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Texto correspondiente a la clase 1 de Anatomía

Generalidades de Anatomía Humana


Si observamos esta imagen, podemos apreciar a dos personas que se
encuentran de pie, con sus brazos hacia amos lados del cuerpo, separados
levemente de este y con las palmas de las manos hacia adelante.

Sus miembros inferiores se encuentran juntos, con los pies paralelos.

Si apreciamos la cabeza, observamos que la misma se encuentra erguida,


mirando hacia el frente.

Lo que acabamos de describir con nuestras palabras, es la posición anatómica;


una posición de referencia que se determinó por convención, y que se utiliza
para describir casi todas las estructuras en anatomía. Esto es importante, ya
que la misma fue decretada para evitar ambigüedades, y que todos, sin
importar idioma o universidad donde hayamos estudiado, hablemos un mismo
idioma, y definamos las estructuras de una misma forma.

Algo muy importante a tener en cuenta, es que dicha posición NO varía. Sea
hombre, mujer, de talla alta, baja, se encuentre acostado, parado o haciendo la
vertical, TODO se describirá a partir de la posición anatómica de referencia.

De ahora en más, el objetivo se encuentra en poder definirla, ya no más con


nuestras palabras, sino con términos académicos que todo estudiante de
anatomía debe manejar e incorporar a la hora de describir una estructura.

Para comenzar a hablar de forma apropiada, comenzaremos a definir lo que es


un eje:

El mismo se define como una sucesión infinita de puntos, que se caracteriza


por tener una dirección;

En el cuerpo encontraremos 3 ejes principales:

Un eje longitudinal, de dirección vertical, es decir desde el cráneo hasta los


pies (súpero-inferior)

Uno transversal, de dirección latero-lateral, es decir que va de un costado hacia


el otro.

Y por último uno sagital, que presenta dirección anteroposterior, es decir desde
adelante hacia atrás como si fuera una flecha.

Si homologamos los ejes recientemente mencionados podríamos decir que


este eje que tiene dirección súpero-inferior, es decir dirección vertical, y por lo
tanto se homologa como el eje longitudinal.
Por otro lado, si mencionamos al eje recientemente marcado, podríamos decir
que tiene dirección latero-lateral, por lo tanto se analogaría al eje transversal.

Mientras que por último, este eje marcado que tiene dirección anteroposterior,
podría analogarse al eje sagital.

Si entendimos eso, podríamos apreciar que la sumatoria de ejes, forman


planos. Por lo tanto podríamos decir que el eje longitudinal sumado al eje
sagital, formarían el plano recientemente pintado de azul, al cual
denominaremos plano sagital.

Por otro lado, si nosotros observamos la sumatoria del eje longitudinal, sumado
a uno transversal, vemos que se forma un plano, que pintaremos de amarillo, el
cual denominaremos plano coronal, también llamado frontal.

Por último, si sumamos el eje transversal con el eje sagital, que se denomina
plano transversal y pintaremos de rojo.

De esta manera vemos como la sumatoria de ejes forman planos, y de ahora


en más, estos serán los planos con los cuales seccionaremos al cuerpo
humano.

Si nosotros observamos, veremos que el plano sagital, llevado al cuerpo


humano, genera un corte en el cuerpo que nos lo dividirá en una mitad
izquierda y una mitad derecha. A modo de resumen podemos decir, que el
plano sagital, formado por los ejes sagital y longitudinal, segmenta al cuerpo
en una mitad izquierda y otra mitad derecha.

Por otra parte, si nosotros dividimos al cuerpo a través de un plano coronal o


frontal, veremos que el mismo lo hace dejando una porción anterior y una
posterior. Por lo tanto, queda claro, que el plano coronal, formado por los ejes
longitudinal y transversal, dividen al cuerpo en una mitad anterior y otra
posterior.

Para finalizar, si nosotros traspolamos el plano transversal al cuerpo humano,


veremos que el mismo segmenta al cuerpo en una mitad que se orienta
superior, y otra inferior. Por lo tanto, el plano transversal, formado por los ejes
sagital y transversal, secciona al cuerpo en una mitad superior y otra inferior.

Si nosotros analizamos y traspolamos la definición de ejes y planos que


realizamos previamente, y tenemos en cuenta estos mismos, llevados a los
términos de movimiento, tenemos que aclarar que cada movimiento se realiza
alrededor de un eje y se desplaza sobre un plano en particular.

