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BIBLIOTECA NHCIONHL

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REVISTA
DE

CRIMINOLOGÍA
Y DE

policía científica

CHILE
£L£CWCOf (á mal déái CúÉidld,
..trc-.rn tli-.li' Ikij |)<>i- inl.i nn.lio <!<■ Mi> impoi-
i-.-.-l>al.i<-a<l<>- I». i' la- i in.ir.-a- ili- iii:i.\oi- [>i-i-stn,'i<>

[.id.ir.- ilc- la Cía. < liil.-na <lc KI..I rai.lad. -u- modelo- i>¡i i-.i i-I verán.. 1IIS7- IIC5S.
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Calidad, Economía, Belleza. Duración y Comodidad

m-iiiiiida- un
.11 srriieui .1.- I! I )l Kll.l.ll A( ION l'IKI I < "lo podra 1(1. ohloner «le tf><«- arte-
r.-i.-to- .'prcs.-nlaii la iilliin.i palabra eri la indii-lria moderna,
(|iic i l/a r.'l'ri^cni.-i.'m es una nc-
e.-.-id id > mu un lujo l'i.la amplio- deía.llo- y -vi sile nuestra- Salas de l\\|>o-leloiie-.
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y Cía. Iitda.. Ahumada
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K\\H. IKX'Iil.TTi:. KOCA y (¡a. IJKIii.. Ai. It. O'lli^'ins ÍKlfl WI.SSKI.. pl'V.U. >'

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Comen-inl ÑAUA. \\ II. ( >' 1 1 lüuins '.> I li
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CÍA. CHILENA DE ELECTRICIDAD LTDA.


Revista de Criminología
y de Policía Científica
(ex-detective)

ÓRGANO OFICIAL DE LA DIRECCIÓN DE INVESTIGACIONES,


IDENTIFICACIÓN Y PASAPORTES

AÑO I Núm. 2

DICIEMBRE 1937 —
ENERO 1938

Santiago de Chile

Teléfono 68047 —
Casilla 138 D.

SUMARIO

■loiKe Valdivieso Quchille

l'nu clasificación de lo- llomo-eviia les

Acola. 'iones del ¡lllerroi;a(ol'io

La primera ime-l ík.icíóii ei.enl ¡lioa en Chile

lll'iKi'li de la Ideiilil'icaeión Moderna

.\-lslon, ¡„ .Medie,, Social .le lo- lo V ieinnano:

llleinineneir.il de plo\ ecl Me.

I .i ells.i -ell-ae¡oual de Simia

Olio-, artículo'- de inlere-


.

rr
Una clasificación de los Km mi liben "La evolución de la sexuali
dad", afectuosamente comentado por Ribei-
homosexuales desde i'o. explicaba yo hace unos años mi
concep
to biológico ele la homosexualidad. El tiem"
el punto de vista po transcurrido, desde entonces, lleno de ex

periencias nuevas, hace más (pie confir


no
(1)
médico legal mar aquel juicio. Todo homosexual tiene una
base orgánica de intersexualidad. Si se le
examina cuidadosamente, esa intersexuali
Por el Profesor Gregorio Marañón
dad orgánica aparece más o menos acusada,
pero evidente, en un número considerable de
'De la rnivei.siuaJ de Madrid)
casos. En (Uros, cierto es. el examen más
riguroso no deja lugar a sospecha alguna de
(•(infusión sexual orgánica.
'i alas en un cierto número de estos homo
sexuales, en la apariencia física normales, la
Leonidio lí ilu-iro vii'iie realizando en fiu
anormalidad existió también en la época
Instituto de Identificacao, de Río Janeiro, púbera] : al atravesarla. »d joven presentó
una labm- científica tan copiosa y tan
den sexual: formas
inequívocos signos de duda
sa, que merece los máximos entusiasmos
de redondeadas, vello femenino, ginecomastía.
investigar los
ocupamos de
en mol
cuantos nos etc. La evolución ulterior rehizo en un

