Está en la página 1de 32

Separata 70 Cancer de Tiroides.

qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 1

CÁNCER DE TIROIDES:
ENFOQUE CLÍNICO

Autor

Leonard Wartofsky, MD
Professor of Medicine, Georgetown University School of Medicine, Washington, DC, USA
Editor-in-chief, Endocrine Reviews, Endocrine Society, USA
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 2

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

ÍNDICE

EPIDEMIOLOGÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
CARCINOMAS DEL EPITELIO FOLICULAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

Carcinoma folicular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
Carcinoma papilar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

MICROCARCINOMA PAPILAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

UTILIDAD DE LA CAPTACIÓN DE RADIOYODO ESTIMULADA


CON rhTSH PARA EL TRATAMIENTO DE CÁNCER DE TIROIDES METASTÁSICO. . . . . . . 15

CARCINOMAS DEL EPITELIO PARAFOLICULAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Carcinoma Medular Hereditario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22


Carcinoma Medular Esporádico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

TUMORES POBREMENTE DIFERENCIADOS DE TIROIDES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

Carcinoma anaplásico de tiroides. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24


Linfoma de tiroides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

REFERENCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

-2-
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 3

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

EPIDEMIOLOGÍA.

El cáncer de tiroides es la malignidad más común del sistema endocrino, con más muertes anuales
que todos los otros cánceres de origen endocrino combinados. Muchos centros médicos en todo el
mundo refieren un aumento en la frecuencia de casos de cáncer de tiroides. La impresión general
siempre fue que esta frecuencia creciente se debe a alguna causa ambiental, ya sea a un aumento
en la exposición a la radiación o a alguna otra exposición tóxica. Este concepto fue rebatido con
la publicación de un análisis estadístico de datos del programa Vigilancia, Epidemiología y
Resultados Finales (SEER por sus siglas en inglés) realizado por Davies y Welch (1) que indicaron
que el ostensible incremento se debe al aumento en la detección, y no a una mayor incidencia de
carcinoma papilar tiroideo (CPT). El CPT es la más común de todas las malignidades endocrinas y
es el cáncer más diferenciado del epitelio folicular tiroideo. Generalmente afecta a las mujeres más
que a los hombres y en 2006 se predijo que sería una de las siete causas más importantes de nuevos
casos de cáncer en mujeres, ya que representa el 3% de todos los cánceres femeninos, alrededor
del 1% de los masculinos (2), y cerca del 1,4% de todos los cánceres infantiles. En general, aproxi-
madamente dos tercios de los pacientes que tienen cáncer de tiroides son mujeres (proporción 2:1),
aunque esto es diferente en otros países fuera de EEUU. Por ejemplo, en Japón la proporción des-
cripta a favor del sexo femenino fue de 13:1 (3). El cáncer de tiroides en muy raro en niños menores
de 15 años y representa el 1,5% de todos los cánceres de la infancia, pero la presentación inicial
puede ser tan temprana como a los 5 años de edad. En los niños norteamericanos, las tasas de inci-
dencia son de 0,9 por millón en niños y 2,2 por millón en niñas (4); y esta proporción se mantiene
relativamente igual hasta la pubertad. En adolescentes del sexo femenino, la proporción puede lle-
gar a ser de 2,5- 6:1, y la mayoría de estos tumores son CPT. La extrema sensibilidad a la radiación
de la glándula tiroides de los niños se ejemplifica claramente por la epidemia de cáncer de tiroides
en niños expuestos a radiación en Bielorrusia en 1986, presuntamente porque la glándula tiroides
“más joven” experimenta una proliferación celular y un crecimiento más rápidos. Esto se acentúa
aún más en presencia de deficiencia de yodo, situación que afecta a Bielorrusia y zonas aledañas.
El cáncer de tiroides se puede presentar también en las últimas décadas de la vida, aunque la
mayoría de los pacientes tienen entre 25 y 55 años. Si la creciente incidencia se debe a la mayor
detección, se deduce que cuantos más años se viva en teoría mayor será la posibilidad de detectar-
lo. En efecto, la incidencia anual de cáncer de tiroides aumenta con la edad, y llega a su pico de
100-120/106 casos entre la quinta y la octava décadas de vida (5).

El pronóstico empeora después de los 45 años, lo que explica el cambio de estadío de los cánceres
de tiroides según si el diagnóstico se hace antes o después de cumplir 45 años. La Asociación

-3-
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 4

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

Americana de Cáncer (American Cancer Society) estimó en 56.870 nuevos casos de cáncer de tiroi-
des en 2017, con aproximadamente 2010 muertes entre los 350.000 pacientes estimados que tie-
nen la enfermedad en EEUU. La posible base para justificar que la mayor detección es el motivo
del aumento en la frecuencia de cáncer de tiroides está relacionada en parte con un diagnóstico
temprano debido al uso de ecografía tiroidea y de la biopsia por punción aspiración con aguja fina
(PAAF) en los nódulos tiroideos, especialmente en nódulos hallados incidentalmente al emplear
técnicas de diagnóstico por imágenes como la tomografía computada (TC), la resonancia magné-
tica (RM), la tomografía por emisión de positrones (FDG-PET), o la ecografía Doppler. Sin embargo,
el rol etiológico potencial del aumento de la exposición a la radiación ionizante merece un examen
cuidadoso. Como se dijo antes, un análisis reciente sostiene que el aumento es más aparente que
real y que simplemente se debe a una mejor detección. Se encuentran cánceres en 10 a 14% de los
pacientes que presentan nódulos tiroideos palpables. En EEUU, los carcinomas papilares represen-
tan alrededor del 70% de todos los cánceres de tiroides, seguidos por el folicular (20-25%) y luego
por los carcinomas anaplásicos y medulares cada uno representando 3-5%. Los estudios realizados
durante autopsias en América del Norte, encontraron cáncer de tiroides oculto en el 6% de las
series estudiadas. Hay consenso general en el sentido de que estos cánceres pequeños, ocultos y
mayormente papilares tienen poca o ninguna relevancia clínica, y que el aumento en su prevalen-
cia no se correlaciona con un aumento en la tasa de muerte por carcinoma tiroideo.

En efecto, este último análisis atribuyó el aumento en la frecuencia de casos casi totalmente a CPT
y no a ninguna otra variante de cáncer tiroideo. Y la mayoría de los CPT que se identificaron eran
pequeños, generalmente microcarcinomas, siendo el 49% < 1 cm de diámetro y el 87% < 2 cm.
Como no se observó un aumento en la tasa de mortalidad durante este intervalo de tiempo
(0,5/100.000) los autores llegaron a la conclusión de que el aumento observado se debió a mayores
tasas de detección durante las últimas décadas y no a un aumento real de la cantidad de casos. El
CPT representa la forma más frecuente de los cánceres tiroideos y el aumento en su frecuencia en
relación al carcinoma folicular de tiroides (CFT) se atribuye a un mayor contenido de yodo en la
dieta americana. La exposición a radiación como factor de riesgo del CPT es difícil de negar frente
a los indicadores de que el riesgo de malignidad de un nódulo tiroideo aumenta de entre un 5-
10% a un 30-50% con la exposición a radiación. Las fuentes de exposición a la radiación, dados el
largo período de latencia y la lenta tasa de crecimiento del cáncer de tiroides, podrían incluir las
pruebas nucleares de las décadas de 1950 y 1960 así como también los escapes accidentales produ-
cidos en plantas nucleares como el de Chernobyl en 1986.

Alrededor de un tercio de los pacientes presenta alguna enfermedad tiroidea subyacente como
tiroiditis de Hashimoto o bocio multinodular o adenomatoso. En una serie de 596 pacientes con

-4-
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 5

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

CPT (5), el 40% tenía otra enfermedad tiroidea benigna, el 33% nódulos tiroideos coexistentes, y
el 20% tiroiditis de Hashimoto. La coexistencia de la tiroiditis de Hashimoto puede ser un factor
de pronóstico favorable en términos de recurrencia y sobrevida. Algunos CPT familiares ocurren
asociados a la tiroiditis de Hashimoto, y conocer la historia familiar de cáncer de tiroides es impor-
tante para descubrirlo cuando se presenta. Una de las bases de esta relación fue el descubrimiento
del aumento de la expresión de la vía fosfatidilinositol 3 kinasa (PI3K/Akt), que se encuentra
aumentada tanto en la inflamación crónica de la tiroiditis de Hashimoto como en el cáncer de tiroi-
des bien diferenciado. Además, el riesgo relativo de cáncer de tiroides puede ser 10 veces más alto
en familiares de pacientes que lo padecen (6). También puede haber un aumento de riesgo de des-
arrollar cáncer de mama en pacientes con tiroiditis de Hashimoto y en mujeres blancas (no negras)
con cáncer de tiroides (RR = 1,42), aunque las pacientes con cáncer de mama no presentan un
aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides (7,8).