Si nosotros analizamos la definición de flexión, la misma se define como la


reducción o disminución del ángulo formado entre huesos o partes del cuerpo.
Determina, en general, el acortamiento de la distancia entre los extremos
alejados de los segmentos articulados. Por otro lado, el segmento flexionado se
desplaza en un plano sagital alrededor de un eje transversal.

Si nosotros analizamos el eje a partir del cual se realiza el movimiento de


flexión, podríamos pensarlo como la forma en la que deberíamos colocar un
clavo al muñeco de madera para que los segmentos se articulen y realizan el
movimiento que deseamos. Por lo tanto, en este caso el mismo deberíamos
colocarlo como si fuera un eje transversal. Por otro lado, el plano a través del
cual se realiza la flexión es el plano sagital, de esta manera, si le colocamos el
plano, observamos que el movimiento de flexión se realiza o desplaza a través
de un plano sagital, sobre un eje transversal. Cabe destacar, que el eje
alrededor del cual se realiza un movimiento SIEMPRE es perpendicular al
plano sobre el cual se desplaza; como observamos acá, el eje transversal, es
perpendicular al plano sagital.

Por otro lado, llevado esto mismo al movimiento de extensión, se define como
el enderezamiento o el aumento del ángulo formado entre huesos o segmentos
del cuerpo. Es el movimiento opuesto a la flexión. El segmento en movimiento
se desplaza en un plano sagital, alrededor de un eje trasverso. Como
conclusión, aquellos movimientos que son contrarios entre sí, como lo son la
flexión y extensión, se realizan alrededor del mismo eje (el transversal en este
caso) y a través de un mismo plano (el sagital en este caso).

Otro movimiento a tener en cuenta y analizar es el movimiento de abducción, y


su movimiento contrario que es la aducción. El primero se define como aquel
movimiento en el que el extremo no articular de un segmento se aleja del plano
sagital mediano. También es denominado separación y se desplaza en un
plano coronal y su extremo articular gira alrededor de un eje sagital. La
traducción de esto, muestra que el clavo, sería un eje sagital, y el plano a
través del cual se va a realizar el movimiento es un plano coronal. Recordemos
que el movimiento de aducción es su movimiento contrario, es decir un
acercamiento hacia el plano sagital medio, y al ser movimientos contrarios,
comparten el eje y el plano, por lo tanto, la aducción necesita un clavo,
representado por el eje sagital, y se realiza sobre un plano que es el coronal.

Por último, el movimiento de rotación, que se define como aquel movimiento


que se realiza a través de un eje longitudinal, sobre un plano transversal. De
esta forma, veremos que el miembro realizará un movimiento donde el
segmento gira. La rotación medial rota el miembro hacia adentro, y el
movimiento de rotación lateral, lo hace hacia afuera.

Un movimiento que merece mención aparte es el movimiento de supinación y


pronación. El movimiento de supinación se define como aquel movimiento del
antebrazo alrededor de su eje, produciendo la rotación del hueso radio, que
termina con su epífisis distal ubicada lateralmente al cúbito, de manera que la
palma queda orientada hacia delante. Dicho de una manera más sencilla, es el
movimiento del antebrazo, que permite colocar la palma de la mano en posición
anatómica, osea hacia adelante. Uno tendería a pensar que entonces es un
movimiento de rotación, pero la realidad es que el movimiento se realiza sobre
un eje oblicuo y a través de un plano también oblicuo, por lo tanto no cumple
con los requisitos para definirlo como rotación. Es por esto que lleva un nombre
específico.

El movimiento de pronación, que se define como el movimiento del antebrazo


alrededor de su eje. Se produce la rotación del hueso radio, que termina con su
epífisis distal medial al cúbito, de manera que la palma queda hacia atrás. Por
ser un movimiento contrario a la supinación, comparte eje y plano con ella.

Cabe destacar, que en el caso de la articulación del pie, la misma carece de


flexión y extensión, sino que se habla de flexión plantar, en el caso de mover la
articulación como si nos paráramos en puntas de pie, y flexión dorsal en el
caso de hacer el movimiento contrario.

Con respecto a los términos de situación y dirección, de ahora en más, ya no


denominaremos ciertas relaciones tal como estamos acostumbrados a hacerlo,
sino que buscaremos un léxico apropiado y adecuado al vocabulario
anatómico:
A lo que está arriba, le diremos superior, a lo que está por debajo, inferior; por
ejemplo, podemos decir, que la nariz, es inferior a los ojos, y los ojos,
superiores a rodilla.

