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Fortaleciendo el Sistema Inmunológico

Del ser Humano

Aumentar las defensas te ayuda no solo a prevenir la gripe, sino a recuperar la energía y a
mantener un buen estado de salud, especialmente en otoño e invierno.

Aumentando las defensas del organismo

Apuesta por una alimentación sana, principalmente a base de frutas, vegetales y verduras,
excelentes fuentes de vitaminas y minerales.

Opta por aquellos alimentos buenos para aumentar las defensas, los cuales te ayudarán muy
positivamente en este sentido.

Las vitaminas y los minerales pueden ser de gran ayuda a la hora de recuperar la energía y
aumentar las defensas.

Duerme bien, aprovechando la luz natural, de forma que no obstaculices los procesos fisiológicos
que se dan durante la noche. Esto te ayudará a recuperar la energía y a tener unas defensas más
fuertes.
Mantén la calma y la relajación, y no te estreses por nada. Recuerda que el pánico, la depresión, la
ansiedad, el estrés, la angustia, el odio o el miedo pueden tener efectos negativos no solo para la
mente, sino para la salud, restándote energías y defensas. Esto es así porque son enemigos
comprobados del sistema inmune.

Vive con optimismo y con alegrías. Disfruta de los beneficios de la risa, ya que tanto ésta como el
humor ayudan a combatir las enfermedades.

El ejercicio ayuda a mantenernos activos, más ágiles y fuertes, además de combatir el estrés.

Alimentos y licuados buenos para aumentar


las defensas

Hay gran variedad de licuados e infusiones para aumentar nuestras defensas. Además
recomendaremos para resumir: evitar comidas con grasas y azúcares refinados, consumir mínimo
10-12 vasos de agua por día para estimular el sistema inmunitario y expulsar toxinas, 30 minutos
de ejercicio diario y realizar ejercicios de relajación y respiración profunda.

-Jengibre

Al igual que el eleuterococo, también son muchos los beneficios del jengibre, una planta utilizada
desde la antigüedad con propósitos curativos.

Ayuda a prevenir la gripe, los dolores y las infecciones, contribuyendo a la buena salud celular
gracias a sus potentes antioxidantes.

-Alimentos ricos en vitamina C

Como es sabido, la vitamina C ayuda a aumentar las defensas del organismo, así como para
protegernos frente a enfermedades infecciosas propias del otoño y el invierno.

-Ginseng

Si existe uno de los beneficios del ginseng que destaca claramente por encima de otros, es el de
estimular el estado de ánimo y la concentración a la par que mejoran la resistencia al estrés y la
fatiga tanto psíquica como física.

No en vano, en China ha sido muy utilizada desde la Antigüedad por la Medicina Tradicional China,
en donde es conocida como ren shen.

Una infusión de ginseng al día es buena para prevenir enfermedades y para el tratamiento de las
relacionadas con problemas inmunitarios.

-Miel de abejas. Es un antibiótico natural. Tomar diariamente una cucharada.


-Té verde. La infusión de té verde estimula la producción de células inmunitarias.

-Zumo de zanahoria y naranja. Licuar zanahoria y mezclar con zumo de naranja, tomado
diariamente en el desayuno estimula el sistema inmunológico.

-Ajo, naranja, cebolla y brócoli. Mezclar zumo de una naranja con licuado de 2 dientes de ajo, 1
cebolla y brócoli. Tomar un vaso diariamente durante una semana y descansar un mes.

-Mandarina, jengibre, limón y miel. Mezclar zumo de 2 mandarinas, 1 limón, 1 cucharada de


jengibre fresco rallado y una cucharadita de miel con un poco de agua. Tomar al menos tres veces
a la semana.

-Equinácea. Hervir 1/2 cucharada de equinácea pulverizada en una taza de agua durante 3
minutos. Retirar del fuego, tapar y reposar. Tomar 1 taza en días alternos durante 6 semanas.