Debido a su rico suministro vascular, en la tiroides pueden presentarse cánceres secundarios o


metastásicos de tumores primarios ubicados en otros sitios. Los más comunes incluyen el melano-
ma maligno y los carcinomas de pulmón, mama, riñón y esófago. La tiroides también puede ser el
lugar donde se presenta la enfermedad linfoproliferativa, concretamente linfoma de tiroides. (Ver
más abajo).

Los carcinomas tiroideos primarios pueden ser clasificados en dos variedades dependiendo de si las
lesiones se originan en el epitelio folicular tiroideo o en el parafolicular o de las células C. Este últi-
mo trastorno se denomina carcinoma medular tiroideo.

CARCINOMAS DEL EPITELIO FOLICULAR

Entre los tipos histológicos, los carcinomas papilares y foliculares, que tienden a tener un creci-
miento lento, representan respectivamente el 75 y 15 % de todos los cánceres de tiroides, mientras
que el carcinoma anaplásico es el menos común. Algunos tumores tienen características papilares
y foliculares. El carcinoma folicular, debido a su tendencia a dar metástasis a distancia, suele con-
siderarse de pronóstico menos favorable. Pero el manejo y pronóstico son similares tanto para el
cáncer papilar como para el folicular (carcinomas diferenciados de tiroides, CDT), siempre y cuando
los pacientes tengan la misma edad, sexo y estadio de la enfermedad (Tabla 1).

-5-
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 6

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

Tabla 1. Estadíos del CDT según el TNM

Etapa I T1, NO, MO

Etapa II T2-4, NO, MO

Etapa III Cualquier T, N1, MO

Etapa IV Cualquier T, cualquier N, M1

Definición de TNM según el tumor primario


TO= No hay evidencia del tumor primario
T1= Tumor de 1 cm o menos en su diámetro máximo limitado a la tiroides
T2= Tumor de más de 1 cm pero de no más de 4 cm en su mayor dimensión, limitado a la
tiroides.
T3= Tumor de más de 4 cm en su mayor dimensión, limitado a la tiroides.
T4= Tumor de cualquier tamaño que se extienda más allá de la cápsula tiroidea.

Ganglios linfáticos regionales (N)


NO= No hay metástasis en los ganglios linfáticos regionales
N1= Metástasis en los ganglios regionales.

Metástasis a distancia (M)


MO= Sin metástasis a distancia
M1= Metástasis a distancia

Carcinoma Folicular
El carcinoma folicular tiende a presentarse en individuos de mayor edad, histológicamente se pare-
ce al epitelio tiroideo normal, es encapsulado, y se diferencia del adenoma folicular sólo por la pre-
sencia de invasión capsular y/o vascular. Estos tumores pueden clasificarse como mínimamente,
moderadamente o ampliamente invasivos y el pronóstico varía de acuerdo a dicha clasificación. Un
subtipo de carcinoma folicular, el tumor de células de Hürthle, tiende a ser más invasivo, a metas-
tatizar más frecuentemente en hueso y a tener un curso clínico menos favorable. El carcinoma foli-
cular experimenta diseminación hematógena temprana, y el paciente puede presentar metástasis
a distancia, generalmente en pulmón, hueso o en el sistema nervioso central. Las lesiones en hueso
son osteolíticas. Las lesiones primarias grandes se asocian a un peor pronóstico, pero aún las lesio-
nes pequeñas pueden dar metástasis a distancia diseminadas. Pocas veces, la masa funcional del

-6-
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 7

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

carcinoma folicular metastásico puede producir suficiente hormona tiroidea como para causar un
aumento en los niveles séricos de T4 y/o T3 y tirotoxicosis clínica.

Carcinoma papilar
El carcinoma papilar es el tipo más común de cáncer de tiroides y tiende a tener un buen pronós-
tico, con 5% de mortalidad a 20 años en los pacientes sin invasión local o metástasis a distancia en
el momento del diagnóstico. Hay una frecuencia bimodal de presentación con picos en la segunda
y tercera década y nuevamente en edad más avanzada. Esta lesión es de crecimiento lento, gene-
ralmente no está encapsulada, y puede diseminarse a través de la cápsula tiroidea a las estructuras
que rodean el cuello, especialmente hacia los ganglios linfáticos regionales, donde puede perma-
necer indolente por muchos años. El pronóstico depende del tamaño de la lesión original, y los
tumores de menos de 2 cm de diámetro tienen un desenlace potencialmente excelente. La presen-
cia de ganglios linfáticos involucrados puede asociarse a un mayor riesgo de recurrencia, pero no
necesariamente a un aumento en la mortalidad. La aceleración de la enfermedad se puede produ-
cir en cualquier momento. Hay elementos foliculares que están generalmente presentes en la
lesión primaria y en sus metástasis. El carcinoma papilar es la malignidad tiroidea que más común-
mente puede desarrollarse por exposición a radiaciones de la región cervical en la infancia. En este
escenario, los tumores son generalmente multicéntricos, por lo que ameritan una tiroidectomía
más extensa, pero están asociados a un buen pronóstico.

El diagnóstico de cáncer de tiroides generalmente comienza con la palpación de un nódulo de


tiroides asintomático. La realización de una radiografía de partes blandas del cuello puede ayudar
en el diagnóstico, ya que calcificaciones puntiformes en la tiroides sugieren la presencia de cuerpos
de psamoma (carcinoma papilar) y las calcificaciones más densas pueden indicar la presencia de
carcinoma medular. La PAAF es el procedimiento inicial para evaluar a la mayoría de los pacientes
y proporciona un medio confiable para diferenciar entre nódulos benignos y malignos en todas las
lesiones excepto en las altamente celulares o foliculares; en estos casos es necesaria la evidencia
patológica de invasión vascular (que solo se puede ver en secciones de tejido) para diferenciar for-
mas benignas y malignas. Típicamente, los extendidos de carcinoma papilar muestran muchas
muestras celulares, con cuerpos de psamoma, y células foliculares grandes de color rosa con núcle-
os pálidos grandes e inclusiones nucleares (“ojos de la huerfanita Annie”) con numerosos nucléo-
los. También pueden ser de utilidad la ecografía y el centellograma, donde la ecografía indicará la
presencia de un tumor sólido y el centellograma de una lesión no funcional o fría.

Cuando los resultados citológicos son inciertos, se puede intentar reducir el nódulo sospechoso
mediante una dosis supresora de hormona tiroidea o se puede realizar una tiroidectomía. Entre

-7-
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 8

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

los candidatos para la cirugía se incluye a aquellos que tienen una historia de radiación en la tiroi-
des y uno o más nódulos claramente palpables, así como también hombres y mujeres jóvenes con
nódulos fríos solitarios, particularmente nódulos que son duros, no dolorosos a la palpación y que
cambian rápidamente de tamaño. En los restantes, se recomienda terapia de hormona tiroidea con
citología por aspiración repetida a los 3 o 6 meses.

Independientemente del procedimiento quirúrgico planeado, la cirugía del carcinoma de tiroides


debe ser realizada por un cirujano altamente experimentado en tiroidectomía. Las opiniones varí-
an acerca del procedimiento más adecuado cuando se encuentra un carcinoma. En manos exper-
tas, el procedimiento preferido puede ser la tiroidectomía total, especialmente en lesiones >2 cm
de tamaño en vista de la frecuencia de tumores multicéntricos y la evidencia de que tanto la tasa
de recurrencia como la subsiguiente mortalidad son menores después de este procedimiento qui-
rúrgico más extenso. Los ganglios linfáticos de la región deben ser explorados y removidos si hay
evidencia de que están involucrados, pero no se justifica la disección radical del cuello. Cuando el
procedimiento quirúrgico inicial no fue una tiroidectomía total y los cortes definitivos de la pieza
quirúrgica revelan un carcinoma (no detectado por los cortes por congelación), se deberá practicar
una segunda operación para realizar una tiroidectomía total. La tiroidectomía total está justificada
en el carcinoma folicular en vista de su tendencia a producir metástasis a distancia. Esto es así, por-
que sus metástasis no concentran adecuadamente 131I en presencia de tejido tiroideo residual nor-
mal, el cual compite por el 131I e impide el aumento del TSH sérica necesario para estimular la
absorción del iodo por parte de las células tumorales.

El cáncer papilar tiroideo es un tumor de crecimiento lento, con diseminación predominantemente


linfática, generalmente hacia los ganglios paratraqueales y yugulares. La incidencia de metástasis
a distancia encontradas en el momento de la presentación inicial del cáncer de tiroides bien dife-
renciado es de aproximadamente 4% (9). La presentación clínica avanzada con metástasis a distan-
cia se asocia a una tasa de mortalidad más alta. Las metástasis a distancia del cáncer papilar tiroi-
deo se localizan predominantemente en los pulmones y en mucho menor grado en los huesos. El
carcinoma folicular tiene más posibilidades de dar metástasis óseas y a otros sitios distantes, y aun-
que menos frecuentes, las metástasis de la variante folicular del cáncer papilar tiroideo pueden
presentarse en los bronquios, piel, músculos, riñones y cerebro.

