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Relatoría sobre transdisciplinariedad

Adiela Tapias Bran

Angie Carolina Vega

Estefanía Ruiz Sánchez

Jhon Sebastian Chavarro Serna

Docente

Uriel Osorio Arango

Especialización en Familia, infancia y adolescencia

Corporación Universitaria Minuto de Dios — UNIMINUTO Seccional Antioquia-Chocó

(Colombia) 
Relatoría

Síntesis

La carta del 1er congreso de transdisciplinariedad denota que sus participantes hacen

hincapié en la necesidad de retomar, de volver a dar reconocimiento a múltiples saberes y

conocimientos humanos de carácter artísticos, históricos, culturales, religiosos, ideológicos, que

han sido desplazados por la tecnociencia y la objetividad. Esto quiere decir, que el ser humano

no puede limitarse, estar definido estrictamente. Asimismo, se proponen restablecer y garantizar

condiciones económicas, políticas y sociales que permitan dignificar la existencia y estancia

planetaria de cada uno de nosotros.

Reflexión

A raíz de la carta del 1er congreso de transdisciplinariedad, nos hemos detenido a pensar

que lo que se ha consagrado hace ya 26 años tiene una vigencia actual rotunda, las

consideraciones del preámbulo aún persisten y quizá con más fuerza que otrora, como en el caso

de la proliferación de disciplinas, de la tecnociencia y sus múltiples amenazas a la vida.

Como integrantes de un mundo académico, reconocemos la brecha de desigualdad entre

quienes poseen —o dicen poseer, avalados en la cantidad de títulos— el conocimiento del

mundo y del ser, en la medida en que, bajo el criterio de objetividad se impone una existencia de

un solo plano, el de la razón, lo demostrable, contrastable y cuantificable . Lo anterior, nos puede

poner peligrosamente en el orden de un dictador que censura o “corrige” otras formas de saber,

saber ser y saber hacer.

Con base en lo anterior, en cuanto a los artículos, rescatamos de manera particular,

aquellos que versan el anular cualquier inclinación que pueda llevar a un pensamiento
estructural formal, que no permita diálogos o transformaciones con otros conocimientos, es

decir, estar aislada disciplinarmente no es lo más adecuado.

La transdisciplinaredad, así pues, se convierte en la carta que permite ver la realidad

desde una perspectiva abierta, donde se reconoce que el ser humano tiene la capacidad de

trascender al igual que las disciplinas que lo rodean, pues su esencia es la interacción y el respeto

por todo aquello que como individuos de esta especie hemos creado —y no pertenece al método

académico o científico—: religiones, mitos, leyendas, ideologías, culturas, historias, entre otras.

En consecuencia, perseguir esta mirada integradora (más que la acción de sumar diferentes

elementos) del ser humano posibilita el reconocimiento de que los conflictos actuales nos

conciernen a todos, y que aquello que nombramos como “dignidad humana” no es un privilegio,

sino un derecho de orden planetario y cósmico.

En definitiva, la transdisciplinaredad permite en nuestro quehacer tener nuevas

percepciones, hacer nuevas lecturas, darle valor a aquello que es inesperado en las diferentes

realidades, otorgándole importancia al crecimiento integrador, basados en la socialización. Y por

último, nos da acceso a planes y acciones que se dirijan a un desarrollo vital y del bienestar que

sea prolongado en el tiempo.

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