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Sobrepeso y Obesidad
Obesidad infantil
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
3.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
3.2. Introducción 4
3.3. Definición y criterios diagnósticos 5
3.4. Diagnóstico de la obesidad infantil 10
3.5. Tipos de obesidad en la infancia 12
3.6. Prevalencia de la obesidad infantil 13
3.7. Etiología de la obesidad infantil 18
3.8. Factores de riesgo de la obesidad infantil 23
3.9. Complicaciones de la obesidad infantil 29
3.10. Tratamiento de la obesidad infantil 36
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3.11. Prevención de la obesidad infantil 49
3.12. Referencias bibliográficas 57
Lo + recomendado 66
+ Información 71
Test 73
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O B E S I D A D I N FA N T I L
Factores de Tratamiento
Diagnóstico Tipos Prevalencia Etiología Complicaciones Prevención
riesgo
Sobrepeso y Obesidad
Tema 3. Esquema
Esquema
3
Ideas clave
3.1. ¿Cómo estudiar este tema?
Para estudiar este tema debes leer las Ideas clave disponibles a continuación, así como
recurrir a otros recursos de los apartados Lo + recomendado y + Información.
En este tema analizaremos:
Qué es la obesidad infantil y cuáles son sus criterios diagnósticos.
Cuáles son los tipos de obesidad infantil.
Cuál es la prevalencia de la obesidad infantil en el mundo y en concreto en España.
Cuáles son los factores implicados en el desarrollo de esta enfermedad.
Cuáles son las complicaciones o consecuencias de la obesidad infantil.
Cómo se debe tratar la obesidad en la infancia y en la adolescencia.
Qué medidas hay que adoptar para tratar de prevenir la obesidad pediátrica.
3.2. Introducción
L
a obesidad es la enfermedad nutricional más frecuente en niños y
adolescentes en países desarrollados [1]. Estudios realizados en distintos
países muestran que el 5‐10 % de los niños en edad escolar son obesos y en
los adolescentes la proporción aumenta hasta el 10‐20 % [2, 3]. Además, estas cifras
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tienden a aumentar en países desarrollados, convirtiéndose en un problema sanitario
de primer orden, pues además es un factor de riesgo para diversas patologías como
la diabetes, la enfermedad cardiovascular y la hipertensión arterial.
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
Su tratamiento es muy difícil y muchas veces refractario. A pesar de su dificultad, es
necesario insistir en él debido a las consecuencias tan negativas de la obesidad, tanto
para la salud física como psicológica del niño y del adolescente. Por lo tanto, es
necesario actuar cuanto antes y estar convencidos de que el niño obeso pierda el
exceso de grasa y aprenda a seguir una alimentación y estilo de vida saludables [4].
En este sentido, es fundamental trabajar en la prevención de la obesidad,
concienciando a la sociedad de la importancia de la educación nutricional desde las
edades más tempranas.
3.3. Definición y criterios diagnósticos
S
e han dado muchas definiciones de obesidad, entre las que cabe destacar la
de Ballabriga y Carrascosa [5], quienes la definen como una enfermedad
crónica, compleja y de origen multifactorial, que suele iniciarse en la infancia
y adolescencia y en cuyo desarrollo están implicados determinantes genéticos y
ambientales, siendo más importante la parte ambiental o conductual. Se establece
por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético, se caracteriza por una
excesiva acumulación de grasa corporal y se manifiesta por un exceso de peso y
volumen corporal [5].
En los niños, los depósitos grasos tienen lugar principalmente a nivel subcutáneo,
mientras que, en jóvenes y adolescentes, al igual que en los sujetos adultos, también
se forman depósitos grasos intraabdominales, patrón que se asocia con un mayor
riesgo de trastornos metabólicos [6].
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Por tanto, para constatar la presencia de obesidad se debería medir directamente la
cantidad de grasa corporal, con técnicas como la antropometría o la bioimpedancia
eléctrica. Sin embargo, en la práctica el índice más utilizado para el diagnóstico de
obesidad es el índice de masa corporal (IMC).
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
El IMC es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza
frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad, es barato, de aplicación
universal y no invasivo. Se calcula dividiendo el peso del individuo (en kilogramos)
entre su talla (en m2). Cuando el IMC es igual o superior a 25 hay sobrepeso y cuando
el IMC es igual o superior a 30 se padece obesidad.
Categoría Valores límite del IMC (kg/m2)
Peso insuficiente < 18,5
Normopeso 18,5 ‐ 24,9
Sobrepeso grado I 25,0 ‐ 26,9
Sobrepeso grado II (preobesidad) 27,0 ‐ 29,9
Obesidad tipo I 30,0 ‐ 34,9
Obesidad tipo II 35,0 ‐ 39,9
Obesidad tipo III (mórbida) 40,0 ‐ 49,9
Obesidad tipo IV (extrema) > 50
Tabla1. Clasificación del sobrepeso y la obesidad en el adulto.
Fuente: Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad [7].
Actualmente existe acuerdo en la utilización del IMC para la definición de sobrepeso
y obesidad. Sin embargo, la principal limitación del IMC es la ausencia de distinción
entre la masa grasa y la masa libre de grasa. El IMC presenta además otra serie de
limitaciones como son: la necesidad de encontrar la población de referencia ideal;
los cambios seculares que esta puede sufrir, con la consiguiente necesidad de
actualización de las curvas de referencia y por último el identificar los puntos de corte
para categorizar obesidad y sobrepeso [8]. También se han descrito limitaciones de
este indicador en menores de 2 años, algunos grupos étnicos, atletas y por la
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influencia del estadio de desarrollo puberal [9, 10].
En la infancia, la valoración de la obesidad es más difícil que en la edad adulta debido
a los cambios que se producen durante el crecimiento en el acúmulo de grasa y la
relación peso/talla. Así, el IMC es un buen indicador de la obesidad en el adulto, pero
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
es menos confiable en los niños ya que cambia con la edad. Por esta razón no se debe
utilizar un valor absoluto para expresar los límites de la normalidad o el grado de
obesidad, sino que éstos deben relacionarse con los valores de referencia para su
edad, sexo y talla [11].
El problema surge a la hora de establecer los puntos de corte para el IMC que definan
la obesidad en la edad infantil y juvenil. Respecto a la definición de obesidad infantil,
no existe un criterio consensuado para establecer sobrepeso u obesidad a partir del
índice de masa corporal. Los dos criterios que gozan de mayor aceptación
internacional son el propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) [12]
(sobrepeso: valores de IMC, específicos por sexo y edad, > +1 desviación típica en la
población de referencia explicitada en el artículo citado; obesidad: valores de IMC,
específicos por edad y sexo, > +2 desviaciones típicas) y con el postulado por la
International Obesity Task Force (IOTF) [13] (con puntos de corte para establecer el
sobrepeso o la obesidad infantil específicos para cada valor y sexo, en función de la
población de referencia que se detalla en el artículo citado) (tabla 2).
Para los estudios epidemiológicos hay consenso en la utilización de los puntos de
corte de Cole [13], elaborados mediante una extrapolación matemática desde los
valores de sobrepeso y obesidad en el adulto hacia edades infantiles. Esto permite
utilizar una definición estandarizada internacional de sobrepeso y obesidad en la
infancia y mantiene una continuidad entre las definiciones de obesidad en el niño y
en el adulto (tabla 2). Estos criterios proponen como punto de corte el valor del
percentil del IMC que se corresponde con un IMC de 25 y 30 kg/m2 a los 18 años,
respectivamente, en una distribución internacional de referencia.
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
Sobrepeso Obesidad Sobrepeso Obesidad
IMC 25 kg/m2 IMC 30 kg/m2 IMC 25 kg/m2 IMC 30 kg/m2
Edad V M V M Edad V M V M
2 18,41 18,02 20,09 19,81 10,5 20,20 20,29 24,57 24,77
2,5 18,13 17,76 19,80 19,55 11 20,55 20,74 25,10 25,42
3 17,89 17,56 19,57 19,36 11,5 20,89 21,20 25,58 26,05
3,5 17,69 17,40 19,39 19,23 12 21,22 21,88 26,02 26,67
4 17,55 17,28 19,29 19,15 12,5 21,56 22,14 26,43 27,24
4,5 17,47 17,19 19,26 19,12 13 21,91 22,58 26,64 27,76
5 17,42 17,15 19,30 19,17 13,5 22,27 22,98 27,25 28,20
5,5 17,45 17,20 19,47 19,34 14 22,62 23,34 27,63 28,57
6 17,55 17,34 19,78 19,65 14,5 22,96 23,86 27,98 28,87
6,5 17,71 17,53 20,23 20,08 15 23,29 23,94 28,30 29,11
7 17,92 17,75 20,63 20,51 15,5 23,60 24,17 28,60 29,29
7,5 18,16 18,03 21,09 21,01 16 23,90 24,37 28.88 29,43
8 18,44 18,35 21,60 21,57 16,5 24,19 24,54 29,14 29,56
8,5 18,78 18,89 22,17 22,18 17 24,46 24,70 29,41 29,69
9 19,10 19,07 22,77 22,81 17,5 24,73 24,85 29,70 29,84
9,5 19,46 19,45 23,39 23,46 18 25 25 30 30
10 19,84 19,88 24,00 24,11
(V = Varones, M = Mujeres)
Tabla 2. Puntos de corte internacionales para el IMC correspondiente a sobrepeso y obesidad, según sexo
y edad, de 2 a 18 años. Fuente: [13].
En España, además, está extendido el uso de las tablas publicadas por la Fundación
F. Orbegozo [14, 15], que son las utilizadas en el estudio enKid [16, 17] (que evalúa
los hábitos alimentarios y el estado nutricional de la población infantil y juvenil en
España (entre los años 1998 y 2000) y en las que se considera como punto de corte
los valores correspondientes al percentil 85, sobrepeso, y el percentil 97, obesidad,
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específicos por edad y sexo.
La medición del pliegue subcutáneo tricipital (figura 1) por encima del percentil 95 o
>2 DS también se ha utilizado como definición de obesidad, debido a que la grasa
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
subcutánea constituye el 50 % de la masa grasa corporal total, pero tiene también
sus limitaciones para cuantificar con precisión la masa grasa.
El pliegue subescapular (Figura2) valora preferentemente la grasa del tronco.
Figura 1. Pliegue tricipital.
Fuente: https://previa.uclm.es/profesorado/clbalboa/pLIEGUE%201.jpg
Figura 2. Medición del pliegue subescapular.
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Fuente: https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/icsa/n2/p2.html
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
3.4. Diagnóstico de la obesidad infantil
L
a valoración del niño con sobrepeso y obesidad se fundamenta en la historia
clínica específica para orientar la etiología de la obesidad y cuantificar la
gravedad de la misma [18].
Anamnesis
Estará dirigida a conocer las circunstancias sociofamiliares y personales del niño
implicadas en el desarrollo de la sobrenutrición o la obesidad. Se obtendrán los
siguientes datos:
Antecedentes familiares
Tienen un gran interés porque el niño con sobrepeso proviene generalmente de
familias con obesidad, lo que es altamente predictivo para su futuro. Se debe recoger
el peso y talla de los padres y de los hermanos, así como los antecedentes familiares
de accidentes cardiovasculares (<55 años en varones y de 65 años para las mujeres),
dislipemias, diabetes, hipertensión arterial, etc. [19].
Antecedentes personales y perfil de desarrollo
Se incluirá peso y talla al nacer, el tipo de lactancia y la cronología de la alimentación
complementaria. Es esencial recoger aspectos referentes a la actividad física del niño
(deporte, horas de estudio, televisión y/o videojuegos, etc.) y hábitos tóxicos.