Cuando nos refiramos a los costados, si se encuentra más próximo a la línea


media, le diremos medial; mientras que si se encuentra más alejado, le diremos
lateral; por lo tanto, en posición anatómica, podes decir que el primer dedo de
la mano, es decir el dedo pulgar, es lateral al quinto dedo, o meñique. Si
tenemos en cuenta la nomenclatura específica del miembro, lo que se
encuentra más cercano a la raíz del mismo, es decir, donde se une al tronco,
será descripto como proximal, mientras que lo que se encuentra más alejado,
será descripto como distal.

Lo que se encuentra más próximo a la superficie, lo nombramos como


superficial, mientras que lo que se encuentra más alejado de la superficie, lo
referiremos como profundo, de esta manera, por ejemplo, el húmero, es
profundo a la piel.

• En posición ERGUIDA.

• Con la cabeza, los ojos y los dedos del pie hacia ANTERIOR,
mirando al horizonte.

• Los brazos hacia ambos lados del cuerpo, levemente


ABDUCIDOS, y con las palmas de las manos mirando hacia
ANTERIOR, con los antebrazos en SUPINACIÓN.
• Los miembros inferiores ADUCIDOS, con los talones juntos y con los
pies paralelos.

Esqueleto:

Definiremos esqueleto a aquel sistema biológico que proporciona soporte,


apoyo y protección a los tejidos blandos y músculos en los organismos vivos.

El hombre posee un endoesqueleto osteocartilaginoso y membranoso (tejidos


conectivos especializados) que integran el conjunto de estructuras rígidas del
cuerpo y permiten su movilidad.

Los huesos son órganos vivos que están formados por un tejido conectivo
duro y resistente.

• Esqueleto axial: ubicado en relación con el eje longitudinal del cuerpo y


constituido por el cráneo, la columna vertebral, las costillas y el esternón.

• Esqueleto apendicular: partes anexas a la línea media (apéndices), cuyos


huesos pertenecen a los miembros superiores e inferiores.

A su vez cada miembro tiene dos porciones: una cintura, que lo relaciona con
el esqueleto axial, y una porción libre del miembro, que corresponde al resto de
sus huesos. La escápula y la clavícula forman la cintura pectoral y el coxal
forma la cintura pélvica.

Estructuralmente, los huesos se clasifican en:

Huesos largos, que son aquellos huesos donde el largo predomina por sobre el
espesor y el ancho. Estos huesos, tienen como principal, aunque NO única, la
función de hacer palanca. En los huesos largos, característicamente podemos
diferenciar un extremo proximal, denominado epífisis proximal, un extremo
distal, denominado epífisis distal, y uno intermedio denominado diáfisis. Entre
la epífisis y la diáfisis se encuentra una zona denominada metáfisis, donde en
jóvenes, podremos encontrar la fisis, o también conocido como cartílago de
crecimiento; encargado de que el hueso crezca a lo largo. Estos huesos tienen
en su periferia hueso compacto, y profundo a este, hueso esponjoso. En el
centro de la diáfisis, poseen lo que se denomina cavidad medular, cuya función
es albergar a la medula ósea, que tiene función hematopoyética, es decir, de
generar células de la sangre. Cabe destacar, que a medida que crecemos, la
médula ósea se va degenerando a tejido graso, y es en pocos huesos, donde
se conserva la función hematopoyética.

Otro tipo de hueso lo constituyen los huesos cortos. Estos se caracterizan por
la similitud de sus tres medidas, ni el ancho, ni el largo, ni el espesor sobresale
por sobre el resto. Su principal función es la de soportar peso.
Por último, encontramos a los huesos planos; estos tienen dos medidas
similares, el ancho y el largo, que predominan claramente por sobre el espesor.
Se caracterizan por no tener cavidad medular, y presentan superficialmente
tejido compacto, conocido como tabla, y un centro de hueso esponjoso
conocido como diploe.

Su principal función es la de generar cavidades, y proteger estructuras. Un


claro ejemplo de huesos de este tipo lo constituyen los huesos del cráneo.

Una articulación es la unión de dos estructuras entre sí, a través de diferentes


tejidos; Aquellas que sean entre huesos, se denominarán articulaciones
verdaderas o anatómicas, y aquellas entre estructuras que no sean óseas, se
denominarán articulaciones falsas o fisiológicas. A los fines de esta cursada,
haremos hincapié en las verdaderas.

