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Semana 9: La grandeza del amor, quiero tu bien.

He descubierto la paradoja de que si amas hasta que duela no habrá más dolor, sólo
más amor.
Santa Teresa de Calcuta.

Aprendizajes esperados:

- Analizar la importancia del amor en el desarrollo de la persona.


- Reflexionar sobre la naturaleza donativa del amor y la amistad.

Conceptos claves: donación - egoísmo - reciprocidad - identidad - compromiso - sacrificio.

1. La naturaleza del amor.

Hemos llegado a uno de los temas que probablemente más te interesan. Mucho se ha escrito
sobre el amor y probablemente las manifestaciones artísticas más bellas de la humanidad
han estado inspiradas en él, poemas, canciones, pinturas y construcciones maravillosas son
producto de una de las experiencias más profundas de la persona humana. Podríamos decir
metafóricamente que el amor es una aventura maravillosa, la más importante de nuestra vida;
podríamos decir incluso que el amor es un desafío, que determina nuestro presente y nuestro
futuro; el amor es «la energía principal que mueve al alma humana”1 . La naturaleza humana,
en su esencia más profunda, consiste en amar.

Probablemente has escuchado la frase que dice que el hombre está hecho para amar y ser
amado, pues si miras hacia tu pasado probablemente adviertas que todo lo que eres hoy se
debe al amor de ciertas personas y que la felicidad que buscas está íntimamente relacionada
con el amor hacia una persona. Pero ¿qué es en realidad el amor?

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Benedicto XVI, Audiencia general sobre Guillermo de San Thierry, 2 de diciembre de 2009.

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Ahora bien, antes de llegar a definir lo que es el amor, partiremos por decir lo que no es.
Aunque te parezca extraño el amor no es un sentimiento, ¿cuál es la razón de eso?

Los sentimientos son variables, cambian constantemente y están sujetos a realidades, gustos
y estados físicos, entre otras cosas; el amor en cambio, reclama permanencia, estabilidad,
solidez y consistencia.

Piensa en uno de los amores más fuertes y auténticos, el amor de los padres. Este no depende
de las emociones o estados de ánimos, los padres aman a sus hijos para siempre, a pesar de
los múltiples conflictos que puede existir en su relación.

Sostener que el amor no es un sentimiento, no significa decir que no esté acompañado de


ellos. Analicemos la siguiente situación: una mujer que recién ha dado a luz a su primer hijo,
probablemente al verlo por primera vez y estrecharlo junto a su pecho se emocione y llore:
llora de amor y de felicidad por su hijo, lo mira y lo contempla cautivada y maravillada. Y,
probablemente también esa experiencia quede en su memoria para siempre. A medida que
pasan los años el amor por su hijo crece, madura, se estabiliza y se hace aún más fuerte, pero
esa madre no llora de emoción cada vez que ve a su hijo llegar a casa después de la escuela,
menos aún si antes la han llamado del colegio diciéndole que su hijo no llegó a clases, pues
probablemente en esa situación sentirá enojo y molestia hacia su hijo, lo que no significa que
deje de amarlo.

Por todo lo anterior, podemos afirmar el amor está por sobre los sentimientos, porque consiste
en un acto espiritual, que surge de la facultad de la voluntad del ser humano, es un acto
voluntario de entrega y generosidad. El amor es donación hacia otro y supera las barreras
del tiempo, de lugar o de circunstancias, por ello cuando se ama se intuye que es “para
siempre”.

La persona que únicamente buscar sentir y usa a otro con ese único fin es egoísta. El egoísmo
es lo contrario del amor porque el egoísta piensa primero en él y siempre en él, sólo le interesa
satisfacer sus propios deseos y necesidades y es incapaz de sacrificarse por el otro, su
egoísmo le imposibilita entregarse y comprometerse con el otro.

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2. Amor entre personas.

Por otra parte, es importante señalar que el amor se da únicamente entre personas. Amar
significa encuentro entre un tú y un yo, y ese encuentro es posible entre personas. En estricto
rigor no hay encuentro entre un objeto y una persona, ni entre un animal y una persona,
porque el encuentro pide colaboración, comprensión, empatía y enriquecimiento mutuo.

Por ello es importante reflexionar sobre las relaciones que tenemos con los seres que nos
rodean, pues es legítimo cuidar y sentir cierto afecto hacia algún objeto que representa para
mi algo valioso, probablemente porque me recuerda a una persona, pero no se aprecia el
objeto en sí mismo. Algo similar ocurre en la relación con los animales, puede haber
sentimientos de estima, aprecio, protección y cuidado -eso está muy bien- pero no de amor,
ya que la relación de amor supone ciertas condiciones que sólo pueden darse entre sujetos
que poseen la misma naturaleza y dignidad.

