Está en la página 1de 62

En este tema se van a desarrollar las actuaciones y cometidos de los Celado-

res en las diferentes áreas en donde desempeñe su trabajo ampliando y actuali-


zando de las que vienen recogidas en el artículo 14, punto 2, del Estatuto de
Personal No Sanitario al servicio de las Instituciones Sanitarias de la
Seguridad Social.

1. El celador en el área de consultas externas


El trabajo de Celador en las Consultas Externas es básicamente un traba-jo
de apoyo a otros profesionales sanitarios (médicos, personal de enfermería).
Además de sus funciones generales (ver cuadro a continuación) tiene funciones
específicas dentro de esta unidad. Las áreas donde pueden ser requeridos son:
– Área asistencial.
– Área organizativa.
– Puesta en orden de la consulta.
1. Función asistencial.
Además del transporte de los documentos (historia clínica) y los aparatajes
(instrumental para la exploración, material para curas) necesarios para que el
médico pueda iniciar la consulta debe ayudar al enfermo a desplazarse en la
consulta si tiene dificultad, a desvestirse y vestirse, a subirse y bajar de la mesa
de exploraciones, etc.
2. Función organizativa.
El celador tendrá dispuestas todas las historias clínicas necesarias para el día
en el orden solicitado, siendo el auxiliar de enfermería la que debe controlar el
número de enfermos citados y disponer por el orden en que van a entrar a la
consulta las historias clínicas.
3. Puesta en orden de la consulta.
Antes de que la consulta comience o después de que haya terminado, debe
revisarse todo el mobiliario e instrumental que se maneja normalmente.
Para ello se revisa la lencería, instrumental de exploraciones, carro de curas,
recetas, volantes para peticiones, etc, en definitiva, todo lo que sea necesario
para la consulta siguiente, dejando la consulta en orden.
Entre sus tareas se encuentra:
– Transportar a lavandería la ropa sucia de la camilla, etc.
– Llevar a esterilización el instrumental ya usado que necesite esterilización.
– Traer el material esterilizado que se necesite.

77
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

FUNCIONES GENERALES DEL CELADOR EN LAS CONSULTAS EXTERNAS

– Cuidar el orden de las dependencias.


– Vigilar el comportamiento de enfermos y acompañantes para conse-guir
el silencio y orden adecuados.
– Informar al público del lugar, día y hora de las consultas.
– Trasladar documentos, objetos, aparatos, cuando le sea requerido.
– Trasladar enfermos.
– Ayudar al personal sanitario en curas y pequeñas intervenciones.
– Prestar ayudar al personal técnico especialista en la realización de pla-
cas realizadas con material portátil.

2. El celador en la unidad de farmacia


2.1. Generalidades sobre la unidad de farmacia
Los hospitales deberán disponer de servicios o unidades de farmacia hospi-
talaria con arreglo a los mínimos establecidos por la ley.
La custodia, conservación y dispensación de medicamentos de uso humano
corresponderá exclusivamente:
a) A las oficinas de farmacia abiertas al público, legalmente autorizadas.
b) A los servicios de farmacia de los hospitales, de los centros de salud y de
las estructuras de Atención Primaria del Sistema Nacional de Salud para

78
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

su aplicación dentro de dichas instituciones o para los medicamentos


que exijan una particular vigilancia, supervisión y control del equipo
multidis-ciplinar de atención a la salud.
En la mayoría de los Hospitales existe un Servicio de Farmacia que depende-rá
de la Dirección Médica. En un Hospital la farmacia es un servicio centralizado
(servicio central) al que tienen acceso todas las unidades hospitalarias.
En un Servicio de farmacia hospitalario prestan servicio los siguientes
profe-sionales: farmacéuticos, FIR (Farmacéutico Interno Residente), DUE,
auxiliares de enfermería, auxiliares administrativos, y Celadores. El servicio
estará bajo la dirección de un farmacéutico.
La Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medi-
camentos y productos sanitarios establece que la administración sanitaria del
Estado es el organismo competente para valorar la idoneidad sanitaria de los
medicamentos y demás productos y artículos sanitarios y que los hospitales de-
berán disponer de servicios o unidades de farmacia hospitalaria con arreglo a las
condiciones mínimas establecidas por esta Ley. Los hospitales del más alto
nivel y aquellos otros que se determinen deberán disponer de servicios o
unidades de Farmacología Clínica.
Los servicios de farmacia hospitalaria estarán bajo la titularidad y responsa-
bilidad de un farmacéutico especialista en farmacia hospitalaria.
Las Administraciones sanitarias con competencias en ordenación farmacéu-
tica realizarán tal función en la farmacia hospitalaria manteniendo los siguientes
criterios:
a) Fijación de requerimientos para su buen funcionamiento, acorde con las
funciones establecidas.
b) Que las actuaciones se presten con la presencia y actuación profesional
del o de los farmacéuticos necesarios para una correcta asistencia.
c) Los farmacéuticos de las farmacias hospitalarias deberán haber cursado
los estudios de la especialidad correspondiente.
Los hospitales que no cuenten con servicios farmacéuticos deberán solicitar
de las Comunidades Autónomas autorización para, en su caso, mantener un
depósito de medicamentos bajo la supervisión y control de un farmacéutico. Las
condiciones, requisitos y normas de funcionamiento de tales depósitos serán
determinados por la autoridad sanitaria competente.
Para lograr el uso racional de los medicamentos, las unidades o servicios de
farmacia hospitalaria realizarán las siguientes funciones:
a) Garantizar y asumir la responsabilidad técnica de la adquisición, calidad,
correcta conservación, cobertura de las necesidades, custodia, prepara-

79
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

ción de fórmulas magistrales o preparados oficiales y dispensación de


los medicamentos precisos para las actividades intrahospitalarias y de
aquellos otros, para tratamientos extra hospitalarios, que requieran una
particular vigilancia, supervisión y control.
b) Establecer un sistema eficaz y seguro de distribución de medicamentos,
tomar las medidas para garantizar su correcta administración, custodiar
y dispensar los productos en fase de investigación clínica y velar por el
cumplimiento de la legislación sobre estupefacientes y psicótropos o de
cualquier otro medicamento que requiera un control especial.
c) Formar parte de las comisiones hospitalarias para la selección y evalua-
ción científica de los medicamentos y de su empleo.
d) Establecer un servicio de información de medicamentos para todo el
personal del hospital, un sistema de fármaco-vigilancia intrahospitalario,
estudios sistemáticos de utilización de medicamentos y actividades de
farmacocinética clínica.
e) Llevar a cabo actividades educativas sobre cuestiones de su
competencia dirigidas al personal sanitario del hospital y a los pacientes.
f) Efectuar trabajos de investigación propios, o en colaboración con otras
unidades o servicios y participar en los ensayos clínicos con medicamentos.

La distribución de medicamentos se realiza por dosis/día que utilizan cada uno


de los pacientes ingresados. La dispensación individualizada de medica-mentos
desde la farmacia del hospital se denomina "unidosis". Se incluyen ge-neralmente
en los siguientes servicios: Cirugía, Medicina Interna, Traumatología, Geriatría,
Neumología, Ginecología, etc. Normalmente los dos sistemas (Dosis/ día y
Unidosis) acaban coexistiendo, formando un sistema mixto.

80
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

2.2. Objetivos y actividades en la unidad de farmacia


Los objetivos que debe cumplir el servicio de farmacia son:
– Lograr que cada paciente reciba la terapia medicamentosa apropiada a sus
necesidades, para ello debe aconsejar en la elección de la dosis
apropiada, frecuencia de administración, duración del tratamiento, etc.
– Vigilancia mediante la Farmacovigilancia (estudio de los efectos benefi-
ciosos y nocivos por el uso de medicamentos). Estos estudios permiten
prevenir o disminuir las reacciones adversas que pueden ser producidas
por una elección equivocada del medicamento prescrito, utilización de
dosis inadecuadas, sobredosificación, etc.
– La coordinación con otros profesionales implicados en la asistencia sani-
taria. El farmacéutico debe tener relación con otros profesionales como:
dietistas, personal de radiología, personal de los distintos laboratorios,
etc.
– Comunicar permanentemente acerca de los avances farmacéuticos y so-
bre los medicamentos para mejorar la práctica profesional.
– Realizar investigaciones para la mejora de la terapéutica medicamentosa y
evaluar los resultados para corregir posibles carencias.
Las actividades que se realizan generalmente en una unidad de farmacia
son:
– Control y dispensación de estupefacientes y psicotropos.
– Preparación y dispensación de fórmulas magistrales, soluciones desinfec-
tantes y antisépticas, nutriciones enterales y parenterales, citostáticos, etc.
– Control y dispensación de medicamentos extranjeros.
– Control de los botiquines y dotaciones de medicamentos existentes en las
Unidades de hospitalización y resto de servicios del Hospital.
El control del botiquín y dotación de medicamentos existentes en una
unidad de hospitalización, se caracteriza por:
– Propuesta de adquisición de determinados medicamentos, material de
curas y otros productos. Envasados y reenvasados en dosis individuales
de los medicamentos sólidos y líquidos orales.
– Establecimiento de sistemas de información para control de consumos,
gastos y costos.
– En general, adquisición, clasificación, conservación, control y dispensa-
ción de medicamentos y demás productos de uso farmacológico; que se
necesitan en las unidades de hospitalización y resto de servicios del
hospital.

81
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

2.3. Zonas que componen la unidad de farmacia


En general, el servicio de farmacia consta de las siguientes zonas:
Zona de almacenamiento y conservación de medicamentos.
En esta área es donde se almacenan y conservan los medicamentos según
sus características para cubrir las demandas del centro. En esta área podemos
distinguir entre la zona de estanterías donde los medicamentos suelen estar
orde-nados por orden alfabético o grupos terapéuticos y la zona donde
permanecen determinados medicamentos como los sueros (empleados en
fluidoterapia) que por sus características especiales (peso, volumen, etc.)
requieren de lugares espe-cíficos adecuados para su almacenaje y conservación.
Hay determinados medicamentos que precisan unas condiciones de almace-
namiento especiales como son:
– Los termolábiles (sensibles al calor) se guardan en cámaras frigoríficas.
– Los estupefacientes y psicotrópicos se guardan en armarios de seguridad,
al que sólo los farmacéuticos tienen acceso.
– Los fotosensibles se guardan en lugares específicos para ellos.
Zona de dispensación farmacológica.
Es el área donde se dispensan los medicamentos solicitados en los formula-
rios. Es frecuente que en las diferentes unidades de los centros sanitarios existan
pequeños almacenes de fármacos para atender las situaciones imprevistas (dota-
ción o botiquín). En esta área el personal de enfermería dispensa los
medicamen-tos una vez que han sido autorizados por el médico.
Los pedidos de estupefacientes (regulados internacionalmente por la Con-
vención Única de 1961 de la ONU, sobre Estupefacientes, enmendada por pro-
tocolo de 25 de mayo de 1972) y psicotrópicos (regulados internacionalmente
por el Convenio Internacional sobre sustancias psicotrópicas de Viena de 1971),
se efectúan en impresos o recetas especiales (vales de estupefacientes) la
dispen-sación y retirada de esta medicación suele estar controlada.
Los pedidos deben ser revisados antes de su entrega, comprobando los me-
dicamentos servidos, la dosis y sus formas de presentación.
Zona de farmacotecnia.
En esta área se preparan dosis especiales de ciertos medicamentos según las
pautas establecidas por la comisión de farmacia. La preparación y manipulación de
estos fármacos ha de realizarse en condiciones de higiene y asepsia para evitar
riesgos sanitarios. En esta zona también se preparan fórmulas magistrales, para lo
cual el servicio de farmacia cuenta con un laboratorio equipado con el material

82
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

preciso. Las fórmulas magistrales son preparados no normalizados que un médi-


co solicita para una circunstancia especial que sufre el paciente.
Zona de nutrición artificial.
Es el área destinada a la preparación de las soluciones de nutrición artificial
enteral o parenteral, para cubrir el aporte de nutrientes en aquellos pacientes que
por su patología lo requieran. Sus características:
– Nutrición enteral: es la administración de sustancias nutritivas a través de
una sonda que estará alojada en el tubo digestivo. Normalmente se
aplica a través de una sonda nasogástrica.
– Nutrición parenteral: es una técnica que se realiza cuando no es posible
una adecuada alimentación por vía oral o por sonda. Consiste en apor-
tar por vía endovenosa todos los constituyentes de una dieta completa
como son agua, hidratos de carbono, líquidos, electrolitos, vitaminas,
aminoácidos y oligoelementos. La preparación de la nutrición parenteral
se realiza en una zona estéril bajo cabinas de flujo laminar garantizando
la composición, esterilidad y la estabilidad del preparado.
Zona de citostáticos.

Los citostáticos son sustancias farmacológicas que impiden y/o retardan la


división celular. Se utilizan en el tratamiento contra el cáncer.

En el área de preparación de medicamentos citostáticos se preparan medi-


camentos cuya manipulación inadecuada puede ser peligrosa para la salud. El
manejo de este tipo de preparados debe garantizar su composición, estabilidad y
la seguridad del manipulador y del medio ambiente. Esta área dispone de una
zona estéril donde existe una campana de flujo laminar vertical de alta
seguridad biológica con salida de aire filtrado al exterior. En ella se realiza la
dosificación y preparación de medicamentos citostáticos.

Esta zona debe reunir una serie de características, tales como:


– Área o zona aislada físicamente del resto del servicio en la que no se
realicen otras tareas.
– Sin recirculación de aire ni aire acondicionado ambiental.
– Habitación separada con presión negativa.
– Campana de flujo laminar vertical.
– Acceso limitado solamente al personal autorizado.
– El suelo del recinto donde se encuentra ubicada la cabina no se barrerá y
se limpiará con una fregona de uso exclusivo y lejía.

83
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Protección del manipulador. El personal responsable de la preparación de


mezclas de citostáticos deberá usar el siguiente equipo de protección indivi-
dual: guantes, bata, mascarilla, gafas y gorro.

