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¿Qué es la predestinación?

20 de noviembre de 2013 a las 18:44


Estudio sobre la Predestinación
 
1.- Introducción
La palabra “predestinación” que ciertamente es una palabra que aparece en las
traducciones de la Biblia al Español (Efesios 1:5; 1:11; Romanos 8:29), ha causado
una serie de controversias, discusiones, y mal entendidos.  Las respuestas que
cada uno de nosotros demos a las preguntas: ¿Qué significa la predestinación?
¿Hasta qué punto Dios controla  nuestras vidas? ¿Podemos ser libres para tomar
decisiones que marquen nuestro destino? Definirán y orientarán gran parte de
nuestra teología.
 
En el cristianismo bíblico conocemos que el ser humano va a enfrentarse con solo
dos destinos diferentes, la vida eterna  o el infierno.  Entonces la pregunta que
surge es ¿Puede el ser humano decidir cuál será su destino eterno?
 
La Biblia nos dice que la diferencia entre el cielo y el infierno radica solamente en
la fe, es decir en una decisión que el ser humano hace por Cristo,  pero ¿Pueden
todos los seres humanos tomar esta decisión?  O ¿Se encuentran totalmente
incapacitados de ir a Jesús debido a la naturaleza pecaminosa, y a la culpa del
pecado original? Y entonces ¿Dios capacita solo a ciertas personas para que crean
en Cristo y a las demás les deja en el infierno?
 
Cuando buscamos la respuesta a estas preguntas en las páginas de las Escrituras
nos encontramos con gran cantidad de textos que nos hablan de la responsabilidad
de las personas en la toma de decisiones, incluso se habla de que el propósito
mismo de la Biblia es que el ser humano crea en Cristo y creyendo tenga vida
eterna (Juan 20:31).  Sin embargo nos encontramos también con aquellos pasajes
que utilizan el famoso término “predestinación” y  parecen  dar a entender que
solamente ciertas personas han sido elegidas por Dios desde antes de la fundación
del mundo para ser parte de su pueblo. 
 
Reconocemos que dar una respuesta adecuada a estas interrogantes no es tarea
sencilla ya que como exclama el apóstol Pablo, “¡Profundidad de las riquezas,  de
la sabiduría y del conocimiento de Dios!  ¡Cuán insondables son sus juicios  e
inescrutables sus caminos!, porque,  ¿quién entendió la mente del Señor?  o
¿quién fue su consejero?” (Romanos 11:33,34).
Sin embargo ya que algunos conceptos en cuanto a la predestinación se han
presentado desde hace mucho tiempo como doctrinas oficiales de ciertas
denominaciones, en este escrito trataré de presentar algunas reflexiones al
respecto tomando en cuenta ciertas características de Dios, las cuales sería un
error importante contradecirlas, como son:  el amor, la justicia, y la misericordia.
 
Para esto  haremos un pequeño recorrido histórico de las doctrinas de la
predestinación, presentaremos de una manera clara y sin prejuicios la doctrina
reformada que se predica en nuestro tiempo,  y después de hacer un estudio
bíblico acerca del amor y misericordia de Dios, propondremos las alternativas a
esta doctrina que vayan de acuerdo con el carácter Santo de nuestro Creador. 
 
 
2.- Antecedentes históricos de la doctrina de la Predestinación
 
2.1.- La Iglesia primitiva
Lo primero que tenemos  que reconocer es que la iglesia primitiva no contaba con
una teología sistemática que fundamente sus creencias.   Al principio la iglesia
contaba con la unidad suficiente en asuntos  básicos de la fe;  y cuando
comenzaron a aparecer ideas contrarias a la fe cristiana, específicamente las
primeras herejías; la estrategia de la Iglesia fue convocar a diferentes concilios y
desarrollar  credos,  que aclaren asuntos conflictivos de la fe.
 
