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Tema 32 Rusia de La Autocracia Zarista A La Revolución Bolchevique
Tema 32 Rusia de La Autocracia Zarista A La Revolución Bolchevique
A comienzos del siglo, Rusia era una monarquía absoluta gobernada por un Zar o
Emperador, con un poder ilimitado, aunque en la práctica se veía obligado a
conceder una autoridad discrecional a una todopoderosa burocracia
El vasto imperio ruso, compuesto por un heterogéneo mosaico étnico, había
experimentado desde el último tercio del siglo XIX un espectacular crecimiento
económico y se había convertido en la quinta mayor economía del mundo
Aunque era un país eminentemente rural (80% de población campesina),
poseía importantes centros industriales urbanos donde se concentraba un
proletariado que comenzaba a organizarse
El régimen absolutista de los Zares Romanov, incapaz de afrontar la ineludible
modernización política, económica y social del país, se hallaba cada vez más
divorciado de la sociedad y, sobre todo, de la llamada “intelligentsia” , intelectuales
y profesionales ilustrados que fundaron diversos partidos políticos opuestos a la
autocracia zarista de los que surgiría el impulso revolucionario: liberales,
socialdemócratas (rama moderada –mencheviques- y rama radical –bolcheviques-),
socialistas-revolucionarios (eseristas) y anarquistas
La aguda crisis económica de los primeros años del siglo, y la impopular y
desastrosa guerra contra Japón a propósito de Manchuria, propiciaron un primer
estallido revolucionario en 1905
Tras el “domingo rojo” (9-ene-1905) en que se produjo una masacre de civiles
durante una manifestación en demanda de una asamblea constituyente
elegida por sufragio universal, se desencadenó una oleada de huelgas que
paralizaron Rusia y se constituyó un “soviet” o comisión de delegados de
obreros y soldados, en claro precedente de lo que ocurriría en 1917
El Zar Nicolás II, ante la gravedad de los acontecimientos, se comprometió a
constituir una Duma o parlamento, a reconocer los partidos políticos y a
democratizar el régimen
Pero lo cierto es que la división de las distintas fuerzas anti-absolutistas
empeñadas en conseguir libertades políticas y mejoras sociales condujo al
fracaso de este primer intento de desmontar el zarismo
Lo conseguido había sido tan sólo un retoque cosmético del régimen
autocrático, un sistema “pseudoconstitucional” en el que la Duma tenía muy
escaso poder
Habría que esperar a que volvieran a darse condiciones propicias –el terrible
trauma de una nueva guerra, y las dificultades económicas y sociales
consiguientes- para que se produjera un nuevo estallido revolucionario
En efecto, la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial y sus
consecuencias (humillantes derrotas militares de un ejército mal armado,
enorme número de bajas, colapso del comercio, industria, transportes,
desabastecimiento de la población) fueron aprovechados por las fuerzas
revolucionarias para movilizar a obreros y soldados que, exasperados por las
penurias del hambre, constituyeron en la capital, San Petersburgo (desde
entonces, Petrogrado), un soviet o consejo, controlado por los mencheviques,
los cuales, en contraste con los bolcheviques, consideraban imprescindible una
primera fase de revolución burguesa antes de abordar “sine die”, la proletaria
Se iniciaba así la revolución de febrero de 1917 que culminó con la abdicación
del Zar Nicolás II, lo que significó el fin de la milenaria monarquía rusa
El soviet aceptó la formación de un gobierno provisional compuesto por
miembros de la Duma en el que, tras varias crisis, Alejandro Kerenski acabó
por convertirse en el árbitro de las diversas fuerza revolucionarias enfrentadas,
apoyado por las potencias aliadas, Francia y Gran Bretaña
Todo parecía indicar que, bajo su mandato como primer ministro, Rusia se iba
a convertir en una república parlamentaria de corte occidental
Pero su decisión de continuar la guerra, las derrotas militares sufridas a
