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24/3/2020 Catholic.

net - Gregorio Magno, Santo

dos los Papas.

VIRTUDES DEL PASTOR

"Importa que el pastor sea puro en sus pensamientos, intachable en sus obras, discreto en el silencio,
provechoso en las palabras, compasivo con todos, más que todos levantado en la contemplación,
compañero de los buenos por la humildad y firme en velar por la justicia contra los vicios de los
delincuentes. Que la ocupación de las cosas exteriores no le disminuya el cuidado de las interiores y
el cuidado de las interiores no le impida el proveer a las exteriores", escribe San Gregorio Magno en
su "Regla Pastoral", y éste fue el programa de su actuación. Genio práctico en la acción, fue ante
todo el buen pastor cuya solicitud se extiende a toda su grey. No es tan sólo Roma la que merece sus
cuidados, sino todas las Iglesias España, Galia, Inglaterra, Armenia, el Oriente, toda Italia,
especialmente las diez provincias dependientes de la metrópoli romana. Fue incansable restaurador
de la disciplina católica. En su tiempo se convirtió Inglaterra y los visigodos abjuraron el arrianismo.

EL CULTO Y LA CARIDAD

Renovó el culto y la liturgia y reorganizó la caridad en la Iglesia. Sus obras teológicas y la autoridad
de las mismas fueron indiscutidas hasta la llegada del protestantismo. Dio al pontificado un gran
prestigio. Su voz era buscada y escuchada en toda la cristiandad. Su obra fue curar, socorrer, ayudar,
enseñar, cicatrizar las llagas sangrantes de una sociedad en ruinas. No tuvo que luchar con
desviaciones dogmáticas, sino con la desesperación de los pueblos vencidos y la soberbia de los
vencedores.

La obra realizada por San Gregorio Magno fue inmensa; aune con su gran humildad, había procurado
por todos los medios no aceptar el mando supremo de la Iglesia. Pero una vez elegido Papa por el
clero, el senado y el pueblo fiel, y bien vista su elección por el emperador, se entregó a aquella tarea
para la que toda su vida anterior había sido una providencial preparación.

JUAN PABLO I SE PROPUSO IMITARLE

Al tomar posesión de la Catedral de San Juan de Letrán, pronunció estas palabras Juan Pablo I: “En
Roma, estudiaré en la escuela de San Gregorio Magno, que dice: «Esté cercano el pastor a cada uno
de sus súbditos con la compasión. Y olvidando su grado, considérese igual a los súbditos buenos,
pero no tenga temor en ejercer, contra los malos, el derecho de su autoridad. Recuerde que mientras
todos los súbditos dan gracias a Dios por cuanto el pastor ha hecho de bueno, no se atreven a
censurar lo que ha hecho mal; cuando reprime los vicios, no deje de reconocerse, humildemente,
igual que los hermanos a quienes ha corregido y siéntase ante Dios tanto más deudor cuanto más
impunes resulten sus acciones ante los hombres » (Reg. past. parte II, 5 y 6). Murió el 12 de marzo
de 604.

¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

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