Existen diferentes tipos de amores, está el amor a Dios, el amor entre los esposos, entre padres
e hijos, entre los hermanos, o el amor entre los amigos. Todos ellos son claves para el
desarrollo humano, cada uno de esos amores influye en la formación de nuestra identidad
personal.

Existe un tipo de amor que no exige la reciprocidad, y que es el amor de caridad. El amor de
caridad lo podemos reconocer en muchas situaciones cotidianas. Pensemos por ejemplo,
cómo se manifiesta en un acto de bondad y ayuda para el que lo necesita o en una madre que
durante una época de dificultades económicas deja los mejores alimentos a su familia o en
los padres que cuidan y educan a sus hijos pequeños sin recibir en ese momento nada a
cambio, alegrándose porque ellos están bien. ¿No tienen en común todos estos ejemplos el
amor desinteresado, que se entrega sin buscar algo a cambio?

El amor de caridad busca el bien del otro de manera desinteresada, amando lo que él ama,
queriendo lo que él quiere, alegrándonos de la dicha de la que él goza, poniéndonos
enteramente a su servicio. La caridad como virtud es la expresión del amor más elevada que
puede dar nuestro espíritu.

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3. Amor de amistad.

Ahora abordaremos de manera especial el amor de amistad. Éste es uno de los amores que
más enriquecen la vida humana, aunque desde el punto de vista biológico, podamos entender
que no necesitamos los amigos para nuestra subsistencia.

Sin embargo, qué mal viviríamos sin amigos. C. S. Lewis, escritor británico del siglo XX,
manifiesta esta idea de manera muy hermosa cuando dice, “la amistad es innecesaria, como
la filosofía, como el arte, como el universo mismo, porque Dios no necesitaba crear. No tiene
valor de supervivencia; más bien es una de esas cosas que dan valor a la supervivencia.”2.

El amor de amistad es el que nos saca del mundo familiar, se establece plenamente fuera de
la familia, aunque probablemente con el tiempo, mis amigos también sean amigos de mis
padres y de mis hermanos. Es con los amigos que, junto con la familia, se forjan las primeras
relaciones sociales y por ello la amistad es tan importante para la persona.

¿Cómo surge la amistad? Probablemente te has hecho amigo de alguien que fue tu compañero
de colegio o de trabajo o el vecino del barrio, pero no todos tus compañeros o vecinos son
tus amigos, sólo con algunos compartes esa complicidad tan particular. Sólo serán amigos
quienes compartan una visión común, cuando el otro ve lo mismo que tú, por ello surgen los
amigos cuando se gusta de la misma música por ejemplo, o cuando se han tenido experiencias
de vida similares, o cuando tienen la misma fe y convicciones, los amigos están siempre
mirando hacia una misma dirección, a un ideal común.

Para los pensadores antiguos la amistad también fue considerada importante, Aristóteles por
ejemplo, dice que la amistad es uno de los aspectos centrales en la vida del hombre y
distingue tres tipos de amistad:

a. Amistad de utilidad: en ella el afecto está basado en el beneficio o uso que se puede
hacer del otro. Lo central acá es que se obtiene algo de la amistad que es ventajoso, se busca
el beneficio mutuo de la relación de amistad y sólo eso es lo que une a dos personas, me hago
amigo del otro porque es hijo “de” o porque tiene tal puesto de trabajo.

2
C.S. Lewis, Los Cuatro Amores. Ed. Rialp, Madrid, 1960, pp.28.

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b. Amistad por placer: El fundamento de esta amistad es el placer o la diversión. Se ve
al amigo únicamente como causa de mi propio deleite. Las dos personas pueden preocuparse
sinceramente por la otra, pero lo que las une como amigos es principalmente el placer o los
"buenos ratos" que pasan juntos. Por ello esta amistad se diluye cuando vienen malos
momentos, pues en medio de la enfermedad o la premura económica ya no hay diversión.

Ambas amistades, no son necesariamente malas pero se acaban con facilidad debido a lo
frágiles de sus fundamentos.

c. Amistad virtuosa: es la amistad en su sentido pleno, en ella los amigos quieren el bien
del otro, ven al amigo como un bien en sí mismo y no como un medio para otra cosa. Los
amigos buscan una meta común: "la vida buena” a través de la virtud. Probablemente te ha
pasado que has cometido algún error y un buen amigo te ha dicho que actuaste mal, pero te
lo ha dicho con cariño, para que te hagas mejor persona, por tu propio bien. En esta relación
de amistad, los amigos están comprometidos a buscar algo fuera de ellos mismos, algo que
va más allá de sus propios intereses y se alientan el uno al otro en la virtud para perfeccionarse
día a día.

