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Víctimas. Ella representa un paso importante en el camino hacia una reforma agraria con la que
está en deuda el Estado, y con la cual muy seguramente se hubiera evitado tanto dolor y tanta
violencia en la vida de muchos colombianos en estas décadas.
Hacemos un breve recorrido histórico por las distintas iniciativas de ley de tierras y reformas
agrarias aprobadas en el país.
A grandes rasgos
De Alfonso López Pumarejo a Juan Manuel Santos
Para hablar de los antecedentes históricos del actual proyecto de Ley de Tierras, podríamos
comenzar mencionando el primer intento serio de reforma agraria en el país realizado durante el
gobierno de Alfonso López Pumarejo con la también llamada Ley de Tierras, o ley 200 de 1936.
Con ella se intentó, entre otras cosas, otorgar tierras a los campesinos que cultivaban terrenos que
no les pertenecían, bajo el principio de que la propiedad privada debía cumplir una función social.
La ley estuvo acompañada de fuertes movimientos de oposición, y tanto los conservadores como
los terratenientes liberales se unieron para lograr, durante el segundo gobierno de Pumarejo
aprobar una nueva ley, la ley 100 de 1944 con la que se recuperaban algunas de las condiciones
existentes antes de ser aprobada la Ley de Tierras, como la figura de aparcería. Así, los
campesinos no podían convertirse ya en propietarios de la tierra que trabajaban. Esto constituyó
uno de los fracasos de ese primer intento de ley de tierras. Luego en 1961 en el gobierno de
Alberto Lleras Camargo se expide la ley 135 de 1961 o Ley de Reforma Social Agraria impulsada
por Carlos Lleras Restrepo, en ese momento senador de la República. Con esta ley se crea el
Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora) que contemplaba entre sus funciones, la
compra de tierras para su distribución entre la población campesina, y que tuvo vigencia hasta el
2007 cuando el gobierno de Álvaro Uribe liquida la institución por los numerosos casos de
corrupción en los que se vio envuelta. En su lugar se crea el Instituto Colombiano de Desarrollo
Rural (Incoder) como mecanismo para la administración de las tierras por parte del Estado.
También lo estuvo la Ley de Tierras –la ley 708 de 2001- creada en el gobierno de Andrés
Pastrana, y enfocada sobre todo en dar facilidades de financiación a población sin recursos para
obtención de tierra y vivienda. Tanto en el gobierno de Pastrana como en los inicios del gobierno
de Álvaro Uribe, se proponen modificaciones a la ley 160 del gobierno de Samper, pero solo se
tocará el tema de la redistribución de la tierra con mayor intensidad cuando comienza el debate por
la aprobación del proyecto de Ley de Desarrollo Rural, que, propuesto desde inicios del primer
gobierno de Uribe como parte de su política de tierras, es aprobado en junio de 2009. Con la ley se
buscó, entre otras cosas, que personas con 5 o más años en propiedad de una tierra pudiera
legalizar sus títulos. Para algunos, esta sería la puerta de entrada para que grupos insurgentes
legalizaran propiedades obtenidas de manera violenta. Luego aparece por iniciativa del partido
liberal y de la oposición una propuesta para la creación de una ley de víctimas en la que se incluyó
una nueva Ley de Tierras. Los debates en torno al proyecto de ley fueron continuos y la propuesta
se hunde en 2009, por iniciativa del Gobierno quien considera que por un lado el trato dado a las
víctimas de Estado no puede ser el mismo que el que se da a las víctimas de los grupos armados,
y por otro, que una reparación que vaya más allá de la restitución de la tierra significaría un
desfalco para el Estado.
Finalmente el tema de las tierras toma fuerza de nuevo a finales de 2010 cuando Juan Manuel
Santos presenta el proyecto de Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras como el proyecto
bandera de su plan de gobierno. La ley es aprobada el 25 de mayo de 2011 y con ella muchos
auguran el inicio de una nueva etapa en la historia de la violencia en el país.
-----1936-----
o Durante el primer gobierno de López Pumarejo, se sancionó la que fue llamada "ley de
tierras" o ley 200 de 1936, que toma en consideración el concepto de función social de la propiedad.
