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MITOLOGÍA DE CHILOÉ: LOS MITOS DEL ESPACIO

Jaime Blume S.

provincia de Mallalauquén "no adoran al sol ni ala


tienen ídolos de (Cf. Cró
oración"

luna, ni ni casa

nicay relación copiosa y verdadera de los Reinos


de Chile. Fondo histórico y bibliográfico José T.
"Cuando ha desaparecido alguna costumbre
Medina, Stgo., 1966, p. 160. Citado por Horacio
(querida),
queda como un vacío.
Zapater, Aborígenes chilenos a través de cronistas
Es como si el fuego hubiera hecho su obra
y viajeros. Edit. Andrés Bello, Stgo., 1978, p. 95).
Suponiendo teóricamente que la constelación
destructora.
mítica de Chiloé esté constituida por los subsiste
Antes en mi tierra los caciques que había se
mas de mitos de agua, tierra, aire y espacio, la de
juntaban
de-
saparición éste último no podría achacarse a la
a conversar y parlamentar.
acción de los misioneros, pues la fecha de la rela
Ahora ya no hay nada de eso.
ción de Bibar (S. XVI) no da tiempo para semejan
Es triste ahora la vida en mi tierra.
te desmantelamiento. Se trataría, entonces, de un
No veo nada que me llame la atención en mi
caso insólito de discontinuidad de la tradición. Pe
tierra.
ro un fenómeno semejante no sólo no se aviene
Sólo dos zorzales que lloran amargamente:
pena" con la riqueza mítica de la isla, sino que, además,
Porque sienten
destruye la estructura redonda del sistema y con
trataría el principio de totalidad que lo rige. La
espacio"

omisión del subsistema "mitos de implica


(Canción referida por Julián Hueitra.
una fractura del modelo y crea un vacío que exige
P. Félix de Augusta, Lecturas
ser llenado. La figura que se acompaña ilustra grá
Araucanas, p. 325).
ficamente el problema.

1. EL PROBLEMA

La bibliografía existente sobre mitología chi-

lota abunda en referencias a seres de agua (Mülalo-

bo, Pincoya, Caballo marino), de tierra (Trauco,


Piruquina, Imbunche) y de aire (Coo, Chucao, la
Voladora), pero no de "espacio", nombre con que
los naturales designan al cielo. MODELO
Esta anomalía es particularmente extraña sí se TEÓRICO
considera que los pueblos vecinos con los que los
huilliches pudieron tomar contacto —los mapuches

y los alacalufes del extremo sur— asignan gran im


portancia a los elementos astrales. Cuesta aceptar

que algunos relatos —el del diluvio, por ejemplo-

se encuentren en los tres pueblos mencionados, y


que los referidos a los cuerpos celestes, presentes
en el área mapuche y magallámca, ni siquiera se

mencionen en el corpus mítico legendario de la is


la. Ya Gerónimo de Bibar, en su "Crónica de los SITUACIÓN RESTAURACIÓN

Reinos de Chile", consigna que los huilliches de la ACTUAL DEL MODELO


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2. ALGUNAS PISTAS El motivo literario vida-río: muerte-mar tiene
en la isla una réplica más densa que la que pode
No obstante el silencio que rodea a la zona mos encontrar en los tópicos renacentistas. Es re

mítica del espacio, la presencia de ciertos vestigios conocida la importancia de las mareas en la navega

nos mueven a pensar que dicho ámbito alguna vez ción del mar interior de Chiloé. Lo es, igualmente,

existió, encarnado en figuras o en situaciones es-


el influjo de la luna en dichas mareas. Entre estos

tructuralmente míticas. tres elementos es posible establecer una cierta rela


Una primera referencia la encontramos en ción de causalidad: luna marea navega
Don Aureliano Oyarzún (Estudios arqueológicos y ción. Esta situación, que constituye una realidad
antropológicos, Edit. Universitaria, Stgo., 1979, p. con la cual el hombre de las islas juega a diario, es

138 ss.), quien, al analizar la cultura aborigen de tá a la base de que "ningún moribundo puede-mo-
de las dos lunas rir antes de la
vaciada"

Chiloé, menciona el mito —antece (Julio Vicuña Cifuentes,


dente causal de la cultura de dos clases—, sin expli Mitos y supersticiones. Edit. Nascimento, Stgo.,
car su contenido. Posteriormente, en apéndice,
en-
1 947, p. 266). De acuerdo a esta creencia, la luna
'trega un compendio de observaciones relativas a determina la duración de la vida del hombre en la
los períodos de la cultura humana, con alcances al tierra, pasándose de un fenómeno natural a la con
animismo, el naturismo, las prácticas mágicas, los vicción mítica que vincula los astros del espacio a
mitos de la luna y el sol, los ritos funerarios y la existencia terrestre.
otros. Pero todas estas observaciones del Dr. Oyar Existen todavía otros vestigios que ratifican la
zún derivan de postulados del método cultural his fuerza focal de los astros en la vida del archipiéla
tórico que él utiliza y no de antecedentes concre go. FJ. Cavada rescata la creencia de que "es de

tos recogidos en Chiloé. mal agüero mirar por primera vez la luna de la lu
Más de nosotros, Don Nicasio Tangol de la de
vidrio"

cerca nación a través ventana o algún

(Diccionario etimológico chilote, Edit., Nascimen (Chiloé y los chilotes, Stgo., 1914, 122, N. 23. Ci
to, Stgo., 1976, p. 122) nos presenta el siguiente tado por J. Vicuña Cifuentes, Op. cit., p. 247).
personaje mítico: Otra creencia, más fantasiosa aún, supone que "la
"Guanilén, la hija de las estrellas, era una jo vía láctea es el río Jordán". (Ibid., p. 250).

ven que por milagro de la naturaleza nació dotada En resumen, sea por vía de referencias explíci
de una hermosura extraordinaria. No hay otra ex tas no desarrolladas (mito de las dos lunas), por
plicación, ya que sus padres eran toscos y mal pa presencia marginal en relatos más extensos (Guani
recidos. La llamaban Guanilén debido a la gran ad lén, la hija de las estrellas), por ritos mágicos de cu

miración que demostraba por las estrellas. Cuando ración (jugo del paudén), por trasposiciones inter
se sentaba a contemplar un cielo estrellado, el tiem pretativas de índole mítico (muerte con la vaciada),
po no transcurría para ella (. .
o por deterioradas manifestaciones supersticiosas,

El interés de la narración es evidente, pero en la presencia del y de los astros es


espacio mítico

ella las estrellas no tienen un papel mítico protagó- una realidad que de alguna manera contradice la
nico. observación de Gerónimo de Bibar, ya menciona

Referencias a la luna pueden observarse en da. No obstante ello, las pistas que hemos señalado
ciertos rituales míticos, en los que se utiliza un ve constituyen sólo un prólogo al tema, quedando

getal como medicina contra algunos males: pendiente la tarea de completar un perfil apenas
"Para sacar el se busca un pe
jugo del paudén, esbozado.

dazo con dos Se le hace una cabeza y se le


patas. Es probable que exista alguna otra noticia,
lleva a la playa en la noche de luna llena . Lo . . . . .
desconocida por nosotros. Pero existente o no, es
golpean hasta hacerle salir jugo de la corteza. Este un hecho que el material mítico referido a cuerpos
"
jugo es dado al enfermo (Pedro Rubén Azocar, celestes es extraordinariamente escaso. Por lo me
Chiloé: presencia viva de los seres míticos. Su efec nos el recogido en übros. Esta misma insuficiencia
to sociológico en las comunidades. Antropología, es la que nos ha llevado a rastrear posibles huellas

Boletín de la UCH. Nos. 74,75,76, año 1967, p. de viejas tradiciones, movidos por la necesidad de
65). restaurar un cuadro que, al estar trunco, relativiza

Este relato tiene el mérito de juntar en uno el cualquier intento de interpretación global de la mi

mundo vegetal terrestre, el de bordemar y el celes tología de Chiloé.


tial. Volveremos sobre el tema.

3t
3. LOS TESTIMONIOS VIVOS esa oportunidad, grana arriba, en elhueso. Yo no
sé si porque los marinos de la mar hacen la brujería
No existiendo información bibliográfica ade dentro de la siembra de los isleños, puede suceder,
cuada, es obvio que la búsqueda tiene que operar no sé, el aire de mar, no sé qué irá Lo cier
a pasar.

por vía de informantes. Esta alternativa supone to es que sí sucede. Eso es efectivo. Es importante
una opción metodológica: a) entrar a saco en una estar atento a la luna, a ¡a luna y el mar juntos. No,
especie de cosecha ^discriminada, con el consi si es traviesa Ja cosa

guiente riesgo de atropello de un medio cultural Hasta aquí el relato de nuestra informante. El
casi inerme, o b) la paciente pesquisa por vía de in mito de las dos lunas reviste un interés especial pa
serción en dicho medio, buscando que la informa ra nuestro trabajo, pues une aspectos aparente
ción que se recoja no sea depredatoria ni altere el mente disociados de la vida chilota. El paralelismo
delicado equilibrio entre una tradición aún presen entre las fases de la luna (menguante/creciente), las
te y una visión de mundo en proceso de variación. mareas
(muertas/vivas) y el tipo de siembras (las
De la fórmula se ha abusado hasta lí
primera que granan arriba/abajo) es evidente y pone de
mites increíbles, con lo que se ha consumado un manifiesto el modo cómo de una observación agu
saqueo cultural que relativiza los logros científicos da, mantenida por siglos, se puede deducir una fór
de cualquier investigación, descalificando, de paso,
mula operativa de labor agrícola. Digno de desta
al investigador. car en esta conducta es el circuito que se establece
La segunda alternativa se caracteriza por reco —tierra/mar/astros/hombre-, que opera como una
lectar frutos maduros allí donde se encuentren, sin cadena de del tiempo y de la causalidad, en
señales

forzar situaciones, respetando el ritmo de las per un ámbito redondo y perfecto.


sonas y las condiciones del momento. En nuestro El mito de las dos lunas se vincula al modelo
caso, hubo gente que nos proporcionó información devida social de los huilliches (unidad/pluralidad;

o nos puso en contacto con informantes que com Cahuin/Llaúcahuin). En este contexto, la luna pasa
prendieron los alcances de la investigación y cola a ser, en sentido riguroso, fuente y modelo de vida,
boraron con ella mediante "entregas", que se reco atributos que la consagran como la Gran Madre del
gen por primera vez en texto escrito. orden divino del universo.

