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Bibliografía Tesina Equinos PDF
Bibliografía Tesina Equinos PDF
-UNCPBA-
Diego Zapata Gonzalez, Fernando Gutiérrez, Paula Viviani, Carlos Hernán Moscuzza
Julio, 2019.
Tandil
Uso de Plasma Rico en Plaquetas (PRP) como terapia
regenerativa en lesiones articulares degenerativas
(osteoartritis) en caballos deportivos
A mis padres por su amor, sus valores y por haberme dado la oportunidad de
dedicarme a lo que me apasiona.
Resumen
Palabras clave
2
Metodología
3
Resultados
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6
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Anatomía y composición de la articulación normal
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vasos sanguíneos, por lo que la nutrición de los condrocitos depende del
líquido sinovial (Müller, 2007).
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Otro componente de la matriz del cartílago es el ácido hialurónico que es un
polímero de ácido glucurónico y N-acetilglucosamina. Los condrocitos en el
cartílago y los sinoviocitos en el líquido sinovial son los encargados de producir
estos componentes de la matriz (Müller, 2007). Las cadenas de
glucosaminoglucanos como el condroitín 6 sulfato y el ácido hialurónico poseen
alta carga negativa en sus moléculas, lo que atrae 50 veces su peso en agua
(Jara y Correa, 2016).
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Enfermedad articular degenerativa
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fisiológica. Se ha observado que el hueso trabecular (epífisis) es
aproximadamente 10 veces más deformable que el hueso compacto. En
procesos de OA el hueso subcondral pierde su elasticidad agravando así el
cuadro al no permitir la óptima amortiguación articular. Este hueso, a diferencia
del cartílago, está altamente vascularizado y tiene bien desarrollado el aporte
nervioso por lo que al formarse fisuras en él comienza a manifestarse el dolor;
esto quiere decir que la OA se encuentra avanzada. Otra degradación
anatómica se manifiesta por la formación de osteofitos, inflamación y pérdida
de función articular normal (Jara y Correa, 2016).
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Estas citoquinas aumentan la producción de proteinasas degradativas del
cartílago y aumentan la producción de fosfolipasa A en células que sintetizan
prostaglandina E2 (PgE2). Esta se libera al medio y aumenta a su vez la
producción de MMP. Esto confluye en degradación de proteoglicanos y
disminución de su síntesis. La PgE2 es sintetizada por leucocitos, condrocitos y
sinoviocitos. La prostaglandina produce vasodilatación, potencia el dolor y
estimula la degradación de proteoglicano (Carmona y Giraldo- Murillo, 2006).
Diagnóstico de la OA
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Sin embargo, el lugar del problema se define de mejor forma con bloqueos peri-
neurales o intraarticulares (Jara y Correa, 2016).
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Ultrasonografia
Otro buen método para detectar cambios del líquido sinovial así como cambios
en otras estructuras blandas articulares puede ser el uso de ultrasonido
(Perrone, 2016). El principal beneficio de un examen ultrasonográfico
comparado con la radiografía convencional es la superioridad para demostrar
las anormalidades de los tejidos blandos como alteraciones en la vaina sinovial,
cápsula articular, ligamentos periféricos articulares y presencia de daño
intraarticular. La técnica implica un cuidadoso aprendizaje y conocimiento de la
anatomía. La indicación para examinación ultrasonográfica de la articulación en
equinos incluye distensión por líquido sinovial, hinchazón local, dolor a la
manipulación pasiva de la articulación o analgesia peri-neural y hallazgos
radiológicos y gammagráficos positivos. Aunque el ultrasonido no puede
penetrar la corteza, las características de la superficie ósea pueden ser
evaluadas, incluyendo osteofitos periarticulares, fragmentos osteocondrales e
irregularidades del plato subcondral (Jara y Correa, 2016).
Radiografía
Artroscopia
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visualización directa del cartílago, sinovia y ligamentos intra-articulares y es
más sensible en la identificación de degeneración del cartílago leve a
moderada. Nos permite así detectar signos tempranos de degeneración que la
radiografía no sería capaz de identificar (Jara y Correa, 2016; Perrone 2016).
Biomarcadores
Tratamiento de la OA
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tenemos fármacos que actúan a nivel paliativo para el dolor y la efusión como
AINES y corticoides; y tenemos fármacos modificadores de la OA que detienen
o retrasan la destrucción del cartílago y algunos pueden actuar a nivel
signológico o no. Estos son el ácido hialurónico, los glucosaminoglucanos,
entre otros (Carmona y Giraldo-Murillo, 2007).
Cortico-esteroides intra-articulares
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El principio básico del reposo es reducir la fuerza y estrés en el tejido dañado y
permitir que los procesos reparativos normales procedan. La reparación del
cartílago es complicada debido a la metaplasia del tejido durante el proceso.