-----1944-----
o 8 años más tarde durante el segundo gobierno de López Pumarejo se aprueba la ley 100 de
1944. La ley significó un retroceso para la reforma agraria del país al recuperar formas como la aparcería, que
nuevamente cerraron para los campesinos la posibilidad de convertirse en propietarios de la tierra que
trabajaban
-----1961-----
o Se expide la ley 135 de Reforma Social Agraria o “reforma agraria de Carlos Lleras”
(senador en ese entonces), que tendrá vigencia hasta 1995 cuando entra en vigor la ley 160 de 1994. Se
funda además el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora) encargado de la compra y distribución
de las tierras entre la población campesina.
-----1968-----
o Se promueve desde el gobierno de Carlos Lleras Restrepo la creación de la Asociación
Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) como una manera de presionar desde el sector popular el
desarrollo de la Reforma Social Agraria que se estaba tornando lenta e improductiva por la acción de grupos
terratenientes y conservadores opositores a ella. También se expide la ley 1 de 1968 que permitió la
expropiación de tierras privadas cultivadas por arrendatarios o aparceros.
-----1973-----
o Se modifica durante el gobierno de Misael Pastrana la Ley de Reforma Social Agraria de
Carlos Lleras. Opositores a la ley realizan una contrarreforma celebrando el Acuerdo de Chicoral en el que se
introducía el concepto de calificación de tierra. De esta manera el Estado no podía expropiar tierras que se
consideraran bien explotadas.
-----1988-----
o Se aprueba durante el gobierno de Virgilio Barco una reforma agraria con la que se eliminan
los obstáculos planteados por el Pacto de Chicoral.
-----1994-----
o Se expide durante el gobierno de Ernesto Samper la ley 160 de 1994 que remplaza a la ley
135 de 1961, con la cual se crea el Sistema Nacional de Reforma Agraria y Desarrollo Rural Campesino y se
establece un sistema de subsidios para la adquisición de tierras.
-----2001-----
Se crea durante el gobierno de Andrés Pastrana la Ley de Tierras o ley 708 de 2001 centrada en el
desarrollo de mecanismos de financiación de tierra y vivienda para población sin recursos.
----2009-----
Se aprueba durante el gobierno de Álvaro Uribe la Ley de Desarrollo Rural, polémica por contener
dos artículos que, según sus detractores, abría las puertas para la legalización de terrenos obtenidos de
manera violenta. En este mismo año se hunde el proyecto de Ley de Víctimas y Ley de Tierras impulsado por
miembros de la oposición.
-----2010-----
Se aprueba el proyecto de Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras presentado por Juan Manuel Santos.
Su Ministro del Interior lo califica como la columna vertebral del plan de gobierno.
Despojados de sus cosechas
Los departamentos donde se han emitido las sentencias son Tolima, Norte de
Santander, Antioquia, Sucre, Córdoba, Cesar, Bolívar, Meta, Magdalena, Nariño, Valle
del Cauca, Putumayo y Santander.
Ricardo Sabogal, director de la URT, dice que el balance es positivo debido a que
ahora el país cuenta “con toda la institucionalidad montada” para este tema. Es decir,
ya hay oficinas en las zonas donde se sufrió con mayor intensidad el despojo o el
abandono de las tierras y en estos lugares están los jueces y los tribunales instalados.
En total, son 86 zonas en las que, según el Ministerio de Defensa, están las
condiciones de seguridad para hacer estos procesos.
Sabogal resalta que las sentencias que se han presentado “demandan un enorme
esfuerzo de los jueces” y aseguró estar “muy contento porque se han sacado
sentencias maravillosas que han dado contenido a lo que ha sido la afectación de la
restitución sobre cuándo aplicarla y cómo aplicarla”.
“Esto plantea muchos interrogantes, porque la gente que está allí en cada una
de las entidades trabaja muchísimo, entonces ¿si trabajan tanto por qué no
avanzamos?”, se pregunta González Posso. El director de Indepaz resalta que
se necesita una “revisión muy de fondo de los instrumentos” para que se llegue
a una restitución “efectiva y concreta” que no se quede en el anuncio ni en los
procesos.
Manifiesta que los números muestran que el proceso “está crudo”, debido a la forma
en la que está planteada la ley. “El marco institucional se está demostrando
demasiado insuficiente y muy complicado, muy burocrático. Entonces, la gente rema y
rema en canoa cuando lo que se necesita es un trasatlántico”, señala.
