
2006). Otros estudios reflejan resultados opues- el aprendizaje asociativo aversivo. Los estudios so-
tos, al describir una reducción volumétrica en bre el tamaño de la amígdala en personas con TEPT
pacientes no clínicos y que solo se hacía evidente son más escasos que los de neuroimagen funcio-
en la muestras adultas (Woon, Sood y Hedges, 2010). nal, y no parece haber un consenso entre los re-
La permanencia temporal de esta disminución en sultados hallados. Un reciente metaanálisis sobre
el volumen ha sido defendida por Bonne et al la relación entre la amígdala y el TEPT (Woon y
(2008), al describirla en sujetos que han experi- Dawson, 2009a), no encuentra diferencias signifi-
mentado el suceso traumático en su infancia y cativas entre población clínica y no clínica, sin
aquellos que los han sufrido en la adultez. embargo, refiere en ambos grupos un mayor
La disparidad de los resultados hallados sobre volumen en la amígdala derecha. Otros estudios
esta estructura puede deberse a los sesgos proce- que emplean, en este caso, una muestra infantil,
dentes de otras variables muestrales, como: el ni- también descartan diferencias significativas (Glae-
vel de inteligencia previa, la toma de medicación sser, Neuner, Lütgehetmann, Schmidt y Elbert,
psicotrópica y el sexo (Hughes y Shin, 2011). En 2004).
relación a la primera variable, Woon y Dawson A nivel cortical, el TEPT crónico correlaciona
(2009) resaltan el papel protector que tiene la lla- con una reducción en la sustancia gris prefrontal
mada reserva cognitiva y la correlación de esta dorsolateral, parietal y en el córtex cingulado an-
con el nivel de inteligencia en el desarrollo de la terior. La duración del trastorno es directamente
sintomatología de TEPT, y cómo puede llegar a proporcional a la reducción de sustancia gris en
estar relacionada con una menor permanencia de estas estructuras (Eckart, Stoppel, Kaufmann et
la sintomatología (Eren-Koaak, Kılıa, Aydın y al., 2011; Hughes y Shin, 2011).
Hızlı, 2009). Otras variables contaminadoras son En los últimos años se han empleado moder-
la toma de medicación psicotrópica, la variable se- nas técnicas funcionales que permiten la objetiva-
xo y la influencia hormonal femenina. En rela- ción de lesiones inapreciables con los métodos
ción a esta última, y a pesar de la mayor prevalen- tradicionales, como la tomografía por emisión de
cia del TEPT en las mujeres, no se encuentran di- positrones y la resonancia magnética funcional
ferencias significativas entre sexos en el tamaño (Lanius, Williamson, Densmore et al. 2001); des-
del hipocampo además de, paradójicamente, una cribiéndose alteraciones en la amígdala, córtex cin-
mayor proporción de hormona del crecimiento y gulado anterior, el hipotálamo, y en la secrección
menor reducción asociada a la edad en la muestra hormonal del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal
femenina (Woon y Hedges, 2011). (HPA) (Le Doux, 2000; Otte, Lenoci, Metzler et
Tal y como se ha destacado previamente, uno al, 2005; Shin, Lasko, Macklin et al, 2009). La ac-
de los aspectos definitorios del TEPT es la reac- tivación de este eje está relacionado con la res-

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puesta de estrés y activación del organismo, por (Milad, Pitman, Ellis, Gold, Shin, Lasko et al,
eso ha sido incluido en muchos de los estudios 2009). Además, algunos autores defienden la vul-
sobre el TEPT. Algunos autores, han llegado a nerabilidad genética en este trastorno (Blumenfeld
plantear la influencia que puede tener la activa- y Ranganath, 2007); implicando principalmente a
ción disfuncional de este eje en edades tempranas los genes reguladores de la producción de DA,
y su mantenimiento a lo largo del tiempo, predis- 5HT GABA, NA, y CREB, entre otros (Segman,
poniendo al sujeto a responder de una forma in- Cooper-Kazan, Macciardi et al, 2002). El registro
crementada ante cualquier estímulo percibido co- electroencefalográfico anormal se ha planteado
mo peligroso y actuando como factor de riesgo también como variable predisponente al TEPT, y
para el desarrollo posterior de TEPT (Yehuda , Flo- que incluso permanecería alterada tras la recupera-
ry, Pratchett, Buxbaum, Ising, Holsboer 2010). ción temporal del episodio traumático; afectando
Estos mismos autores, además del grupo de tra- al córtex cingulado anterior, tálamo y córtex pre-
bajo de Daniels (Daniels, Frewen, McKinnon y frontal ventromedial (Lewine, Thomas, Provencal,
Lanius 2011), llegan a describir un modelo sobre Edgar, Miller y Caniv, 2002).
