El voto obligatorio como obstrucción al libre pensamiento, y como forma de atarse a una ideología política contraria, puede ser considera como una situación que va perjudicar nuestra población en el sentido de que se les priva y vulnera los derechos fundamentales a personas ejercientes de derecho. Por consiguiente, está contemplado en la Constitución política de Colombia que el voto es un derecho y deber ciudadano. Por ende, es un mecanismo de participación del pueblo en ejercicio de su soberanía. Ademas, para hablar de voto obligatorio debemos recurir a los problemas electorales que tiene nuestro país. Sin embargo, no podemos volver nuestro sistema de gobierno democrático, en una monarquia por considerar al sugrafio universal como una obligación, y no como un acto o mecanismo de participación ciudadana, en donde prima la soberanía del pueblo para elegir y controlar a sus gobernantes. El voto al considerarse como un privilegio, también puede entenderse como una forma de expresión política, en el cual un ciudadano tiene la potestad y el derecho de manifestarse en las urnas según le parezca conveniente o no elegir un candidato, o simplemente no presentarse el día de las elecciones por el hecho de no tener las mismas ideologías políticas de un aspirante a cargo público. Por consiguiente, podemos afirmar que el voto obligatorio en Colombia va en contra de la esencia de una propia democracia como sistema político que defiende la soberanía del pueblo. Además, el voto no debería causar inquietudes en nuestra sociedad, debido a que surgió como medio para elegir, representantes políticos tanto distritales, municipales, departamentales como presidenciales, para que defiendan nuestras posturas ontológicas y deontológica de la democracia y política. Ahora bien, si buscamos hace de Colombia un país democrático en donde prime la soberanía del pueblo, debemos tomar conciencia de nuestro actuar frente a las elecciones presidenciales, regionales y legislativas, es decir, las estrategias políticas deberán considerarse como manifestaciones de las ideologías que vayan relacionadas con el pensamiento del ciudadano. Por otro lado, debemos preguntarnos si en verdad Colombia puede considerarse como un país democrático, o si siempre ha existido una partidocracia, en el cual son elegidos los mismos con sus maquinarias políticas. Por otro lado, ha existido una discriminación política, en donde permanece la antidemocracia, la cual va en contra de la libertad y competitividad de los procesos electorales. Asimismo, prevalece la violencia política que se encuentra arraigada de problemas socio-jurídicos, debido a que no existe 2 garantizas fundamentales para el voto, tales como la seguridad de libertad y secreto al voto. Por tal razón, hablar de un voto obligatorio hace referencia a que exista ventaja y discriminación a sectores políticos. Además, hoy en día se presentan problemas que perturban la transparencia del sistema electoral, siendo esta materia esencial de la política, y a su vez, la política cumple la función de ser la columna vertebral de la democracia. Colombia se encuentra en un periodo de transición, en donde busca recuperarse de los daños causados por la corrupción, implementando nuevas leyes, reformas y métodos, que aparentemente puede hacer de nuestro país un lugar digno, por lo tanto, para que esto suceda, se quiere implementar el voto obligatorio. Sin embargo, no podemos decir que el voto obligatorio, mejoraría nuestro contexto jurídico, sino no tenemos en cuenta una cultura ciudadana basada en el conocer los asuntos débiles de nuestra democracia y mas a fondo de los sistemas electorales de nuestro país Colombia. Por último, si buscamos construir o plantear soluciones que hagan de Colombia un país demócrata, deberíamos comenzar por el no vulnerar derechos, y a su vez, conocer los problemas políticos que han hecho de nuestro hogar, un centro anti – demócrata con consecuencias discriminatorias hacia los sectores políticos. Además, un voto obligatorio no sería la solución para nuestra situación de corrupción, sino que se convertiría en el nuevo método de creación de maquinarías políticas, continuando el círculo vicioso que actualmente perjudica nuestra sociedad.