La necesidad de realizar una ablación post quirúrgica del tejido tiroideo remanente con radioyodo
y rastreos periódicos subsiguientes para pesquisar de enfermedad residual o recurrente varía de
acuerdo al tipo histológico del tumor, el tamaño de la lesión, presencia de metástasis y otros indi-
cios de invasividad o agresividad. El tratamiento con radioyodo de la enfermedad residual desco-

-8-
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 9

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

nocida se asocia con una mejoría clínica y con la reducción de tasas de recurrencia, pero no está
claro si la tasa de mortalidad mejora con la ablación post quirúrgica profiláctica. Los cánceres papi-
lares que tienen <1,5 cm de tamaño y no están acompañados de metástasis en ganglios tienden
a tener un pronóstico excelente, y no está claro si es necesaria la ablación del tejido tiroideo nor-
mal remanente que queda en el lecho tiroideo y el rastreo posterior. En esos casos se puede justi-
ficar un enfoque conservador, que implique la administración de levotiroxina en dosis supresivas,
con seguimiento periódico para determinar los niveles de tiroglobulina sérica.

El centellograma corporal total con 131I es el método que se emplea para evaluar presencia de teji-
do tiroideo residual normal o maligno en cuello y/o de metástasis a distancia, y sólo se realiza cuan-
do la TSH esté lo suficientemente elevada como para estimular una buena captación y lograr una
buena imagen. Un motivo de preocupación es que las altas dosis de 131I (un emisor de partícula β)
usado en la exploración diagnóstica puede tener un efecto adverso sobre la captación de la dosis
terapéutica subsiguiente, un fenómeno llamado “atontamiento” (reducción de la captación de
yodo por exposición previa a dosis bajas). Para evitar el “atontamiento”, se puede utilizar 123I (un
emisor puro de rayo γ) o 99mtecnecio para los rastreos iniciales, y reservar el 131I para la dosis tera-
péutica, o para la exploración cuando la misma es negativa pero se sospecha la existencia de enfer-
medad residual debido a la presencia de altos niveles de tiroglobulina sérica. Después de la ope-
ración, se deja al paciente sin reemplazo de levotiroxina para que se ponga hipotiroideo con el
consiguiente aumento de la TSH sérica. En las exploraciones subsiguientes, cuando el paciente ya
está tomando levotiroxina, se discontinúa y se reemplaza por liotironina (50 a 70 mcg) para obte-
ner un aumento más rápido de la TSH sérica cuando se suspende tres semanas más tarde, De esta
forma se logra un intervalo más corto de hipotiroidismo sintomático para el paciente. El paciente
luego queda 2 o 3 semanas sin reemplazo de hormona tiroidea, lo que permite que la TSH sérica
aumente a un nivel de ≥ 50 mU/L, y se suministra una dosis isotópica de diagnóstico con rastreo
corporal total (RCT) realizado a las 72 horas. Si se encuentra tejido tiroideo residual, como ocurre
generalmente, se puede suministrar una dosis ablativa de ~30 a 100 mCi de 131I; si hay metástasis
funcionales, la dosis generalmente se aumenta a 150 – 175 mCi. A las 24 horas se restituye la tera-
pia supresora con levotiroxina. Aproximadamente una semana después de suministrar la dosis de
tratamiento de131I, se realiza un RCT post tratamiento, ya que la dosis mayor de radioyodo puede
permitir observar metástasis funcionales que no se ven después de la pequeña dosis inicial. La
reciente disponibilidad de TSH recombinante humana (rhTSH) para ser administrada por inyección
parenteral hace posible que no sea necesario discontinuar la terapia de hormona tiroidea para rea-
lizar exploraciones de seguimiento. En algunos pacientes se puede controlar la recurrencia simple-
mente midiendo la tiroglobulina sérica.

-9-
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 10

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

Los pacientes son reexaminados aproximadamente 6 meses después de la operación inicial y por
lo menos cada 6 meses durante varios años. En estos exámenes se palpa el cuello para buscar evi-
dencia de recurrencia, que generalmente puede ser extirpada quirúrgicamente. Se mide la tiroglo-
bulina sérica y cuando se observan valores elevados en pacientes que reciben terapia supresora se
sabe que se está ante la presencia de enfermedad metastásica. En el primer examen, a los 6 meses
de la operación, a aquellos pacientes a los que previamente se les había encontrado metástasis se
les realiza un RCT como se describe más arriba. Aquellos pacientes con lesiones relativamente
pequeñas (bajo riesgo), en los que no se había encontrado metástasis en los exámenes previos,
pueden no requerir una reexaminación a menos que haya aumentado la tiroglobulina sérica (ya
sea basalmente o después de la administración de rhTSH). Los pacientes en los que el RCT da posi-
tivo vuelven a entrar en el algoritmo terapéutico, como se describe más arriba.

Aquellos pacientes cuyos rastreos dan negativo siguen siendo reexaminados y se les mide las con-
centraciones de tiroglobulina sérica a intervalos regulares. Si las concentraciones de tiroglobulina
sérica y los rastreos muestran ausencia de tumor residual, los pacientes son reexaminados por últi-
ma vez después de aproximadamente 3 a 5 años, a menos que aumenten las concentraciones de
tiroglobulina sérica. En algunos pacientes, la tiroglobulina sérica puede estar elevada a pesar de la
ausencia de metástasis funcionales demostrables y en estos casos se han empleado dosis empíricas
de radioyodo. La reducción de la tiroglobulina sérica en estos pacientes presumiblemente repre-
sente un beneficio terapéutico. En los pacientes que tienen un rastreo negativo, se pueden realizar
estudios por imágenes alternativos como TC o RM para identificar tumores; o también FDG-PET,
201Talio o 99mtecnecio MIBI, para determinar si las metástasis funcionantes son más aptas para ciru-
gía o para radiación externa.

Este esquema terapéutico de manejo de la enfermedad con tiroidectomía total, terapia supresiva
a largo plazo y tratamiento de metástasis funcionantes con radioyodo reduce la tasa de recurren-
cia y prolonga la sobrevida en pacientes con carcinoma papilar de tiroides. El carcinoma folicular
debe ser tratado con mayor rigor, ya que el desenlace en el caso de este tumor es menos favorable.
Debido a que el carcinoma folicular puede producir metástasis en pulmón y hueso, se debe realizar
un seguimiento con rayos X y con mediciones de tiroglobulina sérica. Los tumores diferenciados
mixtos, que presentan elementos tanto foliculares como papilares tienden a comportarse biológi-
camente como tumores papilares y deben ser manejados como tales.

- 10 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 11

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

MICROCARCINOMA PAPILAR PAPILAR DE TIROIDES (MCPT)

El uso cada vez más extendido de procedimientos por imágenes, como la ecografía de cuello, per-
mite identificar un gran número de pequeños nódulos tiroideos o “incidentalomas”. El primer
punto a decidir por el clínico es si se debe realizar una PAAF ya que muchos de esos nódulos podrí-
an ser microcarcinomas. Las guías de la Asociación Americana de Tiroides (ATA por sus siglas en
inglés) son claras en este punto: se recomienda que los nódulos > 1cm sean sometidos a una PAAF;
y los nódulos más pequeños sólo ante hallazgos ultrasonográficos sospechosos como por ejemplo
calcificaciones, flujo Doppler aumentado, apariencia sólida hipoecoica, márgenes borrosos o irre-
gulares, vascularidad intraganglionar observada en Doppler, o una forma más alta que ancha, y
también si hay una historia de exposición a radiación o una historia familiar de cáncer de tiroides
(10). Se puede saber si un determinado nódulo es maligno por captación de FDG-PET, y se basa en
la presencia de un aumento en la cantidad de transportadores de glucosa (GLUT) en las células
tumorales. Una de las razones por las cuales aumentó la detección de estos cánceres de tiroides
incidentales es el uso cada vez más frecuente del rastreo por FDG-PET.

El tamaño de estos tumores puede variar entre 2 y 10 mm, por lo general no están encapsulados,
y se supone que tienen una historia natural diferente de las lesiones más grandes en el sentido de
que pueden permanecer biológicamente silenciosos con morbilidad mínima por décadas. En reali-
dad, un estudio realizado en Japón a 162 pacientes con MCPT basado en biopsia por aspiración con
aguja fina que no fueron operados facilitó información sobre el pronóstico del seguimiento a
largo plazo con un enfoque conservador sin cirugía. Sorpresivamente, se encontró que algo más
de un 70% de los pacientes presentaron tumores estables durante el período de seguimiento de
un poco menos de 4 años sin intervención (11). El significado clínico de estos pequeños tumores se
aclara aún más en la serie de 900 MCPT presentados por Hay y col. (12). La media del tamaño de
los tumores fue de 7mm, el 98% eran histológicamente tumores de grado 1 sin invasión local apa-
rente en el 98% de los pacientes, pero 3 pacientes (0,3%) tenían metástasis a distancia al momento
de presentarse la enfermedad y se observó que un tercio de los pacientes que tenían ganglios posi-
tivos al momento de presentarse la enfermedad tenían un mayor riesgo de reincidencia, El tamaño
de 7 mm fue propuesto como punto de corte por Lee y col. (13) que analizaron 275 pacientes con
MCPT y hallaron que aquellos con tumores < 7 mm tenían menos posibilidades de presentar carac-
terísticas agresivas como metástasis en ganglios linfáticos (30,6%) comparados con tumores de 7-
10 mm de los cuales 41% presentaban metástasis en ganglios linfáticos centrales.