Sin embargo, Sabogal cree que hay que tener en cuenta que se está aplicando una
ley nueva y los jueces están empezando a aplicar marcos normativos que antes no
existían. “Este trabajo inicial es un trabajo muy duro. Los jueces están armando los
contenidos teóricos que alumbrarán la aplicación de la ley”, señala.
Por esto, considera que estas primeras decisiones no son tan rápidas como se
esperaría y, además, advierte que pese a que la ley se sancionó hace dos años, su
aplicación empezó desde el 1 de enero del año pasado y los jueces empezaron a
recibir los casos a mitad de año. Además, recalca que estos procesos judiciales tienen
que tener una duración entre los 8 y 12 meses, cuando antes había que esperar
alrededor de 20 años.
María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz, señala que está
ley “no es un hecho menor” y, tal como lo dice Sabogal, expresa hay que tener en
cuenta que el primer paso que se debía cumplir era montar la institucionalidad que se
requería para poder aplicar la ley.
“Es una labor de marca mayor generar todas estas instituciones y que tengan
representación regional. Todo esto es un montaje muy importante”, dice.
Para Llorente, hasta el momento se han cumplido con las “rutas establecidas” y no se
puede desconocer que el marco para aplicar la norma hasta ahora se estaba
montando.
Las dificultades
El ex ministro González Posso plantea que tiene que haber un proceso más expedito
del reconocimiento de los derechos. Además, recalca que la aplicación de la ley no se
puede quedar en procesos individuales y familiares, sino que “tiene que ser algo
colectivo o masivo y no a gota a gota”.
El director de la URT señala que, entre otros de los problemas con los que se han
presentado, es que algunos de los campesinos no tienen los títulos de propiedad, lo
que dificulta la identificación del predio. Además, los sistemas catastrales no están
actualizados y el hecho de no tener información institucional dificulta el proceso.
Y, añade, se han encontrado con casos en los que las personas no quieren volver a
sus tierras. “Muchos de los campesinos que fueron despojados, llevan mucho tiempo
por fuera de ellos y quizás ahora no quieran volver. Entonces, ya nos ha pasado con
algunas sentencias que han venido saliendo: nos dicen que no vuelven”, cuenta
Sabogal.
Presentación
La ley 1448 de 2011, conocida como Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, en su título IV
capítulo II, crea un procedimiento legal para restituir y formalizar la tierra de las víctimas del
despojo y abandono forzoso que se hubieren presentado desde el 1 de enero de 1991 con ocasión
del conflicto armado interno. El procedimiento es mixto en cuanto se compone de una etapa
administrativa (inscripción en el registro de tierras despojadas) y de un recurso judicial (acción de
restitución).
La ley 1448 de 2011, conocida como Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, en su título IV
capítulo II, crea un procedimiento legal para restituir y formalizar la tierra de las víctimas del
despojo y abandono forzoso que se hubieren presentado desde el 1 de enero de 1991 con ocasión
del conflicto armado interno. El procedimiento es mixto en cuanto se compone de una etapa
administrativa (inscripción en el registro de tierras despojadas) y de un recurso judicial (acción de
restitución).
Para lograr la restitución jurídica y material de las tierras despojadas, la Ley crea Unidad
Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas, entidad Adscrita al
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, como instancia administrativa cuyo objetivo central es
"servir de órgano administrativo del Gobierno Nacional para la restitución de tierras de los
despojado" a que se refiere la Ley 1448 de 2011 y llevar el Registro Único de Tierras Despojadas.
Esto significa que la Unidad será la encargada de diseñar y administrar el Registro de Tierras
Despojadas y Abandonadas, en donde además del predio, se inscribirán las personas sujeto de
restitución, su relación jurídica con la tierra y su núcleo familiar.
Además de lo anterior, la Unidad llevará, a nombre de las víctimas, las solicitudes o demandas de
restitución ante los Jueces y/o Magistrados de Restitución de Tierras y, en el caso que no sea
posible la restitución, y previa orden judicial, compensará a la víctima y a los terceros de buena fe
exenta de culpa. Para estos efectos, la Unidad contará con un Fondo a través del cual cumplirá sus
funciones y las órdenes judiciales.
