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INCIDENCIA DE LAS PAUTAS DE CRIANZA EN EL DESARROLLO DE CONDUCTAS

ALTRUISTAS EN LA NIÑEZ MEDIA, MEDIANTE UNA RECOPILACION DE

INVESTIGACIONES

ERIKA DARIANA DORIA MAESTRE

LISKEILYS ARIAS MARTINEZ

YENNIFER BORRERO GUILLEN

UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR

FACULTAD DE DERECHO CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES

PROGRAMA DE PSICOLOGÍA

VALLEDUPAR-CESAR

2017
PREGUNTA PROBLEMA:

¿Cuál es la incidencia de las pautas de crianza en el desarrollo de conductas altruistas en la niñez media,

mediante una recopilación de investigaciones?

OBJETIVO GENERAL:

Determinar la incidencia de las pautas de crianza en el desarrollo de conductas altruistas en la niñez

media, mediante una recopilación de investigaciones.

OBJETIVOS ESPECIFICOS:

 Relacionar las pautas de crianza con las tendencias altruistas presentes en la niñez media,

mediante una revisión bibliográfica

 Identificar las tendencias altruistas presentes en la niñez media basada en la integración de

saberes

 Ampliar el conocimiento sobre las tendencias altruistas en la niñez media


INTRODUCCION.

En el presente trabajo se ha realizado la presentación de un estado del arte orientado hacia la

temática “incidencia de las pautas de crianza en el desarrollo de conductas altruistas en la niñez

media, mediante una recopilación de investigaciones”, estructurándolo en base a los artículos y tesis

más representativos e influyentes encontrados en la investigación referente al tema del trabajo, teniendo

en cuenta las indagaciones encontradas a nivel internacional, nacional, regional y local.

Todo este trabajo se empleó de forma en que se tomó el aporte de diferentes investigaciones

relacionando las variables implementadas y/o estructuradas en el presente, con el fin de desarrollar un

trabajo teórico fundamentado, teniendo en cuenta dimensiones psicosociales en las que se fundamenta

el altruismo.

El altruismo en los niños (siendo una tendencia prosocial) se fundamenta en gran medida a la

forma de actuar de los padres, ya que esto incrementa e incentiva la probabilidad de desarrollar

conductas prosociales-altruistas en los hijos. Por ejemplo, aquellos padres que aportan seguridad de

apego, que insisten fuertemente para que sus hijos no hieran a otros, que les hacen reparar el daño hecho

a otros compañeros, que son modelos altruistas en sus relaciones con los demás, que refuerzan con

aprobación social los actos filiales espontáneos de compartir, ayudar o cooperar, o aquellos que adoptan

un estilo de disciplina inductivo desde el que se razonan las normas, etc., Estos padres fomentan estas

conductas en sus hijos.

El altruismo ayuda mucho en la adaptación y relaciones sociales que el niño va teniendo a lo largo

de su desarrollo ya que gracias a esto el niño presenta facilidad para desenvolverse ante cualquier

situación en la sociedad y presenta poca dificultada para adaptarse a diferentes tipos de ambientes en los

que se encuentre.
JUSTIFICACION

JUSTIFICACIÓN

Este trabajo tiene como objetivo principal determinar la influencia de las pautas de crianza en la niñez

media, mediante una recopilación de investigaciones, en la que se pretende relacionar las pautas de

crianza, siendo esas actitudes, prácticas y valores que trasmiten los padres a sus hijos para criarlos y

educarlos con la temática central Altruismo.

La presente investigación está dada hacia la importancia del conocimiento, basada en la tendencia

altruista desarrollada en la niñez media, orientada en el eje familiar inducido principalmente por los

padres, dado que la presencia paterna en esta etapa del desarrollo humano induce en gran medida a la

confianza en el desarrollo psicosocial concerniente a las relaciones positivas de los niños hacia su

sociedad, orientado hacia un buen desarrollo altruista es las edades de 3 a 6 años , y de esta manera

proporcionar conocimiento sobre la importancia de la relación de ambas temáticas, siendo parte

importante en las relaciones interpersonales que empiezan a generase en la niñez y que posterior mente

se verán reflejadas en el desenvolvimiento del individuo en todos los aspectos, tanto personales como

sociales en su vida.
CUERPO DEL TRABAJO

Antecedentes internacionales:

-La investigación titulada “desarrollo prosocial: crianza y escuela” fue presentado por Mestre. (2015) en

la universidad de valencia –España. Tiene como objetivo analizar la influencia de las variables

parentales (estilos de crianza del padre y de la madre), en la predicción de la conducta altruista presente

en la niñez media.