Kim y col. (14) encontraron que el género masculino y las metástasis de ganglios cervicales laterales
estaban asociados con la recurrencia. A su vez, la recurrencia está asociada con desenlaces menos

- 11 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 12

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

favorables. Fue esta relación la que llevó a Zhang y col. (15) a identificar los factores de riesgo de
metástasis ganglionares en pacientes con MCPT. La identificación pre-quirúrgica de estos pacientes
realizada a partir de parámetros clínicos podría permitir que se maneje la enfermedad de acuerdo
a los riesgos, incluyendo la elección del procedimiento quirúrgico, ablación con radioyodo, supre-
sión de la TSH, etc. Los objetivos de este estudio son importantes ya que el cuidado clínico del
MCPT se ha convertido en un dilema y en un tema delicado para la salud pública ya que la inciden-
cia de cáncer de tiroides está aumentando continuamente en todo el mundo, con mayoría de
MCPTs. La mayoría de estos microcarcinomas tienen un pronóstico relativamente bueno de cura-
ción cuando se los trata con el método tradicional de tiroidectomía total o casi total con o sin disec-
ción del compartimento central del cuello (Nivel VI), seguido de ablación con yodo radioactivo y
levotiroxina para suprimir la TSH.

Sin embargo, los tres pilares de este enfoque están asociados frecuentemente a algunos efectos
adversos, lo que nos lleva a considerar si los tratamientos conservadores son suficientes para tratar
estos tumores pequeños. La cirugía puede implicar riesgos aún en manos expertas, e incluyen hipo-
paratiroidismo transitorio o permanente, o daño al nervio laríngeo superior, al laríngeo recurrente
y al accesorio espinal. Estos riesgos aumentan fuera de los grandes centros médicos (en nuestros
hospitales comunitarios) donde hay cirujanos con menos experiencia y/o habilidad que realizan
por lo menos la mitad de todas las tiroidectomías realizadas en EEUU.

Luego está la posibilidad de una ablación y terapia con yodo radioactivo injustificadas. Riesgos de
segundas malignidades, o leucemia (16-18) y disfunción crónica de la glándula salival, sialoadenitis
y xerostomía representan un precio muy alto a pagar si la terapia no puede ser plenamente justi-
ficada con los datos existentes. Los cambios producidos en las guías de la ATA en 2009 y 2015 refle-
jan una aplicación más selectiva de la ablación con radioyodo si se las compara con la versión pre-
via de 2006.

Por lo tanto, conocer lo antes posible cuáles de estos tumores pequeños podrían ser recurrentes
permitiría encarar una terapia menos agresiva: realizar una lobectomía en lugar de tiroidectomía
total, evitar la disección del compartimento central y la ablación con radioyodo, y administrar un
reemplazo fisiológico de la levotiroxina en lugar de la supresión de la TSH. Debido a la relativa
baja frecuencia de malignidad en los incidentalomas y a la presunción de un excelente pronóstico
aun siendo malignos, las guías recientemente publicadas recomiendan un tratamiento más conser-
vador (10,19). Es posible que estas recomendaciones estén basadas en informes como el estudio
observacional de largo plazo que llegó a la conclusión de que estos tumores pequeños podrían ser
seguidos en forma segura sin ninguna intervención a menos que haya signos de progresión de la

- 12 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 13

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

enfermedad (20). A pesar de esta sugerencia conservadora, el manejo actual de estos tumores
generalmente tiende a ser más agresivo que lo recomendado por las guías.

Por otro lado, el enfoque del tratamiento no puede ser demasiado complaciente debido a que un
porcentaje significativo de pacientes con microcarinoma cuando llega a la consulta ya presenta
metástasis en los ganglios linfáticos - lo que implica futuras recurrencias - , y un muy pequeño
grupo hasta puede tener o desarrollar en el futuro, metástasis a distancia. En realidad, es preocu-
pante que aunque los tumores más comunes en pacientes mayores de 45 años sean microcarcino-
mas, una importante cantidad sean de Estadio III o Estadio IV asociados a un peor pronóstico (21).
Ross y col. (22) observaron que las recurrencias eran frecuentes en pacientes con microcarcinomas,
especialmente aquellos que tenían metástasis en los ganglios linfáticos, independientemente de si
habían recibido radioyodo. En efecto, un reciente estudio retrospectivo de 299 pacientes con
microcarcinoma (23) confirma que no se debe suponer que estos pequeños tumores tendrán una
historia natural benigna. Durante el seguimiento de 292 de esos pacientes, 77 (26%) presentaron
enfermedad persistente, 68 metástasis locorregionales, y 10 metástasis a distancia. El tamaño del
tumor no fue predictivo de recidiva, y afortunadamente, ningún paciente murió por la enferme-
dad durante el seguimiento. Aunque el tratamiento inicial de los cánceres de menos de 1,5 cm ha
sido frecuentemente la tiroidectomía subtotal o casi total, pero sin ablación con radioyodo, los
autores y los que acompañaron el editorial (24) dan buenas razones para proponer la tiroidecto-
mía total seguida de ablación con radioyodo. De acuerdo a su experiencia, la ablación sería justi-
ficada en aquellos pacientes con más posibilidades de tener enfermedad residual o recurrente des-
pués de la tiroidectomía, incluso aquellos con tumores multicéntricos, metástasis positivas a gan-
glios linfáticos o invasión vascular o capsular. Cabe destacar que la multifocalidad ya no es un indi-
cador de ablación con radioyodo en las nuevas guías de la ATA.

Mercante y col. informaron acerca de 445 pacientes con MCPT a quienes se les hizo un seguimiento
durante 5,3 años; a 404 se les había hecho tiroidectomía y 389 habían recibido ablación con radio-
yodo. El 35% presentaba multifocalidad, el 30% extensión extratiroidea y el 41% metástasis a gan-
glios linfáticos. Se observó recurrencia en el cuello o metástasis a distancia en el 3,8%. Los factores
de riesgo independientes más significativos fueron la invasión capsular, metástasis a ganglios lin-
fáticos en el momento de la presentación de la enfermedad y extensión extratiroidea.

Por lo tanto, hay experiencia y literatura que respaldan tanto el enfoque conservador como uno
más agresivo para tratar estos pequeños tumores. Como el clínico tiene ante sí información con-
flictiva acerca de cómo tratar el microcarcinoma papilar, parecería lógico suponer que hace falta
una estratificación de riesgo para determinar cómo proceder. Los enfoques de tratamiento del

- 13 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 14

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

MCPT según el riesgo pueden ser desarrollados de la misma manera que los tradicionales CPT
(26,27). Es necesario considerar ciertas características o parámetros tales como el tamaño del
tumor, la edad, el sexo, la multifocalidad del tumor, la invasión vascular o capsular, la extensión
extratiroidea, las metástasis a ganglios linfáticos, las variantes histológicas del CPT, o la presencia
de marcadores mutacionales que puedan requerir un tratamiento más agresivo. Se deberán poner
todos esos datos en el contexto del algoritmo para desarrollar un enfoque adaptado al riesgo con
la esperanza de lograr una mínima morbilidad y al mismo tiempo anticipar desenlaces óptimos a
un costo menor para el paciente y para la sociedad.

En un seguimiento de 933 pacientes con MCPT, Lombardi y col. (28) identificaron varios factores
de riesgo independientes para la extensión extracapsular, incluyendo tamaño del tumor y metás-
tasis a los ganglios de cuello. La serie más extensa de pacientes con MCPT es la de la base de datos
de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales (SEER) con 18.445 pacientes (29). Mientras que el
consenso general es que el MCPT tiene un curso indolente, 92 de estos pacientes (0,5%) murieron
a causa de la enfermedad. Los factores de riesgo de recurrencia incluyeron el género masculino,
no caucásicos, edad > 45, extensión extratiroidea, ganglios linfáticos y metástasis a distancia.
Encontraron que la mortalidad estaba asociada a la presencia de dos o más de estos factores de
riesgo, y recomendaron tomar la decisión de si realizar un procedimiento total o menor o si sumi-
nistrar o no yodo radioactivo sobre la base de la cantidad de factores de riesgo presentes en cada
paciente.

