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Final de Trabajo Final
Final de Trabajo Final
Resumen 2
Introducción 3
Contextualización Macro 3
Contextualización Micro 5
Revisión Bibliográfica 7
Desarrollo 9
Conclusión 13
Bibliografía 14
[1]
Resumen
[2]
Introducción
Contextualización Macro
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por la utilización de indicadores del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) y del Ministerio de Educación de la Nación.
El PNUD mida la dimensión Educación a través de dos variables: (1) la
expectativa de años esperados en el Sistema Educativo y (2) los años medios de
escolaridad para mayores de 25 años. La estandarización se realiza con valores
máximos de 18 para los años esperados en el sistema educativo y de 15 para los años
medios de escolaridad, con 0 como mínimo. Según los datos del 2014, Argentina tiene
17.3 en el primer indicador y 9.9 en el segundo (PNUD, 2017). El país muestra una
histórica superioridad regional en esta dimensión (PNUD, 2017), posiblemente
explicada por la oferta de educación pública y gratuita.
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y adolescencia, delegando a la escuela funciones ajenas a su función pedagógica; 3)
la matriz selectiva; y 4) la no disponibilidad de información para la toma de decisiones.
Contextualización Micro:
Sobre La Calera:
El devenir institucional:
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el anexo se muda a su actual edificio.
Desde 2008 al 2013, la escuela siguió siendo anexo. Recién en el año 2013
toma entidad propia. Hasta el 2009 la Institución sólo contaba con el Ciclo Básico,
cuando los alumnos egresaban de la misma, si querían continuar con la educación
formal debían trasladarse a la escuela madre. Allá por 2015 egresó la primera camada
con formación técnico - profesional de 7 años.
El edificio se encuentra en pleno centro de la ciudad, fue cedido por la municipalidad
primero a la escuela madre y como mencionamos antes, en el 2008 al hoy IPET 379.
Hace casi 100 años allí funcionaba un hotel, el cual fue refuncionalizado como escuela
luego de estar muchos años deshabitado. El estado general es de deterioro. No existe
promesa alguna sobre el traslado de la Institución o sobre algún proyecto de
remodelación significativo. De todas formas, la comunidad educativa considera como
un avance la mudanza de la institución desde la comisaría hasta el edificio actual.
Las dependencias del edificio se corresponden con las usualmente presentes
en escuelas de nivel medio. Sin embargo, actualmente no existe ni personal ni espacio
físico destinado al funcionamiento de una biblioteca, el material se almacena en un
armario ubicado en el salón de usos múltiples. La Institución cuenta con un modesto
salón que hace las veces de comedor y, además, una serie de galpones en el fondo
del establecimiento donde funcionan los talleres. El patio se encuentra en el centro del
edificio y la mayoría de las aulas dan al mismo.
Funcionamiento actual:
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En el Ciclo Básico se observa un porcentaje repitencia y sobreedad que ronda
entre el 15 y el 20 %. Parte de la población de jóvenes que integran la Institución se
caracteriza por presentar frágiles trayectorias escolares, con ritmos de aprendizaje
diferentes y marcadas historias de abandono escolar y sobre-edad; ya que provienen
de culturas con tradiciones, hábitos, costumbres y tiempos distintos a los planteados
por el sistema educativo. Todas estas características se manifiestan en sus modos de
sentir, pensar y actuar en el aprendizaje. Sumado a estos factores, se percibe el
deterioro de sus condiciones de vida, la falta de viviendas dignas y trabajo de sus
padres, condiciones precarias de alimentación y salud, por lo que puede decirse que la
mayoría los jóvenes pertenecen a un sector de vulnerabilidad social.
Estos condicionantes externos a la escuela se reflejan muchas veces, en
escasos o débiles hábitos de estudio (actitudinal y procedimental), conductas
agresivas contra sus pares y docentes, desafío permanente a las normas de
convivencia, alto nivel de ausentismo a clases y dificultades de aprendizaje no
atendidas profesionalmente, entre otras. Todo ello contribuye a la deserción temprana,
que en la institución analizada es alta. Según las estadísticas que pudimos recolectar,
en términos generales menos de la mitad del alumnado que ingresa culmina su
formación de técnico profesional en la escuela.
Con respecto a la disciplina, no se re registran episodios de mayor
envergadura. El cuerpo docente considera que la distribución edilicia y el tamaño
relativamente pequeño de la población escolar facilita el seguimiento de la conducta,
principalmente en comparación a la escuela madre, donde la gran envergadura
dificulta el tratamiento de emergentes. El personal circula constantemente por las
inmediaciones de la escuela, en una especie de vigilancia alerta. En referencia a las
adicciones se identifica como preponderante el consumo de tabaco, inclusive en las
inmediaciones de la institución, sobre todo en el baño de varones. También es muy
usual el consumo de alcohol, pero ya lejos de los horarios e inmediaciones de la
escuela. Con respecto al consumo de sustancias ilegales, se identifica él mismo como
una problemática a nivel comunidad, pero no como puntual de esa institución. Pueden
existir casos aislados entre los alumnos.