Los resultados de este estudio contribuyen a la investigación sobre la conducta altruista y las variables

implicadas, sugiriendo que las emociones positivas como la empatía junto con la capacidad de

autocontrol y regulación emocional son las que predicen en mayor medida la conducta altruista en los

últimos años de la infancia ; por tanto el desarrollo de la empatía desde la primera infancia y la

adquisición de mecanismos para regular las emociones y controlar los impulsos favorecerán la conducta

prosocial. (Caprara et al., 2012; Carlo et al., 2010b; Eisenberg et al.). Así mismo, el estilo de crianza,

especialmente de la madre, caracterizado por el apoyo emocional, el afecto, la comunicación, la

confianza, junto con el control sobre las normas y su cumplimiento, predice más conductas prosociales

en los hijos e hijas (Laible & Carlo, 2004; Mestre et al., 2007; Richaud et al., 2012; Tur-Porcar et al.,

2012;Taylor et al., 2013). A través de estas relaciones entre padres e hijos, estos crecen en autonomía

personal, desarrollan también el afecto y emociones que perciben en sus padres, interiorizan normas y

principios que les hacen decidir una conducta de ayuda para beneficiar a otra persona, que se encuentra

ante una necesidad o problema.

Así pues, los chicos y chicas que crecen en el afecto tienen más oportunidades de observar y expresar

emociones positivas y de desarrollar la sensibilidad y la empatía hacia otros.


-La investigación titulada: “Aprobación parental de la violencia y victimización como predictores de la

agresión y conductas prosociales” Ruvalcaba, N. A., Murrieta, P., Rayón, R. & Pimentel, A. (2015).

Tiene como objetivo analizar la relación de los mensajes explícitos de los padres ya sea para la agresión

o la resolución pacífica de conflictos, con la victimización y el desarrollo de conductas prosociales de

los niños en el ámbito escolar

La familia se debe destacar por su papel en la fomentación de las conductas altruistas, la comunicación

de las emociones y de buen trato hacia los demás, ya que existe la evidencia de que cuando las madres

de familia cuentan con adecuadas habilidades emocionales, tienden a ejercer un estilo parental de tipo

inductivo y a tener una comunicación más afectiva con los hijos (Ruvalcaba, Gallegos, Robles, Morales

& González, 2012) y en específico la comprensión emocional, favorece un estilo equilibrado que a su

vez muestra correlaciones con el desarrollo de empatía en los niños (Henao & García, 2009). Así

mismo, se ha observado que cuando los hijos perciben una disposición amorosa por parte de los padres,

muestran más sentimientos empáticos y tienden a desarrollar más conductas prosociales.

-La investigación titulada: “estilos de crianza y desarrollo prosocial de los hijos “presentado por

(Mestre, Samper, Tur & Díez, 2007). Presentado en la Universidad de valencia España. Se plantea el

papel modulador de la educación paterna/materna en la disposición altruista de los hijos.

El trabajo incluye un estudio empírico realizado en la población infantil española para analizar la

relación entre los estilos educativos de los padres y el razonamiento altruista de los hijos ante conflictos

morales en los que hay que tomar una decisión de ayudar al otro. Concluyendo que el control firme por

parte de los padres y sus exigencias de madurez no perjudican el desarrollo de la independencia.

Distinguió tres tipos de padres: los autoritarios que evalúan la conducta del niño según unos patrones

absolutos y exigen obediencia incuestionable; los directivos que orientan y dirigen al niño de manera
razonable, tienen en cuenta los resultados, exigen control firme pero respetan al niño como individuo y

finalmente el padre punitivo que acepta todos los impulsos del niño. Los resultados del estudio

señalaron que el estilo directivo fomenta la cooperación, amistad y motivación de logro entre los hijos.

Mestre. (2007).

Antecedentes nacionales:

-la investigación titulada:” Relaciones entre la percepción que tienen los niños de los estilos de relación

y de la empatía de los padres y la conducta prosocial en la niñez media y tardía” presentado por

Richaud. M. (2011) en la universidad del rosario- Colombia.

El objetivo de este trabajo consiste en estudiar si la percepción que tienen los niños de la relación con

sus padres y de la empatía de sus padres se relaciona con la conducta prosocial en la infancia.