Según la propuesta de Sugitani y col., las estrategias de tratamiento pueden variar en base a lo
que ellos describieron como tres diferentes tipos de presentación del microcarcinoma papilar (30).
El primer grupo de pacientes con MCPT demuestra un comportamiento biológicamente benigno,
y un segundo grupo está compuesto por el típico CPT cuyo tratamiento puede justificar la tiroidec-
tomía total pero no ablación con radioyodo. La tercera categoría de MCPT mostró evidencia en el
momento de la presentación de un comportamiento más invasivo como por ejemplo metástasis a
ganglios linfáticos y extensión extratiroidea, o sea tumores de más alto riesgo que merecen un
manejo más agresivo. A pesar de lo establecido por las guías de la ATA, la multifocalidad del tumor
constituiría otro factor de riesgo para la recurrencia que podría ser reducido mediante una tiroi-
dectomía inicial total como recomiendan Ross y col. (22).

Zhang y col. (15), encontraron que la multifocalidad, el género masculino, el tamaño del tumor >
6 mm, y la extensión extratiroidea estaban asociados a un mayor riesgo de metástasis a los gan-
glios linfáticos cervicales y podrían servir de indicadores de disección de los ganglios linfáticos cen-
trales del cuello. Sorprendentemente, también encontraron que la edad (<45) conllevaba un

- 14 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 15

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

mayor riesgo que lo informado en la serie de MCPT de Lombardi y col. (28). Evidentemente, no
existen estrategias de manejo óptimo que tengan en cuenta todos los factores de importancia
(incluyendo los costos de la evaluación y de la terapia vs los beneficios de un diagnóstico temprano
de cáncer) y por lo tanto, se necesitan estudios aleatorios adecuadamente controlados. En el futu-
ro, quizás se puedan tomar decisiones con la ayuda del análisis de mutaciones moleculares en estos
tumores, como se está sugiriendo en la actualidad para el análisis de nódulos más grandes que pre-
sentan citologías indeterminadas en el examen de PAAF. La presencia de la mutación BRAF en el
microcarcinoma se asocia con extensión extratiroidea, metástasis de ganglios linfáticos en la parte
lateral del cuello, multifocalidad y con estadios III y IV del tumor. Con hallazgos similares, el grupo
de la Universidad de Pittsburgh propuso la estadificación del riesgo de los pacientes con MCPT
sobre la base del estatus de su BRAF junto con los hallazgos de multifocalidad, extensión extrati-
roidea y fibrosis del tumor (31). Pareciera que este enfoque, quizás con algunas modificaciones,
será el que se tenga en cuenta para tratar el microcarcinoma papilar de tiroides en el futuro.

UTILIDAD DE LA CAPTACIÓN DE RADIOYODO ESTIMULADA CON


rhTSH PARA EL TRATAMIENTO DE CÁNCER DE TIROIDES
METASTÁSICO

Después de una tiroidectomía total y de la disección de ganglios linfáticos, el próximo paso es la


terapia con radioyodo en pacientes con metástasis a distancia de cáncer de tiroides diferenciado
(10). Para que la administración del radioyodo sea exitosa se requieren niveles altos de TSH sérica
que se pueden lograr discontinuando la levotiroxina para provocar la elevación endógena de la
TSH o por estimulación exógena con rhTSH (Thyrogen®).

Si bien el uso de rhTSH para la ablación del tejido tiroideo remanente en pacientes de bajo riesgo
con tiroidectomía total está aprobada tanto por la Agencia Europea de Medicamentos (EMEA)
como por la FDA de EEUU, su uso en pacientes con enfermedad metastásica no está aprobado
excepto en circunstancias muy limitadas. Hasta hace poco, la única experiencia publicada del uso
de rhTSH para el tratamiento de la enfermedad metastásica era la del Programa de Uso Compasivo
de Thyrogen® (TCUP por sus siglas en inglés). Hay una base teórica para sustentar la mayor segu-
ridad y eficacia de la rhTSH frente a la suspensión de terapia hormonal (STH). El uso de rhTSH evita
inducir el hipotiroidismo que puede ser muy sintomático en pacientes mayores - que es la pobla-
ción más proclive a tener enfermedad metastásica; la exposición a la TSH alta (con riesgo de creci-
miento de los restos tumorales) es de menor duración con rhTSH que con STH, y la exposición de

- 15 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 16

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

todo el cuerpo a la radiación es también menor (32,33). Evidentemente, un hipotiroidismo prolon-


gado después de la STH daña la calidad de vida, altera los perfiles lipídicos, y puede ser peligroso
en pacientes mayores que tengan una enfermedad cardiovascular subyacente.

Los datos publicados sobre la eficacia relativa de la rhTSH comparada con la STH son escasos, y la
mayoría son informes con pocas series de casos (34, 35). La información más reciente sugiere que
aproximadamente el 65% de los pacientes obtienen remisión parcial (36%), o estabilización de la
enfermedad (27%) o rara vez, remisión completa (2%) (36). Después de un promedio de un año
de seguimiento, Robbins y col. informaron que el tratamiento con rhTSH de 115 pacientes con
metástasis locoregionales y /o distantes resultó en una mejora de los síntomas relacionados con el
cáncer en el 24,3%, estabilización en el 54,1% y empeoramiento en el 21,6% (37). Sin embargo,
resultan preocupantes algunos estudios que indican una posible menor captación de radioyodo en
las lesiones metastásicas después del uso de rhTSH (38, 39). Una menor captación de tejido en las
metástasis plantea el interrogante sobre la potencial relativa eficacia de la rhTSH comparada con
la STH. Así, Potzi y col. (40) mostraron una captación 123I más baja con la estimulación con rhTSH
que con STH, con una potencialmente beneficiosa vida media más larga en el tejido tumoral des-
pués de la suspensión (39,8 hs.) que de la estimulación con rhTSH. También la actividad acumulada
en el tejido metastásico puede ser menor luego de la rhTSH que durante la STH probablemente
debido a una más rápida depuración y excreción del radioyodo en el estado eutiroideo (41). Podría
ser mejor tratar a todos los pacientes con cáncer de tiroides metastásico con una dosimetría indi-
vidualizada cuando sea posible, para asegurar la administración de la máxima dosis segura de
radioyodo (42). Para aclarar un poco más el tema sobre la terapia con radioyodo utilizando rhTSH
vs. STH en el CDT metastásico, examinamos la eficacia relativa y efectos secundarios de ambos en
56 pacientes seguidos durante 72+/-36,2 meses (43). Los dos grupos fueron comparables respecto
de la extensión de las metástasis, nivel medio de la tiroglobulina basal, distribución de metástasis
pulmonares micro-nodulares y macro-nodulares, y presencia y extensión de metástasis en huesos,
cerebro, o hígado y riñón. Las respuestas al tratamiento se basaron en los criterios RECIST 1.1, y las
únicas diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos fue que los pacientes que
recibieron rhTSH eran de mayor edad y se les había administrado dosis acumulativas menores de
radioyodo. Encontramos que la preparación con rhTSH resultó más eficaz que la STH en base a la
tasa de respuesta completa (RC) ajustada por edad, enfermedad estable (EE), enfermedad progre-
siva (EP) y supervivencia libre de progresión (SLP). Mientras que la tendencia fue administrarle
menor actividad de radioyodo al grupo que recibió rhTSH, los efectos adversos de la terapia como
leucopenia, trombocitopenia, xerostomía, y enfermedad pulmonar restrictiva no fueron diferen-
tes. Es decir, los pacientes con CDT preparados con rhTSH obtuvieron beneficios de la terapia con
radioyodo similares a los obtenidos por los tratados con STH. En realidad, los pacientes que reci-

- 16 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 17

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

bieron radioyodo con rhTSH eran de mayor edad comparados con los pacientes con STH. Sin
embargo, a pesar de su edad - un reconocido factor de riesgo de peor pronóstico - el desenlace
fue semejante al del grupo preparado con STH. Por lo tanto, los resultados de este estudio sugie-
ren que la eficacia y seguridad fueron similares con rhTSH y STH en el tratamiento con radioyodo
del cáncer de tiroides con metástasis con avidez por yodo, con tasas similares de respuestas radio-
lógicas (RC, EE) y bioquímicas después del radioyodo en ambos grupos de pacientes.

Mientras que ninguno de los estudios mencionados más arriba salvo el nuestro comparó la eficacia
relativa del tratamiento con yodo radiactivo complementado con rhTSH vs STH, Jarzab y col. (44)
hicieron una comparación retrospectiva de resultados obtenidos después de recibir tratamiento
con yodo radioactivo complementado con rhTSH con los resultados obtenidos luego de recibir STH
en los mismos pacientes. Se observó que el 52% de los pacientes tuvieron resultados idénticos
habiendo recibido ambas modalidades, el 27% de los pacientes obtuvo una respuesta superior a
la terapia con yodo radioactivo después de recibir rhTSH, y el 16% obtuvo mejor respuesta luego
de recibir STH. También se obtuvieron datos significativos sobre este tema a partir de un estudio
de la eficacia relativa del tratamiento con yodo radioactivo complementado con rhTSH vs STH del
Memorial Sloan Kettering (45). La ablación con yodo radioactivo complementado con STH o con
rhTSH tuvo eficacia similar en la eliminación de metástasis locoregionales con avidez por yodo
(42/60, 70% de rhTSH y 10/16, 63% de STH, p=0,65) y las metástasis pulmonares (3/4, 75% de rhTSH
y 1/4, 25% de STH, p=0.41). Este estudio observó tasas comparables de supervivencia a 5 años de
175 pacientes con metástasis a distancia de CDT, después de recibir rhTSH o STH o con una combi-
nación de ambos métodos. Claramente, estos resultados tienen implicancias clínicas potencialmen-
te significativas y proveen evidencia importante acerca de la similar eficacia y seguridad de prepa-
ración con rhTSH con relación al enfoque estándar con STH para el tratamiento del cáncer de tiroi-
des metastásico con captación de yodo. Tenemos grandes expectativas de que en el futuro se
hagan estudios prospectivos controlados para examinar esta cuestión.