Cuando una articulación está constituida por dos huesos, la clasificaremos


como articulación simple; mientras que si la misma está constituida por más de
dos huesos, la clasificaremos como una articulación compuesta, o, lo que es lo
mismo, un complejo articular.

Cuando vamos a analizar una articulación, lo podemos hacer en función de


numerosos criterios.

Según el movimiento, una articulación se clasificará en articulaciones móviles,


semimóviles e inmóviles.

Según el tejido interpuesto, o lo que es lo mismo que el TIPO de una


articulación, las clasificaremos en óseas (cuando dos huesos se fusionan
formando una sinostosis), fibrosas o sinfibrosis(que a su vez presentará otros
subtipos como las suturas de los huesos del cráneo, las membrana interóseas
o las sindesmosis, cuando la estructura se articula a través de un ligamento,
suturas, o membrana interósea ), cartilaginosas (cuando el tejido que se
interpone es cartílago hialino, en el caso de las sincondrosis, o las sínfisis, en
caso de que se presente fibrocartílago como estructura interpuesta)y
sinoviales. Son estas últimas, las que estudiaremos con mayor ahínco.

Por otro lado, según la morfología de las superficies articulares, podremos


clasificarlas en función del género.

Dentro de los géneros posibles, podemos encontrar a articulaciones


sinoviales de género

Plano, cuando ambas superficies articuladas son planas, generando


movimientos de deslizamiento.

Troclear, cuando actúa como si fuera la bisagra de una puerta, realizando


flexión y extensión,
Silla de montar, que como su nombre lo indica, se asemeja a una montura, y
permite movimientos en dos ejes.

Condilea o elipsoidea, cuando las formas articuladas no representan una


esfera, sino una estructura elipsoidea, y por lo tanto no permite el movimiento
de rotación,

Enartrosis o esferoidea, que se caracterizan por una cabeza redonda que se


introduce en una superficie cóncava que la aloja, permitiendo movimientos
multiaxiales, entre ellos, flexión, extensión, aducción, abducción, la sumatoria
de estos cuatro que se denomina circunducción, y también rotación lateral y
medial.

Por último, podemos encontrar el género pivote, o más conocida como


trocoide, donde un extremo óseo encaja en una cavidad permitiendo
movimientos de rotación lateral y medial.

Otra criterio que encontramos a la hora de describir y clasificar una articulación


es lo que denominaremos medios de adaptación. Un medio de adaptación, es
básicamente una estructura que colabora en la correcta coaptación de las
estructuras a articular. Un ejemplo de estos son los meniscos en la rodilla. La
presencia de estos, confecciona a la articulación una mejor concordancia entre
ambas superficies articulares, ya que los cóndilos del fémur son muy curvos en
relación a la planicie de los platillos tibiales. Cuando tenemos en la articulación
la presencia de un medio de adaptación, la articulación se clasifica como
COMPLEJA. Y acá a tener en cuenta la diferencia entre una articulación
compleja (aquella que presenta un medio de adaptación) y un complejo
articular (aquella articulación constituida por tres o más huesos).

Lo último que debemos describir en una articulación, son los medios de unión
que a grandes rasgos los podremos clasificar en la cápsula fibrosa, y los
ligamentos que estabilizan una articulación. Estos últimos podrán ser activos,
en caso de que sean músculos que colaboran en la estabilidad articular, o
pasivos, si son ligamentos de tejido conectivo denso elástico o fibroelástico sin
capacidad contráctil.

En la siguiente diapositiva, observamos un corte coronal de la articulación de la


rodilla. Sin adentrar en ella, podemos notar todos los componentes que
presenta una articulación para considerarse sinovial. Para esto, deberemos
encontrar si o si, una cavidad entre dos estructuras óseas revestidas por
cartílago hialino, rellena por liquido sinovial, y cerrada por la membrana
sinovial, cuya función será la de generar el líquido sinovial, y cerrada también
por la capsula articular de tejido fibroso (nombrada previamente como uno de
los medios de unión de una articulación). Recapitulando, para que una
articulación sea considerada sinovial, deberá tener dos superficies óseas
revestidas por cartílago hialino, entre esas superficies deberemos encontrar
líquido sinovial, y cerrando la articulación, la membrana sinovial y la cápsula
fibrosa articular.