Para efectos de brindar las garantías procesales y permitir el debate jurídico ante el órgano que la
propia Constitución Política establece para resolver en escenarios de justicia, la Ley también
ordena la creación de cargos de Jueces Civiles del Circuito y Magistrados de los Tribunales
Superiores de Distrito Judicial Sala Civil, especializados en restitución de tierras, que como se
manifestó al inicio, tienen bajo su responsabilidad tomar las decisiones de fondo sobre las
reclamaciones y pretensiones conexas en el marco de la reparación integral. Los mismos deciden
los procesos en única instancia y de manera definitiva. Asimismo conservan la competencia hasta
tanto se garantice la restitución material del bien despojado, esto es, el goce efectivo del derecho
restituido. La sentencia constituirá pleno título de propiedad.
Este proceso de restitución de tierras despojadas y abandonadas se hace bajo los postulados de la
justicia transicional, los cuales buscan que la sociedad colombiana pase de un contexto de
violencia a uno de paz con una democracia vigorosa e incluyente. Generar las condiciones para el
uso, goce y disposición de los derechos sobre la tierra es un buen paso para ello.
Los procesos de justicia transicional en el mundo han estado orientados a dejar atrás como
sociedad, escenarios de violación masiva y sistemática de los derechos humanos, garantizando los
derechos a la verdad, la justicia y la reparación. Por lo general, dicha transición se hace
flexibilizando los criterios de justicia, por tanto muchos de los perpetradores o victimarios se ven
beneficiados por disposiciones como indulto, amnistía o reducción de penas. Es decir, para lograr
el tan anhelado tránsito hacia la paz, se sacrifica la justicia. Pero a su vez, también se generan
mecanismos tales como: purgas al interior de los Estados, rendición de cuentas, instrumentos para
conocer la verdad como procesos penales especiales, comisiones de la verdad, entre otras.
Empero, para la Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras uno de los factores más importantes
para lograr la transición es respetar y garantizar los derechos de las víctimas, pues ellas son las
más afectadas por la violencia indiscriminada y generalizada. En efecto, se han diseñado
mecanismos de flexibilización de las rigurosidades procesales y probatorias de la justicia civil, para
que a la víctima le sea más fácil acreditar lo que ha perdido y lograr el restablecimiento de sus
derechos.
Por último, la restitución jurídica y material de las tierras abandonadas y despojadas por el conflicto
armado interno, permitirá no solo responder a la deuda histórica con las víctimas (justicia
restaurativa y reparadora), sino lograr que Colombia transite de un contexto de violencia a uno de
paz (justicia transicional), con desarrollo económico e inclusión social democrática (justicia social).
http://restituciondetierras.gov.co/?action=article&id=15
Preguntas frecuentes
Las siguientes son las preguntas que con mayor frecuencia son respondidas por los funcionarios
de la unidad, esperamos que sean útiles para usted
Es una herramienta legal que reconoce los daños que han sufrido miles de personas y
comunidades por causa del conflicto armado interno colombiano, y que por ser víctimas de la
violencia tienen derecho a saber la verdad de lo que les sucedió, a que se haga justicia y a
obtener una justa reparación. En efecto, el Estado tiene la obligación de respetar y garantizar
estos derechos a través de mecanismos de ayuda, asistencia y, especialmente, de reparación.
La ley fue aprobada por el Congreso y sancionada por el Presidente Juan Manuel Santos el 10 de
junio de 2011.
En la medida que contempla medidas excepcionales que buscan pasar de un contexto de violencia
a uno de paz, es un instrumento de justicia transicional, ya que busca la reconciliación entre los
colombianos y colombianas; especialmente, se orienta a ayudar, asistir y reparar a las personas
afectadas por el conflicto armado.
La reparación es un derecho fundamental que tienen las víctimas y por tanto pueden exigirlo al
Estado, quien está en la obligación de garantizarlo y hacerlo efectivo a través de diferentes
instituciones.
La Ley, establece disposiciones especiales para lograr la efectiva devolución de los bienes
inmuebles despojados o abandonados.
La restitución de tierras es una parte de la reparación integral de la Ley de Víctimas, por lo cual si
una persona fue afectada por otro tipo de delitos podrá reclamar la indemnización, la rehabilitación,
garantías de satisfacción y garantías de no repetición.
¿Qué es el despojo?
