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La Arqueología y la Artesanía: Analogía desde un Oficio Arqueológico

Mayra Fernanda Ríos Hernández

Universidad de Santander

Mediante este trabajo expongo de forma interpretativa y organizada, la importancia de realizar un buen
oficio arqueológico, partiendo del artículo “El Oficio de la Arqueología”, por Randall Meguire y
Michael Shanks.

El artículo de El Oficio de la Arqueología principalmente, se centra en un debate sobre cómo se le


considera a la arqueología, por ende, se le considera como “un modo de producción cultural, una
práctica unificada que involucra al pasado, al arqueólogo, al público, al cliente y a la sociedad
contemporánea” (Shanks, McGuire, 2016, p.153). Eso quiere decir, que la arqueología nos envuelve a
todos, como parte de una sola comunidad que trabaja y permanece por la preservación, reconstrucción
y protección de la historia de una comunidad, de una costumbre, etc. Y que todos estamos siendo
participes de una práctica que nos posiciona dentro de una misma época e historia.

El articulo nos comenta que, la arqueología en su actualidad se encuentra en una situación no


ordenada, y que ha sido atacada por cuestiones que llevan a dudar lo que abarcan los análisis
arqueológicos. Comenta también, de que hay muchas dudas entre lo práctico y lo teórico, desde
controversias que hacen posesionar a los científicos en una postura obstinada. Por lo tanto, el objetivo
de los autores, mediante este texto es el de moldear cuestionamientos o preguntas de forma más
productiva y que no se pretenda establecer oposiciones que hagan más complejo debatir sobre la
disciplina. No obstante, hace referencia de forma objetiva, al caso de que llegue al lector una mejor
perspectiva de qué es lo que realmente hace un arqueólogo, para poder sacar ganancia a esto, de forma
general como lo enuncia el titulo (El Oficio de la Arqueología).

Se apuntala que, la arqueología es productora cultural y tecnológica, donde está relacionada con
materia prima, con métodos y teorías que permiten producir al profesional a lo que le conviene y a una
respuesta de una investigación. Para analizar el carácter de los modos de producción cultural, es
necesario tener en cuenta que la arqueología es una actividad humana que está vinculada con factores
que no se pueden aludir como: las emociones, las necesidades y deseos humanos que van enlazados
con la teoría y el razonamiento técnico para formar un oficio de la arqueología. La forma en como está
estructura la arqueología se expondrá a continuación, que son claves para una práctica y desarrollo más
enriquecido de hacer una buena práctica arqueológica, ya que somos los profesionales, quienes nos
exponemos ante sucesos, hitos que permanecen y que juegan con la moral del investigador, sin
embargo, este debe atribuir al contenido científico un concepto absoluto teórico, que lo lleve a saciar
más la información de lo que se quiere transmitir.

Como primera parte de la estructura, tenemos “El Oficio Artesanal y sus Connotaciones”, cuando
hablamos de artesanía, hacemos referencia a un ámbito de caricatura, es decir, cómo mediante la
cultura material, la simbología nos transmite las diferentes maneras en cómo estaban organizadas
social, económica y políticamente una sociedad. Esta artesanía, es tomada desde una manera de
“consuelo”, que se vincula con formas de diferentes técnicas y que van a ser juzgadas por su atractivo
decorativo. Se relaciona artesanía-arte, en cuanto a que son constructoras de objetos de buena estética,
de máxima creatividad, pero que la artesanía se posiciona en un lugar menos que el arte, porque, aunque
estén relacionadas, estas están constituidas en divisiones que las institucionalizan. Es importante
destacar que, en la arqueología tradicional, se le acuñaba arqueólogo a la persona que excavaba,
mientras que con la Nueva Arqueología, cuestiona las diversa manera de hacer la práctica (excavación)
arqueológica, el autor no tiene la intención de legitimar la arqueología, sino más bien, poder mostrar
de una manera particular, la importancia de generar buenas investigaciones en la disciplina, y para ello,
se hace una división entre arqueólogos teóricos y los que sólo escarban la tierra. Pero sólo ejemplificaré
con dos conceptos que son de importancia, y que el autor compara directamente entre estos: teoría y
práctica, esta división, ruptura lazos de unión que, aunque estén relacionadas a la acción humana, están
lejos de mantenerse en una misma línea, debido al producto obtenido, según el oficio que se haya
realizado. Entonces, la artesanía engloba la práctica y la teoría, en donde ninguna de las dos puede ser
menor de la otra, debido a que esta genera ideas de jerarquía.

