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Asia, con 44,5 millones de km2, es el continente más extenso del planeta.

Sus características naturales y humanas permiten identificar las


siguientes regiones:
-Septentrional: conformado por Rusia Siberiana, ubicada en la parte de Asia, desd los Urales hasta el Oceano Pacifico.  Ubicacion: N=Cabo
Cheleuskin,S=fronera de Azerbaiyan, E= cabo Dezhnev, O=Golfo de Finlandia.Relieve: diverso, Llanura Oriental o Este: existen planicies que
sobrepasan los 300 m de altura, valles extensos y cuencas mal drenadas. Se destakn: La Meseta de la Siberia Central, los  Montes de Kolima y los
Montes de Cherski. Montes Urales: Es un sistema montañoso de unos 2500 m de altura, rico en minerales piedras preciosas y semipreciosas.  La
Planicie de siberia Occidental: es un area de tierras bajas, no sobrepasan los 180 m, en ella encontramos las llanuras de Turgai. La meseta de
Siberia Oriental: Se caracteriza por una secuencia de plataformas desgastadas por la erosion, esta la peninsula de Kamchatka y los montes Munku
Sardyk y Tannuola. Las montañas del Sureste: formado por una gran cantidad de montañas que bordean el sur y el este de Siberia, algunas son:
Montes Yablonovi, Stanovoi, meseta Stanovoi, Montes Sayan. Hidrografia: Los rios son de gran longitud, se congelan durante el invierno y en la
primavera provoca muchas inundaciones. Algunos rios importantes son: Lena, Yenisei, Obi. El lago mas profundo del mundo Baikal.Rusia posee
costas en los mares dediversos oceanos como: Oceano Glacial Artico: Mar de Laptev o clancco, Siberia oriental, mar de los Chukchi. Oceano
Pacifico: Mar de Bering, Ojotsk. Clima: de muy bajas temperaturas, posee inviernos rigurosos y veranos suaves, las precipitaciones
escasas. Vegetacion: abundan los robles, los olmos, hayas y tilos, como las tierras permanecen cubiertas por el hielo, el crecimiento de plantas es
escaso por la humedad. Fauna: renos, zorros polares, lechuza polar y la perdiz, foca blanca y el vison.--Region Central: los componen los paises: del
Caucaso,Los paises del este del Mar Caspio: Kazajstan, Kirguistan, Tayikistan, Turkmenistan y Uzbekistan. Ubicacion: en las montañas y mesetas de
Asia Central, ubicadas en el sur del Caucaso y oeste del Mar Caspio.Relieve:se destacan los montes del Caucaso, frontera natural entre Europa y
Asia. Sobresalen el Monte Shkara y el volcan extinguido Aragats. Accidentes geograficos: Montes Altai, Montes Tien Shan, Cordillera Pamir,
Desierto Karakum, Khan Tengri. Hidrografia: rios:Rioni,Araks,Kumairi y Kirovakan, Debed y Vorotan, Kura, Rzdon.Clima: dependiendo de la zona
tienen varios climas como el: mediterraneo, desertico y continenal. Vegetacion: existencia de encima, platano, nogal y olivo, aparecen los bosques
de coniferas, taiga, pinos y abetos. Fauna: zorro, lobo, oso panda, asno salvaje, buey almizclero y el yak.
En el sur tropical se encuentra la mayor variedad de plantas, entre las que puede destacarse el bambú. Los ejemplares más significativos de la
fauna de las regiones meridionales de la llanura son las musarañas arborícolas, las ratas del bambú y las ginetas. Los humedales de la gran llanura
china cuentan con importantes poblaciones de aves, como patos, grullas, garzas, cisnes y avutardas.
Los chinos de etnia han se concentran en esta amplia llanura oriental, donde representan la inmensa mayoría de la población. También hay
minorías como las representadas al norte por los manchúes y al sur por los miao y los yao. El chino es la principal lengua de la región, aunque este
idioma reviste muchas variedades dialectales: al norte predomina el mandarín, mientras que al sur es mayoritario el cantonés. Entre otras lenguas
no pertenecientes a la familia china figuran el chuan, el miao y el yao, hablados en las regiones más meridionales de la llanura.
Tras la revolución china de 1949, la práctica religiosa ha sufrido un fuerte declive en el país. No obstante, sigue habiendo una parte significativa de
la población que profesa diversas confesiones como el taoísmo, el budismo y el cristianismo. El sincretismo está muy extendido, de modo que
muchos de los seguidores del taoísmo y del budismo asisten indistintamente a los ritos de ambas religiones y siguen al mismo tiempo las
enseñanzas morales del confucianismo. En los últimos años se ha registrado un fuerte crecimiento de los adeptos a una nueva religión, la secta
Falun Gong, cuyos integrantes han sido objeto de una dura persecución por las autoridades chinas.
Las llanuras del este de China figuran entre las zonas más pobladas del mundo, con una densidad media superior a cien habitantes por kilómetro
cuadrado. El 40 % de la población vive en ciudades, un porcentaje que se ha duplicado en los últimos 25 años. Se estima que hacia 2015 la
población urbana igualará a la rural.
