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Sentencia T-667A/98

PRINCIPIO DE DIVERSIDAD ETNICA Y CULTURAL-


Función jurisdiccional/FUERO INDIGENA-Límites

La Constitución de 1991 al reconocer la diversidad étnica y cultural, protege


expresamente los derechos de los miembros de las comunidades indígenas; en
virtud de dicha protección también reconoce en su artículo 246 funciones
jurisdiccionales en cabeza de las autoridades de los pueblos indígenas, con el fin
de que sus miembros sean juzgados de acuerdo con sus usos y costumbres,
siempre que no sean contrarios a la Constitución, ni a la ley. Este
reconocimiento constitucional, trae implícitamente el derecho a los miembros de
estas comunidades a obtener un fuero; fuero que sin embargo como lo ha
expresado esta Corporación en múltiples pronunciamientos, contiene limites que
se fijan atendido las circunstancias especiales del caso.

FUERO INDIGENA-Elementos

FUERO INDIGENA-Inexistencia por no residencia en resguardo y


realización del delito fuera de los límites

Reiteración de Jurisprudencia

Referen
cia:
Expedie
nte T-
176182

Peticion
ario:
Luciano
Muelas
Campo

Magistr
ado
Ponente
:
Dr.
ANTO
NIO
BARRE
RA
CARB
ONELL

Santa Fe de Bogotá, D.C., noviembre trece (13) de mil novecientos noventa y


ocho (1998)

El indígena Luciano Muelas Campo, por intermedio de apoderado, incoa acción


de tutela en contra de los Cabildos Indígenas de Ambaló y Guambía por
vulneración de sus derechos a la dignidad, la igualdad y al debido proceso, con
base en los siguientes

Hechos:

El día 14 de diciembre de 1997 perdió la vida en forma violenta la señora Flor


Inés Burgos, hecho del cual fue sindicado su compañero permanente Luciano
Muelas Campo, quien se presentó en forma voluntaria a la Fiscalía Delegada para
el Municipio de Silvia. En la diligencia de indagatoria el peticionario aceptó la
responsabilidad de los hechos, aduciendo en su favor estado de ira e intenso
dolor. Además, señaló que pertenece a la comunidad Guambiana, que la occisa
pertenecía a la comunidad de Ambaló y que el hecho delictivo tuvo ocurrencia en
la vereda de San Pedro perteneciente al resguardo de Ambaló, motivo por el cual
solicitó ser juzgado por los Cabildos de estas Comunidades indígenas.

La Fiscalía mediante decisión del 24 de diciembre de 1997, resolvió


favorablemente la petición del señor Muelas, y ordenó por tanto remitir el
proceso al Cabildo Indígena de Guambía, para que éste en unión con el Cabildo
de Ambaló adelantaran el proceso de acuerdo con sus costumbres.

Una vez allegadas las diligencias, el Centro de Conciliación del Pueblo


Guambiano, el 2 de junio de 1998, decide remitir nuevamente las diligencias a la
Fiscalía Delegada ante el Juzgado Promiscuo del Circuito de Silvia para que
reasumiera el conocimiento del proceso. Considera, que aunque el homicida y la
occisa son indígenas, no puede conocer la jurisdicción especial, debido a que los
hechos ocurrieron fuera del territorio, concretamente en la zona campesina de
Santa Lucia, Municipio de Silvia. Además agrega, la circunstancia especial de no
estar residiendo ninguna de las partes en sus resguardos de origen. Por último
señala que la competencia de la Jurisdicción Especial Indígena solo es viable si
hay acuerdo entre los gobiernos Indígenas respectivos para asumir el
conocimiento del proceso, pero en este caso, pese al acuerdo verbal existente
entre las autoridades Guambianas y de Ambaló no es posible continuar con el
asunto, porque una de las autoridades concretamente la del Cabildo de Ambaló,
decidió apartarse del asunto sin explicación oficial alguna al Cabildo de
Guambía.

Por lo expuesto, el peticionario considera que la Comunidad Guambiana ha


vulnerado su derecho al debido proceso, en lo que se refiere al juez natural, pues
de manera directa atenta contra sus derechos culturales, ya que al ser procesado
por la justicia ordinaria deberá ser confinado en el sistema carcelario "occidental"
en donde sus costumbres y arraigos culturales serán violentamente cambiados.

