Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Aritmetica
La Aritmetica
Índice
1 Operaciones aritméticas
2 Instrumentos de cálculo
3 Historia
3.1 Origen
4 Alta aritmética
7 Notas y referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Operaciones aritméticas
Suanpan:ábaco chino.
Adición
Sustracción
Multiplicación
División
De manera más general, el cómputo numérico incluye, además de las operaciones básicas: el
cálculo de congruencias, la factorización, el cálculo de potencias y la extracción de raíces.5 En
este sentido, el término aritmética se aplica para designar operaciones realizadas sobre
entidades que no son números enteros solamente, sino que pueden ser decimales, racionales,
reales, etc., o incluso objetos matemáticos con características completamente diferentes. El
término «aritmética» es utilizado también como adjetivo, como por ejemplo en una progresión
aritmética.
La aritmética sirvió de base para los sistemas de potencias. Se llama potencia a una expresión
de la forma a^n, donde “a” es la base y “n” es el exponente. Su definición varía según el
conjunto numérico al que pertenezca el exponente. Es una manera muy útil de expresar
número en grandes cantidades de una manera más práctica y simplificada.
Instrumentos de cálculo
Los utensilios para facilitar las cuentas numéricas y el conteo han sido utilizados a través de
miles de años, por ejemplo contar con los dedos, estableciendo una correspondencia uno a
uno con los dedos de la mano. El primer objeto para contar fue probablemente un «palo de
conteo». Registros posteriores, a lo largo del Creciente Fértil incluyen cálculos (esferas de
barro, conos, etc.) que representan cuentas de objetos, posiblemente granos.6 La numeración
con varillas es otro ejemplo.
Cálculo mental
Palos de conteo
Numeración maya
Tablilla babilónica
Ábaco inca
Regla de cálculo
Ábaco
Máquina de sumar
Calculadora de bolsillo
Historia
Origen
Los orígenes de la aritmética se pueden rastrear hasta los comienzos de la matemática misma,
y de la ciencia en general. Los registros más antiguos datan de la Edad de Piedra: huesos,
palos, piedras talladas y escarbadas con muescas, presumiblemente con fines de conteo, de
representación numérica y calendarios.
Edad antigua
Fracciones egipcias.
Hay evidencias de que los babilonios tenían sólidos conocimientos de casi todos los aspectos
de la aritmética elemental hacia 1800 a. C., gracias a transcripciones de caracteres cuneiformes
sobre tablillas de barro cocido, referidas a problemas de geometría y astronomía. Solo se
puede especular sobre los métodos utilizados para generar los resultados aritméticos, tal y
como se muestra, por ejemplo, en la tablilla de arcilla Plimpton 322, que parece ser una lista
de ternas pitagóricas, pero sin mostrar cómo se generó la lista.
Los antiguos textos Shulba-sutras (datados ca. 800 a. C. y 200 a. C.) recopilan los
conocimientos matemáticos de la India durante el período védico; constan de datos
geométricos relacionados con la construcción de altares de fuego, e incluyen el problema de la
cuadratura del círculo.
La aritmética en la Grecia Antigua era considerada como el estudio de las propiedades de los
números, y no incluía cálculos prácticos; los métodos operatorios eran considerados una
ciencia aparte. Esta particularidad fue heredada a los europeos durante la Edad Media, y no
fue hasta el Renacimiento que la teoría de números y los métodos de cálculo comenzaron a
considerarse «aritméticos».
Diofanto de Alejandría (siglo III d. C.), es el autor de Arithmetica, una serie de libros sobre
ecuaciones algebraicas, donde por primera vez se reconoce a las fracciones como números y
se utilizan símbolos y variables como parte de la notación matemática; redescubierto por
Pierre de Fermat en el siglo XVII. Las hoy llamadas ecuaciones diofánticas condujeron a un gran
avance en la teoría de números.
El mayor progreso matemático de los griegos se dio entre los años 300 a. C. y el 200 d. C.