Podría pensarse, entonces, en una secuencia


causal que vincule los cuatro órdenes que configu
4. EL MITO DE LAS DOS LUNAS
ran el mundo del chüote: el ámbito astral (la luna

"Las dos lunas es de las mareas para pescar y y sus fases creciente y menguante), las consecuen
cias naturales (mareas vivas
para mariscar". (Informante). y muertas, fertilidad de
la tierra), respuestas culturales (navegación, agri
-¿Con qué lunas se dan estas mareas?

-Antes de la luna nueva se termina que le di


cultura) y respuestas sociológicas (organización so
cial según el modelo unidad/dualidad).
cen la luna vieja. Claro, pero entre las dos lunas no
En esta secuencia, el primer eslabón —la luna
hay marea, que le llaman es repunte, que no sube
sus dos fases— es percibido como un sistema per
Pero y
ni baja la marea, está casi en un solo ser. esa
fecto, definitivo y ejemplar. Su ordenación dual,
es una oportunidad como para sembrar el haba, las
reconocida como de naturaleza divina, puede ser
arvejas, el trigo, todo lo que grana arriba, menos la
trasladada, con carácter obligatorio, a la ordena
papa. Entonces, cuando ya, por lo menos, está en de la comunidad, dando
ción social origen a la es
tre dos lunas, o sea que terminó una, viene la otra
tructura pueblo/fratrías, ya señalada. Con ello, la
luna, que dura solamente como tres días. Bueno,
institución comunitaria huilliche se inserta en el
cuando ya viene la otra luna que se ve, dice: 'tiene
ámbito mítico de su modelo lunar.
tres días la luna; todavía no sirve para sembrar pa

pas '. Ahora se mira así y dice: 'tiene cinco días; Pero da entre el
esta vinculación no sólo se

histórico de
papa"

ahora si, ahora hay que sembrar Cinco días mundo astral originario y el modo
la luna que tiene, ya está saliendo la marea en tie agregación
social, sino que también alcanza a los
rra. La marea en tierra quiere decir que ya baja sistemas intermedios de la naturaleza y la cultura,

más crece más. Ya pasó el repunte. Que el repun que reproducen, en forma analógica, el orden polar
y
te vale solamente para sembrar trigo, habas, arve del universo, cuyo paradigma es la luna (Cf. Ad. E.
jas, todo lo que sea cereal, todo lo que grane arri Jensen, Mito y culto entre pueblos primitivos.
ba. (. .
.)
Porque si siembra papa, por lo menos en F.C.E., México, 1975,p. 172s).
37
A partir del relato de nuestra informante, ha el mito que
analizamos, la redundancia está dada
sido posible descifrar un texto y detectar las impli por la binaridad de los elementos integrantes: dos
cancias culturales reseñadas, que van mucho más lados de la laguna; dos personajes protagónicos
allá del mero registro de las fases de la luna. Ello -uno de ellos, colectivo: las ánimas-; dos mun
nos permite dar otro paso, referido esta vez al mito dos; dos modos de ser en el mundo,
y dos lunas.
del balseo de las ánimas de Cucao, en el que la luna
Esta cadena de duplicaciones no significa sólo
juega un papel importante.
el pareo de dos elementos, sino que agrega la con
frontación de los mismos en razón de su distinta
5. EL MITO DEL BALSEO DE LAS ANIMAS Y naturaleza (costado noreste/orilla opuesta; este
SU RELACIÓN CON EL DE LAS DOS LUNAS mundo/el otro mundo; vivos/muertos; cuerpos/al
mas; luz/tinieblas). Como vemos, la yuxtaposición
Don Nicasio Tangol da la siguiente versión del se repite en todos los niveles del relato. Pero aún

mito del balseo de las ánimas: hay más. Si comparamos la situación interna con la
"Existe en el costado noreste de la Laguna de realidad geográfica y sociológica en la que se gesta,
Cucao, un misterioso embarcadero que nadie hasta podremos constatar que el mismo haz de relacio
ahora ka podido descubrir. A él sólo pueden llegar nes se da en una y otra, lo que genera un complejo
las almas de los difuntos que van en viaje al otro mítico que comprende texto y contexto, relato,
mundo. El barquero encargado de trasladarlas a la naturaleza y cultura. En otros términos, tanto los
orilla opuesta, jamás permanece anclado a la cale mitemas como el ámbito sociogeográfico que los
ta. Solamente se acerca a ella cuando es llamado; enmarcan están regidos por un mismo código de
siempre que el requerimiento se haga a mediano oposición binaria.
che y no haya luna. Los rayos lunares enceguecen
al barquero. Como las almas en trán
Lo dicho no agota el inventario de las determi
y desorientan
naciones internas del mito. La oposición ya seña
sito ignoran estas normas, suelen pasar noches y
lada1
no significa un empate de contrarios, sino un
noches gritando lastimeramente: -

¡Balséeeeoo,
balséeeeoof —
movimiento dialéctico, esencial al género narrativo
mítico. En él, la proposición de un elemento deter
Pero apenas la luna desaparece y la oscuridad
minado provoca, de inmediato, la aparición del ele
se hace densa, llega el barquero y las conduce a la
orilla opuesta, desde donde continúan su viaje". mento opuesto, dualidad de la cual surge, dialécti
(Diccionario etimológico chilote. Edit. Nascimen camente, una tercera entidad, mediadora entre ara
109-1 10). bos. Es el caso de la barca, que une orillas opuestas
to, Stgo., 1976, pp.

la y vincula este mundo con el de los


En esta "narración, lo primero que salta a muertos.

vista es el recurso a lo quela teoría de la comuni Para una mejor comprensión de lo que lleva
cación conoce con el nombre de "redundancia", mos dicho, ordenaremos las oposiciones y media
entendida como la reiteración selectiva de ciertos ciones en una secuencia que incluya los elementos
elementos del relato (Andrés Martinet. La lingüís de diverso ámbito que aparecen en el mito del bal
tica. Edit. seo de las ánimas.
Anagrama, Barcelona, 1975, p. 338). En

'- — ■ '■■ -- —

"A" "B"
Término Mediación Término Ámbito

Esta orilla balseo orilla puesta

Este mundo viaje otro mundo


Vivos almas en muerto

tránsito Mito
Crepúsculo medianoche alba
Noche clara noche oscura noche clara
con luna (A) sin luna con luna (B)

31
Luna menguante oscuridad luna creciente
Naturaleza
Baja marea repunte pleamar

Tierra inerte tierra sem tierra germi


Cultura
brada nada

"Machullas" "Cabí"
Familia toté-
Sociedad
mica
(Clan) (Pueblo)

El cuadro propuesto permite hacer ciertos al En suma, existe una secuencia de planos que
cances válidos para una mejor interpretación del por víade analogías estructurales configura un sis
mito. Por de pronto, de los cinco elementos que tema regido por un mismo código. Integra este sis
configuran la trama textual, los dos primeros (la tema un grupo humano que navega, cultiva su tie
dos del lago, mundo de vivos
y muertos) señalan rra, organiza sus
creencias, elabora sus mitos y es

lugares geográficos —eje horizontal-, en tanto que tructura su sistema social de acuerdo a la pauta

los dos últimos se refieren al tiempo —eje vertical—. normativa propuesta por la luna.
Entre ambds están los personajes de la acción míti La de todo este juego de
síntesis más perfecta

ca, que se constituyen en el elemento mediador. oposiciones y mediaciones que hemos analizado

En función, cohesionan las asimetrías de los di


esa está dado por la barca con la que se realiza el bal
ferentes ejes, incorporándolos a una red de interre- seo. En ella se dan cita todos los elementos que
laciones funcionales, que es la que le da a cada ele conforman el dividido mundo del indígena: tierra/

mento del relato su significación plena. agua; luz/oscuridad; cielo /tierra; menguante/cre

En lo que al contexto se refiere, las analogías ciente; pleamar /baja mar; vivos/muertos; familias
con el mito son evidentes. Naturaleza, sociedad y totémicas/fratrías. Cerrada como un anillo, la bar
cultura son órdenes distintos, regidos por un códi ca es cifra abreviada del universo. La versión cós

go estructural equivalente al del mito, lo que ex mica de esta embarcación es la nave Lucerna, cuyo

plica la continuidad que entre ellos se establece. Es mito veremos de inmediato.


comprensible que una comunidad identificada con

la naturaleza, la unión causal que exis


que percibe 6. EL MITO DE LA NAVE LUCERNA
te entre el espacio astral y la tierra que lo alimenta,
organice su modelo social y dé vida a sus mitos ci El valioso estudio de Renato Cárdenas y Car
ñiéndose a un determinado patrón común. Este pa los Trujülo, "Apuntes para un diccionario
.Alberto

Chiloé"
trón, código, tiene su expresión modélica más es
o de (Aumen, Ancud, 1978), entrega una
pectacular en la luna. La observación práctica del breve reseña de la nave Lucerna, tomada de don
cielo y de la luna, una de sus luminarias mayores, Oreste Plath:
ha servidodesde antiguo para el cómputo del tiem "Lucerna (ant.j: Barco fantasma, grande co
po, la orientación cuando se navega, el reconoci mo el mundo; para pasearlo de popa a proa se par
ancianidad"

miento de las mareas y la fijación de la época de la te siendo niño y se llega a la (P. 56).
siembra y la cosecha. (Cf. Alexandre Krappe. La El sólo nombre del barco su
—LUCERNA-

Genése des Mythes, Payot, París, 1952, p. 144). giere el origen astral del mito. Sobre esa base y te

