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a) Roma:
. En Roma no se habla propiamente de Estado
. La idea de universitas, proveniente del derecho privado romano, puede considerarse
el antecedente de la personalidad moral distinta de la persona física. Este término
designa la unidad orgánica de la corporación.
. El término societas era la simple yuxtaposición de individuos; en cambio, los
conceptos de collegium, corpus o sodalitas suponían que sus miembros era
transeúntes mientras que tales grupos continuaban
. En las investigaciones de Otto von Gierke señala que Marciano, jurista germano
importante en la materia, al hablar de bienes de la ciudad afirma que pertenecen a la
universitas, o sea, a la colectividad unificada y no a los miembros de la unidad
considerados individualmente
. Apareció la teoría de la persona moral como algo ficticio. Esta sostuvo que la
corporación se concibe como una persona ficta (ficticia).
b) Edad Moderna:
. Jellinek señala que la noción de Estado como persona jurídica aparece desde que se
reconoce que existe en él una voluntad unitaria diferente de la de los individuos que lo
constituyen
. Rousseau habló de la personalidad moral del Estado en su obra Contrato Social.
c) Siglo XIX:
. La expresión persona jurídica se debe a la doctrina alemana del derecho privado
elaborada por el fundador de la Escuela histórica F.J.C Savigny
. Albrecht, en su obra Fundamentos del derecho político actual, sostuvo la necesidad
de concebir al Estado como una institución superpuesta a sus miembros. Esta
institución tiene un interés completo y general, como también fines propios diferente
a los fines individualistas de sus miembros
. Geber subrayó que la concepción del Estado como persona es el presupuesto de toda
construcción del derecho público. En la personalidad del Estado estriba el punto de
partida para configurar un sistema científico unitario
. George Burdeau señala que el tema ocupa un lugar secundario. Aunque el Estado no sea
realmente persona, la doctrina que lo mantiene conserva cierta utilidad. Trátase solo de un
procedimiento simplificador para comprobar, sintéticamente, la posición jurídica del Estado. El
autor cree importante hacer las siguientes aclaraciones:
. Félix Ermacora menciona que cuando concebimos el Estado como persona lo hacemos
considerándolo como una máscara que se puede quitar y poner conforme a la función
característica de toda máscara. El autor coincide con Kelsen en lo siguiente: la personificación
del Estado es un velo que disimula el hecho, insoportable para la sensibilidad democrática, de
una dominación del hombre por el hombre
. Según Ermacora, la personalidad jurídica estatal es un medio jurídico auxiliar que sirve para
comprender, jurídicamente, una forma compleja como unidad. La personalidad jurídica es una
construcción del derecho positivo mediante imputación al mismo por el ordenamiento jurídico
de derechos y de obligaciones
. Según Vareilles Sommiers, si se considera que la personalidad estatal es una ficción, entonces
que hay que llegar, lógicamente, a la conclusión de que el Estado también es otra ficción
. Salvatore Foderaro sostiene que debe admitirse el principio de personalidad jurídica del
Estado. Menciona que el Estado reconoce la personalidad jurídica individual y crea la de los
entes colectivos, atribuyéndoles derecho y obligaciones, por exigencias lógicas, ha de tratarse
al mismo Estado como fuente del derecho con personalidad jurídica. Sin embargo, hay
excepciones