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Ingesta dietética
El conocimiento de los hábitos alimentarios y de la ingesta del niño puede orientar
sobre si el origen del sobrepeso es exógeno o no. Las encuestas dietéticas de carácter
cuantitativo (recuerdo de 24 horas, cuestionario de frecuencia, registro de ingesta
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
con pesada de alimentos durante varios días), proporcionan un conocimiento más
exacto. También se puede hacer una aproximación con la historia dietética,
preguntando al paciente o a sus padres por el tipo de alimento y cantidad aproximada
ingerida en las principales comidas del día, completándolo con la frecuencia diaria o
semanal de los principales grupos de alimentos. Se podrá valorar especialmente el
consumo de refrescos y zumos industriales, alimentos precocinados y snacks.
Exploración clínica
Se realizará con el paciente desnudo o en ropa interior para distinguir aspectos como
la distribución de la adiposidad: por todo el cuerpo, periférica o ginoide si está
localizada en caderas y troncolar o central o androide. Es frecuente observar estrías
en las regiones laterales del abdomen y en las caderas. En los niños mayores debe
explorarse siempre el grado de desarrollo puberal (telarquia y pubarquia en las
chicas y genitalia y pubarquia en los chicos), que con frecuencia está adelantado. La
exploración debe incluir siempre el registro de la presión arterial y su confrontación
con los percentiles para la edad y el sexo [18].
Exploración antropométrica
Se obtendrán las siguientes medidas: peso, talla, perímetro braquial (en el brazo
izquierdo o no dominante), pliegues cutáneos (tricipital y subescapular izquierdos o
del lado no dominante) y perímetros. Es muy importante conocer el patrón de
distribución de la grasa en el cuerpo (central/periférica), ya que esta se correlaciona
con el riesgo cardiovascular en la edad adulta. La distribución corporal de la grasa se
puede determinar utilizando distintos índices como son: el índice cintura/cadera, la
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relación pliegue tricipital/pliegue escapular y el índice de centralidad [20, 21, 22, 23].
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
Exploraciones complementarias
Determinaciones bioquímicas
En niños con factores de riesgo cardiovascular se debe determinar el perfil lipídico
(colesterol y fracciones, triglicéridos y lipoproteína a), la glucemia basal y los niveles
de insulina. Se ha observado que los niveles de la proteína C reactiva, como marcador
de inflamación general, se correlacionan positivamente con el IMC y con los cocientes
aterogénicos de los lípidos. Por ello, probablemente su determinación longitudinal
pueda tener un interés pronóstico [18].
Técnicas de cuantificación de la composición corporal
Debido a las limitaciones mencionadas del IMC para discernir qué compartimento
está originando el aumento o descenso del mismo, se deben utilizar otros métodos
de medición que valoren el porcentaje de grasa que contiene el organismo. Para ello
pueden utilizarse diferentes técnicas de medición que estiman el contenido de grasa
del organismo, como son la impedancia bioeléctrica [24, 25]. Ya se han publicado
valores normales de BIA en niños españoles [26].
3.5. Tipos de obesidad en la infancia
H
an sido numerosos los intentos para clasificar la obesidad, así como para
relacionarla epidemiológicamente según sus diferentes características.
Ninguno de estos métodos parece particularmente útil o significativo en
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la infancia. Probablemente la única distinción importante que puede hacerse en la
obesidad infantil es diferenciar aquellos niños que tienen un «patrón patológico», —
debido a enfermedades genéticas o endocrinas (tabla 3)— de otros cuya obesidad
está ligada etiopatogénicamente a la ingesta de dietas hipercalóricas, a la escasa
actividad física y quizás también a una predisposición genética para conservar y
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
almacenar energía. Esta última, denominada «obesidad simple», abarca el 95 % de
los casos [27]. Así, podríamos hablar de una obesidad endógena o genética y una
obesidad exógena, simple o nutricional.
Hipotonía infantil, mala alimentación seguida de hiperfagia y
aumento del peso, retraso del desarrollo, retraso mental,
Síndrome de Prader‐Willi
baja talla, dermatomanía, trastornos de la conducta y
psicosociales
Polidactilia, retraso cognitivo, baja estatura, retinitis
Síndrome de Bradet‐Biedl
pigmentaria, enfermedad renal, hipogonadismo
Sordera nerviosa, diabetes, degeneración retinal pigmentaria,
Síndrome de Alström
cataratas
Osteodistrofia hereditaria de Baja talla, puede haber seudohipoparatiroidismo,
Albright calcificaciones ectópicas, hipocalcemia
Complejo de Carney, un síndrome autosómico dominante de
neoplasias múltiples, pigmentación cutánea moteada,
Síndrome de Cushing
neoplasia endocrina múltiple, neoplasia testicular, quistes de
ovario
Deficiencia aislada de la hormona
Baja talla, obesidad central
de crecimiento
Retraso mental sindrómico ligado Retraso mental asociado al cromosoma X con alta prevalencia
al cromosoma X de obesidad por mutaciones en el gen MECP2
Tabla 3. Síndromes genéticos asociados con la obesidad. Fuente: [28]
3.6. Prevalencia de la obesidad infantil
L
a prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil ha aumentado a un ritmo
alarmante a nivel mundial en los últimos años [29] convirtiéndose en uno de
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los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. En 2010 había 42
millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35 millones
viven en países en desarrollo [30] (figuras 3 y 4).
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
El grupo internacional de trabajo en obesidad (IOTF) y la Organización Mundial de la
Salud (OMS) han definido la obesidad como la epidemia del siglo XXI por las
dimensiones adquiridas a lo largo de las últimas décadas. Su impacto sobre las
enfermedades crónicas, la calidad de vida y el gasto sanitario configuran la obesidad
como un importante problema de salud pública [31].
Figura 3. Prevalencia de la obesidad infantil en niños a nivel mundial. Fuente:
http://www.worldobesity.org/data/map/overview‐boys
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Figura 4. Prevalencia de la obesidad infantil en niñas a nivel mundial. Fuente:
http://www.worldobesity.org/data/map/overview‐girls
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
En España, en el período comprendido entre 1984 (estudio Paidos) y 2000 (estudio
enKid), la prevalencia de la obesidad aumentó del 5 al 15 % y la del sobrepeso entre
los 2 y los 17 años es del 24,7 %, observándose diferencias significativas entre
comunidades autónomas [32, 33, 34, 35].
El estudio enKid, realizado entre los años 1998 y 2000 sobre una muestra aleatoria
representativa de la población española con edades comprendidas entre 2 y 24 años
demostró la prevalencia de la obesidad en este grupo de edad es del 13,9 % y un
12,4% para el sobrepeso, lo que tipifica un 26,3 % de la población española entre 2 y
24 años con sobrecarga ponderal [32].
Estas estimaciones están basadas en la definición del sobrepeso, como valores del
IMC comprendidos entre los percentiles 85 y 97 —específicos por edad y sexo— de
los valores de referencia en las tablas de Orbegozo y la obesidad para valores del IMC
iguales o mayores al percentil 97 [15].
La obesidad es más elevada en el subgrupo de los varones (15,6 %) en comparación
con las mujeres (12,0 %). Las tasas de prevalencia más elevadas se observaron en los
chicos entre los 6 y los 13 años y en las mujeres entre los 18 y los 24 años [16].
Cuando se utilizan los criterios propuestos por Cole et al [34] y recomendados por
IOTF para la definición del sobrepeso y la obesidad con fines de comparaciones
internacionales, la prevalencia de obesidad en España en este grupo de edad es del
6,4 % continuando más elevada en varones (7,98 %) que en mujeres (4,65 %). El
sobrepeso se estima en un 18,1 %, mucho más elevado en varones (21,53 %) que en
mujeres (14,42 %), y en conjunto el 24,4 % del colectivo presenta sobrecarga
ponderal (el 29,5 % de los varones y el 19,1 % de las mujeres).
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En la tabla 4 se describe la prevalencia de obesidad y sobrepeso por grupos de edad
y sexo en la población infantil y juvenil española de acuerdo a los criterios propuestos
por Cole et al. [34] y según el valor de los percentiles 85 (sobrepeso) y 97 (obesidad)
de Orbegozo [15].
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
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Tabla 4. Prevalencia de obesidad en población infantil y juvenil española (2‐24 años) por grupos de edad y
sexo (estudio enKid) según los criterios de Cole et al. y según los percentiles de 85 y 97 de Orbezogo.
Fuente: [16].
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
Por regiones, la zona sur, y en concreto Murcia, Andalucía y las islas Canarias, sufren
las cifras más altas, mientras que la región noroeste presenta las cifras más bajas.
Además, la probabilidad de padecer sobrepeso y obesidad es mayor en las áreas
rurales que en las urbanas. También es más frecuente entre la población con un
menor nivel socioeconómico y educativo (figura 5).
Figura 5. Factores sociodemográficos que influyen en la prevalencia de obesidad infantil y juvenil en
España. Fuente: estudio enKid [36].
En comparación con el resto de países de Europa, en lo que se refiere a población
infantil, nuestro país presenta una de las cifras más altas [37]. Así, en los niños
españoles de diez años la prevalencia de obesidad es solo superada en Europa por
los niños de Italia, Malta y Grecia [38].
Años más tarde, en el 2011, la entonces AESAN (Agencia Española de Seguridad
Alimentaria y Nutrición), y actual AECOSAN (Agencia Española de Consumo,
Seguridad Alimentaria y Nutrición), llevó a cabo el estudio ALADINO (Alimentación,
Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad), destinado a niños de 6 a 9,9 años.
Dicho estudio puso de manifiesto una prevalencia de sobrepeso del 26,3 % en niños
y el 25,9 % en niñas y una prevalencia de obesidad del 22 % en niños y el 16,2 % en
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niñas [39].
Estos datos demuestran que además de tener una de las mayores cifras de obesidad
infantil de Europa, estas no dejan de crecer alarmantemente.
Sobrepeso y Obesidad
17
Tema 3. Ideas clave
3.7. Etiología de la obesidad infantil
P
ara poder intervenir e intentar solucionar, aunque sea en parte, este
problema de salud, es necesario que comprendamos las causas que han
desencadenado esta epidemia. Sin embargo, la obesidad es una
enfermedad compleja y multifactorial, determinada por la interacción de factores
genéticos o biológicos, conductuales y ambientales [40, 41, 42, 43, 32].
Factores genéticos
Se ha identificado la participación de 600 genes, marcadores y regiones
cromosómicas asociados o ligados a fenotipos de obesidad (tabla 5) [44]. La
enfermedad causada por enfermedades monogenéticas es muy infrecuente (en
torno al 5 %) y cursa con clínica grave y muy precoz.
Tabla 5. Genes más importantes que han sido relacionados con el desarrollo de la obesidad en humanos y
su localización cromosómica. Fuente: [44].
Existe por tanto una base genética heredada, que puede actuar a través de
diferentes mecanismos: preferencia por determinados tipos de comidas, gasto
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energético, patrón de crecimiento, distribución de la grasa, efecto termogénico de
los alimentos y grado de actividad física.
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
La obesidad también puede ser secundaria a algunas enfermedades poco frecuentes
como hipotiroidismo, hipercortisolismo, déficit de hormona de crecimiento y daño
hipotalámico, entre otras.
Pueden condicionar la obesidad los esteroides, los fármacos antipsicóticos y algunos
antiepilépticos.
Factores ambientales
Es evidente que, aunque los factores genéticos permitan explicar un pequeño
número de casos, las causas de la mayoría hay que buscarlas en otros factores. El
rápido y espectacular aumento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad
experimentado en el último cuarto de siglo no puede ser atribuido exclusivamente a
causas genéticas, ya que el genoma humano no se modifica en tan poco espacio de
tiempo. De ahí que, los factores ambientales o del entorno, que están produciendo
cambios permanentes en el estilo de vida, desempeñen un rol esencial creando el
llamado entorno obesogénico [45], caracterizado por la abundancia de alimentos y
el sedentarismo (figura 6).