No puede extrañar, entonces, que esa misma influ niendo en mente lo visto en el párrafo anterior, re

encia se proyecte a otros planos de la existencia, sulta fácil proyectar a escala cósmica lo que allá se

como ser, porejemplo, el que fija el momento del dijo a escala doméstica. Que una barca transporte
nacimiento y de la muerte: "sólo podemos morir de una orilla a la opuesta es lo mismo que una na

con la misma marea (Ru toque simultáneamente los dos pun


con'

que hemos
nacido"

ve más grande

bén Azocar, Op. cit., N. 76, p. 66). tos extremos y una lo que por naturaleza está sepa-

33
la y la "orilla
oríDa**

rado. En ambos casos embarcación —grande o hace imposible al quedar "esta


de función la infinita de h
opuesta"

pequeña—
sirve puente y cumple una soldadas por extensión

mediadora. También es lo mismo que un hombre nave Lucerna.


nazca con una luna —o
marea—
y muera con la Lo importante, entonces, no es tanto la dimen
otra, o luna cubra con su inmen
que una sola gran sión (Grande/pequeño) cuanto la
de la si calidad
sidad la totalidad de la vida del hombre. En una y tuación final (escisión/unión). La combinatoria
otra circunstancia es la luna la que fija los términos barca de Tempilcahue/nave Lucerna corresponde,.
de la existencia humana, con lo que la vida des en definitiva, al doble tiempo de un mito "entera
borda los límites biológicos de la simple duración mente consagrado a agotar las modalidades posi

temporal. El sentido profundo de esta nueva di la (C. Lévis-


unidad"

bles de pasaje de la dualidad a

mensión dependerá del haz de relaciones que sea


Strauss, Antropología estructural. Eudeba, Bs. As.,
posible establecer al interior del sistema mítico to 1977, p. 207). Lucerna es la gran luna que asume,
tal, lo que a estas alturas del trabajo aún no es po en su unidad totalizante, a las dos lunas que encua

sible.Sin embargo, algo se puede adelantar. dran de la barca de Tempilcahue.


el vaivén
La barca de Tempilcahue y la nave fantasma Lo dicho pareciera ser la clave de interpreta
tienen de común dos ejes estructurales básicos: de ambos relatos. Existe, sin otro
ción embargo,
juntar puntos separados y servir de puente para elemento en el cual conviene detenerse.
agregado,
que los difuntos accedan al reino que les corres Si confrontamos la información que nos entrega el
ponde. Pertenecen, por tanto, a un subsistema autó mito del balseo de las arrimas de Cucao con la que

nomo, al cual podría sumarse —quizás—

Caleu
el hace de la nave Lucerna, podremos constatar
el .

che. Pero limitándonos a la pareja inicial, lo que que sólo los extremos coinciden: ambas son barcas
mayormente llama la atención es que al transfor
y sirven al propósito de allanar el paso al otro
marse la barca —pequeña por definición— en una El
mundo. resto difiere, obteniéndose el siguiente
nave "grande como el mundo", lo que ocurre es cuadro:
que el movimiento se detiene. La navegación se

Barca de Tempilcahue Nave Lucerna

Naturaleza embarcación (f-) embarcación

pequeña
T|amañio grande (+)
debe desplazarse (—
movimiento ) no necesita

hacerlo (f)
(— definitiva
Acción
une temporalmente ) une

mente (+)
Resultado sirve de puente (+) sirve de puente ({-)

La barca de Tempilcahue aparece, entonces, 7. EL MITO DE LA ESTRELLA DEL HOMBRE


como un esbozo, un ensayo tentativo de lo que la

nave Lucerna cumple en plenitud. En cierto senti Se trata de un mito cuya área de difusión es

la de un modelo acabado ciertamente mayor que los límites de la isla. Inte


do, es copia al carbón y
ver la forma que adquiere en
perfecto. Esta fórmula —modelo
original/copia—
resa, sin embargo,
nos introduce en otro mito, el de las estrellas per Chiloé:
que dibujan en el espacio el perfil moral "Lo que yo sé del navegante, la dirección del
sonales,
de lo que debiera ser cada hombre en la tierra. marino a las estrellas. Cuando está despejado, tiene

41
que ver las estrellas, qué viento va a haber, porque mos el amor al espacio. (. .) El Sirio es compañía
.

pestañan mucho cuando va a haber tempestad: co del sol, y el Lucero es de la luna. Antes de subir la
mo que están pestañando- las estrellas. Es él signo luna en el carrizal de la cordillera, sube primero un
luna"
de que las estrellas hacen una seña, pestañando lucero y después sube la
harto. Entonces va a haber mucha tempestad. En —El sol, la luna, o Sirio
y el Lucero, ¿tienen
tonces, para ir a recalar a un puerto tempranamen influencia en la tierra y en el hombre?
te, y estar ahí, esperar que pase el viento ". -"Sí, tiene que tener, porque si no habría
—Estos
signos, ¿se producen porque las estre esas cosas, el'mundo, no existiría nadie, nahabria
llas tienen alguna relación con el hombre? ningún movimiento de la gente, nosotros, de los

-"La compañía del hombre son


las estrellas, humanos (. .) Todo lo
cobija el espacio, porque

porque, desde luego, uno tiene una estrella tam estamos dentro de ellos, y ellos nos dominan y en

bién que le refleja allí (señalando al cielo)K y en ellos está la vida. Si no habría eso, entonces quizás

tonces nosotros también todos tenemos una estre no viviríamos nada ".

lla y nos dirige nuestro camino por donde nosotros El relato de nuestra informante incluye ciertas
nos vamos. Si no tendríamos una estrella, no ten afirmaciones cuyo alcance conviene precisar. Inte

dríamos por dónde ir (. .)


Contaba papá que to resa particularmente el paralelismo que establece

dos nosotros tenemos una estrella en el cielo, la entre las luminarias sol/luna y el hombre, paralelis

que nos dirige a nosotros a la tierra. Por eso tene-


mo que funciona sobre la base de un sujeto eje y
un satélite acompañante.

/ \
/
\
/

\
®
eip
Q O
Veamos cómo opera el sistema dentro del si el hecho de ser acompañado de un satéÜte, como

guiente diagrama. En él podemos distinguir el nú es su estrella personal, el hombre hombre participa


cleo, compuesto por el sol (S), la luna (L) y, el del carácter astral del núcleo y se incluye en el ám

hombre (H), y un anillo exterior, integrado por los bito del ordenamiento divino, pero lo errático de
Lucero-
satélites Sirio (s), (1) y estrella personal su comportamiento lo coloca de lleno en-el plano
(e.p.). Este anillo exterior es homogéneo por natu de las realidades terrenas. Resolver este problema
raleza (los tres cuerpos que lo integran son significa encontrar el significado profundo del mito.
estrellas)
y por acción (los tres tienen un curso inmutable). Para los efectos de una mayor claridad en el

En lo que al núcleo se refiere, de los tres seres que análisis, el estudio de las estructuras del mito cons

lo conforman, el sol y la luna tienen un comporta tituye una fórmula adecuada. Ordenando los mite-

miento predecible y exacto,- que le da al sistema su mas en el eje de la síncrona (ordenación paradig-

regularidad ejemplar, en tanto que el tercer inte mático-acronológica), queda al descubierto el jue
grante —el hombre— aparece como un elemento go dialéctico contradicción/mediación que estruc

perturbador que rompe la simetría del sistema. Por tura el texto del relato:

41
Perfecto
MUNDO ASTRAL inmutable
modélico
(-)
regido por una ley

HOMBRE MEDIADOR Mezcla lo astral

(--) y lo terrenal

Imperfecto
MUNDO TERRENAL acontece diariamente
proteico
(-)
regido por el azar

Esta estructura aparece en otros mitos que ya ca del esquema estructural (Cf. Gérard Genette,
hemos analizado, y sirve para definir las relaciones Estructuralismo y crítica literaria, en Lévi-Strauss:
que amarran unos elementos con otros dentro de Estructuralismo y dialéctica. Paidós, Bs. As., 1968,
un sistema regido por la racionalidad y la coheren p. 78).
Pero "sobrante de (Paul Ri
sentido"

cia. hay un Buscando, entonces, el comienzo de una posi


coeur) que no se agota en la estructura, en la red ble solución, conviene retomar el relato y desde él
de relaciones o en el sistema, sino que busca su sig intentar un desarrollo hermenéutico.
nificado en el carácter azaroso del evento, en la La secuencia narrativa es clara: el sol, la luna y
"compañía"
ocurrencia individual e imprevisible del suceso (or el hombre tienen como Sirio, al Lu
a
denación sintagmático-cronológica). Y esta signifi cero y a la estrella personal. Ello significa, dentro
cación, "susceptible de ser vivida por la conciencia de la lógica del texto, que los distintos elementos
crítica", se da en el eje de la eventualidad histórica del sistema se vinculan entre sí de acuerdo a las si
de la diacronía más que en la verticalidad sincróni guientes proporciones:

sol luna hombre


sino lucero estrella personal

En esta cadena, las dos primeras razones ^usa


mos la palabra "razón" en el sentido de "resultado ma. La justificación de semejante anomalía no la
de la comparación de dos entidades"- son simila entrega directamente el texto mismo de la narra

res. La razón sol/sirio es equivalente a la razón lu ción, la constelación mí


sino que está sugerida por
na/lucero. La tercera razón .-hombre/estrella per tica dentro de la de la estrella personal
cual el mito
sonal- las-
sería concordante con anteriores sólo en se incrusta. La desaparición del hombre del espacio
"hombre"
el caso en el que el factor fuera una es mitológico astral sería el fruto de una falta, de la
trella. Ese pareciera ser el sentido insinuado por la cual dan cuenta otros mitos, como son, por ejem
letra del texto. Si aceptamos que el hombre es otra plo, los del diluvio, que más adelante analizaremos.

luminaria más en el espacio, el conjunto adquiere Dejando para ese momento el estudio más de
coherencia y el espacio por el que circula se hace tenido del tema, bástenos al presente con la recons
homogéneo. Quedaría por explicar, sin embargo, titución de una historia hecha de tres capítulos, los
por qué, siendo el hombre un astro, su curso no si
que, como la nave Lucerna, abarcan la totalidad de
gue la órbita que le corresponde dentro del siste-
la epopeya humana:
42
Primer capítulo: En el principio, el hombre y Esta historia es similar a la que postulamos
su estrella personal eran uno. como contenido del mito único primordial (unidad
Segundo capítulo: En la actualidad, el hombre de origen; separación forzosa, conservándose la
y su estrella personal están separados. ] nostalgiade la unión primera; vínculo restablecido
Tercer capítulo: En el
futuro, el hombre y su en el futuro escatólogico), estructura que se repro
estrella personal volverán a ser uno. duce infinidad de mitos y en diversas fórmulas
en

sociales y culturales adoptadas por los huilliches.