Conforme pasó el tiempo algunas divisiones comenzaron a surgir en el interior de
la Iglesia; por un lado tenemos a la iglesia de oriente, con un marcado estilo
helenístico de hacer teología, caracterizado por la especulación,  y por otro lado la
iglesia de occidente, caracterizada por el énfasis practico.
Sin embargo, al analizar el tema de la predestinación en los escritos de los “Padres
apostólicos”, es muy difícil encontrar este tema incluido en su pensamiento; es
más, el énfasis en el libre albedrío y en la justificación por obras en ellos es muy
grande,  como afirma Mildred Bangs Wynkoop: “…. Creían (Los Padres apostólicos)
que la voluntad humana tiene la libertad para elegir el bien o el mal, Dios o el
pecado” (Wynkoop, 1983) 
 
2.2.- Agustín y Pelagio
Agustín nació en el año 354 en el norte de África (Gonzales, 1994).  En su juventud
estudió varios puntos de vista filosóficos.  Primero atravesó el camino de los
maniqueos, pero como el mismo explica en sus “Confesiones”, no encontraba
respuestas a sus más grandes inquietudes,  especialmente en lo que tiene que ver
con el origen del mal, dilema que jugaría un papel importante en sus futuras
doctrinas.  Posteriormente conoció el neoplatonismo, y fue un punto de vista
filosófico que perduró con Agustín aún después de su conversión pues en varios
aspectos de su teología, se esfuerza en reconciliar esta filosofía con las Escrituras.
 
Cuando Agustín adoptó el cristianismo, se dedicó a escribir sobre las más grandes
inquietudes   que aquejaban su existencia, como por ejemplo, la incapacidad que
sentía de poder vivir sin pecar, y como ya hemos dicho el origen del mal.  Esto
entre tantas otras cosas sobre las que él escribió.  Sin embargo aquí vamos a
referirnos a aquellas que son el tema de nuestro estudio.
 
Mientras que los maniqueos decían que todo en la vida estaba predestinado y así
también explicaban el origen del mal; Agustín escribió en contra de ellos y propuso
el “libre albedrío”, doctrina con la cual podía explicar el origen de la maldad en
base a la libertad de elección de las criaturas angélicas y del ser humano.  Sin
embargo esta libertad original se perdió después de la caída de Adán, y desde
entonces el ser humano no puede hacer nada bueno, y necesita de la gracia de
Dios que lo capacite para ir a Él. Así nace sistemáticamente la doctrina de la
predestinación que tuvo mucha influencia posteriormente.
Tenemos que observar también que la teología de Agustín estuvo fuertemente
marcada por el dualismo platónico;  y en sus escritos juegan un papel fundamental
los razonamientos lógicos más que la exégesis bíblica; por tanto “Para Agustín, la
predestinación personal no era una doctrina bíblica, sino una conclusión inevitable
para su propia línea de pensamiento, que él creía bíblica” (Wynkoop, 1983) Y por
tal razón Agustín mismo no se atrevía a llevar más allá sus razonamientos ya que
contradecirían lo que él mismo había opinado sobre el origen de la maldad. Sus
seguidores se encargaron de eso.
 
Por este tiempo aparece también en escena un monje Británico conocido como
Pelagio, del cual no se tienen muchos datos biográficos,  y conocemos de él en
muchos de los escritos de Agustín. Este monje reaccionó en contra de las doctrinas
de la gracia de Agustín y afirmaba que el ser humano no ha perdido nunca la
capacidad para elegir entre el bien y el mal  y lo único que se hereda de  Adán es
el ejemplo de lo que es pecado. Por todo esto Pelagio afirmaba que ningún niño
debe ser bautizado pues no tiene pecado.  
 
Pelagio fue condenado por la mayoría de teólogos en aquel tiempo, ya que hay que
reconocer que su acercamiento a la naturaleza pecaminosa y a la gracia salvadora
es demasiado simple.  Pero también hay  que tener en cuenta que las doctrinas de
Agustín tampoco fueron bien vistas en su totalidad y se desarrollo un nuevo punto
de vista que se lo conoce hoy como semipelagianismo.  
 
También debemos decir que Agustín a diferencia de Calvino nunca habló de una
doble predestinación, es decir el solo hablaba de predestinación para salvación, no
para condenación, ya que fundamenta sus doctrinas en el amor de Dios y no en su
soberanía como decían los teólogos reformadores (Bonilla, 2007).  Incluso es muy
difícil saber según Agustín que sucedía con las personas condenadas, ya que
ciertas ideas de este teólogo dan a entender que existe la posibilidad de
purificarse luego de la muerte, esto dio origen posteriormente a la doctrina del
purgatorio aceptada por la Iglesia Católica.  Dice el Doctor Yattenciy Bonilla en su
libro “Cristo y el Cristianismo, dos grandes enemigos”: “Agustín no habla del
infierno, él dice que todas las almas se purifican para llegar al cielo, ¿Eso significa
que todos los hombres se salvan? Agustín no contesta directamente esta
pregunta”. (Bonilla, 2007)
 
2.3.- La reforma protestante
Estas ideas a cerca de la Predestinación, presentadas por Agustín tuvieron una
influencia notable en los primeros reformadores, quienes rescataron conceptos
como la depravación total de la naturaleza y la salvación solamente por fe.
 
