Está en la página 1de 3

I] PRúLOGO A LA CONTRIBUClúN A LA CRITICA DE LA

ECONOMIA POUTICA

KA&L MARX

Considerare el sistema de la economia burguesa en la siguiente


secuencia: el capital, la propiedad de la tierra, el trabajo asalaria-
do; el estado, eí comercio exterior, et mercado mundial. Bajo los
tres prirneros investigaré las condiciones econômicas de vida de
las tres grandes clases en las que se divide la sociedad burguesa
moderna; la relación entre los otros tres rubros salta a la vista. La
primera sección dei primer libro, que trata dei capital, consta de
los síguicntes capítulos: I] la mercancia; 2] el dinero o la circu-
lación simple; 3] el capital en general. Los dos primeros capítulos
constituyen el contenido dei presente fascículo. Todo el material
se halla an te mí en la forma de monograíías, escritas en períodos
muy distanciados entre si y destinadas a mi propia comprensiõn dei
asunto, pero no a su edición, y cuya elaboración coherente según
eI plan indicado habrã de depender de circunstancias externas."']
He suprimido una introducción general[46] que había esbozado,
puesto que, ante una reílexíón más profunda, me ha parecido que
toda anticipación de resultados que aún quedarían por demos-
trarse seria perturbadora, y el lector que esté dispuesto a seguírme
tendrá que decidirse a remontarse desde lo particular hacia lo ge·
neral. Por eIlo, acaso sean oportunas aqui algunas índicaciones
acerca de Ia marcha de mis propíos estudios político-económicos.
Mi carrera profesional ha sido la de jurisprudencia, aunque Bóio
la he ejercido ,como disciplina subordinada, junto a la Iilosoffa
y a la historia. Durante los afios 1842·1813, en mi caracter dei di-
rector de la Neue Rheinische Zeitung.[47] me vi por vez primera
en el compromiso de tener que opinar acerca de lo que han dado en
llamarse intereses materiales. Los debates de la Dieta renana acer-
ca dei robo de lefia y el parcelamiento de la propiedad de la tierra,
la polêmica oficial sobre la situación de los campesinos deI Mosela,
inidadapor el sefior von Schaper, a la sazón gobernador de la
província renana, con la Rheinische Zeitung, y por último debates
sobre eI libre comercio y los aranceles proteccíonístas, me brinda-
ron una primera ocasión para ocup~rme de problemas econórni-