Un ligamento propiamente dicho, es una estructura que tiene como función dar
estabilidad a dos elementos articulados para que se mantengan congruentes.
La clasificación histológica del mismo excede a los objetivos de la clase, pero
es importante tener en cuenta que no está formado por tejido contráctil, sino
exclusivamente por tejido conectivo denso. Repasando un poco lo previamente
mencionado, cuando dos estructuras óseas se articulan a través de un
ligamento, constituyen una articulación de tipo fibrosa sindesmosis.

Con respecto al sistema muscular, podemos definir al músculo como una


formación anatómica que tiene la capacidad de modificar su longitud a partir de
un estímulo adecuado. Esto sucede gracias a sus células especializadas en la
contracción, que se denominan miocitos.

Podemos diferenciar tres tipos musculares, de acuerdo a su clasificación


histológica: el músculo liso, el estriado esquelético, y el estriado cardíaco.

El músculo liso, que lo encontraremos entre otros lugares, en las paredes de


los vasos, de los órganos huevos y vísceras, se caracteriza por ser de carácter
involuntario; es decir, que no poseemos control voluntario sobre su contracción,
sino que está regulado por el sistema nervioso autónomo y entérico.

El músculo estriado esquelético es aquel que permite realizar movimientos de


las articulaciones y otras estructuras como el ojo. Este se caracteriza por tener
una inervación somática, y por lo tanto obedecer al control voluntario. Por
ejemplo, si yo deseo, puedo hacer flexión del antebrazo sobre el brazo de
forma consciente.

Por último, el músculo estriado cardíaco, o también llamado miocárdico, es


aquel que constituye parte de las paredes del corazón, y se caracteriza por
encontrarse fuera del control voluntario.

Un concepto importante a tener en cuenta cada vez que contraemos un


músculo es el del punto fijo y móvil. Si yo contrajera un músculo, estoy
acercando una estructura a la otra, y por lo tanto es una la que tenderá a
moverse hacia la otra; por ejemplo, si yo contraigo el músculo bíceps haciendo
pesas en el gimnasio, es el antebrazo el que se mueve hacia el brazo; por lo
tanto estoy utilizando los la inserción en los huesos del antebrazo como punto
móvil, y la del hombro como punto fijo. Si en vez de estar usando pesas, quiero
trepar una pared, será el hombro el que se acerque al antebrazo, y por lo tanto
el punto fijo será la inserción del músculo en el antebrazo, y el móvil el del
hombro. Esto quiere decir, que la contracción de un mismo músculo puede
generar movimientos diferentes, según como utilicemos el punto fijo y móvil de
un músculo. Un ejemplo claro también lo constituye el músculo pectoral mayor,
que se inserta en el tórax proximalmente, y en el húmero distalmente. Si
nosotros lo utilizamos con punto fijo en el tórax, generalmente el músculo
colabora en la aducción, y rotación interna del miembro. Pero si usamos punto
fijo en el brazo, la contracción del pectoral mayor logrará un aumento de la
expansión de la caja torácica, recurso muy utilizado por quienes tienen
dificultad para respirar.

Como venimos mencionando, es raro que un músculo se inserte directamente


a un hueso; generalmente lo realiza por medio de un tendón. Este constituye la
porción no contráctil del músculo, y se caracteriza por ser una expansión y
condensación de tejido conectivo denso fibroso, blanco nacarado muy
resistente.

Cabe mencionar una estructura particular que es la aponeurosis. Si bien la


misma tiene diferencias histológicas con el tendón, cuando nos refiramos en
anatomía a una aponeurosis, hablaremos de ella como sinónimo de un tendón
de características aplanadas. Aponeurosis encontraremos en la inserción de
los músculos anchos del abdomen, la planta del pie, palma de la mano entre
otras.

Otra estructura a destacar es la fascia; la misma es una membrana de tejido


conectivo denso fibroso, que envuelve estructuras anatómicas. Podemos
encontrar dos tipos de fascia: una superficial, a nivel de la hipodermis, cuya
función entre otras, es la de acumular agua, actuar como aislante térmico, o
como una barrera mecánica de protección.