Revisión bibliográfica
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provincia y como estos se relacionan con aquello que la Nación esperaba que
supieran sus ciudadanos en formación.
Once años pasaron hasta que una nueva reforma significativa se realizó. La
Ley Federal de educación, en el año 2006, entre sus líneas, daba la importante orden
de que finalizar el nivel secundario, se convertía en una obligación de estos
ciudadanos en formación, los estudiantes. A partir de la obligatoriedad, la articulación
deviene en una necesidad perentoria que requiere acción (Equipo Interdisciplinario de
Educación, Provincia. de Bs. As., 2016). Estas acciones necesarias, aparecían desde
el campo de lo desconocido, desde el subconsciente del Sistema Educativo que iba
conformando su matriz de “personalidad”. Y como los psicólogos para las personas,
los pedagogos tuvieron un nuevo campo de investigación, no es casual que las
investigaciones referidas a estas cuestiones prácticamente no existan antes del año de
entrada en vigencia de la Ley Federal.
Las trayectorias educativas, el camino escolar que los estudiantes deben
recorrer desde que se insertan al sistema, empieza a tomar relevancia en las
investigaciones (Montes y Sendón, 2006; Terigi, 2006, 2007, 2008 y 2009; Montes y
Tiramonti, 2008; Santillán, 2008; Guerra Ramírez, 2008). El sistema educativo define
los recorridos de los sujetos que siguen la progresión lineal provista por éste en los
tiempos marcados por una periodización estándar (Terigi, 2009). Este nivel gradual,
continuo y lineal tiene sus orígenes en la modernidad primaria. Bajo estas nuevas
condiciones y nuevo nicho de investigación ya abierto, se comienzan a definir
cuestiones como los factores que influyen sobre las trayectorias, y de qué depende
que el niño que luego de terminar el jardín de infantes pega el salto hacia el “abismo”
de la escuela primaria, finalice 12 años después habiendo aprendido lo necesario y
suficiente, en pos de cumplir con la idea de ciudadano provista en los currículos. Tres
rasgos del Sistema Educativo son especialmente relevantes para la estructuración de
las trayectorias teóricas: la organización del sistema por niveles, la gradualidad del
currículum y la anualización de los grados de instrucción (Terigi, 2007), lo cual delinea
un recorrido esperado y una duración estándar en el dominio de un tiempo secuencial
de la misma naturaleza. La transición a la educación secundaria tiene consecuencias
de largo plazo en las trayectorias educativas de los niños (West y otros 2010; Gimeno
1997). Y acá podemos pensar que el camino en el campo no es tan lineal y se bifurca.
Aparecen en contraposición, las trayectorias reales (Terigi, 2009; OEI, 2015).
A lo largo de las trayectorias educativas de los sujetos por los distintos niveles
de la enseñanza, se produce un proceso de “selección natural” de la población
estudiantil que va retrasando, hasta dejar fuera del sistema un importante contingente
de estudiantes. Como consecuencia palpable, actualmente se prolongó el período de
estudio de los 18 años a los 24, según estudios del SITEAL (OEI, 2009). El concepto
de trayectorias reales plantea nuevos desafíos en el reconocimiento de la diversidad
de itinerarios y modos en que los niños, niñas adolescentes y jóvenes construye sus
corridos La atención a esa diversidad pone en foco la necesidad de diseñar y
convalidar caminos alternativos para la organización institucional, la enseñanza y la
evaluación (MEyDN, 2016).
Como una de las principales consecuencias aparece la imposibilidad de cumplir con el
currículo escolar escolar una vez finalizado el ciclo lectivo en cada año en particular, y
en todo el nivel medio en general (Monarca, et. al, 2012). Ingresar a la escuela,
permanecer en ella y transitar los distintos años, ciclos y niveles con aprendizajes
significativos y de calidad, se constituye en un derecho de cada uno de les niñes,
adolescentes y jóvenes. Generar las condiciones para que esto ocurra es una
obligación por parte del Estado; de este modo, se garantiza el derecho a una
educación de calidad, inclusiva e igualitaria, comprometiendo directamente al Sistema
Educativo en todos sus Niveles y Modalidades. En este marco, el fortalecimiento de
los procesos de articulación entre los niveles primario y secundario adquiere
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importancia como política pública destinada a garantizar que los estudiantes transiten
toda su escolaridad obligatoria y completen su trayectoria educativa. Por un lado, esto
significa que el Estado asume la responsabilidad de implementar acciones que tiendan
a concretar este propósito. Por otro, conlleva un amplio compromiso con las familias y
comunidades, interpelando a todos y cada uno de quienes participan en la trayectoria
educativa de estos niños y jóvenes (Equipo Interdisciplinario de Educación, 2013).