La tasa de natalidad ha sido controlada gracias a la política de «un solo hijo» establecida a finales de la década de 1970, que prohíbe a las parejas
chinas tener más de un descendiente. Este férreo control de la natalidad ha evitado que se disparase la población de la gran llanura, sobre la que se
asientan gigantescas urbes como Pekín, Shanghai, Wuhan, Shenzhen, Cantón o Hong Kong.
Vista general de Hong Kong al atardecer. Las llanuras del este chino constituyen una de las regiones más pobladas del planeta, con más de cien
habitantes por kilómetro cuadrado.
El desarrollo experimentado en las últimas décadas en buena parte de las regiones costeras de China ha acentuado las diferencias económicas y
sociales entre el medio urbano y el rural, así como entre la franja litoral y las regiones del interior. El nivel de vida de millones de personas
residentes en las ciudades costeras ha mejorado notoriamente, lo que no ha impedido la aparición de suburbios marginales. En ellos se hacinan
campesinos llegados a las urbes en busca de mejores oportunidades.
La agricultura sigue siendo la base de la economía de la región, particularmente en las zonas del interior y en los valles fluviales. En la gran llanura
china se cultivan cereales (sobre todo, arroz), papas o patatas, remolacha, tabaco, algodón, soja, té y lino. La ganadería, que tiene una importancia
secundaria en esta parte de China, es principalmente bovina y porcina.
La actividad pesquera sigue siendo notable en muchas zonas del litoral, pese al fuerte desarrollo industrial experimentado en las mismas. Las
explotaciones forestales son escasas. La mayoría de los recursos naturales de China no se hallan en el subsuelo de la gran llanura, sino en el interior
de la nación. Las llanuras orientales sí cuentan, por otra parte, con numerosas centrales hidroeléctricas que abastecen de electricidad a las
ciudades y a los núcleos industriales.
Entre los principales polos industriales de la región figuran los de Pekín, Shanghai, Hong Kong, Cantón y la isla de Taiwán. Los principales sectores
de la industria china son el textil, el siderúrgico, el petroquímico, el metalúrgico y el electrónico. El turismo es un sector cada vez más boyante,
favorecido por la apertura económica al exterior y por la mejora de las infraestructuras hoteleras.
La mayor isla de Japón, Honshu, se encuentra en el centro de ese arco insular, entre Hokkaido y Kyushu. Al este de esta última hay otra formación
insular importante, Shikoku. El interior de Japón es montañoso, con numerosos conos volcánicos. El pico más alto es el monte Fuji, con una altitud
de 3.776 m. Tanto el litoral coreano como el japonés son, por lo general, muy recortados.
El archipiélago japonés es de origen volcánico, pasado del que todavía quedan restos activos como el volcán Fuji (en la imagen).
El clima es continental al norte de la península coreana y de Japón. Las nevadas invernales son abundantes, particularmente en el litoral occidental
japonés. Las condiciones climáticas son más templadas al sur de Corea y del archipiélago nipón, al quedar estos territorios sometidos a la influencia
monzónica. El sur de Corea y el sudoeste de Japón se encuentran también expuestos al efecto de los tifones, que suelen azotar su suelo a
comienzos de la estación otoñal.
En la franja norte de la península coreana existen amplias extensiones boscosas: destacan los ejemplares de abetos, cedros, alerces y sabinas,
especies arbóreas que también se encuentran en las regiones montañosas. En las zonas templadas tiene su hábitat el pino coreano, junto a árboles
de hoja caduca como el fresno, el tilo o el roble.
Al sur, en las comarcas más cálidas, abundan los brezos y las plantas florales. El ginseng, conocida planta medicinal, es propio del sur de la
península. Dentro de la fauna coreana pueden destacarse el oso negro, el faisán y el pájaro carpintero. En la isla de Jindo hay una especie canina
nativa, el perro de Jindo.
Asia monzónica
Se conoce como Asia monzónica a la región del nombrado continente que depende del monzón para el sostenimiento de su agricultura. Se llama
de esta forma para diferenciarlo de los monzones de Australia y África.
Esta área la conforman los siguientes países: Pakistán, India, Bangladés, Indonesia, China y Japón.
Clasificación[editar]
En esta área llueve en diferentes épocas del año, recibiendo un nombre distinto según la fecha:
 En invierno se llama monzón de invierno o monzón del noroeste.
 En verano se llama monzón de verano o monzón del suroeste.
También se dividen en dos subsistemas primarios dependiendo de la región: 1
 Monzón del Este Asiático
 Monzón de la India
El sistema del monzón asiático puede ser descrito como un sistema circulatorio entre océano-tierra-atmósfera.
Efectos[editar]
Los diversos países usualmente sacan provecho del monzón, ejemplo de esto es que gracias a los monzones en Asia existe y se facilita el cultivo de
arroz, como lo que sucede en China. Lamentablemente a veces los monzones afectan a otros países como Bangladés, que se inunda en estas
épocas.