Los padres tienen un rol muy importante en el aprendizaje y modelado de cómo expresar e interpretar

las emociones ya que las interacciones tempranas entre padres e hijos son el escenario perfecto

de aprendizaje. Durante la infancia los cuidadores influyen sobre el desarrollo emocional en la medida

en que proveen estímulos para la emotividad en momentos apropiados, refuerzan y estimulan

la expresión emocional y responden a variaciones sutiles en las expresiones de los niños. La empatía

de los niños se halla influida entonces en gran medida por experiencias tempranas de relación

interpersonal

(Krevans y Gibbs, 1996; Carlo, Mestre, Samper, Tur y Armenta, 2010b). En este sentido, en estudios

anteriores se ha encontrado que la empatía de los niños está en gran parte explicada por los sentimientos

empáticos que los niños perciben en sus padres (Valiente et al., 2004; Richaud de Minzi, 2006).
Los padres pueden estimular la actividad empática compasiva modelando la preocupación empática

y utilizando formas de disciplina con orientación afectiva, que ayuden a los niños a entender los efectos

perjudiciales de la angustia que puedan haber causado a otros.

-La investigación titulada: “relación entre prácticas de crianza, temperamento y comportamiento

prosocial de niños de 5º y 6º grado de la educación básica, pertenecientes a seis estratos socioeconómico

de Bogotá, d.c.” (2013) presentado en la universidad javeriana-Colombia.

En cuanto a la relación entre crianza y comportamiento altruista, la evidencia empírica muestra que la

crianza es una variable que influye en el desarrollo de las acciones altruistas, tal como se puede

corroborar en los trabajos de Carlo, McGinley, Hayes, Batenhorst & Wilkinson (2007), quienes

encontraron que las prácticas de crianza tienen una asociación significativa con el comportamiento

altruista a través de una relación indirecta con la simpatía; Laible, Eye & Carlo (2008), que encontraron

que la disciplina ejercida por los padres se relaciona tanto con el afecto moral y la cognición moral, dos

dimensiones del comportamiento prosocial que se expresan en las acciones de ayuda y en el altruismo;

López, Apodaca, Etxebarria, Fuentes y Ortiz (1998), que sostienen que la calidad de la relación de los

niños con la madre y la empatía son dos importantes predictores de la conducta prosocial.

Así mismo, se ha establecido la relación positiva entre el ejercicio temprano de comportamientos

altruistas en el hogar y las relaciones interpersonales gratificantes y poco conflictivas en el ambiente

escolar. El interés por los otros lleva a los niños a comprometerse con las diferentes actividades

comunitarias.
-En el artículo titulado: “Pautas de crianza y desarrollo socioafectivo en la infancia” Cuervo (2010)

presentada en la universidad de los libertadores- Colombia. Presenta una revisión y hace unas

reflexiones sobre la relación entre las pautas y los estilos de crianza y el desarrollo socioafectivo durante

la infancia, considerando la importancia de la familia para facilitar el desarrollo de conductas altruistas.

Henao & Ramírez (2007) plantean la importancia de la familia en la socialización y desarrollo durante la

infancia. La combinación de costumbres y hábitos de crianza de los padres, la sensibilidad hacia las

necesidades de su hijo, la aceptación de su individualidad; el afecto que se expresa y los mecanismos de

control son la base para regular el comportamiento de sus hijos. Destacan la importancia de la

comunicación en las pautas de crianza.

Rodríguez (2007) la familia es el primer contexto para la transmisión de las normas, valores y modelos

de comportamiento, es la familia la que socializa al niño permitiéndole interiorizar los elementos básicos

de la cultura y desarrollar las bases de su personalidad; cada familia asume las pautas de crianza

dependiendo de sus características, dinámica y factores contextuales, así como los recursos y apoyos,

entre otros.

La familia y las pautas de crianza adecuadas facilitan el desarrollo de habilidades sociales y de

conductas prosociales en la infancia, por lo cual es importante brindar sensibilización y orientación.

Mestre (2009) destacan que el tipo de normas que una familia establece, los recursos y procedimientos

que utilizan para hacer cumplir dichas normas, junto con el grado de afectividad, comunicación y apoyo

entre padres e hijos, son fundamentales para el crecimiento personal, la interiorización de valores, las

habilidades sociales y la toma de decisiones para resolver conflictos.