Transporte de productos citostáticos en el hospital. Los celadores


efectúan el traslado de los citostáticos desde el Servicio de Farmacia hasta la
uni-dad peticionaria (normalmente Hospital de Día o Plantas de Oncología).
Para dicho traslado se deben usar contenedores específicos que deben reunir
las siguientes características:
– Resistencia al transporte.
– Contener exclusivamente los fármacos citostáticos.
– Etiquetado adecuado. En el exterior del paquete se debe hacer constar la
naturaleza del contenido y paciente destinatario.
– Aislante térmico para el necesario mantenimiento de la temperatura.
Tratamiento de contaminaciones accidentales. En las zonas donde se
manipulen este tipo de medicamentos deben existir procedimientos estandariza-
dos de actuación para saber en todo momento cómo se debe actuar ante una
contaminación accidental.
Si el agente citostático contacta directamente con la piel de la persona que
lo manipula, se lavará inmediatamente la zona afectada con agua y jabón,
durante unos 10 minutos. Si la piel se encontrara irritada, deberá ser examinada
por un especialista.
Si el agente citostático salpica los ojos se enjuagará el ojo afectado con agua
o solución isotónica durante al menos 15 minutos y luego acudir al especialista
(oftalmólogo).

84
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Por otro lado, se debe aplicar el antídoto específico según el agente ci-
tostático.
Los derrames accidentales se pueden producir en cualquier proceso en que
esté presente un medicamento citostático (almacenamiento, preparación, trans-
porte y/o administración), por lo que deberán estar previstos los procedimientos
y materiales necesarios para realizar la recogida.

2.4. Distribución y control de medicamentos


La dispensación de los medicamentos y demás productos de la farmacia se
realizará generalmente por dos métodos:
– Por el método tradicional (o por stocks), a las unidades de hospitalización
y demás servicios.
– Por el método de unidosis (dispensación de medicamentos en dosis única).

1. Método tradicional de distribución


Es el método por el cual se distribuyen cierta clase de medicamentos
(sueros, u otros medicamentos, según las necesidades de cada servicio) por
stocks que se guardan en los almacenes de farmacia que existen en los distintos
servicios o unidades del centro. Los pedidos son realizados por la supervisión
de planta y el almacenaje se debe realizar en condiciones óptimas de limpieza y
conservación, donde se debe tener en cuenta la fecha de caducidad de cada
producto alma-cenado. Es un método en desuso porque conlleva una serie de
inconvenientes entre los que podemos indicar:
– Existencia de un mayor riesgo de contaminación e invalidez del medi-
camento provocado por una manipulación inadecuada o por las malas
condiciones ambientales.
– Exigen más tiempo por parte del personal de enfermería en la prepara-ción
de las dosis.

2. Método de unidosis
En la actualidad en los hospitales el suministro de medicamentos desde el
Servicio de Farmacia se realiza mediante el método de "unidosis" o dosis única, es
decir, en envases individualizados por paciente (dispensación individualizada de
medicamentos). Los medicamentos que han de ser administrados a éstos son
solicitados desde las diferentes unidades hospitalarias por la supervisión o por las
enfermeras a la Farmacia, mediante el correspondiente documento (orden mé-

85
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

dica) firmada por el médico correspondiente especificando la medicación diaria


por paciente que se ha de suministrar.
En el Servicio de Farmacia se prepara la medicación individual en su corres-
pondiente bolsa o envase que será trasladada por el celador hasta el Servicio
peticionario. Es un sistema más racional en cuanto a la preparación y
distribución de los medicamentos. Entre las ventajas de este método están:
– Conservación del medicamento en mejores condiciones higiénicas.
– Las soluciones orales e inyectables se dosifican con mayor precisión lo-
grando un mayor aprovechamiento del medicamento.
– La distribución individual por paciente y día aumenta la seguridad y la
calidad terapéutica.
– Se reduce el tiempo empleado por el personal de enfermería en la prepa-
ración de la medicación.
– Se evita así la existencia de pequeños almacenes de medicamentos en
todas las unidades de hospitalización.
– Se controla mejor el gasto farmacéutico.
Los envases de las unidosis se identifican con los datos de cada paciente y
se trasladan desde la Farmacia hasta cada unidad en un «carro de unidosis» por
un celador.
Cada carro contiene los fármacos necesarios para la tarde, noche y mañana
del día siguiente, separados mediante unos compartimentos o sistemas de cajeti-
nes. El celador entregará el carro al personal de enfermería que tenga asignados
a esos pacientes.

86
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

2.5. Funciones del celador en la unidad de farmacia

LAS FUNCIONES DEL CELADOR EN LA UNIDAD DE FARMACIA

– Recepción y acondicionamiento del material en la unidad de farmacia.


– Transporte de material dentro de la farmacia.
– Distribución de medicación y demás productos galénicos a las unida-
des del hospital.
– Transporte de productos desde otras unidades del hospital hasta la
farmacia.
– Preparación de alcohol.
– Controles e inventarios.
– Custodia de la farmacia.

Recepción de material
El celador es el encargado de recepcionar los paquetes, bultos y envases que los
proveedores suministran a la farmacia. Para ello debe comprobar mediante cotejo
que el material servido coincide con el que figura en los «albaranes de en-trega»,
posteriormente en el caso de que sea correcto lo firma y le da una copia al
transportista. En caso de error o no coincidencia no debe recepcionar el material o,
en su caso, lo pondrá en conocimiento del responsable de la Farmacia.
Acondicionamiento del material
Una vez recepcionado el material el celador lo entregará al personal
sanitario, junto con la copia de albarán para que los servicios administrativos
contabilicen la entrada del mismo, al objeto de que lo clasifiquen, ordenen y
coloquen en estantes. Determinados productos, distintos de los medicamentos,
son acondicio-nados directamente por el celador. Por ejemplo, las garrafas de
alcohol, los botes de suero fisiológico, etc.
Transporte de material dentro de la farmacia
Aparte de entregar los bultos, paquetes y envases de medicamentos y otros
productos farmacológicos hasta la zona de clasificación del personal sanitario y
de transportar el material que él mismo clasifica y acondiciona, el celador se
encarga del movimiento de los bultos y cajas de gran volumen o peso dentro de
la farmacia, cuando así se le requiera.
Distribución de medicación y demás productos galénicos a las uni-dades
del hospital
Esta tarea de llevar los pedidos a las unidades destinatarias corresponde en
unos Hospitales al celador de la farmacia y en otros a los celadores de las dis-

87
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

tintas unidades (las plantas de hospitalización, las consultas) que solicitan los
medicamentos y otros productos a la farmacia. En todo caso la tarea del celador
consiste en transportar carros con medicamentos o con otros productos (sueros,
nutriciones enterales o parenterales, etc.) o carritos de unidosis de medicación,
desde la farmacia hasta los puestos de enfermería de las plantas o de otras
unida-des, entregando a y recogiendo del personal autorizado (enfermeros/as
supervi-sores) los documentos de comprobación de suministro y entrega de los
pedidos. A la vuelta deberá entregar al servicio administrativo de la farmacia
dichos docu-mentos debidamente firmados para su control y tramitación.
Transporte de productos desde otras unidades del hospital hasta la
farmacia
Determinados productos que puedan recepcionarse en el Almacén General
del Hospital, deberán ser transportados hasta la farmacia por el celador. Igual-
mente, en el caso de haber más de una farmacia (en los complejos hospitalarios
compuestos por varios Hospitales) se desplazará y se encargará del traslado de
material entre las mismas. Aunque la labor de dispensación corresponde a otro
personal, el celador de la farmacia se encarga, normalmente, de dispensar de-
terminado material que él mismo ha ordenado o acondicionado (botes de suero,
alcohol). En caso de que alguien con competencia (por ejemplo, un médico de
Urgencias) se dirija al celador solicitándole la entrega de algún medicamento, el
celador se limitará a pasar la comunicación al farmacéutico responsable.
Cuando un paciente o un familiar solicite algún medicamento debemos recordar
que el celador no está autorizado para dárselos ni para administrarlos.
Preparación de alcohol
El alcohol que se utiliza en las unidades del Hospital está «rebajado» porque
se mezcla con agua destilada, por ser más conveniente en el uso terapéutico, su-
ministrándose a 70 grados. La tarea de mezclar el alcohol con el agua destilada
se le suele encomendar al celador y consiste en verter en un depósito de gran
contenido un recipiente de alcohol y otro de agua destilada, siempre del mismo
contenido y volumen para que se mantenga la correcta proporción. Ese depósito
cuenta con un grifo por el que mana el alcohol rebajado, siendo el mismo
celador de la Farmacia quien se encarga de reponer los recipientes vacíos
(garrafas) que llegan desde las unidades del hospital para que se las llenen de
alcohol. Igual-mente le corresponden las tareas de traslado interno de las
garrafas, así como llevar hasta la farmacia (habitualmente desde el laboratorio)
los recipientes con agua destilada.
Controles e inventarios
El celador de farmacia debe realizar los recuentos periódicos del material del
que sea responsable al objeto de comprobar las existencias reales de los produc-tos
almacenados en la farmacia. Igualmente colaborará en el recuento que se

88
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

lleve a cabo con ocasión del Inventario general que anualmente o con otra pe-
riodicidad se realice en la farmacia con el mismo objeto de conocer la existencia
real del material almacenado.

3. El celador en suministros y almacén

3.1. Los suministros


Cuando se habla de suministros hace referencia al acto y conjunto de tareas
que tienen como finalidad el aprovisionamiento de materiales al almacén y
servi-cios sanitarios. Está adscrita a la Dirección de Gestión y Servicios
Generales del hospital.
El principal objetivo es el aprovisionar todos los recursos materiales necesa-
rios, para dar cobertura a través de una gestión eficiente a todos los servicios del
Hospital, con el fin de la prestación de asistencia sanitaria a los ciudadanos.
El aprovisionamiento se realiza buscando la mejora de la gestión de los
recur-sos económicos y en continua colaboración con los servicios asistenciales,
para lograr la mejor calidad en la atención sanitaria de los pacientes.
Se conoce como suministro interno aquella tarea encaminada a proveer desde el
almacén, a los diversos Servicios o Unidades, del material necesario para poder
llevar a cabo la actividad asistencial encomendada. El suministro externo tiene
como finalidad la de abastecer al almacén, desde los distintos proveedores, de la
mercancía destinada al suministro interno y que previamente ha sido solicitada.

3.2. El celador en el servicio de almacén


Su figura viene contemplada en el Acuerdo del Consejo de Ministros de
29/6/90 (aprobado por Resolución de 17 de julio de 1990), que modifica el Real
Decreto-ley 3/87, sobre régimen retributivo del personal estatutario. Las funcio-
nes que desarrolla un Celador en el Almacén General del Hospital son:
– Recepcionar el suministro mediante cotejo del albarán de entrega.
– Cargar y descargar los productos del almacén. Una vez que el transpor-
tista ha depositado el material en el muelle de carga, el Celador revisará
el albarán comprobando el número de bultos (constituyendo la tarea más
importante en esta área del almacén). Posteriormente cargará el material
para depositarlo donde proceda.

89
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Informar al responsable del almacén de las entradas diarias de material.


– Vigilar las entradas y salidas del almacén, así como el cierre de puertas de
la zona de almacenaje. No permitirá el acceso al almacén a personas no
autorizadas.
– Dispensar el material que le sea solicitado mediante un vale firmado de-
bidamente por un superior responsable. Es importante comprobar que
los vales de pedido están cumplimentados correctamente.
– Distribuir los productos en las estanterías.
– Distribuir o trasladar desde el almacén a las distintas unidades el mobi-
liario y aparatos.
Tanto las jaulas de transporte como las plataformas para mercancías se em-
pujarán desde atrás para movilizarlas, salvo en los casos donde se sale de un
ascensor que se procede tirando de ellas y caminando hacia atrás.

3.3. Recepción y almacenamiento de


mercancías. Organización del almacén
El almacén es el lugar físico donde se efectúa la función de almacenaje (es-
tancia provisional de las mercancías en el almacén, implicando colocación, con-
servación y control de las existencias); este lugar debe ser suficiente y tener sus
correspondientes zonas de recepción y control de entradas, de maniobra, de
preparación y de salida de artículos.
La finalidad del almacén es garantizar, mediante la distribución de pedidos,
el aprovisionamiento de las distintas Unidades y Servicios en todo momento y a
un coste razonable. El objetivo principal del almacenaje es convertir en hábito
la organización, el orden y la limpieza en el puesto de trabajo y para conseguir
una mayor eficacia.
Para que ello sea posible ha de contar con una adecuada estructura y respon-
sabilizar a una persona de garantizar el control y organización de dicho almacén,
ésta ha de tener en cuenta el volumen máximo a ocupar por el stock para obtener el
módulo de almacenaje adecuado a cada producto, las características de éstos y el
movimiento de entradas y salidas para evitar que los artículos queden obsoletos.
Uno de los elementos principales para el óptimo funcionamiento de un
alma-cén es el establecimiento de un buen sistema de control.
El almacén es un elemento vivo e influyente en la actividad de un centro
sanitario, por ello, el lograr un control preciso del mismo, se hace una tarea im-
portantísima para el desarrollo de toda actividad.

90
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Para poder controlar las existencias de un almacén, de una forma precisa, se


necesita conocer no sólo el número de entradas y salidas de las mercancías, sino
también y muy importante, desde el punto de vista logístico, de la ubicación de
las mercancías en el interior del almacén y de la disponibilidad de espacios en el
mismo.

3.4. Etapas en la tarea de suministro


La tarea de suministro consta, a nivel general, de las siguientes etapas:

1. Previsión de aprovisionamientos
Como su nombre indica, consiste en prever las necesidades de materiales de
todo tipo que tenga el centro sanitario. Es el primer paso necesario en el proceso
de adquisición de los suministros. Esta actividad, al igual que las demás, está
directamente relacionada con las prestaciones del centro que se trate y está
enca-minada a que éstas sean posibles mediante el estudio de los medios
necesarios para ello.

2. Planificación de adquisiciones
Como tarea intermedia, entre la previsión de aprovisionamientos y el pro-
cedimiento administrativo de contratación, está esta etapa de planificación de
adquisiciones, la cual hace referencia a una necesaria adecuación, de los medios
con que es posible contar, a los servicios que han de prestar los centros.

3. Procedimiento administrativo de contratación


Es el procedimiento mediante el cual se adquieren determinados productos o
servicios. Dicho procedimiento ha de respetar las normas de contratación ad-
ministrativa establecidas en la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de Contratos del
Sector Público.