Características climáticas El clima monzónico es una variable del clima tropical que presentan muchas complicaciones en cuestiones de detalles
pero tiene como carácter fundamental y constante el de un viento de tierra y otro de mar sucediéndose regularmente y formando como una
gigantesca brisa, lo que se conoce como monzón de invierno (tierra) y monzón de verano (mar). Se caracteriza de los demás climas tropicales en
que tienen dos estaciones muy marcadas, una lluviosa en verano y otra seca en invierno. También es característico del clima monzonico la
desaparición del régimen planetario global, para quedar sustituido por un régimen estacional y regional en el que en lugar del desnivel barométrico
entre latitudes se establece un desnivel entre tierra y mar.
2.1. Precipitación Las lluvias son abundantes, en torno a 2000 mm al año aunque estas se producen de forma estacional. Los máximos
pluviométricos son muy destacados y se dan en su totalidad en la estación húmeda (verano-otoño) con precipitaciones que alcanzan los 500-600
mm. La principal característica de estas lluvias es su carácter torrencial. Los mínimos pluviométricos se dan en la estación seca (invierno), en la cual
la falta de precipitación provoca que en esta estación se produzca un periodo de aridez. La duración de la estación seca varía según aspectos
locales, especialmente con la dirección del relieve local en relación al viento. –
5 - 2.2. Temperatura Las temperaturas son cálidas a lo largo de todo el año, con una media anual superior a los 18ºC. Los máximos en cuanto a
temperatura los encontramos en la estación húmeda (verano), con máximas superiores a los 30ªC, cuando empieza a actuar el monzón de verano
con vientos húmedos y cálidos. Con respecto a los mínimos de temperatura, encontramos mínimas de 23ºC, sobre todo durante la estación seca,
cuando el monzón de invierno trae vientos secos del continente. La clave que diferencia al clima monzonico del resto de climas tropicales es su
amplitud térmica, que se encuentra en torno a los 6-8ºC, más alta que el resto de climas tropicales. Por lo tanto podemos decir que el clima
monzonico no tiene invierno en sí, térmicamente hablando, ya que la temperatura en este tipo de clima es durante todo el año cálida, como
consecuencia de su latitud. 3. Factores explicativos Se produce en Asia tropical un fenómeno de alternancia de los vientos, que aunque no sea
exclusivo de Asia es más característico en ella; esto y la presencia del monzón son los dos factores más relevantes a la hora de definir las
características que presenta este clima.
Causas: En primer lugar el excesivo caldeamiento de las grandes masas de tierra en las latitudes tropicales cuando el sol está en el cenit (la
temperatura del Asia Central es unos 8º más alta de la que le correspondería por su latitud) origina un área de bajas presión, más pronunciada aun
que los de la zona ecuatorial, y que tiende a convertirse en foco de los alisios en el hemisferio opuesto. Este sistema establece una corriente
continua de aire que partiendo de la zona de altas latitudes cerca del paralelo 40º, se dirige hacia los citados centros continentales de depresión. - 7
- En cambio el excesivo enfriamiento durante el invierno(el Asia Central está unos 13º más fría de lo que le correspondería por latitud) establece en
las mismas masas continentales un sistema de alta presión que exagera la que ya es propia de estas latitudes y refuerza los alisios al aumentar el
gradiente en dirección al ecuador
Asia Occidental o del Oeste es una de las veintidós subregiones en que la ONU divide el mundo. Está compuesta por dieciocho
paísesː Armenia, Azerbaiyán, Baréin, Chipre, Georgia, Irak, Irán, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Catar, Arabia
Saudita, Siria, Palestina, Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Yemen, además de los países no reconocidos Abjasia, Osetia del Sur, Alto
Karabaj y Chipre del Norte. Sus mayores ciudades son Estambul y Ankara, en Turquía, y Riad, en Arabia Saudita.
Limita al norte con el mar Negro y Rusia, al noreste con el mar Caspio que la separa de Asia Central, al este con Asia del Sur, el golfo Pérsico y
el golfo de Omán, al sur con el océano Índico, y al oeste con el mar Rojo y el mar Mediterráneo. Posee una superficie de 4 607 160 km², una
población en el año 2013 de 163 707 000 hab. y una densidad de población de 35,5 hab/km².
Es prácticamente equivalente a las expresiones Oriente Medio o Cercano Oriente, que describen la posición geográfica en relación con la distancia
desde Europa más que a una localización dentro de Asia. Debido a que esto se percibe como eurocentrismo y las organizaciones internacionales
como las Naciones Unidas,1 han reemplazado los términos Oriente Medio u Oriente Próximo por Asia Occidental. Esta región y Europa son
nombradas colectivamente como Eurasia Occidental.
Clima
Montañas Chouf, Líbano, un valle entre Beiteddine y Deir al-Qamar.
