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LA INGENIERIA Y EL INGENIERO INDUSTRIAL

Escuela de Ingeniería Industrial


2006

Juan Vrsalovic Mihoevic


LA INGENIERIA Y EL INGENIERO INDUSTRIAL

Introducción

El inicio de un año académico es ocasión propicia para reflexionar sobre


nuestra actividad: la ingeniería. Ello lo haremos, por una parte, revisitando
nuestras raíces e historia reciente y, por otra, tratando de anticipar el
rumbo futuro de nuestra especialidad. Lo que pensamos sobre esta
materia afecta en alguna medida, y dentro de nuestra esfera de acción, la
velocidad de cambio y la orientación del desarrollo y transmisión de la
ingeniería, ya que como sostiene un antiguo adagio hindú, “nuestros actos
siguen a nuestros pensamientos como la rueda del carro sigue a la
pezuña del buey”.

El ingeniero que dirigirá en el año 2025 alguna de las obras o procesos de


ingeniería más importantes del país, está hoy, posiblemente, sentado en
esta sala. Muchas cosas del futuro son desconocidas e inconocibles, pero
sí sabemos que varios de los mejores ingenieros del país en el 2025 están
hoy con nosotros. Ello hace recaer sobre la Universidad, la Escuela y
sobre nosotros, los profesores, una especial responsabilidad de
prepararlos técnicamente y de contribuir eficazmente a su desarrollo
personal y de interrelación ética con los otros. Nuestra preocupación es
entonces doble, por una parte, el desarrollo de la especialidad
considerando su historia y, por otra, la formación del futuro ingeniero
considerando el marco valórico y el contexto en que le tocará vivir.

El Pasado

Las personas que en épocas pretéritas construían puentes, arcos y


catedrales no se consideraban a sí mismos como ingenieros, se veían
como constructores, o quizás como funcionarios de la corte del rey, o del
señor feudal. En esas épocas se hacía un uso intensivo de la energía
humana para llevar a cabo las tareas propuestas. Así, los egipcios
organizaron el trabajo de 100.000 hombres durante 20 años para colocar
las 2.300.000 piedras de la gran pirámide. Los romanos, que no disponían
de abundante mano de obra, se vieron obligados a inventar ingeniosos
elementos mecánicos que permitieran levantar las pesadas columnas de
sus templos. Los ingenieros romanos eran funcionarios públicos de la más
alta jerarquía. Construyeron los 550 kilómetros de la Vía Appia y de la

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Aqua Appia e hicieron puentes de 4.5 mts. de ancho que permitían el paso
de dos carros o dos legiones para la mejor expansión del imperio. El
ingeniero romano era ingeniero civil y militar, ambas funciones eran
inseparables. La muralla de Adriano era un camino y una estructura de
defensa, una obra con fines civiles y militares al mismo tiempo. Tenían
gran habilidad para construir arcos que soportaban a sus puentes, pero no
sabían bien como calcular su resistencia. La leyenda sostiene que
estaban obligados a pararse debajo de los puentes cuando se les
quitaban los soportes.

Desde la época de los egipcios, los griegos, los romanos y hasta bien
entrada la Edad Media el ingeniero estuvo sin nombre, sin título. Fue el
historiador romano Tertuliano quien, describiendo en el año 200 DC un
ataque romano a los cartaginenses y habiéndose dado cuenta del uso de
un nuevo equipo de guerra, el ariete, se refirió a éste como un nuevo y
notable “ingenium”, significando un invento o un producto de una
genialidad. De ahí en adelante todos los inventos ingeniosos usados en
las batallas como, catapultas, ballestas, arietes, se denominaron así.

Sólo en el siglo XII empezó a utilizarse el vocablo “ingeniator” para


referirse a las actividades que hoy consideramos como de ingeniería. En
la alta edad media se empezó a separar el ingeniero militar del ingeniero
civil y la apelación de ingeniator se le atribuyó al ingeniero militar y a los
otros se les llamaba constructores-arquitectos.

Durante el siglo XV el genio de la época, Leonardo da Vinci, abordó


variados problemas ingenieriles, pero el principal avance fue la invención
de la imprenta. Entre los primeros libros de ingeniería impresos antes de
1550 están “De Re Militari” por Valturius y “De Re Metállica” por Georguis
Bauer, quien es el último de los denominados ingenieros antiguos.

En 1672 un constructor de fortalezas francés de apellido Vauban propuso


la creación del Cuerpo de Ingenieros del Ejército diferenciándolos así,
oficialmente, de los ingenieros civiles. La atmósfera del siglo XVIII en
Francia era especialmente apropiada para el desarrollo de la ciencia y de
la ingeniería, por su énfasis en la racionalidad y causalidad. Ello se vio
reflejado en la creación de la primera escuela de ingeniería civil del
mundo. Se fundó en 1747 con el nombre de Ecole des Ponts et
Chaussées.