El hogar es un espacio facilitador de conductas prosociales como lo analiza Rodríguez (2007), ya que el

ensayo en la realización de conductas prosociales estimula tendencias prosociales. Los niños a quienes
se les asigna la responsabilidad de enseñar conductas prosociales a otros niños muestran más conductas

prosociales en otras situaciones. De manera similar, a los niños que se les asigna la realización de tareas

domésticas, o actividades de apoyo a los hermanos (especialmente tareas que comparten responsabilidad

hacia los demás), tienden a ser más prosociales que otros niños.

También, Mestre, Samper, Tur & Diez (2001) en sus investigaciones respecto a la relación de estilos de

crianza y desarrollo prosocial de los hijos, concluyen la importancia de la dimensión afectiva en las

relaciones familiares, incluyendo evaluaciones positivas del hijo, interés, apoyo emocional y la

coherencia en la aplicación de normas. Destacan también que las relaciones con los hijos deben ser

adecuadas a su edad o nivel de desarrollo. Así pues, la convivencia familiar que percibe el infante,

caracterizada por el afecto y apoyo emocional especialmente por parte de su madre y junto con la

estimulación de la autonomía del hijo, alcanza un poder predictor del comportamiento altruista.

Antecedentes regionales:

-La investigación titulada “estudios de los estilos de crianza en niños y niñas en Colombia: un estado del

arte” presentada por romero (2015) en la Corporación Universitaria del Caribe, tiene como objetivo

centrarse y describir los estilos de crianza en Colombia.

Cuando se habla de estilos de crianza se hace referencia a un conjunto de conductas ejercidas por los

padres hacia los hijos (niño, niña), teniendo en cuenta que los padres son los principales responsables del

cuidado y protección de los niños/niñas, desde la infancia hasta la adolescencia (Céspedes, 2008;

Papalia, 2005; Sordo, 2009).

La familia es el primer nivel de socialización de los seres humanos por en cuyo seno también se

desarrolla la personalidad y los estados emocionales, en consecuencia se convierten en uno de los

contextos más importantes para el desarrollo evolutivo de cada individuo. Según Bornstein (2002) y
Torío (2003), nadie parece dudar de que la familia sea el contexto de crianza más importante en los

primeros pasos de vida de la evolución de un individuo y es donde se adquieren habilidades sociales,

comunicativas y los primeros hábitos que permitirán tomar la autonomía y las conductas decisivas para

la vida.

-La tesis doctoral titulada “estudio e intervención de la conducta prosocial-altruista” fue presentado por

Ruiz. R (2005) en la universidad de córdoba. Con la cual pretendía estudiar el proceso de socialización y

conducta prosocial-altruista, en el contexto familiar.

El gran repertorio de conductas del que dispone una persona a lo largo de su vida se interioriza y

aprende a partir del proceso de socialización. Este proceso de socialización, iniciado desde el nacimiento

de la persona, va a tener una importancia considerable en el aprendizaje de dicha conducta prosocial-

altruista. Se entiende por socialización, el proceso mediante el cual los niños asumen las ideas,

conocimientos y valores del mundo social de los adultos, que les ayudan progresivamente a integrarse en

él, y donde su comportamiento se modifica, con el intento de adaptarse al mundo social. Es decir, es un

proceso de transmisión entre padres e hijos de aspectos culturales y necesarios para la interrelación

social, a partir del cual, el niño adapta sus comportamientos a las demandas concretas de cada situación

(Garaigordobil, 2003).

Algunos estudios empíricos determinan que una serie de características en los padres, y su forma de

actuar, incrementa la probabilidad de desarrollar conductas prosociales-altruistas en los hijos. Por

ejemplo, aquellos padres que aportan seguridad de apego, que insisten fuertemente para que sus hijos no

hieran a otros, que les hacen reparar el daño hecho a otros compañeros, que son modelos altruistas en

sus relaciones con los demás, que refuerzan con aprobación social los actos filiales espontáneos de

compartir, ayudar o cooperar, o aquellos que adoptan un estilo de disciplina inductivo desde el que se

razonan las normas, etc. (Garaigordobil, 1994, 2003), fomentan probablemente más conductas
prosociales-altruistas en sus hijos, que aquellos padres que no llevan a cabo ninguno de los aspectos

anteriormente enumerados.