Fallo de Primera y única instancia

El Consejo Seccional de la Judicatura del Cauca -Sala Jurisdiccional


Disciplinaria- mediante providencia del 13 de julio del año en curso, denegó el
amparo solicitado al considerar que la garantía del Juez Natural que integra el
derecho fundamental al debido proceso, no se ha vulnerado ni amenazado al
señor Muelas, pues en primer lugar el Cabildo de Ambaló, jamás tuvo la
intención de ejercer función jurisdiccional en este evento, lo cual se traduce en el
hecho de que tanto la madre de la occisa como un grupo de comuneros asentados
en San Pedro del Bosque, solicitó al Fiscal Delegado ante el Juzgado Promiscuo
del Circuito de Silvia para que reasumiera el conocimiento de la investigación; en
segundo lugar ante el pedimento realizado, la Fiscalía Delegada solicitó al
Cabildo de Guambía la devolución del expediente y este por su parte también se
declaró incompetente para investigar y juzgar a su comunero, aduciendo que la
occisa y por consiguiente los afectados con el homicidio pertenecían a otra
comunidad indígena, además los hechos ocurrieron por fuera del territorio
perteneciente al pueblo Guambiano, lo que significa que no se daban los
requisitos señalados por la Corte Constitucional para determinar la competencia
de las autoridades indígenas. Finalmente, hace referencia al concepto emitido por
la antropóloga Esther Sánchez en una sentencia de esta Corporación del Dr.
Carlos Gaviria Díaz, en el cual se consigna que "los familiares o el segmento
social al que pertenece el afectado deben solicitar al cabildo que adelante la
investigación y sancione a los culpables", exigencia que en este caso no se ha
dado.

CONSIDERACIONES
La Constitución de 1991 al reconocer la diversidad étnica y cultural, protege
expresamente los derechos de los miembros de las comunidades indígenas; en
virtud de dicha protección también reconoce en su artículo 246 funciones
jurisdiccionales en cabeza de las autoridades de los pueblos indígenas, con el fin
de que sus miembros sean juzgados de acuerdo con sus usos y costumbres,
siempre que no sean contrarios a la Constitución, ni a la ley. Este reconocimiento
constitucional, trae implícitamente el derecho a los miembros de estas
comunidades a obtener un fuero; fuero que sin embargo como lo ha expresado
esta Corporación en múltiples pronunciamientos, contiene limites que se fijan
atendido las circunstancias especiales del caso.

Sobre este tema podemos citar la sentencia T-496 de 1996, Magistrado Ponente
Dr. Carlos Gaviria Díaz, que al respecto señaló:

"Ahora bien, del reconocimiento constitucional de las


jurisdicciones especiales se deriva el derecho de los miembros de
las comunidades indígenas a un fuero. En efecto, se concede el
derecho a ser juzgado por sus propias autoridades, conforme a sus
normas y procedimientos, dentro de su ámbito territorial, en aras
de garantizar el respeto por la particular cosmovisión del
individuo.

Sin embargo, esto no significa que siempre que esté involucrado un


aborigen en una conducta reprochable, la jurisdicción indígena es
competente para conocer del hecho. El fuero indígena tiene límites,
que se concretarán dependiendo de las circunstancias de cada
caso. Por ahora, debemos señalar, que en la noción de fuero
indígena se conjugan dos elementos: uno de carácter personal, con
el que se pretende señalar que el individuo debe ser juzgado de
acuerdo con las normas y las autoridades de su propia comunidad,
y uno de carácter geográfico, que permite que cada comunidad
pueda juzgar las conductas que tengan ocurrencia dentro de su
territorio, de acuerdo con sus propias normas. La distinción es
importante, porque algunas veces, se atiende al fuero personal, o al
fuero territorial, indistintamente, para determinar la competencia.
Debe reiterarse, entonces, que la coordinación entre este tipo de
fueros corresponde a las circunstancias particulares de cada caso.

En efecto, la solución puede variar si la acción típica es cometida


por miembros de pueblos indígenas dentro de su territorio, o si un
indígena, de manera individual, incurre en ella afectando a quien
no es miembro de su comunidad por fuera del ámbito geográfico
del resguardo. En el primero caso, en virtud de consideraciones
territoriales y personales, las autoridades indígenas son las
llamadas a ejercer la función jurisdiccional; pero en el segundo, el
juez puede enfrentar múltiples situaciones no solucionables
razonablemente mediante una regla general de territorialidad. Por
ejemplo:

a. Cuando la conducta del indígena sólo es sancionada por el


ordenamiento nacional, en principio, los jueces de la República son
los competentes para conocer del caso; pero como se encuentran
ante un individuo de otra comunidad cultural, tienen el deber de
determinar si el sujeto agresor entendía, al momento de cometer el
ilícito, que su conducta era realmente negativa, para efectos de
reconocerle, o no, el derecho al fuero. En este orden de ideas, las
autoridades nacionales pueden encontrarse ante un indígena que
de manera accidental entró en relación con una persona de otra
comunidad, y que por su particular cosmovisión, no le era dable
entender que su conducta en otro ordenamiento era considerada
reprochable; o, por el contrario, enfrentar un sujeto que por su
especial relación con la comunidad mayoritaria conocía el
carácter perjudicial del hecho, sancionado por el ordenamiento
jurídico nacional. En el primer caso, el intérprete deberá
considerar devolver al individuo a su entorno cultural, en aras de
preservar su especial conciencia étnica; en el segundo, la sanción,
en principio, estará determinada por el sistema jurídico nacional.