CARCINOMAS DEL EPITELIO PARAFOLICULAR

El carcinoma medular de tiroides (CMT) se origina en las células tiroideas parafoliculares C, agru-
padas en los dos tercios superiores de los lóbulos tiroideos, y tradicionalmente se lo clasifica en
esporádico y hereditario. Tiene cuatro presentaciones: una es la forma esporádica, que representa
el 80% de los casos, y las otras tres son formas autosómicas dominantes hereditarias, que repre-
sentan el restante 20%.

- 17 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 18

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

El CMT representa alrededor del 5 al 10% de todos los cánceres de tiroides. Se diferencia del cáncer
de tiroides papilar y del folicular porque el CMT se origina en las células tiroideas parafoliculares
C y no en las células tiroideas foliculares. Las células tiroideas parafoliculares C son diferentes de
las células tiroideas foliculares C porque no sintetizan ni producen hormonas tiroideas o tiroglo-
bulina. Elaboran una hormona diferente llamada calcitonina.

La calcitonina participa en la regulación de los niveles de calcio a través de su efecto en los huesos.
Como el CMT produce calcitonina, ésta es usada como un excelente marcador de tumores en el
seguimiento de pacientes con CMT para detectar recurrencia de cáncer. El CMT tiene un pronóstico
intermedio entre el cáncer de tiroides bien diferenciado (papilar y folicular) y el cáncer de tiroides
anaplásico poco diferenciado.

Como fue dicho, el CMT puede presentarse en forma esporádica, aislada o en forma hereditaria.
En su forma hereditaria, el CMT puede ser parte de un síndrome hereditario que involucra otros
tumores o hallazgos clínicos. Este síndrome se denomina Neoplasia Endocrina Múltiple (NEM). El
NEM es el resultado de varias mutaciones genéticas. Existen dos tipos de NEM, NEM-1 y NEM-2. El
NEM-2 a su vez se divide en NEM-2a y NEM-2b. El CMT aparece en los dos tipos de NEM-2. La mayo-
ría de los pacientes con CMT presentan la forma esporádica, no hereditaria. Sin embargo, debido
a las implicancias para sus descendientes, y la posible coexistencia de otros tumores, todos los
pacientes a los que se les diagnostica un CMT deben ser evaluados para saber si es hereditario. La
evaluación generalmente implica un análisis genético para determinar si el paciente tiene una de
las múltiples mutaciones que se presentan en la forma hereditaria.

El CMT hereditario representa alrededor del 25% de todos los casos de CMT. Se describen tres enti-
dades de CMT hereditario (Tabla 2).

CMT familiar (CMTF) NEM-2a NEM-2b

CMT CMT CMT


Feocromocitoma Feocromocitoma
Hiperparatiroidismo Hábito marfanoide
Neuromas mucosos

Tabla 2. Formas hereditarias de CMT


En las últimas guías de la ATA sobre manejo de CMT de 2015, se propone incluir a la variante fami-
liar del CMT como una forma del NEM-2a.

- 18 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 19

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

El modo de herencia del CMT hereditario es autosómico dominante con penetrancia variable.
Hablando en forma práctica, esto significa que los hijos de un paciente con CMT hereditario tienen
un riesgo aumentado de desarrollarlo y se les debe ofrecer la posibilidad de hacerse un análisis
genético. Se deben enfatizar varios aspectos clínicos importantes del NEM-2. El CMT tiende a ocu-
rrir a una edad más temprana en pacientes con NEM que en pacientes con CMT esporádico; esto
es especialmente así en el caso de pacientes con NEM-2b en los que el CMT puede ser detectado
en la temprana infancia. El CMT en pacientes con NEM-2b tiende a ser más agresivo y tiene un pro-
nóstico peor que el CMT esporádico y otros hereditarios. El feocromocitoma, un tumor de las glán-
dulas suprarrenales y del sistema nervioso parasimpático que puede liberar grandes cantidades de
epinefrina y norepinefrina y causar hipertensión, ocurre frecuentemente, pero no siempre, en
NEM-2a y NEM-2b y debe ser excluido y de constatarse, tratado antes que se realice la cirugía del
CMT.

El hiperparatiroidismo debido a la sobreproducción de la hormona paratiroidea (PTH), se observa


en algunos pacientes con NEM-2a. El hiperparatiroidismo produce elevación de los niveles de calcio
sérico. El NEM-2a y el NEM-2b son el resultado de mutaciones en el gen llamado oncogen RET.
Como se mencionó en la sección anterior, a los pacientes diagnosticados con CMT se les debe rea-
lizar análisis genéticos para determinar si tienen la mutación oncogen RET. A los familiares de los
pacientes con la mutación oncogen RET también se les debe ofrecer hacerse un análisis genético
para determinar si tienen o no la mutación. Estos familiares que tienen la mutación genética RET
tienen un alto riesgo de desarrollar CMT y dependiendo del tipo de mutación, podrían desarrollar
CMT a edad muy temprana. Los familiares con NEM-2b deben ser sometidos a una tiroidectomía
lo antes posible después de nacer, antes de que desarrollen CMT.

Presentación clínica

El 80% de los pacientes con CMT presentan el tipo esporádico. Estos pacientes generalmente lle-
gan a la consulta para realizarse un examen físico de rutina y al palpar el cuello se encuentra un
nódulo tiroideo. A veces el nódulo tiroideo es hallado incidentalmente al realizar estudios del cue-
llo por imágenes como ecografía, RMN y TC. A los pacientes que presentan nódulos de tiroides se
los evalúa además con una PAAF. Si al hacer este estudio se sospecha la presencia de CMT, el
paciente debe hacerse un análisis genético para saber si tiene la mutación RET antes de realizarle
una cirugía de tiroides.

Muchos pacientes con CMT, en particular con NEM-2b, tienen metástasis en ganglios linfáticos y
muchas veces, metástasis a distancia al momento de la cirugía. Los pacientes que tienen NEM-2b

- 19 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 20

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

presentan las formas más agresivas de CMT, los que tienen CMT familiar (CMTF) presentan las for-
mas menos agresivas. La calcitonina debe ser medida en todos los pacientes con CMT antes de la
cirugía. El antígeno carcinoembrionario (CEA), otro marcador tumoral producido por algunos CMT
también debe ser medido antes de la cirugía. Los niveles de calcitonina y de CEA deben ser medi-
dos periódicamente después de la cirugía. Los niveles indetectables generalmente indican ausencia
de recurrencia del tumor mientras que la persistencia de niveles altos o niveles que aumentan pro-
gresivamente después de la cirugía indican la persistencia o recurrencia del tumor. Los estudios por
imágenes como ecografía de la glándula tiroides, TC y RMN de cuello, tórax, y abdomen y el ras-
treo óseo también se hacen antes de la cirugía. Se los indica para evaluar el alcance del cáncer.
Pueden ayudar a identificar la presencia de metástasis a distancia y pueden ser de utilidad para el
cirujano al preparar la intervención.

Tratamiento

La cirugía es el principal tratamiento del CMT. A diferencia de otros tipos de cáncer de tiroides,
como el papilar y el folicular, el CMT no es sensible al yodo radioactivo y por lo tanto no es una
opción terapéutica. La cirugía inicial de CMT consiste en una tiroidectomía total ya que el tumor
puede estar presente en múltiples áreas de la glándula tiroides. La tiroidectomía debe ser realizada
por un cirujano con experiencia en cirugía de tiroides con el fin de mejorar las oportunidades de
resección total del tumor y reducir el riesgo de complicaciones quirúrgicas.

Como el CMT tiene tendencia a metastatizar tempranamente durante su paso hacia los ganglios
linfáticos ubicados en el cuello (ganglios linfáticos cervicales), se debe prestar especial atención a
estos ganglios en el momento de la cirugía. A los pacientes a los que se les practica cirugía de CMT
se les debe realizar la disección del compartimiento central del cuello (identificación y remoción
de los ganglios linfáticos ubicados en la parte anterior del cuello). Aquellos pacientes en los que el
CMT se ha expandido hacia la zona lateral del cuello, como los músculos esternocleidomastoideos
o los ganglios linfáticos cervicales laterales, usualmente requieren una cirugía más extensa.
Algunos expertos recomiendan la disección central y lateral del cuello para todos los pacientes con
CMT. Este enfoque puede reducir el riesgo de recurrencia del tumor, aunque esto da lugar a con-
troversias.

