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levantate y Bautizate

Las escrituras nos habla de unas morada celestial que nuestro


señor Jesús fue a preparar para todos los que cumplan sus
normas o mandamientos él dijo: “En la casa de mi Padre muchas
moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a
preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar,
vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el
camino. ” (Juan 14:2-4). Jesús quiere que estemos con él, para
que esto se cumpla en nuestras vidas tenemos que saber para
donde vamos en realidad, debemos estar seguro que cuando la
muerte nos visite nos iremos para el cielo, y para ello tenemos
que saber el camino.

El camino no es la oración, no es porque usted sea buena


persona y ayude a los demás, el camino no es que usted sea
piadoso y temeroso de Dios, el camino no es que usted sepa
mucha biblia y hable de Dios. Las escrituras nos habla de dos
personajes que tenían estas cualidades más sin embargo no
tenían segura la morada celestial. A ellos les hacía falta el
bautismo del nombre de Jesús en sus vidas, veamos: “Había en
Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía
llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa,
y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.
Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día,
que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía:
Cornelio. El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es,
Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para
memoria delante de Dios. Envía, pues, ahora hombres a Jope, y
haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. Este posa
en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar;
él te dirá lo que es necesario que hagas.” Lo que hacía Cornelio
era bueno para Dios, él lo escucha en sus oraciones y le dice que
es necesario que hiciera lo que Pedro le iba a mandar que
hiciese. Cornelio mando a buscar a Pedro para que le explicara
qué era lo que tenía que hacer para poder entrar a la morada
celestial, y lo que le mando Pedro hacer era que se bautizara en
el nombre de Jesús: “Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso
alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que
han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó
bautizarles en el nombre del Señor Jesús…” (Hechos 10:47-48).
Las razones por las que debemos ser bautizado en el nombre de
Jesús son muy claras, si usted aspira querido amigo entrar al
reino de los cielos créame que en sus pecados, en su vida de
desorden nunca lo va a lograr. La escritura especifica que
debemos saber que los que los injustos no heredarán el reino de
Dios. No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los
adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni
los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes,
ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. (1 Corintios 9-10).
Si usted es una de estas personas, no tendrás parte en el reino
de Dios.

Para toda persona que viva en el pecado, haciendo lo que Dios no


le agrada también tienen la oportunidad de lavarse, santificarse,
justificarse con nuestro Dios y salvador Jesucristo, solo tienes
que hace lo que él ordena mediante sus servidores y
predicadores de su evangelio. El segundo caso de lo que Dios
ordena que hagas, le paso al apóstol Pablo, cuando era
perseguidor de la iglesia, la escritura dice que cuando yendo por
el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco,
repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y
cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por
qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy
Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el
aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que
yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se
te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con Saulo se
pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie.
Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía
a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco,
donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió. Había
entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el
Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.
Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama
Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de
Tarso; porque he aquí, él ora, y ha visto en visión a un varón
llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que
recobre la vista. Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de
muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus
santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los
principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu
nombre. El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es
éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de
reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es
necesario padecer por mi nombre. Fue entonces Ananías y entró
en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo,
el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde
venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del
Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como
escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue
bautizado. (Hechos 9:3-18).

Hay dos puntos importantes en la historia de Cornelio y la de


Pablo, en la primera podemos darnos cuenta que Dios le hablo a
Cornelio mediante de un ángel en visión y le dijo que mandara a
buscar a Pedro que él le iba a decir lo que tenía que hacer, pero
en el caso de Pablo que en su momento le llamaban Saulo de
Tarso, Dios mismo se le apareció en el camino y le dijo que se le
diría lo que tenía que hacer, en este momento Jesús mando fue a
Ananías quien se le oponía, pero una vez que Jesús le explico el
propósito que tenía con Saulo fue y le dijo: “Ahora, pues, ¿por
qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados,
invocando su nombre.” (Hechos 22:16).
Querido amigo te puedo dar muchas razones por las cuales
debemos ser bautizados en el nombre de Jesucristo, ya que son
muchas las que las escrituras nos refieren, como el caso de un
maestro de la ley, que vino de noche a hablar con Jesús, la
escritura dice que había un hombre de los fariseos que se
llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a
Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios
como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú
haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De
cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no
puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un
hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez
en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto,
de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no
puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne,
carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te
maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
(Juan3:1-7).

Creo que Jesús en cada palabra nos explica la necesidad de ser


bautizados en su nombre para poder entrar a esa morada
celestial, esa morada que solo se encuentra en su reino.

Para concluir quiero resumir diciéndote que toda persona debe


saber y tener claro las razones por las cuales debe ser bautizado
en el nombre que es sobre todo nombre, para esto se hace
necesario conocer los siguientes razones por las cuales tienes
que ser bautizado en el nombre de Jesús, recuerda lo que Jesús
dijo: “él te dirá lo que es necesario que hagas.” Las siguientes
razones son:

1. Porque el bautismo fue instituido por el señor Jesucristo para


todos los seres humanos como requisito para la salvación:

• “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda


criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que
no creyere, será condenado.” (Marcos 16:15,16).
• “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no
quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de
una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de
Jesucristo” (1 Pedro 3:21).

2. Una de las mayores razones es porque el señor Jesucristo lo


práctico y nos dio ejemplo:

• “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser


bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito
ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió:
Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.
Entonces le dejó” (Mateo 3:13,15).

3. Porque el bautismo es indispensable para la salvación pues


forma parte de los requisitos que debe llenar, todo aquel que
aspire entrar en el Reino de los Cielos.

• “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el


que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” (Juan
3:3.)

• “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros


en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y
recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38).

• “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no


quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de
una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de
Jesucristo” (1 Pedro 3:21).

4. Porque por medio del bautismo sepultamos nuestra vida de


pecado y resucitamos para una vida nueva, con la que nos
identificamos con la muerte, sepultura de nuestro señor
Jesucristo.

• “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en


Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque
somos sepultados juntamente con él para muerte por el
bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la
gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de
su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección”
(Romanos 6:3,5).

Espero que por medio de este estudio entiendas la importancia y


las razones por las cuales debes ser bautizado en el nombre de
Jesús, es necesario que obedezcas el mandamiento de nuestro
gran Dios y salvador Jesucristo, tal como lo hizo Pablo, Cornelio
y como le fue explicado a Nicodemo, para que puedas entrar al
reino de los cielos.

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