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buscan esencialmente ‘‘potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del

desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la

personalidad integral’’(Calderon, R, Mora, g, Segnini,P, Madrigal, S, 2012, p.10 ). De esta

manera, en el presente proyecto se propone fomentar y trabajar en el desarrollo de conocimientos y

habilidades sobre las emociones con el objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos

que se le plantean en la vida cotidiana, teniendo como finalidad aumentar el bienestar personal y

social (Bisquerra, 2001, p.243)

Teniendo en cuenta lo anterior, diversas investigaciones se han realizado en las cuales se

resalta la importancia de trabajar las emociones en jóvenes y niños. De este modo, en una

investigación realizada en la Universidad de Valencia (España) por Mestre, V, Samper, P.

Porcar, M., Minzi, C & Mesurado, B (2012) se parte del supuesto de que en la agresividad

influyen los mecanismos de afrontamiento en la resolución de problemas y el manejo de las

emociones: inestabilidad emocional (falta de autocontrol ante situaciones que producen

tensión) o empatía (sentimientos orientados al otro que tiene un problema o necesidad).

Estos investigadores evaluaron una muestra de 1.557 niños y niñas, con un rango de edad

entre 12 y 15

En este mismo sentido, Fernández A, Quintanilla, L, Gimenez, M, (2016) en un estudio

realizado en España, se centraron en probar de forma preliminar el funcionamiento de un

programa de intervención para mejorar las competencias emocionales en niños de entre 9 y

10 años en situación de riesgo de exclusión social. El programa tuvo como principal

objetivo, la mejora de algunos componentes del conocimiento y la regulación emocional.

Para ello, se utilizó un diseño preexperimental de un solo grupo con pretest y postest (N =

14). La muestra definitiva quedó compuesta por 14 niños (10 niñas y 4 niños). Los

resultados mostraron una mejora estadísticamente significativa en manejo de emociones,


adaptabilidad e inestabilidad emocional, además de una utilización más efectiva de

estrategias de regulación emocional. No se encontraron diferencias significativas entre

niños de familias españolas e inmigrantes. En la discusión se señala la conveniencia de

promover este tipo de programas para prevenir problemas de salud mental en este tipo de

población

En otro estudio realizado por Oros L, Nalesso, A (2015) en el Instituto Superior Adventista

de Misiones( Argentina), estos investigadores trataron de analizar si la empatía y la

experiencia de emociones positivas impactan significativamente sobre la ejecución de

habilidades sociales en la niñez media, y en qué medida lo hace cada una. Se seleccionó

una muestra no aleatoria de 406 niños (227 niñas y 179 varones), comprendidos mayor

mente entre los 10 y 12 años de edad, quienes completaron los siguientes instrumentos,

previo consentimiento de sus padres: (a) la Subescala de Habilidades Sociales Adecuadas

(Matson, Rotatori & Helsel, 1983), validada a la Argentina por Schulz (2008), (b) la Escala

Multidimensional de Empatía para niños argentinos (Richaud de Minzi, Lemos & Oros,

2013) y (c) el Cuestionario Infantil de Emociones Positivas (Oros, 2014). Para analizar la

acción conjunta de las emociones positivas y la empatía sobre las habilidades sociales

apropiadas, se ejecutó un ANOVA factorial con un diseño 3 (alta, moderada y baja

emocionalidad positiva) x 3 (alta, moderada y baja empatía). La variable dependiente

estuvo constituida por los valores brutos de la Subescala de Habilidades Sociales

Adecuadas. Los resultados indicaron que las emociones positivas y la empatía facilitan el

despliegue de conductas socialmente habilidosas, siendo mayor el impacto de las

emociones positivas en comparación a la empatía. Es tos resultados son importantes a la

hora de comprender la dinámica de los procesos implicados y de diseñar programas de

intervención para promover habilidades


sociales en la niñez.

Referencias

Mestre, V., Samper, P. Porcar, M., Minzi, C. & Mesurado, B. (2012). Emociones, estilos

de afrontamiento y agresividad en la adolescencia. Universitas

Psychologica, 11(4), 1263-1275.

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