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Rosaura Canchila Barrios

El rostro del otro en la filosofía existencial

Grupo 14

¿CÓMO COMPRENDEMOS AL OTRO DE LA EXISTENCIA?

Es un punto bastante discutido en la actualidad, pues hoy en día, vemos problemas


sobre la tolerancia, la igualdad y una oposición de caracteres de los unos con los
otros, que conllevan a muchos a cuestionar sobre sus principios éticos, la cual solo
es accesible a través de una actitud critica propia.

Sin embargo, el hombre siempre se ha regido por una serie de códigos


preestablecidos por la sociedad y la perspectiva reflexiva ha sido reemplaza por un
interés colectivo. Es paradójico contrastar esta posición y el análisis del yo interior,
en el ser estructura su propia visión del mundo, buscando lo mejor para si, la
voluntad es el motor de la supervivencia, por tanto, el individuo se convierte en un
ser egoísta.

Para comprender ''al otro'' como otro ser único dotado de pensamiento y igualdad,
primero ''hay'' que en contemplar en el individuo, la pregunta problema de la filosofía
existencial: ¿Qué somos? ¿el por que de nuestra existencial? Analizarnos como
espíritus fenomenológicos de nuestra propia naturaleza.

El autoexamen no se producirá desde nuestros orígenes o lo que queremos realizar


sino desde el evaluar del continuo fluir de los hechos y acciones de los individuos,
marcados desde la relación de lo existente y lo que se desprende de si misma.

Ahora bien, si partimos del hecho de que los hombre son seres únicos y hacedores
de su nuestro propio destino, entonces ¿Dónde queda el otro? Pues bien, partiendo
de un principio intrínseco al sujeto, es la relación fluida de las cosas y los hechos
por medio de un intercambio de información que representa al mundo como un
''todo limitado''. Y ¿porque ''limitado''? La respuesta es muy sencilla a causa de esto,
debemos superar la barrera del lenguaje, lo cual significaría una asimilación en las
formas y figuras para la comprensión de la realidad, el otro se convierte para
nosotros en un ser extraño y una contingencia de amenaza pero que a la vez resulta
curioso, es la necesidad primogénica de un reconocimiento para si mismo.
El hombre social, tiene la urgencia de realizar una comunión intercambiable con los
fenómenos de los objetos por medio del a priori y el racionalismo, busca una
estructura jerárquica de la existencia, de igual forma, el otro pasa a formar parte de
esa escala, con el firme propósito de conocer y reconocer conjuntamente con otros
las representaciones de lo constante de lo existir, aunque primeramente podría
verse como una problemática independiente de cada individuo, sin embargo, puede
distinguirse como el inicio de las relaciones del sujeto y el otro creando un vinculo
participativo y comunicativo de la identidad existencial.

En contraste, existe una cierta preocupación en la actitud del ''precepto imperativo''


de las cosas, puesto que, a través de ellas se establecen una serie de nociones,
creencias y tradiciones con lo que podemos emitir juicios desfavorables
enfrentándonos los unos con los otros, es decir el apego del sujeto a su propio –
espacio y tiempo- que implicaría la soledad y la perdida de la verdad de la existencia
en si misma. El individuo debe comenzar a plantearse un ejercicio reflexivo sobre la
confianza de la realidad, un admisible acercamiento con lo abierto del mundo, lo
cual tendría la simple finalidad del cambiar la figura del otro condicionándola como
imagen, donde el sujeto pueda adherirse a ella y complementarse a si misma.

No obstante, para el sujeto no le es fácil aceptar al otro por lo que implicaría el


desprendimiento de su propio yo, renunciar a la totalidad y abandonar su
particularidad y distinción de su existir. Eso es precisamente lo que busca plantear
Levinas cuando dice: ''los limites del yo esta el otro'' El otro puede verse como un
objeto, una relación permanente y conceptual del razonamiento subjetivo. Esta
provoca una desestabilización del sentido y la seguridad de la totalidad en el sujeto,
añadiendo la característica al otro de un elemento intruso desigual que solo busca
destruir lo que se he creado.

La tarea de Levinas al afirmar este problema, no es mas que una irrupción de la


metafísica actual, que mediante la ética como principio filosofico, actua en la
construccion de un sentido de aproximacion y responsabilidad con el otro, que
desde los valores transcendentales como la igualdad y la diferencia en el individuos
determinan una interacción entre el sujeto y el objeto en la que se establece los
mecanismos para una imposibilidad y posibilidad del comprensión del otro. Estas
pueden variar en el nexo desde lo interior con lo exterior de si.
Según Levinas, puede ahondar en esta comprensión esboza 2 formas de
comprensión, una de ellas es la tolerancia. Es la manifestación extremista y limitada
de la diferencia en si, debido a que se subordina al otro y el sujeto asume una
postura racional del poder, sea pues, que el individuo es consciente de sus propias
limitaciones y minimiza al otro. Por tanto, la tolerancia se presenta como un hecho
''irrisorio'' en el papel de la comprensivo de asimilación del otro.

La hospitalidad es el vinculo mas apropiado para descubrir el rostro del otro ya que
la cercanía es para nosotros un modo de revelación del desapego egoísta del
subjetivismo, la posibilidad de apreciar al otro, tal cual es, no como una competencia
en la lucha sin fin por la supervivencia sino ''una exterioridad irreductible del sujeto''
aceptando la condición de alguna u otra manera ''todos somos otros''.

A manera de conclusión podemos inferir que el estudio de la filosofía existencia


desde el punto pragmático de Levinas, propone una directriz ética en el sujeto, la
subjetividad como conciencia de conocimiento es también un hecho de actitud
critica de las formas de relación de los objetos y los seres que configuran a realidad
del mundo. Es la vez la contingencia y la imposibilidad del pensar desde un hecho
vital y la necesidad básica del ser en el cual podamos tomar conciencia del otro, a
sabiendas que el es igual y diferente de mi, pero yo soy el.

Hasta donde llega la empatía por el sufrimiento del otro, todo esto debe hacer antes
que reconozcamos la necesidad y la responsabilidad que tenemos con los otros
porque de cierta manera nos preocupamos también por nosotros mismos.

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