divertios de la lüolngía: que nm to


campos de est rietamen'te viril el soma: a veces, qui
dos se relaciona la vasta disciplina médico- zá excesivamente viril; pero quedó intacta
legal. Ahora acomete el autor un lema ile la inclinación sexual torcida. No será justo
excepcional interés: El problema médico le decir en estos casos, cuando ya de adultos
gal del homosexualismo. Y como homenaje caen en nuestras manos, que la morfología
a su autor, queremos dedicarle algunas re es nonnal, puesto que no lo fué en otra épo
flexiones y comentarios. ca de su evolución, y precisamente, en la
El doctor Ribeiro en sus publicaciones y época más crítica. El examen actual del
en su actitud ha demostrado una
profesional, homosexual debe,
acompañarse, para
pues,
cordial adhesión de hombre de ciencia y de ser
completo, de una investigación retros
filántropo a la ¿joc'ón. hoy por fortuna do pectiva de su morfología infantil y puberal,
minante, de que el homosexual no debe ser a ser posible, con documentos fotográficos.
tratado, a priori, como un delincuente. I'n ['na de esas fotografías ya amarillentas que,
homosexual es un anormal, y como tal, cae
por casualidad, había quedado olvidada
en

dentro de la jurisdicción del médico. Ahora tre otros recuerdos pretéritos, nos ha pues
bien, -obre el terreno de la homosexualidad to muchas veces sobre la pista cierta de ano
puede surgir la delincuencia; y .surge de to malías de ahora, nacidas en una fuente ce-

das la de que la inadaptación del individuo irada, pero que lo estuvo muchos años atrás.
al medio, fuente principal del delito, e.s Hin f. I'ero aun aquellos homosexuales cuyo
cho más intensa en los individuos homose examen urinal y retrospectivo no revela m-
xuales que en los otros .pie no lo son. ler-r\-un!idad morfológica alguna?, cómo
Si el' homosexual delinque, claro c-lá, cae
podría en absulnlo negarse la existencia de
de lleno y Icgílimaiurnlo. en las redes u"
ésta, si sabemos que el soma oceánico f^
eitivas de lo ley; pero, aun entonces no se siempre bisexual y que Indo individuo, hom
puede olvidar la raíz biológica de sus culpas bre o mujer, por perfecto que sexualmente
sociales y singularmente de aquella que con sea, rn Ja forma y en los impulsos conserva
más frecuencia propende a cometer: <d es latentes, soterrados quizá en hondas proliin*
cándalo. Xada remediará el juez podando
con mano enérgica el delito. El árbol que ("De Archivos de Medicina Legal e
da ¡idarlo y retoñará el fruto suprimido con Idonlil'icacao, auno VII, N.o 14; 1.a part<\j
nuevo vigor.
5

didadcs. vesligios del sexo coiil cario .' las comprendí' dentro de la minia interprc-
Llegamos asi a ln conclusión de < 1 1 1 <■ mi
todo homosexual c.xble una base orgánica de A llora bien, desde el punto de vista legal,
intci'sexualiilad. Teco sería un pr.il'nudo decir, médico legal, la homosexualidad se
i's

error (d considerar la perversión del instin puede distribuir en varios grupos de muy
to como una consecuencia directa y única ele dislinta interpretación. El resultado de mi
esta intersexualidad. La intersexualidad, es experiencia sobre este punto concreto, será
tado constitucional, es sólo una predisposi rd objeto de las brees páginas que van a
ción. Sobre esta tienen qii" actuar las causas seguir.
I
exógenas que desarrollarán la actitud isexu:.
Segain la conduela social, cu efecto, pode
de la mujer o del hombre con más o mimos mos dividir a los hombres homosexuales mi

facilidad, según que sea mayor o menor el los a continuación indican.


grupos (pie se

componente constitucional, es decir, la pre l'ero. antes de pasar adelante advertiremos


disposición. Estas causas exógenas activado- que nos
ocupamos exclusivamente desde
ras de la predisposición din-mida, son muy ahora del hombre homosexual y no de la
varias y muy conocidas; las más inipor! an mujer, porque el problema de esta es, bio-
tes son las impresiones que condicionan las Hg'ica y sobre todo sucia luiente, completa
primeras actividades sexuales, durante ¡as mente distinto que en el varón.
etapas finales de la edad infantil y durante Nuestra clasificación de los homosexuales
la crisis de la pubertad. En estos años se es así :