Asia Occidental es un territorio principalmente árido y semiárido, y puede verse sometido a sequías; a pesar de ello, existen amplias extensiones de
bosques y valles fértiles. La región consiste de pastos, dehesas, desiertos y montañas. La escasez de agua es un problema en muchas partes de Asia
Occidental, con una población que crece rápidamente de manera que exige mayor demanda de agua, mientras que la salinización y la
contaminación amenaza las reservas de agua.2 Los grandes ríos, incluyendo el Tigris y el Éufrates, proporcionan fuentes de irrigación de agua y
apoya a la agricultura.
Hay dos fenómenos de viento en Asia Occidental: el sharqi y el shamal. El sharqi (o sharki) es un viento que viene del sur y el sureste. Es estacional,
y dura desde abril hasta principios de junio, y regresa de nuevo entre finales de septiembre y noviembre. Los vientos son secos y polvorientos, con
ocasionales ráfagas de hasta 80 kilómetros por hora y a menudo levantan violentas tormentas de arena y polvo que pueden llevar arena a unos
miles de metros de alto, y pueden cerrar aeropuertos durante cortos períodos de tiempo. Estos vientos pueden durar un día entero al comienzo y
al final de la estación, y durante varios días a mitad de la estación. El shamal es un viento veraniego noroccidental que sopla por Irak y estados del
golfo Pérsico (incluyendo Arabia Saudí y Kuwait), a menudo fuerte durante el día, pero decreciendo por la noche. Este efecto atmosférico ocurre en
cualquier lugar de una a varias veces al año.3
Topografía
Mientras que Asia Occidental principalmente contiene áreas con un bajo relieve, Turquía, Irán y Yemen incluye terreno montañoso. La meseta
anatolia se enmarca entre las montañas del Ponto y montes Tauro en Turquía. El monte Ararat en Turquía se alza hasta los 5.165 msnm. Los
montes Zagros se encuentran en Irán, en zonas a lo largo de su frontera con Irak. La Meseta Central de Irán está dividida en dos cuencas
hidrográficas. La cuenca septentrional es Dasht-e Kavir (Gran Desierto Salado) y Dasht-e-Lut en la cuenca meridional.
En Yemen, las elevaciones superan los 3.700 metros en muchas regiones y las zonas de tierras altas se extienden al norte a lo largo de la costa del
mar Rojo y al norte hacia el Líbano. Una zona de falla también existe a lo largo del mar Rojo, con una fisura continental creando una topografía a
modo de hoya con áreas ubicadas bien por debajo del nivel del mar.4 El mar Muerto, ubicado a nivel del mar entre la Cisjordania, Israel y Jordania,
está situado a 418 m por debajo del nivel del mar, haciendo de él el punto más bajo sobre la superficie de la Tierra.5
Un gran cinturón de depresiones se encuentra en la Península Arábiga, desde el centro de Irak, a través de Arabia Saudí, y a Omán y el mar Arábigo.
El Éufrates y el Tigris son ríos que cortan ese cinturón de tierras bajas en Irak y fluyen hacia el Golfo Pérsico. Rub'al KhāLī, uno de los más grandes
desiertos de arena del mundo, abarca el tercio meridional de la Península Aránbiga en Arabia Saudí, partes de Omán, los Emiratos Árabes Unidos y
Yemen. Jebel al Ajdar es una pequeña cordillera de montañas que se encuentra en el noreste de Omán, limitando con el golfo de Omán.
Tres grandes placas tectónicas convergen en Asia Occidental, incluyendo la Africana, la Euroasiática y la Arábiga. Los límites entre las placas
tectónicas llegan a la cresta Azores-Gibraltar, extendiéndose por el Norte de África, el mar Rojo y hacia Irán.6 La placa Arábiga se mueve hacia el
norte a la placa Anatolia (Turquía) en la Falla del Este de Anatolia,7 y el límite entre las placas Egeo y Anatolia en Turquía oriental es también
activa sísmicamente.6
Recursos hídricos[editar]
Varios grandes acuíferos proporcionan agua a grandes porciones de Asia Occidental. En Arabia Saudí, dos grandes acuíferos de
orígenes Paleozoico y Triásico se encuentran bajo las montañas Yabal Tuwayq y áreas al oeste del mar Rojo.8 Los acuíferos de
origen Cretáceo y Eoceno se encuentran por debajo de grandes proporciones de Arabia Saudí central y oriental, incluyendo Wasia y Biyadh que
contienen montones tanto de agua dulce como agua salada.8 El sistema acuífero de Nubia queda por debajo de grandes áreas del Norte de África. 8
El proyecto Gran Río Artificial en Libia utiliza una amplia red de tuberías para transportar agua desde el acuífero nubio a sus centros de población.
La recarga de agua subterránea para estos profundos acuíferos rocosos lleva miles de años, de manera que los acuíferos son esencialmente recurso
no renovable.9 La irrigación por inundación o surcos, así como métodos de aspersión, son usados extensamente para la irrigación, cubriendo cerca
de 90.000 km² cruzando Asia Occidental para agricultura.
