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Trastorno Bipolar I
Trastorno Bipolar I
El trastorno bipolar es una alteración patológica del estado de ánimo que se manifiesta por
la presencia tanto de episodios depresivos (ED) como maníacos mixtos o hipomaníacos,
por lo general separados por intervalos asintomáticos. La característica fundamental es el
episodio maníaco que es lo contrario de la depresión y que se manifiesta con exaltación,
hiperactividad, euforia, ideas de grandeza, etc. Si esta exaltación es más leve se denomina
hipomanía.
ETIOLOGÍA DE LOS TRASTORNOS BIPOLARES.
Se desconoce la causa exacta del trastorno bipolar, pero es posible que tenga que ver con
una combinación de factores genéticos y ambientales y de la alteración de las sustancias
químicas y las estructuras del cerebro.
TRASTORNO BIPOLAR I.
Para un diagnóstico de trastorno bipolar I es necesario que se cumplan los criterios
siguientes para un episodio maníaco. Antes o después del episodio maníaco pueden haber
existido episodios hipo- maníacos o episodios de depresión mayor.
EPISODIO MANIACO.
A. Un período bien definido de estado de ánimo anormal y persistentemente elevado,
expansivo o irritable, y un aumento anormal y persistente de la actividad o la energía, que
dura como mínimo una semana y está presente la mayor parte del día, casi todos los días (o
cualquier duración si se necesita hospitalización).
B. Durante el período de alteración del estado de ánimo y aumento de la energía o la
actividad, existen tres (o más) de los síntomas siguientes (cuatro si el estado de ánimo es
sólo irritable) en un grado significativo y representan un cambio notorio del
comportamiento habitual:
1. Aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza.
2. Disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado después de sólo tres
horas de sueño).
3. Más hablador de lo habitual o presión para mantener la conversación.
4. Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad.
5. Facilidad de distracción (es decir, la atención cambia demasiado fácilmente a estímulos
externos poco importantes o irrelevantes), según se informa o se observa.
6. Aumento de la actividad dirigida a un objetivo (social, en el trabajo o la escuela, o
sexual) o agitación psicomotora (es decir, actividad sin ningún propósito no dirigida a un
objetivo).
7. Participación excesiva en actividades que tienen muchas posibilidades de consecuencias
dolorosas (p. ej., dedicarse de forma desenfrenada a compras, juergas, indiscreciones
sexuales o inversiones de dinero imprudentes).
C. La alteración del estado del ánimo es suficientemente grave para causar un deterioro
importante en el funcionamiento social o laboral, para necesitar hospitalización con el fin
de evitar el daño a sí mismo o a otros, o porque existen características psicóticas.
D. El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una
droga, un medicamento, otro tratamiento) o a otra afección médica.
Nota: Un episodio maníaco completo que aparece durante el tratamiento antidepresivo (p.
ej., medicación, terapia electroconvulsiva), pero persiste en un grado totalmente sindrómico
más allá del efecto fisiológico de ese tratamiento, es prueba suficiente de un episodio
maníaco y, en consecuencia, un diagnóstico de trastorno bipolar 1.
Nota: Los Criterios A—D constituyen un episodio maníaco. Se necesita al menos un
episodio maníaco a lo largo de la vida para el diagnóstico de trastorno bipolar I.
EPISODIO HIPOMANIACO.
A. Un período bien definido de estado de ánimo anormal y persistentemente elevado,
expansivo o irritable, y un aumento anormal y persistente de la actividad o la energía, que
dura como mínimo cuatro días consecutivos y está presente la mayor parte del día, casi
todos los días.
B. Durante el período de alteración del estado de ánimo y aumento de la energía y
actividad, han persistido tres (o más) de los síntomas siguientes (cuatro si el estado de
ánimo es sólo irritable), representan un cambio notorio del comportamiento habitual y han
estado presentes en un grado significativo:
1. Aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza.
2. Disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado después de sólo tres
horas de sueño).
3. Más hablador de lo habitual o presión para mantener la conversación.
4. Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad.
5. Facilidad de distracción (es decir, la atención cambia demasiado fácilmente a estímulos
externos poco importantes o irrelevantes), según se informa o se observa.
6. Aumento de la actividad dirigida a un objetivo (social, en el trabajo o la escuela, o
sexual) o agitación psicomotora.
7. Participación excesiva en actividades que tienen muchas posibilidades de consecuencias
dolorosas (p. ej., dedicarse de forma desenfrenada a compras, juergas, indiscreciones
sexuales o inversiones de dinero imprudentes).
TRASTORNO BIPOLAR I.
C. El episodio se asocia a un cambio inequívoco del funcionamiento que no es
característico del individuo cuando no presenta síntomas.
D. La alteración del estado de ánimo y el cambio en el funcionamiento son observables por
parte de otras personas.
E. El episodio no es suficientemente grave para causar una alteración importante del
funciona- miento social o laboral, o necesitar hospitalización. Si existen características
psicóticas, el episodio es, por definición, maníaco.
E El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una
droga, un medicamento, otro tratamiento).