/ \
\

U
Intermedio Histórico

\ /
\
/
Escatología Mítica

73: hombre
>1 e.p.: estrella personal

8. EL MITO DEL DILUVIO mológico chilote, Edit. Nascimento, 1976; Renato


Cárdenas, Carlos Alberto Trujillo, Apuntes para un
En general, la crítica no ha reparado en el ca diccionario de Chiloé, Edic. Aumen, Ancud, 1978).
rácter astral del mito del Diluvio. Basta, sin embar Pero no se trata sólo de las grandes narraciones que
go, destacar ciertos detalles para poder comprobar "ponen enjuego un espacio, un tiempo, personajes
lo: el nombre de la protagonista (Guanilén: hija de incorporados a la forma de la (Paul Ri
narración"

las estrellas; o EntúUahueñ: hija del sol); y el cerro coeur, Hermenéutica de los símbolos y reflexión
salvador que sube hasta al cielo. Sobre la base de filosófica, en AUCH oct/dic. 1965, p. 13), sino,
esta afirmación es posible intentar un análisis del también, de figuras de otros mitos, procedentes,
mito en cuestión. éstos de mayor diferente. Es
últimos, algún relato

En la actualidad, el mito del diluvio práctica el caso del Trauco o de la ya mencionada Guanilén
tiene vigencia en lo tie de Entullahueñ— han dado vida
mente no Chiloé, como sí —variante ,
que

nen, por ejemplo, de la Noche de San Juan o el


el autónoma a .
tradiciones específicas, aun cuando
de los Brujos. Sin embargo, en la ciudad de Castro originalmente hayan formado parte del coro de ac

existe un cerro Tentén, que es, a la vez, el nombre tores que animaban el viejo mito del Diluvio.
de un personaje indisolublemente asociado al rela Para los efectos del análisis, recurriremos a
to del Diluvio. Pese a ello, hay que "reconocer que cuatro versiones: la de Renato Cárdenas (Op. cit.,
el polo a partir del cual se desarrolla el mito es una p. 83), la de Bernardo Quintana Mancilla (Op. cit.,

creencia araucana y es a ella ala que hay que acu p. ), la de Nicasio Tangol (Op. cit., p. 112, 133)
dir para recomponer la historia. Lo dicho no signi y la del religioso redentorista Housse ("Epopeya
fica pedir en préstamo una tradición para cúbra india", citado por Esteban Erize, Diccionario co
los vacíos que presenta el corpus myticum de Chi mentado mapuche-español, Edit. Yepun-Bahía
loé. De hecho, existen relatos isleños que entregan Blanca, Bs. As., 1960, p. 135j recogido por Cons
noticia importante sobre el tema. (Cf. Bernardo tantino Contreras, Estudio lingüístico-folklórico de
Quintana Mancilla, Chiloé mitológico, Edit. San Chiloé, separata del Boletín de Filología, Instituto
Francisco, 1965; Nicasio Tangol, Diccionario eti de Filología, UCH., Edit. Universitaria, Stgo.,

43
tierra"

1966, p. 145). poder, descargó el Diluvio sobre la


Todas estas versiones coinciden en tres aspec

tos: a) la pugna del agua por cubrir la tierra y el es Por su parte, Constantino Contreras resume
fuerzo de ésta por impedirlo mediante el expedien asila versión del P. Housse:
te de hacer crecer los cerros; b) la intervención del
señor de las aguas, Caicaivñú, y del señor de la tie "Entuttahueñ, hermosa como una tórtola, ka-

rra, Tentenvüú; c) la salvación de algunos hombres, bt'a ido al río a recoger cangrejos. Chrauco, sátiro

especialmente por la vía de la ascención del cerro marino, de patas de guanaco, cola de pez, pelo de
Tentén o la transformación en peces por obra del erizo, de afilados pitones, vio ala joven y saltó a

señor de la tierra. eüa. La india le asestó tal palo en la cabeza que el

Donde sí hay diferencias es en la determina monstruo cayó en llamando a su madre, la


la arena

ción de la causa de la inundación, o en el motivo culebra Caicaivilú. Acudió ésta, enroscó la cola en

de la misma. Así, Renato Cárdenas señala la malva la pierna de la niña, la arrastró a un acantilado pró
da disposición del señor de las aguas: ximo y la sujetó allí a una roca. La cautiva tuvo

"Cai-Cai Vüú se dispuso exterminar la especie (fue ser, por la fuerza, la esposa del fauno y tuvo

humana elevando las aguas del mar". una hija de Caicaivilú pretendió desposar con Pi

Es la misma situación que Bernardo Quintana llán, jefe de los espíritus del aire". 'El relato conti
apunta: núa con el rescate de Entullahueñ y su hijo por
"Un día apareció el espíritu de las aguas en Chrenchrén, la buena serpiente de la montaña; ésta

forma de culebra monstruosa, con cierto aspecto la lleva a su morada en la cordillera. Viene luego la

de animal acuático. Por orden de ésta, las aguas del venganza de Caicaivilú, quien para ahogar a su

mar iniciaron un veloz descenso, inundando las tie enemiga avisa a Pillán del suceso; éste reúne a sus

rras bajas y los valles ". subalternos, los Pülañetes,y con su ayuda produce

Nicasio Tangol nps informa acerca del motivo el diluvio '.


que desencadena la ira destructora de Caicaivñú: La determinación de la causa del Diluvio co
"Caicaivilú quiso castigar a los hombres por rresponde a una cierta concepción del mal, lo que

haber dejado el mar para ir a vivir a la tierra. Era nos lleva a analizar lo que las diversas versiones sos

tanta su indignación, que decidió acabar de una vez tienen al respecto. Para una mayor claridad con

con toda la hurnanidact. rara eub, valiéndose de su viene sistematizar en un cuadro lo afirmado por las
cuatro versiones:

Fenómeno Causa remota Causa próxima Motivo

deseo de
R. Cárdenas crecida mala intención orden de extenninio de
de aguas de Caicaivilú Caicaivilú la especie
humana

enemistad contra orden de deseo de adscríba


B. Quintana Crecida
lo terrestre a lo
de aguas
todo lo terrestre Caicaivilú
marino

voluntad de castigo hombres dejan


N. Tangol Diluvio Caicaivilú ejerce el mar
por parte de van a tierra
su poder y
/caicaivilú

1) Resistencia de
deseo de venganza Entullahueñ a
contre Tentenvüú Pillán y requerimientos del
P. Housse Diluvio. por rescatar a
Pillañetes Trauco.
Entullahueñ 2)Intervención de
Tentenvilú en favor
de Entullahueñ
44
La lectura superpuesta de las distintas versio CTterrninio es la enemistad que cultiva contra todo
"sensación"
nes anotadas deja la de que lo que está lo terrestre. El motivo confeso es el deseo de ads
en juego no es una fantasía narrativa activada para cribir lo terrestre a lo marino: "Coi-coi-vilú, diosa

placer de los oyentes, sino una escena tenebrosa en de las aguas, origen de todo lo existente en ellas,
la que se juega el destino del hombre. La vieja téc enemiga de la vida terrestre, animal
y vegetal, que
nica de confrontar dragones y princesas tiene aquí desea incorporar a sus dominios, en el fondo de los
desde un (Ibid.). De
mares"

una expresión durísima, reflejada, ya acuerdo a ello, la existencia de


comienzo, en los términos que ambientan la acción un mundo ajeno al mundo de las aguas es la "cul
pa"

dramática: culebra monstruosa, sátiro marino de que provoca la ira


y justifica el castigo. Vistas
patas de guanaco, afilados pitones, asalto y comba así las cosas, el texto muestra una riqueza impre
"unificar"
te a palos, cola que enrosca la pierna de la niña, vista, simbolizada en la voluntad de el

acantilados, sentimientos de ira e indignación, y mundo dividido. Es cierto que el propósito unita

propósitos de venganza. Personajes, emociones y rio busca prosperar gracias a la aniquilación de uno

acción se dan cita para montar el tablado en el que de los elementos en discordia —el
terrenal—, pese a

fuerzas superiores se disputan alhombre pomo he lo cual la fórmula que baraja del mito
esta versión

rencia. Y éste es, justamente, uno de los elementos marca un progreso con respecto a la primera, pues
"causa"
más eficaces para provocar la tensión dramática establece una del castigo. Pero "causa" no
"responsabilidad"
es sinónimo de El Diluvio es
que se percibe al interior del
relato. La simbología
"fundado"
por cuanto sanciona un desorden —el
(culebras enemigas, hermosa como una tórto
niña
"injusto"
mundo dividido—, pero a la vez es por el
la, Traucos y Pillanes) hace tolerable lo que dicho
directamente sería insufrible: el poder del mal que hecho de aplicar el correctivo a quien no lo merece.
maneja la suerte del hombre, sin que éste pueda
El tercer relato (Nicasio Tangol) especifica
aún más lo aportado por el de Quintana, introdu
sustraerse a su designio de perdición.
ciendo antecedentes que enriquecen el cuadro. La
En la primera versión del mito del Diluvio
determinación del carácter delictual de un hecho
(Renato Cárdenas), la presencia del mal está auto-
no es ya atributo de un juez terrible -Caicaivilú—,
justificada. El mal está allí, como un supuesto in
que establece arbitrariamente lo que debe ser cas
discutible, anterior al hombre y a su acción, sea és
ta buena o mala. Frente a ese mal, consubstancial tigado con préscindencia total de cualquier recurso

con todo lo existente y cuya existencia se remonta a una norma objetiva, ley o mandamiento. Al pre

a los orígenes mismos del tiempo primordial, el sente, existe realmente una falta exterior: los hom
hombre es una simple víctima, que no puede modi bres cambian su mundo de origen por —el
mar—

ficar su destino ni mejorar libremente su suerte. otro nuevo, que no es el que les corresponde. La
Como el héroe de "La vida es sueño", su única responsabilidad de este crimen es colectiva y recae

culpa es la de "haber nacido". El sentido literal del en la comunidad humana, que debe asumir las con
relato —deseo de exterminar la especie humana por
secuencias de haber ido más allá de los límites que

medio jle la crecida de las aguas— traspasa la res- su condición le imponía.