En su libro Una historia de Asia Oriental. De los orígenes de la civilización al siglo XXI, su más reciente obra, el profesor Charles Holcombe, quien ha
dedicado su vida al estudio de la historia de China, comenta que, tras la caída del Imperio Romano de Occidente, “el país central” fue
probablemente el más rico del mundo durante un milenio; que Japón logró pasar a ser la primera sociedad fuera del mundo occidental en
modernizarse exitosamente, y que Corea del Sur, siendo un país moderno, occidentalizado y fuerte aliado de los Estados Unidos es también el país
más “confucionista” de Asia del Este. Estos son solo algunos de los interesantes datos que este autor nos ofrece para aproximarse a los países de
Asia Oriental que, a decir de él mismo, son junto con Norteamérica y Europa, uno de los tres más grandes centros de riqueza y poder globales
desde los inicios del siglo XXI.
Diversas características hacen que este libro constituya no solo una guía didáctica a través de la historia de la civilización asiática oriental, sino
también un viaje fascinante por los países que forman parte de ella: el doble enfoque tanto regional (Asia del Este) como nacional (China, Japón,
Corea, Taiwán, Singapur); es decir, de Estados-nación independientes; la visión del autor no solo desde la dimensión macro de la región, sino
también el acercamiento hacia la dimensión micro; la historia de vida de los asiáticos orientales, reconstruida a través de la cultura popular; la idea
de Asia Oriental no solamente como una civilización cerrada y aislacionista, sino también una civilización abierta, híbrida, multicultural e
internacional. Resalta también la perspectiva multidisciplinaria de la obra: histórica, cultural, política, lingüística, religiosa, económica, social y,
finalmente, la aproximación del autor hacia el concepto de modernización de esta región del mundo, lo cual no necesariamente está vinculada a la
occidentalización y la globalización sino a un proceso de modernización que permite afianzar más las tradiciones, los valores y las ideologías de Asia
Oriental, así como la coexistencia entre el Occidente y el Oriente.
Utilizando un orden cronológico, pero no siempre lineal, Charles Holcombe construye una historia de Asia Oriental mediante tres países principales,
China, Japón y Corea, entrelazando las historias de esos actores protagonistas de esta región tan próspera y exitosa económicamente a escala
mundial. Una de las premisas fundamentales presentes a lo largo de la obra es la existencia de Asia Oriental como una región relativamente
homogénea, pero con las identidades nacionales de cada país y sus propias características peculiares, sin dejar a su vez de formar parte de una
misma entidad coherente cultural e históricamente en la que cada uno de estos países giran en torno a un eje común: China. De este eje surgen
elementos como la escritura, capaz de conformar tanto ideas como valores; el confucionismo, que oscila entre la religión y la filosofía, así como el
budismo asiático oriental. Elementos culturales como estos surgen en China y su influencia permea tanto a Japón como a Corea. Posteriormente,
cada uno de estos países evoluciona y se distancia poco a poco de la influencia china, hasta alcanzar su propia madurez y conformar sus propias
identidades. A pesar de las diferencias, las historias de los países van entremezclándose y formando un entramado común de la misma región
geográfica. Este enfoque regional del tipo de los llamados estudios de área considera a Asia Oriental como una unidad de conjunto donde la visión
histórica conforma la civilización asiática oriental en torno a la figura de la Gran China; es decir, la actual República Popular China, Hong Kong,
Taiwán, Singapur, Corea, Vietnam, con todo su bagaje histórico y milenario, desde los orígenes de la civilización china como la “Cuna de Oriente”,
con sus repercusiones en la región y las diferencias nacionales que mantiene con los otros países que se encuentran bajo su zona de influencia.
Además de estos países protagónicos, el autor menciona otros secundarios, pero no por eso menos importantes, si bien aparecen en la obra de
manera más esporádica: Singapur, Taiwán y Vietnam, entre otros. Estos también se relacionan ampliamente con China. Sin embargo, si bien la
importancia de China se deja sentir en la obra como el país culturalmente más influyente de la región de Asia Oriental, el autor enfatiza en las
grandes diferencias que existen, por ejemplo, entre los sistemas de escritura chino y japonés, entre el tipo de diplomacia que ejercen los Estados
Unidos con China y con Japón, o en las diferencias que existen entre dos diferentes Estados chinos: el continental y la isla de Taiwán.
A lo largo de la mayor parte de las páginas que conforman esta obra, Charles Holcombe narra y describe con muchos detalles la manera en que han
evolucionado las civilizaciones china, japonesa y coreana a lo largo del tiempo, hasta llegar a ser lo que son actualmente: una historia de éxito
económico en el mundo. Esto lo logra utilizando dos dimensiones, la macro y la micro.