4. Petición de Material
Una vez gestionada la compra, se procede a la petición del material por la
sección administrativa de suministros.

5. Recepción/revisión de mercancías
La primera tarea de la unidad de suministros, nada más recibir un pedido, es
registrarlo. La recepción de las mercancías se divide en 3 fases:

91
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

a) Recepción de la mercancía.
▷ Control de pedidos: número de pedido, nombre y/o código del
proveedor, pedidos pendientes, cantidades entregadas, precio uni-
tario de la mercancía, número de albarán, importe total del albarán,
etc.
▷ Control de bultos: datos relativos al número de bultos, cantidad de
bultos, número de unidades por bulto, peso del mismo, etc.
▷ Transportista: indicación del nombre del transportista, matrícula del
camión en el caso de cargas completas, nombre del conductor si
fuera preciso, etc.
b) Revisión de la mercancía.
▷ Control por unidades: cuenteo de unidades.
▷ Control de lotes: recuento del número de lotes, número de unida-des
por lote.
▷ Devolución al proveedor: incluyendo la confección del albarán de
los productos rechazados.
▷ Etiquetado de mercancía: incluyendo referencia, precio unitario, si
es el caso, etc.
c) Control de calidad.
▷ Dictamen: informe emitido por el recepcionista sobre el estado de la
mercancía a su recepción.
▷ Devolución al proveedor: entrada del dato referente a la cantidad y
referencia de los materiales devueltos por defectuosos y/o no co-
rrespondientes.
▷ Entrada a rotos: dato referente a aquellos artículos que se admiten
temporal o definitivamente bajo la indicación de rotos y que serán
repuestos o reparados por el proveedor.
Finalmente, el Celador del almacén notificará la recepción a la unidad admi-
nistrativa correspondiente.

Guardado de la mercancía
Con posterioridad a la recepción ha de procederse al almacenamiento de la
mercancía. Éste ha de llevarse a cabo siguiendo criterios de clasificación que fa-
ciliten la localización cuando los productos sean solicitados, los flujos de
entradas y salidas, que vengan ordenados por el tamaño de los productos,
accesibilidad, caducidad, uso clínico, etc. Normalmente a todos los productos se
les asigna un código que servirá para facilitar esta labor.

92
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Dicha disposición debe evitar la acumulación innecesaria de éstos, para una


mejor racionalización del gasto.

Dependiendo de las dimensiones del almacén y del volumen y peso de las


mercancías, el guardado de las mismas deberá reunir una serie de características
propias:
– Posibilidad de formar palets de manera automática o manual. Debe per-
mitir el uso de diferentes tecnologías.
– Debe permitir la posibilidad de mezclar la mercancía procedente de dis-
tintos albaranes en un mismo palet.
– Control de artículos de peso variable. Posibilidad de guardado parcial.
– Control de palets creados en el almacén o procedentes del exterior.
– Búsqueda de huecos en distintos momentos y de manera automática y/o
manual.
– Búsqueda de huecos por referencia o por palet.
– Posibilidad de mezcla de artículos en un hueco.
– Asignación de distintas técnicas de guardado, por zonas, por grupos, por
palet, por proximidad a un pasillo, etc.
– Información en tiempo real de palets pendientes de guardar y estado de la
mercancía disponible.

Mapa del almacén


La definición del mapa del almacén pasa por una necesaria clasificación de
zonas, tales como:
– Recepción/revisión.
– Pulmón de entrada.
– Zona de estanterías de almacenaje/preparación.

93
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Zona de apilado en bloque.


– Zona de preparación exclusiva.
– Zona de «drive-in».
– Zona de rotos.
– Zona de expediciones.
– Pulmón de salida.

Gestión de stock
La gestión de stock, es, quizás, la labor más importante de todo el sistema,
ya que el buen o mal funcionamiento del mismo significará o no la
disponibilidad de un stock físico fiable y de los controles que lo garanticen.
Deberá garantizar la plena integridad referencial, es decir, la posibilidad de
comunicación de cualquier actualización del stock en tiempo real. Al mismo
tiem-po, deberá disponer de la posibilidad de efectuar un cierre de inventario a
volun-tad del usuario y de obtener históricos de movimiento del stock.
Es básico este control de las existencias de cada artículo para evitar situacio-
nes de desabastecimiento que darían lugar al incumplimiento de la labor asis-
tencial encomendada a la Institución. Para evitar esto se debe tener siempre un
determinado stock de cada artículo que variará en función del uso de éstos. Así,
las existencias de jeringuillas desechables, por ejemplo, será siempre mayor que
la de sondas nasogástricas.
Asimismo, se debe llevar un control de los artículos que consume cada
servi-cio o unidad para evitar consumos indebidos.

Reaprovisionamiento y movimientos internos


El control del almacén debe de incluir, lógicamente, no solamente el control
de los movimientos de entrada y/o salida, (movimientos externos, sino también
el de los movimientos de reaprovisionamiento y/o colocación/descolocación
(movimientos internos).

Control económico
Esta función corresponde a la Unidad de Intervención, que puede existir en
cada hospital, y su objetivo es cuidar de que se cumplen las previsiones estable-
cidas en los presupuestos y las normas de contratación establecidas en la Ley de
Contratos de las Administraciones Públicas.

94
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

3.5. Distribución de pedidos


La finalidad, razón de ser y objetivo último de los almacenes es la distribu-
ción de pedidos. Para ello, los distintos servicios o unidades de la Institución
presentan sus pedidos en un impreso normalizado que recibe distintas deno-
minaciones (vale de almacén, hoja de pedido, etc.), para que los celadores del
almacén preparen los mismos. Una vez preparado, según la periodicidad previa-
mente determinada (diaria, semanal, etc.), el personal auxiliar de cada servicio o
unidad retirará el material.
Como casos excepcionales se pueden dar situaciones imprevistas de desa-
bastecimiento, situaciones de urgencia, o los servicios que requieren del
almacén materiales de entrega inmediata, como es el caso de los servicios de
manteni-miento. En estos supuestos, como es lógico, no hay días fijados para
entrega del material.
La petición del material debe hacerse, como en impreso normalizado, de-
biendo ir firmada por la persona responsable del servicio (Supervisor de Planta,
Jefe de Unidad, etc.) indicando:
– Denominación del material.
– Código.
– Cantidad solicitada.
– Identificación del servicio, fecha y firma.
La mercancía será retirada junto con una copia de la hoja de pedido, en la
cual el personal del almacén habrá consignado previamente la cantidad realmen-
te servida, junto a la que se solicitó.

95
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

3.6. El código de barras


Un código de barras es sencillamente una etiqueta con un número determi-nado
de barras negras inscritas en ella. Cada barra tiene la posibilidad de repre-sentar un
dígito particular de acuerdo con su posición en el código total. Si el dígito está
presente, la barra es ancha; si el dígito no está presente la barra es fina.
Los códigos de barras representan datos en una forma legible por las má-
quinas, y son uno de los medios más eficientes para la captación automática de
datos. Además, pueden contener una gran cantidad de información para un ope-
rador adecuadamente equipado y ofrecen el beneficio adicional de suministrar la
misma muy rápidamente.
La primera patente para un código de barras, que tenía forma circular, fue
solicitada en 1949 en Estados Unidos por N.J. Woodland. Los códigos de barras
se emplearon por primera vez a principios de la década de 1960 para identificar
material rodante ferroviario.
En las distintas industrias y aplicaciones se emplean varias simbologías» (con
vendones de codificación) diferentes para los códigos de barras. Una de las más
utilizadas es el símbolo internacional de número de artículo, llamado símbolo EAN por
las siglas en inglés de la Asociación Europea para la Numeración de Artículos. Este
símbolo se emplea en el comercio abierto para identificar los productos al pa-sar del
fabricante a los mayoristas, distribuidores minoristas, y de ahí al cliente final.
La principal razón para la introducción de códigos de barras en un sistema
de almacenamiento, es el adelanto que supone para la identificación de los pro-
ductos en stock.

La disponibilidad del equipo necesario para operar con ellos, puede


justificar también el uso de estos códigos de barras para una buena
identificación de los productos en stock. La disponibilidad del equipo
necesitado para operar con ellos, puede justificar también el uso de estos
códigos de barras para una buena identificación de las ubicaciones.

96
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Los códigos de barras utilizados como identificadores para las operaciones


de almacenaje tienen que ser frecuentemente leídos por aparatos manuales. Es-
tos aparatos iluminan la etiqueta por medio de una luz emitida por diodos y leen
la luz reflejada mediante un receptor comparador electro-óptico.
Aparte del equipo de lectura, se requerirá, además, un decodificador para
interpretar las lecturas en caracteres alfabéticos y números decimales y también
para realizar los chequeos.

4. El celador en el animalario

4.1. Conceptos generales


El animalario es una dependencia del hospital donde se cuida a los animales que
van a ser sometidos a un proceso de experimentación en el centro. También se le
conoce con el nombre de estabulario. Los animales que más frecuentemente se
utilizan para experimentación en los animalarios de los hospitales son: ratones, ratas
de laboratorio (ratas albinas manipuladas genéticamente), cobayas, háms teres,
conejos (sobre todo para cirugía general) e incluso ovejas.
Por todo ello, el propósito de los animalarios es asegurar su protección y, en
particular, que a los animales utilizados se les otorguen los cuidados apropiados;
que no se les cause innecesariamente dolor, sufrimiento, angustia o lesión pro-
longados; que se evite toda repetición inútil de procedimientos, y que el número
de animales utilizados en los procedimientos se reduzca al mínimo, aplicando
en lo posible métodos alternativos.
La utilización de animales en los procedimientos de investigación, experi-
mentación, docencia u otros fines científicos sólo podrá tener lugar cuando esta
persiga los siguientes propósitos:
– La investigación científica, incluyendo aspectos como la prevención de
enfermedades, alteraciones de la salud y otras anomalías o sus efectos,
así como su diagnóstico y tratamiento en el hombre, los animales o las
plantas.
– El desarrollo y la fabricación de productos farmacéuticos y alimenticios y
otras sustancias o productos, así como la realización de pruebas para
verificar su calidad, eficacia y seguridad.
– La valoración, detección, regulación o modificación de las condiciones
fisiológicas en el hombre, en los animales o en las plantas.
– La protección del medio ambiente natural, en interés de la salud o del
bienestar del hombre o los animales y mantenimiento de la biodiversidad.

97
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– La educación y la formación.
– La investigación médico-legal.
A los efectos del Real Decreto 1201/2005, se deben considerar los
siguientes términos propios de los animalarios:
1. Animal: cualquier ser vivo vertebrado no humano, incluidas las crías de
vida propia o las formas de cría en reproducción, excluidas las formas
fetales o embrionarias.
2. Animales de cría: los animales especialmente criados para su utiliza-
ción en los procedimientos en establecimientos aprobados o registrados
por la autoridad competente.
3. Animales de experimentación: los animales utilizados o destinados a
ser utilizados en los procedimientos.
4. Animales de experimentación adecuadamente anestesiados: los
animales privados de sensaciones mediante el empleo de métodos efec-
tivos de anestesia, local o general.
5. Centro o establecimiento: toda instalación, edificio, grupo de edificios u
otros locales, incluidos aquellos no totalmente cerrados o cubiertos, así
como las instalaciones móviles y todo el conjunto de medios personales y
materiales organizados por su titular para la cría, el suministro o la uti-
lización de animales de experimentación. Se distinguen:
▷ Centro de cría: cualquier establecimiento donde se crían animales de
experimentación.
▷ Centro suministrador: cualquier establecimiento que suministra y man-
tiene animales de experimentación, no nacidos en el mismo centro.
▷ Centro usuario: cualquier establecimiento en el que se utilicen anima-
les de experimentación.
6. Compartimiento: pequeño recinto de tres lados, generalmente con un
comedero y bebedero con separaciones laterales, donde pueden mante-
nerse atados uno o más animales.
7. Jaula: receptáculo fijo o móvil cerrado por paredes sólidas y, al menos
por un lado, con barrotes o tela metálica o, en su caso, redes, donde se
alojan o transportan uno o más animales.
8. Persona competente: cualquier persona que, en función de su forma-
ción, se encuentre capacitada legalmente, al amparo del Real Decreto
1201/2005, para realizar las funciones previstas en él.

98
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

4.2. Requisitos de cuidado y alojamiento de animales


Los establecimientos o dependencias definidos como animalarios deberán
cumplir los siguientes requisitos en relación con el cuidado general y
alojamiento de los animales de experimentación:
– Que a los animales se les proporcionen unas condiciones adecuadas de
alojamiento, libertad de movimientos, alimentación, bebida y cuidados
que aseguren su salud y bienestar.
– Que se limite al mínimo imprescindible cualquier restricción que les impi-
da satisfacer sus necesidades fisiológicas y etológicas.
– Que las instalaciones y las condiciones ambientales en las que se críen,
mantengan, custodien o se utilicen los animales de experimentación, les
garanticen un adecuado nivel de bienestar y que ello se verifique diaria-
mente.
– Que se disponga de medidas, medios e instalaciones que garanticen la
eliminación, en el plazo más breve posible, de cualquier deficiencia que
provoque alteraciones en el estado de salud o bienestar de los animales,
con las alarmas necesarias.
– Que las normas de trabajo e instrucciones de uso de todos los elementos
consten por escrito.
– Que tengan previsto por escrito un plan de actuación en caso de emer-
gencia o catástrofe.
– Que se evite el acceso al interior de las instalaciones de personal no au-
torizado.