b. En el caso de que la conducta sea sancionada en ambos


ordenamientos, es claro que la diferencia de racionalidades no
influye en la comprensión de tal actuar como perjudicial. Sin
embargo, el intérprete deberá tomar en cuenta la conciencia étnica
del sujeto y el grado de aislamiento de la cultura a la que
pertenece, para determinar si es conveniente que el indígena sea
juzgado y sancionado de acuerdo con el sistema jurídico nacional,
o si debe ser devuelto a su comunidad para que sea juzgado por sus
propias autoridades, de acuerdo a sus normas y procedimientos."

Así, se advierte que el fuero indígena contempla dos elementos esenciales, el


personal que establece si el indígena tiene o no derecho a ser juzgado por su
comunidad y el territorial que hace referencia a si el hecho punible ocurrió dentro
del ámbito territorial.
En el presente caso, se observa que si bien el señor Muelas es Guambiano como
lo acredita el Centro de Conciliación y Justicia, éste no residía en su resguardo de
origen, sino en el Municipio de Silvia, concretamente en la vereda de Santa
Lucia, zona considerada como campesina. De otra parte, y según las
declaraciones dadas por el peticionario en la indagatoria rendida ante la Fiscalía
Delegada del mencionado municipio, se deduce que la víctima pertenecía a la
comunidad de Ambaló. Afirmación que no se comprobó y por el contrario nace
la duda en torno al origen de la occisa ya que su progenitora asegura que su hija
nunca perteneció a las comunidades indígenas mencionadas anteriormente. Por
ello, solicitó al Gobernador del Cabildo su intervención para lograr que el
proceso sea del conocimiento de la justicia ordinaria.

A raíz de la situación planteada, el Cabildo de Ambaló solicitó a la Fiscalía


Delegada que reasumiera el conocimiento de la investigación; la Fiscalía por su
parte solicitó al Gobernador del Cabildo de Guambia la devolución del
expediente para proceder de conformidad; dicha solicitud fue denegada por el
Gobernador al considerar que el conocimiento de la investigación continuaba en
cabeza de ese Cabildo. Ante tal negativa la Fiscalía planteó un conflicto positivo
de competencia ante el Consejo Superior de la Judicatura para que decidiera a
quién correspondía conocer del asunto; de igual forma le planteó que en caso de
no aceptar la colisión devolviera el expediente para reasumir la investigación. El
Centro de Conciliación y Justicia del pueblo Guambiano, mediante oficio del
pasado 2 de junio, consideró que en el caso bajo estudio no se reunían los
requisitos esenciales para poder asumir el conocimiento del caso, motivo por el
cual decidió acoger la solicitud de la Fiscalía y dispuso enviar el expediente para
que ésta reasumiera el conocimiento del proceso. La Fiscalía Delegada ante el
Juzgado Promiscuo del Circuito de Silvia, mediante auto fechado el 4 de junio de
1998, avocó nuevamente la investigación.

En razón de lo anterior, la justicia ordinaria está conociendo de la investigación y


por ello se desecha la alegada vulneración al debido proceso. De los datos
aportados al expediente, se reconoce como hecho probado que el actor sí es
indígena, pero ésta calidad analizada aisladamente no le otorga el derecho al
fuero, pues la jurisprudencia de esta Corporación expresamente señala los
elementos esenciales que deben concurrir para obtener tal garantía, y ellos no se
presentan en esta situación, por cuanto el accionante no residía dentro de su
resguardo y el delito se cometió fuera de los límites del mismo.

DECISIÓN

Con fundamento en lo expuesto, la Corte Constitucional, en Sala de Revisión,


administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución.
 

RESUELVE:

Primero. CONFIRMAR la sentencia proferida por el Consejo Seccional de la


Judicatura del Cauca -Sala Jurisdiccional Disciplinaria- el trece (13) de julio de
mil novecientos noventa y ocho (1998).

Segundo. LÍBRENSE las comunicaciones de que trata el artículo 36 del Decreto


2591 de 1991, para los efectos allí contemplados.

Cópiese, notifíquese, cúmplase y publíquese e insértese en la Gaceta de la Corte


Constitucional.

ANTONIO BARRERA CARBONELL EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ

Magistrado Ponente Magistrado

CARLOS GAVIRIA DÍAZ MARTHA VICTORIA SÁCHICA DE


MONCALEANO

Magistrado Secretaria General

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