Desde la perspectiva macro, el autor narra una historia compleja: Las diferentes dinastías que han gobernado estos países, a través de distintas
luchas por el poder, periodos de restauración que han sucedido a gobiernos autoritarios, y distintos tipos de gobiernos que incluyen desde
imperios hasta democracias liberales, pasando por regímenes comunistas como el de la República Popular China; las guerras en que estos países
han participado, las modificaciones que han tenido sus respectivos territorios que no siempre fueron como son en la actualidad. El autor se
detiene, por ejemplo, en la historia del imperio mongol, que llegó a ocupar una vasta extensión territorial que abarcaba Persia, el Tíbet, Indochina,
e incluso llegó a Europa del este, en lo que se conoce como el más grande Imperio de toda la historia, y describe los cambios de las capitales
políticas de estos países, además de las problemáticas que han tenido que enfrentar sus sociedades a lo largo de una extensa historia que va desde
la época premoderna hasta los años de la globalización.
Al analizar estos temas, el autor nos sumerge en una historia llena de hechos tan contradictorios como sorprendentes: personajes como Sun Yat
Sen, que fue un gran nacionalista chino a pesar de haber recibido muchas influencias del extranjero y haber vivido él mismo fuera de su país; un
Mao Zedong, que sacó a China de la pobreza, pero con altos costos humanos, y un Den Xiaoping que, gracias a introducir profundas reformas
económicas en China, contribuyó a la consolidación de la ideología comunista y del Partido Comunista de China. Sobre Japón, el autor señala que la
Constitución Política fue redactada por los Estados Unidos, y sigue vigente hasta la actualidad a pesar de los amargos recuerdos que ese país
todavía tiene del lanzamiento de las bombas atómicas. De Corea del Norte, Charles Holcombe hace referencia al culto a la personalidad del Gran
Líder norcoreano, Kim Il Sung, a través de los más de 35,000 monumentos suyos existentes en ese país.
Por su parte, desde la dimensión micro, el autor retoma varios elementos de la historia cotidiana y de la cultura popular: La invención de la
imprenta de madera, que dio lugar a la explosión bibliográfica y a la difusión del confucianismo; la cultura del entretenimiento en Japón: desde el
té, las geishas y el teatro kabuki hasta la influencia pop estadounidense en Corea; la repercusión del budismo zen en la cultura japonesa en los
jardines de rocas, la poesía o la arquitectura; la popularidad de los automóviles estadounidenses en China; el jazz japonés; la historia del sushi,
del tempura, y el karaoke coreano. Quizás el ejemplo más representativo sea Japón, el Estado más estadounidense de Asia Oriental, que tiene
incluso una Disneylandia, pero, a pesar de eso, sigue siendo muy japonés.
Un aspecto importante de la obra es que desmitifica que los países asiáticos, y en particular China, hayan sido completamente cerrados,
aislacionistas y tradicionales. Plantea más bien que estuvieron expuestos desde la antigüedad al contacto con otras culturas y naciones, al comercio
internacional (como ocurrió con la llamada Ruta de la Seda), al mestizaje y las hibridaciones étnicas, lingüísticas, religiosas y culturales; que fueron
influidos por la modernidad temprana hasta ser lo que son actualmente: una mezcla de lo nuevo y lo viejo, lo oriental y lo occidental, sin perder su
esencia propia ni su identidad. Ejemplo de esto son los hallazgos arqueológicos de porcelana china de que habla el autor, encontrados en
Indonesia, Malasia, Filipinas, la India, el este de África, Egipto y el Golfo Pérsico. Habla también de la invención del ábaco y su importancia para el
comercio internacional, la llegada de los jesuitas a China, la apertura de los puertos chinos al comercio y las migraciones europeas, así como las
colonizaciones que ha habido en enclaves chinos como Hong Kong, Macao, Shanghái o Qindao, donde llegó a haber universidades para extranjeros
y periódicos en lenguas de otros países. El mismo autor señala que la civilización china fue siempre una visión multiétnica, nos habla de elementos
como el origen manchú del vestido largo conocido con el nombre chino de qipao, y de la religión tibetana como común denominador entre dos
pueblos: los mongoles del oeste conocidos como zúngaros, y la dinastía Qing manchú del noreste; de que la dinastía Qing era considerada como
“cosmopolita”, característica que no es reciente en la civilización china, sino de muchos años atrás. Actualmente, es la globalización como conjunto
de influencias modernizadoras lo que ha cuestionado, adaptado o reemplazado las ideas tradicionales de Asia Oriental, pero, a pesar de todo, estas
sobreviven todavía y se mantienen vivas. Así, tenemos hoy en día remanentes de las monarquías nacionalistas locales en el Emperador japonés, y
milenios de unidad política y centralismo en el gobierno de partido único de la República Popular de China.
Las historias se entrelazan. Charles Holcombe nos habla de que, en tiempos de la dinastía Song, China comercializaba con países tan alejados como
la España morisca; de los viajes de Marco Polo a China; de las audiencias de los cristianos nestorianos a los reyes de Inglaterra y Francia; de Beijing
como capital del imperio mongol. El confucianismo permea Corea y Japón, rutas comerciales globales, como las de los portugueses, incluyen a
China en su trayectoria, mientras que en el siglo xvii Li Yu surge como un intelectual chino con ideas modernas. La diversidad cultural de China
recibe influencias extranjeras de distancias muy alejadas, mientras la civilización china también alcanza localidades geográficas muy distantes, y se
ve influida por los chinos que viajan al extranjero y regresan a su país.