Por otro lado, podemos encontrar a la fascia profunda, que se encuentra por
debajo del tejido celular subcutáneo, y separa al compartimiento superficial del
profundo. De esta fascia, se desprenden láminas que envuelven a los
músculos, permitiéndoles contraerse y moverse sin afectar ni irritar a las
estructuras vecinas. También, se desprenden tabiques. Cuya función reside en
agrupar músculos que tengan una misma función generando compartimientos.
Por ejemplo, en el compartimiento anterior del brazo, se encuentran todos los
músculos que hacen flexión del codo; mientras que en el compartimiento
posterior, se encuentra el músculo encargado de hacer la extensión de la
articulación. Si estos músculos se encontraran en el mismo compartimiento, se
generarían movimientos contrarios dentro del mismo, generando un conflicto.

Por otro lado, para tener en cuenta, la fascia profunda dividirá al espacio
superficial, del profundo. Como concepto relevante, entonces superficial a la
fascia profunda, encontraremos los vasos que componen el drenaje venoso
superficial del cuerpo, al igual que el drenaje linfático superficial. También
encontraremos arterias de muy bajo calibre, y nervios sensitivos nervios
simpáticos motores para los músculos piloerectores. Por el contrario, profundo
a la fascia profunda, encontraremos a las arterias de mayor calibre y al drenaje
profundo tanto venoso como linfático, como así también nervios de mayor
calibre, que serán motores, sensitivos y/o autónomos.

Si bien no adentraremos en sus definiciones porque exceden a la cursada, hay


otras estructuras que favorecen el deslizamiento de los músculos entre sí o de
estos con los huesos. Entre ellas encontraremos a las bolsas serosas o
sinoviales, que son estructuras tapizadas por una membrana, que secreta en
su interior líquido capaz de favorecer el deslizamiento muscular, o de un
músculo sobre un hueso evitando fricción entre ambos.

Otras estructuras que favorecen el movimiento pero en este caso de los


tendones son las vainas fibrosas y las vainas sinoviales. Estas tienen la
capacidad de proteger a los tendones de los túneles osteofibrosos que deben
atravesar.

El sistema Cardiovascular se encuentra constituidos por un órgano central, el


corazón cuya función principal es la de actuar como una bomba impulsora.
Cabe destacar que no es la única función del corazón, ya que entre otras, tiene
una importante función en la regulación endócrina modificando la presión
arterial.

Por otro lado, el sistema cardiovascular está constituido por conductos, de


estructura y propiedades diferentes: las arterias, las venas y los vasos
capilares.

No nos adentraremos mucho en el contenido de este sistema, ya que lo verán


en mayor profundidad en la próxima clase; pero si daremos algunas
definiciones importantes, que en general van en contra del conocimiento al que
estamos acostumbrados.

Solemos escuchar que las venas son los vasos que llevan sangre sin oxígeno,
o que tienen válvulas. Si bien en GENERAL esto es así, no es lo que define a
una vena, ya que para las características anteriores, hay excepciones como
estudiarán la clase que viene con euge. De ahora en más definiremos a una
vena como aquel vaso que lleva sangre desde la periferia hacia el corazón, en
dirección centrípeta, sin importar el tipo de sangre que lleve, el espesor de su
pared, o la presencia o ausencia de válvulas.

Lo mismo sucede con las arterias pero en forma inversa. No importará si lleva
sangre oxigenada o carbooxigenada (es decir con dióxido de carbono), si el
espesor de la pared del vaso es mayor o menor, lo único que definirá a una
arteria es la propiedad de llevar sangre desde el corazón hacia los tejidos, o
sea de forma centrífuga.

Como vemos en esta imagen, una arteria, que por convención en anatomía las
encontraremos pintadas de rojo, se va ramificando en arterias de menor calibre
hasta llegar a una estructura que ya NO es una arteria, sino que es un vaso
que se denomina vaso capilar. Es a través de estos vasos que se produce el
intercambio de elementos entre el compartimiento vascular y el de los otros
órganos. Y acá hay que tener en cuenta que los elementos que se
intercambian entre los capilares y los tejidos, pueden ir de un lado a otro o
incluso a veces quedan en el medio, en lo que se conoce como espacio
intersticial en forma de líquido hístico.

Luego de que la sangre atraviesa los capilares, llega a estructuras venosas de


bajo calibre, denominado vénulas, que se irán juntando con otras para ir
formando venas cada vez de mayor calibre.

De esta manera queda expuesto, que la descripción de una arteria se realiza


desde el corazón hacia el tejido que irrigue (es decir a favor de su circulación) y
va de vasos de mayor calibre, a vasos de menor calibre.