Curso y pronóstico

Como se mencionó más arriba, el CMT puede metastatizar tempranamente a los ganglios linfáticos
en el cuello y el mediastino. También puede expandirse a través de la sangre (diseminación hema-

- 20 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 21

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

tógena) a distintos órganos como el hígado, los pulmones y el hueso. El pronóstico de los pacientes
con CMT depende del estadio del cáncer al momento del diagnóstico. Los pacientes que están en
un estadio temprano del CMT tienen mejores posibilidades de supervivencia que los pacientes con
estadios más avanzados de la enfermedad. El estadio del CMT depende del tamaño del tumor, la
presencia o ausencia de la expansión tumoral a los ganglios linfáticos cervicales, y la presencia o
ausencia de metástasis a distancia.

Alrededor de un tercio de los pacientes van a tener recurrencia del CMT después de la cirugía ini-
cial, y la mitad tendrán altos niveles de calcitonina después de la cirugía, lo que indica la presencia
de enfermedad persistente o recurrente. El CMTF tiende a tener un pronóstico mejor que todos los
otros CMT. La forma más agresiva de CMT es el NEM-2b y la forma esporádica o el CMT en NEM-
2a tienen un pronóstico intermedio. Los pacientes que son diagnosticados mediante el oncogen
RET pueden tener un excelente pronóstico si se los trata tempranamente con tiroidectomía total.

Para todos los tipos de CMT, la supervivencia a cinco años es de 80 a 90%. La supervivencia a diez
años es de entre 60 y 75%. Estos números son mejores que los de otros tipos de cáncer. Una de la
razones de este relativamente buen pronóstico es que en muchos casos, el CMT tiene un curso
lento a pesar de la presencia de metástasis. Los pacientes con niveles altos de calcitonina antes de
la cirugía tienen más probabilidades de tener persistencia o recurrencia de la enfermedad que los
que presentan niveles más bajos.

Tratamiento post-quirúrgico y seguimiento

En pacientes con CMT en los que la cirugía no logró la cura de la enfermedad, se utilizan otros
tipos de tratamiento. La radiación externa del cuello se usa a veces para tratar pacientes que pre-
sentan una masa voluminosa en el cuello. La quimioterapia ha sido usada en CMT metastásico,
pero con éxito limitado. La meta-yodo benzilguanidina (MIBG) y los análogos de la somatostatina
son otros agentes que tienen eficacia relativa. Como se mencionó antes, la cirugía temprana es el
mejor tratamiento para la CMT. Después de la cirugía inicial, a los pacientes con CMT se les realiza
un seguimiento periódico que incluye un examen físico, medición de la calcitonina y del CEA. En
los pacientes con calcitonina elevada se realiza la búsqueda de enfermedad recurrente mediante
estudios por imágenes. La mayoría de las recurrencias de CMT están localizadas en el cuello, el
mediastino, los pulmones, el hígado y los huesos. A veces, no se identifica ningún tumor con estas
técnicas en pacientes que presentan niveles altos de calcitonina posquirúrgica. En este caso, se
usan otras modalidades por imágenes como el centellograma de receptores de somatostatina
(OctreoScan), tecnecio-sestamibi, 131I-MIBG, anti-CEA marcado con yodo radiactivo.

- 21 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 22

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

A aquellos pacientes que después de la operación presentan altos niveles de calcitonina y en los
que se identifica la enfermedad recurrente en el cuello se les ofrece una reoperación. La reopera-
ción del cuello también puede ser indicada en pacientes con calcitonina elevada posquirúrgica y
enfermedad no identificable en los estudios por imágenes. Estos pacientes generalmente tienen
cantidades pequeñas, microscópicas de tumor en el cuello pero también pueden tener enfermedad
a distancia microscópica y el impacto de la reoperación sobre la supervivencia en estos casos puede
ser muy limitado.

Carcinoma Medular Hereditario.


Se cree que estos tumores comienzan como una hiperplasia de las células C y generalmente son
multifocales. Dos de las formas familiares de CMT se presentan como neoplasia endocrina múltiple
(NEM) 2a y 2b. El NEM-2a es el más común y representa quizás, el 95% de los pacientes afectados,
el 50% de los cuales tendrán asociado un feocromocitoma mientras que el 15-25% tendrán tam-
bién hiperpartiroidismo. El NEM-2a en raras ocasiones se encuentra asociado a la Enfermedad de
Hirschsprung o a Líquen Amiloide Cutáneo. Los pacientes con NEM-2b, el segundo síndrome más
común, no tienen hiperparatiroidismo. El NEM-2b incluye CMT, feocromocitoma, ganglioneuromas
de la mucosa oral y del tracto gastrointestinal. El CMT familiar es la menos común de las formas
hereditarias y no tiene manifestaciones extratiroideas. Cada uno de los síndromes hereditarios está
asociado a una mutación germinal del RET en el cromosoma 10. En las formas familiares, la enfer-
medad puede ser diagnosticada en forma temprana en los miembros de la familia mediante un
rastreo del gen RET en el ADN, y evitando así la necesidad de hacer análisis periódicos de secreción
de calcitonina en los familiares en riesgo. Se recomienda la tiroidectomía en los portadores del gen
a partir de los 5 años.

La medición de calcitonina generalmente no es recomendada para la evaluación de rutina de los


nódulos de tiroides porque el CMT ocurre en <0,5% de los cánceres de tiroides. La medición de la
calcitonina puede ser útil cuando el diagnóstico de carcinoma surge a partir de la PAAF. La magni-
tud de la respuesta de la calcitonina a la estimulación con pentagastrina se usó en el pasado como
prueba de diagnóstico. El estatus del oncogen RET puede ser evaluado en muestras obtenidas
mediante aspiración con aguja fina del nódulo tiroideo, y la diferenciación entre las mutaciones
de CMT esporádico versus el familiar hace posible decidir si es necesario hacer el rastreo pre qui-
rúrgico de feocromocitoma. Además de la calcitonina, estos tumores pueden producir el péptido
relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP por sus siglas en ingles). Mientras que una elevada
calcitionina sérica implica un diagnóstico de CMT en este contexto clínico, puede haber elevaciones

- 22 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 23

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

no específicas de la calcitonina sérica en los tumores carcinoides, en el carcinoma de pulmón de


células pequeñas, enfermedades pulmonares inflamatorias, gastrinoma, e insuficiencia renal cró-
nica. El CMT puede producir otras hormonas polipeptídicas como ACTH, somatostatina y péptido
vasoactivo intestinal (VIP por sus siglas en inglés). La membrana celular del CMT tiene receptores
de somatostatina lo que permite lograr imágenes con octreotide radiomarcado.

Carcinoma Medular Esporádico.


Hay un pico de la incidencia de la forma esporádica en la sexta y séptima décadas de la vida.
Cuando se presenta, los pacientes ya pueden tener metástasis en los ganglios linfáticos cervicales
que generalmente muestran calcificación en las radiografías rutinarias de cuello. Los síntomas
locales de disfagia y ronquera pueden ser debidos a la compresión del tejido o a la invasión de los
nervios laríngeos recurrentes. Las manifestaciones paraneoplásicas de rubor, diarrea secretora, o
hipercortisolismo ocurren con poca frecuencia. La PAAF es el procedimiento diagnóstico indicado,
y luego un screening de feocromocitoma para planear una adecuada evaluación del estadío del
tumor. Esta evaluación puede incluir centellograma de cuello y mediastino, y TC o RMI de cuello y
tórax. La evaluación pre quirúrgica debe incluir también el nivel de calcitonina basal y del CEA, cal-
cio sérico, y catecolaminas en orina de 24 horas para descartar feocromocitoma.

El diagnóstico pre quirúrgico del CMT prepara al cirujano para buscar metástasis regionales y rea-
lizar la disección extensa de ganglios linfáticos. Después de la cirugía, la calcitonina sérica sirve
como marcador del tumor para detectar enfermedad residual ya que los niveles séricos se correla-
cionan con la carga tumoral. La reciente aprobación de inhibidores tirosina-kinasa (vandetanib y
cabozantinib) para el tratamiento del CMT metastásico abre nuevas expectativas en el manejo
terapéutico de este tumor.

El tratamiento con radioyodo del carcinoma medular de tiroides no es exitoso; los casos que mues-
tran alguna reducción de la calcitonina sérica posiblemente representen una rara variante de cán-
cer mixto medular y folicular. El tratamiento con radiación externa y la quimioterapia tienen un
rol paliativo para la enfermedad recurrente o residual. Los factores que vaticinan un mal pronós-
tico son sexo masculino, edad avanzada, mayor tamaño del tumor primario, amplia expansión
regional o metastásica, y una cirugía inicial que no fue lo suficientemente extensa. En general, la
supervivencia a 10 y 20 años ha sido de un 60% y 50% respectivamente.