,

ponsabüidad del daño a Caicaivilú. Al absolver al La del P. Housse constituye un salto


narración

hombre de toda falta, se suprime automáticamente adelante que determina un cambio cualitativo fren
la conciencia de culpa. La integridad moral de la te a los otros relatos míticos. Por de pronto, la res
raza humana no está en cuestión, pues todo el mal ponsabilidad de los hechos es individual y no co
es exterior. Pese a ello, dicho mal es contaminante lectiva, lo que implica la emergencia de una verda
y corrompe por presencia, transformando la ino dera conciencia'ética. Igualmente, el juego del mal
cencia en malicia digna de castigo. El Diluvio tiene, se hace infinitamente más complejo. El germen de

entonces, la connotación perversa de ser una san la inmoralidad no está en Entullahueñ, sino en el
ción mágica y no moral, que hace culpable al ino Trauco, en Pillán y en los Pillañetes. Para la niña,
cente por el sólo expediente de descargarse sobre el delito consiste en resistirse a los requerimientos

él. Porque muero soy digno de que me maten. del Trauco, lo que desde el punto de vista moral

La segunda versión (Bernardo Quintana) con constituye una aberración. No obstante esta incon
serva fundamentalmente el mismo esquema, pero gruencia, no se puede sostener que se ha vuelto a la
agrega un elemento que introduce cierta racionali arbitrariedad pura o a la sinrazón. Por el contrario,
dad en la paranoia punitiva del relato anterior. Por se trata de crear las condiciones para que se haga
parte de Caicaivilú, lo que desata su voluntad de presente el verdadero drama. El mal no comienza

45
es anterior a él. El hombre como el señalado tiene la capacidad simbólica de
con el hombre, sino que
su lucha contra las fuerzas degradantes no es sino llevarnos al conocimiento de una tercera realidad.
y
el reflejo pálido de otro combate infinitamente Así, la batalla de Entullahueñ y el Trauco es signo
más sangriento: el combate cósmico del mal contra de la que se entabla entre Tentenvüú y Caicaivilú,
el bien, encarnados en las figuras de Caicaivilú y la que, a su vez, lo es de la verdadera y única bata
Tentenvüú. Lo desproporcionado y aberrante de la lla: la del bien contra el mal. Alcanzamos, con silo,
Entullahueñ es un símbolo ana algo que podríamos llamar "revelación", entendien
agresión que sufre

lógico de una realidad aue va más allá de lo expre- do con este término una superior inteligencia de la
El intento del mal por destruir el bien es tan realidad, que no estaría en el horizonte de nuestras
sable.

inicuo y vicioso que es imposible asomarse com posibilidades si no fuera por un mito como el del
prensivamente a ese abismo sin verse arrastrado Düuvio, que nos hace asequible ese "sobrante de
ya nos hemos referido. La lucha
sentido"

por el vértigo de la perversión. Porque inefable, el al que

mal ontológico -por decirlo de alguna


manera-
entre Entullahueñ la hiia del sol, y el Trauco, ente

puede ser formulado sólo recurriendo a la analogía mítico suprahumano, constituye la mediación

de un "razonamiento no concluyente que procede perfecta en esta guerra de contradicciones que

por cuartas A es a B como C es a


proporcionales: compromete, en su dinámica, el mundo submarino
D"
(P. Ricoeur, Op. cit., p. 9). Un razonamiento y el del espacio celestial.

BIEN (+)
TENTENVILU (+)

ENTULLAHUEÑ (4-)
V
t
4
* TRAUCO -

CAICAIVILÚ (-)
MAL (-)

A partir de un episodio violento y desmesura y la sobrevivencia de la tierra y de la especie hu


do como es el de la lucha entre Entullahueñ y el mana. Conviene ahora retomarla para cerrar la re

Trauco hemos tenido acceso a la confrontación de flexión sobre el mito del Düuvio.
los poderes que rigen el mundo (Tentenvüú/Caicai- La amenaza de muerte por inundación se con

vüú), para alcanzar, luego, hasta el nivel máximo jura por el crecimientode los cerros, por la ascen
de abstracción (Bien/Mal), Pero esta tercera etapa, sión de los hombres hasta las últimas cumbres, cer
aparentemente enajenada de los objetos sensibles ca del sol, o por el refugio que encuentra Entulla
entre los cuales se mueve el pensamiento mítico, hueñ en las altas moradas cordilleranas de Tenten
tiene la virtud de involucrar a todos los hombres, vüú. Es este retorno a las alturas lo que permite

que repiten, en el nivel de su personal


experiencia, que el sistema recupere el equilibrio perdido. Si
lo que en el suyo, intransferible, vive la Hija del Entullahueñ es la Hija del Sol -Guanüén, Hija de
sol. Con una diferencia. El mito maneja la noción las estrellas, en la versión huüliche— , su descenso a

de libertad a un nivel incipiente y embrionario. En la tierra la consagra como el lugar geométrico de


tullahueñ puede resistir el asedio del Trauco hasta todo el universo. Por ser hija del sol pertenece al
el punto de dejarlo fuera de combate, pero su suer ámbito del espacio astral. Pero también vive en la
te definitiva, adversa o favorable, está en otras ma
alta cordillera, camina por el bordemar en busca de
nos que las suyas. De ahí que a pesar del feliz tér cangrejos es seducida por un monstruo de las
y
mino de la historia, gracias a la intervención de profundidades marinas. Se completa, así, un siste

Tentenvüú, el mito esté marcado por un pesimis ma que incluye los ámbitos ya conocidos de mar,
mo trágico fácil de comprender. tierra y aire, agregando éste del espacio, con lo que
Hemos abandonado a medio camino la histo la estructura redonda de la constelación mítica lle
ria, dejando de lado la intervención de Tentenvüú na sus vacíos de acuerdo a lo postulado por el
prin-

41
cipio de totalidad del modelo teórico. Cuando este niño llora, señal es que el año será
Desde la perspectiva alcanzada conviene volver bueno. Superponiendo ambos relatos, salta a la vis
la vista al mito de la estrella personal. Allí quedaba ta el parecido que existe entre uno y otro. El ori

planteado el problema del proceder errático del gen vegetal —tronco o mujer vestida de verde—
la
hombre, actitud que cuestionaba su inserción en el pequenez de la criatura y el llanto anunciador de
núcleo de una constelación astral integrada por el bienes son elementos que evidentemente emparen-
sol y por la luna. A la luz de lo que llevamos dicho tan la flor Coñieuma con la Mandoma.
en relación con esta Hija del Sol -o de las estrellas, Pero estos mismos rasgos los encontramos en
que para el caso es lo mismo—, que abandona su una leyenda argentino-araucana, referida por Pas

lugar en la bóveda celeste para descender a la tie cual Painemüla Ñancuchen y recogida por el P. Fé

rra, vivir allí una dura prueba y retornar al cielo al lix de Augusta ("Cómo un español y su mujer se
postular una historia si volvieron ricos en su vejez", en Lecturas Araucanas,
cual pertenece, es posible
milar para el hombre, inconclusa aún, pero ya re Padres Las Casas, 1934, p. 130ss.). En esta narra
suelta en esperanza. El parentesco que hemos de ción se habla de una pareja de viejos que adoptan a

tectado entre diversos mitos nos autoriza para in una criatura que llora en el hueco de un tronco po

terpretar cada uno de eUos dentro de una sintaxis drido y que, pasando el tiempo, haría ricos a sus

mítica y no como cuerpos aislados, que no lo son. padres adoptivos.

El sentido de cada mito está en función del lugar El cuento incorpora otros elementos no con

que le corresponde dentro de signados en los relatos anteriores, tales como el ha


una totalidad, que es

la que, de llazgo de un caballo y de un compañero de viaje,


en definitiva, asigna a cada uno ellos el

significado propio. Para el caso concreto del mito hermano de adopción, los riesgos de muerte que co
de la rren ambos enla casa donde viven tres mujeres, ía
estrella personal, la hipótesis que planteamos
de Juan persecución que sufren por parte de la bruja y las
se ve reforzada por el mito Huentrío, con
cuya exposición pondremos fin pruebas que les propone un rey. Descartando estos
a este recorrido por
elementos acumulativos, que con variantes apare
el ámbito espacial del universo mítico de Chiloé.
cen en otras historias paralelas (cf. Ibid., pp. 75ss.
y 83ss.), importa referirse a dos aspectos míticos
9. MITO DEL HIJO DEL SOL de la relación, que delatan El
su condición astral.

primero es la hermanos hacen


captura que ambos
Es sabido que los mitos no tienen vida autóno del sol. por haber derretido la erasa que habían
ma. Los préstamos, contaminaciones y entrecruza-
puesto a secar: "mucho mal nos ha hecho el sol, ha
mientos arguméntales y temáticos demuestran has derretido, como vemos, nuestra grasa animal. Lo
ta qué punto es válido aqueüo de que cada mito es preso"

tomaremos (Ibid., p. 144).


