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Erase una vez en un pueblito llamado Potrerillos vivia una señora cuyo nombre
era Melina, una mujer trabajadora desde muy temprana edad caracterizada por su carisma
y de berraquera como se suele decir coloquialmente, madre soltera de seis hijos que con
esfuerzo y valor fue sacando adelante a cada uno de ellos, yo era el antepenultimo el mas
pues el se marcho cuando estaba muy pequeño,algunas llamadas desde la distancia de vez
en cuando era lo mas cercano que estuve de el, sin embargo eso no era impedimento para
hermano menor, porlo tanto fuimos nosotros tres los que conformamos aquella familia.
Recuerdo en dia en mi primaria en quinto grado, en eso de las horas del descanso mi
primo Jesus el cual cursaba el mismo grado donde yo estaba, empezo hacer comentarios
de que yo era adoptado, pese a mi corta edad no alcanzaba a dimensionar tal concepto
pero en el fondo sabia que estaba asociado con horfanatos donde la gente que queria tener
hijos se hacia cargo de ellos para formar un familia, quizas se lo llevanabn para otro
lugares del mundo. Nunca hice caso frente a aquellos comentarios, no obtasnte se volvian
cada vez mas repetitivos con tono de burla, solo me quedaba llorar y no decir nada, nunca
se lo dije a mi profesora ,ni a mi tia, a lo mejor con la unica persona que queria hablar y
comentarle era mi mamá , solo se que cuando llegaba a mi casa preferia no hacerlo
simplemente hacia mis propias tareas y jugaba con mi hermano. Un dia de almuerzo en la
casa de mi tia estaba mi primo Jesus que no dudo en molestarme de nuevo, no entendia el
porque lo hacia, solo se que me sentia ofendido hasta el punto que peleabamos como dos
niños pequeños, lo cual desencadeno un regaño fuerte de mi mamá, pense que era el
momento perfecto para decirle que pasaba y asi fue con lagrimas en los ojos lo hice y
eso. Mi tia solo le decia que no dijera cosas sin sentido que no venian al caso, le dejo
claro que mi mamá era Melina por lo tanto yo no tenia mas mamás despues de todo esto
marchamos a nuestras casas y estando alli fue tan insistente que preguntaba si era cierto
lo que decia mi primo decia. mi mamá con un nudo en la garganta y cabisbaja no me dice
nada, fue una situacion bastante densa tan solo tenia diez años y ya podia pensar muchas
cosas, justo en ese instante mi mamá se sento a mi lado y con lagrimas en los ojos se
asincero conmigo comentandome que ella en realidad no era mi mamá, yo solo lloraba y
me aferraba a ella con fuerza, no podia decir nada tenia mucha ansiedad o quizas nervios,
solo se que estaba muy aflijido al escuchar eso, por otro lado la pregunta era quien era mi
mamá y a lo mejor mi papá siendo ais las cosas sabia que mi padre al que yo conocia
tampoco lo era, solo se que mi madre en ese momento no me dijo adsolutamente nada,
solo trato de calmarme con un abrazo y mientras tocaba de manera cariñosa mi cabeza
decia:“este fin de semana iremos a la iglesia debemos hablar con Dios, el te contara
todo”, yo solo guaradaba silencio y con ansias solo deseaba que llegase ese dia. Mi mamá
es catolica de por vidas y no hallo una manera mas perfecta para decirme las cosas
basados en la plabra de Dios, a lo mejor no habia dinero para hablar con uan persona
quería estar en la iglesia y saber la verdad. Esa mañana bien temprana viajamos a un
efectivas, en mi pueblo no lo había y era ese mismo sacerdote el que viajaba pocas veces
y realizaba algunas eucaristías especiales en aquella época. Llegamos a la casa cural y ahí
estaba el famosísimo padre de toda la región llamado “Héctor Vidal” muy amablemente
nos hizo pasar a su despacho, y bueno solo sé que primero hablo con mi mamá a solas y
después lo hizo conmigo, realmente tenía mucha curiosidad pensaba que mi verdadera
mamá había muerto o a lo mejor me había dejado en la calle abandonado, pasaban tantas
cosas por mi cabeza. Que solo quería saber ya la verdad, el sacerdote en ese momento
sociedad y en especial de la mía, hablaba tan bien de ella como si la conociese por años,
después de ello, me hizo dibujar la virgen María y a mi mamá en un pedazo de papel traté
de hacerlas lo mejor que pude, el; solamente sonreía, al final me hizo dibujar una tercera
mujer y así lo hice. Después hizo seguir a mi mamá, ella a mi lado tomo mi mano y solo
la apretaba, el padre tomo mi dibujo y explico que yo tenía tres mamás, en primer lugar
señalo a la virgen María como madre nuestra y de todo el mundo, la segunda era mi
mamá Melina; él decía que era la persona estaba a cargo mío y que durante todo ese
tiempo solo estuvo a mi cuidado como un verdadero hijo suyo a su vez que ella merecía
respeto y total amor de parte mía, por ultimo señalo a la tercer mujer haciendo énfasis
que era esa persona que me engendro y que estuve dentro de su barriga por nueve meses,
esa misma persona era la hermana de mi mamá, que solo busco lo mejor para mi
bienestar dejándome en buenas manos cuando tan solo tenía seis meses de edad que fue
una decisión muy personal por cuestiones de la vida y que a medida que pasaría el tiempo
diciéndome: “tú siempre serás mi hijo, mi hijo aplicado”. Quien lo iba creer que mi
progenitora sería una hermana de mi mama y que la verdadera historia estaba alejada de
lo que rondaba por mi cabeza, quede satisfecho con lo me decía el padre ya entendía
cosas y solo me quedaba aceptar, seguir con mi familia de tres. Recuerdo muy bien que el
sacerdote lleno mi morral de muchos dulces y sonriendo decía que me quería volver a ver
pronto en su despacho para platicar y contarle de mi nueva mamá, ya todo apuntaba a que
debía conocerla y mi mamá Melina se encargaría de que eso pasara. Después de todo mi
Mamá Melina sabia en su interior que había hecho lo correcto, quería que yo estuviera
bien emocionalmente y así fue, no voy a negar que en su momento fue de gran impacto,
saber que la historia que yo creía que era se desmoronaría en un par de segundos en parte
por lo que decía mi primo, sin embargo después de toda esta experiencia me acogí más a
mi mamá, ella es mi sobreprotectora y a quien debo tanto el ser que soy hoy en día lleno
eso y como dicen por ahí, “madre no es la que da a luz, si no la que cría” FIN.
Bibliografía
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