decide la normalidad o anormalidad sexual Lo Homosexualidad completa, permanen"


futura, según que las primeras experiencias le declarada con dos subí
¡pos: a) el homo
de la sexualidad se desarrollen en un am
sexual cínico homosexual
y b) el vergon
biente de corrección o no.
zante.
Hay también influencias contrarias, inhi 2.0 Homosexualidad latente con brotes ex
bidoras: las del tipo ético, religioso, etc.. que aceítales.
plícitos
pueden a su vez moderar y anular la pre '¡.o Homosexualidad de los prostituidos.
disposición homosexual. Del juego recípro 4.o Homosexualidad falsa: neurosis sexual
co de unas y otras influencias resultará la con complejo de homosexualidad.
conducta futura del individuo y así vemos
hombres con levísima apariencia
intersexual, IV
que por efecto de una enérgica influencia
[■xógeiía favorecedora de la homosexualidad, Lo La homosexualidad completa, perma
se hacen homosexuales declarados; y hom nente, declarada, se refiere a aquellos hom
bres, francamente afeminados en su morfolo bres cuya libido está francamente inverti
gía que por la acción de una de esas enérgicas da desde los comienzos de su actividad se
inhibiciones, mantienen durante toda su vida xual. Desde ipie tienen la conciencia de sn
el instinto dentro de la más rigurosa nor
sexualidad, saben estos hombres que son
malidad. homosexuales y adoptan. trente al amor.
I'reute a la sociedad y frente a su
propio yo.
III actitud
una en relación con la. plena con
ciencia de su inversión. Pero esta actitud
Eran indispensables estos
recuerdos, tal se puede en general dividir en dos subtipos.
vez porooportunos en este libro en que to que hemos llamado cínicos y vergonzantes.
do el problema homosexual va a ser
amplia L'.u El homosexual cínico es aquel en el
mente tratado, para afirmar nuestra posi que predomina la conciencia de que su li
ción de que "biológicamente" todos los ho bido es ]a normalnaturaleza. Enpara su
mosexuales son iguales; todos tienen, en parte por la energía del instinto y en par
una u otra medida, la misma base
orgánica te por lecturas e
informaciones, trato con
de intersexualidad. Las modalidades
clínicas ntros homosexuales, etc., se convencen no
y sociales de la homosexualidad son cierta sólo de
que no son responsables de ]a di
mente muy diferentes. I',-,-,, hi mirada del rección homosexual de sn
médico las abarca .instinto, sino mu
a todos sin excepción y chas veces d,. que su instinto es de calidad

5
al de la mayoría de los hombres. grupos, suele adoptar principalmente la for
superior
La nota denigrante que la moral social po ma de la amistadamorosa, muy cargada de

ne a la homosexualidad, está en estos casos elementos afectivos "de protección", de sa


anulada por esta conciencia profunda de crificio, de idealización de los álcelos; qui
normalidad, quizá de -u excelencia. No exis zás libi'e de verdadera- relaciones sexuales
ten, pues, las inhibiciones sociales que en directas. Y en consecuencia están estos

otros invertidos mantienen la anormalidad anormales por lo común, al margen de los

prácticamente anulada y soterrada en la aspectos médicos legales (bd problema.


conciencia. Y en consecuencia, actúan en la b) Lia ma mus homosexual vergonzante a
vida de los instintos libertad y, a veces.
con aquel en que las influencias inhibidoras pre
cínica. Es muy frecuente que e-tos homo dominan -obre la energía del instinto tor

sexuales sean hombres de inteligencia supe cido y sobre las citadas salvedades que tien
rior, literatos, artistas, etc., y a favor de la den, como hemos visto, en el grujió anterior,
disculparle encarecerle. El homo
beligerancia intelectual, actúan como tales a y aun a

invertidos, si no con la por lo


benevolencia, sexual vergonzante. íntimamente próximo
menos con la amorosa tolerancia de la socie al anterior, al cínico, desde el punto de vis
dad entera. La coincidencia de estas for ta biológico, se diferencia de él en que el

mas toleradas de la homosexualidad con el sentimiento de culpabilidad le domina; o,

talento artístico es tan frecuente, que el vul por lo menos, un sentimiento de inseguridad
go suele entender arbitrariamente el concep para hacer frente, yute la sociedad, a su
to: y por eso el número de los grandes es perversión. Lleva en silencio su destino.