Antecedentes locales:

-A partir de una revisión en cuanto a lo digital y a lo físico, no se han encontrado investigaciones locales

relacionadas con el tema mencionado. Así mismo, Se puede afirmar que la investigación que se ha

realizado sobre la temática es la primera en afirmar un referente local para investigaciones posteriores

surgidas en el seno de nuestra ciudad.

Se ha realizado una indagación exhaustiva a nivel de la ciudad de Valledupar trasladándonos a

diferentes bibliotecas y universidades como:

 Biblioteca departamental Rafael Carrillo Luquez

 Biblioteca del Banco de la republica

 Universidad nacional abierta y a distancia (repositorio de la UNAD)

 Universidad de Santander (biblioteca de la UDES)


PLAN INTEGRATIVO

Ciclo vital I: El ser humano nace con una predisposición a sentir empatía. Los procesos madurativos,

experienciales y socializadores permitirán las predisposiciones en conductas reales.

En las primeras etapas del ciclo vital del desarrollo humano, más exactamente haciendo referencia a la

niñez media comprendida entre los 6 y 8 años, se empiezan a desarrollar las conductas altruistas en los

niños, dado que en esa edad promedio se efectúa un cambio tanto a nivel físico como cognitivo y

psicosocial concerniente a la dejación de conductas altruistas influenciadas por recompensas tangibles o

por indicaciones de los padres y se efectúa un cambio, las recompensas tangibles se van sustituyendo

por recompensas sociales por la interiorización de las normas sociales y la autoimagen positiva, definida

como la valoración de la imagen que tenemos de nosotros mismos, estrechamente ligada a nuestra

autoestima en este caso orientado hacia lo positivo, relacionándose con lo prosocial.

Problemas sociales del país y la región: La tendencia altruista está orientada en un sentido positivo a

las relaciones interpersonales entre los seres humanos, los niños entre las edades de 6 a 8 años (niñez

media) empiezan a desarrollar conductas prosociales guiadas y encauzadas por sus propios criterios,
cuales se obtienen de un resultado positivo de las pautas implementadas en la crianza y la educación,

generando ambientes de paz reflejados en la sociedad ; es decir, esta predisposición se desarrolla en el

infante por su propia voluntad. La orientación tendencia prosocial al contener en si elementos como la

empatía (capacidad de ponerse en el lugar del otro), da lugar a la comprensión y respeto por los demás

generando un habiente en el que no se haya presencia de injusticias u hostilidades de cualquier tipo,

dando lugar a la paz.

Enfoque psicológico psicoanalista: El altruismo se relaciona con el psicoanálisis basándose en su

origen que es esencialmente intrapsiquico (proceso que ocurre en la psique), esta tendencia prosocial

que se empieza a desarrollar en la niñez media se identifica con el protoaltruismo siendo la primera de

las cinco categorías distintas que se han propuesto desde el psicoanálisis para comprender el altruismo

con intención heurística (protoaltruismo, altruismo generativo, altruismo conflictivo, pseudoaltruismo y

altruismo psicótico). El protoaltruismo en los seres humanos, incluye la crianza y protección tanto

materna como paterna.

Prosocialidad: El altruismo y la prosocialidad son términos afines que en su contenido buscan más allá

de un beneficio propio el bienestar de los demás. Las personas desde la infancia media tienen la

capacidad de llevar a cabo conductas prosociales y altruistas por lo que estas capacidades deben ser

incentivadas y desarrolladas por la familia, la escuela y la sociedad.

Neuropsicobiologia: La función cerebral del altruismo está orientada hacia la actividad de una zona

cerebral determinada, la unión temporoparietal, teniendo un rol activo en esa tendencia a ponerse en el

lugar del otro que posteriormente induce a la conducta prosocial. Según los autores, Ernst Fehr y Yosuke

Morishima, los resultados sugieren que el desarrollo del altruismo, mediante la capacitación y las

prácticas sociales, puede ocurrir a través de cambios en la estructura del cerebro, y de las activaciones

neuronales; es decir, cuando se presenta un comportamiento altruista en los seres humanos, su unión
temporo-parietal se hace más grande. Según un estudio publicado en la revista Neuron, las diferencias

entre un comportamiento altruista vendrían dadas por una variación en tamaño y actividad de una zona

cerebral que estaría involucrada en la empatía. Por esto mismo, según el estudio, la empatía y el

altruismo serían comportamientos que perduran en el tiempo.

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