99
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Que el bienestar y la salud de los animales sean supervisados por el per-


sonal competente para prevenir el dolor, así como el sufrimiento, la an-
gustia o el daño duraderos.
– Los centros usuarios deben disponer, además, de instalaciones adecua-das
para la realización de necropsias, tomas de muestras y pruebas sen-cillas
de diagnóstico.
– Todas las jaulas o sistemas de confinamiento de animales deberán estar
etiquetados y en la etiqueta se consignarán los datos de identificación de
los animales allí alojados. A menos que no sea posible, se especificarán,
como mínimo, los datos que se relacionan: especie, raza, cepa, sexo, fe-
cha de nacimiento, fecha de cruce, número de animales.
En cada centro se designará una persona responsable del cuidado de los
animales y del funcionamiento de los equipos. El responsable de la salud de los
animales será un veterinario con formación especializada en animales de experi-
mentación. Las siguientes funciones podrán ser asumidas tanto por el responsa-
ble en salud animal como por el responsable en bienestar animal:
a) Supervisar las instalaciones, el bienestar, el manejo y el cuidado de los
animales, con el fin de detectar cualquier deficiencia existente.
b) Si decide al final de un procedimiento que el animal no se sacrifica, su-
pervisar que reciba los cuidados adecuados a su estado de salud bajo
control de un especialista en salud animal.
c) En general, todas las tareas de asesoramiento en materia de bienestar
animal, con el fin de prevenir en todo momento el dolor, el sufrimiento,
la angustia o daños perdurables a los animales.
Todas las jaulas o sistemas de confinamiento de animales deberán estar eti-
quetados y en la etiqueta se consignarán los datos de identificación de los
anima-les allí alojados. A menos que no sea posible por las circunstancias o las
caracte-rísticas de los animales allí confinados, se especificarán, como mínimo,
los datos que se relacionan: Especie y sexo, Raza y cepa (en su caso), fecha de
nacimiento y de cruce, nº de registro del animal.
Los animalarios deben tener un libro de registro con el número de animales
presentes en el animalario en el momento de abrir este registro, indicando la es-
pecie o especies a que pertenecen, además de:
a) Las entradas de los animales, la fecha en que se producen, indicando la
especie, los nacimientos y las compras, haciendo constar su origen (con
mención del nombre y dirección del centro criador o suministrador).
b) Los animales sacrificados o muertos no utilizados en procedimientos, y
sus causas, y, en su caso, el método de sacrificio utilizado.

100
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

c) Los animales utilizados en procedimientos, indicando a qué procedi-


miento están destinados.
d) Las observaciones efectuadas durante el período de cuarentena de los
animales que provienen del exterior del centro.
e) Los resultados de los exámenes sanitarios efectuado a los animales.
f) Los resultados de las necropsias realizadas.
g) Los casos de enfermedad y los tratamientos administrados.
h) En el caso de los animales criados, suministrados o utilizados en
procedi-mientos, de especies en que reglamentariamente esté
establecido, se hará constar la identificación individual de cada animal.
i) Se harán constar los datos referentes al origen y la identificación indivi-
dual de perros, gatos y primates no humanos.
El libro de registro debe encontrarse permanentemente en el animalario y a
disposición de la autoridad competente. El animalario deberá conservar este
libro de registro durante, al menos, 3 años a partir de la fecha de la última ins-
cripción.

4.3. Estructura del animalario


El Animalario debe contar con las siguientes zonas diferenciadas:
– Laboratorio, dotado de los aparatos e instrumentos necesarios para la de-
terminación básica de análisis clínicos, entendiendo por tal los estudios.
– Zona de experimentación propiamente dicha, con mesa, instrumental
quirúrgico, estéril, etc.
– Zona de ubicación de los animales en sus respectivas jaulas.
– Zona limpia, de preparación de alimentos.
– Zona sucia, destinada a la limpieza de jaulas, depósito de residuos, etc.
– Incinerador de residuos, cadáveres y material contaminado.
– Oficinas de administración.

Elementos de construcción:

a) Materiales: deben ser impermeables, pintados y barnizados con pro-


ductos muy resistentes a los disolventes químicos y con propiedades anti
moho.

101
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

b) Paredes: igualmente estarán tratadas con productos impermeabilizantes,


evitando los ángulos difíciles de limpiar.
c) Pisos: deben ser lisos, antideslizantes, y no absorbentes, resistentes al
agua y a productos de limpieza abrasivos.
d) Techos: a ser posible de estructura lisa, resistentes y fácilmente lavables.
e) Puertas: abrirán generalmente hacia los corredores (o pasillos). Habrá
dos, de los cuales una tendrá mirilla para observar a los animales. Sus
dimensiones más aconsejables son de 1 m de ancho por 2 m de alto.
f) Ventanas: es mejor que éstas no existan en las habitaciones que contie-
nen animales para evitar cambios de temperatura.

4.4. Funciones del celador en el animalario


El artículo 14-2.21 del Estatuto de Personal no Sanitario establece entre las
funciones de los celadores que: “Tendrán a su cargo los animales utilizados en
los quirófanos experimentales y laboratorios, a quienes cuidarán, alimentán-
dolos, manteniendo limpias las jaulas y aseándolos, tanto antes de ser so-
metidos a las pruebas experimentales como después de aquéllas y siempre bajo
las indicaciones que reciban de los médicos, supervisoras o enfermeras que las
sustituyan en sus ausencias”. De todo ello se deducen las siguientes funciones:

1. Distribución de los animales:


– Deben disponerse a las distintas especies animales de la forma más ade-
cuada posible para su bienestar, con suficiente espacio y condiciones ne-
cesarias.
– No se debe mezclar machos y hembras en caso de que no sea necesaria la
procreación.

102
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– El acceso a los animales debe ser fácil para el buen control de los mismos.
– Se cumplirán las directrices recibidas.

2. Cuidado de los animales:


– Según las características y la situación de los mismos, se les prestarán
todos los cuidados que les sean necesarios.

3. Alimentación:
– Deben alimentar a los animales según especie y edad, de acuerdo con sus
características y necesidades, y de forma equilibrada. Se deben con-
siderar situaciones especiales que requieran ayuno o dieta líquida.
– El alimento será administrado según la composición por cilindros, com-
primidos, gránulos, etc., y se emplearán preparados industriales cuando
se precisen por su calidad nutritiva y sanitaria.
– Los bebederos deben estar siempre abastecidos de agua.

4. Limpieza de habitáculos:
– Lavarán las jaulas, lechos, comederos y bebederos de los animales, con la
frecuencia necesaria para mantener las condiciones de higiene, reque-
ridas para evitar los malos olores y las posibles infecciones.
– Desalojarán los cadáveres por muerte natural u otros motivos, y proce-
derán según el protocolo del hospital a su incineración o enterramiento.
– Limpiarán y esterilizarán, unas tres veces por semana, las bandejas que se
emplean para recoger los excrementos.
– Asearán a los animales que tengan que someterse a alguna prueba.

5. Procreación:
– Existen animales que por sus características, son traídos de forma especí-
fica para determinados casos y no es necesaria su procreación.
– En el caso de animales de fácil procreación como ratas y conejos, man-
tendrán el número de ejemplares necesarios para el experimento. No en
exceso, pues supondría más trabajo y mayores gastos.

6. Traslado de los animales de unas dependencias a otras.

103
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

7. Colaboración en el experimento.
– Hay casos en los que se requiere la presencia del Celador para:
▷ Sujetar al animal por sus dimensiones.
▷ Rasurar zonas concretas.

8. Captura y recuperación de animales que escapan de las


jaulas por descuidos o puertas abiertas.

5. El celador en mortuorios y en las


salas de autopsias

5.1. Conceptos generales


El trabajo a realizar en el área del tanatorio por parte del celador conlleva
una serie de situaciones que precisan del conocimiento de algunos conceptos:
– Éxitus: palabra que proviene del latín y que significa muerte. Se utilizan
también como sinónimo defunción, deceso u óbito.
– Tanatorio, mortuorio: es una institución situada en un edificio separado
del hospital, que presta servicios funerarios.
– Mortaja: se emplea como vestimenta que envuelve al cadáver para en-
terrarlo.
– Tanatopraxia: es toda práctica mortuoria que permite la conservación y
exposición del cadáver con las debidas garantías sanitarias.
– Tanatopsia, autopsia y necropsias post mortem: consiste en la disección y
examen del cuerpo de una persona fallecida, para determina la causa de
la defunción o la presencia de un proceso patológico. Se distinguen dos
tipos de autopsias:
▷ Autopsia clínica: es el examen realizado sobre el cadáver de una per-
sona fallecida a causa de enfermedad y que tiene como objetivo final
la confirmación de las causas de la muerte.
▷ Autopsia médico-forense: es el estudio de un cadáver o restos hu-
manos con el fin de informar a la autoridad judicial de las causas y
circunstancias de su muerte.

104
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Tanatología: se entiende por tal la suma de conocimientos relativos a la


muerte, desde el punto de vista médico-legal especialmente.
– Rigor Mortis o rigidez cadavérica: es el endurecimiento del cuerpo que se
produce de dos a cuatro horas después de la muerte.
– Cadáver: todo cuerpo humano durante los cinco primeros años siguien-tes
a la muerte real. Esta se computará desde la fecha y hora que figure en
la inscripción de defunción en el Registro Civil.
– Restos cadavéricos: todo lo que queda del cuerpo humano terminados los
fenómenos de destrucción de la materia orgánica, una vez transcurri-dos
los cinco años siguientes a la muerte real.
– Restos humanos: partes del cuerpo humano de entidad suficiente pro-
cedentes de abortos, mutilaciones, operaciones quirúrgicas o autopsias.
Para su inhumación o cremación sólo se necesita el certificado
facultativo en que se acredite la causa y procedencia de tales restos.
Cuando el mé-dico que lo extienda deduzca la existencia de posibles
riesgos de contagio lo pondrá inmediatamente en conocimiento de
Sanidad, que adoptará las medidas oportunas.
– Cuidados postmortem: conjunto de atenciones que se presta a la persona
fallecida para su posterior traslado al mortuorio.
– Livideces cadavéricas: como consecuencia del cese de la circulación san-
guínea, los hematíes comienzan a romperse liberando hemoglobina y
decolorando los tejidos. A esta decoloración se la conoce con el nombre
de livor mortis.
– Algor mortis: es el enfriamiento del cuerpo después del fallecimiento; se
realiza en condiciones normales a razón de un grado por hora. También
denominado frío de la muerte.
– Putrefacción: es la descomposición de la materia orgánica muerta por la
acción de las bacterias.
– Tanatoplastia: método de adecuación de cadáveres por medio de técni-cas
de reconstrucción.
– Tanatoestética: conjunto de técnicas de cosmética y modelado que per-
miten mejorar la apariencia externa del cadáver.
– Crematorio: establecimiento funerario habilitado para la incineración de
cadáveres y restos humanos o cadavéricos.
– Incineración o cremación: reducción a cenizas del cadáver, restos cadavé-
ricos o restos humanos por medio del calor.

105
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

La regulación de toda clase de prácticas sanitarias sobre cadáveres y restos


cadavéricos se regula en España al amparo del Decreto 2263/1974, de 20 de julio,
Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria y de la Legislación Autonómica que
regula la Policía Sanitaria Mortuoria correspondiente a cada región.

5.2. Actuaciones en las salas de


autopsias y tanatorios
La autopsia o necropsia es la intervención que se realiza en un cadáver para
examinar sus órganos con el objetivo de averiguar las causas de la muerte.
El trabajo del Celador en la sala de autopsias conlleva una serie de actua-
ciones y trabajos con diferente instrumentación cortante, lo que hace que sea
necesario el conocimiento preciso de las medidas profilácticas a llevar a cabo.

Mesa de autopsias
La autopsia la realizará el personal médico especializado y consiste en la
apertura del cráneo, tórax, abdomen y raquis del cadáver. La actuación del cela-
dor en las autopsias consistirá en:
– Conducir el cadáver desde las cámaras frigoríficas hasta la mesa de au-
topsia, desmortajándolo si fuera necesario.
– Colocar el cadáver en la mesa donde se haya de practicar la autopsia.
– Colaborar con el personal sanitario en todo aquello que no requiera la
utilización de instrumental sobre el cadáver.

106
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Asear el cadáver.
– Amortajar y colocar el cadáver en el mortuorio, cuidando del aspecto
externo del difunto.
– Limpiar la mesa y la sala de autopsia.
– Entregar las muestras orgánicas o de otro material en los servicios corres-
pondientes.

Equipo
Guantes
Se recomienda el uso de guantes de látex y desechables. Éstos son la protec-
ción de barrera más importante en este servicio. La mesa de autopsias requiere,
dado los procedimientos que allí se llevan a cabo, una limpieza exhaustiva. La
utilización de guantes durante la limpieza aumenta la protección del personal
frente a accidentes de riesgo biológico o físico (cortes, pinchazos, etc.). Los
guan-tes se deben usar, siempre que:
– Se vaya a tocar directamente sangre y fluidos corporales, así como en el
manejo o limpieza de los instrumentos.
– Se retiren del cuerpo catéteres, sondas, etc., es decir, cualquier objeto
utilizado en procedimientos invasivos.
– Cuando el celador tenga heridas o cortes en las manos, ya que constitui-
rían una puerta de entrada de gérmenes.
– Si durante el trabajo los guantes se deterioran o se rompen, el celador se
debe lavar inmediatamente las manos y se colocará otro par de guantes.

Batas
Las batas que se suelen usar son desechables, de un solo uso. Con la correc-
ta colocación de las batas se impide que las salpicaduras de sangre alcancen al
tronco o extremidades. Las batas actuales son perfectamente impermeables por
lo que la seguridad es mucho mayor.

Mascarillas y gafas
Las mascarillas y las gafas, al igual que las batas, se utilizan para prevenir
las salpicaduras de los fluidos corporales. Así mismo existen enfermedades que
se transmiten por las vías respiratorias (tuberculosis, etc.). Ante estas
situaciones se recomienda el uso de mascarillas de alta resolución.

107
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Recomendaciones
En el uso de utensilios cortantes, sobre estructuras duras, son necesarias las
batas, mascarillas y gafas, para evitar salpicaduras y el posterior contagio. El
procedimiento del lavado ordinario de manos es uno de los pilares básicos para
evitar la contaminación a través de microorganismos. Los pasos a seguir ante
una exposición accidental con fluidos corporales:
Aunque se utilicen perfectamente los medios de protección pueden existir
situaciones en las cuales exista una exposición accidental con sangre u otros
líquidos corporales. En estos casos la manera de proceder es:
– En caso de pinchazo o cortes:
▷ Retirar el objeto punzante.
▷ Limpiar la herida con abundante agua y dejar que la sangre fluya
durante 2 o 3 minutos.
▷ Utilizar algún antiséptico y cubrir con un apósito.
▷ Comunicación del incidente.
▷ Si la piel no ha sufrido ninguna lesión o herida en la solución de con-
tinuidad, se procederá al lavado de manos con agua y jabón. Si la
sangre entra en contacto con las mucosas se lavará inmediatamente
con agua.
– El instrumental, siempre que se pueda, será desechable y, en caso de que
no lo sea, se procederá de la siguiente forma:
▷ Utilizar guantes para su limpieza.
▷ El material se lavará previamente antes de enviarlo al departamento
de esterilización.
▷ Aclarar con abundante agua corriente. ▷
Envío al departamento de esterilización.