Desarrollo
Los saberes matemáticos que propone abordar el Diseño Curricular del Ciclo
Básico de la Educación Secundaria, elaborado por el Ministerio de Educación de la
Provincia de Córdoba, pueden ser categorizados en cuatro ejes:
● Número y Operaciones
● Álgebra y Funciones
● Geometría y Medida
● Estadística y Probabilidad
En relación al primero de los ejes, Número y Operaciones, los docentes entrevistados
identificaron situaciones críticas en relación a los siguientes aprendizajes:
● “Análisis de la organización del sistema decimal de numeración y comparación
con la del sistema sexagesimal.” Con referencia a este punto, la mayoría de
los estudiantes presentan nociones superficiales o nulas en relación al sistema
sexagesimal.
● “Interpretación, registro, comunicación y comparación de cantidades y números
naturales y racionales positivos.” En general las mayores dificultades se
perciben al trabajar números fraccionarios, tanto con el concepto, la
representación, el orden y las operaciones.
● “Uso de diferentes representaciones de un número natural (descomposiciones
polinómicas, punto de la recta), y de un número racional positivo (expresiones
fraccionarias y decimales, punto de la recta, etc.), seleccionando la
representación más adecuada de acuerdo al problema.” En particular con
respecto a las descomposiciones polinómicas, pocos estudiantes dominan el
concepto de potencia, indispensable para comprender este contenido. Por otro
lado, además de la dificultad para manejar la noción de fracción, pocos
estudiantes comprenden la correlación entre el formato racional y la expresión
decimal.
● “Análisis de las operaciones en N y sus propiedades” La mayoría de los
estudiantes manifiestan dificultades considerables para dividir. Algunos
estudiantes aún no se han apropiado de la multiplicación como operación, y
recurren a la suma en la mayoría de los casos. La resta también se identifica
como una operación escasamente apropiada por más de la mitad de los
estudiantes.
● “Producción de cálculos que combinen varias operaciones -con números
naturales y racionales positivos- en relación con un problema y producción de
un problema en relación con un cálculo.” En general, al no tener una
apropiación adecuada de las operaciones, se torna muy complejo para los
estudiantes aplicarlas en contextos de situaciones problemáticas.
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escalas, cambios de unidades, ampliaciones o reducciones de figuras) y
diferenciación de relaciones que no son de proporcionalidad.” En relación a
estos contenidos, los educadores advierten que los estudiantes poseen
concepciones poco claras en referencia a relaciones en general, y que
desconocen o no recuerdan la noción de magnitud y los algoritmos de
conversión.
● “Uso de ecuaciones y otras expresiones simbólicas”. Si bien este contenido es
transversal a los tres años del Ciclo Básico, por lo cual debe ser desarrollado
de manera espiralada a través de los cursos, los jóvenes del primer año dan
cuenta durante las clases de tener dificultades significativas a la hora de
abordar operaciones mentales tales como la abstracción y la generalización.
Con respecto al eje de Geometría y Medida, el área crítica identificada es la siguiente:
● “Análisis de figuras bidimensionales … y tridimensionales...”. Con respecto a
este punto, los docentes identifican débiles basamentos en materia geométrica,
en relación a los axiomas de la geometría euclidiana.
Causas y consecuencias
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Finalmente, con respecto al punto de vista de lo pedagógico encontramos una
fuerte presencia de narrativas comunes entre los docentes: “esto ya lo deberían saber”
o “no saben…”.
Aquí lo que se pone en juego es el oficio de alumno en términos de Perrenoud (2006),
que concibe la tarea del alumno como ese oficio a aprender y a construir dentro de
complejos procesos de socialización durante su itinerario escolar.
De nuevo la articulación se complejiza a la hora de no poseer la institución una
primaria donde se pueda empezar a trabajar este oficio de estudiante. Sin embargo,
los docentes entrevistados no han mencionado al oficio de estudiante como una
cuestión a trabajar y desarrollar en sus clases.
Las consecuencias de esta brecha existente desarrollada aquí han sido
expuestas por los docentes. Ellos mismos expresan que deben destinar gran parte del
ciclo lectivo a retomar y profundizar saberes indispensables y pertenecientes al
segundo ciclo de la escuela primaria. Asimismo, mencionan que no se alcanza a
abordar los contenidos planteados para ese año y que los estudiantes son promovidos
a segundo año con aprendizajes pendientes.