Por el contrario, la vena se describe desde el tejido hacia el corazón (también a


favor de su circulación) y en este caso, los vasos van de menor calibre a vasos
de mayor calibre, hasta regresar al corazón.

Un concepto importante que podemos nombrar, es el de glomus, o


anastomosis arteriovenosa. Esta se define como una interacción arteriovenosa
que elude la red capilar. En la piel tiene una importante función en la regulación
de la temperatura corporal.

Con respecto al sistema linfático, es un sistema constituido por dos tipos de


órganos:

Los órganos linfáticos primarios, que se caracterizan por tener una función
linfopoyética, es decir que es desde ellos donde se originan y maduran las
células de la inmunidad. Estos órganos son la médula ósea (como nombramos
cuando describimos la cavidad medular de las diáfisis de los huesos largos) y
el timo.

Por otro lado, están los órganos linfáticos secundarios, cuya característica es
que en ellos se monta una respuesta inmune, es decir que las células del
cuerpo reconocen y atacan a otras células, microorganismos o cualquier
elemento que el sistema inmune reconozca como extraño. Los órganos
linfáticos secundarios son el bazo, los nodos linfáticos, y los tejidos linfoides
asociados a mucosa.

Por otro lado, otro elemento que compone al sistema linfático son los vasos
linfáticos. Estos generalmente siguen a las venas, y también, al igual que ellas,
comienzan en la periferia en vasos de muy pequeño calibre, para luego ir
generando vasos de mayor calibre. La función de los vasos linfáticos es la de
recuperar y devolver, casi a nivel del corazón, el líquido hístico que queda en el
espacio intersticial cuando se produce el intercambio de nutrientes entre los
capilares y los tejidos. A este líquido recuperado dentro de los vasos linfáticos,
lo denominaremos linfa, y no es más que un ultra filtrado de plasma que posee
anticuerpos. Cuando este líquido se acumula en el espacio intersticial, por
ejemplo por alguna oclusión de los vasos linfáticos, se genera lo que
conocemos como edema linfático o linfedema.

A medida que la linfa discurre a través de los vasos linfáticos, estos, van
llevando la linfa a través de los nodos linfáticos, con el objetivo de ir
“controlando” por así decirlo, el contenido de la linfa. En caso de que se
encuentre algún elemento extraño, este se retendrá en los nodos linfáticos, y
se montará una respuesta inmune para poder atacarlo. Es por eso, por
ejemplo, que cuando tenemos una infección en la garganta, se nos inflaman los
ganglios del cuello. Esa es la traducción de que se está montando una
respuesta inmunológica para poder combatir al microorganismo que generó la
infección. Cabe aclarar que el sistema nervioso central CARECE de sistema
linfático.

En relación al sistema nervioso, el mismo tiene como unidad funcional a la


neurona. La misma es una célula que tiene dos particularidades: es una célula
excitable, es decir que responde si la estimulan, por otro lado tiene
conductibilidad, es decir que puede conducir el estímulo hacia otras neuronas.

Estructuralmente, una neurona se compone de un soma o cuerpo neuronal,


dendritas, y el axón.

Un nervio, que será el encargado de transmitir el estímulo necesario a un


órgano para que se genere algo (una contracción, un sentido, etc.), es un
conjunto de axones cubiertos por tejido conectivo.

Al sistema nervioso lo podemos clasificar según vario criterios, siendo los tres
más importantes:

El criterio morfológico, que dividirá al sistema nervioso en sustancia blanca


(axones y células de la glía) y sustancia gris, donde se encuentran los cuerpos
neuronales.

El criterio topográfico, divide al sistema nervioso en sistema nervioso central


(que será aquella porción que quede envuelta por meninges, que son unas
membranas encargadas de envolver, fijar y proteger a parte del sistema
nervioso, como el encéfalo y la médula espinal) y por otro lado el sistema
nervioso periférico, que es todo aquel elemento del sistema nervioso que NO
este envuelto por meninges. Como por ejemplo los nervios de los miembros
superior e inferior entre tantos otros.

La última clasificación, divide al sistema nervioso según un criterio funcional.


Esto divide al sistema nervioso en somático, que implica la capacidad de poder
manejarlo de forma voluntaria, como por ejemplo mover el músculo bíceps. Y
en el sistema nervioso autónomo, cuya característica es que está por fuera de
nuestra voluntad; es decir, que no podemos controlar. El sistema nervioso
autónomo se subdivide a su vez en sistema nervioso autónomo simpático,
sistema nervioso autónomo parasimpático, y algunos autores incluyen también
al sistema nervioso autónomo entérico.