4. Características del amor de amistad.

El amor de amistad está fundado en la capacidad de la naturaleza humana de abrirse a los


otros, acogerlos como son y reconocerlos como dignos de ser amados por sí mismos,
deseando su perfección como personas. Además, por el hecho mismo de amar y entregarse,
la persona se perfecciona y se realiza a sí misma.

Si, como dijimos antes, el amor es un acto espiritual de donación de la persona, esto supone
ciertas cualidades que debemos tener presentes para distinguir en nuestras propias vidas si
efectivamente estoy siendo amado como me merezco o, si yo estoy amando como el otro lo
merece. Veamos algunas de estas características:

El amor de amistad implica “reciprocidad”, es decir una correspondencia y correlación con


la persona amada. Esta relación de amor entre personas implica un intercambio de ideas, de
gustos, de diálogo con el otro, de complicidad con la persona amada; cuántas veces has

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notado que cuando se ama a otro hay un conocimiento tan profundo de él o de ella, que no
se necesitan palabras para saber lo que el otro piensa o quiere, pues un solo gesto, una sola
mirada es suficiente para lograr la conexión.

El amor incluye también “identificación” con el otro: la persona amada es un tú que posee
la misma dignidad que yo, la misma naturaleza. Es un sujeto espiritual, inteligente y libre
como yo, y por ello es posible una relación personal entre los amigos, la familia, la novia o
el esposo. Podemos intercambiar ideas, conversar, debatir, todo eso es posible porque la
persona amada está a la altura de mi ser. Como puedes ver, nada de esto es posible en la
relación entre personas y animales.

Otra cualidad del amor es la “entrega”: esto supone salir de sí mismo para buscar el bien
del otro. El que ama de verdad comprende al otro como un bien en sí mismo, como alguien
que vale por lo que es y no por la satisfacción que puedo obtener de él. Esto implica que
jamás debemos tratar a las personas como meros instrumentos para lograr nuestros propios
propósitos, esto se da mucho en las relaciones de trabajo, incluso en las falsas relaciones de
amistad y de pareja.

El amor es también “compromiso”: cuando se ama a alguien, hijos, esposo o esposa, padres
o amigos, soy leal a ellos. Podríamos estar muy enojados con un hermano, pero si vemos que
lo ofenden o corre peligro, lo defiendo y lo protejo sin pensarlo, porque amo a mi hermano y
a pesar de los conflictos que podamos tener, mi compromiso hacia él no se rompe, cumplo
mi palabra, porque entre nosotros existe una promesa tácita de estar en las buenas y en las
malas, es un acuerdo que no se rompe. Probablemente hoy esta característica del amor es la
que menos se entiende, pues vivimos en la lógica del "usar y tirar", la lógica de las relaciones
calculadas y pasajeras, donde el compromiso a largo plazo y las promesas no se comprenden
y se temen.

Finalmente el “sacrificio” es otra característica esencial del amor. La Madre Teresa de


Calcuta, quien fue ejemplo vivo de generosidad y entrega decía “ama hasta que duela y
cuando te duela entenderás lo que es el amor”. En esa dimensión del sacrificio, es donde los
seres humanos somos capaces de realizar actos verdaderamente heroicos, quien ama está

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dispuesto incluso a dar lo más preciado que tiene, su propia vida. Ese el acto de amor más
grande que puede realizar un ser humano, para aquellos que son cristianos el sacrificio de
Cristo en la cruz es el ejemplo sublime de su amor por la humanidad, dolor y sacrificio valen
la pena cuando se trata de la persona amada.

Todas estas características del amor no son fáciles de comprender en un mundo como el de
hoy, nuestra sociedad funciona muchas veces bajo la lógica del utilitarismo, que considera
que la felicidad está puesta en la mayor cantidad de placer que se pueda obtener. Bajo esta
lógica, todo aquello que implique sacrificio y entrega es visto como absurdo e imposible de
llevar a cabo y probablemente esto puede explicar por qué muchas relaciones amorosas son
hoy tan frágiles, pues si sólo valoro al otro en la medida en que me proporciona algún placer,
entonces no hay bases para una relación estable y duradera. En cuanto se acabe la experiencia
de placer o de beneficios rápidos y fáciles, esa persona ya no me es valiosa, ya no la necesito
ni la quiero.

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