Propuestas de acción
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Los procesos de articulación pueden pensarse como un triángulo interactivo
entre las dimensiones que lo componen, puesto en movimiento por otro triángulo
conformado por: estudiantes-familia, docentes, Estado-Institución. En su dimensión
organizativa, el primero de los triángulos, toma preponderancia el acompañamiento
tanto del egreso de un nivel, como del ingreso del siguiente; aparece acá un territorio
sin jurisdicción, donde los estudiantes son invisibles, ya terminaron el primario y no
pertenecen a ninguna institución (Rossano, 2006). Esta situación de alguna manera
podría enmendarse formulando un legajo único de los estudiantes como acciones
desde el orden de los institucional para que este territorio no entre en un proceso de
usucapión. Por parte del egresado y ahora ingresante, demanda el conocimiento de
las regulaciones y demás factores que formulan el transitar el nivel secundario y
siguiendo a Galli (2013) estamos de acuerdo en que a los educadores les corresponde
abrir puertas de manera hospitalaria, no sólo a los que siempre estuvieron sino, a los
que vendrán. Son los encargados de dotar de significado e identidad al recién llegado
de concebir a la escuela como constructora de lazo social; este lineamiento político
requiere la convicción personal y colectiva de que participar de la escuela es un
derecho social, es justicia social, en el sentido en que Axel Rivas lo plantea. Se puede
pensar aquí al Estado actuando a través de “ceremonias mínimas” las cuales son
dispositivos particulares de intervención como estrategia de alojamiento institucional
para el sujeto (Minnicelli, 2013), pequeños actos que suponen una gran valoración.
La dimensión pedagógica, retomando la descripción de las dimensiones que
permiten la articulación, adquiere centralidad en el concepto de trayectorias educativas
y la tensión antes desarrollada, entre la teoría y la práctica. Aparece una “imagen
idealizada” por los docentes (Equipo Interdisciplinario de Educación, 2013), en
términos de falta o déficit en referencia al conocimiento apropiado de los nuevos
estudiantes. Esta idea deriva de una más general, que es el concepto de oficio del
estudiante, donde Perrenoud (2006) concibe la tarea del alumno como ese oficio a
aprender y a construir dentro de complejos procesos de socialización durante su
itinerario escolar. Esto consiste en un saber hacer que le permite transitar la vida en la
escuela en toda su complejidad, de la mejor manera y refiere a cómo el sujeto alumno
atraviesa y aprende a vincularse con las prácticas de enseñanza, los tipos de
actividad, las formas de evaluación, los modos de estudio y las actividades
domiciliarias. Incluye también el modo en que se posiciona en el vínculo con los
docentes y pares, las relaciones entre familia y escuela, entre otros. Del educador y la
Institución es responsabilidad generar las condiciones de posibilidad para la filiación, la
convivencia y la participación democrática, donde se respeten y promuevan sus
intereses y prácticas (Equipo Interdisciplinario de Educación, 2013).
El vértice restante, la dimensión curricular es la que dio origen a la
preocupación que precede esta reflexión. El currículum como herramienta a través de
la cual es Estado define idealizadamente el ciudadano que convivirá y transmitirá las
bases de la Nación, actúa como regulador de la práctica docente. En este se explicita
las concepciones teóricas, filosófico-epistemológicas, ideológicas y ético-políticas que
deben darle sustento y unidad de criterio en todo el Sistema Educativo. Enseñar es
transmitir conocimientos, prácticas sociales, normas, lenguajes y generar situaciones
de aprendizaje para su construcción y reconstrucción. En este proceso no sólo se
producen saberes sino modos de vincularse con el conocimiento, aspectos que sólo se
aprenden en relación con otros”. La “brecha” entre ambos niveles puede recibir una
fuerza “selladora” desde este enfoque. la articulación debe apuntar no a adelantar
contenidos del nivel siguiente, sino a lograr un tratamiento articulado del conocimiento
en términos de “continuidad curricular” (Gimeno Sacristán, s/f) bajo un enfoque que
sostenga una visión sobre la realidad como objeto a construir desde los significados
compartidos y entendido desde la multiplicidad de perspectivas, enfoques, disciplinas y
niveles de comprensión. Esto supone afrontar el currículum escolar desde una visión
[12]
problemática de esta realidad; es decir, partir de los acontecimientos y los hechos que
pongan de relieve esta complejidad y sus consecuencias.
Conclusiones
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Bibliografía
Lopez Joana (2015). Directores que Hacen Escuela. De la trayectoria en singular a las
trayectorias en plural.. OEI, Buenos Aires.
Perrenoud, Ph. (2006). El oficio de alumno y el sentido del trabajo escolar. Editorial
Popular. Madrid.
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Tirarnonti, G. (2008). Mutaciones en la articulación Estado-sociedad. Algunas
consideraciones para la construcción de una nueva agenda educativa.
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