La perspectiva multidisciplinaria resalta a lo largo de las páginas de esta obra tan bien documentada y escrita, en que el autor no solo narra hechos,
sino también los analiza, y pasa fácilmente de los sucesos históricos a las etimologías, las aportaciones culturales, filosóficas, religiosas o artísticas
de las diferentes civilizaciones, a través de saltos no solo disciplinarios, sino también temporales, que nos permiten entender el origen histórico de
algunos elementos de Asia Oriental, razón por la cual ciertas circunstancias de la actualidad de esta región están conectadas con algunos hechos
del pasado, o bien compara un mismo elemento cultural en las diferentes civilizaciones china, japonesa o coreana, entre sí o con otras culturas,
como el Tíbet, Manchuria o Mongolia. Por ello el análisis que plantea el autor resulta complejo; sin embargo, la manera en que lo aborda y el
lenguaje en que está escrito este interesante estudio, resultan claros.
El autor retrata a los países de Asia del este como tradicionales y milenarios, pero a la vez abiertos al mundo e insertos en la cultura global
moderna. Este tema, unido con el de la occidentalización es también importante en la obra, entendida esta de una manera diferente a la visión
occidental, que divide la historia en Antigüedad, Edad Media y Edad Moderna. La visión de Asia Occidental es diferente por carecer de Edad Media
(salvo en Japón que sí tuvo un feudalismo). En China, nos señala el autor, solamente hubo un tiempo premoderno y otro moderno, con una
transición en el siglo XIX. La modernidad en China significó abrirse al libre mercado e introducir ferrocarriles veloces, en Japón adoptar una
democracia liberal representativa, y en Corea lograr la industrialización al estilo estadounidense. Sin embargo, esta modernización, si bien alcanza
niveles envidiables hasta para las sociedades occidentales, mantiene todavía las profundas ideas tradicionales de estos países. En este sentido, el
autor plantea la paradoja de que el comunismo chino fue una forma de modernización y occidentalización de ese país, debido a que muchos de sus
líderes comunistas se formaron en Francia.
Es esta la historia de cómo la región conocida como Asia Oriental se convirtió en exitosa en la actualidad, pero no exenta de la crueldad de las
guerras, las pérdidas territoriales y humanas, las crisis económicas y las desigualdades sociales. A pesar de sus complejidades históricas, para el
autor Asia Oriental permanece como una región con un gran potencial económico y un futuro sobresaliente que, a pesar de la globalización, ha
sabido mantener sus valores locales
Asia Central es una de las veintidós subregiones en que la ONU divide el mundo. Está compuesta por cinco
paísesː Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. Sus mayores ciudades
son Taskent(Uzbekistán), Almatý (Kazajistán), Asjabad (Turkmenistán) y Biskek (Kirguistán).
Limita al norte con Asia del Norte, al este con Asia Oriental, al sur con Asia del Sur y al oeste y noroeste con la parte europea de Rusia. Con 64 370
000 hab. en 2013 es la segunda región menos poblada —por delante de Asia del Norte—, con 4 millones de km², la menos extensa, y con 16.1
hab/km² la segunda menos densamente poblada, nuevamente por delante de Asia del Norte.
Asia Central se ha caracterizado históricamente por sus pueblos nómadas y por la Ruta de la Seda.1 Como resultado ha sido la vía por la que se han
movido personas, bienes, e ideas, entre Europa, Oriente Medio, Asia del Sur, y Asia Oriental.2
Existen varias definiciones de lo que constituye Asia Central. Actualmente se sigue la definición de la subregión de la ONU que la compone de cinco
repúblicas ex-Soviéticas Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistány Uzbekistán. En ocasiones, por razones étnicas se
incluyen Mongolia, Afganistán, Pakistán del Norte, Irán del Noreste, Noroeste de India y el China del Oeste. En ocasiones se amplia aún más para
acoger otras partes de China como Qinghai, Tíbet, Gansu y Mongolia Interior así como el sur de Siberia. El hecho de que las cinco repúblicas ex-
soviéticas terminen con el sufijo "-stán" (que en persa significa "lugar de") hace que a esta región se la conozca coloquialmente como los Stans.3
Previo al nacimiento de Mahoma y durante la Edad Media la región estaba compuesta de pueblos iranios45 que incluía
a sogdianos y corasmios sedentarios y a escitas y alanos semi-nómadas. La población sedentaria juega un importante papel en la historia de la
zona, así los tayikos, pastunes, pamiris y otros pueblos iranios siguen presentes en la zona. Pero tras la expansión de los pueblos túrquicos, se
convirtió también en patria de uzbekos, kazajos, kirguís y uigures de forma que en ocasiones Asia Central recibe el nombre de Turquestán.
El Asia Central es la región que engloba a las naciones que se encuentran en la parte central de Asia. No existe un acuerdo unánime sobre qué
territorios forman esta región. Sin embargo existe un consenso general sobre algunas áreas geográficas definidas que sin duda pertenecen a esta
zona; es el caso de las actuales repúblicas de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.