Una de las afirmaciones de la reforma dice “sola fe” mientras otra dice “sola
gracia”. Lo que en un inicio puede presentar un problema lógico  ¿Somos salvos
por fe o por la gracia de Dios sin necesidad de la fe? o lo que es lo mismo ¿Por fe o
por decreto divino?
 
Estas inquietudes poco a poco fueron resueltas al colocar a la fe como un resultado
de la gracia divina que opera en el ser humano.  De esta manera la predestinación
jugó un papel muy importante en la reforma protestante y para muchos de estos
teólogos la conclusión lógica de Agustín que fue la predestinación individual se
convirtió en el principio de su teología; y aún hoy todas las interpretaciones
bíblicas de las iglesias reformadas tienen que cuadrar con esta doctrina, más que
con la exégesis bíblica.
  
2.4.- Calvino y Arminio  
En el siglo XVI fueron algunos los teólogos protestantes que presentaron sus
doctrinas de la predestinación, como Lutero y Zwinglio. Sin embargo el que ordenó
más sistemáticamente todas estas doctrinas fue Juan Calvino  (1509-1564).   En su
gran obra titulada “Institución de la religión cristiana” Este teólogo dejo gran parte
del pensamiento aceptado por las Iglesias reformadas.
 
Al igual que Agustín, Calvino creía que la condición del ser humano era de una
incapacidad total para hacer el bien, por causa del pecado de Adán, del cual
heredamos la culpa, por tanto es solamente la gracia de Dios que actúa solo en
algunos individuos la que puede dar al ser humano la fe que salva. Sin embargo a
la pregunta sobre el origen del mal, Calvino no aceptaba tan sencillamente como
Agustín que la maldad radique en la libre voluntad de las criaturas antes de la
caída,  ya que como hemos dicho la soberanía de Dios jugaba un papel muy
importante en su teología, lo que le llevaba a afirmar que de alguna manera las
acciones pecaminosas de sus criaturas fueron decretadas por Dios, ya que nada
escapa de su soberanía, pero al mismo tiempo la elección hacia el mal de las
criaturas es voluntaria, lo cual no hace a Dios culpable del pecado,  y la manera en
que esto pueda entenderse, será siempre un misterio.
 
Por todo esto Calvino tiene que necesariamente hablar de una doble
predestinación, es decir que al mismo tiempo que Dios decidió salvar a algunos,
decidió reprobar a otros.  Y a la pregunta de que como puede ser esto justo,
Calvino respondía que la medida última de la justicia le pertenece solo a Dios y a
su ley, no importa lo que nosotros pensemos de eso. (Gonzales, Historia del
pensamiento cristiano, 2000)  
 
Algún tiempo después cuando las doctrinas de Calvino estaban comúnmente
aceptadas entre la mayoría de los protestantes nos encontramos con Jacobo
Arminio (1560-1609) quien fue un pastor protestante en Amsterdam, y que
después de estudiar algunas obras sobre la predestinación, desarrolló la doctrina
que se conocería posteriormente como Arminianismo.
 
Arminio también creía que el ser humano es incapaz de buscar a Dios, por esta
razón no podemos confundirlo con el pelagianismo, sin embargo a diferencia de
Calvino, este afirmaba que la gracia que capacita al ser humano para creer en
Jesús es otorgada a todos, porque Cristo murió por todos, por esto la fe es don de
Dios,  pero al mismo tiempo el ser humano puede rechazar esta gracia,  lo cual no
excluye que en algún momento el creyente también puede perderla; Y lo que es
muy importante, Arminio hizo notar que bajo la doctrina de la predestinación
individual, y después de estudiar los escritos sobre los decretos divinos de los
seguidores de Calvino; la obra de Cristo en la cruz jugaba un papel secundario en
la salvación, ya que todo estaba decretado.        
 