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
Deportes y ocio Alimentos altos en
calorías promovidos por:
Falta de facilidades en los
colegios La publicidad
Pocas áreas de juego en El patrimonio realizado por
las ciudades los snacks y las bebidas
Ampliación de los refrescantes
entretenimientos Precios bajos
pasivos disponibles Marketing en los colegios
Comer fuera de casa
ENTORNO
OBESOGÉNICO
Familia
Educación e información
Predisposición genética
Exceso de peso en los
Clases escolares
padres
Estilos de vida
Escasa lactancia materna
Nutrición
Conocimientos de salud
Cocina
de los padres y
Mensajes de los medios
habilidades para comprar,
Modas
cocinar y gestionar el
Imagen corporal
presupuesto familiar
Figura 6. Factores que contribuyen al entorno obesogénico. Fuente: [45].
En España, en las últimas décadas, se ha producido un cambio en los hábitos
alimentarios de los niños y adolescentes. Las dietas tradicionales han sido
reemplazadas rápidamente por otras con mayor densidad energética, con un abuso
de carnes, embutidos, productos de bollería y bebidas carbonatadas y con un déficit
de frutas, verduras y cereales. Entre algunas de las razones por las que se ha
producido este hecho se encuentra la incorporación de la mujer al mercado laboral y
la escasa conciliación laboral‐familiar que ha hecho que cada vez se dedique menos
tiempo en el hogar a educar en hábitos alimentarios saludables, se utilicen más
productos procesados o se coma más fuera del hogar. Asimismo, los medios de
comunicación no ayudan a difundir un mensaje adecuado, dejándose invadir por las
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modas o la publicidad de alimentos malsanos [46].
Estos cambios alimentarios se combinan con cambios de conductas que suponen una
reducción de la actividad física diaria y durante el tiempo de ocio, otra de las causas
de la obesidad. En la población infantil y juvenil estos fenómenos se agudizan; el
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
número de horas que los niños y adolescentes dedican a jugar con los ordenadores y
videojuegos ha aumentado de forma espectacular. El ocio, en la infancia, cada vez se
hace más sedentario. Los avances tecnológicos y en el transporte han disminuido la
necesidad del ejercicio físico en las actividades de la vida diaria y es difícil imaginar
que esta tendencia no vaya a continuar en el futuro. A esto hay que añadir un entorno
urbanístico poco favorable a la práctica de actividad física, lo que ha provocado, entre
otros, una reducción del número de niños que acuden al colegio andando. Niños que,
a su vez, tienden a ser menos activos durante el resto del día. Los datos actuales
muestran que los niños españoles pasan una media de 2 horas y 30 minutos al día
viendo televisión y media hora adicional jugando con videojuegos o conectados a
Internet [38].
Además, la información nutricional de la mayoría de la población procede de la
divulgación en los medios, sobre todo en televisión, que no siempre es correcta. El
niño y el adolescente son especialmente sensibles a la propaganda. El niño cree que
todo lo que ve en televisión es verdadero y real y lo manifiesta pidiendo los productos
que se anuncian, la mayoría con gran palatabilidad, lo que puede habituar a su
consumo. El ver la televisión durante muchas horas, además de ir acompañado de
una menor actividad física, puede facilitar el desarrollo de malos hábitos
alimentarios.
Así, por ejemplo, un niño que pasa muchas horas viendo la televisión estará más
expuesto a la publicidad de alimentos ricos en grasas saturadas y azúcares simples,
tenderá a consumirlos en gran cantidad, lo que le llevará a estar más inactivo, más
aislado socialmente y verá más televisión. Se trata de conductas que se estimulan y
retroalimentan mutuamente para contribuir a desarrollar obesidad infantil.
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Como puede verse, la alimentación poco saludable y no practicar actividad física con
regularidad son las principales causas de la obesidad infantil y ambas son susceptibles
de modificarse.
Sobrepeso y Obesidad
21
Tema 3. Ideas clave
En el caso de la obesidad infantil, el miedo potencial de los padres a que el niño no
coma nada, aunque eso no sea ciertamente así, hace que se abuse de una mala
alimentación. Los padres actualmente trabajan fuera de casa y se tiene menos tiempo
para dedicar a realizar la compra, elaborar comidas, estar con los hijos o jugar con
ellos. Todo esto repercute en cómo come el niño, qué come y cuánto come. Otro de
los factores sociales que influye en el aumento de la obesidad infantil es que los
abuelos son los que de forma principal se quedan al cuidado de los niños mientras
los padres trabajan y uno de los factores a destacar de ellos es que, para los abuelos,
el niño «gordito» (como se daba en épocas atrás) es síntoma de niño saludable y por
ello les dan de comer lo que quieran en la cantidad que quieran [41].
Figura 7. La publicidad de alimentos dirigida al público infantil contribuye a mantener el entorno
obesogénico. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=63ePiuvnn54
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Sobrepeso y Obesidad
22
Tema 3. Ideas clave
Ambiente obesogénico en el hogar
Poco tiempo compartido con los hijos
Pocas comidas en familia
Comida delante del televisor, videojuegos, tablets, etc.
Influencia de los niños en la elección de la compra de alimentos y del menú
Tener alimentos malsanos en casa
Escaso control de la alimentación de los niños por parte de sus progenitores
Acceso incontrolado a la publicidad
Escasa información y educación nutricional
Ambiente obesogénico en la escuela
Poca educación nutricional en el currículo educativo
Poca formación de los maestros en educación alimentaria y nutricional
Insuficiente control de la calidad nutricional de los alimentos que se adquieren o se llevan al
colegio
Escasa promoción de la actividad física
Ambiente obesogénico en la comunidad
Gran influencia de los medios de comunicación y la publicidad en la alimentación infantil
Regulación deficiente del contenido de la publicidad de alimentos dirigida al público infantil
Escasez de espacios seguros para la práctica de actividad física
Oferta de alimentos hipercalóricos en todos los lugares
Autonomía por parte de los niños para adquirir alimentos y bebidas
Tabla 6. Influencia del ambiente obesogénico en los tres principales ámbitos de educación para la salud de
los niños y los adolescentes. Fuente: elaboración propia.
3.8. Factores de riesgo de la obesidad infantil
Sociodemográficos
Obesidad en los padres
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El riesgo de obesidad de un niño es 4 veces mayor si uno de sus padres es obeso y
ocho veces mayor si ambos lo son [47]. Asimismo, el patrón de distribución de la grasa
corporal sigue también la misma tendencia que el observado en los padres.
Sobrepeso y Obesidad
23
Tema 3. Ideas clave
De los estudios publicados podría concluirse que existe una asociación significativa
entre el IMC de los padres y el de los hijos. Sin embargo, es difícil diferenciar el origen
genético o ambiental de esta relación. Algunos estudios sobre el impacto de los
hábitos alimentarios y de práctica de ejercicio físico en los padres han constatado
estilos de vida similares entre padres e hijos, aunque esta relación se va debilitando
hacia la adolescencia. Stunkard et al. (1986) demostraron que el peso de niños
adoptados se correlaciona significantemente con el peso de sus padres genéticos
[48]. Por tanto, el riesgo de ser obeso puede estar atribuido al seguimiento de hábitos
similares de alimentación en la familia genéticamente predispuesta.
Nivel socioeconómico bajo
Los diferentes estudios parecen concluir que el nivel socioeconómico elevado es un
factor de riesgo de obesidad en los países pobres y en los de transición nutricional
(como China). Sin embargo, en los países desarrollados el nivel socioeconómico bajo
es generalmente un factor de riesgo de obesidad [49]. En países desarrollados, la
obesidad predomina entre los pobres y quienes tienen menor nivel de educación [50,
51, 52, 53].
El estudio enKid puso de manifiesto que un bajo nivel educativo materno, un bajo
nivel socioeconómico familiar y la residencia habitual en la región sur y en Canarias
aumentaban la probabilidad de ser obeso [32].
Medio rural vs medio urbano
Según los países, la influencia del lugar de residencia sobre el riesgo de obesidad en
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niños es variable. En los países pobres y en los de transición nutricional el medio rural
parece un factor de protección, sin embargo, en estudios realizados en países
desarrollados se ha identificado como factor de riesgo.
Sobrepeso y Obesidad
24
Tema 3. Ideas clave
Origen étnico
Aunque algunos estudios descriptivos muestran que el origen étnico podría
predisponer a un mayor riesgo de obesidad infantil, hay estudios discordantes al
respecto. Es imposible concluir a partir de sus resultados si estas diferencias son de
origen biológico o explicable por los modos de vida.
En la figura 8 se resumen los factores sociodemográficos que influyen en la
prevalencia de obesidad infantil y juvenil en España, a la luz de los resultados del
estudio enKid [54].
Figura 8. Factores de riesgo de obesidad infantil. Fuente: [54].
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Sobrepeso y Obesidad
25
Tema 3. Ideas clave
Antecedentes en la infancia
Sobrepeso y obesidad materna durante el embarazo
El sobrepeso y la obesidad materna se asocian también con la obesidad del hijo en la
edad adulta y con el sobrepeso en la edad infantil [55, 56].
Peso elevado al nacimiento
Los datos de la bibliografía van a favor de una asociación entre macrosomía (peso
superior a 4 kg al nacimiento) y padecer obesidad en la infancia y la adultez.
Protección de la lactancia materna
Los niños alimentados con lactancia materna (LM) tienen menor riesgo de desarrollar
obesidad que los lactados artificialmente [57, 58], y el efecto protector podría
incrementarse con la duración de la LM. Además, el lactante alimentado al pecho es
más capaz de autorregular su alimentación que el que recibe fórmula.
La peor situación metabólica relacionada con el desarrollo de la obesidad se presenta
en los recién nacidos de bajo peso que ganan rápidamente peso durante el periodo
de lactancia. Asimismo, se demuestra una mayor ganancia ponderal en los lactantes
en los que se introduce la alimentación complementaria antes de los 4‐6 meses de
vida, que además se correlaciona con una menor duración de la LM.
La precocidad en el rebote adiposo, antes de los 5 años
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Normalmente las cifras del IMC disminuyen a partir del primer año de vida hasta los
5 o 6 años en que aumentan de nuevo. A este aumento del IMC se le denomina rebote
adiposo [59]. Numerosos estudios han relacionado el adelanto de este con el
desarrollo de obesidad [32].
Sobrepeso y Obesidad
26
Tema 3. Ideas clave
Estilos de vida
Inactividad física
La escasa actividad física y el sedentarismo, indirectamente estimado por el número
de horas consumidas en actividades lúdicas sedentarias (televisión, ordenador,
videojuegos), están significativamente asociados a la obesidad. Además, varios
estudios epidemiológicos han evidenciado una relación directa entre la cantidad de
horas consumidas en ver la televisión y la ingesta energética y grasa.
Los resultados del estudio enKid muestran tasas de obesidad significativamente
inferiores entre los que caminan como media más de 1 hora al día, los chicos que
practican actividades deportivas tres veces por semana y las chicas que lo hacen al
menos dos veces semanalmente [16].
Un factor ambiental que ha provocado un aumento de la obesidad en nuestra
sociedad es ver la televisión durante muchas horas. Datos del National Health
Examination Survey and demostrado que el número de horas que se ve la TV tiene
una relación directa con el riesgo de obesidad [60]. La TV es el factor predictor más
importante de obesidad en adolescentes y muestra un efecto dosis‐respuesta.
Pueden encontrarse varias explicaciones a este hecho ya que la TV anuncia alimentos
con alto contenido calórico (aperitivos, refrescos, galletas), los personajes que
aparecen en ella generalalmente muestran unos malos hábitos alimentarios, los
niños tienen más posibilidad de tomar aperitivos mientras ven la TV y además, la TV
reemplaza otras actividades al aire libre que consumen más energía, como los juegos
o deportes [27].