Nota: Un episodio hipomaníaco completo que aparece durante el tratamiento antidepresivo
(p. ej., medicación, terapia electroconvulsiva), pero persiste en un grado totalmente
sindrómico más allá del efecto fisiológico de ese tratamiento, es prueba suficiente de un
episodio hipomaníaco. Sin embargo, se recomienda precaución porque uno o dos síntomas
(particularmente el aumento de la irritabilidad, nerviosismo o agitación después del uso de
antidepresivos) no se consideran suficientes para el diagnóstico de un episodio
hipomaníaco, ni indica necesariamente una diátesis bipolar.
Nota: Los criterios A-F constituyen un episodio hipomaníaco. Los episodios hipomaníacos
son frecuentes en el trastorno bipolar I, pero no son necesarios para el diagnóstico de
trastorno bipolar I.
A. Se han cumplido los criterios al menos para un episodio maníaco (Criterios A-D en
"Episodio maníaco" antes citados).
B. La aparición del episodio(s) maníaco(s) y de depresión mayor no se explica mejor por un
trastorno esquizoafectivo, esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno
delirante u otro trastorno del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos
especificados o no especificados.
PREVALENCIA.
La estimación de la prevalencia durante 12 meses en la zona continental de Estados Unidos
fue del 0,6 % para el trastorno bipolar I según lo define el DSM-IV. La prevalencia durante
12 meses del tras- torno bipolar I en 11 países fue del O al 0,6 %. La tasa de prevalencia a
lo largo de la vida de los hombres respecto a las mujeres es de aproximadamente 1,1:1.
DESARROLLO Y CURSO.
La edad media de comienzo del primer episodio maníaco, hipomaníaco o depresivo mayor
es aproximadamente de 18 años para el trastorno bipolar I. Hay que hacer algunas
consideraciones especia- les para realizar el diagnóstico en los niños. Es difícil definir con
precisión lo que es "normal" o lo que se "espera" en un niño a una determinada edad, ya
que los niños de una misma edad cronológica pueden encontrarse en diferentes estadios de
desarrollo. Por lo tanto, se debería considerar cada niño de acuerdo con su propia situación
basal. El comienzo del trastorno puede ser a lo largo de todo el ciclo vital, incluso con
cuadros iniciales a los 60 o a los 70 años. Si el comienzo de los síntomas manía- cos (p. ej.,
la desinhibición sexual o social) se produce en la edad adulta tardía o en la tercera edad, se
debería considerar la posibilidad de una enfermedad orgánica (p. ej., trastorno
neurocognitivo frontotemporal) o el consumo o abstinencia de alguna sustancia.
Más del 90 % de los pacientes que tienen un único episodio maníaco vuelve a tener
episodios recurrentes. Aproximadamente el 60 % de los episodios maníacos ocurre
inmediatamente antes de un episodio depresivo mayor. A los pacientes con trastorno
bipolar I que tienen múltiples (cuatro o más) episodios (de depresión mayor, manía o
hipomanía) en un año se les aplicaría el especificador "con ciclos rápidos".
FACTORES DE RIESGO Y PRONOSTICO.
Ambientales. El trastorno bipolar es más frecuente en los países ricos que en los países
pobres (1,4 vs. 0,7 %). Existen mayores tasas de trastorno bipolar I entre los separados,
divorciados y viudos que entre las personas casadas y las que nunca lo han estado, aunque
no está clara la tendencia de la asociación.
Genéticos y fisiológicos. Una historia familiar de trastorno bipolar es uno de los factores de
riesgo más sólidos y sistemáticos del trastorno bipolar. Existe un riesgo promedio 10 veces
superior entre los familiares adultos de los pacientes con trastorno bipolar I y II. La
magnitud del riesgo aumenta con el grado de parentesco. La esquizofrenia y el trastorno
bipolar probablemente comparten un origen genético, que se refleja en la agregación
familiar de la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
Modificadores del curso. Si un individuo ha tenido un episodio maníaco con rasgos
psicóticos, es más probable que los siguientes episodios incluyan rasgos psicóticos. La
recuperación interepisódica incompleta es más frecuente si el episodio actual se acompaña
de rasgos psicóticos incongruentes con el estado de ánimo.
Aspectos diagnósticos relacionados con la cultura
Hay poca información sobre las diferencias culturales específicas en la presentación del
trastorno bipolar I. Una posible explicación podría ser que los instrumentos diagnósticos
con frecuencia se traducen y se aplican en las diferentes culturas sin una validación
transcultural. En un estudio esta- dounidense se apreció que la prevalencia de 12 meses del
trastorno bipolar era significativamente inferior en los afrocaribeños que en los
afroamericanos o en los blancos.
Aspectos diagnósticos relacionados con el género
Las mujeres presentan con más probabilidad ciclos rápidos y estados mixtos, y tienen
patrones de comorbilidad que difieren de los de los hombres: por ejemplo, tienen mayores
tasas de trastornos de la conducta alimentaria a lo largo de la vida. Las mujeres con
trastorno bipolar I o II presentan sínto- mas depresivos con mayor probabilidad que los
hombres. También tienen mayor riesgo que los hom- bres de presentar a lo largo de la vida
un trastorno por consumo de alcohol y muchas más probabili- dades de sufrir dicho
trastorno por consumo de alcohol que las mujeres de la población general.