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Autónoma de México
Facultad de Estudios Superiores Aragón
Comunicación y Periodismo
Reportaje
Grupo 2401
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Índice
1. La crisis en Venezuela 3
1.1 Panorama. 3
1.2 El ascenso de Chávez al poder: transición económica y política. 4
1.3 Crisis. 5
2. ¿Qué alternativa tienen los venezolanos? 9
2.1 No hay productos de consumo básico. 9
2.2 México como alternativa. 10
2.3 ¿Cómo salir de Venezuela? 12
2.4 Entrar al país y quedarse. 13
3. Y en México, ¿Qué hacen? 14
3.1 Empezar desde cero. 14
3.2 ¿Regresar algún día? 16
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Imagina despertar, bajar a la sala de tu casa y ver que tus electrodomésticos no
están, fuiste saqueado; sales a la calle y mientras pasa el camión de la basura, tus
vecinos se acercan para hurgar y encontrar algo que comer, cuando hace unos años
los veías tirar bolsas con las sobras del hogar. Tienes una familia y necesitas
alimentarlos, vas al supermercado y las filas para comprar lo que la suerte haya traído
esta vez son interminables, además tu madre está enferma y no hay asistencia
médica, es la situación actual de Venezuela.
“De lo más difícil era enterarse que tus vecinos y amigos morían porque no
tenían qué comer, o se enfermaban”, comenta Edgar Lozada, ex catedrático
refugiado.
1. La crisis en Venezuela
1.1 Panorama
Debido a esta crisis, cientos de familias han decidido emigrar buscando mejores
condiciones de vida.
“México se convirtió en una opción cuando la crisis apretó y es un ‘te vas o te vas’, y
eso te hace arrastrar un equipaje extra emocional que no es el mismo que cuando
dices ‘me voy acá a probar suerte”, comenta Nicolás.
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Venezuela cuenta con una de las reservas más grandes de petróleo del mundo, con
300 mil 900 millones de barriles según la Organización de los Países Exportadores de
Petróleo (OPEP), sin embargo, el precio del petróleo está atado a lo que ocurra con
los jugadores del mercado internacional. Diversas fuentes afirman que en el pasado
su economía fue de las más ricas de América Latina, pero ha sido víctima de la
inflación, con un estimado de 720 por ciento, lo que ha convertido al bolívar en una
divisa casi sin valor.
Hugo Chávez llegó a la presidencia con la promesa del socialismo del siglo XXI, que
buscaba cerrar la brecha social y solucionar a corto plazo los problemas que tenían
los venezolanos. La dinámica fue entregar programas sociales y apoyo a las personas
de pocos recursos, pero esto dejó al estado sin reserva de fondos y comenzó la crisis
con la escasez de productos de uso diario.
Tras la muerte de Hugo Chávez, en 2013, Nicolás Maduro presidió el país por
sucesión y continuó con el manejo de la economía nacional, que no estaba dando
buenos resultados, y, llevó al país a lo que sería la mayor tasa de inflación: un
millón, 698 mil por ciento en 2018.
La crisis afecta en gran medida a las grandes industrias, pero quienes lo resienten
son los empleados, quienes laboraban en ellas. Según el Fondo Monetario
Internacional (FMI), la tasa de desempleo de Venezuela se está elevando a niveles
nunca vistos en el mundo.
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Muchas empresas y tiendas permanecen cerradas en lo que alguna vez fueron los
distritos comerciales más concurridos de la capital, Caracas. Dentro de los barrios de
Sabana Grande y Las Mercedes, pocas personas deambulan las tiendas cuyos
estantes están completamente vacíos o abarrotados con un solo producto.
1.3 Crisis
Miles de empresas han cerrado sus puertas desde que se instauró la revolución
bolivariana (4 de febrero de 1992 y de manera oficial el 2 de febrero de 1999), la
mayoría durante el quinquenio gobernado por Nicolás Maduro, quien ahora es
señalado de encabezar un régimen antidemocrático, lo que ha mermado aún más las
inversiones en el país.
“El gobierno se creó una idea maravillosa para ellos, que fue el control de cambio y
eso ahorcaba a las empresas que exportaban e importaban a Venezuela y esa
relación entre el gobierno y los empresarios no era buena”, cuenta Nicolás.
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No solamente empresas como “Exxon Mobil” (petrolera estadounidense) fueron
afectadas por la crisis venezolana. Gigantes de la industria le siguieron tras sufrir
atentados directos por parte del estado. Ana Carrasquero de CEDICE comenta:
“Son 60 empresas y puede parecer poco, pero si se detallan los nombres se entiende
que es una gran tragedia. Detrás de cada empresa hay miles de venezolanos que se
quedaron sin empleo, de modo indirecto o directo, de ahí viene la crisis”.
El presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga sostuvo que hoy día van
quedando “menos de 3 mil 800 empresas” cuando anteriormente en el sector privado
se contabilizaban unas 12 mil 700, y consideró que debe haber un cambio del sistema
político y del modelo económico para que pueda estabilizarse la macroeconomía e
impulsar la inversión, así lo indicó en entrevista a La Patilla.
No solo fueron las industrias, le siguen otros puntos no menos importantes, como la
educación y los servicios de salud.
Cuando comenzó la crisis, seguía dando clases, pero poco a poco la inflación
producida por las malas decisiones del gobierno lo empujaron a perder su empleo.
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Los salarios de los profesores cayeron de una manera impresionante. Tan solo en un
año, lo que ganaba Lozada perdió su valor, esos mil 500 dólares se convirtieron en un
rotundo cero que apenas alcanzaba para comer.
No solo fueron los maestros los únicos afectados por el ataque directo al sistema
educativo, de por medio, estaban los miles de alumnos a los que Edgar enseñaba.
“Día tras día las escuelas se vaciaban, los alumnos dejaban de ir, no porque no
quisieran, sino porque no podían” comenta Lozada.
Un reportaje del diario ABC de España reveló que mientras 60 por ciento de los
estudiantes desertaron, entre 30 y 40 por ciento de los profesores decidieron salir del
país dejando las aulas vacías.
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“El cardiólogo sacaba los medicamentos que necesitaba para mi tratamiento del
hospital a escondidas y me los entregaba. Gracias a él estoy vivo”.
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2. ¿Qué alternativas tienen los venezolanos?
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A mediados de 2017, los precios de los productos básicos se duplicaban cada
ocho meses, pero ahora se duplican cada 10 días, según estimaciones
independientes.
De manera paulatina los supermercados se han quedado con cada vez menos productos y filas
más grandes.
Fuente: Diario la opinión
Para adquirir cualquier producto, las personas deben formarse afuera de los
supermercados para poder acceder a lo que haya.
“Había bandas de maleantes que controlaban las colas, tú le pagabas, ellos te metían
y ahí es donde garantizabas que podías entrar a comprar lo que hubiera.”
“Todavía no sabía que había si había arroz, si había harina, era jugártela, entonces le
pagabas al delincuente. Adentro, el trato te lo daba la guardia nacional, o sea quien
controlaba supuestamente era la guardia y afuera eran los delincuentes. Se les
decían los bachaqueros, gente que compra un producto por un precio y después te lo
vende por otro, lo revende porque saben que tu no quieres hacer la cola”.
Además, los precios de los productos son muy elevados, en especial los que son más
escasos, como el arroz. Un kilo de este producto, que el 30 de octubre de 2018
costaba 178 bolívares soberanos, 47 días después tenía un costo de 945 bolívares
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soberanos, constató AP en un recorrido. O, por ejemplo: el paquete de 30 huevos
tenía un costo de 2 mil bolívares soberanos el 15 de diciembre del mismo año,
cuando dos semanas antes se podía comprar por mil 100 bolívares soberanos.
Las grandes industrias también han presentado problemas, pues en los últimos 19
años han cerrado más de dos tercios de las 600 mil empresas que existían en 1998,
afectando el empleo.
“Le escribo a mi amigo: 'yo necesito saber si tu me puedes ayudar, yo voy en estas
condiciones, no llevo dinero' lo único que conseguí yo para salir de Venezuela fueron
100 dólares. Entonces, el hombre me dice que sí, dice ‘mira, si los líderes de allá, de
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tu congregación les escriben a los líderes de aquí y te presentas, y me dicen quién tú
eres, te recibo sin problemas”, Relata Nicolás.
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Un referente indispensable para hacer un análisis sobre la validez y legalidad de los
reconocimientos unilaterales de un gobierno extranjero es el principio general del
derecho de no intervención codificado en la Carta de las Naciones Unidas. Este
principio conjuga dos elementos centrales: la igualdad soberana de todos los estados
y la obligación de no recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad
territorial o la independencia política de cualquier estado.
Salir de Venezuela no es tan fácil como parece, es mucho más que poner su vida en
cuatro maletas y empezar a caminar. Detrás hay miles de historias, y en muchas de
ellas un denominador común, la amplia red de burocracia y corrupción por la que
deben atravesar quienes - con documentos en mano-, esperan abrirse paso de forma
legal en otras tierras.
En el 2015, con un recién nacido y esperanza en las maletas, Nicolás tomó sus
ahorros para probar suerte en Brasil. “Con mis ahorros yo logro ir a Brasil... me
preparé con el idioma, aprendí portugués. Estuvimos tres semanas allá ahí nos
gastamos los últimos ahorros que teníamos. Fui a la selva, llegué a Manaus y te
golpea el progreso de un país que es una selva, por ejemplo no hay un vehículo viejo.