Es una acción que emplean los grupos armados, sus representantes o incluso oportunistas para
lograr que los legítimos propietarios, poseedores u ocupantes de los predios vendan, entreguen o
desocupen la tierra aprovechando el contexto y vulnerabilidad de las víctimas.
Casos frecuentes de despojo ocurren cuando las personas se ven obligadas a vender a precios
muy bajos debido a las circunstancias de violencia o por presiones, o cuando para lograr la
trasferencia del bien se falsifican firmas o documentos, incluso con la participación de funcionarios
corruptos.
Otro caso de despojo ocurre cuando el Incoder, antes Incora, le adjudicó o le dio un terreno a una
persona y presumiendo que ésta dejó abandonado el predio, se lo quitó mediante la figura de
caducidad administrativa y lo adjudicó a otro.
Es la situación en la cual la víctima se ve obligada a dejar sus tierras para proteger su derecho la
vida, libertad e integridad suya y la de su familia, razón por la cual se ve impedida para usar y
explotar su predio.
Es importante tener en cuenta que el despojo y el abandono forzado se utilizan de manera conjunta
para quitarles la tierra a las personas que fueran propietarias, poseedoras de predios, o
explotadoras de baldíos, y que la Ley en materia de Restitución de tierras contempla tanto a
víctimas de despojo como de abandono.
Las personas propietarias o poseedoras de predios o explotadoras de baldíos que hayan sido o
sean víctimas del despojo o abandono forzado de sus tierras a causa del conflicto armado, desde
el 1 de enero de 1991 hasta el 10 de junio de 2021.
on aquellas personas que tienen una escritura pública, una resolución del Incoder o del Incora o
una sentencia de un juez que luego fue registrada ante las Oficinas de Registro de Instrumentos
Públicos. Es decir para que una persona sea propietaria debe cumplir dos requisitos: tener un título
y registrarlo.
¿La carta-venta o el contrato de compraventa son títulos de propiedad?
En el caso de terrenos baldíos se debe acudir al Incoder para iniciar el proceso de adjudicación en
donde la carta-venta servirá como prueba de la ocupación. Una vez adjudicado el predio se debe
llevar el título a la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos.
Son las personas que se creen y actúan como dueñas de un predio, y por tanto lo usan, explotan o
incluso arriendan a otros, pero no tienen el título de propiedad y/o el registro del título ante la
Oficina de Registro de Instrumentos Públicos.
Para demostrar la posesión son útiles la carta-venta, el contrato de compraventa, los vecinos que
han sido testigos del tiempo de la posesión del predio, así como los recibos de pago de servicios
públicos, de impuestos prediales, los contratos de arrendamiento en que el poseedor obre como
arrendador, o cualquier otro que sirva para demostrar la vinculación directa con el bien.
Son las personas que viven o explotan directamente un terreno baldío. Los terrenos baldíos son
aquellos que pertenecen a la Nación, razón por la cual el Estado a través de Incoder puede
adjudicarlos. Para que una persona tenga derecho a que se le adjudique un terreno baldío debe
haber trabajado la tierra por lo menos durante cinco años.
La ocupación debe hacerse de manera personal, no vale la explotación que se hace por medio de
otras personas.
Si. La ley permite que la restitución sea también para quien no tiene documentos que acrediten su
relación de propietario, poseedor u ocupante. En estos casos, el Estado a través de la Unidad de
Gestión de Restitución de Tierras, con la ayuda de la víctima, se encargará de buscar las pruebas
que acrediten su relación con el predio.
Lo anterior se hace porque en las zonas rurales es común que los negocios se hagan “de palabra”
o que durante el desplazamiento se extravíen los documentos. Además, porque los campesinos,
muchas veces, desconocen cuáles son los trámites necesarios para llegar a ser propietarios, lo
cual ha contribuido a aumentar la vulnerabilidad de las víctimas y ha facilitado los despojos.
¿Si en los papeles del predio aparece solamente uno de los cónyuges o compañero o
compañera permanente, el otro puede solicitar la restitución?
Sí, siempre y cuando el solicitante de la restitución fuese la persona con quien se convivía al
momento en que ocurrieron los hechos o amenazas que ocasionaron el despojo o el abandono
forzado, y si el predio fue adquirido por la pareja durante el matrimonio o la unión libre (unión
marital de hecho), porque se entiende que tienen igual derecho sobre el predio.