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Duración del sueño
En el estudio enKid, la prevalencia de obesidad fue inferior en el grupo que dormía
una media de 10 horas en relación con los que duermen menos de 7 horas [26].
Sobrepeso y Obesidad
27
Tema 3. Ideas clave
Características de la alimentación
La elevada ingesta de alimentos densos en energía, la poderosa publicidad para el
consumo de estos alimentos, el elevado consumo de refrescos con azúcar y el gran
tamaño de las porciones son también factores de riesgo para padecer obesidad
infantil. En el estudio español enKid, la prevalencia de obesidad fue más elevada
entre los niños y jóvenes que realizaban bajos consumos de frutas y verduras (<2
raciones/día).
La figura 9 recoge varios aspectos relacionados con los estilos de vida asociados con
la prevalencia de obesidad en la población infantil y juvenil española de acuerdo con
los resultados del estudio enKid.
Figura 9. Estilos de vida asociados con la prevalencia de obesidad infantil en España.
Fuente: Estudio enKid [6].
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Sobrepeso y Obesidad
28
Tema 3. Ideas clave
3.9. Complicaciones de la obesidad infantil
E
n la actualidad, la obesidad es un problema sanitario de primer nivel debido
a su alta prevalencia y a su relación con otras patologías. Los efectos
adversos y los riesgos de obesidad para la salud en etapas tempranas de la
vida incluyen problemas tanto a corto plazo como a largo plazo y tanto problemas
físicos como psicosociales.
Morbilidad a corto plazo
Morbilidad médica
La obesidad infantil se asocia con complicaciones médicas entre las que destacan las
alteraciones del metabolismo lipídico, hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2,
síndrome metabólico, esteatosis hepática, litiasis biliar, problemas respiratorios y
ortopédicos [28, 61, 62, 63]. Se trata de enfermedades y complicaciones que pocos
de nosotros imaginábamos llegar a ver en niños y adolescentes.
Alteraciones del metabolismo lipídico.
Los niños y adolescentes obesos tienden a tener elevado el colesterol total, el
colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (c‐LDL) y los triglicéridos y disminuido
el colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (c‐HDL). Asimismo, la tendencia a
que estas concentraciones patológicas persistan en el tiempo hace que la
probabilidad de que los niños obesos se conviertan en adultos obesos y con
dislipemia alta, por lo que tienen un especial riesgo de aterogénesis y de enfermedad
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cardiovascular.
Además, estas alteraciones del metabolismo lipídico se asocian con hiperinsulinismo
[64]. El hiperinsulinismo aumenta la síntesis de colesterol de las lipoproteínas de muy
Sobrepeso y Obesidad
29
Tema 3. Ideas clave
baja densidad (c‐VLDL) y por tanto contribuye al aumento de triglicéridos y de c‐LDL
en plasma.
Hipertensión.
Es una complicación frecuente de la obesidad que puede observarse en escolares y
adolescentes obesos. Es muy importante su detección precoz. Se considera
hipertensión arterial cuando el promedio de tres determinaciones de la presión
arterial se encuentra en p95 y de riego cuando es mayor que el p90. Las tablas de
referencia se pueden consultar en:
http://www.nhlbi.nih.gov/health/prof/heart/hbp/hbp_ped.pdf
Resistencia a la insulina y diabetes mellitus tipo 2.
La asociación entre obesidad y diabetes tipo 2 se conoce desde hace muchos años.
Sin embargo, hasta hace pocos años no era habitual en niños y ahora cada vez se
reportan más casos de niños obesos con diabetes tipo 2.
El riesgo de que se desarrolle una diabetes mellitus tipo 2 aumenta con el tiempo de
duración de la obesidad y la intensidad de esta. En niños y adolescentes suele ser
asintomática, aunque puede haber hallazgos casuales (glucosuria) o signos
inespecíficos (candidiasis vaginal).
El mecanismo fisiopatológico por el que la obesidad induce a la resistencia a la
insulina no se conoce con exactitud. La grasa visceral se caracteriza por una alta
actividad lipolítica con incremento de la producción de ácidos grasos libres.
Asimismo, segrega una serie de sustancias (leptina, resistina, adiponectina,
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angiotensina, inhibidor del plasminógeno de tipo 1, citocinas, etc.) que junto a unas
alteraciones en la concentración de hormonas (aumento de glucocorticoides,
disminución de hormona de crecimiento y del factor de crecimiento insulínico tipo 1,
etc.) serían las responsables de la aparición de la resistencia a insulina, así como de
Sobrepeso y Obesidad
30
Tema 3. Ideas clave
otras comorbilidades como dislipemia, hipertensión arterial y tendencia a la
trombogénesis.
La detección precoz de insulino‐resistencia y diabetes mellitus tipo 2 en niños y
adolescentes obesos es uno de los objetivos más importantes en la prevención de las
complicaciones de la obesidad.
Síndrome metabólico.
Aunque el síndrome metabólico puede demostrarse en la edad pediátrica, no existen
unos criterios claramente definidos para su diagnóstico. Se han propuesto los
siguientes puntos de corte: circunferencia abdominal mayor del p75 para la edad y
sexo, hipertrigliceridemia superior a 100 mg/dl, concentración de c‐HDL <50 mg/dl,
presión arterial superior al p90 para la edad, sexo y talla y glucemia superior a 110
mg/dl. Usando estos criterios pediátricos se ha comprobado que un tercio de los
adolescentes obesos norteamericanos padece síndrome metabólico [65].
Complicaciones gastrointestinales (esteatosis, litiasis).
Entre ellas destacan por su prevalencia la esteatosis y esteatohepatitis no alcohólica
que pueden tener hasta el 30 % de los adultos obesos. Su diagnóstico incluye la
ecografía y la determinación periódica de transaminasas.
Otro problema es la mayor incidencia de litiasis biliar, particularmente frecuente en
chicas obesas, especialmente si han hecho régimen y han adelgazado de forma
considerable y rápida.
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Sobrepeso y Obesidad
31
Tema 3. Ideas clave
Otras complicaciones.
El exceso de peso y los cambios en la composición corporal ocasionan alteraciones
hormonales que influyen sobre el crecimiento y el ritmo madurativo, provocando que
los niños con obesidad tengan tendencia a ser más altos, pero esta talla tiene un
carácter transitorio, ya que el crecimiento finaliza precozmente porque se anticipan
los cambios puberales y la talla adulta suele ser normal o inferior a lo normal.
Además, los niños y adolescentes afectos de obesidad presentan un aumento de la
secreción de andrógenos que produce manifestaciones de virilización en las niñas
(hirsutismo e infertilidad) y ginecomastia en los niños, debido al acúmulo de grasa en
la región mamaria, sin existir generalmente un aumento real del tejido glandular
mamario.
Algunos niños afectos de obesidad severa pueden presentar problemas
dermatológicos: estrías, infecciones por hongos en las zonas de pliegues y acantosis
nigricans (esta última aparece en relación con la alteración en la sensibilidad a la
insulina).
Son también importantes las repercusiones que la obesidad tiene sobre la función
pulmonar. Estos niños pueden presentar disnea de esfuerzo ante el ejercicio físico
moderado e incluso insuficiencia respiratoria con intoxicación por dióxido de
carbono, característica propia del síndrome de Pickwick, que se observa en los casos
extremos de obesidad. En casos de obesidad severa‐moderada los índices
espirométricos están alterados y existe un aumento en las infecciones respiratorias.
Además, la obesidad favorece el broncoespasmo y empeora las crisis de asma.
Muchas veces presentan también, apnea durante el sueño.
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Sobrepeso y Obesidad
32
Tema 3. Ideas clave
trastornos ortopédicos, como el Genu valgum y la epifisiolisis de la cabeza femoral,
pie plano, escoliosis, coxa vara y enfermedad de Perthes.
También se han descrito problemas ortopédicos que se acompañan de alteraciones
en la movilidad física e inactividad, trastornos en la respuesta inmune con aumento
de la susceptibilidad a infecciones, alteraciones cutáneas que reducen la capacidad
de cicatrización de heridas e infecciones y problemas respiratorios nocturnos e
incluso Chapnea del sueño.
Morbilidad psicológica
Es muy importante la repercusión que la obesidad tiene sobre el desarrollo
psicológico y la adaptación social del niño. De hecho, las consecuencias psicosociales
de la distorsión de la imagen física para el niño obeso pueden ser tan importantes o
incluso más que las físicas: baja autoestima, aislamiento social, discriminación y
patrones anormales de conducta son algunas de las consecuencias más frecuentes
[32].
En general, las personas afectas de obesidad no están bien consideradas en la
sociedad; en los medios de comunicación los niños y adultos obesos suelen
desempeñar un personaje cómico, tropezón y glotón [27]. Un niño de 7 años ya ha
aprendido las normas de atracción cultural [66] y de ahí que elija a sus compañeros
de juego basándose en sus características físicas.
Se ha comprobado que los niños obesos tienen una pobre imagen de sí mismos y
expresan sensaciones de inferioridad y rechazo. Por lo tanto, suelen presentar
dificultades para hacer amigos. La discriminación por parte de los adultos o de los
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compañeros desencadena en ellos actitudes antisociales, que les conducen al
aislamiento, depresión e inactividad y frecuentemente producen aumento en la
ingestión de alimentos, lo que a su vez agrava o al menos perpetúa la obesidad.
Sobrepeso y Obesidad
33
Tema 3. Ideas clave
Es también un gran problema encontrar vestimenta para los niños obesos, ya que es
difícil que encuentren ropas de moda adecuadas para su talla. Además, estos niños
presentan frecuentemente alternaciones del comportamiento, síntomas de
depresión y ansiedad [27].
Los niños obesos presentan dificultades en la maduración psicológica y la adaptación
social debido a la discriminación de los compañeros, la familia y la sociedad en general,
lo que les puede provocar la pérdida de autoestima, aislamiento, depresión y
alteraciones de la conducta alimentaria.
Morbilidad asociada a largo plazo
Persistencia de la obesidad en la edad adulta
Hay estudios longitudinales que sugieren que la obesidad infantil, después de los 3
años, se asocia a largo plazo con un mayor riesgo de obesidad en la edad adulta, un
aumento en la morbilidad y mortalidad, una persistencia de los trastornos
metabólicos asociados, un aumento del riesgo cardiovascular y de algunos tipos de
cáncer [67, 68]. Se calcula que aproximadamente el 80 % de los niños y adolescentes
obesos seguirán presentando esta patología en la edad adulta [69]. Hay estudios que
demuestran que tres cuartas partes de los adultos que tenían exceso de peso del 160
% en relación con su peso ideal, habían sido obesos desde la infancia [70].
Mortalidad en la edad adulta
En los adultos obesos con antecedentes de obesidad durante su infancia o
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adolescencia se ha demostrado un exceso de mortalidad en comparación con los que
no presentan este antecedente [71].
Sobrepeso y Obesidad
34
Tema 3. Ideas clave
Morbilidad a largo plazo
Como hemos visto, entre las principales patologías relacionadas con la obesidad
infantil se encuentran la hipertensión arterial, dislipemias, trastornos respiratorios,
trastornos del aparato locomotor como la artrosis e incluso algunos tipos de cáncer
que acortan significativamente la esperanza de vida del obeso [39]. En niños y
adolescentes el problema se agrava puesto que, de no tomar medidas a tiempo sobre
sus hábitos, hay una alta probabilidad de que el niño obeso se convierta en un adulto
obeso. El 80 % de los niños y adolescentes obesos lo continuarán siendo en la vida
adulta y viceversa, la mayoría de las obesidades del adulto comenzaron en la infancia.