critores. artistas y personajes de todas cla


. Acaso alguien presume que su sexualidad no

ses que han sido sospechados de inversión es normal, fundándose en detalles equívocos
sexual, es evidentemente mucho más extenso de su morfología, de sus gestos, etc., o en

cpie lo que correspondería


'

en justicia. A su conducta, correcta pero retirada de toda


ello contribuye, como luego veremos, la su actividad sexual normal —
matrimonio.
homosexuales de amantes, etc. IVro ningún indicio permite
gestión delatora de otros

tipo vergonzante. Sería escandaloso o inútil sospechar su instinto torcido o confirmar la


el citar ejemplos de esta variedad cínica de sospecha. Sólo el médico conoce su tragedia
ella íntima. veces, también, el sacerdote.
Y
la homosexualidad. Lo interesante en

a

la tolerancia común que muera con fama de sol


es precisamente social; y en rs muy
consecuencia, forman un grupo aparte, exen tero sin que nadie haya entrevisto la
raro,

to sin que se sepa por qué, de responsabili terrible tragedia con la que convivió duran
de toda inter te su vida entera.
dades públicas y al margen
vención médica y de toda sanción penal. He conocido muchos casos de esta forma
La actividad sexual de este grupo prime tristísima del homosexual verdadero, pero
ro de homosexuales que estamos examinan vergonzante. Unas veces sP trataba de hom
bres fundamentalmente rectos, quizás de
do, de categoría espiritual generalmente alta
convertían al-
con respecto a los que forman los demás excepcional bondad, que en

Manufacturas Unidas de Sombreros


21 DE MAYO 677 SANTIAGO

i-iioyi i noi: di;i, covikoi. di; cianmi im; invi:sti<:.\< ionhos

140:;-! 14-48
I misino todo aquello que las burro'as in campanas ocullas del homosexual (bd tipo
franqueables de su anormalidad les impedían une estamos describiendo.
gozar. Pero en otras ocasiones la sensibili Este es el contacto tiene el homose
que
dad reprimida estanca ,\ fermenta y lo xual la Con
se vergonzante con ilegalidad.
ma agresividad social que la-
formas de tacto, por lo tanto, no directamente sexual.
gentes no se explican y que tienen en la in V quiero apresurarme a reherar que sólo
versión de la libido su exacta in'erprrt :r afectan estos comentarios a un grupo limi
eión. Ello de los peligros de la sociedad hu tado, pues son muchos más los de espíritu
mana es el hombre resentido. El rebelde .sis dolorido y resignado que, no sólo no hacen
temático, el loco el criminal, son peligres nial a nadie, sino que piied'-u ofrecer exal-
visibles y. por lo tanto, evitables, Pero e lacioncs altruistas de la niá- noble calidad.
resentido posee un seni ¡miento antisocial

solapado que dispara desde la obscuridad y V


solo hace patente en momentos anormales
se

de la vida, como las guerras o las revolu El homosexual latente con brotes acciden
ciones. Eifl unces el resentido sale a la su tales de su anomalía, es de gran interés mé
perficie y juega un gran papel, trisle y tran
dico legal porque en él e| elemento patoló
sitorio. gico aparece con evidencia indiscutible; y,
Pues bien, el resentido se red uta en gran [rr lo tanto, su alejamiento de la respon
parte entre los hombres que por enfermedad sabilidad debe ser considerado con e-pecial
o anomalía nativa están colocados en una interés. En estos hombres luego.
es desde
situación de excopcionalidad respecto al res evidente la predisposición homosexual, con
to de los hombres. Y dentro de ese grupo, signos físicos (pie la denuncien o no; pero,
una fracción importante es la de los que en condiciones normales, esta predisposición
padecen transpiróos del sexo: por lo mismo
está espontáneamente sofocada, por el ma

que el normal disfrute de la sexualidad, es, yor vigor de los elementos del sexo normal;
dentro de las categorías quizás también las inhibiciones
vegetativas, fun y por ex

ción de lujo, innecesaria para la vida indi ternas de orden ético y religioso a que an