lo que su conjunto, y la
que es preferible visualizar
El segundo aspecto descifra ef misterio del
constelación mítica antes que la individualidad de
origen de ambos hermanos: "Cuando ha
el sol se
cada situación o personaje. Es lo que ocurre con la
bía elevado todo sobre el horizonte, dijo Pedro:
mitología chüota. Pese a su innegable riqueza y a
'Así la cosa ahora, taita, mamita: os dejaremos,
es
la originalidad de no pocos de sus relatos, la globa-

lidad de su tradición mítica se inscribe en un uni


pues, desde hoy '. Luego autorizó a su padre para
que dispusiera de todos los animales y dejó a su pa
verso más amplio que el específicamente isleño.
dre y a su madre con una abundancia de oro.
A título de üustración, vale la pena referirse al
'Ahora nos vamos', dijeron 'No somos vuestros hi
mito de la Cofiieuma, flor de pétalos dorados que,
jos verdaderos. Nosotros somos seres del cielo. Nos
al abrirse en luna nueva (!), llora como si fuese un pondréis dos varas largas asentándolas en el patio.
niño (Cf. Renato Cárdenas, Carlos A. Trujülo, Op.
Subiremos hasta la punta de la vara. Allí entonces
cit., p. 26). En la versión de Nicasio Tangol, se tra nos convertiremos en palomas. No lloréis. Ahora
ta de una pequeña flor que suele encontrarse en los
tenéis muchos mozos para vuestro servicio '.Enton
troncos de los árboles. Tiene la "particularidad de
ces empezaron a subir. En la punta de las varas se
transformarse en una muñeca diminuta y de anun convirtieron en palomas. Con esto se acaba la his
ciar con su llanto el lugar donde se esconde un va toria"

(Ibid., p. 145).
lioso tesoro (Op. cit., p. 117). Pese a la diversa amplitud de las fábulas y al
Conversando un día con RH., nuestra infor carácter fragmentario que presentan las
transcrip
mante mencionó el mito de la Mandoma, mujer ciones chüotas en comparación con la
argentina,
vestida de verde que tiene un hijo del Trauco. estimamos que todas ellas pertenecen a un mismo

47
sistema, regido por idéntico código astral,
manifies-
-"somos seres del cielo"-, sin individualizar quién
ro en la versión araucana, implícito en el mito de era el padre de dichos seres.
la Coñieuma v desvanecido ya en el de la Mando En resumen, podemos concluir afirmando la
ma, que sólo conserva algunas de las líneas argu existencia de un cliclo mítico que explica la venida
méntales más exteriores. a la tierra de un ser de las alturas, un hijo del sol,
"vaporización"
No obstante esta desdibuja- que cumple funciones esperanzadoras
y y providen
miento del mito, es posible todavía fijar el contor tes, y que luego de finiquitada su misión, retorna
no del molde narrativo dentro del cual encaja la al cielo del cual proviene. Tocamos con ello un
historia de estos seres celestiales que bajaron a la punto central en nuestro estudio. Todos los análi
tierra y que retornaron a su lugar de origen luego sis realizados hasta el presente postulaban un per
de cumplir una serie de pruebas, situación que es sonaje como este "Hijo del Sol", hasta el punto que

coherente con otras sirrálares registradas en los mi su presencia se imponía teóricamente, pese a que
tos del düuvio y de la estrella personal, ya analiza aún no contábamos con antecedentes concretos
dos. Sin apurar excesivamente la afirmación, qui que probaran su existencia real. El cuento arauca
zás el héroe Millalonko (Cabeza de oro),
civilizador no transcrito nos entrega ahora una primera noti
que Alejandro Cañas Pinochet reconoce presente cia sobre la materia. Pero esta referencia no sería
en viejas tradiciones chilotas olvidadas, tenga algo suficiente si no estuviera avalada por dos informes
que ver con todo esto (Cf. A.C.P., Estudio de la de innegable valor en lo que toca a nuestro propó
lengua veliche, T. I, Cuarto Congreso Científico, sito. Se trata de dos textos del siglo XVII, de dis
Sección Ciencias Naturales, Antropológicas y Et tinto origen no contagiados entre sí.
y
nológicas, Stgo. de Chüe, 1911. Citado por Jorge El primero de eUos corresponde al Sermón K
Dowling, Religión, chamanismo y mitología mapu que el Padre Luis de Valdivia SJ. redactara en 'len
ches. Edit. Universitaria, 1973, p. 33).
Chile"
gua de y que se imprimiera en 1 621 Su ver
.

Hemos hablado de análogas narrativas. Al res sión casteüana dice así:". El Pillán, ni él~Ma-

pecto, imposible pasar por alto esta relación de reupuante, ni el Huecuvoe, no pueden quitar los
Domingo Segundo Wenuñamko, recogida igual pecados, ni pueden salir con la sangre q se hacen
mente por el P. Félix de Augusta (op. cit., p. 246): nuestros neges, los pecados de los hombres. No
hay Mareupuante, Huecuvoe, ni cosa alguna q
ni
El Hijo del Sol sea Pillan, o Mareupuante, ni Huecuvoe. El sol no
tiene vida, pues lo que no tiene vida, como puede
"Erase, dicen, hace mucho tiempo una joven.
tener hijo, y lo que no viue en si, como puede dar
No la había amado ningún hombre y ya se había
vida a otros. Tu lo que no tienes no lo das a otro,
hecho solterona Del todo se aburrió, salió a un lu
pues como el sol q no viue, ni tiene vida, puede dar
gar con bella vista; entonces, dicen, allí se echó a
vida a los hombres enteramente. El sol no viue, ni
tierra. Entonces se bajó adonde ella el alma del sol.
si tuuiera hijo viuiera su hijo, y si el Mareupuante
Este le dio sueño, la hizo dormir y la dejó embara
no tiene vida, como os auia de dar la vida a voso
zada. Un mes después dio a luz su criatura. Inme
tros. Mentira muy grande es dezir q el sol tiene hi
diatamente lo crió, era hijo hombre. En un año fue
jo. Y como no hay Mareupuante, assi es mentira
joven grande. Esta pobre mujer era en realidad Pillan"
dezir que ay (P. Félix de Augusta, Op. cit.,
muy pobre. Entonces de repente entró una oscuri
p. 214. Los subrayados son nuestros).
dad, ya no amaneció. A esto se angustiaron los

Entonces hombre Comentando este texto, el P. Félix establece


hombres de todo el mundo. este

joven: 'Si me pagan, iré donde el sol


y lo abriré',
las siguientes conclusiones: 1) Mari epu (doce) es
sol', dijo. Después,
el nombre que se le da a la "doble füa de cántaros
dijo el joven, padre mío es el

todo el mundo le dio plata. Entonces fue él adon con chicha que se ponen en las rogativas, con cuyo
". contenido se hacen aspersiones hacia la salida del
de su padre en el cielo y lo abrió otra vez Ng'

Este relato, que obviamente pertenece al mis sol, acompañadas de invocaciones dirigidas al
nechen o tal vez a los (Ibid., p. 216).
espíritus"

mo ciclo que los anteriores, pese a la economía


Designa también, a las tortillas que acompañaban
tamática que lo caracteriza, destaca la filiación so
las libaciones ceremoniales (Ibid.). 2) Antü signifi
lar del protagonista -"iñche ñi chau chi antü", pa

dre mío es el sol—, lo que constituye un avance en


ca "sol". 3) La combinación de estas palabras -Ma

con el cuento que solamen


ri epu antü, diez, dos, constituye el nombre
sol—
relación araucano,
afirmaba el origen celestial de los protagonisti
propio del Hijo del Sol, personaje que protagoniza

41
"Ng'
el mito de Mareupuantú: nechen que es hom dos divinidades (Pillan y Maruapoante) se concre
bre y mujer, tiene hijo que sería el Mareupuantú tan todas las
supersticiones"

(Ibid., p. 204).
que dio vida a los hombres y a quien se refiriese el El rescate que ha hecho la antropóloga Louisa
"maréupu"
sacrificio incruento del o "maréwe- R. Stark de los textos arriba transcritos constituye
pull", sin que de eso se diesen cuenta los araucanos un aporte importante al conocimiento de la cultu

(Ibid., p. 217).
modernos"

ra y creencias huilliches, sobre todo por tratarse de

Un segundo texto, también del siglo XVII, es testimonios del siglo XVIL siglo del cual existe po
el que se encuentra en la "Historia Naturalis Brasi- ca documentación.
liae"

(Georg Margraf y Guillermo Piso, Historia El testimonio de Margraf merece un comenta


Naturalis Brasiliae, Auspicio et Beneficio Wustris. rio extenso, que al presente no estamos en condi
I. Mauritii Com. Nassau, Lugduni Batavorum, F. ciones de realizar. No podemos, sin
embargo, ex
Hackius et Amstelodami, Lud. Elzevirius, fol. cusarnos de hacer un breve alcance al carácter mí
"Maruapoante"
(XII), 122, (2), (VII), 293, (7) p., Leiden. 1648. tico fecundador del dios (Marua
Citado por Louisa R. Stark, Department of Anthro peante, Mareupuantú —

hijo del sol), y al culto que

pology, University of Wisconsin-Madison, "Acerca en tal calidad se le rinde. El rito recupera la condi

de los huilliches. Documento de la primera mitad ción portentosa de la rutina de la fertilidad, y esce
del S. XVII", en Estudios Füológicos, Facultad de nifica, frente a la comunidad, el "orden" que regu
Letras y Educación, Universidad Austral de Chüe, la al Insertándose en ese orden es como el
mundo.