-Jalea real. Como ya te comentamos en el artículo en el que te hablábamos sobre los beneficios de
la jalea real, se trata de un alimento de las abejas reinas que contiene vitaminas del grupo B, C, A y
E. Además, también aporta minerales como el fósforo, calcio, hierro, selenio y cobre, así como
ácidos grasos insaturados.

Precisamente por todo lo comentado, es ideal para activar el sistema inmune, especialmente en
los más pequeños y en ancianos. Además, ayuda a equilibrar el sistema nervioso gracias a sus
propiedades tonificantes, a la vez que previene y combate las infecciones.

-Propóleo. Es una sustancia resinosa que las abejas utilizan para cubrir la colmena. Es rica en
bioflavonoides, oligoelementos, vitaminas, aminoácidos y aceites esenciales.

Es ideal para problemas respiratorios recurrentes, así como para situaciones en que las defensas
estén bajas y nuestro organismo esté algo más vulnerable a contagiarse por infecciones.

Tienes más información en el artículo en el que te hablamos sobre los beneficios del própolis o
propóleo.

-Eleuterococo. Muchos son los beneficios del eleuterococo. Es una planta adaptógena que
estimula el sistema nervioso central, aumentando la resistencia a las enfermedades y a reducir la
frecuencia de los trastornos debidos a la fatiga y al frío.

Eso sí, debe ser tomada con descansos y bajo supervisión médica.

Recetas caseras de sopas para aumentar las


Defensas

Cómo preparar una sopa de ajo y pimentón para reforzar las defensas

La sopa de ajo y pimentón es una receta natural saludable ideal para tus defensas. Te explicamos
cómo hacerla fácilmente en casa.
No hay duda que para poder disfrutar de un sistema inmune en buen estado, y en un estado
óptimo para que nuestras defensas en definitiva funcionen de la manera más correcta posible, es
importantísimo cuidar nuestra alimentación, optando por determinados alimentos útiles y
adecuados para las defensas, y también siguiendo un estilo de vida sano. En definitiva, mantener
una correcta salud es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico.

Pero, ¿qué alimentos o recetas podemos comer cada día para que efectivamente así sea? Existen
alimentos que son especialmente adecuados en este sentido. Y el ajo, por ejemplo, es uno de
ellos. Con él vamos a elaborar una maravillosa sopa que contiene propiedades beneficiosas para
ayudarnos a subir las defensas.

Es una sopa ideal para tomarla calentita en los tiempos de frío. También para cuando los cambios
de clima debilitan nuestro sistema inmunitario, y para evitar los resfriados y gripes.

El ajo es un alimento que contiene muchas propiedades beneficiosas para nuestro organismo
entre las que destacamos la de reforzar el sistema inmunológico, es por tanto apropiado para
cuando necesitamos aumentar las defensas naturales de nuestro organismo.

El consumo regular de ajo ayuda a evitar y prevenir tanto las gripes como los resfriados, así como
las infecciones por hongos o bacterias. Como hemos dicho anteriormente con el ajo se preparan
algunos remedios caseros para la gripe. Es también un antibiótico natural que nos favorece para
eliminar bacterias de nuestro organismo.
Y esta sopa también contiene pimentón. Se trata de un alimento que a esta excelente sopa son las
siguientes: es antioxidante y contiene además vitamina A o b-caroteno, vitamina B, hierro. Ayuda a
estimular la circulación sanguínea y a facilitar la digestión.

Para preparar esta sopa necesitamos los siguientes ingredientes:

2 tazas de agua mineral.

2 dientes de ajo.

Una cucharadita de pimentón dulce.

Una cucharada de aceite de oliva virgen.

Un pellizco de sal.

Picatostes o coscorrones de pan frito para acompañar la sopa.