vidual y ligada, como todos los lujos, a la teshemos aludido. Más cuando surgen cir
vanidad orgánica entrañable de los resortes cunstancias anormales para el organismo,
instintivos. El impotente, el tímido, el que el fondo homosexual se subleva, y se tradu
por ser
portador de cualquier defecto ;e ce, en la conducta sexual y social. Tal ocu
encuentra al margen del con motivo de estados tóxicos-alcoholis
juego del amor, se rre

hace con mucha frecuencia


resentido; y. mo, morfina, cocaína, etc.. ■—
o de diferen
desde luego, una parte de los homosexuales tes enfermedades, principalmente neuro-sífi-
que no tiene conciencia orgullosa de su si lis o, simplemente, el advenir de la senec
tuación, ingresa en las mismas filas. tud, 'todos hemos tenido ocasión de ver

ejemplares de esta variedad en hombres


normales sexualmente, muchas veces casa

Una manifestación antisocial muv fre dos o con amantes conocidas, otras veces

cuente en estos resentidos de


origen sexual, solteros empedernidos, pero de vida correc
&s la
tendencia al anónimo. Jueces y poli ta, que ocasionalmente, ya en la madurez o
cías deben saber que los más encarnizados en plena declinación, sorprenden con aven
anonimistas suelen ser estos anormales del turas equívocas, esporádicas o permanentes.
instinto sexual. En inexplicable alivia se El ínteres de estos casos esbí en que por

produce en su alma torturada cuando dis lo común sus actividades homosexuales sue
paran el papel envenenado y sin firma. Y len adquirir un tono particularmente escan
cosa extraña, que ya hemos indicado antes: daloso y delictivo, y en que, como se ha di
con frecuencia, la anónima acusadóu es cho, el motor inmediato del delito, es un
precisamente de homosexualidad. La repu episodio francamente patológico. Con má
tación de homosexuales que injustamente han xima delicadeza han do ser. en consecuencia,
padecido tantas y tañías personas de signi iiiterprrlado.s eslos
anormales. Las aparien
ficación, ha parí ido, no raramente, de estas cias de su actividad sexual les hacen caer
de lleno cu la esfera de la justicia; pero su prostituidos se recluían entre hombres de
verdadero sino la clínica. C'oino regla ge
es
predisposición intersexiial casi nula y quo
neral puede decirse que todo homosexual por lo tanto, hayan llegado a su situación
que empiece a serlo después de los cuaren por [nica perversión ética, sin el mínimo de
ta años, debe .-ce muy sospechado, de este
disculpa de haber caído a favor de una ano
diagnóstico de accidentalidad producida por malía orgánica. Pero, en la mayor parte de
caus;„s patológicas y concretas; la
y, en con os casos predisposición intersoxnal es
secuencia, debe ser enviado al médico y no evidente y muy precoz : casi sin excepción,
al juez, cualquiera que sea la trascendencia la
prosl itueión se ha, hecho en la misma ni
social de sus fechoría.--. ñez o en la adolescencia. Los casos escrupu
Por cierto que éstas suelen estar casi losamente estudiados que yo conozco del
siempre dirigidas en el sentido de la rela- archivo del doctor Ribeiro, confirman el
d.ei con adolescentes, prostituidos o no-. fuerte componente intesexual de esta varie
dad de homosexuales.
VI Es evidente que ellos el problema mé
en

dico está muy la


retaguardia del propia
a

3? La homosexualidad de los prostituidos, mente policíaco. Ni aun estos seres dege


apenas necesita comentario por parte del nerados deben escapar a la vigilante solici
médico. Son los que descaradamente hacen tud del técnico. Pero la experiencia de to
infame granjeria de su anormalidad, y. por dos está de acuerdo en que. cualquier trata
lo tanto, en ellos se .suma la irresponsabi miento es inútil en ellos; porque es condi
lidad doíoro.-a de un defecto que les dio la ción esencial para su posible beneficio la
Naturaleza, a la deliberada
responsabilidad previa conformidad, más aun, la noble y
de su viciosa explotación. En estos casos se anhelante apetencia de ser curado; y no hay
trata, casi siempre, de intersexuales muy que decir que este elemento no existe en
claros: y modo alguno en los prostituidos, .sino todo
se encargan ellos mismos de exa
gerar su intersexualidad con afeminada lo contrario.
afectación intencionada de tocados, gestos y
vestidos. Su actividad sexual suele corres VII