[651
KARI. MARX CRÍTICA DE LA ECONOMiA POLÍTICA 67

coso Por otra parte, en aquella época, en la cual la buena voIuntad tenda social lo que determina su conciencia.U'êl En un estadia
de "seguir adelante" compensaba en gran parte los conocimientos determinado de su desarrollo, las fuerzas productívas materiales
técnicos, se había tornado perceptible en la Rheinische Zeitung de la sociedad entran eo contradiccióo con las relaciones de pro·
un eco, con .un débil tinte de filosofia, dei socialismo y eI comu- ducción existentes o -lo cual sólo constituye una expresión jurídi-
nismo franceses. Yo me decIaré contrario a esa chapucería, pera ca de lo mismo-. con Ias relaciones de propiedad dentro de Ias
al mismo tiempo, en una controversia con el A ltgemeine A ugs- cnales se habían estado moviendo hasta ese momento. Esas rela-
burgcr Zcitung,14Ml confesaba lisa y llanamente que los estúdios ciones se transforman de formas de desarrollo de las fuerzas pro-
que había realizado hasta ese momento no me permitían arriesgar ductivas en ataduras de las mismas. Se inicia entonces una época
juicio alguno acerca deI contenido de las corrientes francesas.rw' de revolución social. Con la modificación deI fundamento econó-
Por eI contrario, aproveché ávidamente la ilusión de los gerentes mico, todo ese edificio descomunal se trastoca con mayor o menor
de la Rheinische Zeitung, quíenes, mediante una posición más rapidez. AI considerar esta c1ase de trastocamientos, síempre es me-
atenuada de ese periódico. creían poder hacer retrogradar la 'senten- nester distinguir entre el trastocamiento material de l~s condiciones
cia de muerte que se habla dictado en contra deI ruísmo, para reti- económicas de producción, fielmente comprobables desde eI pun-
rarrne de la escena pública hacia mi gabinete de estúdio. to de vista de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas,
La primera tarea que emprendí con eI objeto de resolver las religiosas, 'artísticas o filosóficas, en suma, ideológicas, dentro de
duelas que me asediaban fue una revisión crítica de la filosoffa las cuales los hombres cobran conciencia de este conflicto y lo
deI derecho de He~eJ,15111 UH trabajo cuya introducción apareció dirimeo. As! como no S'C juzga a un individuo de acuerdo con lo que
en los Deutsch-Franzõsisrhe jallrbüehef",151 1 editados en París en éste cree ser, tampoco es posible juzgar una época semejante de
1844. Mi investigación desernbocó en el resultado de que tanto revolución a partir de su propía 'conciencia, sino que, por el con-
las condiciones jurídicas como Ias formas políticas no podían com- trario,se debe explicar esta conciencia a partir de las contradic-
prenderse por si mismas ni a partir de lo que ha dado en llamarse ciones de la vida material, a partir del conflicto 'existente entre
el desarrollo general dei esptritu humano, sino que, por el contra- fuerzas saci ales productivas y relaciones de produccién. Una for-
rio, radican eu las condiciones materiales de vida, cuya totalidad mación social jamás perece hasta tanto no se hayan desarrollado
agrupa Hegel, según el procedimíento de los ingleses y franceses todas las Iuerzas productivas para las cuales resulta ampliarnente
,dei sigla XVIII, bajo el nomhre de "sociedad civil", pero que era suficiente, y jamás ocupan su lugar relaciones de producción nue-
menesrer buscar la anatomía de la sociedad civil en la economia vas y superiores antes de que Ias condiciones de existeneia de las
política. Comcncé en Parfs la investigación de esta última, prosi-
niismas no hayan sido incubadas en eI seno de la propia antigua
gúiéndol,j en Bruselas, hacía donde liabía emigrado como conse-
sociedad, De ahí que Ia humanidad siempre se plantee sólo tareas
cuenciu de una orden de expulsión dei seüor Gui7.ot. EI resultado
que puede resolver, pues consíderándolo más profundamente siem-
general que obtuve y que, una vez obtenído, sirvi6 de hilo conduc-
pre hallaremos que la propia tarea sólo surge cuando las condicio-
tor de mis estúdios, puede formularse brevemente de la sigu'iente
nes materiales para su resolueión ya exisren o, cuando menos, se
munera. En la produccióu social de su existencia, loshombres
establecen determinadas relaciones, necesarias e independíentes de haltan en proceso de devenir, A grandes rasgos puede calificarse
su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un deter- a los modos de produccíón asiático, antiguo, feudal y burguês mo-
minado "estadia evolutivo de SlIS Iuerzas productivasmateriales. La derno de épocas progresivas de la formación econômica de la so-
totalidad de esas relaciones de producción ronstituye Ia estructura dedado Las relaciones de produccíon burguesas son la última forma
econômica de la socied:ul, ta base real sobre la" cual se alza un antagônica del ,proceso social de la producción, antagônica no en
edificio [[11)('1'1)(1/11 jurídico y político, y a la cual corresponden el sentido dei antagonismo individual, ·sino en el de un antago-
determinadas formas dc coucicncia social. El modo de producción nismo que surge de las condiciones soçiales de vida de los indi-
de la vida material ~lererlllin;~';[b('dil1l{en] el proceso social, polftico viduas, pera las fuerzás productívas que se desarrollan en el seno
e iutclcrtual de la vida-cn ~ener,Il.15~1 No es la concieneia de los· de la sociedad burguesa crean, aI mismo tiempo, las condiciones
humbres lo que determina Sll ser, sino, por el contrario, es su 'exis- materiales para resolver este antagonismo. Con esta formación so-
CRITICA O~~ LA ECONOMiA POl,fTICA
KARL 'MARX