5.3. Actuación del celador en relación


con los pacientes fallecidos
La muerte es el cese total y definitivo de todas las funciones vitales del
orga-nismo humano. En los documentos oficiales y partes de defunción es
frecuente el término "éxitus" para referirse al momento del fallecimiento. No
obstante, tam-bién recibe el nombre de defunción, deceso u óbito.

108
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

La valoración y certificación de la muerte es competencia del personal sani-


tario, no obstante, se pueden considerar algunos de los signos que manifiestan
que el paciente ha fallecido:

– Signos precoces: ausencia de movimientos respiratorios en la ausculta-


ción, no hay movimiento del tórax ni del abdomen, no se ausculta el
latido cardíaco, desaparece el pulso, pérdida de sensibilidad cutánea y
ausencia de tono muscular.
– Signos tardíos: enfriamiento del cadáver, rigidez cadavérica, aparición de
livideces y putrefacción cadavérica.
La actuación de los celadores en relación con los pacientes fallecidos se cen-
trará en ayudar a las enfermeras o personas encargadas de amortajar a los en-fermos
fallecidos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mortuorio.

La situación que se produce entre los familiares cuando el paciente agoniza,


y especialmente en el momento del óbito es muy particular, por lo tanto, es ne-
cesario prestar especial atención a dichas personas. En dicho momento se debe
tranquilizar a la familia, pedirles serenidad y, con amabilidad, que se retiren a
otras dependencias.

Amortajamiento y traslado del cadáver al tanatorio


El Celador se encargará del amortajamiento y traslado del cadáver al tana-
torio. El amortajamiento del cadáver consiste en la preparación del mismo para
que sus familiares lo puedan velar en condiciones óptimas, antes de proceder a
su inhumación.

109
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Consiste en proporcionar cuidados técnicos a la persona después del fa-


llecimiento (cuidados post-mortem). El amortajamiento deberá realizarse en la
mayor intimidad posible y en el menor plazo, para evitar que aparezca el rigor
cadavérico y, posteriormente, el cadáver pueda ser trasladado al tanatorio. El
amortajamiento consiste básicamente en:
– Verificar y confirmar el éxitus en el parte médico. Se deberá colaborar con
la enfermera responsable durante todo el proceso.
– Lavado de las manos y colocarse guantes de un solo uso.
– Solicitar a la familia que abandone la habitación mientras realizamos el amor-
tajamiento, ayudarles en todo lo necesario en esos difíciles momentos.
– Trasladar al paciente que comparte la habitación con el fallecido a otra
habitación o, en su defecto, aislarlo mediante un biombo o cortina.
– Desconectar y retirar los dispositivos, sondas y catéteres que tuviera el
cadáver.
– Retirar los objetos personales del cuerpo.
– Realizar la higiene completa del cadáver.
– Taponar los orificios naturales, por donde es frecuente que el cadáver
pierda sangre o secreciones, mediante algodones o gasas.
– Cerrar los ojos y la boca del cadáver y, si no fuera posible, anudar una
venda desde el mentón a la cabeza.
– Sujetar los tobillos con una venda.
– Colocar el cadáver encima de una sábana grande y disponer sus brazos
alrededor del cuerpo.
– Doblar la sábana de forma que cubra todo el cadáver e identificarlo con
una etiqueta colocada en un lugar bien visible.
– Cubrir el cuerpo totalmente con otra sábana y pasarlo a una camilla para
su traslado al mortuorio.
– Antes del traslado por los Celadores, asegurarse de que las puertas de las
demás habitaciones están cerradas y de que no circulan pacientes por los
pasillos.

Traslado del fallecido al mortuorio


El traslado al mortuorio deberá realizarse, una vez recibido el parte de tras-lado
correspondiente, por lugares poco frecuentados (hasta que no lo indiquen no se
puede trasladar) y de una forma discreta frente al resto de los enfermos o familiares
que los visitan. Si al cadáver se le debiera realizar previamente una au-

110
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

topsia, deberá ser conducido por el celador hasta la sala correspondiente, donde
será depositado en una cámara frigorífica.
El Estatuto de Personal no Sanitario establece con respecto a las funciones
del Jefe de Personal Subalterno: "Es misión suya informar a los familiares de
los pacientes fallecidos en la Institución, sobre los trámites precisos para llevar
a cabo los enterramientos, y si es necesario los pondrán en contacto con la
oficina administrativa correspondiente para completar dicha información”
El traslado del cadáver al mortuorio corre a cargo del celador acompañado de
otro celador, concretamente del celador del servicio donde se ha producido el
deceso. El traslado del cadáver se hará en camilla cubierta o la camilla debe
protegerse con una sábana y el cuerpo debe cubrirse con otra, que lo cubrirá por
completo y se trasladará desde el servicio en el que se produjo el "exitus" (falleci-
miento) hasta el depósito. Nunca irán acompañados de los familiares del difunto.
Antes de salir de la habitación con la camilla se debe asegurar de que el pa-
sillo se encuentre despejado de enfermos y visitantes. En caso contrario se les
invitará a entrar en sus habitaciones y luego se saldrá con la camilla.
Se bajará con discreción al mortuorio depositándolo en la cámara
frigorífica, (de manera que la cabeza del enfermo quede a la puerta de la
cámara, por si hubiese que reconocer el cadáver) dejando en la puerta una
etiqueta con los da-tos del cadáver para su posterior, identificación. El
mortuorio, debe permanecer en las mejores condiciones de higiene y limpieza
después de la colocación del cadáver en la cámara.
Si al cadáver debiera realizársele previamente una autopsia o "necropsia", de-berá
ser conducido igualmente por el celador hasta la cámara frigorífica libre corres-
pondiente, salvo que se le esté esperando para realizar la misma, algo improbable.
Hay que recordar que el cuerpo del difunto pertenece por ley a su familia, salvo que
éste haya dispuesto de forma explícita y por escrito otra disposición (instrucciones
previas) o bien que la familia lo done con fines científicos o humanitarios.

6. Otras funciones del celador


6.1. Higiene del paciente
1. Conceptos generales

A) Limpieza
El procedimiento denominado limpieza, es el paso previo a la desinfección
y a la esterilización.

111
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Busca la destrucción de todo resto de materia orgánica y de los gérmenes


patógenos que puedan contener utilizando medios físicos. En general, se
precisa: enjuagar con agua fría, sumergir el material en agua con desinfectante,
los ins-trumentos se frotarán con cepillo y detergente, desmontando aquellas
piezas que puedan serlo, secando todo con cuidado y finalmente empaquetarlo
de manera adecuada. Siempre ha de realizarse utilizando guantes.
Hay dos tipos de material a limpiar: el utilizado por el paciente y el material
clínico:
– Con respecto al utilizado por el paciente se encuentra la ropa de cama y la
operatoria; esta ropa sucia se clasificará según la posibilidad de con-
tagio o el grado de suciedad, colocándola en bolsas de distintos colores,
que indicarán la urgencia del lavado, la necesidad de desinfección, de
esterilización o de un lavado normal.
– Con respecto al material clínico, se encuentran útiles de vidrio, de caucho
y el instrumental clínico. Este último es cuidado y limpiado por el
auxiliar de enfermería, aunque el celador debe ayudar en esta labor
cuando le sea solicitado.

B) Desinfección
Consiste en suprimir los microorganismos patógenos existentes en la habita-
ción del enfermo, ropa, manos, piel, etc. No elimina todos los microorganismos
ni sus formas de resistencia (esporas). Es un procedimiento de antisepsia. Para
conseguir la desinfección hay que:
– Hacer un cepillado y lavado, con agua y jabón, del objeto que se quiere
desinfectar.
– Utilizar sustancias químicas con acción desinfectante o antiséptica.
Se llaman desinfectantes a los productos químicos usados para la desinfec-
ción de objetos y materiales clínicos. Son de uso frecuente la lejía (hipoclorito
sódico), jabón, formol, etc. Es un buen desinfectante es aquel que no es tóxico
ni corrosivo, es de bajo costo, olor agradable y se puede usar diluido en agua o
alcohol. Los desinfectantes son bactericidas, es decir, capaces de matar los mi-
croorganismos.
Se llaman antisépticos aquellos productos químicos utilizados para la desin-
fección de piel, heridas y cavidades del organismo. Son de uso frecuente la tintu-ra
de yodo, clorhexidina, alcohol yodado, mercurocromo (retirado para uso hu-mano),
etc. Su característica principal es que impiden o retardan el crecimiento los
microorganismos. Pueden ser bactericidas (matan) o bacteriostáticos (inhiben el
crecimiento) de las bacterias. Un material desinfectado no está esterilizado; la

112
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

desinfección no elimina a todos los microorganismos y sus formas de


resistencia (esporas). Pero un material que ha sido sometido a la esterilización
está por ende desinfectado, puesto que se ha eliminado cualquier forma de vida
o resistencia de bacterias, virus, etc.
Hay que tener en cuenta que:
– Cualquier microorganismo que contacte con tejidos humanos, que son
normalmente estériles, puede producir infección; por esta causa es im-
prescindible que todos los objetos que puedan contactar con los tejidos
estériles sean a su vez previamente esterilizados.
– Existen tejidos humanos que no requieren que los objetos que entren en
contacto con ellos estén esterilizados, pero sí que hayan pasado por una
desinfección de alto nivel; un ejemplo de este tipo de tejidos son las
membranas mucosas.
– Una de las barreras más efectivas para evitar el contacto de los microor-
ganismos con tejidos estériles es la piel intacta; de este modo no es
nece-sario que los objetos que entren en contacto con la piel sean
esterilizados o desinfectados a alto nivel.
– Antes de proceder a la esterilización o a la desinfección de un objeto hay
que limpiarlo, para evitar que tenga acumulada sangre seca, pus, etc., y
dificulte el paso del calor, el gas, etc., impidiendo así una total desinfec-
ción o esterilización.
– Una vez que es dado de alta se aplica una desinfección final a toda la
unidad del paciente.

C) Asepsia
Es un método cuyo objetivo es eliminar los microorganismos o gérmenes,
tanto en superficie como en profundidad. Es un método preventivo que emplea
agentes físicos para conseguir que los medios operatorios no presenten gérme-
nes. El procedimiento utilizado para ello se denomina esterilización.
La esterilización de los guantes, los instrumentos quirúrgicos y los campos
operatorios garantiza que los medios quirúrgicos se encuentren sin gérmenes.
Con la esterilización se busca eliminar bacterias, virus y sus esporas a través del
calor seco, el calor húmedo, las radiaciones ionizantes y por agentes químicos.
La esterilización por calor húmedo, requiere de un autoclave, que es un apa-
rato a través del cual, durante un tiempo determinado, el material es someti-do a
vapor de agua a presión y elevadas temperaturas. Los materiales que se
esterilizan según este método son: gomas, cintas, gasas, ropa, vendas y acero
inoxidable.

113
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

La esterilización por calor seco, se esteriliza utilizando una estufa Poupinel,


en ella el material es expuesto por un largo periodo de tiempo al aire caliente. A
través de este método, se esterilizan objetos de vidrio, acero, etc.

La esterilización por procedimientos químicos requiere la utilización de óxido


de etileno, que es un gas incoloro, tóxico e inflamable cuando entra en contacto con
el aire. Aquí, los materiales introducidos en una cámara, son sometidos a una
determinada concentración de este gas, a una temperatura de 60° C, con una
humedad entre el 30 y el 50% y por un tiempo que oscila entre las 3 y las 6 horas.
Por este sistema se esterilizan plásticos, teflón y material de precisión, etc.
La esterilización por radiaciones ionizantes requiere la utilización de rayos
cargados de energía que destruyen o lesionan a los microorganismos. Su utiliza-
ción no está muy extendida ya que resulta costosa, el personal que maneja estos
aparatos requiere de una alta capacitación y deben estar protegidos especialmen-
te y, en algunos casos, como en el de los rayos ultravioleta, no llegan a toda la
superficie de manera uniforme.

D) Antisepsia
Consiste en utilizar productos químicos para intentar destruir los microorganis-
mos contaminantes en seres vivos. En la práctica, la antisepsia consiste en el uso de
desinfectantes. No se consigue la esterilización. Es sinónimo de desinfección.

2. Higiene del paciente


Para la realización de esta función es necesario que el celador conozca los
tipos de aseo y la forma de realizarlo. Se recomienda que el cuarto de baño dis-

114
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

ponga sistemas de agarre para aumentar la seguridad. El celador debe conocer


estos procedimientos y colaborará en todo momento con el personal de
enferme-ría en la realización de la higiene del paciente.
La higiene de los pacientes puede realizarse en ducha, bañera o en la cama.
Veamos a continuación la actuación del celador en estos procedimientos:

A) Aseo en ducha
Se realiza a los pacientes que pueden levantarse o aquellos que tienen
alguna indicación específica. Normalmente el paciente sólo necesita una ayuda
mínima, para ello se dispondrá del equipo necesario (dos toallas, pijama o
camisón, bata, zapatillas, jabón o gel, peine, pasta de dientes y bolsa para la
ropa sucia) y se procederá de la siguiente forma:
Se explicará al paciente lo que va a realizar.
– Se preparará el equipo necesario para realizarlo, poniéndolo todo a su
alcance.
– Se le acompañará, si fuera necesario, hasta el cuarto de aseo para co-
menzar la ducha.
– Se procederá a la recogida de todo lo usado y se acompañará al paciente a
la cama, cuando la higiene ha concluido.