El sistema nervioso simpático es aquel sistema que nos prepara para la huida,
o para una situación de estrés, por ejemplo cuando estamos por rendir un
examen:

 AUMENTO DE LA FRECUENCIA CARDÍACA, claramente el corazón


nos late más fuerte porque estamos consumiendo más oxígeno y
nutrientes, entonces el corazón tiene que asegurar el volumen necesario
para satisfacer las necesidades.

 REDISTRIBUCIÓN DE FLUJO SANGUÍNEO hacia los miembros, ¡si


podemos irnos corriendo y no rendir mucho mejor!

 INHIBICIÓN DE ACTIVIDAD MOTORA DIGESTIVA, se activan los


sistemas de alerta, y por lo tanto se inhibe el sistema digestivo

 INHIBICIÓN DE SECRECIONES GLANDULARES, cuando estamos por


rendir, se nos seca la boca

 MIDRIASIS SIMPÁTICA, es decir se dilatan las pupilas del ojo, para


poder irnos corriendo sin tropezarnos.

Por el contrario, el sistema nervioso autónomo parasimpático, es aquel que nos


prepara para el reposo, o sea cuando ya rendimos y nos fue re bien:

 NORMALIZACIÓN DE LA FRECUENCIA CARDÍACA, ya que disminuye


el consumo metabólico,

 REDISTRIBUCIÓN DE FLUJO SANGUÍNEO, ya que no quiero irme


corriendo, sino irme a dormir,

 INCREMENTO DE ACTIVIDAD MOTORA DIGESTIVA, ya que de golpe


tengo hambre ,

 INCREMENTO DE SECRECIONES GLANDULARES porque de golpe


vuelvo a tener saliva.

Para finalizar, cuando de hablamos del tegumento, podemos decir que está
constituido por dos capas: la piel y el tejido subcutáneo.

La piel tiene distintas funciones, como ser de protección, actuando como


barrera física, inmunológica y química, ya que nos protege de
microorganismos, de sustancias químicas etc.; tiene una función mecánica, ya
que envuelve y contiene todas las estructuras profundas de nuestro cuerpo,
tiene una función muy importante en la regulación de la temperatura corporal a
través de las anastomosis arteriovenosas previamente mencionadas, es un
órgano de los sentidos para el tacto, dolor, temperatura.

Anatómicamente está constituida por tres capas

• Epidermis: capa epitelial más superficial. No hay vasos sanguíneos o


linfáticos, es decir que es AVASCULAR. Ya que la misma se nutre por
INVIBICION o lo que es lo mismo, difusión simple.

Esta misma tiene diferentes estratos, que de superficial a profundo son los
estratos:

 Córneo
 Lúcido
 Granuloso
 Espinoso
 Basal

• Dermis: Formada por tejido conectivo. Contiene a los vasos


sanguíneos y linfáticos, nervios y anexos cutáneos. Se distinguen dos regiones
en la dermis, una más superficial, la capa papilar y una más profunda, la capa
reticular.

• El tejido subcutáneo [hipodermis] está ubicado profundo a la dermis


de la piel. Este tejido está atravesado por los vasos y nervios que se dirigen a
la piel o vienen de ella. Se diferencian distintas capas, la más superficial es el
panículo adiposo, profunda a ésta se encuentra una capa membranosa y, en
el último plano, una capa de tejido conectivo laxo que es lo que previamente
nombramos como fascia superficial del cuerpo.

Los vasos dentro del tegumento se disponen a través de dos plexos; uno
superficial, entre la dermis papilar y reticular; y otro profundo entre la dermis
reticular y la hipodermis. Recordemos que la epidermis es una capa
AVASCULAR.

Por último, mencionar que dentro de la dermis encontraremos a los anexos


cutáneos como las glándulas sudoríparas o los folículos pilosebáceos; y a los
receptores sensitivos específicos a cada tipo: nociceptores serán los
encargados de percibir al dolor, los termorreceptores como los corpúsculos de
Ruffini, que serán sensibles al calor, o los de Krause, que serán sensibles al
frío; o los mecanorreceptores, que serán sensibles a la presión, texturas y
deformaciones de la piel.

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