el descubrimiento del oro californiano y australiano. me decidie-


cial concluye, por consiguiente, Ia prehistoria de la sodedad hu- ron a reiniciado todo desde un comíenzo, y a abrirme paso, crtti-
mana. I M 1 camente a través delnuevo material. Estos estúdios me condujeron,
Friedrich Engels. con quíen he estado mariteniendo un constan- en parte por sí solos, hacia disciplinas totalmente distantes en
te iruercambio 'ep~stolar de ideas desde la aparición de su genial apariencia, dentro de las cuales he debido demorarrrre por mayor
e~boz~. ~e una crítica de las categorias econômicas (en los Deutsch- o menor tiempo, Pera sobre todo, eI tiernpo que se hallaba a mi
Franzõs•.sche jahrbücher). había lIegado conmigo, por otra via disposición quedo reducido en ~irtud de la imperiosa necesidad
(véase su Lage der arbeitenden Klasse in England [La situación . de una actividad lucrativa. Mi colaboración, que ya lleva acho
de la clase ~bre.r4.en Inglaterra]), aI misma resultado."" y cuando aüos, con eI primer periódico anglo-americano, eI New York
s~ estableció asmusmo en Bruselas en la primavera de 1845, resol- Tribune,lrilll tornó necesaria una extraordinaria Iragmentacíón de
v~mos elaborar conjuntamente la oposieiónde nuestros puntos de los estúdios, puesto que sólo por excepción me ocupo de corres-
vista ,C(~mtra eI punto de vista ideológico de la filosoffa talemana pondencia periodística propiamente dicha. Sin embarg-o, at-tfculos
0: de hecho, ajustar cuentas con nuestra antigua conciencia filosó- relativos a notables acontecimientos econômicos en Inglaterra y
lIca."'o, Este propósito se Ilevó a cabo en forma de una crítica a la en eI continente constituían una parte tan significativa de mis con-
f ilosofía poshegeliana. El manuscrito, dos gruesos volúrnenes in rribucicnes, que ID'e vi forzado a familiarizarme con deta lles prác-
()cta~o) ya ha?ía arribado desde mucho tiempo atrás aI lugar donde ticos situados fuera dei ámbito de la cienda de la economía po-
debla ser editado, en Westfalia, cuando recibírnos la noticia de lítica propiamente dicha.
q.ue un cambio de .condiciones no, permitia su impresión. Dejamos Este esbozo acerca de la marcha de mis eSludios en el terreno
Iibrado el manuscrito a la roedora critica de losratones, tanto más de la economía política habrá de dernostrar solamente que mis
de. b~en grado cuanto qu'e habíamos alcanzado nuestro objetivo puntos de vista, comoquiera se los pueda [uzgar y por poeo que
p~IllClpal: comprender nosotros misrnos la cuestión. De los traba[os coim-idan ..con los prejuicios interesados de las clases dominantes.
dispersos en los cu ales presentarnos por entonces, hacia uno u son el resultado de una investígacíón escrupulosa y que ha Ilcvado
otro .Iado,nuestros puntos de vista al público, sólo citare el largos anos. Sin embargo. aI entrar en la ciencia, asl como en la
Mcniícst der Kommunistischen Partei [Manifiesto dei partido entrada aI Infierno. debe Iormularse esta exlgencia:
c(}~nllntst(l], reda.cta<lo conjuntamente por Engels y por mí, y un
UIsco"rs surle lrbre échange [Discurso sobre ellibrecambio]. publi- Qui si conoien lasciare ogni sospctto
cado. P?r uu parte. Los puntos decisivos de nuestroconcepto fue- OJ.,rni uiltà conuien che qui sia Ômortn,
ron Insl~uados,p~r vez primera en forma científica, aunque de un [Es bueno que el temor sea aquI d'ejadoj
mo~lo ~olo pOlC1111.CO, enmi trabajo Misére de la philosophie, etc. y aqui la cobardia, quede muerta.] (Dante)lfill l
[M.serra de In fdosofia] , publicado en 1847 y dirigido contra
Pro~lllhon. Un ensayo sobre el trabajo asalariado, escrito eJ,1 alemão
Londres, mero de 1859
~?l~~ Lohnarbeit-:-, en el cual en~re~jí mis conferencias pronun-
U,H1.lS sobre este tema eu la Asociación Obrera 4\lemana de Bru- KARJ. MARX
selas,Il;71 resulte) interrumpido en su Irnpresión por la revoludón
d~ Fcbrero y por el hecho de que, a consecuencia de la rnísma, fui
violentamente alejado de Bélgica.
La cd ie-ión de la Neuc Rhcinische Zeitllng'"" en 1848 y 1849.
Y ,los.acontcdm,ientos posteriores, interrumpi~ron mis estudios' 'eco-
ll()mH:~s, que .so~o. pude rcanmlar en I.ondres, en ]850. EI- ing-ente
material de ~l~st~na de la oconomía política que Se hana '~cumula­
do cn cl Bnflsh M1I.'ieurn, el plinto de vista favorable que ofrece
Londres para la obscrvad6n de la soci'edad bUfg-uesa, 'y por último
lrt Iluc\'a "etapa cvolutiva cn la <:ual pareció entrar esta última con

También podría gustarte