B) Aseo en bañera
Se realizará con aquellos pacientes que pueden levantarse, pero que, por de-
terminadas circunstancias no pudieran ducharse. Se prepara el equipo necesario
para poder realizarlo y se procederá de la siguiente forma:
– Se llenará la bañera con agua caliente, comprobando su temperatura con
un termómetro de baño para que tenga la adecuada.
– Se explicará al paciente lo que se va a realizar.
– Colaborará con el paciente en el aseo, en mayor o menor medida, según la
independencia del mismo para poder realizarlo por sí solo, ayudándole a
desnudarse, a entrar en la bañera, etc.
– Atenderá al paciente mientras se baña y le ayudará a secarse, vestirse e
instalarse de nuevo en su cama.
– Se procederá a la recogida de todo lo usado y se acompañará al paciente a
la cama, cuando la higiene ha concluido.

115
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

C) Baño en la cama completo


Se realiza en aquellos pacientes que, conservando o no la movilidad, deben
permanecer en la cama. Es conveniente que lo lleven a cabo dos personas, para
aumentar la seguridad del paciente y disminuir el tiempo empleado. Se debe
realizar tantas veces como sea necesario pero, como mínimo, una vez al día, por
la mañana, coincidiendo al mismo tiempo con el cambio de sábanas de la cama.

Para hacer el baño en cama, completo, se procede de la siguiente manera:


– El celador debe lavarse las manos previamente.
– Retirar la colcha y la manta de la cama. Tapar al enfermo con una manta
de baño. El aseo se realiza por partes, haciendo enjabonado, enjuague y
secado antes de pasar a la zona siguiente.
– En todos los pasos a seguir se colocará la toalla de forma que proteja la
almohada o la cama.
El orden de lavado es el siguiente:
– Cara, cuello y orejas. Se moja una torunda en el agua, cogiéndola con las
pinzas para limpiar los párpados (una para cada ojo); seguidamente el
pabellón auricular y posteriormente el contorno de la boca y aletas de la
nariz. Finalmente, la cara y cuello, secándolos con otra toalla.
– Brazos y manos. Se coloca una toalla debajo y se lava de arriba hacia
abajo. Meter las manos del paciente en un recipiente con agua caliente,
para facilitar la limpieza y el cortado de las uñas. Se lavan las axilas.
– Tórax. En las mujeres lavar y secar bien el pliegue submamario. Para lim-
piar la zona pectoral hay que tenerla descubierta el menor tiempo
posible o bien hacerlo por debajo de la toalla que la cubre.
– Abdomen. Proceder igual que en todas las partes explicadas.

116
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Extremidades inferiores. Se le coloca el pie en un recipiente con agua


como sucedía con la mano. Primero se lava un miembro siempre de arri-
ba hacia abajo y después se hace lo mismo con el otro. Hay que secar
muy bien los pliegues interdigitales.
– Espalda y nalgas. Colocar al paciente en decúbito lateral con una toalla
extendida a lo largo de la espalda. El lavado se hace también de arriba
hacia abajo.
– Genitales externos. Se le coloca una cuña debajo del periné con las pier-
nas separadas y flexionadas. La higiene de los genitales se hace siempre
en la dirección de genitales a región anal y nunca a la inversa. Se trata
de evitar el arrastre de gérmenes del ano hacia los genitales, sobre todo
en las mujeres. Se hace con agua y un antiséptico no irritante, en lugar
de jabón.
– Después del baño se le cambia el pijama o camisón y a continuación se
cambia la cama.
Pautas generales para la higiene:
– Evitar que en la habitación haya corrientes de aire. La temperatura am-
biental adecuada es de 24° C aproximadamente.
– Temperatura del agua para el baño entre 37-40° C.
– Preparar el material necesario y tenerlo a mano.
– Lavar cada zona del cuerpo una vez.
– Colocar al paciente en la posición más cómoda posible.
– Procurar preservar la intimidad del paciente, manteniéndolo desnudo/a el
menor tiempo posible.
Material necesario para la higiene del paciente:
– Material de protección: Hule, entremetida, manta de baño y biombo si
fuese preciso.

117
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Material para el lavado: dos Toallas, esponjas, palangana con agua ca-
liente (45º C).
– Jabón desinfectante
– Gasas y pinzas de Kocher y de Duval.
– Cuña.
– Tijeras de punta roma para uñas.
– Pasta de dientes, cepillo y seda dental para la boca.
– Champú, peine, cepillo y secador para el pelo.

6.2. Funciones del celador en las ambulancias


El transporte sanitario es una de las Prestaciones complementarias del Sis-
tema Nacional de Salud expresamente reconocido en el Real Decreto 63/1995,
de 20 de enero. Transporte sanitario es el que se realiza para el desplazamiento
de personas enfermas, accidentadas o por otra razón sanitaria en vehículos es-
pecialmente adaptados para esta función. Los servicios de transporte sanitario
pueden prestarse:
a) Con vehículos ambulancias acondicionados para el traslado individual
de enfermos en camilla.
b) Con vehículos ambulancias adaptados para el transporte colectivo de
pacientes no aquejados de enfermedades transmisibles.

1. Clases de ambulancias
Se distinguen las siguientes:

Ambulancias asistidas
Son dispositivos asistenciales móviles destinados a transportar pacientes con
procesos patológicos que, durante su traslado, requieren asistencia sanitaria, en
especial técnicas de reanimación, mantenimiento y control de funciones vitales.
Su dotación, tripulación, medios de telecomunicación y decoración externa y ro-
tulación se deben adecuar a las características técnicas exigidas para este tipo de
vehículos que constituyen la Red de Transporte Sanitario de Alto Riesgo. Son
las llamadas “UVI-Móviles” o ambulancias medicalizadas. Estas ambulancias
prevén la actuación en ruta de personal sanitario cualificado en emergencias y
cuidados críticos.

118
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Ambulancias asistibles
Son unidades móviles destinadas a transportar pacientes en los que, a juicio
de un facultativo, concurre una situación de urgencia que implique riesgo vital,
o daño irreparable para su salud. Sus medios de telecomunicación, decoración
externa y rotulación se han de adecuar a las características técnicas exigidas
para este tipo de vehículos, que constituyen la Red de Transporte Sanitario
Urgente. Son las llamadas ambulancias de Urgencias o medicalizables. Están
equipadas para la asistencia en ruta de personal sanitario auxiliar.

Ambulancias no asistidas
Son las destinadas a trasladar pacientes afectos de procesos que presentan
imposibilidad física que, a juicio del facultativo, le impiden o incapacitan para
desplazarse con sus medios al centro sanitario o a su domicilio, tras recibir la
atención sanitaria correspondiente, por lo que no hay riesgos de desestabiliza-
ción que hagan prever la necesidad sanitaria en ruta. Constituyen la Red de
Transporte Sanitario Programado. Son las llamadas ambulancias de traslado o
no asistenciales.

2. Funciones del celador en ambulancias


En el antiguo Estatuto de Personal no Sanitario se establecía que los celado-
res «tendrán a su cargo el traslado de los enfermos, tanto dentro de la Institución
como en el servicio de ambulancias». Las concretas tareas que debe realizar el
celador en relación con las ambulancias son:
– Trasladar a los pacientes en camilla o carro desde el Centro sanitario hasta
la puerta de acceso de la ambulancia y viceversa.
– Pasar al paciente desde la camilla del hospital a la camilla de la ambulan-
cia. Es una maniobra que debe realizarse simultáneamente entre varios
profesionales y de la siguiente manera: se colocan ambas camillas juntas
y se frenan, se sujeta la sábana sobre la que está el paciente por varios
puntos alrededor del mismo y, todos a la vez elevan la sábana con el
paciente, pasándolo a la otra camilla.
– En sentido inverso, pasar al paciente desde la camilla de la ambulancia
hasta la camilla del hospital.
– Ayudar al paciente a introducirse en la ambulancia, en caso de que éste no
vaya en camilla, sino en carro o por sus propios medios.

119
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Ayudar al conductor o celador-conductor de la ambulancia, en caso de


dificultad de la maniobra de introducción o salida de la camilla en la
am-bulancia. Hoy día las ambulancias tienen incorporados sistemas
automá-ticos de entrada-salida de las camillas con patas plegables y
desplegables automáticas.

– Acompañar al paciente durante el traslado en la ambulancia, si es reque-


rido. El celador irá sentado en el asiento existente al efecto junto al
enfer-mo. Al llegar al destino preparará todo lo necesario para bajarlo.
Como la mayoría de las ambulancias son concertadas, con su propia
tripulación, esta función rara vez se ejerce. Dentro de la ambulancia
ayudará al per-sonal sanitario en las mismas tareas que le corresponde
respecto de los pacientes encamados del hospital; por ejemplo, mover a
los que lo nece-siten: ayudando en el movimiento y traslado de los
enfermos encamados que requieran un trato especial.

6.3. Traslado de documentos, materiales


sanitarios y residuos sanitarios
Como competencia general del celador en referencia al transporte y traslado
de materiales sanitarios se considera la reflejada en el artículo 14.2 del Estatuto
de Personal no Sanitario que establece como una de las primeras funciones de
los celadores: “tramitaran o conducirán sin tardanza las comunicaciones verba-
les, documentos, correspondencia u objetos que les sean confiados por sus su-
periores, así como habrán de trasladar, en su caso, de unos servicios a otros los
aparatos o mobiliario que se requiera”.
Por ello, en relación con esta competencia general, las realizaciones profesiona-
les básicas a desempeñar por el celador serían las que destacamos a continuación:
– RP 1: Ordenar los documentos recibidos en los servicios generales del
centro sanitario, clasificándolos por servicios para identificarlos con
agili-dad y poder trasladarlos al lugar de destino.

120
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– CR 1.1 La documentación, correspondencia y comunicaciones verbales se


reciben por medio de la solicitud de aquellos servicios que lo requieran
para trasladarla posteriormente al destino fijado.
– CR 1.2 Las comunicaciones verbales y la documentación se trasladan, con
la mayor brevedad posible, a sus puntos de destino para la utilización
por parte del personal que lo requiera.
– CR 1.3 Los impresos, la documentación y la correspondencia se cla-
sifican de acuerdo a las normas internas establecidas, para distribuirlas
posteriormente a los departamentos.
– CR 1.4 Los datos de los impresos y documentos se comprueban, verifi-
cando la concordancia y cumplimentación de los mismos para trasladar-
los a su destino.
– CR 1.5 La documentación y correspondencia se distribuye teniendo en
cuenta el circuito de tramitación establecido para que llegue a su desti-
natario.
– CR 1.6 Los archivadores se ordenan con la documentación o correspon-
dencia de cada servicio para su posterior distribución.
– CR 1.7 Los impresos y documentación, se fotocopian y encuadernan
utilizando las máquinas existentes a tal fin, para tener cubiertas las nece-
sidades del centro sanitario.
– RP 2: Trasladar el material y los equipos sanitarios y no sanitarios bajo la
supervisión del responsable de los mismos, trasladándolos y colocándo-
los en su lugar de destino para garantizar su disponibilidad.
– CR 2.1 El medio utilizado para el transporte se identifica, en función del
material sanitario y no sanitario a trasladar, para asegurar su desplaza-
miento con seguridad, atendiendo a la normativa de riesgos laborales.
– CR 2.2 Los aparatos sanitarios, maquinaria y ayudas técnicas, se tras-
ladan teniendo en cuenta sus características, para colocarlos en su lugar
de destino y evitar situaciones de riesgo, atendiendo a la normativa de
riesgos laborales.
– CR 2.3 Los preparados, sueros y unidosis se trasladan en los carros des-
tinados a tal fin, a cada una de los servicios o plantas, para ser utilizados
por el servicio que lo solicite.
– CR 2.4 El material de almacén y farmacia se recuenta almacena y dis-
tribuye en colaboración con el personal destinado en dichos servicios,
según la organización de los mismos para su posterior entrega al
servicio que lo solicite y para comprobar el stock.

121
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– CR 2.5 Los pedidos se distribuyen según la solicitud y demanda realiza-


das por los supervisores/as de los servicios, por medio de vales de
pedido para entregarlos en su destino.
– CR 2.6 La lencería se traslada en los carros destinados a tal fin para
depositarlos en el lugar correspondiente.
– CR 2.7 Las anomalías o deficiencias observadas en la dotación del ser-
vicio encomendado, se pone en conocimiento del responsable de la uni-
dad para su reparación, mediante los protocolos establecidos.

1. Traslado de documentos
Un documento es el testimonio material de un hecho o acto realizado en el
ejercicio de sus funciones por instituciones o personas físicas, jurídicas,
públicas o privadas, registrado en una unidad de información en cualquier tipo
de soporte (papel, cintas, discos magnéticos, películas, fotografías, etcétera) en
lenguaje na-tural o convencional. Es el testimonio de una actividad del hombre
fijado en un soporte. Un documento es un escrito que contiene información.
Tradicionalmente, el medio de un documento era el papel y la información
era ingresada a mano, utilizando tinta (esto es lo que se denomina hacer un
documento manuscrito) o por un proceso mecánico (mediante una máquina de
escribir, o utilizando una impresora). Desde el punto de vista de la informática,
es un archivo, pero con determinados atributos ya que contiene datos textuales o
gráficos creados por el usuario con un ordenador mediante un programa.
Por tanto, se considera documento, todo objeto material que porte, registre o
fije, en sí, información, es decir, el conjunto formado por el contenedor con su
contenido; con el objetivo de conservar y transmitir dicha información en el
dominio del espacio y del tiempo a fin de ser utilizada como instrumento
jurídico o probativo, testimonio histórico, etc.; así como también se considera
documento a toda fuente de información registrada sobre cualquier soporte, sea
un disco compacto (CD), un DVD, papel, papiro o incluso una piedra o trozo de
madera. Son documentos de traslado ordinario por los celadores:
– Hojas de interconsulta.
– Pedidos a Almacén General, Almacén de Fungibles, Farmacia, Lencería.
– Partes de Mantenimiento.
– Historias Clínicas.
– Peticiones y resultados de analíticas y pruebas diagnósticas (radiografías,
ecografías, urografías, arteriografías, etc.).
– Peticiones de ambulancias.