Aunque esta doctrina también fue rechazada por muchos en su tiempo, la
influencia posterior  de los teólogos Arminianos fue considerable,  se hizo sentir
con más fuerza en tiempos del teólogo Juan Wesley, fundador de las iglesias
Metodistas.  
 
En nuestro tiempo no podemos hablar de un consenso general en cuanto a las
doctrinas de la gracia, ni incluso de una mayoría en una u otra teología,  pues
mientras las Iglesias reformadas siguen sosteniendo las doctrinas de Calvino,
existen también gran cantidad de denominaciones cristianas, algunas también
históricas, como los Anabaptistas y Metodistas y muchas contemporáneas, que
rechazan radicalmente  el punto de vista a cerca de la predestinación de la
teología reformada. 
 
A continuación me propongo explicar la doctrina de la predestinación que profesan
las iglesias reformadas basándonos en sus principales defensores contemporáneos
y explicaremos los textos bíblicos en los que basan sus puntos de vista.
 
3.-  La Predestinación en la teología reformada.
Para dar un concepto claro de lo que significa predestinación para la teología
reformada, cito las palabras de R.C. Sproul: “Lo que la predestinación significa en
su forma más elemental es que nuestro destino final, el cielo o el infierno, está
decidido por Dios no sólo antes de llegar allí, sino aun antes de que
nazcamos”. (Sproul, 1993)
 
Como he dicho anteriormente en el Calvinismo este principio está basado en la
soberanía de Dios, la cual significa que Dios tiene el control y autoridad en todo lo
que él ha creado, y esto implica según ellos que todo lo que sucede ha sido pre
ordenado por Dios.  Un documento básico en el estudio teológico para estas
iglesias es la confesión de Westminster (1648). La cual afirma: “Dios desde la
eternidad, por el sabio y santo consejo de su voluntad, ordenó libre e
inalterablemente todo lo que sucede. Sin embargo, lo hizo de tal manera que Dios
ni es autor del pecado, ni hace violencia al libre albedrío de sus criaturas”.
Para hablar de la justificación bíblica y teológica de la posición reformada
tendremos que referirnos rápidamente a algunos razonamientos calvinistas.
 
Lo primero que podemos descubrir en las páginas de la Biblia es la incapacidad en
el ser humano de hacer lo bueno, a esto los calvinistas han llamado la
“Depravación Total”.  En este punto hay muchos pasajes bíblicos importantes
como, Romanos 3:23, Que dice que todo ser humano ha pecado y esta destituido
de la Gloria de Dios.  Podemos ver también: Génesis 6:5; Salmos 51:5; Romanos
3:10-18.  En este punto es importante analizar que la causa de todo esto es la
caída de Adán,  pues a partir de esa acción, todo ser humano que viene al mundo
nace muerto espiritualmente, y con una naturaleza pecaminosa, como dice Pablo
en Romanos  5:12  “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre y
por el pecado la muerte,  así la muerte pasó a todos los hombres,  por cuanto
todos pecaron”.
 
Como consecuencia de la Depravación Total, sabemos que Dios ha decido salvar a
algunas personas de esta muerte espiritual y de la condenación eterna.  La Biblia
dice que las personas que se salvarán serán las que crean en Jesús (Juan 3:16),
pero también dice que esta fe no es de los hombres sino que es un don de Dios
(Efesios 2:8).  En base a esto argumentan que esta gracia de creer o gracia
salvadora, es otorgada solo a algunos seres humanos, a esto es lo que llaman
“Elección Incondicional”.  Es decir Dios decide incondicionalmente quien será salvo
y quién no. Los textos más importantes que nos hablan de esta predestinación son:
(Romanos 8:28,29; 9:6-26; Efesios 1:4,5; Juan 15:16). Los cuales analizaré
posteriormente.  
 
4.- Análisis bíblico sobre la Predestinación
Para hablar de una perspectiva bíblica de la predestinación, tendremos que
comenzar a afrontar el problema desde el inicio, es decir desde el origen del
pecado;  y lo principal en todo es procurar no violar con nuestras presunciones el
carácter Santo de nuestro Dios. 
 