En la “Artesanía: Un Bosquejo de Producción Cultural Positiva, en esta parte, la artesanía busca


encontrar conocimiento, prácticas que han quedado marginadas, olvidadas por organizaciones
productivas. “El razonamiento y el trabajo de hacer cerámica se combinan en el arte de formar la vasija
y se incorporan en ella”. (Shanks, McGuire, 2016, p. 156). Según lo anterior, la producción de vasijas
es una práctica intelectual y una labor particular. En esta estructura, la artesanía está relacionada con
un diálogo, con el cliente y los intereses que trae la artesanía. Entendiéndose así, como un proceso de
interpretación que implica el gusto y el juicio de la calidad. El juicio de la artesanía, incluye criterios
sociales y éticos, y que responden a una función dentro de una necesidad social. Por lo tanto, se debe
juzgar mediante criterios técnicos, a partir de preguntas que le darán al investigador una respuesta que
vinculará no sólo su organización social, sino aspectos emocionales y culturales.

La “Arqueología como Artesanía”, hace referencia en que la artesanía es creador de conocimiento


arqueológico, ya que los arqueólogos ponen todas sus habilidades en una investigación sin limitar la
recopilación de una información que se reconstruye a partir de pequeñas partes, con lo anterior, se
puede decir que los arqueólogos elaboran los hechos mediante encuentros que modifican y
reconstruyen el conocimiento existente. Se habla de la objetividad y verdad como atributos que no
existen, pero que sí son reales, materiales que se encuentran relacionados con el mundo. No obstante,
el oficio arqueológico requiere constancia o disciplina, para poder hallar respuesta a un objetivo o
propósito en específico.

La cuarta estructura, enunciada como “Finalidad”, consiste en un valor social, donde el


conocimiento arqueológico no sólo se descubre, sino que se relaciona con un cliente o consumidor,
quienes trabajan con el artesano, con la idea de que reparen una necesidad. Estos propósitos, están
vinculadas con una comunidad particular, un ejemplo sería una comunidad loca, un gobierno o un
pueblo indígena. Sin embargo, es respetable el oficio, con el que se produce cuando un alfarero toma
en cuenta la necesidad del cliente, de manera que responda con esa necesidad, que los satisfaga. En
esta parte, la arqueología artesanal, es promotor de diálogo entre la disciplina y las partes que esta
misma atiende, y donde esta debe hallar a sus clientes en la diversidad de intereses que estudia, su
ubicación, el lugar de trabajo, vivienda y a través de esto, se obtienen los fondos.

En la” viabilidad”, aquí la artesanía responde a materia prima, y donde los arqueólogos necesitan
una buena prensión técnica de la historia y la objetividad material. Aquí se comparte el conocimiento
y habilidades, donde las personas ayudan a diseñar y contribuyen a procesos de tomas de decisiones
en cuanto a niveles de participación, y donde los individuos sobrellevan sus cargos, de forma, en que
el trabajo los manejase ellos mismos, por lo tanto, es importante aplicar la práctica arqueológica con
el objetivo de afrontar una realidad de una arqueología industrializada.

La “expresión”, como estructura que pone al arqueólogo, en la posición particular en la que se


encuentra al tener en sus manos un artefacto, ya que podrá contemplarlo en sus distintas dimensiones
y reflexionar sobre ese artefacto, también cómo pueden apreciar sentimientos como la soledad y la
relación con lo natural. Apuntala sobre la imaginación popular, haciendo referencia a que la
adquisición es más neutral del conocimiento. El oficio artesanal es creativo, ya que se plantea un
propósito, evalúa la viabilidad, y trabaja con el material, y le da una interpretación, un sentido que se
conservará. En esta parte estructural, juega mucho la imaginación, las emociones y demás en cuenta a
preguntas que queremos responder, todo desde un carácter serio.