En Inglaterra se iniciaba la revolución industrial con la aparición de la


máquina a vapor, y el invento que separó definitivamente la ingeniería civil
de la militar fue el alto horno, que permitió construir puentes hechos

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enteramente de fierro fundido. El inglés John Smeaton fue el primero que
se llamó a sí mismo ingeniero civil y fundó en 1818 el Instituto de
Ingenieros Civiles de Gran Bretaña, que definió la ingeniería como “el arte
de utilizar las fuerzas de la naturaleza para el uso y conveniencia del
hombre”.

En 1847 se crea el Instituto de Ingenieros Mecánicos dando origen


oficialmente a una nueva rama de la ingeniería. Los ingenieros no sólo
utilizaban las fuerzas; ellos las producían. La ingeniería mecánica fue
definida como “la manufactura del poder”. La ciencia y la ingeniería se
desarrollaron en forma independiente hasta mediados del siglo XIX. La
teoría termodinámica, por ejemplo, fue posterior a la invención de la
máquina a vapor.

En esos años, la ingeniería tenía estrechas relaciones con las empresas,


debido a la aplicación concreta de sus inventos en la naciente empresa
industrial, especialmente aquellos inventos que utilizaban energía no
humana. Las exigencias del perfeccionamiento tecnológico derivado de
las necesidades industriales llevaron a un acercamiento entre la ingeniería
y las ciencias naturales.

La aceptación en los Estados Unidos de la educación en ingeniería con


orientación hacia las ciencias de la ingeniería tuvo un difícil comienzo. La
ingeniería se había transmitido por aprendizaje informal a través de
hombres con especiales habilidades para esta profesión, concebida más
como invención e ingeniosidad individual que como la aplicación de un
método y conocimientos científicos en la búsqueda de soluciones a
problemas de orden material y práctico. Pero, fue quedando claro que la
enseñanza científica de esta profesión era transmitida en forma eficiente
en las salas de clases y laboratorios, y así fue como en 1863 se entregó el
primer doctorado en ingeniería en ese país y lo otorgó la Universidad de
Yale.

En 1852 se fundó en los Estados Unidos la Sociedad de Ingenieros


Civiles, que es la organización profesional más antigua de ese país. En
1871 se crea el Instituto de Ingenieros de Minas y Metalurgia, en 1884 lo
hacen los ingenieros eléctricos, en 1908 los ingenieros químicos y en
1920 se forma la Sociedad de Ingenieros Industriales.

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La Ingeniería Industrial

Hoy en día, se conceptualiza a la Ingeniería Industrial como una rama de


la Ingeniería centrada en el diseño, operación y optimización de sistemas
productivos de bienes y servicios, integrando eficazmente a las personas
y a los recursos físicos, económicos y de información de estos sistemas.

En sus orígenes el alcance de la especialidad estaba circunscrito al


incremento de la eficiencia operativa en talleres o subconjuntos del
proceso manufacturero, a través, principalmente, del estudio de tiempo y
movimientos, donde los conceptos de simplificación y estandarización
guiaban la búsqueda de soluciones.

En la década de 1950-1960 se produce la incorporación de la


investigación de operaciones a la especialidad. Esta es un área
disciplinaria de fundamentos matemáticos que está orientada a la
resolución de problemas mediante el desarrollo de modelos conceptuales
y matemáticos y el correspondiente diseño de algoritmos de solución.
Como consecuencia de esta incorporación, el objeto de estudio de la
Ingeniería Industrial dejó de ser sólo una parte del proceso manufacturero,
y se empezó a abordar el diseño y optimización de procesos productivos
más amplios y complejos, incorporándose al mismo tiempo las variables
económicas.

Así, el ámbito de aplicación de la Ingeniería Industrial cambió desde el


taller a la empresa y los temas de programación, secuenciación y
planificación de la producción empezaron a caracterizar a la especialidad.
Hacia fines de esta década el enfoque de sistemas se constituyó en el
paradigma desde el cual la ingeniería industrial visualiza la realidad
organizacional.

En los años 70’s se desarrollan más ampliamente los modelos


matemáticos y se perfeccionan las heurísticas de solución de los
problemas de la producción, con la incorporación de los medios
computacionales. También en esos años se establecieron como
componentes esenciales de la especialidad, los sistemas de información,
la planificación estratégica y la gestión de recursos humanos y
empresariales, como necesaria consecuencia de la ampliación de su
objeto de estudio y ámbito de aplicación. En los años siguientes y hasta
fines de los noventa, se integran en la especialidad de mejor modo las
disciplinas mencionadas, y se agregan, explícitamente, las variables
financieras, la operación en empresas de servicio y la preocupación por
las relaciones con clientes y proveedores.