Después de esto, los avances continuaron en regiones islámicas. La matemática floreció en
particular en Irán, Siria e India. Si bien los descubrimientos no fueron tan sustanciales como los
llevados a cabo por la ciencia griega, sí contribuyeron en gran medida a preservar sus obras
originales. A partir del siglo XI, Adelardo de Bath y más adelante Fibonacci, introducen
nuevamente en Europa esta matemática islámica y sus traducciones del griego.8
De las siete artes liberales en que se organizaban los estudios formales en la Antigüedad y la
Edad Media, la aritmética era parte de las enseñanzas escolásticas y universitarias.9 En 1202,
Fibonacci, en su tratado Liber Abaci, introduce el sistema de numeración decimal con números
arábigos. Las operaciones aritméticas, aún las más básicas, realizadas hasta entonces con
numerales romanos resultaban muy complicadas; la importancia práctica en contabilidad hizo
que las nuevas técnicas aritméticas se popularizaran enseguida en Europa. Fibonacci llegó a
escribir que «comparado con este nuevo método, todos los demás habían sido erróneos».
Civilizaciones precolombinas
Quipu.
Los incas se destacaron principalmente por su capacidad de cálculo para fines económicos y
comerciales. Los quipus y yupanas fueron señal de la importancia que tuvo la administración
incaica. Esto dotó a los incas de una aritmética sencilla pero efectiva para fines contables;
basada en un sistema decimal, conocieron el cero y dominaron la suma, la resta, la
multiplicación y la división.
Aritmética en China
Varillas de conteo.
La matemática china temprana es tan diferente a la de otras partes del mundo, que es
razonable suponer que se desarrolló independientemente. El texto de matemáticas más
antiguo que se conserva es el Chou Pei Suan Ching (literalmente: La Aritmética Clásica del
Gnomon y los Senderos Circulares del Cielo), datado del 300 a. C.12
Los nueve capítulos sobre el arte matemático, contiene problemas de agricultura, comercio,
geometría e ingeniería, así como trabajos con triángulos rectángulos y aproximaciones al
número π. El matemático chino Zu Chongzhi calculó el valor de π hasta siete decimales.12
La matemática hindú alcanzó su madurez durante los siglos I al VIII, con el invento
trascendental de la notación posicional, empleando la cifra cero como valor nulo. Utilizaron,
como en Occidente, un sistema de numeración de base 10 (con diez dígitos). Egipcios, griegos
y romanos, aunque utilizaban un sistema decimal, este no era posicional, ni poseía el cero, el
cual fue transmitido a occidente mucho más tarde por los árabes, que le llamaban hesab, a
través de la España e Italia medievales.
El sistema de numeración decimal aparece ya en el Süryasiddhanta, pequeño tratado que data
probablemente del siglo VI. Los trabajos matemáticos de los hindúes se incorporaron en
general a las obras astronómicas. Este es el caso de Aryabhata, nacido hacia 476, y de
Brahmagupta, nacido hacia 598. Hacia 1150, Bhaskara escribió un tratado de aritmética en el
que exponía el procedimiento del cálculo de raíces cuadradas. Se trata de una teoría de las
ecuaciones de primer y segundo grado, no en forma geométrica, como lo hacían los griegos,
sino en una forma que se puede llamar algebraica.
En el siglo VII, el obispo sirio Severo Sebhokt menciona este método con admiración, indicando
no obstante que el método indio iba más allá de esa descripción. Las múltiples ventajas
prácticas y teóricas del sistema de «notación posicional con cero» dieron el impulso definitivo
a todo el desarrollo ulterior de la matemática. Los modernos algoritmos de cálculo fueron
posibles gracias a la introducción de los números árabes y la notación decimal posicional.