Dice el apóstol Juan que Dios es luz y no hay tinieblas en él (1 Juan 1:5); y el
apóstol Santiago afirma que Dios no es tentado por el mal ni el tienta a nadie
(Santiago 1:13).
En las culturas y filosofías orientales se cree en un Dios o en una fuerza suprema
que es la originadora del bien y del mal; sin embargo el cristianismo rompe
radicalmente con este dualismo, al afirmar que Dios es Santo, es decir no existe
maldad en él.
Por otro lado nos encontramos con la soberanía de Dios, es decir, Dios tiene plena
autoridad, poder y control sobre toda su creación, y la historia de la misma.  Para
la ideología calvinista esto implica que cada acción debe estar decretada
directamente por Dios para que pueda suceder, sin embargo esto lleva implícito
que Dios es el autor del pecado,  y el hecho de que Dios lo decrete, y sin embargo
la responsabilidad siga siendo del ser humano  más que un misterio es una
contradicción imposible de explicar. 
 
Por esta razón pienso que es importante notar que la Biblia siempre nos muestra la
“voluntad  permisiva” de Dios; la cual no sale de su soberanía ya que él conoce
todas las cosas, sin embargo no es un decreto directo de parte de Dios. (Véase el
caso de Job).   Esto lo podemos comprobar también en el hecho de que en la Biblia
no todo lo que Dios desea sucede como él lo desea; podemos ver: “¿Acaso creen
que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más bien que abandone su
mala conducta y que viva? Yo, el SEÑOR, lo afirmo”. (Ezequiel 18:23);   “…….,
porque no quiere que nadie perezca  sino  que todos se arrepientan”. (2
Pedro 3:9)   y esto es causado porque la Biblia misma nos muestra al ser humano
rechazando el llamado de Dios; es decir; ejerciendo su libre voluntad;
veamos: “¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que
sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo!”     (Hechos 7:51;)
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían!
¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo
de sus alas, pero no quisiste!” (Mateo 23:37)
 
En este escrito quiero proponer la misma solución que presentó Agustín al
enfrentarse con el problema del mal. Dios en su soberanía ha decidido dar libertad
al ser humano, y esta libertad, esta capacidad de decidir por propia voluntad, es
parte de la imagen y semejanza de Dios, es uno de los más grandes regalos que ha
hecho Dios a sus criaturas; la capacidad de ser consciente de su momento en la
historia, y la capacidad de decidir el momento siguiente.  Lo cual no viola en
ninguna manera la soberanía de Dios, ya que es solo por Dios que el ser humano
tiene libertad.   
 
Ahora, ¿Qué hacemos con los textos que nos hablan de la “predestinación”?   Para
esto es necesario hacer un estudio exegético de estos pasajes.
 
4.1.- Efesios 1:4-5
Efesios 1:4  Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que
seamos santos y sin mancha delante de él. En amor 1:5 nos  predestinó para ser
adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de
su voluntad,
 
El primer término con el que nos encontramos aquí es “escogió” en griego
“eklégomai” que a su vez tiene que ver con “ek” que significa “que procede de
fuera” y “Lego” que es: explicar, hablar, llamar, mandar, afirmar, añadir, decir,
poner, referir, repetir, responder. (Strong, 2009). Aquí lo importante es tener en
cuenta que este llamado anticipado de Dios es “en él” o sea  “En Cristo”
 
El segundo término que podemos analizar aquí es “predestinó” en griego
“proorisas” que proviene de “proorizo” y se puede traducir como: ver, ver desde
antes, o predestinar.  Incluso comenta el Dr. Yatenciy Bonila, especialista en
lenguas muertas, que antiguamente esta palabra no tenía ninguna relación con la
palabra predestinar, sino que el significado más antiguo es “llamar, convocar”.
Aunque no figure en la mayoría de diccionarios que más se usa, se puede
descubrir en diccionarios especializados. (Bonilla, 2007). Aquí también figura algo
importante, que es lo que sigue al término “predestinó”: “para ser adoptados como
hijos suyos”. Esto nos da la clave para interpretar el texto.
 
No está Pablo aquí sustentando cualquier doctrina de la Predestinación individual;
peor aún una doble predestinación de unos para salvación y otros para
condenación; lo que Pablo aquí está argumentando es que todos los que estamos
“en Cristo” fuimos llamados “para ser adoptados” como hijos de Dios. 
 
4.2.- Romanos 9
Este es uno de los pasajes más usados por la teología reformada para justificar la
doctrina de la Predestinación individual, y más aún incluso de la doble
Predestinación. Por esta razón vamos a analizar este pasaje en su contexto,
dejando que la Biblia se interprete por sí misma y no en base a un sistema de
creencias o en base a una confesión de fe.
 