ponder a la, pederastía pasiva demás for


mas directas y lamentables del contacto ho La neurosis sexual con complejo de ho
mosexual. Su tendencia al escándalo es ex mosexualidad no figura en Jas descripcio
todos nes habituales de los libros, y tienx no obs
traordinaria, como que en él, con sus

peligros, está la fuente principal de su re tante, una considerable importancia prácti


putación . ca. Hay muchos hombres, muchos, en efec
Puede teóricamente suponerse (pie estos to, que se creen homosexuales, que sufren

PARATEÑIREff CASA
USE SIEMPRE LAS
INSUPERABLES

ANILINAS

24S3 —

1|4 —
13
!l

consecuencias ínlhuns y loríale cuados lo casi lodos y las informa



son
todas las
de estii' situación y que, sin embargo, no son ciones de los hombres psriidoen! erados, en

■homosexuales de ninguna manera. Son sim te los que figuran muchos médicos, acaba
ueurósicos en los que la perturba de cumplo! ¡ir la deformación del instinto
plemente
chin de su sexualiadd se manifiesta, no ™ de estos pacientes .

1110 es corriente, por 1:111 sentimiento de timi Acaso sea le situación íntima de estos

dez o de impotencia para el sino por


amor, trágica de todas las que
(-úfennos la más

una conciencia, de inversión sexual cread; venimos considerando. Porque sufren toda.-
r-ubre hechos reales que fueron mal inter las consecuencias de su situación excepcio

y deformados través del desequi nal en la vida de los instintos y en la socie


pretados a

librio neurósieo. dad, más sin encontrar, allá en lo hondo de


En estos falsos homosexuales es indis ¡■u conciencia, ninguna de las justificacio
efecto, la constitución ncuró- nes biológicas eu o inoinr gra
pensable, eu (pie mayor
sica con su Icndencia interpretativa, d''fo¡- do experimenta el homosexual verdadero

niante. El enfermo es un pn upado de si y le sirven de alivio y, a veces, de vanaglo


mismo, como lodos los norósicos. y lo mas ria. En el homosexual falso todo es respon
"sí mismo" de la
personalidad es, precisa sabilidad y aul oacusación V por ello, cuan

mente, la sexualidad. La preocupación de do en nuestro despacho, después de muchos

forma las pequeñas realidades que ocurren titubeos nos declara su certeza de homo
en la fase de desorientación sexual de la sexual, tiene la confesión un acento de de
niñez y de la pubertad. En fracaso sexual sesperada amargura que no encontramos ja
en estos años es un hecho normal y el indi más en el homosexual verdadero, ni aun en

viduo normal 110 larda pu hundirlo en el los más dotados del sentimiento de la res

olvido. Pero, el individuo nerósico lo redi


ponsabilidad.
je, lo matiza con mala interpretación, lo Hace poco, comentaba yo la notable mo

hiperboliza, y sobre él crea el complejo de d"| ductor Jorge Thenon sobre


nografía
su incapacidad para la vida de relación de las neurosis obsesivas y ine oponía a su a-

los sexos. Este es el caso más común : es de firinacióu de que en el homosexual "no hay
cir, el de umt impotencia psíquica creada nunca un verdadero sentimiento de culpa
sobre la realidad de uno o varios fracasos o un fuerte estado de neurosis procedente
en los primeros contactos amatorios. de un concepto íntimo en relación con sil

Pero otras veces el suceso anómalo que práctica perversa".