Se puede pensar en la obesidad infantil como un acelerador de las enfermedades en
la adultez ya que, a largo plazo, causa enfermedades degenerativas, pues se asocia
con enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, con hiperinsulinemia [68,
72] y menor tolerancia a la glucosa, y con alteraciones en el perfil lipídico en sangre
e incluso hipertensión arterial.
La persistencia de la obesidad infantil hasta la edad adulta aumenta
significativamente el riesgo de padecer síndrome X o metabólico [73], enfermedad
de la vesícula biliar y esteatosis hepática. De hecho, en gran parte de los niños con
obesidad se pueden detectar algunos indicadores que predicen la posibilidad de
padecer estas enfermedades en su forma completa de expresión, si no se trata su
obesidad [27]. El síndrome metabólico asocia obesidad, hipertensión, dislipemia e
insulinorresistencia [73].
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Sobrepeso y Obesidad
35
Tema 3. Ideas clave
3.10. Tratamiento de la obesidad infantil
E
l objetivo fundamental del tratamiento de la obesidad infantil se centra en
conseguir le peso ideal para la talla, manteniendo los aportes nutricionales
necesarios para no interferir en el crecimiento. Tanto la prevención como
el tratamiento de la obesidad infantojuvenil se basa en tres pilares fundamentales:
motivación, dieta y ejercicio físico.
La experiencia demuestra que lo más importante es conseguir la adhesión del niño y
del entorno familiar y social a los principios de la prevención y tratamiento de la
obesidad y el sobrepeso.
El objetivo del tratamiento en la infancia es conseguir un peso adecuado para la talla
y conservarlo posteriormente dentro de límites normales al mismo tiempo que se
mantiene un crecimiento y desarrollo normal. Teóricamente parece fácil, además los
factores ambientales son fácilmente modificables y el crecimiento hace que la
cuantía de grasa a perder sea menor que en el adulto, por lo que una pérdida de peso
diaria tan pequeña como 10 o 20 g si es continuada, conduciría al fin deseado [27].
Sin embargo, los resultados obtenidos a largo plazo son desalentadores y muestran
que del 80‐90 % de los niños vuelven a sus percentiles previos [27].
Hay que tener en cuenta que el tratamiento puede tener efectos secundarios para el
niño. Por ejemplo: una dieta excesivamente hipoenergética reduce el crecimiento
estatural; una dieta agresivamente impuesta puede suponer un empeoramiento de
la autoestima, depresión, una ruptura familiar; el tratamiento de la obesidad en niñas
predispuestas puede ser el comienzo de una grave anorexia nerviosa.
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La actitud que seguir ante un niño‐adolescente que acude al médico va a variar en
función de su sobrepeso y/u obesidad de la siguiente forma [27]:
Sobrepeso y Obesidad
36
Tema 3. Ideas clave
En los casos más leves bastará con que el pediatra revise los hábitos alimentarios
o la actividad física que realiza y controle evolutivamente el desarrollo
ponderoestatural. La finalidad del tratamiento debe ser el control de peso, no su
reducción.
En caso de que no exista un sobrepeso importante, pero la ganancia de peso ha
sido excesiva en poco tiempo, se debe recomendar desde la consulta de atención
primaria una alimentación ligeramente hipocalórica, con un contenido limitado en
grasas e incrementar la actividad física. Si el resultado es satisfactorio se debe
seguir la evolución; en caso contrario sería necesario hacer un seguimiento más
personalizado e intensificado y volver a evaluar el problema. Si este no mejora
habrá que pensar en que el paciente sea valorado en atención especializada.
Si el sobrepeso es más importante, valorar también la existencia de otros factores
de riesgo cardiovascular asociados (dislipemias, diabetes, HTA), utilizar medidas
dietéticas, aumentar la actividad física y modificar la conducta del paciente.
En pacientes con obesidad moderada la primera intervención sería similar al
punto anterior y si fracasa se referirá a un centro especializado.
En situaciones de obesidad mórbida y extrema habrá que remitir al paciente a
unidades hospitalarias específicas, empleando medidas terapéuticas
excepcionales (dietas de bajo contenido calórico, fármacos e incluso podría
utilizarse la cirugía bariátrica).
Tratamiento dietético
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El principio de la intervención dietética se fundamenta en ajustar la energía y los
nutrientes a las necesidades reales del niño. La estrategia para mantener un peso
corporal, y sobre todo una masa grasa, adecuados se puede establecer a dos niveles:
corrección de errores e intervención dietética activa.
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
Corrección de errores
Lo primero que resaltan la mayoría de las encuestas en la población infantojuvenil
española es la elevada ingesta de grasa a expensas de la disminución de los hidratos
de carbono. El segundo error debe buscarse en la distribución de la energía; un alto
porcentaje de escolares omite el desayuno, que es sustituido por un almuerzo poco
saludable en el que predomina la bollería. Todos los estudios nutricionales aportan
evidencias sobre la importancia del desayuno. Las recomendaciones a este respecto
deberían ser: primero, desayunar todos los días; segundo, que el aporte calórico en
esta comida (junto con el almuerzo de media mañana) sea cercano al 25 % de la
energía total diaria y tercero, que la leche (o productos lácteos), la fruta y los cereales
deben ser componentes obligados del desayuno.
En general, para evitar episodios de sobreingesta por hambre incontrolada, el
número total de comidas no debería ser inferior a 4 al día, con una distribución
energética del 25 % entre desayuno y almuerzo; 30‐35 % en la comida; 15 % en la
merienda y el resto en la cena.
Los principales errores radican en el incremento de la cantidad y frecuencia con que
se ingiere carne y derivados cárnicos a expensas del pescado; la escasa ingesta de
verduras, hortalizas, frutas y, en menor grado, de legumbres; el excesivo consumo de
bollería y aperitivos de bolsa, así como de bebidas blandas y, en general, el aumento
de la densidad calórica de la dieta. La diferente composición de los alimentos en
macronutrientes y micronutrientes justifica la recomendación de variarlos. Esta
variación debe incluir también a los alimentos de cada grupo, lo que amplía la oferta
de nutrientes y evita la monotonía de los menús. Finalmente, también se debería
dirigir la atención a los aspectos culinarios, en los que radican errores importantes.
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En la tabla 7 se exponen los aspectos más aconsejables.
Sobrepeso y Obesidad
38
Tema 3. Ideas clave
Recomendaciones sobre aspectos culinarios
Variar lo más posible los alimentos de cada grupo, para evitar la monotonía y mejorar la calidad
nutricional del menú.
Cuidar lo más posible la presentación.
Elegir preferiblemente alimentos ricos en fibra, como legumbres, verduras, hortalizas y frutas,
ya que son más saciantes.
Los días que se ponga pasta italiana, arroz, legumbre o patatas debe procurarse que sean plato
único, suplementándolos con algo de carne, pescado o verdura.
Cocinar las legumbres solo con verduras/patatas, evitando la grasa y el embutido.
Elegir carnes magras, quitando siempre la grasa visible. No sobrepasar la oferta de ellas más de
3 veces/semana. En el pollo, pavo, etc., quitar la piel antes de cocinar.
Reducir los embutidos y la bollería industrial.
Aumentar la oferta de pescado al menos a 2‐3 veces/semana.
Emplear en la comida y cena platos de baja densidad calórica como sopas, purés y ensaladas.
Procurar disminuir el tamaño de las raciones que se sirven. Sacar a la mesa las raciones justas,
evitando que se sirvan de más para que no sobre.
Utilizar caldos de verdura desgrasados como base para las sopas, salsas y purés.
Aportar siempre pan, en cantidad aproximada de 40 g.
Técnicas culinarias
Utilizar las que aportan menos grasa: cocido, escalfado, al vapor, asados (horno, microondas),
plancha.
Limitar frituras, empanados, rebozados, rehogados, estofados, guisos.
Utilizar condimentos acalóricos como el perejil, ajo, nuez moscada, pimienta, mostaza,
albahaca, etc., evitando las pastillas de caldo y las sopas preparadas.
Limitar las cantidades de aceite, sal y azúcar.
Procurar utilizar aceite de oliva virgen tanto para cocinar como en ensaladas, dejando los aceites
de semillas (girasol, maíz, soja) para la preparación de mayonesas.
Tabla 7. Aspectos culinarios a tener en cuenta en la prevención y tratamiento de la obesidad
infantojuvenil. Fuente: [18].
Es evidente que en la sociedad en la que nos encontramos se ha llegado a la situación
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de comer sin hambre y beber sin sed, con oferta y posibilidad de alimentarse a
cualquier hora. Además, se ha ido incrementando de forma progresiva el tamaño de
las raciones, por lo que es necesario señalar a las familias la necesidad de atenerse a
las habitualmente recomendadas. En la tabla 8 se describen las recomendadas
actuales para niños y adolescentes.
Sobrepeso y Obesidad
39
Tema 3. Ideas clave
Para defenderse del excesivo aporte convendría seguir ciertas estrategias (tabla 9),
así como conocer los alimentos y el valor energético de los mismos. También es
importante informar sobre los alimentos de bajo valor calórico (infusiones, zumos de
tomate o zanahoria, caldos vegetales, todo tipo de frutas y hortalizas, cereales
integrales, etc.), así como los de alto aporte energético (todos los frutos secos,
palomitas de maíz, patatas fritas tipo chips, etc.).
Tamaño de las raciones (g)
Alimentos Frecuencia
<6 años 6‐8 años 9‐11 años >12 años
Pan 2‐3/diarias 25 25 30 40
Cereales, pasta 2‐3/diarias 45 (crudo) 50 (crudo) 50 (crudo) 60 (crudo)
Patatas 1/diarias 120 130 135 140
Fruta 3/diarias 75 75 100 100
Hortaliza fresca >1/diaria 20 20 50 75
Hortaliza cocinada >1/diaria 150 200 220 250
Legumbres 3/semana 150 160 180 190
Leche 3‐4/diarias 125 175 200 220
Queso 3‐4/diarias 20 20 40 40
Yogur 3‐4/diarias 125 125 125 125
Carnes 3‐4/semana 50 60 80 100
Pescado 4‐5/semana 60 65 80 90
Huevos 4‐5/semana 50 50 100 100
Precocinados
Aperitivos de bolsa
Ocasional
Bollería industrial
Derivados cárnicos
Tabla 8. Raciones recomendadas para diferentes alimentos en función de la edad. Fuente: [18].
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
Estrategias dietéticas para evitar el sobrepeso corporal
Hacer 4‐5 comidas al día, sin saltarse ninguna.
No comer entre horas.
Utilizar fruta y productos lácteos desnatados en el almuerzo y merienda.
Acompañar los segundos platos con guarnición de verdura o ensalada.
Tener a mano alimentos hipocalóricos para los momentos de hambre.
Manejar listados de alimentos hipercalóricos e hipocalóricos.
Eliminar de la compra diaria y de la nevera o despensa alimentos poco saludables como
embutidos, chocolate, aperitivos de bolsa y refrescos.
Utilizar solamente agua como fuente de bebida, incrementando su ingesta.
Limitar las bebidas blandas tomándolas solo de forma ocasional.
Prohibir las bebidas alcohólicas.
Tabla 9. Estrategias dietéticas para evitar el sobrepeso. Fuente: [18].
Intervención nutricional
Los objetivos del tratamiento de la obesidad varían en función de la edad del niño, el
tiempo de evolución, la respuesta a los tratamientos previos y sobre todo de la
intensidad de la obesidad. En el sobrepeso y en obesidades leves bastará con corregir
los errores, pero en las obesidades moderadas será necesaria una intervención
nutricional con una dieta hipocalórica calculada en función de la edad cronológica,
no del peso, teniendo como objetivo mantener el peso corporal de forma que, al no
interferir el crecimiento en la talla, se vaya reduciendo el IMC. Solamente en las
obesidades graves o rebeldes habrá que recurrir a dietas hipocalóricas, más
controladas, llegando a restringir la ingesta hasta un 25‐30 % de la recomendada a
un niño de la misma edad y sexo.