En el versículo 9:13 Pablo cita un texto del libro de Malaquías 1:3 y dice: “A Jacob
amé mas a Esaú aborrecí”.  El calvinista dirá que este texto declara enfáticamente
la elección incondicional de Dios, pues más adelante en el verso 15 Pablo dice
que “Dios tiene misericordia de quien quiere tener misericordia, y endurece el
corazón de quien quiere endurecer el corazón”.  Y continua en 9:16  “Por lo tanto,
la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano sino de la misericordia
de Dios”.    Nuevamente aquí nos encontramos con la clave de interpretación de
todo el pasaje “sino de la misericordia de Dios” ¿De quién tiene Dios misericordia?
Conforme continuemos con la lectura de este texto veremos si Dios mismo nos da
la respuesta. 
 
Si analizamos el contexto en el que nace este pasaje veremos que Pablo está
hablando sobre los Judíos quienes reclamaban el ya no ser parte de la nación
elegida por Dios, y si leemos ese mismo pasaje en Malaquías, veremos que la
Biblia se está refiriendo a la elección del pueblo de Israel, Jacob es Israel, y Esaú 
representa  a las naciones paganas, quienes fueron rechazadas por Dios, pero en
base a sus idolatrías y rechazo del único Dios, no porque Dios sea arbitrario en 
aborrecer a los seres humanos.
 
En cuanto al amor a Jacob, se está refiriendo a la elección que Dios hizo por Israel,
no por las buenas obras de esta nación, sino por gracia y misericordia de Dios. 
Pero la elección de Israel jamás significó la reprobación del resto de Naciones, al
contrario, Dios eligió a Israel para bendecir al resto de naciones, pues por medio de
ellos vendría el Mesías, como la promesa que le hizo a Abraham “En ti serán
benditas todas las naciones de la tierra”  (Génesis 12:2).  De igual manera la
elección del nuevo Israel, el de la fe,  no puede significar la reprobación del resto
de seres humanos, sino que hemos sido elegidos para llevar el mensaje de la
salvación a todas las naciones de la tierra.  No caigamos en el error que cayó el
pueblo de Israel en muchas ocasiones a lo largo de su historia, de sentirse los
únicos amados y elegidos por Dios.
 
Otra clave importante que nos indica que la comparación entre Esaú y Jacob no
tiene nada que ver con la elección para salvación la encontramos en la historia
misma de estas dos personas. Mientras que Jacob fue elegido por Dios para
continuar con su plan, esto no significó de ninguna manera la condenación de
Esaú, ya que este aún cuando en un tiempo aborreció  a su hermano, la historia
terminó bien, los dos se reconciliaron y no podemos por los hechos afirmar que
Esaú fue predestinado para condenación.  
 
Otro versículo controversial lo encontramos en 9:22: “¿Y qué si Dios, queriendo
mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los que
eran objeto de su castigo y estaban destinados a la destrucción?” y luego en el 23
afirma que otros estaban“preparados para la gloria”  (NVI).   Aquí la palabra clave
es “destinados”; ya que en base a esta afirmación paulina muchos piensan que
Dios predestinó a algunos para salvación y otros para condenación.   Pero lo
primero que tenemos que notar es que el término griego es: “Katartízo” que puede
significar: hacer apto, completar, constituir, perfeccionar, perfectamente, preparar,
remendar, restaurar, unir. (Strong, 2009). Por eso la Reina Valera traduce
“preparó”  Y el diccionario “Vila” nos hace caer en cuenta que “está en el original
en voz media, lo que quiere decir que los vasos de ira se prepararon a sí mismos
para la destrucción” (Vila, 1985). Por eso al comparar con otras traducciones, por
ejemplo, con la Traducción en lenguaje actual, encontramos  un sentido muy
distinto: “Algo parecido ha hecho Dios. Ha querido dar un ejemplo de castigo, para
que todo el mundo conozca su poder. Por eso tuvo mucha paciencia con los que
merecían ser castigados y destruidos”.
Esto nos ayuda a entender el verso 9: 18  “….a quien quiere endurecer endurece”;
refiriéndose a Faraón, esto no quiere decir que Dios mismo endureció el corazón de
Faraón pues como sabemos por la historia, Faraón mismo endureció su corazón al
revelarse en contra de la voluntad de Dios, y Dios simplemente le dejó en su
rebeldía y no refrenó su maldad.    
 