Elaboración:

Quitamos la piel a los dientes de ajo. Los picamos en cuadraditos y los doramos un poquito.
Ponemos el agua a calentar en un cazo. Una vez que el agua esté caliente añadimos la cucharadita
de pimentón, los ajos dorados, un poquito de sal, removemos y dejamos cocinar con fuego lento
sin que llegue a hervir durante 10 minutos.

Retiramos del fuego y en el momento de servir añadimos los picatostes. Para que esta sopa sea
efectiva debemos tomarla 2 o 3 veces a la semana.
Otras formas de aumentar las defensas de
nuestro organismo

Una correcta hidratación es fundamental para conseguir eliminar toxinas. Asimismo,


deberemos llevar una dieta equilibrada y mantener unos patrones de sueño adecuados
para evitar que nuestro organismo se enferme

¿Quién no ha recurrido a consumir medicamentos o suplementos para combatir estados


de enfermedad, decaimiento, debilidad, cansancio crónico e infecciones? Esto es algo tan
cotidiano que no nos damos cuenta que sólo es una solución parcial, y a la larga ineficaz,
como lo está demostrando la aparición de cada vez mayores y más fuertes resistencias por
parte de las bacterias y hongos a los antibióticos.

Es nuestro sistema inmune quien debe librar estas batallas. Un buen sistema
inmunológico tiene la potencia y preparación para afrontar guerras sin cuartel contra los
patógenos externos y es capaz de frenar casi totalmente cualquier enfermedad infecciosa.

Existen muchos factores que pueden ocasionar un debilitamiento de nuestro sistema


inmunológico, pero es de destacar que estados emocionales intensos y equivocados
(como la ansiedad, la depresión, etc.) y el sueño insuficiente puede deteriorar varias
funciones físicas, como la disponibilidad combativa de nuestras defensas inmunológicas.
Tras ello, otras enfermedades como el cáncer, contagio por el HIV, la enfermedad
inflamatoria intestinal y todas aquéllas que debiliten nuestro sistema digestivo, y la
carencia de determinados nutrientes conllevan unas “defensa bajas”. Además, el uso de
determinados procedimientos médicos, como la cirugía y los trasplantes, conllevan una
medicación paralela para evitar el rechazo (lo que se consigue debilitando ciertas
respuestas inmunitarias).

Muy básicamente vamos a nombrar los elementos que emplea nuestro sistema
inmunológico para luchar contra la invasión de patógenos externos.

Los eficaces guerreros son las células de la serie blanca (los leucocitos). Estos se dividen en
linfocitos de dos tipos: los “polimorfonucleares” (neutrófilos, basófilos y eosinófilos) y los
“mononucleares” (linfocitos T y B y los monocitos). Estos soldados están muy
especializados y juntos proporcionan la cobertura inmunitaria o protectora de nuestro
organismo. Cuando alguno de ellos falla o está debilitado, nuestra vulnerabilidad hacia
cualquier tipo de invasión aumenta, produciéndose así la enfermedad infecciosa u otras
enfermedades como las alergias, las artritis, la psoriasis y un largo etcétera.

Plan para reforzar el sistema inmunológico


Ingerir calorías para responder ante los ataques
Nuestro cuerpo necesita calorías para crear anticuerpos, los soldados que enviaremos al
frente invadido por los gérmenes. En caso de estar perdiendo peso, hemos de ingerir
paulatinamente frutas, verduras y frutos secos (nueces preferentemente), sugiere Mohr.
La variedad dietética es importante.

Descansar lo adecuado
Nuestro organismo para reponerse necesita un periodo de descanso. Un indicador de que
tenemos baja capacidad para repeler los ataques de la enfermedad es cuando sentimos
sueño en aquellos momentos en que la mayoría de nuestros compañeros están en plena
actividad.
Hemos de reconsiderar el consumo de excitantes para tener un verdadero “termómetro”
de nuestra necesidad de descanso. Si el consumo de cafeína (té, café, bebidas
energéticas…) es excesivo, posiblemente está afectando tus patrones de sueño, y
saboteando tu sistema inmunológico.
Investigaciones irlandesas concluyeron que tomar más de 4 tazas de café diarias es
suficiente para afectar al sistema inmunológico. La cafeína suprime las funciones de
algunos agentes inmunológicos clave (los linfocitos y las células T).