Valdivia, 1980, N. 15, p. 193-213). Corresponde individuo, la familia y la comunidad garantizan su


este texto a la información que Margraf recoge de permanencia en un sistema, que se renueva en vir
expedicionarios holandeses que formaban parte del tud de la de este fecundante Hijo del Sol
acción

séquito del príncipe Mauricio de Nassau y que par (Cf. Ad. E. Jensen, Op. cit., p. 54ss.). Se trata,
tiendo de Recife, Brasü, tocan las costas de Chiloé como vemos, de una nueva presencia de la dimen

el Io de Mayo de 1643. Un año dura la aventura sión astral en el modelo mítico de Chfloé.
holandesa en Chüe, alcanzando hasta Valdivia. Du
rante ese tiempo, recogen importante noticia sobre 10. SÍNTESIS Y CONCLUSIÓN
los de la cual reproducimos algunos pá
huilliches,
rrafos que dicen relación con nuestro estudio. En Iniciamos la escasa
este estudio comprobando
el capítulo II de la referida "Historia Naturalis información los mitos de espacio,
existente sobre

hay una descripción de las ceremonias del matri situación extraña dentro de un área tan rica en mi

monio. Allí se hace alusión al dios Maruapeante: tos como es la isla de Chüoé.
"El banquete nupcial se prepara con la comida que Una segunda lectura de los diversos mitos nos
proporciona el novio, mientras el padre de la des permitió registrar huellas de lo que podría haber

posada proporciona la bebida. Este último da la sido un yacimiento de mitología astral: Guarúlén,

mitad del precio pagado por su hija a sus parientes, 1$. hija de las estrenas; la relación entre la navega
de lo ayudarán a obtener el "Chi-
modo que ellos ción, la siembra, las mareas y la luna, por una par
para el banquete. Después de varios días, los te, y la creencia de que la vida humana y su dure-
cam"

parientes de la mujer visitan a la pareja. El esposo ción están vinculadas a las fases de la luna y a las
los recibe con un banquete y todos ellos cantan en mareas; ciertos ritos mágicos de curación con el ju
Maruapeante"

honor de (Ibid., p. 202). go del paudén, obtenido en noches de luna; y algu


En el capítulo III, referido a creencias, culto y nos dichos populares, que conservan resabios de un
religión, se nos informa de la naturaleza y
acerca difuso pensamiento mítico astral.
función de dicho Dios: "Además de esto, veneran Con los antecedentes señalados, con la ayuda
otro espíritu, o falsa divinidad, que llaman "Ma- de informantes del lugar, con el apoyo de cuentos
ruapoante". La función principal de esta deidad es y relatos míticos más extensos del área mapuche
indicar deberían casar o tener relaciones
cuándo se —dentro de cuyo contexto global se ubica el "cor-

de Chüoé— y con el testimonio de


myticum"

sexuales. Ellos creen que las mujeres quedan emba pus

de la Colonia y de expedicionarios holan


"Maruapoante"
razadas cuando les ordena tener cronistas

relaciones sexuales con ellas. Cuando uno ¡es pre deses del S. XVII fue posible reconstruir la banda
gunta cómo hablan con este demonio o cómo les celeste del modelo mitológico que postulábamos

aconseja, responden que se hace por inspiración y teóricamente.


en sueños que han estado precedidos por cánticos El mito de las dos lunas, el balseo de las áni
dirigidos a él, que le dan su inspiración. Y en estas mas, la nave Lucerna, la estrella personal del hom-
49
bTe, el düuvio y el conjunto formado por Mareu- bién luz a rincones oscuros de esta historia.
puantü Hijo del Sol-, la flor Coñieuma y la
-el Todos los elementos señalados concurren a la
Mandoma constituyen, en este primer acercamien aventura de reescribir la historia de Chüoé, pues

to, el repertorio fundamental de mitos ouránicos o conservan, como un depósito sagrado, la memoria
de A ellos, tentativamente, habría que
espacio. de una antigua gesta. El siguiente modelo evoluti
agregar los de Mülalonko y Juan Huentrío, héroes vo, adaptado a una hipótesis acerca del origen del
civilizadores de origen celestial. Del primero ya no sistema solar nos puede servir de guía. Al ordenar
hay recuerdo, y el segundo aparece en fecha muy los capítulos de esta historia, hacemos la salvedad
reciente (¿1946?), como resultado de una misión que dicho orden no corresponde necesariamente al

de rescate cultural y social que los huilliches del modo como la evolución mítica de Chüoé se fue
continente realizan en favor de sus hermanos isle dando en el tiempo, pues lo primero que se conoce
ños, reducidos, en esa época, a una condición pró no siempre es lo primero en el orden de la casuali

xima al colapso. Es en el momento de máxima de dad. Veamos, entonces, cómo podría ordenarse
cadencia cuando aparece este Huentrío (— indio nuestra historia mítica.

poderoso) como salvador mítico que devuelve len

gua y costumbres a quienes ya no hablaban veliche


a) Materia mítica primordial

y se habían desvinculado de sus raíces y prácticas

tradicionales. Una especie de nebuloso informe, de bajísima


El registro de los mitos astrales arriba mencio densidad ontológica, que integra dentro de su masa

nados fue acompañado de un primer análisis, que a unos pocos elementos —principio material neu
dejó al descubierto lo que podríamos llamar "dese tro, aliento espiritual inerte, naturaleza incoada y
chos residuales de una historia sagrada", cuya re potenciales tendencias animistas-. Algo así como
constitución está en estrecha dependencia de la re una aglomeración inestable de materia prima indi-

organización del material mítico que se realice. ferenciada. Las futuras condensaciones podrían,
Ng'
Y es ésta, quizás, la gran conclusión que po eventualmente, dar origen a un nechen bisexua-

dría desprenderse del presente trabajo: la compren do, a un mundo hecho de tierra, agua, aire y fuego,

sión de los mitos es posible sólo en la medida en a los seres que gobiernan estos elementos, a un hí
que esos mitos sean restituidos al medio natural, brido como el Cuchivüu, o al hombre nacido en el
social y cultural en el cual nacieron. El sentido seno de una sociedad deterrninada. Es el tiempo de

profundo del relato es producto del encuentro en la unidad material como única realidad existente.
"texto"
tre y "contexto". Es este cruce de líneas
lo que permite que el contenido racional de una

narración mítica se enriquezca con la función que


b) El sol (Antü) y la luna (Küyen')
dicha narración cumple, 1 ) en la percepción del or

den sagrado que rige el mundo, 2) en el culto que Las fuerzas gravitatorias que se desprenden de
encarna ese tipo de percepción, 3) en la configura los elementos que integran la nebulosa mítica ha
ción de un sistema social que reproduce adaptiva-
cen que ésta se con lo que la masa pró
contraiga,
mente el orden universal conocido y, 4) en el ajus
xima al centro se hace más grande y densa, gene
te de todos los fundamentales de la vida
actos
rando luz y energía. Es el comienzo del sol mítico
—navegación, siembra, pesca y
cosecha—
a los rit
Antü, principio supremo de todo lo existente en el
mos rituales de la naturaleza (Cf. Ad. E. Jensen,
cielo y en la tierra. Es el tiempo de la unidad cau
Op. cit., p. 54ss). potencial. Todas las cosas
sal y de la multiplicidad
El hombre de las islas vive este cúmulo de ex están en Antü como en su causa.
periencias como un todo indisoluble y simultáneo. Existen rogativas araucanas que hablan de un
"ahora"
Pero este de la experiencia remite a un ser creador de todo, dominador y pastor, vitaliza-

"antes"
mítico originante. La experiencia del pre
dor, fecundador, señor de las fuerzas de la natura
sente es impensable sin una historia, cuya crónica
leza, habitante de un palacio en el cénit del cielo,
se encuentra desperdigada hoy en mitos, leyendas, padre la vez -Rey Chau, Rey Kushe-,
madre a
y
tradiciones, cuentos folklóricos, cantos, romances, anciano de días, ¿eterno? —Rey Fücha— Aunque .

rimas, adivinanzas, refranes, prácticas sociales reve no hemos encontrado un relato simüar en la mito
ladoras de un culto ya perdido, fiestas, baües y jue logía chüota, el mito de Mereupuantü, reconocida
gos. Un incursión por las creencias supersticiosas
y mente huüliche, establece la filiación del héroe con
por el mundo de la medicina popular daría, tam el sol, lo que autoriza suponer una narración más

51
amplia, ya perdida, que sólo aflora en circunstan los hombres y luego los visitó para enseñarles as
las de la pectos básicos de su vida. La primera versión pre
cias tan excepcionales como podrían ser

entronización de un nuevo cacique. En esa ocasión senta marcadas afinidades con el relato del origen

la del culto, la antigua creencia


del mundo del indio Naneo, según testimonio de
se rescata, por vía

en el dios Sol(l). Sperata R. de Sauniere (Cuentos populares arauca


Casi identificada con el sol, quizás subordi nosy chüenos, Edit. Nascimento, 1975, p. 21 1).
nándosele y en todo caso originada en ese tiempo
anterior al tiempo, está hermana
la luna, esposa o e) Naturaleza, dioses y hombres
del sol, o con él principio consubstancial. Además
En esta etapa, la constelación mítica solar al
de cubrir la totalidad del espacio y de presidir la
canza la temperatura crítica necesaria para desen
la luna determina las mareas y los
noche, (Küyen') cadenar el proceso de conformación del universo
tiempos de siembra y cosecha. Fija, también, los
sensible. Hasta este momento, la tierra aparece in
plazos de la existencia humana, señala el momento
forme y despoblada, y su transfonnación en "natu
para el balseo de las ánimas y precisa el cuándo de
geográficos, elementos y fenó
raleza"

—accidentes

los ritos mágicos.


menos telúricos, flora y fauna, paisaje y hombre-

opera con el concurso de seres intermedios —deida


'dema'

c) El Hijo del Sol (Mareupuantú) des los llama Jensen (Op. cit., p. lOlss)—
que presiden y controlan los distintos ámbitos del

La irradiación de energía del dios-sol Antü, mundo percibido.

más la acumulación de partículas de la materia mí A esta fase corresponden las primeras conden

tica primordial (ver "a"), da como fruto una primera saciones míticas terrenas: Caicaivüú y, probable
condensación legendaria: el Hijo del Sol. Aunque mente, el Millalobo, la Pincoya y la Pulula, señores

unido al astro rey por una fuerza de gravitación gi y guardianes del mar y de sus productos, como.
gantesca, Mareupuantü es capaz de separarse del también, Tentenvüú, Pillán y la Mandoma, recto
sol y seguir una trayectoria que, andando el tiem resde la tierra, de sus beneficios y cataclismos.
po, lo traerá hasta la tierra, para devolverlo, poste Entre este momento y el del düuvio, que le se

riormente, a su lugar de origen en el cielo. Es posi guirá, transcurre un lapso prolongado, en el que to
ble que los héroes civilizadores Millalonko y Juan do lo que puebla la tierra hace el aprendizaje expe

Huentrío tengan algo que ver con el Hijo del Sol. rimental de su condición. Tiempo de gestación de
la polarización radical del universo —unidad/plura

d) Sirio, Lucero y Estrella personal lidad; bien/mal—, que precipitará, luego del gran

cataclismo, la aparición de las características actua

El primer gran ciclo generacional de la mitolo les del mundo.