Dicha reparación toma alrededor de 4 a 6 meses. El cese de la actividad no
tendría que ser total; según algunos autores, tiene que haber una actividad
pasiva en el animal para mantener así las concentraciones normales de
proteoglicanos en el cartílago dañado. Este periodo prolongado de descanso
no siempre es respetado ya que la ansiedad y la ignorancia del dueño o
cuidador suelen acortar los tiempos recomendados de reposo logrando así que
el animal no sane correctamente. Por lo tanto, la calidad y cantidad de reposo
dependen de la severidad de la lesión y del tejido afectado, así como del
temperamento del animal y del conocimiento de sus cuidadores. Sin embargo
McIlwraith (2004) explica que la inmovilización es importante cuando hay
cualquier tipo de lesión desestabilizante pero no es lo ideal si el problema está
limitado a una sinovitis/capsulitis puesto que la inmovilización prolongada
puede conducir a la atrofia muscular y a la formación de adherencias dentro de
la articulación, así como también a la atrofia del cartílago articular (Jara y
Correa, 2016).
Terapias regenerativas
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El objetivo de la terapia regenerativa articular es restaurar la estructura normal
y fisiológica de la superficie articular, hueso subcondral, ligamentos, meniscos,
membrana sinovial y otras estructuras alrededor de la articulación afectada,
dañadas por trauma, degeneración o procesos inflamatorios (Sandoval et al.,
2013).
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constitutivas. Algunos FC también son quimiotáxicos para células madre,
particularmente en la membrana sinovial. Estas proteínas además, inducen la
diferenciación de estas células a condrocitos. Otros FC actúan como anti-
inflamatorios y proteínas anabólicas (Sandoval et al., 2013; Jara y Correa,
2016).
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Plasma rico en plaquetas y OA
Historia y uso
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tensibilidad y adhesividad para formar un depósito de liberación sostenida de
FC (Nixon 2010).
Qué es el PRP
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realmente la influencia de estos factores intrínsecos sobre el potencial
terapéutico del PRP. La técnica que se describirá es la de centrifugado simple y
doble en tubo que ha adquirido gran popularidad en clínica equina ya que es un
procedimiento fácil de realizar y económico pero aún no se encuentra
estandarización en las técnicas que demuestren ser óptimas (Carmona et al.,
2008).
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colectadas y usadas para PRP con alta concentración leucocitaria (Tsuzuki et
al., 2014).
Según Carmona et al. (2009), para obtener PRP la muestra se centrifuga a 120
g por 5 minutos. La primera fracción sobrenadante (50%) es obtenida,
depositada en tubos sin aditivo y se centrifuga a 240 g por 5 minutos. Luego se
extrae el 25% del fondo del tubo y se deposita en jeringas estériles para ser
activada con cloruro de calcio previa inyección intraarticular.
Otra tecnica se basa en la recolección de sangre por punción yugular que luego
se deposita en tubos Vacutainer de 8,5 mL de capacidad con ACD solución A
como anticoagulante. Estos tubos con sangre entera son llevados a la
centrífuga a 120 g por 5 minutos; el 50% del plasma que se encuentra por
encima de la capa leucoplaquetaria es recolectado y centrifugado nuevamente
ahora a 240 g por 5 minutos. La fracción superior se identifica como PPP y se
descarta, y la fracción del fondo se considera PRP y se recolecta para la
aplicación intraarticular. Se calcula un volumen entre 3 y 6 mL de PRP total a
inyectar dependiendo de la articulación. Este PRP obtenido puede ser activado
o no previo a la aplicación dependiendo del criterio del profesional (Giraldo et
al., 2013).
Anticoagulantes
Por otro lado, el EDTA no es buen anticoagulante para PRP ya que produce la
fragmentación de las plaquetas y una sobreestimación en el recuento. Un
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anticoagulante ideal debe prevenir la activación plaquetaria por el mayor tiempo
posible y no debe interferir en análisis de laboratorio (Miranda et al., 2018).
Activadores
Una vez aislado, el PRP puede ser inyectado en la articulación con agente
activador (gel de PRP) o sin este. Se puede incorporar el agente activador
antes o durante la inyección (Fortier 2010).
Hay mucha especulación acerca del rol de los leucocitos en el PRP (Miranda et
al., 2018).
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reacciones inflamatorias adversas en humanos con OA (Miranda et al 2018).
Algunos autores, sin embargo, sostienen que los leucocitos poseen funciones
inmunomoduladoras capaces de acelerar la regeneración tisular, optimizando
así el efecto del PRP. Por su parte la presencia de células rojas en PRP no es
beneficiosa y puede afectar su calidad al secretar sustancias vasodilatadoras
(ATP, NO). La hemoglobina también puede liberar componentes citotóxicos
(Miranda et al., 2018).
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claudicación por 8 meses y luego mostraron un incremento (Carmona et al.,
2009).