122
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Partes de quirófano.
– Petición de exploración en otros Centros e Instituciones.
– Peticiones de citas.
– Ordenes de hospitalización.
– Se recogen a continuación algunas de las tareas más frecuentes de los
celadores relativas a esta función de traslado de documentación:
– Reparto de correspondencia dentro del Centro.
– Entrega de avisos verbales y escritos a los compañeros, superiores o pú-
blico.
– Tramitar los pedidos de almacén, recogiendo el material cuando esté dis-
puesto, y traslado del mismo a la Unidad correspondiente.
– Traslado de Historias Clínicas entre el Archivo y la Unidades del
Hospital: consultas, Servicios diagnósticos, Plantas de Hospitalización.
– Traslado de portafirmas desde las Unidades administrativas a asistencia-
les hasta las Direcciones o Jefaturas correspondientes para que los escri-
tos sean firmados y/o registrados, en su caso, y posterior devolución a
las Unidades.

2. Traslado de materiales sanitarios


Se consideran materiales, todos los de uso común en las Instituciones sanita-
rias: cajas, carros, envases, medicamentos, tubos y muestras y enseres en general,
así como aparatos electrodomésticos, muebles, proyectores, fotocopiadoras, etc. En
caso de haber peones en la plantilla del Hospital (categoría creada por el Real
Decreto Ley 3/1987, de 11 de septiembre), habrá que delimitar las funciones entre
estos y los celadores en esta función de traslado de aparatos y mobiliario.
Se recogen a continuación algunas de las tareas más frecuentes de los cela-
dores relativas a esta función de traslado de objetos:
Reposición de colchones, trasladando los viejos al Almacén y recogiendo de
allí mismo los nuevos
Reposición de determinado material de Lencería, haciendo lo mismo que
con los colchones (almohadas, fundas de colchón).
Los celadores adscritos a Servicios de Almacén se encargaran del traslado
del material dentro del mismo.
El celador de quirófanos transportara los aparatos del área quirúrgica que le
requiera el personal sanitario.

123
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

3. Traslado de residuos sanitarios


Como consecuencia de la gestión inadecuada de los residuos que durante
mucho tiempo se ha estado llevando a cabo, hoy en día existe gran preocupación
por la degradación del medioambiente. Esta preocupación se traduce en un inte-rés
por los problemas de salud derivados de los factores ambientales.
Dentro de los objetivos en materia de salud propuestos por la OMS se en-
cuentran objetivos referidos a la creación de ambientes saludables manifestán-
dose una aspiración a garantizar la protección del medio y, por tanto, la salud
individual y de la población.
Los residuos en general, incluyendo los que se crean tras una atención sanita-
ria, han ido aumentando considerablemente. Se estima que los residuos que ge-
neran los hospitales españoles están entre 2-5 Kg por cama y día. Este aumento se
debe en gran medida a la masiva utilización de materiales desechables.
El riesgo potencial para la salud derivado de una mala gestión de los
residuos, así como una insuficiente legislación, han manifestado la necesidad de
establecer una normativa que permita gestionar los residuos generados,
adaptándose a las disposiciones comunitarias.

4. Clasificación de los residuos

sanitarios Grupo I.
Son aquellos que no presentan un riesgo ni actual ni potencial para la salud,
pudiendo ser asimilables a los urbanos no específicos. Se incluyen todos los
resi-duos generados en las actividades de comedores, jardinería, material de
oficina y aquellos desechos procedentes de pacientes no infecciosos.

Grupo II.
Residuos sanitarios no específicos que necesitan un control en el propio cen-tro
donde se hayan generado. Se trata de materiales de curas, vendas, yesos, material
desechable de un solo uso y ropas de pacientes no infecciosos. La mani-pulación de
estos residuos representa un riesgo sólo en el interior de los centros.

Grupo III.
Son aquellos residuos sanitarios específicos o de riesgo, y que van a presentar
un riesgo para la salud laboral y pública. Se adoptan unas medidas de preven-

124
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

ción en su manipulación, recogida, almacenamiento, transporte, tratamiento y


eliminación posterior. Se incluyen los siguientes residuos:
– Sangre y hemoderivados en forma líquida.
– Agujas, bisturíes y todo el material cortante.
– Vacunas vivas o atenuadas.
– Residuos infecciosos que proceden de pacientes con enfermedades de
declaración obligatoria.

Grupo IV.
Precisan de un tratamiento especial, higiénico y medioambiental, en su ma-
nipulación, recogida, almacenamiento y transporte, ya sea en el centro donde se
generan o fuera del mismo, a la vez que se recogen en una normativa específica
para su tratamiento y eliminación. Se incluyen aquí:
– Residuos citostáticos.
– Residuos anatómicos. Medicamentos caducados.
– Aceites minerales y sintéticos.
– Residuos con contenidos en metales.
– Residuos radiactivos.

5. Transporte
Para llevar a cabo el transporte de los residuos generados es necesaria una
correcta clasificación tras su recogida.
En los casos de los grupos II y III, éstos serán recogidos en bolsas de
plásticos con unas características especiales:
– Capacidad inferior a 100 litros.
– De una galga o calibre de 300 para el Grupo II.
– De un calibre mayor de 400 para el grupo III o bien 2 bolsas de 300.
Además, las bolsas o recipientes deben estar homologados para sus diferen-
tes usos cumpliendo los siguientes requisitos:
– Hermetismo total.
– En recipientes opacos.
– Fabricados con materiales resistentes, rígidos e impermeables.

125
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Cerradura y de difícil apertura de forma accidental. Asepsia total en el


exterior.
– Con un volumen que no sobrepase los 70 litros.

Es precisa la identificación del contenedor o recipiente de acuerdo con el


tipo de residuo que contenga. Para los del grupo III se rotulará con la expresión
“RESIDUOS DE RIESGO” y para los del grupo IV “MATERIAL
CONTAMINADO QUÍMICAMENTE” indicando también el tipo de residuo
que contiene de forma específica. Con los residuos de los grupos I y II, no es
necesaria la rotulación exterior del recipiente.
Los residuos procedentes de las diferentes zonas y unidades se trasladarán a
un almacén habilitado para el depósito de forma temporal de los mismos (no
más de 1 semana).

6. Eliminación de los residuos


Los residuos que pertenezcan a los grupos I y II serán tratados y eliminados
como residuos urbanos en vertederos controlados. Los del grupo III se podrán
tratar mediante 2 procedimientos diferentes:
a) Mediante la incineración en las instalaciones que cumplan los siguientes
requisitos:
▷ Temperatura de combustión de 900-1100 ºC.
▷ Alimentación automática o semiautomática. ▷
Funcionamiento continuado.
▷ Sistema de purificación de los gases de la combustión.
▷ Recuperación del calor.

126
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

b) Mediante la esterilización por vapor caliente a presión, en el autoclave,


lo que permite su eliminación posterior como residuo urbano.
La eliminación de los residuos del grupo IV se acoge a normativas
específicas según el tipo de residuo. Por ejemplo, los citostáticos se incinerarán
hasta garan-tizar su total destrucción.

6.4. Vigilancia y control de centros sanitarios


1. Funciones de vigilancia de centros sanitarios
Una de las funciones de los celadores es la vigilancia tanto de las entradas
de la Institución, como el acceso y estancias de los familiares y visitas de los
pacientes, así como el comportamiento de los enfermos y visitantes dentro de la
Institución.
El celador encargado del control recibirá con prontitud y cortesía a los visi-
tantes que accedan a la Institución dispuesto a atender y contestar las preguntas
que puedan formularle y estén dentro de su competencia. Informará de las con-
sultas externas, indicando lugar, día y hora de las mismas. Controlará así mismo
la entrada de toda persona prohibiendo el paso a toda aquella que no vaya
provista del correspondiente justificante.
El celador podrá también desempeñar la misión de vigilancia nocturna in-
terior y exterior del edificio, cuidando que las puertas de los servicios comple-
mentarios queden bien cerradas, el control de las luces, tanto interiores como
exteriores y dar parte a sus superiores de cualquier anomalía que observe.
En cuanto a las funciones sobre control de entrada y salida de personas aje-
nas a las dependencias, tales como trabajadores de reparto de objetos adquiri-
dos, mensajeros, etc., o de usuarios o administrados que vengan a efectuar ges-
tiones administrativas, procederá a controlar la identificación de dichas
personas. La labor de vigilancia conlleva también el control sobre la apertura y
cierre de los accesos a la misma, su iluminación, etc.
Tomarán también las medidas necesarias en aras a la seguridad de los edifi-
cios, locales o espacios confiados, anotando y dando cuenta a sus superiores de
las anomalías e incidencias que observen.
El celador, con la necesaria prudencia y buen criterio, deberá comprobar si
las personas que están en el interior de los locales han sido debidamente autori-
zadas para ello, no permitiendo la presencia de quienes no lo estén.
Así mismo prohibirá la entrada a toda persona que presente muestras de
suciedad, cause alborotos, vaya ebria o drogada.

127
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Tampoco permitirá la entrada de personas que lleven comida o bebida, obli-


gándoles a dejar ésta en la entrada para su posterior entrega a la salida de la
Institución.
El celador vigilará la salida de los enfermos, quienes deberán acreditar el
alta o autorización para abandonar la Institución.
Como se deduce de lo anteriormente expuesto, es esta una función extre-
madamente delicada en donde se ponen en juego los “valores humanos” de la
persona del celador, ya que debe informar, permitir o prohibir accesos, vigilar,
inspeccionar, impedir comportamientos o acciones, etc., y a veces pueden pa-
recer contradictorios con los derechos de los usuarios de los Servicios de Salud.

2. Funciones de control de acceso


Las labores de acogida y asistencia a los usuarios pueden llevar aparejada la
función de control acceso (entrada y salida). El ejercicio de esta función supone
una filtración de los contactos a mantener, orientando y registrando los mismos
y sus posteriores salidas, con objeto de controlar y regular adecuadamente el
acceso a los locales de las personas externas al centro. El personal encargado
del control recibirá con prontitud y cortesía a los visitantes que acceden a los
locales de recepción del centro, utilizando, cuando fuere necesario (y su puesto
de trabajo exija un perfil lingüístico del otro idioma oficial) el idioma requerido.
En cuanto a las funciones anteriormente descritas sobre control de entrada y sa-
lida de personas ajenas al centro, tales como trabajadores de reparto de objetos
adquiridos, mensajeros..., o de usuarios o administrados que vengan a efectuar
gestiones administrativas, se seguirán los siguientes trámites:
– Requerirán la identificación de la persona mediante la exhibición del DNI,
cuya numeración se apuntará en un libro de registro habilitado al efecto
con sus hojas debidamente numeradas y selladas. En dicho libro se
consignarán los datos personales (nombre y apellidos) y dependencia a
la que se dirige entregándole una tarjeta identificativa.
– Solicitarán la identificación, procedencia o destino de los objetos o mue-
bles (máquinas de escribir, ordenadores, etc.), que pretendan
introducirse o sacarse del centro sanitario.
– En caso de que existiera aparato de detección (Escáner) se utilizará para
cerciorarse sobre la ausencia de objetos o armas peligrosas. Significar
que dichas tareas de vigilancia se extienden a las dependencias situadas
en otras plantas superiores a la de acceso al edificio, efectuándose
rondas de comprobación conforme a instrucciones del servicio para
determinar la normalidad de las instalaciones y de sus departamentos.

128
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Estas funciones se podrán efectuar en varios turnos de mañana, tarde y no-


che, y una vez terminados se elaborará una parte de incidencias que se remite al
encargado de turno, a los efectos oportunos. Cuando proceda, el celador contro-
lador podrá expedir el correspondiente pase de visita que facilitará al visitante.
Por último, hay que añadir que este personal controlará visualmente la salida de
las visitas, procediendo cortésmente a su despedida y, en su caso, recogiendo
los correspondientes pases de visita emitidos; según el protocolo del centro.

7. El celador en salud mental

7.1. Generalidades
Con la Ley General de Sanidad en el año 1986 (Ley 14/1986, de 25 de abril)
se produjo la plena equiparación del enfermo mental con los demás pacientes y
usuarios que requieren servicios sanitarios y sociales, sobre la base de la plena
integración de las actuaciones relativas a la Salud Mental en el sistema sanitario
general (art. 20 LGS).

Como consecuencia, en el ámbito de la Salud Mental, las Administraciones


Sanitarias competentes adecuarán su actuación a los siguientes objetivos:
– La atención a los problemas de salud mental de la población se realizará
en el ámbito comunitario, potenciando los recursos asistenciales a nivel
ambulatorio y los sistemas de hospitalización parcial y atención a domi-
cilio, que reduzcan al máximo posible la necesidad de hospitalización.
– Se considerarán de modo especial aquellos problemas referentes a la psi-
quiatría infantil y psicogeriatría.
– La hospitalización de los pacientes por procesos que así lo requieran se
realizará en las unidades psiquiátricas de los hospitales generales.

129
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Se desarrollarán los servicios de rehabilitación y reinserción social nece-


sarios para una adecuada atención integral de los problemas del enfermo
mental, buscando la necesaria coordinación con los servicios sociales.
– Los servicios de salud mental y de atención psiquiátrica del sistema sa-
nitario general cubrirán, asimismo, en coordinación con los servicios so-
ciales, los aspectos de prevención primaria y la atención a los problemas
psicosociales que acompañan a la pérdida de salud en general.
En aplicación de estos objetivos:
1. La Salud Mental se aborda desde la Atención Primaria y de la Atención
Especializada, para ello se han creado múltiples dispositivos en ambos
niveles asistenciales que asisten al enfermo mental en el ámbito extra-
hospitalario.
2. En efecto, la red de Hospitales Psiquiátricos constituía un subsistema sa-
nitario propio y excluido del Sistema de la Seguridad Social hasta la Ley
General de Sanidad. El propósito de la LGS es integrar al enfermo men-
tal en el sistema general de asistencia sanitaria.
3. Se han creado, en los Hospitales Generales, Unidades de Psiquiatría/Sa-
lud Mental de pacientes agudos como una unidad asistencial
especializa-da más del Centro para ingresar a los enfermos mentales
que, finalmente, requieren hospitalización.
En los últimos años la asistencia psiquiátrica ha cambiado en muchos aspec-
tos. Se han creado centros de salud mental, hospital de día, pisos protegidos,
comunidades terapéuticas ... desapareciendo el llamado manicomio, donde se
intentaba encerrar y alejar al enfermo mental de la población sana. Actualmente,
los manicomios han dado paso a las unidades de agudos de los hospitales, don-
de se tratan casos de carácter temporal.