gía -el ciclo celeste— la aparición de


se cierra con De atenernos a algunas versiones de la crea
del sol, de la luna y del hom del hombre
"acompañantes"
los ción y del dluvio, el habitar original

bre. Sirio, el Lucero y la estrella personal son con habría sido el mar, pero por curiosidad o seduc

densaciones que se agregan a la primera constelación ción —primeras


pasiones— es sustituido por la tie
mítica, formando con ella un todo coherente. No rra. Ello constituye una deserción intolerable que

está muy claro si Mareupuantü es el primer hom prov.oca la ira de Caicaivüú y explica el castigo del
bre, del cual habría nacido la raza humana, o si fue düuvio.
un dios no humano que dio en un comienzo vida a

f) El Diluvio

1) "En la mañana se hace una sagrada cere Esta catástrofe, que señala el térrnino del ciclo
"monzón"
monia, cuando nace el sol. Se carnea un mítico de los orígenes fabulosos y el comienzo del
(animal vacuno de dos años y medio) que se ofrece tiempo histórico, estructura la condición atomiza
al Padre Sol, que nos alumbra da el futuro y
y nos da de los cientos de islas de Chüoé y, desde el pun
el producto de la tierra". Declaración de Rodrigo to de vista sociocultural, organiza la colectividad
Na ín Rain al ser entronizado cacique en Chadmo, huilliche conforme a esquemas míticos desarrolla
Chiloé. Cf. "El Mercurio" 13/11/83, Cuerpo C/14. dos a partir del dfluvio (unida d/pluralidad; pueblo/
Ver Tb. P. Félix de Augusta, Op. cit., pp. 2-4; 208- fratrías). Piedras y cahuelches —hombres trans
209. formados en peces por Tentenvüú para salvarlos de

51
las aguas—
se casan con las mujeres que libraron turaleza estabilizan al hombre en un mundo
que,
üesas de la inundación, dando origen a sus familias de alguna manera, aparece como hecho a su medi

y clanes totémicos. Estos reproducen las pautas da. Sobre este mundo sobreviene un nuevo aconte

ejemplares que surgen a partir de la segunda gene cimiento —la conquista española—, equivalente a la

ración de seres míticos, terrestres y marinos, de irrupción violenta de un cuerpo extraño dentro de
acuerdo a complicados modelos endogámicos o un mecanismo delicado, con las inevitables conse
mixtos. cuencias de desequilibrio y fractura del sistema.
En esta línea, es posible establecer lazos gene
racionales y entrecruzamientos de varias familias g) La conquista española y el cristianismo

míticas (Huenchur/Huenchula/Pincoya/Pulula), y FJ conquistador ibero


América lle
que viene a
reconocer los matrimonios múltiples de ciertos
ga armado de una las razones aristo
doble coraza:
personajes, algunos de ellos incestuosos (Mülalobo justa"
télicas que autorizan una "guerra de exter
con Huenchula y Pincoya; Pincoya con Mülalobo y
minio de los bárbaros (1) y los afanes apostólicos
Pincoy; Trauco con la Mandoma y la Fiura, etc.). que buscan la erradicación de las supersticiones
Seres antropomorfos (el Tempücahue, la Con
aberrantes que dificultan la expansión de la fe cris
dena . . zoomorfos (el Camahueto, el Trehuaco
.),
tiana (2). Semejante andamiaje doctrinal, imperia
. ictiomorfos 0a Sirena, el Cahuelche . .
.),
or-
.),
lista y dogmático por definición, se yuxtapone al
nitomorfos (el Chucao,la Voladora .) y
. . mons
elaborado por los aborígenes y busca su aniquila
truos híbridos (el Camahueto, el Cuchivüu .)
ción como único modo de entronizarse en el mun
constituyen nuevas condensaciones que se integran
do indiano. Pese a la resistencia tenaz que los natu
a los sistemas míticos primitivos. A ellos se agregan
rales oponen a la invasión territorial e ideológica
i+ros seres menores que, como un polvo intereste
los de la tie
española (3), su sistema termina erosionándose.
lar, cubren grandes espacios míticos
Junto
el agua el aire.
con surgir nuevos mitos Sirena, el
—la

rra, y
Basilisco, el Cabañero de lata, el Caleuche, la Ciu
Tanto en estos ámbitos mayores como en el
dad de los Césares, el Hornohuinco— , productos
perímetro más restringido de lo doméstico, los se
del encuentro con el invasor, la vieja estructura mí
res mitológicos desarroUan una acción que trascien
tica huüliche se disuelve en pequeños relatos desar
de la capacidad de la mayoría de los humanos, a
ticulados, perdiéndose la unidad del mito único de
excepción de una cofradía especial compuesta por
origen y la historia sagrada contenida en él.
meicas, machis, y brujos. Estos últimos,
curanderos
Esta situación se agrava, posteriormente, con
en especial, a través de prácticas y rituales propios
la llegada del trasbordador Pargua/Chacao, la cons
del arte, convocan en torno suyo a un subsistema
trucción de la carretera Chacao/Quellón, con el én
mítico, integrado, entre otros y a distinto título,
fasis que los programas de educación dan a la per-

por el CabaUo marino,


Coñipoñi, el ave Bauda, el

la Voladora, el Caleuche, la Fiura, el Invunche, el


Piguchén, el Ruende, el y algunos pájaros
VÜpom'

1) Cf. Juan Ginés de Sepúlveda, Tratado sobre


las justas causas de la guerra contra los indios. Mé
agoreros.
La multipücidad de familias, sistemas y subsis xico, F.C.E., 1941, pp. 81-85. Entre otros se esgri
temas míticos se agrupan de acuerdo a apariencias men los siguientes argumentos: el derecho a some

externas (antropomorfos, zoomorfos, ictiomorfos, ter por las armas a aquellos que por su condición

ornitomorfos), se distribuyen por áreas míticos natural están sujetos a la obediencia, y el principio

aire) y se vinculan al hombre de acuer


(agua, tierra, de que lo perfecto debe reinar sobre lo imperfecto
Sé-
do a actitudes amenazantes o favorables. La suma y lo excelente sobre lo contrario. Ver Laurette
culturas preco
de sus actividades dejan al descubierto las oposicio journé, América Latina, antiguas
nes fundamentales que se han entronizado en el lombinas. S. XX Edit. Madrid, 1980, p. 72.
mundo: Unidad/división; bien/mal. De una u otra 2) Cf. Gerónimo de Bibar, Crónica y relación
manera, cada mitos üustra la contradic
uno de los copiosa y verdadera de los Reinos de CMe. Citado
ción que pesa sobre el hombre en su percepción de por Horacio Zapater, Aborígenes chilenos a través
la naturaleza, en su régimen familiar y social de vi de cronistas y viajeros. Edit. A. Bello, Stgo., 1978,
p. 95. Ver Tb. P. Luis de Valdivia, Nueve
sermones
da, en su sujeción a los poderes que rigen el mun
do, y en su práctica del culto. Con todo, un cierto en lengua de Chüe, en P. Félix de Augusta, Op. cit.,
equilibrio de las fuerzas en pugna y una cierta aco pp. 213-217.
modación al ritmo que imponen los astros y la na 3) Ibid., p. 231.

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cepción científica de la realidad, y con la invasión El tercer nivel corresponde a la reconstitución
de la televisión. Todos estos elementos contribu del mito de origen (unidad del principio mítico /di
yen a incorporar el archipiélago al territorio conti visión en el tiempo histórico/unidad recuperada en

nental, pero simultáneamente significan un bom la escatología futura). Este mito originante implica
bardeo despiadado de concepciones, usos y costum igualmente la revelación de la lucha eterna del bien
bres ajenos a la mentalidad isleña, con lo que la y el mal, que tiene como escenario primero a la na
identidad cultural del chilote se desvirtúa. turaleza misma, pero que, posteriormente, alcanza
Se crean así las condiciones para que la cons al corazón del hombre y a las instituciones religio
telación mítica alcance otra temperatura crítica sas, sociales y culturales que son el fruto de su pre
"arder"
que hace el sistema, lo desmembra y dis sencia en el mundo.

para en todas direccipnes, reduciendo su fuerza Visto desde esta perspectiva, el "corpus myti-
irradiación muy débü, de Chüoé adquiere una gran densidad de
cum"

gravitacional a una aún per

ceptible. Es la situación que hoy prevalece en Chi contenido, pues esconde el perfil más auténtico y
loé, siendo posible que a niveles más profundos del original del hombre de Chüoé. Cualquier programa

inconsciente dicha irradiación sea mayor. de desarrollo cultural de la zona debe, a nuestro

Se cierra, así, la larga crónica de los mitos de juicio, tomar en cuenta las características del isle
espacio de Chüoé. Ella nos ha permitido detectar ño, características que, según lo hemos se es

tres niveles de lectura. El Primero, referido a la na conden en el cuerpo de las narraciones míticas. Es
rración cruda de los acontecimientos mismos, da tas narraciones son vehículo de una historia sagra

cuenta de la formación del núcleo astral (Sol, Lu da, figura de la naturaleza conflictiva y contradic

na, Mareupuantü), de los astros acompañantes (Si toria del hombre histórico y vestigio de una cultu
rio, Lucero, Estrella personal), y de los mitos de ra que, partiendo de una venerable experiencia se

segunda y tercera generación, surgidos luego del di cular, cuaja en modos sociales determinados, en

luvio y de la conquista española respectivamente. creencias, cultos y ritos. Si dichos programas de


El segundo nivel de lectura nos entrega una desarroüo de la zona no quieren caer en la aberra

historia sagrada, en la que se da cuenta del origen ción de la incompatibüidad de los proyectos histó
del mundo y del hombre, así como de los principa ricos,que ignoran las condiciones desde las cuales

les logros culturales (agricultura, pesca, sistema so parte el hombre de Chüoé, deben necesariamente

reconocer la originalidad y valía de la cultura


chi-
cial basado en la unidad del pueblo y su división en

fratrías de clanes totémicos de acuerdo al mito de lota y partir de ella como de un presupuesto irre-

las dos lunas). nunciable.

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