En la parte de “Diseñando Arqueologías”, consiste en analizar la clase de arqueología que queremos


y si esta funciona, es decir, desde el objeto artesanal, el producto habla de una serie de características:
estilo, placer de uso, etc. Que quizás nos lleven a solucionar un problema, proporcionar una
experiencia, y probablemente esta sea significante. Posteriormente, la arqueología también tiene un
estilo y este implica diversas consideraciones, esto respecto a su elocuencia, a qué tan efectivo y
productivo puede ser ele estilo en el desarrollo de un proyecto. También una evaluación ética de los
objetivos, de igual manera está vinculada con juicios: finalidad, viabilidad y expresión. Hace hincapié
en que la artesanía posee valores como la sabiduría, que implica probablemente conocimiento,
inteligencia y acción de pensar, desenlazar y razonar.

En “Una Disciplina Unificada”, señala que la arqueología une la disciplina mediante la práctica, en
cuanto a la unión de actividades de la arqueología, como las que nos dividen. Entonces, la arqueología
nos debe llevar a diversas arqueologías y productos al tiempo, mediante la práctica, un tema específico
y unas obligaciones especiales, respecto al pasado y presente.

La Economía Política de la Arqueología

En esta parte, abordan de forma conceptual, bosquejar los campos que han sido motivo de debates.
Principalmente, se habla del capitalismo contemporáneo, la separación entre la razón y la acción, teoría
y práctica, y que se encuentran en la vida actual o moderna. Se habla de una descalificación, que separa
el conocimiento de la práctica, es decir, mientras que el proletariado comprende su trabajo, solo su
entorno de trabajo, el jefe comprende cómo funciona toda la red de producción de forma general,
entonces esto solo proyecta una demencia en el tiempo, para poder controlar los datos técnicos, sin la
necesidad de tener en cuenta a trabajadores o artesanos especializados, hecho por el cual ha bajado.
También concentran su discusión en la política de educación superior y sus instituciones, donde los
arqueólogos se especializan para recibir acreditación para practicar arqueología. Señala mucho el
hecho de que la academia ha resistido a diversos modelos: modelo de la torre de marfil, que están
alejados de la sociedad. Modelo de comunidad de eruditos, persiste en el conflicto, como un negocio
que sirve a la sociedad, y el modelo de Gestión de la Calidad Total, tratan de la universidad, como un
negocio que comercializa un producto y exige cada vez mayor justificación de parte de los profesores
en cuanto a tiempo y esfuerzo. Esto quiere decir que, todo está correlacionado con un interés
económico y productivo, que lleva a la academia, sólo ser un negocio más, sin importar la importancia
del rescate de la historia, y de los artesanos, de los trabajadores y las comunidades.

Me parece importante, el tema de las arqueologías que se practican en la actualidad, de contrato y


rescate, que existen dentro de una competencia que realza el valor de la eficiencia, ya que esta
maximiza las ganancias y el control. La política de la educación y de entidades que organizan las
prácticas arqueológicas, estos deben ser colocados dentro de un contexto de cambio, ya que, se nota
en el trayecto del tiempo, lo que la academia ha tenido que moldear, para poder asumirse o vincularse
a otro tipo de caracteres, y que la han hecho evolucionar, partiendo de cualidades de estos cambios
como la expansión de la industria del patrimonio, le explotación comercial de la cultura material, y la
relación de la práctica académica con los intereses exteriores.
Con todo lo anterior, podemos dar cuenta que la arqueología es una disciplina que abarca todo un
estudio de producción, donde se relaciona directamente con una parte teórica y práctica, teniendo en
cuenta la extensa comparación que se desarrolló mediante el texto. No obstante, hacer énfasis en las
políticas del oficio, ya que estas son las que determinan objetivos y prácticas alternas, también es
relevante en un oficio arqueológico, cuando el profesional y el proyecto reconoce que la investigación
es vinculada a una producción cultural. Por ende, resalto lo del objetivo del texto, que busca mostrar
que la arqueología es una disciplina, que conlleva a ser más humanísticos, y donde podemos interceder
y dialogar con otros métodos y profesionales, así, constituyendo una arqueología múltiple.
Referencias:

Shanks, Michael, & McGuire, Randall H. (2016). El oficio de la arqueología. Relaciones. Estudios de
historia y sociedad, 37(148), 153-185.

Bibliografía:

Shanks, Michael, & McGuire, Randall H. (2016). El oficio de la arqueología. Relaciones. Estudios de
historia y sociedad, 37(148), 153-185. Recuperado en 04 de mayo de 2020, de:
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