Si es posible, siempre y cuando quien solicita la restitución sea el verdadero propietario, poseedor
u ocupante, y así quede probado ante el juez. En este caso la sentencia obligará a quien está en el
predio a desocuparlo para proceder a la restitución. Durante el proceso se establecerá si quien
está en el predio actuó de buena fe exento de culpa o si por el contrario hace parte de los
victimarios y se procederá según el caso.
¿Qué pasa con aquellas personas que actuaron de buena fe exenta de culpa?
Aquellos que compraron de buena fe exenta de culpa, tendrán que entregar el bien a ser restituido
y serán compensados.
Se dice que una persona actuó de buena fe, exenta de culpa, si tuvo conciencia de obrar con
honestidad, lealtad y rectitud en un negocio y con la seguridad de haber empleado todos los
medios para saber si a quien le compraba era el legítimo dueño, que pagaba el precio justo, y que
el predio no había sido despojado o abandonado por la violencia.
¿Qué pasa con aquellas personas que se quieran hacer pasar por víctimas de abandono o
despojo?
Los tramposos o avivatos que pretendan hacerse pasar como víctimas y engañar al Estado con
falsas pruebas, podrían ir a prisión entre 5 a 8 años. Los funcionarios que apoyen el registro
fraudulento y las personas que se opongan dentro del proceso de restitución mediante medios o
pruebas falsas también tendrán las mismas sanciones penales.
¿La restitución de tierras es una medida creada exclusivamente para que la población
desplazada por el conflicto haga efectivos sus derechos sobre la tierra?
No.
Todos los que han sido víctimas de despojo o abandono forzado, incluyendo a la población
desplazada, tienen derecho a que se les restituyan sus tierras.
Hay muchas víctimas que no fueron desplazadas de sus predios, pero que por acciones tramposas
sus tierras se encuentran a nombre de otras personas. En estos casos también procede la
restitución.
¿Si una víctima es desplazada y quiere hacer efectivo su derecho a la restitución, debe estar
inscrita en el registro único de población desplazada?
No.
No es obligatorio que la víctima esté inscrita en el registro de desplazados. Ello apenas es una
prueba del despojo o abandono forzado. Lo que sí es un requisito para la restitución es que el
predio se encuentre inscrito en el “Registro de tierras presuntamente despojadas y abandonadas
forzosamente".
¿Pueden acogerse al proceso de restitución las personas desplazadas que han podido
retornar a sus predios pero que aún no tienen los títulos que las acreditan como
propietarias?
Sí, porque la Ley de Víctimas persigue que todo aquel que cumpla con los requisitos para ser
propietario, pueda acceder a tener un título de propiedad con el fin de evitar nuevos procesos de
despojo o abandono forzado.
La Ley de Víctimas establece que las mujeres gozarán de especial protección del Estado en los
trámites relacionados con la restitución de tierras. Para ello, una vez creada la Unidad Especial de
Gestión de Restitución, se pondrán en marcha diversos mecanismos que garanticen atención
diferencial, como por ejemplo:
¿Si los padres ya fallecieron y ellos abandonaron o les fue despojado un predio, pueden los
hijos acceder a la restitución?
Sí. Los herederos de personas que hayan muerto o se encuentren desaparecidas y que fueron
despojadas o tuvieron que abandonar sus predios tienen derecho y por lo tanto pueden iniciar la
acción de restitución.
Los tramposos o avivatos que pretendan hacerse pasar como víctimas y engañar al Estado con
falsas pruebas, podrían ir a prisión entre 5 a 8 años. Los funcionarios que apoyen el registro
fraudulento y las personas que se opongan dentro del proceso de restitución mediante medios o
pruebas falsas también tendrán las mismas sanciones penales.
El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural a través de los equipos del Proyecto Protección de
Tierras y Patrimonio, atenderá los requerimientos de la población sobre información para la
restitución de tierras, y recibirá las solicitudes que los interesados presenten, sin que esto
implique la iniciación formal del proceso respectivo, ya que es a partir del 2012 que se
iniciará formalmente con la gestión de los casos.
¿Cuáles son los pasos para acceder a la restitución, una vez entre en pleno funcionamiento
la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras y las autoridades
Judiciales de Restitución?