la influencia del maltrato infantil en la fisiopatolo-
gía cerebral (disfuncionalidad en el eje HPA, hi- RENDIMIENTO NEUROPSICOLÓGICO
pervigilancia y respuesta incrementada ante estí- EN EL TEPT
mulos neutros) y el desarrollo emocional (anun-
ciando alteraciones en la regulación afectiva y la Los estudios analizados son inconsistentes res-
autoconciencia y la empatía). La exposición tem- pecto al perfil de rendimiento neuropsicológico
prana a estresores incidiría en el patrón de reacti- en el TEPT, porque, de nuevo, el rendimiento cog-
vidad del sistema nervioso, mediante una alta tasa nitivo puede haber estado influido por variables
de respuestas en reposo y/o alta tasa de respuestas como la comorbilidad con otros trastornos de an-
de miedo (la tensión sanguínea e hiperactividad siedad y el nivel de inteligencia premórbido (Ko-
noradrenérgica permiten distinguir entre sujetos çac et al, 2009).
clínicos y no clínicos en población militar, ade- En pacientes con TEPT y daño cerebral adquiri-
más de incidir en el sistema opiáceo endógeno do, se han visto alteraciones en las funciones de:
(Martín y De Paúl, 2004). atención focalizada, sostenida, alternante y selecti-
Otra estructura cerebral que parece estar afec- va; memoria a largo plazo y memoria de trabajo
tada en el TEPT es el córtex prefrontal ventrome- (Morey et al 2009; Brenner, Ladley-O’Brien, Har-
dial, implicado tanto en la evaluación de la rele- wood, Filley, Kelly, Homaifar, Adler, 2009; Schwei-
vancia de los estímulos del medio, como en la zer y Dalgleish 2011; Coste, Agar, Petitfour, Qui-
expresión emocional (Tirapu Ustárroz, Rios La- nette, Guiller - Girard, Azouvi y Piolino, 2011),
gos, Maestú Unturbe, 2011). La hiperactivación, y control inhibitorio (Aupperle, Melrose, Stein, Pau-
o bajo umbral de reactividad característica de los lus, 2008). A grandes rasgos, todos los estudios
sujetos diagnosticados de TEPT, podría estar rela- señalan una hiperactivación de zonas implicadas
cionada con la hiperactivación del estriado y del en el procesamiento emocional (amígdala, áreas
córtex somatosensorial; junto a una hipoactiva- sensoriales primarias) y la hipoactivación de áreas
ción simultánea del córtex prefrontal orbitofrontal cerebrales (principalmente córtex prefrontal dorso-
derecho. Los sujetos que presentaban este patrón lateral) implicadas en la monitorización e integra-
de respuesta cerebral tenían dificultades para inhi- ción de estos episodios en la memoria semántica,
bir respuestas motoras en tareas como el paradig- produciéndose así los flashbacks (Bombardier, Fann,
ma Go-No go, y dicha capacidad aparecería latera- Temkin, Esselman, Pelzer,Keough, et al, 2006,
lizada en el córtex derecho (Falconer, Bryant, Fel- Diamond, Campbell, Park, Halonen y Zoladz,
mingham, Kemp y Gordon, 2008). 2007; Geraerts, Lindsay, Merckelbach, Jelicic, Ray-
Hay que destacar que las alteraciones en las maekers, Arnold, et al, 2009; Daniels, McFarla-
estructuras cerebrales mencionadas, podrían estar ne; Bluhm, Moores, Clark, Shaw, 2010). En re-
afectadas antes de desarrollarse el trastorno, y ser lación a esto, algunos autores han llegado a rela-
un factor de riesgo para el desarrollo del mismo cionar el desarrollo del TEPT, demorado por el

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papel oxidativo del estrés en el hipocampo (Bre- der Helm y Walker, 2009), una mayor latencia de
win et al., 2010). Algunos autores han llegado a entrada en esta fase, menor sueño total, mayor can-
describir una especialización hemisférica para la tidad de movimientos oculares rápidos (Mellman,
recuperación voluntaria e involuntaria de estos Pigeon y Nowell, 2007), y alteraciones electrofi-
eventos, opuesta a la hallada en población no clí- siológicas como incremento del tono muscular,
nica (Blumenfeld et al, 2007). incremento de la activación cortical (metabolitos
Las memorias de acontecimientos traumáticos de NA), incremento de la tasa cardíaca, alteracio-
se han categorizado como persistentes en el tiem- nes en los patrones de respiración, pesadillas y
po (Hiskeya, Luckiea, Daviesa y Brewin, 2008; terrores nocturnos (La Marche y De Koninck,
Hackmann, Ehlers, Speckens y Clark, 2004), 2007a; Vanderploeg, Belanger y Curtis, 2009).
