La protección y promoción de derechos en el territorio.

Un análisis comparativo entre la

institucionalidad chilena y ecuatoriana.
Damián Andrade Gómez

Magíster en Desarrollo Humano Local y Regional

Universidad de la Frontera

Los derechos humanos son de carácter universal, su aplicación evoca a un compromiso de

todos los países por mejorar la calidad de vida de las personas, en armonía con su dignidad
intrínseca al simple hecho de haber nacido. En ese sentido, son grandes los esfuerzos que
realizan los Estados para garantizar que los principios que postulan los derechos humanos,
sean cumplidos. Y son mucho más grandes aún los desafíos que quedan pendientes para
alcanzar el principio de igualdad, que claramente lo señala el Art. 1 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos (...)".

En ese sentido, los países de la región aún enfrentan realidades que mantienen condiciones de
desigualdad e injusticia en sus territorios, a propósito del estallido social de octubre de 2019
que reveló un descontento social referente a la situación de desigualdad que vive el país, entre
otras cosas, una de las varias respuesta del Estado, fue la represión y la violación de derechos
humanos. Ante esos atropellos, se activaron las instituciones de promoción y protección de
derechos humanos, que en una sociedad centralizada como Chile, están consolidadas en
Santiago, con una leve presencia en el territorio y ahora, más que nunca, se evidenció la
necesidad de contar con sistemas locales de protección de derechos.

Por otra parte, Ecuador también realiza esfuerzos para garantizar los derechos humanos de su
población, pues en un modelo de Estado garantista de derechos, es el fin principal de su
accionar. Es así, que la promoción y protección de derechos humanos se conforma desde una
institucionalidad del gobierno central; y lo que hay que destacar, es que estos organismos
centrales transfieren la competencia de protección y promoción de derechos a los municipios.
Esto, ha generado una cultura de derechos en las que se fortalece el empoderamiento de la
ciudadanía para exigir sus derechos ante una institucionalidad presente en los territorios. Sin
embargo, el contar con la institucionalidad no garantiza que la protección y promoción de los
derechos humanos sea del todo efectiva, pues Ecuador también enfrenta grandes brechas de
desigualdad en el ejercicio de derechos de su población y las protestas sociales que también
ocurrieron en el pasado octubre, también propiciaron hechos de opresión y violación
sistemática de derechos humanos.

Finalmente, el ejercicio comparativo del presente artículo, permite evidenciar fortalezas y

debilidades de realidades diferentes, con muchas situaciones particulares en común. Frente a
dos modelos políticos de gobierno diferentes, en ambos se tiene la necesidad de fortalecer la
institucionalidad que promueva y proteja los derechos de las personas, pues es una necesidad
que cada día se hace más apremiante, además, de que el desarrollo de los territorios, va de la
mano con un efectivo ejercicio de derechos de su población.