Las células inmunitarias han de tener “combustible” para trabajar


Cuando nuestro cuerpo ingiere proteína obtiene glutamina como combustible. Si no
consumimos cantidades adecuadas de proteína nuestro cuerpo la “robará” del músculo
esquelético, sobre todo si estamos haciendo trabajo físico o deporte, y perderemos masa
muscular y no grasa. Además, para nuestras células inmunes el aminoácido glutamina es
como la gasolina súper de máximo octanaje, es muy potente pero se consume muy
rápido.
Para corregir esta deficiencia, después de hacer el esfuerzo físico es bueno consumir de 5
a 10 gr de glutamina. Tus glóbulos blancos y tus músculos te lo agradecerán.

¿Puede nuestro cuerpo repararse bien tras el ejercicio?


Una de las funciones de nuestro sistema inmune es ayudar a limpiar las células de
desechos. El ejercicio es sano en su medida, pero los músculos al trabajar liberan desechos
que han de excretarse. El sistema inmune se pone a trabajar y para ayudarlo es clave lo
que consumimos tras el esfuerzo físico. Según estudios del Journal of Applied Physiology,
la nutrición posterior al ejercicio evitó enfermedades entre los Marines reclutados en el
campo de entrenamiento. Para saber si descansamos lo suficiente o ingerimos suficientes
calorías tras el ejercicio o no, y tenemos bajas las defensas, hay una serie de datos que nos
lo indican:

Nos encontramos sumamente cansados la mayor parte del tiempo, pero nos cuesta
dormir en la noche.
Nos duele todo el cuerpo.
Nos sentimos cada vez más débiles en el gimnasio.
A menudo nos aparecen calambres, desgarres musculares, etc.
Si algo de lo anterior nos sucede hemos de reducir un poco la frecuencia y duración de
nuestro esfuerzo físico. Además tomaremos inmediatamente tras el esfuerzo un vaso
grande de chocolate con leche.

Tener un estómago sano


Un estómago crónicamente inflamado puede jugar un papel importante en problemas que
van desde enfermedades cardíacas y cáncer hasta desórdenes auto inmunológicos

Si con frecuencia tenemos sensación de ardor en el estómago puede ocurrir que nos guste
demasiado el picante o, lo más probable, padezcamos una infección. En este caso hemos
de tomar diariamente un yogurt o mejor probióticos para tener bacterias saludables en el
tracto gastrointestinal (sobre todo L. acidophilus).

Tener vigiladas todas las posibles zonas de ataque de los patógenos


Hemos de procurar que los puntos de entrada de nuestro cuerpo (boca, ojos, nariz y oídos
principalmente) sean difíciles de invadir por los gérmenes. Para ello no nos introduciremos
los dedos en la boca, ni oídos, etc. y revisaremos nuestra piel por si hubiese eczemas y
costras que pueden llevar a infecciones recurrentes por Staphylococus aureus. Nunca
estrechemos la mano de alguien con resfriado, y si lo hacemos, lavémonoslas
inmediatamente con jabón incidiendo sobre todo en las uñas que llevaremos cortas.

Tener el sistema inmune bien hidratado


Nuestros soldados han de tener buenas reservas de agua para trabajar con eficacia. La
hidratación se vuelve aún más importante cuando estás enfermo. Los fluidos transportan
nutrientes al sitio de la enfermedad y se llevan las toxinas para su desecho. Si observamos
un color amarillo oscuro en la primera orina del día, entonces necesitamos más agua. Ideal
es beber mínimo un litro de agua en ayunas y otros dos a lo largo del día.

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