Brossi et al. (2015), realizaron una revisión bibliográfica del uso del PRP en
terapia ortopédica en distintas especies, haciendo hincapié su búsqueda en
humanos y equinos. Los objetivos de esta revisión fueron evaluar resultados de
estudios clínicos y experimentales para comparar la efectividad del PRP en la
curación de tendones, ligamentos y articulaciones en pacientes equinos y
humanos. Incluyeron 123 estudios experimentales y clínicos. Dentro de los
estudios clínicos, el 46,7% arrojó resultados positivos, y el 73% dentro de los
estudios experimentales resultaron positivos. Sin embargo, encontraron
distintos defectos en los estudios analizados como número insuficiente de
muestra utilizada, lo que resulta en muestras no representativas así como
cortos periodos de seguimiento de ensayo (menor a 12 meses). También
encontraron que los métodos empleados para la preparación y administración
de PRP no fueron homogéneos en todos los estudios. Algunos estudios
realizaron una sola centrifugación para obtener el PRP, otros 2 y otros 3.
Dentro de esos estudios, algunos autores activaban el PRP previo a su
inyección, otros no lo activaban y otros no contaban con dicha información. Se
observó mayor porcentaje de estudios clínicos positivos en la especie equina
que en humanos. Dentro de los ensayos en humanos se vio que los diseños
utilizados en estos ensayos fueron más rigurosos y completos, a diferencia de
los estudios en equinos. Esto indica que hubo un alto riesgo de sesgo general
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en los ensayos de equinos que arrojaron resultados positivos. Dentro de los
estudios clínicos, el uso de PRP en las lesiones cartilaginosas obtuvo mayor
cantidad de resultados positivos en comparación con tendinopatias o lesiones
ligamentosas. En cambio, en los estudios experimentales, se halló más
porcentaje de resultados positivos al uso de PRP en tendinopatias. Esta
revisión sugiere el uso del PRP pero no demuestra completamente su eficacia.
Se encontró mayor cantidad de estudios rigurosos en humanos y también
mayor porcentaje de efectos negativos en esta especie. (Brossi et al, 2015).
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solución salina y se utilizaron como pruebas control. Se vió un aumento de IL-1
y PGE2 a las 3 horas, volviendo esta última a valores basales a las 24 horas.
Las células nucleadas también fueron evaluadas evidenciando aumento de
estas a las 6 horas post-inyección, volviendo a valores basales a los 7 días
post-inyección. Por otro lado, los valores de condroitín sulfato aumentaron a las
24 horas y volvieron a valores basales a los 7 dias post-inyección. El autor
concluye en que es posible que la acción del plasma sea pro-inflamatoria y
conduzca a un mayor catabolismo de los proteoglicanos de la matriz, que estos
a su vez, tienen actividad anabólica (Baccarin et al., 2013).
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fibrocartílago y en procesos traumáticos de artritis, evitaría la consiguiente
formación de fibrosis de la membrana sinovial. Se vio aumento de colágeno
tipo 2 en PRP versus control, y dentro de estos, se vio mayor anabolismo en el
PRP-Lr al 25%, lo que acompaña a algunas teorías de que el PRP con altas
concentraciones plaquetarias inhibiría la regeneración. El PRP-Lc (50%) indujo
mayor aumento de IL-1 (Catabolica), y el PRP-Lr (25%) indujo mayor aumento
de IL-4 (Anabólica) (Carmona et al., 2017).
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del grupo 1, de 12 caballos, 9 volvieron a competir y 3 de ellos recayeron tras
alcanzar el nivel de competición (Es decir, el 50% volvió a competición). Estos
pacientes experimentaron evolución más favorable y más duradera que la que
se obtenía con tratamientos convencionales. El factor “número de dosis de
PRP” no resultó significativo entre 2 y 3 dosis. El factor “cambios radiológicos”
si resulto relevante en el resultado final. El factor “recuento plaquetario” no
resultó significativo. En el grupo de 30 caballos, el análisis T también mostró
diferencias significativas entre la situación clínica previa y posterior al
tratamiento ya que 21 caballos consiguieron volver a competición y solo 2
recayeron al llegar a ese nivel (el 63,3% volvió a competición y se mantuvo sin
cojera de forma estable). El factor “lesión aguda o crónica” resultó relevante, y
el resto de las variables arrojo valores similares al grupo 1. Las recaídas antes
de alcanzar el nivel de competición, se vieron influenciadas por el factor
“cambios radiológicos”. La disminución del dolor frente a la prueba de flexión ha
sido evidente luego de la primera dosis de PRP. En total, se administraron 80
dosis de PRP entre los 42 equinos del estudio y no se observó ninguna
reacción adversa. Finalmente, el factor “cambios radiológicos” ha resultado
muy influyente sobre las posibilidades de recuperación del nivel atlético previo
o sobre el regreso a la competición, lo que hace pensar que el PRP puede ser
altamente recomendado en lesiones de tejido blando articular y en situaciones
que se observen cambios radiológicos limitados (Abellanet 2009).
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de FC de isoformas BB también fue mayor. Respecto al sexo, los conteos
plaquetarios fueron mayores en hembras así como las concentraciones de
ambos FC. Una teoría en este caso sería que las hormonas ejercerían distintos
efectos sobre estos conteos en cada género. Y en cuanto a la edad, no se
encontraron diferencias estadísticamente significativas (Giraldo et al., 2013).
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Discusión
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Conclusiones
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Referencias
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