Para ser Latinoamérica tu dices: oye y esto es en Monte, ¿que quedara si me voy a
Río o a Sao Paulo? Tenía frente a mí la oportunidad de quedarme en ese país, pero
no estábamos preparados todavía para el tema de migración, y tomamos nuestro
avión de regreso”.
Así, las personas que viven en estados distintos a aquellos en los que nacieron deben
primero viajar hasta sus lugares de origen, tramitar el documento y luego solicitar vía
internet la cita para la legalización, para luego hacer una larga fila, incluso desde altas
horas de la madrugada, el día asignado para la revisión.
En la práctica y de acuerdo con casos conocidos, a muchos ciudadanos les resulta
más práctico y menos costoso pagar un gestor que embarcarse en ese viaje. Las
tarifas por este tipo de trámite van desde los 150.000 hasta los 500.000 bolívares
por documento.
La cada vez más complicada crisis económica empuja a los venezolanos a emigrar de
forma ilegal. Además de los trámites burocráticos, es casi imposible costear un boleto
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de avión con la moneda local, por lo que lo más factible es tener un contacto en el
extranjero que haga la compra, como fue el caso de Nicolás.
“Pude pedirle ayuda a un amigo que es mexicano pero que vive en Houston, y que
hace como unos 20 años estuvo en Venezuela y nos hicimos muy amigos, tanto que
mi hijo se llama Rubén cómo él. Entre los que les voy a tocar la puerta para pedir
ayuda está él, y me puso en espera un mes: ‘no déjame ver qué pasa’. Al mes lo
vuelvo a molestar: ‘mira, pero ¿a dónde tú te quieres ir?, preguntó y le dije: ‘pues yo
me quiero ir a México’ y dice ‘Órale, México sería genial porque así te visito’.
Entonces ya, le mandamos la foto la fotografía del pasaporte y nos hizo la
reservación, en ese momento mi esposa ya estaba convencida de que teníamos que
salir”.
A causa del desempleo, los jóvenes han comenzado a emigrar a otros países en
busca de una oportunidad laboral, para poder asegurarse un proyecto de vida que en
el país se hace incierto. No se trata solo de una nula estabilidad laboral, sino de una
falta de independencia que elimina del horizonte cualquier proyecto de vida estable y
convierte a los jóvenes venezolanos en personas dependientes de sus familias.
Además de América Latina, los jóvenes están empezando a optar por otros destinos
como Europa y Norteamérica. Generalmente, los trabajos que realizan los jóvenes en
el extranjero también se encuentran caracterizados por la precariedad, con jornadas
laborales muy largas y sueldos muy bajos que no aseguran una vida digna, y menos
un futuro.
Nicolás llegó a México después de una serie de eventos que parecían querer evitar su
salida de el país bolivariano. Su anécdota de el arribo a México, describe a la
perfección el proceso que no solo los venezolanos, sino muchos extranjeros de
diversos países, deben pasar para poder entrar al país.
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"Cuando me preguntan: ‘¿Qué vienen ustedes a hacer en México?’, tuve que ser ágil:
‘como turistas, venimos al acuario de Inbursa a ver, hoy es día de la vírgen de
Guadalupe y vengo a presentarle a mi hijo, que es mi único hijo y que nació en
condiciones muy especiales. Y vengo a presentárselo a la virgen’.”
“Yo ni siquiera soy católico, pero ese era el personaje que tenía que meterme en
ese momento. ‘¿Y tan creyente eres tu que vienes a eso?’, obvio yo en ese momento
lo era: ‘sí señor tan creyente soy, mira porque yo tengo este hijo gracias a la virgen,
diez años sin tener hijos y mira lo logramos gracias a la virgen’. Pero eso me lo
estaban preguntando a mi solo porque a mi esposa no la trajeron al cuarto donde me
tenían.”
"Siguieron: ‘¿Y cuanto dinero trae?’. ‘Ah bueno mire, aquí están mis tarjetas de crédito
y mi esposa tiene las de ella allá’. ‘¿Y en efectivo cuanto trae?’. ‘Hicimos algunas
compras en panama y me quedaron solo 100 dólares, pero yo ahorita cambio aquí
en la casa de cambio y vuelvo a tener efectivo’.
“Ya están pasando dos, tres horas y mi amigo está afuera esperándonos. Pensé que
se iba a ir porque se suponía que yo salía inmediatamente. Habían nicaragüenses,
habían como 6 personas con bolsitas así como en Estados Unidos cuando te
deportan, era una bolsita con una muda y les llevaban comida de Kentucky, para que
comieran ellos ahí. Yo los veía y decía ‘Dios mío que a mi no me toque pasar por
esto’. Bueno pero la dignidad por delante, yo sabía que las cámaras me apuntaban,
pero mi estómago yo no lo sentía, entonces yo lo que hice fue sacar los juguetes y
nos pusimos a jugar mi hijo y yo en el piso”.