Con respecto a la pregunta que nos planteamos anteriormente: ¿De quién tiene
Dios misericordia? La respuesta la podemos encontrar en el verso 11:32, cuando
Pablo está ya concluyendo su discurso a cerca de la Inclusión de los gentiles, el
rechazo de una gran parte de Israel y la salvación del remanente de la fe, y
dice: “En fin, Dios ha sujetado a todos a la desobediencia, con el fin de tener
misericordia de todos”.  Aquí es claro, Dios quiere tener misericordia de todos.  Y si
leemos el resto del Nuevo Testamento sin necesidad de un prejuicio doctrinal, esta
verdad es clara, Dios ama a todos y su oferta de salvación es para “…. Todo aquel
que en él cree” (Juan 3:16)
 
5.- Elección condicional vs elección incondicional
Por todo lo tratado anteriormente,  estoy convencido que el llamado que Dios hace
para creer en él, es un ofrecimiento sincero para todos; por eso la biblia afirma que
la salvación es solamente por la fe en Jesús (Romanos 1:17; Gálatas 2:16; Hechos
16:31). “sola fe”.
 
Por tal razón la elección de Dios no puede ser incondicional, debemos creer para
ser elegidos, y no lo contrario como la teología calvinista afirma.  Ya que al
fundamentar la salvación en la elección y no en la fe se está contradiciendo el
testimonio bíblico, y no tendría sentido el llamado de Jesús a la fe y al
arrepentimiento si no todos pueden obedecer a este llamado sino solamente
algunos que han sido elegidos de antemano.    
 
En cuanto al conocido versículo de Efesios 2:8 que dice: “…. Esto no es de ustedes,
es un don de Dios”, refiriéndose a la fe.  Puedo afirmar que esto es verdad ya que
la capacidad de creer es parte de la gracia de Dios para toda la humanidad, el
mismo pablo nos explica en  Tito 2:11 “En verdad, Dios ha manifestado a toda la
humanidad su gracia, la cual trae salvación 2:12  y nos enseña a rechazar la
impiedad y las pasiones mundanas. Así podremos vivir en este mundo con justicia,
piedad y dominio propio…..,”. La capacidad para creer la da Dios, pero la elección
es del ser humano.  O como afirma Mildred Bangs hablando de la teología de
Arminio: “La gracia no es, razonó Arminio, una imposición arbitraria de la voluntad
de Dios sobre el hombre pasivo. La gracia no es una causa divina arbitraria sino el
don de Dios  que capacita al hombre”. (Wynkoop, 1983)
 
6.- Conclusión
Solamente quiero terminar haciendo un pequeño resumen de todo lo expuesto y
desprendiendo algunos principios que nos ayudarán a comprender el tema de la
Predestinación.
 
a)      La doctrina de la  Predestinación tiene que ajustarse al testimonio bíblico y
no a un sistema filosófico, teológico o racional.
b)     La Predestinación siempre tiene que entenderse cristológicamente, Cristo es
la causa de la Salvación, no la elección o los decretos divinos.
c)      La Salvación en la Biblia es por la fe personal, es decir,  es condicional.
 
Por último quiero plantear una pequeña reflexión.
Preguntémonos ¿Cómo podríamos ser felices con nuestra propia salvación, y hallar
contento en una relación individual con Dios, si creyéramos que allá afuera hay
mucha gente condenada al infierno simplemente porque Dios no quiso salvarlos,
mientras que a nosotros si?
 
Pero demos gloria a Dios, que amó al mundo de tal manera que dio su vida para
salvarlo.
 
 
Hugo Vásquez.
 
Bibliografía
Bonilla, Y. (2007). Cristo y el cristianismo, dos grandes enemigos. Quito: Grupo el
valle.
Gonzales, J. (1994). Historia del cristianismo Tomo 1. Miami: Unilit.
Gonzales, J. (2000). Historia del pensamiento cristiano. Miami: Unilit.
Sproul, R. (1993). Escogidos por Dios. Miami: Unilit.
Strong. (2009). Diccionario Biblico.
Vila. (1985). Nuevo diccionario bíblico ilustrado. Barcelona: Clie.
Wynkoop, M. B. (1983). Bases Teologicas de Arminio y Wesley. Kansas: Casa
Nazarena de publicaciones.

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