sirve de punto de partida a la deformación Yo he visto, por el contrario, escribía yo.
ncurósica. es un incidente de nial iz homo a muchos homosexuales requerir el auxilio
sexual, quizás levísimo, de los que en esas [leí médico en estado de angustiosa autoacu
edades de instinto incierto se pueden con sación y presa el alma de graves obsesio
siderar también como dimito de una norma nes". Sin embargo, en este comentario mío
lidad relativa. El hombre equilibrado arrui faltaba, lo reconozco, esta necesaria distin
nóla también para siempre estos episodios ción : No de un modo exclusivo, pero si en

de la ¡uicieción en la vida del sexo. Tienen la inmensa mayoría de los casos, el homo
el misino valor pasajero e intrascendente sexual verdadero tiene siempre, más o me.
de las
primeras caídas cuando el niño co nos
explícito en su conciencia, ese soporte
mienza a andar, o de las primeras indiges de justificación biológica que le alivia el
tiones cuando el apetito no eslá todavía sentimiento de la responsabilidad. Precisa
controlado por la autoregulacióu instintiva mente cuando 110 existe esta justificación
de los fenómenos nutritivos. Pero en el neir biológica, es decir, cuando el hombre no es

rósico, (d recuerdo de aquellas vacilaciones. un verdadero


homosexual es cuando sur

fijado implacablemente en la conciencia e ge la acusación con toda su dolor. isa vio


inyectado cada día de trascendencias nue lencia. Ese
enfermo que acude, pues. Ib-no
vas, responsabilidades, visiones trágicas so de angustia al médico o al cura, es
muy pro
bre el porvenir, ele, acaba crear la bable que
por no sea un homosexual, sino sim
propia conciencia de una homosexualidad. plemente el neurósieo con
complejo de ho
La Lectura de libros de sexología, inade mosexualidad. El homosexual verdadero
10

actúa, salvo excepciones, en el plano más da, cuando el de


o azar un amor
propicio en

menos explícito de! cinismo. dereza instinto vacilante y arranca súlb-


el
La vida sexual de estos neurósicos suele 1 amen le las raíces de su anormalidad, ti'1
ser particularmente agitada pero con- agi visto más de un caso con este dichoso fin.
tación anterior de la conciencia instintiva, Desde el punto de vista médico legal, es
sin repercusiones sociales importantes. La te grupo de los falsos homosexuales, tiene
certeza homosexualidad impide a es
de su poca importancia. ÍSun los seres escandalo
tos anormales el comercio con la mujer y sos de la sociedad. Su tragedia, por lo co-

el matrimonio para id que, por otra parte, liiún, no sale del encierro de su alma. Aca
su timidez les pone obstáculos a veces in so
por este predominio del instinto de la

franqueables. Y la falta del verdadero im culpabilidad, sin embargo, estos


son hom

pulso homosexual, más las enérgicas inhibi- bres de los que mayor tributo pagan al sui

biciones ele la conciencia, les aparta tam cidio, sé de varios casos en los que me cons
bién de toda relación invertida. De aquí ta (pie ésta fué y no otra la génesis de la
la situación de dolorosa ambivalencia en "fatal" resolución" de que al día siguiente
se hallan. He conocido algún caso en nos habla la sección de sucesos de los perió
que
que en de desesperada desorien
momentos dicos.
tación intento el enfermo la, relación homo (f M.. .

sexual y naturalmente surgió, a la sola

proximidad de ella. la enérgica repug


nancia que impide consumarla a quien no
sea un homosexual verdadero. Es más. para
AL PERSONAL
mi. como he dicho en otra ocasión, en este

sentimiento instintivo de repugnancia o de La líevista otorgará un premio a la me

benevolencia ante las prácticas homo jor colaboración del año que provenga del

sexuales, está uno de los caracteres distin personal.


tivos más importantes para diferenciar al Al misino tiempo lo llama a colaborar en

homosexual verdadero del falso. sus páginas y recuerda que los valores
le

Asi trascurre la vida de estos neurósicos. auténticos se imponen en todos los medios.
hasta la vejez ciega la fuente del ins
que
tinto perturbado, sino tiene antes la suerte
de que les cure un médico ; son los casos

o
propios para el psicoanálisis inteligente,
cura de razonable
simplemente, para una

cual queda dicho que el


persuasión; con lo
sea un
que puede curarles no es preciso que

médico, sino simplemente un hombre gene


voluntad. Otras veces cura
roso y de buena
estos neurósicos, espontáneamente, la vi-
a

si:r\ ri). qi i

G O M I N A
no i :.'

G O M I N A
SI l,\ ITIVI l'.Tl M> 1)K I

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