aunque con posibilidad de que pudiesen variar su Los estudios mencionados, previamente pare-
contenido (Zola, 1997), premonitorias (Brewin, Gre- cen dibujar el papel del sueño en la consolidación
gory, Lipton y Burgess, 2010), inexactas (Brewin, de las memorias. Sin embargo, sería interesante
2007), con carácter de viveza (consecuente a una plantearse si sería posible desarrollar un TEPT
mayor activación fisiológica), elicitadas ma- cuando no hay una consolidación de las memorias
yormente ante estímulos visuales (frente a los ver- traumáticas, como puede ocurrir en la amnesia
bales), y desorganizadas (Rubin, Boals y Bernt- postraumática secundaria a un traumatismo, lle-
sen, 2008). Esta desorganización en los conteni- gando a describir un patrón diferencial o subtipo
dos (Brewin, 2007a), la sensación de realidad de de TEPT en estos casos (Jones, Harvey, Brewin,
las mismas, las interpretaciones negativas y la 2005).
supresión de pensamientos referidos a ellas son fac- Los estudios al respecto son escasos, mues-
tores predictores del curso del TEPT (Mellman, tran opiniones opuestas y emplean muestras redu-
Pigeon y Nowell, 2007). Sin embargo, los resul- cidas (Glaesser, Neuner, Lütgehetmann, Schmidt,
tados de otros estudios no reflejan una mayor es- Elbert, 2004; Gil, Caspi, Ben-Ari, Klein, 2006).
tructuración de estas memorias tras el tratamiento Berthier et al (1998) describen por primera vez la
psicológico (Jones, Harvey y Brewin, 2007b), me- reactivación del cuadro de TEPT tras sufrir un da-
jorando sin embargo otras funciones cognitivas su- ño cerebral traumático y sin haber una recupera-
periores (Walter, Palmieri y Gunstad, 2009). ción voluntaria previa, ejemplificándolo en dos
En varios trabajos, el carácter intrusivo e in- casos clínicos. Algunos autores defienden que la
voluntario de los flashbacks se ha explicado alu- recuperación voluntaria del evento traumático en
diendo al papel del sueño en la codificación de las las 24 horas siguientes a este, sería un factor de
mismas; durante el sueño cuando se produce la riesgo para el desarrollo del TEPT a largo plazo
integración y consolidación de las memorias, gra- (Gil, Zilberman, Koren y Klein, 2005). La falta
cias al trasvase de información desde el hipo- de consenso respecto a la necesidad de que se al-
campo hacia el córtex prefrontal (Schretlen y Sha- macenen los sucesos traumáticos se plantea, tam-
piro, 2003). Concretamente, las características de bién, en el llamado Síndrome Posconmocional
la fase REM del sueño (los movimientos ocula- (Pelegrín Valero, Fernández Guinea, Tirapu Us-
res rápidos y la activación amigdalina) se han tarroz, y Muñoz Céspedes 2001; Parker, 2002;
relacionado con la formación y consolidación de Chamelian y Feinstein, 2006; Kennedy, Jaffee,
las memorias emocionales, frente al sueño no REM, Leskin, Stokes, Leal y Fitzpatrick, 2007; Tsa-
más implicado en la consolidación de memorias nadis, Montoya, Hanks, Millis, Fichtenberg y
explícitas o declarativas (Wagner, Gais y Born, Axelrod, 2008; Vanderploeg, Belanger, Curtis,
2011). Algunos autores han caracterizado el pa- 2009; Stein y McAllister, 2009).