Suelen considerarse también como parte de la zona, por vínculos geográficos, históricos y culturales, la Región Autónoma de Mongolia Interior de
la República Popular China, y entidades federales integrantes de la Federación de Rusia: la República Kalmyk, la República de Tatarstán,
la República de Bashkortostán, la República de Altái, la República de Tuvá, la República de Buriatia, y parte de la República de Saja.6 Esta
delimitación tiene sentido en la época actual, pero en términos históricos es habitual extender la denominación para comprender Afganistán,
partes de Irán, Pakistán, Siberia, Cachemira y el Tíbet y las actuales repúblicas de Armenia, Azerbaiyán y Georgia, aunque estas tres últimas suelen
incluirse también dentro del Cáucaso.
Geográficamente, el límite meridional de Asia Central está señalado por una línea casi ininterrumpida de cadenas montañosas, de unos 6.500 km
de longitud, que llega desde la China hasta el mar Negro, dificultando el acceso hacia el interior desde Asia del Sureste, el subcontinente indio y
Oriente Medio. Esas cadenas montañosas son, de este a oeste, el Nan Shan, el Altyn-Tagh, los Karakórum, el Hindu Kush y el Paropamisus,
el Elburz y las montañas del Cáucaso.

El Asia Central es la región que engloba a las naciones que se encuentran en la parte central de Asia. No existe un acuerdo unánime sobre qué
territorios forman esta región. Sin embargo existe un consenso general sobre algunas áreas geográficas definidas que sin duda pertenecen a esta
zona; es el caso de las actuales repúblicas de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.
Suelen considerarse también como parte de la zona, por vínculos geográficos, históricos y culturales, la Región Autónoma de Mongolia Interior de
la República Popular China, y entidades federales integrantes de la Federación de Rusia: la República Kalmyk, la República de Tatarstán,
la República de Bashkortostán, la República de Altái, la República de Tuvá, la República de Buriatia, y parte de la República de Saja.6 Esta
delimitación tiene sentido en la época actual, pero en términos históricos es habitual extender la denominación para comprender Afganistán,
partes de Irán, Pakistán, Siberia, Cachemira y el Tíbet y las actuales repúblicas de Armenia, Azerbaiyán y Georgia, aunque estas tres últimas suelen
incluirse también dentro del Cáucaso.
Geográficamente, el límite meridional de Asia Central está señalado por una línea casi ininterrumpida de cadenas montañosas, de unos 6.500 km
de longitud, que llega desde la China hasta el mar Negro, dificultando el acceso hacia el interior desde Asia del Sureste, el subcontinente indio y
Oriente Medio. Esas cadenas montañosas son, de este a oeste, el Nan Shan, el Altyn-Tagh, los Karakórum, el Hindu Kush y el Paropamisus,
el Elburz y las montañas del Cáucaso.
Desde un punto de vista geográfico Asia Central constituye una extensa región de variada geografía, desde altas montañas (Tian Shan), vastos
desiertos (Kara Kum, Kyzyl Kum, Taklamakán) y estepas cubiertas de hierba. Las grandes estepas centroasiáticas se consideran unidas a la
de Europa del Este como una zona geográfica homogénea, la Estepa euroasiática.
La mayoría de la tierra es demasiado seca o accidentada para la agricultura. El desierto de Gobi se extiende a los pies de la Cordillera del Pamir, 77°
E, hasta los montes Gran Khingan (Da Hinggan), 116°–118° E.
Entre sus puntos se cuentan:
 El desierto más alto del mundo (de dunas), en Buurug Deliin Els, Mongolia, 50°18' N.
 El permafrost más sureño del Hemisferio Norte, en Erdenetsogt sum, Mongolia, 46°17' N.
 La distancia más corta del mundo entre un desierto no helado y permafrost: 770 km.
La mayoría de la población se gana la vida del pastoreo aunque en las ciudades de la región existen centros de actividad industrial.
Respecto a la hidrografía, los principales ríos son el Amu Darya, el Syr Darya y el Hari; los lagos son el agonizante mar de Aral y el lago Balkhash,
ambos partes de la extensa cuenca endorreica de Asia central/occidental que también incluye al mar Caspio. Ambos cuerpos de agua han bajado su
nivel en las últimas décadas debido al desvío de las aguas de los ríos a propósitos industriales y de irrigación. El agua es un recurso
extremadamente valioso en la árida Asia Central capaz de llevar a importantes disputas.
Clima[editar]
Puesto que no se halla ninguna gran masa de agua que amortigüe su clima, las fluctuaciones de temperatura son muy severas.
Según la clasificación climática de Köppen Asia Central es parte de la ecozona paleártica. El mayor bioma de la región es el llamado
"praderas, sabanas y matorrales de clima templado". Otros biomas existentes son praderas y matorrales de montaña, matorrales desérticos y
áridos y bosque templado de coníferas.

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