Dieta hipocalórica moderada: Cuando el niño no responde positivamente a la política
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de corrección de errores, además de un programa de actividad física, estará indicada
una dieta hipocalórica moderada, especialmente si la obesidad es progresiva e incide
en niños de más de 6‐7 años. La programación de esta debe hacerse sobre la base de
una encuesta dietética de las características citadas anteriormente. Tras ello se
adaptará la dieta rebajando el aporte calórico no más de un 30 % del habitual y
Sobrepeso y Obesidad
41
Tema 3. Ideas clave
procurando elegir los alimentos que le gusten al niño. Nunca debe prohibirse ningún
tipo de alimento, y si los preferidos del niño son hipercalóricos se reservarán para
ocasiones especiales.
Los objetivos que hay que cumplir con este tipo de dietas deben pactarse con el
paciente, modificando la dieta a medida que se van cumpliendo. Lógicamente la
pérdida ponderal se acompaña de una disminución del gasto energético, ya que
desciende no sólo la grasa, sino también la masa magra. Por ello es importante
incrementar el ejercicio físico a medida que el niño pierde peso y gana agilidad, con
el doble objetivo de mantener la dieta hipocalórica sin que sea excesivamente
restrictiva e incrementar la masa muscular.
El alto índice de fracasos a largo plazo con las dietas hipocalóricas ha obligado a
diseñar nuevas estrategias de tratamiento, variando sobre todo los porcentajes de
los distintos macronutrientes. Una excelente revisión de estas aporta algunos datos
que probablemente haya que tener en cuenta en el futuro [74]. Sin embargo, la falta
de experiencia en niños no permite hasta el momento más recomendaciones que
dietas hipocalóricas equilibradas, con aumento de la fibra y de los ácidos grasos
monoinsaturados y disminución de los hidratos de carbono que tienen un alto índice
glucémico [75].
Dietas de muy bajo aporte calórico: Se denominan así a las dietas de 500‐600 kcal.
En ellas deben mantenerse al menos 1,5‐2 g/kg de peso/día de proteínas de alto valor
biológico para evitar la pérdida de masa muscular y 1 g/kg de peso/día de hidratos
de carbono para evitar la hipoglucemia y la acidosis. Estas dietas tan restrictivas se
utilizan poco en pediatría y cuando se indican, en casos muy concretos de obesidades
mórbidas, deben emplearse durante períodos cortos de tiempo, bajo la estrecha
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vigilancia del especialista y en régimen de hospitalización. Por tanto, nunca estarán
indicadas en atención primaria.
Sobrepeso y Obesidad
42
Tema 3. Ideas clave
Variaciones según la edad [7]
En niños de 0 a 18 meses se debe examinar el proceso de alimentación: cantidad,
frecuencia y tipo de alimento. No deben realizarse recomendaciones dietéticas
específicas.
En niños preescolares se debe recomendar una alimentación isocalórica y
equilibrada, siguiendo la fórmula: n.º de calorías = 1000 + (100 x n.º de años). Se
valorará el tipo de comidas, así como la cantidad y frecuencia de la ingesta. Se
aconsejará la realización de algún deporte.
En niños escolares se debe recomendar una dieta isocalórica para su edad (durante
un tiempo puede hacerse una restricción calórica del 20‐25 % para pasar después a
una dieta isocalórica), suprimiendo el azúcar y los alimentos basura. Se puede utilizar
leche semidesnatada. Se aconseja la realización de algún deporte. Es útil que el niño
anote los alimentos ingeridos y sus cantidades en una libreta que la traerá al médico
en las revisiones.
En adolescentes la dieta puede contener un 25 % de calorías menos de las
recomendadas, siendo aconsejable realizar una alimentación equilibrada. La
actividad física incluirá la realización de algún deporte. Se debe hacer partícipe a la
familia tanto de los cambios introducidos en la alimentación como de la actividad
física.
Ejercicio
El ejercicio constituye una medida complementaria a la dieta. Este aumenta el gasto
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energético, disminuye la lipogénesis, mejora la sensibilidad a la insulina y mejora la
imagen corporal. Los programas que incluyen dieta y ejercicio tienen efectos más
duraderos que los que solo incluyen dieta [27].
Sobrepeso y Obesidad
43
Tema 3. Ideas clave
El ejercicio parece más eficaz para mantener la pérdida de peso que para conseguirla.
Debe ser individualizado, programado y realizado regularmente.
En primer lugar, hay que hacer una valoración de la actividad física del niño. La
intensa actividad espontánea de los niños más pequeños hace que en ellos sea
obligado un programa especial de actividad física. En el niño un poco más mayor hay
que intentar promover actividades lúdico‐deportivas en grupo y disminuir las horas
dedicadas a la televisión, jugar con los ordenadores y videojuegos; se puede
incrementar la actividad física con actitudes tan sencillas como subir algún tramo de
escaleras a pie, caminar al menos 15 minutos diarios y otros pequeños detalles. En
los adolescentes la práctica de un deporte físico puede ser muy conveniente pues en
ellos el ejercicio aumenta la formación de tejido magro y con frecuencia una vez que
han perdido peso aumentan espontáneamente su actividad física al encontrarse más
ágiles y ser mejor aceptados por sus compañeros.
Algunos niños obesos padecen trastornos ortopédicos que hacen que algunos tipos de
ejercicios no sean aconsejables, en estos casos hay que buscar el tipo de ejercicio
adecuado.
Aspectos psicoterapéuticos
En ocasiones el niño obeso se siente aislado, desenvolviéndose mal en los deportes
y en las relaciones sociales. Refieren sentimientos de inferioridad, rechazo y escasa
autoestima. La discriminación que sufren desencadena actitudes antisociales,
depresión, aislamiento e inactividad que induce a la ingesta de alimentos y perpetúa
el cuadro. Además, el niño se encuentra muchas veces en una sociedad de la
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Sobrepeso y Obesidad
44
Tema 3. Ideas clave
Existen diversos medios de modificación conductual. Entre ellos tenemos: el método
de enseñanza de contingencias, el autocontrol, los principios de aprendizaje social y
la realización de contratos de compromiso.
Una herramienta poderosa para la modificación del comportamiento consiste en la
introducción progresiva de estrategias psicoeducativas. El registro continuado de
aspectos relacionados principalmente con la conducta alimentaria y la actividad física
facilita información y permite el autocontrol de estas al proporcionar al niño y
adolescente obeso una información sistemática de estas conductas, de sus logros y
éxitos.
El uso de contratos conductuales, es decir, de acuerdos explícitos especificando
plantes de conductas a ser cambiadas (por ejemplo, un objetivo alimentario diario,
un objetivo de ejercicio físico semanal o cumplimentar un diario de autorregistros)
facilita la reducción de peso [76]. Se recomienda que incidan en objetivos de cambio
de hábitos. Los pacientes con ayuda del terapeuta redactarán su propio contrato en
cada visita, incluyendo objetivos modestos alcanzables que permitan reforzar
cambios de comportamiento, más que recompensar la pérdida de peso. La redacción
del contrato incluye premios estimulantes, asequibles y adecuados para la edad, a
recibir de inmediato por alcanzar los objetivos contractuales; valen acontecimientos
sociales como ir al cine.
Apoyo familiar y reeducación nutricional
Una implicación activa de los padres es fundamental para conseguir unos buenos
resultados terapéuticos, no solo en los niños pequeños sino también en los
adolescentes. Son los padres –a veces los abuelos–, los que compran, cocinan, dan
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de comer al niño y aseguran sus necesidades nutricionales, la actividad física deseable
y el estado nutricional del niño.
Es bien conocido que se obtienen mejores resultados cuando los padres son
conscientes de que la obesidad es un problema. Así el tratamiento funciona mejor
Sobrepeso y Obesidad
45
Tema 3. Ideas clave
cuando el niño es traído a la consulta por los padres por la obesidad misma que
cuando lo traen por una complicación de esta, sin que den la menor importancia a la
obesidad del niño, por intensa que ésta sea. Cuando uno o ambos padres son obesos,
hecho frecuente, se prestan con facilidad a colaborar en las comidas, ejercicio, etc.,
y pueden obtenerse mejores resultados.
Es necesario que el niño, si es mayor, y la familia reciban información suficiente sobre
las características de los alimentos (de los que comen habitualmente y de los que
deberían consumir con más frecuencia), lo que supone la obesidad, sus problemas a
largo plazo y sobre todo la fórmula de luchar contra ella.
El tratamiento intenso y prolongado con controles de seguimiento de cada tres a ocho
semanas, o por más tiempo si es necesario, aumenta considerablemente el éxito
terapéutico porque ayudan a mantener hábitos de alimentación saludables, la cantidad
de ejercicio físico y facilitan el empleo continuo de estrategias psicoevolutivas.
Tratamiento farmacológico
La utilización de fármacos anorexígenos o lipolíticos en pediatría es aún limitada y, al
igual que en adultos, siempre debe combinarse con un cambio de os hábitos de vida
(reducción de la ingesta calórica e incremento del ejercicio).
El orlistat y la subutramina son los dos fármacos que más se han utilizado en
pediatría.
La tetrahidrolipostatina (u Orlistat) (Xenical) es un inhibidor de la lipasa pancreática
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que a dosis de 120 mg tres veces al día disminuye la absorción de grasa en un 30 %.
Los efectos secundarios que puede provocar son: diarreas, flatulencia y un aumento
importante del contenido graso de las heces. Esto último puede condicionar
incontinencia fecal, por lo que muchos pacientes reducen voluntariamente el
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46
Tema 3. Ideas clave
consumo de grasas. Durante el tratamiento se precisa suplementación con vitaminas
liposolubles, ya que hay un aumento de las pérdidas por vía digestiva.
En Estados Unidos está aprobado en niños mayores de 12 años. En el Vademécum
español solo precisa «no está destinado para uso en niños».
La sibutramina (Reductil) tiene un potente efecto anorexígeno ya que inhibe la
recaptación de serotonina, noradrenalina y dopamina y además posee un efecto
termogénico evidente, habiéndose comportado de forma muy eficaz en la pérdida de
peso y en su mantenimiento en los ensayos efectuados con una gran rentabilidad
metabólica.
En Estados Unidos su uso está aprobado a partir de los 16 años. En el Vademécum
español solo especifica que «no se dispone de suficientes datos para el uso en niños
y adultos jóvenes menores de 18 años». Los efectos secundarios más frecuentes son
el aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, insomnio, ansiedad,
depresión y cefalea, que en ocasiones obligan a retirar el tratamiento.
El uso de fármacos para tratar la obesidad infantojuvenil y el tratamiento quirúrgico solo
se plantean como medidas excepcionales.
La metformina solo está indicada en niños con diabetes tipo 2 pero no en pacientes
con intolerancia a la glucosa. Tiene un efecto anorexígeno y produce una reducción
de los valores de la glucosa y la insulina, la gluconeogénesis, la oxidación de los ácidos
grasos, los valores de triglicéridos, c‐LDL y los depósitos de grasa, especialmente
subcutáneos.
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Tratamiento quirúrgico: cirugía bariátrica
A pesar de las reticencias que existen sobre el tratamiento quirúrgico de la obesidad
en la edad pediátrica, cada vez hay más equipos que lo incluyen en el abordaje de las
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47
Tema 3. Ideas clave
grandes obesidades (IMC > 40) con importantes comorbilidades asociadas. Tanto la
selección de los pacientes como el seguimiento posterior deben ser realizados por un
equipo multidisciplinar de expertos que incluya gastroenterólogos, cirujanos,
dietistas y psicólogos.
El seguimiento nutricional debe mantenerse durante años, especialmente en el
embarazo y lactancia, ya que los posibles efectos a largo plazo son aún poco
conocidos.