7.2. Recursos asistenciales en salud mental


Los recursos asistenciales en salud mental hacen referencia a todos los
dispo-sitivos integrados en el área de Salud, encaminados a la prevención,
asistencia y rehabilitación de las personas.
La distribución de estos recursos se atiene a determinaciones de tipo epide-
miológico, existiendo un reparto proporcional al censo demográfico. La salud
mental en nuestro país está conformada por:
a) Dispositivos sanitarios.
b) Dispositivos intermedios o rehabilitadores.

130
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

Dispositivos sanitarios

1. Centro de salud mental


La estructura asistencial está sectorizada y dividida en áreas sanitarias que
dependen o de las respectivas Comunidades Autónomas. También existen con-
ciertos entre el Servicio Sanitario Público y otras instituciones de carácter pri-
vado. El objetivo de la red asistencial es la atención psiquiátrica especializada a
pacientes remitidos desde la Atención Primaria o de otros niveles sanitarios, con
seguimiento continuado. Para ello se realizarán consultas de acogida, consultas
de revisión, psicoterapias individuales, de grupo, de pareja, administración de
medicación y otros tratamientos, seguimiento de enfermería, asistencias domi-
ciliarias, etc.

El Centro de Salud mental es la vía de acceso al resto de dispositivos


sociosa-nitarios en este campo de la salud.

Se constituye con un equipo multidisciplinar en el que se incluyen psiquia-


tras, psicólogos, enfermeros, trabajadores sociales, auxiliares de psiquiatría y
ce-ladores, principalmente.

2. Unidad de hospitalización psiquiátrica (unidades de


estancia corta)

Son unidades adecuadas a la hospitalización de pacientes con enfermedades


mentales, localizadas la mayor parte en Hospitales Generales. Están
sectorizadas, y se coordinan con el resto de los recursos de salud mental y
asistencia psiquiá-trica. Se encuentran atendidas por un equipo multidisciplinar.
Trabajan las 24 horas del día, y se dedican a la atención de los siguientes casos:

– Cuando la patología presentada pueda ser una amenaza para el propio


paciente o para los demás.
– Fracaso de tratamientos ambulatorios en otras instituciones.
– Separación del entorno socio familiar, por ser negativo para el paciente o
viceversa, cuando la enfermedad del paciente no puede ser atendida en
condiciones por la familia.
– Evaluación y proceso diagnóstico.
– Desintoxicación.
– Enfermedad física que se agrava con patología psíquica.

131
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

3. Hospital de día
Es una alternativa al ingreso total; se puede definir como una hospitalización
parcial. Se debe realizar una programación individual que comprenda: trata-
mientos, psicoterapia, terapia ocupacional, socioterapia y reeducación.
El horario generalmente es de mañana y media tarde (9 h a 17 h), y se
permanece en el propio domicilio el resto del tiempo. El tratamiento tiene una
duración de uno a seis meses.

Dispositivos intermedios o
rehabilitadores 1. Centro de día
También denominados centros de rehabilitación psicosocial. Trabajan con
pacientes crónicos en situación de dependencia o con medio sociolaboral deses-
tructurado. Su finalidad es la recuperación de habilidades o destrezas para inte-
grarse en la sociedad. Se debe llegar a la autonomía e independencia. Se utilizan
técnicas de psicoterapia individuales, grupales, terapias ocupacionales, etc.

2. Centro de media estancia


También denominados unidades residenciales-rehabilitadoras de media es-
tancia. Pertenecen al nivel terciario y su objetivo es la rehabilitación del
paciente después de haber pasado un ingreso de 6 a 12 meses. Utiliza terapias
de grupo, individuales, terapia ocupacional y formación en actividades y oficio.

3. Centros de larga estancia


También denominados unidades residenciales-rehabilitadoras de larga estan-cia.
Son centros para pacientes sin autonomía, que carecen de recursos socio-fa-
miliares; son pacientes que no pueden seguir ningún tratamiento rehabilitador.

132
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

4. Talleres ocupacionales
Estos centros proporcionan a los pacientes derivados de otros recursos asis-
tenciales, una formación, orientación y adiestramiento en el trabajo de manera
considerada «protegida». Posteriormente estos pacientes pasan a talleres
protegi-dos, donde se le acercará al mundo laboral.
La terapia ocupacional consiste en la utilización terapéutica de las activida-
des de autocuidado, trabajo y ocio, con el fin de incrementar la independencia
funcional de la persona.

5. Pisos protegidos
Se les considera de carácter terciario, y la mayoría de sus pacientes derivan
de otros recursos rehabilitadores. Su finalidad es que consigan llevar una vida
completamente autónoma, en régimen de convivencia de grupo y bajo supervi-
sión de un trabajador social.
Tiene carácter transitorio; sin embargo, en algunos casos en los que no se dis-
pone de recursos laborales, sociales o familiares, puede llegar a ser permanente.
Estos pisos varían en número de ocupantes, grado de autonomía, movilidad
de los integrantes, autonomía económica, sexo, etc.

7.3. La actuación del celador en relación


con el enfermo mental
En una unidad de agudos de salud mental de un hospital, el Celador realiza
las siguientes funciones:
– Cuida del entorno ambiental de los pacientes, levantando persianas por la
mañana y bajándolas por la noche. Favorecerá el descanso nocturno
controlando los ruidos.
– Ayuda al aseo personal de los pacientes que lo precisen.
– Vigila a los pacientes que no quieren asearse para que lo hagan.
– Controla el acceso y la circulación de las personas por la Unidad.
– Recoge medicación y otros productos de la Farmacia.
– Acompaña a los pacientes y resto de personal sanitario a pasear por las
zonas ajardinadas contiguas del Centro sanitario. Es importante reco-
mendar la realización de ejercicio físico.

133
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

– Vigila a los pacientes en sus paseos o cuando salen al exterior en recintos


acotados. Vigila el orden y la armonía entre los pacientes.
– Vigila a los pacientes ante posibles agresiones o autolesiones. Las unida-
des de agudos poseen sistemas de seguridad para evitar “accidentes” en
pacientes con ideas delirantes o suicidas; para ello se utilizan enchufes e
interruptores especiales, las ventanas poseen una cerradura para ser
abiertas, sistemas antiincendios, etc.
– Ayuda al personal sanitario en la administración de inyectables y trata-
miento de pacientes incapaces que se niegan a colaborar.
– Colabora con el equipo de profesionales de la unidad en la reducción de
pacientes agitados utilizando los medios adecuados. Por ejemplo, ayu-
dando a sujetar a los pacientes alterados a los que hay que aplicar suje-
ción mecánica.
– Vigila la puerta de acceso a la Unidad. Control de entradas y salidas.
– Controla el suministro de tabaco a los pacientes que lo tienen permitido en
su tratamiento
– Traslada pacientes a las Unidades y Consultas del Centro que sea preciso.
– Traslada a los/las enfermos/as en el servicio de ambulancias.
– Recoge pedidos de los almacenes.
– Realiza las funciones de traslado de documentación sanitaria y no sanita-
ria, así como, objetos o mobiliario de la unidad.

7.4. La sujeción o contención mecánica del


enfermo mental
Consiste en el empleo de sistemas de inmovilización mecánicos para el tó-
rax, las muñecas, los tobillos, etc. En esta era de preocupación por los derechos
humanos y las libertades civiles, las sujeciones mecánicas o el aislamiento
deben aplicarse con suma discreción y las máximas garantías de seguridad y
debe estar siempre recomendada por un facultativo médico.
La principal acción es impedir las conductas que obligan a utilizar las
sujecio-nes mecánicas, este debe ser siempre el último recurso.

Indicaciones:
1. Conducta violenta de un paciente que resulte peligrosa para él mismo o
para los demás.

134
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

2. Agitación no controlable con medicamentos.


3. Representan una amenaza para su integridad física debido a la negación
del paciente a descansar, beber, dormir, etc.
4. En situaciones de riesgo que no puede ser controlado de ninguna otra
manera, pueden contenerse temporalmente, para recibir la medicación, o
durante largos periodos, si no se pueden administrar los fármacos o no le
hacen el efecto esperado y continúan siendo peligrosos. Es frecuente que
los pacientes sujetos se calmen después de transcurrido algo de tiempo.
5. A nivel psicodinámico, estos pacientes incluso pueden recibir con satis-
facción el control de sus impulsos, pero deben estar indicados terapéuti-
camente.

Principios generales:
Son aplicables en cualquier situación, aunque no existen normas fijas sobre
cómo hay que actuar ante una situación de violencia (muchas veces reina la
improvisación):
1. Distraer al paciente: se intervendrá cuando exista un número sufi-
ciente de personas, cuatro o cinco, se informará al resto de compañeros
a través del teléfono o la alarma. Mientras, se deberá vigilar y distraer la
atención del paciente. Nos colocaremos a una distancia adecuada. Se le
informará de que está perdiendo el control pero que se le va ayudar si él
lo desea. Todo ello en un tono firme pero comprensivo.
2. Debe existir un plan de actuación preacordado. La implicación en la
actuación de reducir al paciente debe ser de todo el personal, indepen-
dientemente del estamento profesional.

135
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

3. Preparación del personal: debe despojarse de todo objeto peligroso


para su integridad física y también la nuestra (gafas, relojes, pulseras,
pendientes, etc.).
4. Evitar público: ya que el paciente va a adoptar una posición más he-
roica que la que tendría si estuviera solo. Además servirá para aumentar
la ansiedad en los demás pacientes (especialmente en pacientes paranoi-
des).
5. Momento de la intervención: en el momento que muestra signos de
violencia inmediata: ejecuta actos violentos contra objetos, si observa
personas cerca, actuará contra ellas. El momento indicado será: mientras
destruye los objetos, cuando se detiene a recuperar fuerzas.
6. Número de personas: será de cuatro o cinco, es importante que el
grupo sea lo más numeroso posible, porque una demostración de fuerza
puede ser suficiente para interrumpir la acción. Cada una de las extremi-
dades será sujetada por un miembro del equipo.
7. Actitud del personal: se va a reducir a un paciente con intención te-
rapéutica. Deben disponerse de sedantes parenterales. Nunca utilizarlo
como un castigo.
8. El personal será en todo momento profesional, no mostrará cólera, ni
afán de castigo, actitud enérgica pero amable, respetuoso, evitando gol-
pearle o someterlo a posturas humillantes, se actuará impidiéndole el
movimiento, evitar insultos, blasfemias.
9. Sujeción: cada miembro tiene asignada una extremidad. Se deben evi-
tar los huesos largos y tórax, por riesgo de lesiones. Se sujetarán las ex-
tremidades en la zona más distal.
10. Siempre debe estar autorizada por el médico, aunque sea de forma de
verbal, pero siempre mejor por escrito en la hoja de órdenes médicas.
11. Se debe registrar minuciosamente la razón de la contención, la duración, el
curso del tratamiento y la respuesta del paciente mientras esté sujeto.
12. Se deben emplear exclusivamente sistemas homologados de sujeción
física (ejemplo; segufix®).

Técnica de la sujeción terapéutica:


– Explicarle al paciente por qué se le va a sujetar.
– Para sujetar a un paciente deberían estar un mínimo de cuatro personas.
– Un miembro del equipo siempre debería estar visible para el paciente, y
su cometido será tranquilizarle durante la sujeción. De esta manera se

136
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

ayuda al paciente a aliviar su temor al desamparo, impotencia y pérdida


de control.
– Deberían sujetarse con las piernas extendidas y ligeramente abiertas para
agarrarlas por los tobillos bien a las tiras del sequfix® o al travesero de
la cama.
– Los brazos extendidos a lo largo del cuerpo (no se deben entrecruzar) y
separados ligeramente de éste, para sujetarlos por las muñecas, a las
tiras del segufix® o al travesero de la cama.
– El tronco se debe sujetar firmemente a la cama con la correa especial (más
ancha) diseñada para ese efecto. Cuidando que no esté floja, por-que
podría deslizarse por ella y ahorcarse, ni tampoco excesivamente fuerte,
que le dificulte la respiración.

– La sujeción debe permitir administrar perfusión endovenosa por el ante-


brazo, así como recibir líquidos o alimento.
– Mantener la cabeza del paciente ligeramente levantada para disminuir sus
sentimientos de indefensión y para reducir la posibilidad de aspira-ción
pulmonar.
– Comprobar periódicamente cada poco tiempo las sujeciones por la segu-
ridad y la comodidad del paciente.
– Después de contener al paciente, el médico debe comenzar el tratamien-to
mediante una intervención verbal.
– Incluso cuando están sujetos, la mayoría de los pacientes necesitan me-
dicación antipsicótica de manera concentrada y por vía intramuscular.
– Cuando el paciente esté bajo control, se deben ir eliminando las restric-
ciones a intervalos de cinco minutos, hasta que el paciente tenga sólo

137
Tema 12. El celador en su puesto de trabajo II

dos. Las restantes se eliminarán al mismo tiempo, ya que el paciente no se puede


contener con una sola sujeción.
– La sujeción mecánica debe continuar el menor tiempo posible, a medida que el paciente se
va tranquilizando se le deben ir retirando sujeciones.

Actuación del equipo sanitario en un paciente sujeto terapéuticamente

Mantener la dignidad y la autoestima del paciente porque la pérdida de con-trol y la


imposición de sujeciones mecánicas pueden resultar muy penosas para este:
– Preservar la intimidad del paciente.
– Explicar la situación a los otros pacientes sin revelar la información que el paciente
considere confidencial.
– Mantener contacto verbal con intervalos regulares mientras se halle des-pierto. Implicar al
paciente en planes para poder finalizar la sujeción me-cánica.
– Desacostumbrar progresivamente al paciente a la seguridad que supone un entorno de
aislamiento.
Mantener la integridad física porque ellos no van a poder atender sus necesi-dades
fisiológicas y pueden sufrir los riesgos que implica la inmovilidad:
– Comprobar las constantes vitales periódicamente (enfermero).
– Ayudar al paciente en la higiene personal.
– Proporcionarle la cuña u orinal.
– Regular y controlar la temperatura de la habitación.
– Realizar los cambios posturales necesarios.
– Almohadillar las sujeciones.
– Ofrecer alimentos y líquidos si están prescritos por el médico.
– Observarle frecuentemente y retirar todos los objetos peligrosos de su entorno.

138

También podría gustarte