Es un sistema de información que permitirá al Estado conocer cuántos predios fueron despojados y
abandonados y quiénes eran sus propietarios, poseedores y ocupantes para que una vez se
certifique su ingreso a esta lista de bienes se pueda acudir ante el juez para lograr la restitución o
formalización.
¿Si no se tenían legalizados los documentos del predio, al restituirse se entrega en las
mismas condiciones?
Preferiblemente no. La Ley de Víctimas busca que las personas a las que se les restituya un predio
tengan la seguridad que estos no les van a ser nuevamente arrebatados (garantía de no
repetición), por esto se buscará siempre que sea posible que las personas al final del proceso
tengan los títulos de propiedad a su nombre.
¿Qué pasará con las personas que se aprovecharon del desplazamiento forzado, o que
actuaron de mala fe y que aún se encuentren en el predio?
Son las medidas especiales que se toman teniendo en cuenta que la violencia no afecta de la
misma manera a todas las víctimas y que por el contrario, la violencia por causa del conflicto
armado ocasiona ciertos daños a cada población dependiendo si son mujeres, niños, niñas, adultos
mayores o población étnica.
¿Qué pasa con las cuentas pendientes de servicios públicos, los impuestos prediales,
créditos y préstamos en relación a los predios que van a ser restituidos?
¿Qué sucederá con los proyectos productivos que funcionan en las tierras que van a ser
restituidas?
Si en el predio que va a ser restituido se están adelantando proyectos agroindustriales o
productivos, el juez podrá autorizar la celebración de contratos (por ejemplo, de arrendamiento)
entre los beneficiarios de la restitución y quien estuviera desarrollando el proyecto productivo,
siempre y cuando éste último pruebe la buena fe exenta de culpa en el proceso y reconozca la
plena propiedad de la víctima sobre el terreno.
Cuando quien esté desarrollando el proyecto productivo, no pruebe la buena fe exenta de culpa, el
Magistrado entregará el proyecto a la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de
Tierras Despojadas para que lo administre a través de terceros. Las ganancias ocasionadas por la
administración del predio se destinarán a programas de reparación colectiva para víctimas vecinas
del predio, incluyendo a quien se beneficie por la restitución.
¿Qué significa que en el proceso de restitución se invierte la carga de la prueba? ¿En estos
casos la víctima no tiene que aportar pruebas?
En la Ley, la restitución del predio no depende de las pruebas que aporte la víctima para demostrar
que fue despojada o que tuvo que abandonar sus predios, sin embargo ésta puede y debe aportar
pruebas siempre que le sea posible.
Por su parte, quien se oponga a la solicitud de restitución, tendrá que demostrar que adquirió el
bien de manera legal y sin fraudes, es decir, con buena fe exenta de culpa.
Estudian ley para dar claridad a los más de 100 mil baldíos en el país
“Las 40.000 hectáreas ya fueron recuperadas (…) ya estas tierras hoy son del
Gobierno colombiano”, señaló Vélez, quien aseguró que las tierras recuperadas del Fondo
de Ganaderos de Córdoba llegan a las 30.000 hectáreas.
El nombre del embajador Carlos Urrutia y de la firma Brigard & Urrutia surgieron por la voz del senador Jorge Enrique Robledo.
Foto: SEMANA
El magistrado tomó la decisión tras una queja que interpuso la Red de Veedurías
Ciudadanas que dirige Pablo Bustos. Este, a su vez, se basó en las denuncias del
senador del Polo Jorge Enrique Robledo, quien ha insistido en que la firma de abogados
contrarió la ley al montar un entramado de empresas con el propósito de “esquivar las
limitaciones legales para armar una plantación de palma y una planta de etanol sobre
antiguos terrenos baldíos adjudicados a campesinos”, como lo citó en su columna de
SEMANA el 15 de junio pasado el periodista Daniel Coronell.
El nombre de Urrutia y de la firma Brigard & Urrutia surgieron en este episodio por la voz
del senador Robledo, quien los señaló de haber estructurado la estrategia mediante la
cual la firma Riopaila Castilla se hizo con cerca de 40.000 hectáreas de tierras baldías en
Vichada.
El embajador Urrutia, por su parte, a través de comunicados, argumentó que para asumir
el cargo que ostenta vendió las acciones que le pertenecían en la firma Brigard & Urrutia y
que en la actualidad no tiene participación alguna en dicha firma.