Aritmética árabe
La matemática hindú, con el temprano desarrollo de la notación posicional y uso del cero,
revistieron gran importancia en el progreso matemático posterior. Esta herencia fue recogida
por los árabes, netamente con los trabajos de al-Jwarizmi y las primeras traducciones de textos
griegos al árabe, incluyendo los Elementos de Euclides realizada por al-Hajjaj. En la Casa de la
sabiduría (Bayt al-Hikma, una institución de investigación y traducción establecida en Bagdad),
los científicos y matemáticos tradujeron las obras de Euclides, Diofanto, Menelao, Arquímedes,
Ptolomeo, Apolonio entre otros clásicos de la ciencia griega. Uno de los avances más
significativos se da con los trabajos de Abu Yafar Mohamed ibn Musa al-Jwarizmi: el álgebra,13
que representaba un apartamiento revolucionario del concepto geometricista de los griegos,
permitiendo un tratamiento distinto de los "objetos" tales como los números racionales, los
irracionales o las magnitudes geométricas, y una aplicación sistemática de la aritmética al
álgebra.14 Abu Bekr ibn Muhammad ibn al-Husayn al-Karaji, nacido en 953, es probablemente
el primero en liberar completamente al álgebra de las operaciones geométricas y remplazarlas
por el tipo de operaciones aritméticas que constituyen el corazón del álgebra actual. Al-
Samawal (nacido en 1130) fue el primero en dar al nuevo tópico del álgebra una descripción
precisa, cuando escribió que ella se ocupaba ...de operar sobre las incógnitas usando todas las
herramientas aritméticas, de la misma forma que el aritmético opera sobre lo conocido. Thabit
ibn Qurra (nacido en 836), hizo múltiples contribuciones en los más diversos campos de la
matemática, en especial a la teoría de números.
Tres distintos tipos de sistemas aritméticos se empleaban simultáneamente alrededor del siglo
X: la aritmética por conteo con los dedos, con los numerales enteramente escritos en palabras,
era el método empleado por la comunidad mercantil; el sexagesimal, con los numerales
denotados por letras del alfabeto árabe, provenía de la matemática babilónica y los
matemáticos del islam lo usaron principalmente para el trabajo astronómico; el tercer sistema
fue la aritmética de los numerales indios y las fracciones con valor posicional decimal.
Alta aritmética
La aritmética ordinal, en teoría de conjuntos, describe el cálculo aritmético con las operaciones
—suma, multiplicación y potenciación— aplicadas a los números ordinales.
Los teoremas de incompletitud de Gödel, enunciados por Gödel en 1930, demuestran que
ninguna teoría matemática formal capaz de describir los números naturales y la aritmética con
suficiente expresividad es a la vez consistente y completa.
También conocido como teorema de factorización única, afirma que todo entero positivo se
puede representar de forma única como producto de factores primos. Este resultado fue
obtenido por Euclides, y presentado originalmente como un corolario al llamado Primer
Teorema de Euclides.15 La demostración formal no se dio hasta la publicación de las
Disquisitiones Arithmeticae por Carl Friedrich Gauss en 1801. La generalización y
profundización de este resultado y otros similares, son los que impulsan el desarrollo de la
teoría de números, la geometría algebraica o la teoría de grupos.
La axiomatización de la aritmética
En 1931, Kurt Gödel demostró sus dos famosos teoremas de incompletitud. El primer teorema
se refiere a una axiomatización de la aritmética como teoría de primer orden, donde el
conjunto de axiomas fuera recursivo (es decir, existiera un algoritmo que permitiera decidir en
un número finito de pasos si una proposición dada era o no un axioma, ya que la formalización
requiere un número infinito de axiomas, todos ellos instancias de un número finito de
esquemas de axioma). Este primer teorema demostraba que aceptando que dicha teoría es
consistente entonces necesariamente debe ser incompleta. Es decir, suponiendo que dicha
teoría no diera lugar nunca a contradicciones (consistencia) entonces siempre habría una
proposición tal que ni ella ni su contrario son demostrables. Asumiendo esta interpretación, lo
anterior se puede entender como que «existen afirmaciones ciertas no deducibles dentro de la
teoría». Gödel demostró este teorema construyendo explícitamente una fórmula, tal que ni
esta ni su negación fueran demostrables. El segundo teorema de Gödel es aún más ambicioso,
Gödel probó que un conjunto de fórmulas dentro de un lenguaje formal que formalizara la
aritmética podía "gödelizarse", es decir, representarse por un subconjunto de números
enteros, tal que a cada proposición del conjunto correspondía un único número y a cada
número del conjunto correspondía una proposición o fórmula. Este teorema asevera que la
consistencia de la propia aritmética es indemostrable dentro de la aritmética, ya que el
conjunto de números de Gödel asociado al conjunto de teoremas demostrables no era
representable dentro de la teoría como subconjunto recursivo.