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Es este último aspecto, relaciones proveedor-productor-distribuidor-
consumidor, el que está empezando a generar un nuevo desarrollo
conceptual en la Ingeniería Industrial al abordar temas tales como
modelamiento de procesos distribuidos, acoplamiento y desacoplamiento
de procesos, modelos multinivel, redes logísticas, negocios virtuales, etc.
Todos ellos son indicativos que se está en los inicios de una nueva época
de expansión conceptual de la especialidad, en la que su foco de atención
se desplaza desde la empresa considerada individualmente hacia una
visualización de los procesos productivos y operativos como fenómenos
que trascienden los límites organizacionales y los límites geográficos de
los países.

El desarrollo de las ciencias lógico-matemáticas, el aumento de la


capacidad computacional que permite resolver modelos matemáticos de
sistemas complejos y dinámicos, la demanda por nuevos modelos
optimizantes e integradores, confluyen para impulsar un desarrollo de
conocimientos constante y rápido en esta área. Asimismo, y dada la
complejidad conceptual y la expansión internacional de las redes de
producción-operación-distribución, la Ingeniería Industrial debe cada vez
más interactuar con conocimientos específicos provenientes de los
ámbitos sociales, económicos y culturales.

El Ingeniero Industrial

Ahora bien, si lo recién descrito es la ingeniería industrial, la pregunta que


nace es cómo se forma un ingeniero industrial, o en qué consiste estudiar
ingeniería industrial.

Consiste, en primer lugar, y de modo importantísimo, en estudiar.


Sabemos, claro está, que ser estudiante no es una profesión o un estado
permanente; es algo esencialmente transitorio, transitorio en cuanto a
actividad realizada en un contexto formal como son la escuela y la
universidad. Porque se estudia y se aprende siempre, durante toda la
vida, pero el hacerlo en un contexto como éste y como actividad principal
y posiblemente única, tiene fecha de término.

El estudio se realiza principalmente en grupo, pero el aprendizaje es


individual. El estudio y el aprender se efectúa en la sala de clases, pero
también, y ojalá en forma creciente, fuera de ella. La clase es una ocasión
de aprender y, en ocasiones, claro está, de aburrirse también, pero
esperamos que durante su estadía en la Escuela los momentos de
aprender ocurran en clases entretenidas y, asimismo, cada vez más fuera

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de la sala de clases, ya sea en estudio en grupos, en proyectos aplicados,
en iniciativas personales.

Veamos, ahora, qué se estudia. Se estudia, en primer lugar, el


fundamento científico de la ingeniería, esto es, ciencias básicas,
especialmente física y matemáticas. Esto naturalmente no es ingeniería,
es ciencia, pero, como ya vimos, la ingeniería se enseña en las
universidades porque tiene un fundamento científico. Así es que en los
dos primeros años lo central del estudio, aunque no lo único, es ciencia.
En los siguientes dos años se está en una etapa de abandono de las
ciencias e inicio de los fundamentos de la ingeniería tanto de la
especialidad industrial, como de otras especialidades. En la tercera y
última etapa de dos años, se desarrollan con plenitud los ramos de la
especialidad, los conocimientos de orden profesional que caracterizan al
ingeniero industrial.

Entonces, el ingeniero industrial se forma con el conjunto de todos estos


conocimientos, pero no sólo con ello. Es necesario agregar dos
componentes esenciales: la formación humana y el desarrollo personal.

Estos conllevan, en primer término, la conformación valórica y las


conductas de acuerdo a pautas éticas y, asimismo, conllevan la necesidad
de desarrollar la capacidad de comunicar y expresar apropiadamente los
conocimientos adquiridos en las empresas en las que les corresponda
actuar, sean éstas propias o ajenas. Sin la capacidad de comunicarse
claramente, de motivar y de dirigir a otros el ingeniero industrial no
desarrolla a plenitud todas sus potencialidades ni puede aplicar con éxito
sus conocimientos.

Es así, entonces como en los próximos años Uds. adquirirán valores y


conocimientos y se desarrollarán como personas para que al egresar
podamos estar seguros que serán creativos al solucionar los problemas
de la empresa, serán solidarios con las otras personas y serán
innovadores al emprender nuevas actividades. Es la tarea que todos, Uds.
y nosotros, estamos llamados a desarrollar con éxito.

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