trón de sueño en los sujetos con TEPT, defen-
diendo que, al igual que el insomnio (La Marche NEUROPSICOLOGÍA Y TRATAMIENTO
y De Koninck, 2007), las alteraciones halladas PSICOLÓGICO DEL TEPT
serían factores de riesgo para el desarrollo del
TEPT (Mellman, 2009). Así, varios trabajos des- La Terapia Cognitivo-Conductual es el trata-
criben una fragmentación del sueño REM (Van miento psicológico que cuenta con mayor nivel

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de evidencia científica de eficacia en el trata- evento traumático (que podría responder a la con-
miento del TEPT (Bisson y Andrew 2008). Con- ductas de evitación características). La reducción
cretamente, la exposición a los estímulos traumá- del tamaño hipocampal (siendo el tiempo de expo-
ticos (ya sea en vivo o en imaginación, como en sición al estresor la variable más consistente en
el caso de la Desensibilización Sistemática o la los estudios revisados y que actuaría como modu-
Desensibilización mediante Movimientos Ocula- ladora de la gravedad de esta reducción) y del cór-
res Rápidos o DSMOR) es eficaz en base a la tex prefrontal dorsolateral son los hallazgos más
habituación de la ansiedad y el aprendizaje de que prevalentes. A nivel funcional, se defiende una hi-
la exposición no conduce a la amenaza. En los peractivación del córtex somatosensorial y de
últimos años, son varios los estudios que defien- estructuras subcorticales límbicas (estriado, amíg-
den la eficacia de esta técnica frente a otras (Co- dala) y el sistema hormonal del eje hipotalámico,
hen, Kaplan, Kotler, Kouperman, Moisa y Grisa- conjuntamente con una hipoactivación del córtex
ru, 2004; Karatzias, Power, Brown, McGoldrick, prefrontal dorsolateral. El perfil de rendimiento
Begum, Young et al, 2011;); e incluso tras una úni- neuropsicológico mostraba una afectación en pro-
ca sesión de tratamiento (Tirapu, Alcaiza, Arron- cesos de memoria (aprendizaje de nueva informa-
do, Górriz, Hernández y Lapeña, 2001). Tampoco ción y manipulación de ésta) y atencionales. La
existe un consenso respecto a los mecanismos recuperación involuntaria de información episó-
que se encuentran detrás de la eficacia de esta téc- dica (flashbacks), podría estar relacionada con
nica (Tsanadis et al, 2008a), y se han planteado alteraciones en el sueño REM, en base a su papel
factores como los cambios fisiológicos que se da- en la consolidación de este tipo de memorias. La
rían durante el sueño REM (Tirapu et al, 2001a; existencia de daño cerebral traumático y amnesia
Stickgold, 2002); la potenciación de las ondas del episodio no imposibilitaría el desarrollo pos-
gamma (Rabe, Zoellner, Beauducel, Maercker y terior del TEPT, teniendo en cuenta que los facto-
Karl, 2008) y el incremento de la conexión inter- res ambientales o externos relacionados con el trau-
hemisférica, y la consolidación de las memorias ma, serían los disparadores de la recreación de
autobiográficas (Propper, Pierce, Geisler, Christ- dichos episodios.
man y Bellorado, 2007), y la exposición a la ima- Estas alteraciones a nivel neuropsicológico, y
gen traumática facilitándose el proceso mediante especialmente el funcionamiento cerebral hallado
los movimientos bilaterales (Brewin, Gregory, en la fase REM, podrían explicar la eficacia de la
Lipton, Burgess, 2010). Las alteraciones estruc- terapia EMDR. Además, y realizando nuevas in-
turales halladas parecen relacionarse con la efecti- vestigaciones donde se resuelvan las dificultades
vidad de la técnica (Bossini, Fagiolini y Castro- metodológicas encontradas en los artículos cita-
giovanni, 2007; Nardo, Högberg, Looi, y Paga- dos, podría plantearse en el futuro la introducción
ni, 2010). de un abordaje neuropsicológico de las dificulta-
des cognitivas halladas en estos pacientes. El en-
DISCUSIÓN trenar la focalización y mantenimiento atencio-
nal, la atención selectiva e inhibición de interfe-
Hemos revisado los hallazgos neuroanatómi- rencias; junto a las estrategias de codificación, al-
cos y neurofisiológicos en el TEPT, así como su macenamiento y recuperación de la información
relación con el sueño y el daño cerebral. Teniendo desde niveles profundos o significativos, repre-
en cuenta la imposibilidad de establecer una rela- sentaría un abordaje más global de estos pacien-
ción causal entre la sintomatología del TEPT y tes, para posteriormente evaluar la posible efica-
las alteraciones cerebrales, como las limitaciones cia conjunta con las demás técnicas empleadas en
metodológicas, que no permiten generalizar las el tratamiento del TEPT.
observaciones; algunos estudios describen un
déficit ejecutivo en el control de la información BIBLIOGRAFÍA
procesada (recuperación involuntaria de imágenes
del trauma); la focalización y el mantenimiento 1. Ameri can Ps y chi atri c As s o ci ati o n (2002).
atencional sobre estímulos relacionados con el Diagnostic and statistical manual of mental di -

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