“Como a la hora se acerca uno y me dice: ‘señor Nicolás, su familia. Por favor
acompáñenos. Bienvenidos a México’. Yo no daba crédito y ya ni siquiera nos tocó
formarnos para que nos sellaran, ya él nos traía los pasaportes sellados y entonces
salimos. Nos revisan las maletas antes de salir y yo veía, porque yo no conocía al
señor, nada más de foto y él estaba con una Talaya, que es la revista que
distribuimos, y me banderiaba la Talaya y yo sí, sí, sí, somos nosotros. Tenía tres
horas el hombre ahí esperándonos. Entonces yo lo abracé como 9 veces, no me lo
creía”.
Cuando caminas por las calles del Centro Histórico de la ciudad de México cada vez
es más común toparse con ciudadanos del mundo, que han elegido a la ciudad de
México como su hogar por lo deficiente de su economía y su cotidianidad. Cada vez
es más frecuente encontrarte venezolanos.
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pesero que de la ruta no se que, te bajas te quedas ahí caminas hasta aquí y puedes
caminar la zona’. Aquí hay un mercado en el que puedes vender, si sabes preparar
algo de comida, pueden vender”.
“El martes voy yo ahí y hablo con la señora, yo no era barbero, yo no era esto, yo en
Venezuela hice una que otra cosa, pero eso no era mi oficio y yo le digo a la señora:
‘¿mira tu me puedes ayudar?’. ‘Sí, quédate, hay un barbero que se va, y que se vaya
y te quedas tú de una vez’, y bueno desde esa fecha yo quedé trabajando aquí”.
Nicolás y su familia
Y, cada uno habla según le va en la feria, no todos han tenido la fortuna de llegar a
México y tener un trabajo seguro o un lugar donde dormir. sin embargo, tanto Edgar
como Nico tuvieron personas que les ayudaron y proveyeron de las herramientas
necesarias para salir adelante.
El primer trabajo de Edgar fue en la “Xocolate”, una cafetería donde aprendió a hacer
chocolates gourmet y artesanales.
“Jamás había hecho nada manual, pero al llegar aquí, lo que fuera era bueno”.
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“Me gustaba mi trabajo, no ganaba mucho, pero de verdad me gustaba, además,
eran excelentes personas con las que trabaje, no sabía nada de hacer
chocolates y sin embargo me tuvieron mucha paciencia”
A pesar de rehacer su vida en México, los refugiados venezolanos dejan una historia
en su país de origen, que muchas veces incluye a su familia. Además, observan las
dificultades desde el exterior sin poder realmente hacer algo. Sin embargo, no está
dentro de sus planes regresar al lugar del que huyeron anteriormente.“Lo único que
deseo es que el sistema político de mi país cambie, eso significa, que se acabe
la dictadura”. Platica Edgar.
“A corto plazo...no. No quisiera volver a pasar todo ese caos e inestabilidad que viví
para venirme para acá. Aunque, dejé a mi madre. Muchos me preguntan que si la
traeria a México y la verdad creo que no es lo más prudente. Hacer vivir a una señora
de 70 años todo lo que pasé, no se me hace buena idea. Por eso mismo la apoyamos
económicamente mi hermano desde Perú y yo de acá mandando dinero a ella y a mi
hermana para que puedan vivir”.
“En mi opinión Guaidó es esperanza, la única que hay. Sin embargo yo creo
que la única forma para que Guaido triunfe es con apoyo internacional militar. Y,
desafortunadamente, es el apoyo militar de Estados Unidos”.
Es así como se sortean la vida, ponen en una balanza su vida en Venezuela y tienen
que decidir entre su familia, amigos y bienes para lograr sobrevivir de la forma más
digna posible. Nico platica su historia entre tijeras y espejos, mientras su esposa llega
a dejarle la comida del día, espera recibir pronto la nacionalidad mexicana para ir a
visitar a su mamá y Edgar continúa dando clases, soltero, esperando ver mejorar al
lugar que lo vio crecer. Y ellos lo relatan porque han tenido un buen destino en
México, pero, también hay muchos que no pueden contarlo, porque su vida en este
país no ha sido tan afortunada.
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REFERENCIAS
VERÓNICA EGUI BRITO. (2018). Crisis del sector salud en Venezuela: Trabajadores
ganan menos de 2 dólares al mes. 8/mayo/2019, de Diario Las Américas Sitio web:
https://www.diariolasamericas.com/america-latina/crisis-del-sector-salud-venezuela-
trabajadores-ganan-menos-2-dolares-al-mes-n4158803
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