Hay sociedades que ya han emitido sus recomendaciones para la selección de los
pacientes candidatos a cirugía bariátrica (tabla 10) [77].
Recomendaciones para la cirugía bariática en pacientes en edad pediátrica
1. No pérdida de peso tras 6 meses de tratamiento coordinado por un equipo multidisciplinar.
2. Paciente con estado de maduración superior a un Tanner III.
3. Obesidad con índice de masa corporal ≥40 asociado a comorbilidades graves (diabetes
mellitus tipo 2, apneas obstructivas, seudotumor cerebrii).
4. Obesidad con índice de masa corporal ≥50 (superobesos).
5. Evaluación médica y psicológica previa.
6. Embarazo no previsto en un año.
7. Problemas graves de socialización.
8. Buen apoyo familiar.
9. Los pacientes deben estar bien seleccionados e informados.
10. Los pacientes deben tener capacidades para tomar decisiones informadas (edad ≥13 años).
Tabla 10. Recomendaciones para la cirugía bariátrica en pacientes en edad pediátrica. Fuente: [77].
Las recomendaciones de esta cirugía en pacientes en edad pediátrica son mucho más
restrictivas que en adultos ya que el pronóstico de la obesidad en el niño es mejor,
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las comorbilidades son menos graves y la pérdida brusca de peso puede influir en el
crecimiento. Esta cirugía siempre ha de plantearse tras haber fracasado en los
objetivos deseados tras realizar un tratamiento dietético intensivo con un aumento
de la actividad física siendo, por tanto, la última opción.
Sobrepeso y Obesidad
48
Tema 3. Ideas clave
La técnica quirúrgica recomendada en niños es el by‐pass gástrico mediante Y de
Roux [18]. Tras la cirugía se pierde el 50‐60% del peso, pérdida que se mantiene en la
mayoría de los pacientes al cabo de los años. Otras posibles técnicas quirúrgicas no
definitivas son el banding y el balón gástrico, pero es escasa la experiencia en edad
pediátrica.
3.11. Prevención de la obesidad infantil
E
l sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida
prevenibles. Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a la
prevención de la obesidad infantil. Al contrario de la mayoría de adultos, los
niños y los adolescentes no pueden elegir el entorno en el que viven ni los alimentos
que consumen. Asimismo, tienen una capacidad limitada para comprender las
consecuencias a largo plazo de su comportamiento. Por consiguiente, necesitan una
atención especial en la lucha contra la epidemia de obesidad [78].
La edad escolar y la adolescencia son unas etapas cruciales para la configuración de los
hábitos alimentarios y otros estilos de vida que persistirán en etapas posteriores, con
repercusiones, no solo en esta etapa sino también en la edad adulta e incluso en la
senectud.
Alimentación saludable en la prevención de la obesidad infantil
Control y alimentación de la madre durante el embarazo y la lactancia
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La prevención de la obesidad debe comenzar tanto desde etapas tempranas de la
vida como desde el desarrollo fetal intrauterino. El incremento total de peso durante
el embarazo es de 10 a 13 kg (15 a 21 kg en los embarazos gemelares).
Sobrepeso y Obesidad
49
Tema 3. Ideas clave
El periodo de lactancia materna es una condición transitoria adaptativa de la mujer
durante la cual el requerimiento de nutrientes se ve incrementado para cubrir la
demanda metabólica de la producción de leche.
El niño lactante
La prevención de la obesidad debe continuar promoviendo lactancia materna y la
diversificación de la dieta no antes de los cuatro meses.
La leche materna es el alimento ideal para el lactante, pues se adapta a las
necesidades nutricionales, metabólicas e inmunológicas del niño, permitiendo
establecer un estrecho vínculo entre la madre y el hijo [79]. Su efecto protector es
independiente de los hábitos dietéticos y los patrones de actividad física que se
adquieran posteriormente [80].
Actualmente hay estudios para valorar el aporte proteico y la composición grasa de
las fórmulas durante las primeras etapas de la vida como uno de los factores
importantes en la génesis de la obesidad [81, 82]. Es razonable recomendar
preparados cuyo contenido proteico se encuentre entre el 7‐10 % del valor calórico
total de la fórmula.
Por otra parte, las grasas de la leche materna proporcionan el 45‐55 % de la energía
total mientras que en los adultos su contribución debe ser de alrededor del 30‐35 %,
por lo que en el transcurso de los primeros 2 años de vida se deberá adecuar el aporte
de grasas hasta llegar a los niveles recomendados para el adulto. Asimismo, también
hay que asegurar el aporte de los ácidos grasos esenciales: linoleico y alfa‐linolénico
[32]. Además, como ambos ácidos grasos compiten por las mismas enzimas en las
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reacciones de desaturación y elongación, también es conveniente que haya un buen
equilibrio entre los ácidos grasos omega 3 y omega 6 [83].
La introducción de la alimentación complementaria se realizará entre el cuarto y
sexto mes de vida, evitando su precocidad. Se hará de forma gradual, potenciando el
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
consumo de alimentos variados y saludables (frutas, verduras, carne, pescado,
huevo). Se mantendrá un aporte lácteo equivalente al menos al 50 % del aporte
calórico. Se evitará el exceso de adición de cereales, el consumo de grandes raciones
de proteínas (>30‐40 g/ración) y el consumo de zumos comercializados,
priorizándose el consumo de fruta entera frente al de zumos naturales. Con
precaución, pueden introducirse alimentos no triturados para potenciar la
masticación.
Alimentación del preescolar y escolar
Las necesidades de cada niño varían con su edad y el grado de actividad física. La
alimentación debe ser equilibrada, manteniendo una proporción correcta de los
diversos principios inmediatos. El aporte energético debe distribuirse según el ritmo
de actividad del niño, por lo que es fundamental realizar un desayuno abundante y
saludable, evitar las comidas copiosas, que la merienda sea equilibrada y que la cena
se ajuste para conseguir un aporte diario completo y variado.
Se ha demostrado que la alimentación recibida durante el primer año de vida es
importante y que la lactancia materna es un factor protector contra la obesidad,
mientras que la lactancia artificial y el excesivo consumo de papillas de cereales son
factores que pueden predisponer a la obesidad en años posteriores.
Se aconseja eliminar la grasa visible de las carnes y limitar el consumo de embutidos
y fiambres. Debe cocinarse con aceite de oliva, evitando la manteca y la margarina
además del exceso de lácteos con aporte graso (mantequilla, nata).
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Sobre los hidratos de carbono hay que fomentar el consumo de los complejos:
legumbres, cereales (pan normal, pasta, arroz y maíz), frutas frescas y enteras,
verduras y hortalizas crudas y cocidas y tubérculos, así como disminuir el consumo
de los refinados: zumos no naturales y refrescos, alimentos procesados y adición de
azúcar.
Sobrepeso y Obesidad
51
Tema 3. Ideas clave
De 3 a 6 años es importante dirigir el aprendizaje para la instauración de
preferencias por alimentos saludables (tabla 11). Para condicionar el gusto hay
que tener en cuenta el aspecto, las texturas y los colores de los alimentos, así como
la importancia de que la oferta sea reiterada. Al mismo tiempo, deben evitarse
hábitos erróneos y de rechazo a alimentos saludables. Durante esta edad se
iniciará el aprendizaje del desayuno lo más completo y saludable posible. Es
importante evitar el abuso de caramelos, alimentos dulces y bebidas azucaradas.
Recomendaciones para continuar el aprendizaje
► Enseñar al niño a comer con horario.
► Enseñar a elegir los alimentos.
► Los alimentos serán elegidos: por la textura, el color y el aspecto.
► La leche y el yogurt son necesarios, pero no deben sustituir a las frutas.
► Las legumbres se deben tomar varias veces a la semana.
► Ofertar diariamente: verduras y frutas que deben aprender a aceptar.
► Consumir la fruta preferiblemente entera. Menos frecuencia de zumos.
► Enseñar al niño a desayunar. Debe tomar cereales.
► No debe abusar de chucherías, dulces y bollos.
► Aprender a no tomar bebidas azucaradas.
► Jugar con el niño durante el día para que no se habitúe a la televisión.
Tabla 11. Recomendaciones para continuar el aprendizaje. Fuente: [32].
De 7 a 12 años el niño va adquiriendo más autonomía. Tanto en el ambiente
familiar como en el colegio, el niño debe continuar adquiriendo hábitos y
conocimientos de alimentación saludable. La oferta de alimentos con abundantes
grasas y organolépticamente atractivos para el niño puede repercutir en el patrón
dietético futuro.
Se debe tener en cuenta que, durante la edad escolar, los snacks van adquiriendo
importancia en el aporte energético total, suponiendo a veces hasta un 30 % del
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aporte calórico. Además, como la población preescolar y escolar es muy sensible a
los mensajes publicitarios, y en la actualidad un importante número de ellos está
dirigido a niños y adolescentes, tiene gran importancia que se imponga una
legislación más restrictiva que el actual código de autorregulación de la publicidad de
alimentos dirigida a menores (código PAOS) [84].
Sobrepeso y Obesidad
52
Tema 3. Ideas clave
Otro hecho de gran importancia es el aumento progresivo del número de niños que
utilizan el servicio de comedor escolar, que se convierte en un ambiente idóneo para
inculcar hábitos saludables.
Adolescencia
La adolescencia es una etapa de gran vulnerabilidad y riesgo nutricional por varias
razones. El adolescente consume, cada vez con mayor frecuencia, alimentos
preparados, tanto entre comidas como para sustituir alguna de ellas, que pueden
adquirir en restaurantes de comida rápida, tiendas, cafeterías o máquinas
expendedoras [46]. El adolescente suele asociar el consumo de esta «comida basura»
a estar con los amigos disfrutando fuera del control de los padres.
Otro de los errores nutricionales más frecuentes durante esta etapa consiste en
disminuir el consumo de leche, que es sustituida por bebidas azucaradas en general
y refrescos en particular [46].
Las recomendaciones que se pueden hacer para promover un balance energético
adecuado en el adolescente son [32]:
1. Desayunar en casa: lácteos, cereales o pan y fruta.
2. Consumir leche y derivados también fuera del desayuno.
3. Distribuir la ingesta para no saltarse ninguna comida.
4. No añadir sal a la comida ya servida y limitar la adición de azúcar.
5. Programar snacks saludables: fruta y cereales en lugar de frituras saladas y
bollería.
6. Alternar el consumo de carne y pescado, moderando las raciones para poder
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acompañarlas siempre de guarnición de verduras y hortalizas.
7. No abandonar el consumo de legumbres, arroz y pasta como primer plato de
la comida.
8. Consumir 5 raciones de frutas y vegetales al día: 3 de fruta y 2 de verduras,
una de ellas preferiblemente cruda.
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
9. Educar para beber agua para saciar la sed, evitando los refrescos y las bebidas
edulcoradas.
10. Promover en los centros escolares la educación para una alimentación
saludable.
11. Informar de los efectos nocivos del alcohol y el tabaco.
12. Procurar la realización de alguna de las comidas en el ámbito familiar.
Actividad física durante la infancia
En la prevención de la obesidad, el objetivo es conseguir una actividad física que
condicione una termogénesis que permita mantener un peso adecuado [85].
Podemos diferenciar dos tipos de actividad física según su repercusión en el gasto
energético total:
Actividad física espontánea (AFE): ocupa la mayor parte del gasto por actividad
física. Es la suma de actividades normales tales como juego, paseo, asistencia a
clase, tiempo de ordenador y de televisión, etc.
Ejercicio físico: actividad física intensa, planeada, estructurada y repetitiva para
obtener una buena forma corporal. Por lo general se recomiendan 25‐30 minutos
diarios de actividad moderada (aeróbica) durante 6‐7 días a la semana.