continuación, así como el agravamiento de la crisis económica y el intento de
golpe derechista del general Kornílov, le hicieron perder progresivamente el
apoyo popular, situación que los bolcheviques supieron capitalizar
La influencia del partido bolchevique, que antes de febrero tenía una
implantación limitada, con sus líderes en prisión o en el exilio, creció de forma
extraordinaria en pocos meses
Estallido de la guerra civil en la que los Blancos son ayudados por las
potencias aliadas
“Comunismo de guerra” (1918 – 1920) que resta apoyos a los
bolcheviques
Lenin, llegado del exilio de Suiza con ayuda alemana en el famoso “vagón sellado”,
se convierte en el dirigente máximo de los bolcheviques:
Logra imponer su criterio de no compartir el poder con los otros partidos, a
pesar de que en los soviets, que espontáneamente habían ido surgiendo en
toda Rusia, se hallaban en minoría frente a mencheviques y socialistas-
revolucionarios
Sus “tesis de abril” suponen la definitiva ruptura de los bolcheviques con el
gobierno de febrero, y la voluntad de superar de inmediato la primera fase
burguesa de la revolución para entrar en la segunda fase: la dictadura del
proletariado
Puntualizando la teoría de Marx de que la revolución comunista tendría que
ocurrir en un país industrializado –como Inglaterra- donde las contradicciones
del sistema capitalista fueran extremas, Lenin había señalado que el impulso
podría venir del eslabón más débil de la cadena.
El 25-oct-1917 fue la fecha elegida para el asalto al poder, mediante un golpe
de estado o insurrección armada que supuso el fin de la fase democrático-
burguesa de la revolución y el comienzo de la revolución de octubre
El punto de inflexión lo supone la disolución por Lenin de la Asamblea
constituyente que se negó a apoyar el poder de los soviets y al gobierno
bolchevique (las elecciones de noviembre habían sido desfavorables para los
bolcheviques)
La revolución bolchevique nacía en circunstancias críticas:
Iniciada en Petrogrado, triunfó rápidamente en las ciudades de la mitad
septentrional, pero en la zona más rica, la mitad sur, las fuerzas
contrarrevolucionarias se reorganizaron, lanzando su ofensiva contra los
bolcheviques y provocando el estallido de la guerra civil, al tiempo que los
alemanes proseguían su avance
Lenin consideró esencial para la supervivencia del nuevo régimen la firma de la
paz por separado con Alemania (tratado de Brest-Litovsk, del 3-mar-1918), que
supuso enormes concesiones territoriales (Ucrania, Bielorrusia…)
A pesar de la ayuda prestada por las potencias aliadas a las múltiples y
heterogéneas fuerzas antibolcheviques (militares, movimientos nacionalistas
separatistas, socialistas, liberales,…), el ejército rojo, organizado con gran
eficacia y férrea disciplina por Trotski, logró finalmente imponerse a los
ejércitos blancos y controlar todo el territorio, e excepción de Polonia, Estonia,
Lituania, Letonia y Finlandia, que habían conseguido su independencia
Por lo que respecta a la política económica:
Se instaura en esta fase el llamado “comunismo de guerra”, cuyas
características más señaladas son:
La nacionalización a ultranza de la industria
La prohibición del comercio privado, monopolizado ahora por el Estado
La eliminación del dinero, la socialización de la tierra, la militarización del
trabajo y la requisa de grano, confiada a destacamentos armados
Para unos estas medidas eran un intento de quemar etapas hacia el
socialismo, y para otros una respuesta a una situación de emergencia ante la
crisis económica y la dramática caída de la producción agudizada por la guerra
civil
En cualquier caso, la consecuencia de esta experiencia es el colapso total de la
economía nacional y la erosión de la base social del régimen
La dureza de esta política creó nuevos descontentos, ejemplo de los cuales son
la rebelión de los marinos de Kronstadt (mar-1921) que habían sido el gran
sostén de la revolución de octubre, y los múltiples levantamientos campesinos