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
Figura 10. Pirámide de la actividad física infantil. Fuente:
https://www.navarra.es/home_es/Temas/Deporte/Publicaciones/Publicaciones+tecnicas/Piramides+de+l
a+Actividad+Fisica.htm
La termogénesis por actividad física que realmente tiene mayor peso en el gasto
energético total sería la AFE [86], porque además de suponer un mayor gasto
energético, eleva el gasto basal durante todo el día. Lo más importante es educar en
una vida activa (tabla 12) en la que se practiquen habitualmente una serie de
movimientos cotidianos como andar, subir escaleras, participar en tareas del hogar,
disminuir el uso del transporte público y el ascensor. Los niños deben acostumbrarse
a incorporar el ejercicio en las actividades de ocio, programar actividades para el fin
de semana y evitar el sedentarismo. Es necesario controlar el mal uso o abuso de las
TIC (tecnologías de la información y la comunicación), desaconsejando la existencia
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de estos aparatos en la habitación y reduciendo el número de ellos en el hogar [32].
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
El niño no debe estar sentado mucho Debe subir escaleras
tiempo.
Disminuir al máximo el transporte Máximo tiempo ordenador o TV, 120
motorizado min. Al día
Tabla 12. Recomendaciones para promover la actividad física en los niños. Fuente: 32
El medio escolar juega un papel clave en la prevención primaria de la obesidad infantil.
En definitiva, las estrategias para la prevención primaria de la obesidad infantil se
resumen en:
Intervención prenatal sobre factores relacionados con el peso elevado al
nacimiento.
Promoción de la lactancia materna y correcta introducción de la alimentación
complementaria.
Respetar el apetito de los niños y no forzar la alimentación.
Enseñar a los niños que hay comidas sanas y otras que no lo son.
Nunca emplear la comida como recompensa ni como castigo.
Aumentar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y legumbres.
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Moderar el consumo de alimentos elaborados, dulces y bollería y evitar el
consumo de refrescos.
Consumir raciones de tamaño pequeño.
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Tema 3. Ideas clave
Reducir el número de comidas fuera del hogar (hipercalóricas y ricas en grasa)
hasta un máximo de una vez a la semana.
Acostumbrar a los niños a comer en lugares y horarios asignados para ello.
Evitar el picoteo fuera de las comidas.
Comer en familia y acompañar a los niños el tiempo suficiente en cada comida, sin
prisas.
Moderar el consumo de ocio sedentario, evitando que pasen más de dos horas al
día frente a una pantalla. Es importante que tanto la televisión como el ordenador
estén fuera de las habitaciones de los niños.
Implicar al resto de la familia en la actividad física: organizar excursiones para
andar, montar en bicicleta, acudir juntos al gimnasio. Los niños que se crían en
familias con estilos de vida activos tienen más probabilidades ser activos en su
edad adulta que los que crecen en familias con estilos de vida sedentarios.
Ofrecer un entorno de la consulta pediátrica coherente con los consejos, evitando
la televisión en las salas de espera y las recompensas de caramelos.
Promover la educación nutricional en el medio escolar.
Aumentar los impuestos a las bebidas azucaradas y disminuir los de frutas y
hortalizas.
Disminuir el contenido de sal en los alimentos procesados.
Promover desde la publicidad una alimentación sana y equilibrada prohibiendo la
publicidad de alimentos malsanos dirigida a niños.
La prevención primaria o universal de la obesidad no se debe centrar en la obesidad
misma, sino que debe ser parte de una política nacional global de salud pública.
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3.12. Referencias bibliográficas
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Sobrepeso y Obesidad
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Sobrepeso y Obesidad
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Ideas clave
Lo + recomendado
Lecciones magistrales
Educación de hábitos alimentarios
En esta lección magistral se va a indicar brevemente algunas pautas a seguir para
contribuir a que los niños adquieran hábitos alimentarios correctos y eviten hábitos
malsanos como medida para prevenir la obesidad infantil.
Accede a la lección magistral a través del aula virtual
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Lo + recomendado
No dejes de leer
Patrones de crecimiento infantiles de la OMS
Los siguientes documentos muestran los patrones de crecimiento infantil de la OMS:
longitud/estatura para la edad, peso para la edad, peso para la longitud, peso para la
estatura e índice de masa corporal para la edad.
Estos patrones de crecimiento proporcionan una herramienta útil para describir el
crecimiento fisiológico de los niños, ya que describen el crecimiento normal en la
primera infancia bajo condiciones ambientales ópticas y pueden utilizarse para
estudiar a los niños de cualquier lugar, independientemente de la etnia, la situación
socioeconómica y el tipo de alimentación.
Accede al documento a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.who.int/childgrowth/standards/es/
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Lo + recomendado
Alimentación saludable. Guía para el profesorado
El proyecto PERSEO (programa Piloto Escolar de Referencia para la Salud y el Ejercicio
contra la Obesidad) en el marco de la estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física,
prevención de la Obesidad y Salud) es una iniciativa del Ministerio de Sanidad y
Consumo, en colaboración con el Ministerio de Educación y Ciencia, el Centro de
Investigación y Documentación Educativa (CIDE) y la Agencia Española de Seguridad
Alimentaria y Nutrición (AESAN). Este tiene como objetivo animar a los niños de
primaria a practicar hábitos alimentarios saludables y fomentar la práctica de
actividad física. En esta guía para el profesorado se recogen 10 unidades didácticas
con actividades educativas atractivas y divertidas que estimulan el aprendizaje activo
y la reflexión.
Accede al documento a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/nutricion/educana
os/profesores_alimentacion_saludable.pdf
Importancia de las comidas en familia
Diversas investigaciones han demostrado que la comida en familia es una potente
herramienta de salud pública que ayuda a mejorar la calidad de vida de nuestros
niños y adolescentes, contribuyendo a reducir el sobrepeso y potenciando los
resultados académicos y sociales.
Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
sites.google.com/site/juanurda1317/Home/Comerenfamilia.pdf
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Lo + recomendado
Cómo tomar medidas antropométricas utilizando los pliegues cutáneos
Con los pliegues cutáneos, valoramos la cantidad de tejido adiposo subcutáneo. Para
realizar esta valoración medimos en unas zonas determinadas el espesor del pliegue
de la piel, es decir una doble capa de piel y tejido adiposo subyacente, evitando
siempre incluir el músculo. En esta página puedes aprender las diferentes técnicas
utilizadas para medir los pliegues utilizando el compás de pliegues o plicómetro.
Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
www.ugr.es/~jhuertas/EvaluacionFisiologica/Antropometria/antroppliegues.htm
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Lo + recomendado
No dejes de ver
Crónicas‐ Alerta: niños obesos
Crónicas aborda el problema de la obesidad infantil, una enfermedad que ya afecta
al 27,5 % de los niños y adolescentes españoles. El ocio sedentario, los malos hábitos
alimenticios y factores emocionales juegan un importante papel en algo que la
Organización Mundial de la Salud empieza a considerar una pandemia.
Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/cronicas/cronicas‐alerta‐ninos‐obesos/593867/
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Lo + recomendado
+ Información
A fondo
El libro blanco de alimentación escolar
Martínez Álvarez, J. R. y Polanco Allué, I. (2008). El libro blanco de la alimentación escolar.
Madrid: McGraw‐Hill España
Los cambios sociales acaecidos en las últimas décadas, entre los que destaca la
incorporación de la mujer al mercado laboral, han tenido grandes consecuencias en
la alimentación de los escolares, entre otras el que los niños se vean obligados a
comer en el comedor escolar. Si queremos promocionar la salud de nuestra población
es imprescindible considerar al comedor escolar como una herramienta de
información y de educación.
Accede a este libro a través de la Biblioteca Virtual de UNIR
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. + Información
Webgrafía
World Obesity Federation Policy & Prevention
Organización designada a combatir la obesidad alrededor del mundo. Antiguamente
conocida como IOTF (International Obesity Task Force):
Accede a la página web a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.worldobesity.org/what‐we‐do/policy‐prevention/
Estrategia NAOS: Intervenir la tendencia de la obesidad
El Ministerio de Sanidad y Consumo ha elaborado la Estrategia para la Nutrición,
Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS), cuya finalidad es mejorar los
hábitos alimentarios e impulsar la práctica regular de actividad física de todos los
ciudadanos, poniendo especial atención en la prevención durante la etapa infantil.
Accede a la página web a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
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http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/web/nutricion/seccion/estrategia_nao
s.htm
Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. + Información
Test
1. Una de las principales diferencias entre la obesidad infantil y la del adulto es:
A. Que los depósitos grasos son fundamentalmente subcutáneos en la obesidad
infantil.
B. Que la obesidad infantil tiende a remitir espontáneamente con la edad.
C. Que en la obesidad infantil la grasa tiende a distribuirse en la región
abdominal.
D. Todas las anteriores son ciertas.
2. El principal criterio utilizado en nuestro país para definir la obesidad y el sobrepeso
es:
A. Valores por encima del P97 de IMC se consideran obesidad y por encima del
P85 sobrepeso.
B. Valores por encima del P95 de IMC se consideran obesidad y por encima del
P90 sobrepeso.
C. Valores por encima del P97 de IMC se consideran obesidad y por encima del
P95 sobrepeso.
D. Valores por encima del P95 de IMC se consideran obesidad y por encima del
P85 sobrepeso.
3. Los principales tipos de obesidad en la infancia son:
A. Ginoide, androide y homogénea.
B. Genética y simple.
C. Simple y nutricional.
D. Endógena y genética.
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Test
4. Con respecto a la prevalencia de la obesidad infantil en España:
A. Es más alta en los niños que en las niñas.
B. Es más alta en la zona sur de España que en la región noroeste.
C. Es de las más altas de Europa.
D. Todas las anteriores son correctas.
5. Con respecto a la causa de la obesidad infantil:
A. En la mayoría de los casos, la causa es genética.
B. La más importante es el entorno obesogénico.
C. La más determinante es la duración de la lactancia materna y la alimentación
durante las primeras etapas de la vida.
D. Aún se desconoce cuál es la causa.
6. Entre los principales factores de riesgo para que un niño padezca obesidad infantil
en un país desarrollado se encuentra:
A. Vivir en un medio rural.
B. Un alto nivel socioeconómico de sus padres.
C. Ver muchas horas de televisión diariamente.
D. Todas las anteriores son ciertas.
7. Los niños obesos:
A. Suelen ser niños con mayor talla que sus congéneres y llegan a ser adultos
más altos que la media.
B. Suelen ser niños con mayor talla que sus congéneres y llegan a ser adultos
más bajos que la media.
C. Suelen ser niños más bajos que sus congéneres y llegan a ser adultos más
altos que la media.
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D. Suelen ser niños más bajos que sus congéneres y llega a ser adultos más
bajos que la media.
Sobrepeso y Obesidad
74
Tema 3. Test
8. La diabetes tipo 2:
A. Antiguamente solo se daba en personas de más de 40 años de edad.
B. Es cada vez más frecuente en los niños.
C. Está totalmente relacionada con la obesidad abdominal.
D. Todas las anteriores son ciertas.
9. En el tratamiento de la obesidad infantil:
A. Dada la gravedad del problema se debe comenzar con dietas de muy bajo
aporte calórico (500‐600 kcal).
B. Se tienen que utilizar fármacos anorexígenos o lipolíticos para conseguir una
reducción ponderal.
C. Es fundamental la implicación de las familias.
D. Todas las anteriores son correctas.
10. Para luchar contra la obesidad infantil:
A. Hay que promover las comidas en familia.
B. Hay que limitar la publicidad de alimentos malsanos dirigidos al público
infantil.
C. Hay que promover la educación alimentaria y nutricional en el currículo
escolar.
D. Todas las anteriores son ciertas.
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Sobrepeso y Obesidad
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Tema 3. Test