- 23 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 24

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

TUMORES POBREMENTE DIFERENCIADOS DE LA TIROIDES

Carcinoma anaplásico
Este tumor agresivo constituye aproximadamente el 5 por ciento de los cánceres de tiroides y gene-
ralmente se presenta en la sexta a séptima década de vida. El tumor es histológicamente indife-
renciado, compuesto principalmente por células fusiformes y células gigantes, y es de crecimiento
rápido y altamente maligno. Aunque se realice una cirugía radical, el pronóstico es sombrío, con
sobrevida de meses, no años, aunque la supervivencia es un poco mejor en pacientes jóvenes con
enfermedad temprana. El carácter rápidamente fatal de la lesión se debe a la extensa invasión
local que es refractaria tanto a la terapia de radiación externa como a la terapia con radioyodo
(porque el tumor no concentra yodo).

El hecho de que en muchos pacientes coexistan con carcinomas diferenciados sugiere que los
tumores anaplásicos surgen de los primeros, y se sabe que las metástasis de carcinoma papilar y
folicular pueden sufrir una tardía desdiferenciación maligna. El carcinoma anaplásico de tiroides
puede ser confundido con linfoma o sarcoma, y la positividad en la tinción inmunocitoquímica
para queratina o para la proteína citoesquelética vimentina, ayudan a confirmar el diagnóstico.
Mientras que la tinción para tiroglobulina puede ser positiva debido a células foliculares atrapadas
o coloide, las mediciones de tiroglobulina sérica no tienen valor diagnóstico como marcador tumo-
ral en contraste con lo que ocurre en el cáncer de tiroides bien diferenciado. La falta de inmuno-
reactividad para calcitonina diferencia el carcinoma anaplásico del CMT indiferenciado. El trata-
miento del carcinoma anaplásico es en gran parte paliativo; la mayoría de los pacientes mueren
entre los 6-9 meses después del diagnóstico.

Linfoma primario de tiroides (LPT)


El LPT constituye alrededor del 2 por ciento de todas las malignidades tiroideas. De los diversos
tipos de células, el linfoma de células histiocíticas grandes (o inmunoblastos) es el más común y
típicamente ocurre en mujeres de entre 55 y 75 años, que generalmente tienen tiroiditis linfocítica
crónica subyacente (Tiroiditis de Hashimoto), con anticuerpos antitiroglobulina (ATG) o anticuer-
pos anti tiroperoxidasa (TPO) positivos. Los pacientes con Hashimoto tienen aproximadamente 60
veces más riesgo relativo de desarrollar linfoma no-Hodgkin de tiroides, un riesgo tan alto que
cualquier masa agrandada en la tiroides en un paciente mayor con tiroiditis de Hashimoto debe
ser considerada linfoma de tiroides hasta que se lo descarte. Si bien ocasionalmente se reportaron

- 24 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 25

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

linfomas de células T, el LPT es casi siempre de células de linaje B. Debido a similitudes histológicas
y de pronóstico, a veces se agrupan los linfomas de células B con linfomas de tejido linfoide aso-
ciado a mucosa (MALT por sus siglas en inglés). Las anormalidades moleculares asociadas tanto con
linfomas de tiroides como con MALT incluyen pérdida de la expresión de bcl-2 y aumento de la
inactivación de p53.

Los síntomas típicos del linfoma tiroideo incluyen disfagia, odinofagia, y ronquera, es decir, los mis-
mos de un bocio de crecimiento rápido, con compresión de las estructuras circundantes y extensión
subesternal. Muchos pacientes presentan también linfadenopatías cervicales o supraclaviculares.
Cuando el hipotiroidismo está presente es debido a la tiroiditis de Hashimoto subyacente y al posi-
ble reemplazo del tejido folicular funcional por linfoma. El tumor puede rodear totalmente la trá-
quea dando lugar a un “signo de la rosquilla” en la tomografía computada. La masa será fría en el
rastreo con yodo radioactivo pero frecuentemente se pueden obtener imágenes con 67galio, 201talio
o 99mtecnecio MIBI. El diagnóstico generalmente se confirma por PAAF y rara vez es necesaria una
biopsia quirúrgica. Debido a la tendencia de este tumor a crecer rápidamente, mantener la vía
aérea permeable es generalmente el principal objetivo del tratamiento. El pronóstico depende del
tipo de célula y de la extensión de la enfermedad más allá del cuello. Se reportaron tasas de éxito
variables combinando cirugía, radiación y quimioterapia. La radiación externa con aproximadamen-
te 4000 cGy proporciona una sobrevida de 5 años en el 60-70 %, y es motivo de controversia decidir
si la cirugía agresiva puede aumentar la supervivencia. Las formas más avanzadas de la enfermedad
se pueden beneficiar con quimioterapia o un tratamiento de modalidad combinada.

En resumen, el LPT es un tumor tiroideo raro de tipo no-Hodgkin que se origina en una transfor-
mación maligna de los linfocitos de las células B. El LPT representa < 2% de las malignidades tiroi-
deas con una incidencia anual de aproximadamente 2 por millón. Se presenta típicamente en la
sexta y séptima década y es varias veces más frecuente en mujeres que en hombres.

Pronóstico y mortalidad:

El pronóstico varía de ser malo para el linfoma difuso de células B grandes (DLBCL) a relativamente
bueno para el tipo MALT. La base de datos SEER indica una sobrevida específica de 5 años del 96%
para MALT, 87% para linfoma folicular y 75% para DLBCL con una supervivencia general media de
9,3 años para todos los tipos. El estadío avanzado, la edad del paciente, un tamaño tumoral gran-
de, un crecimiento rápido, la presencia de síntomas B y la falla del tratamiento connotan un diag-
nóstico malo (46,47). Los pacientes con tiroiditis de Hashimoto subyacente tienen un riesgo signi-
ficativamente más alto de desarrollar linfoma (48). El diagnóstico se realiza a través de los síntomas

- 25 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 26

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

y signos en los pacientes que presentan una masa que se agranda en el cuello, generalmente rápi-
damente en el tipo DLBCL con síntomas de compresión: estridor, disnea, disfagia y ronquera.
Quizás el 10% de los pacientes tendrán síntomas B: fiebre, sudoración, y pérdida de peso. El diag-
nóstico se puede alcanzar mediante una PAAF en el 20-90% de los casos pero una aspiración con
aguja gruesa puede ser más reveladora y una citometría de flujo y un estudio del inmunofenotipo
(49) darán más precisiones.

El diagnóstico se confirma por inmunohistoquímica con identificación de células CD20+ en el feno-


tipo de células B o usando un algoritmo de diagnóstico (50) o por detección de PCR de cadenas
pesadas. Se conocen una cantidad de mutaciones genéticas incluyendo BRAF, Fas y N-RAS (51). La
ecografía se usa generalmente al inicio y puede identificar si el tumor es difuso, nodular o mixto
(52). El linfoma difuso va a ser bilateral. Se requiere un rastreo corporal total con TC para conocer
el estadio del tumor, y el FDG/PET que si bien tiene baja sensibilidad diagnóstica, es útil para
demostrar recurrencia de la enfermedad y su alcance. El DLBCL está asociado con un valor de cap-
tación estandarizado (SUV por sus siglas en inglés) relativamente más alto y menor densidad en la
TC que la tiroiditis de Hashimoto (53). En el examen patológico, la distinción entre DLBCL y tiroi-
ditis de Hashimoto se basa en la alta población de células grandes atípicas en el primero. La distin-
ción es más difícil para el diagnóstico del linfoma MALT para el que frecuentemente se necesitan
análisis de inmunofenotipo con biopsia quirúrgica o de aguja gruesa. La cirugía tiene un rol limi-
tado en el tratamiento, especialmente debido a que los linfomas son sensibles a la radiación y a la
quimioterapia (54). En linfomas MALT localizados, Tsang y col. (55) observaron una respuesta del
100% al tratamiento con radiación sin recaída hasta 4,9 años. En otras series, la respuesta al trata-
miento está íntimamente relacionada al estadio de la enfermedad y al tipo de tumor con tasas de
curación del 55% a 5 años para tumores no-MALT y 88% con supervivencia específica a 10 años
para tumores MALT localizados. Para los tumores más agresivos como el DLBCL se agrega quimio-
terapia a la radiación externa (tratamiento de modalidad combinada) como lo hicieron Onal y col.
(56) quienes notaron una mejor supervivencia que usando radiación o quimioterapia en forma ais-
lada (57,58). Los regímenes actuales emplean tanto ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina,
prednisona (CHOP por sus siglas en inglés) o rituximab más CHOP que han demostrado ser mejor
que el CHOP aislado.

- 26 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 27

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

REFERENCIAS

1. Davies L, Welch HG.


Increasing incidence of thyroid cancer in the United States, 1973-2002.
JAMA 2006; 295: 2164-7.

2. Jemal A, Siegel R, Ward E, Murray T, Xu J, Smigal C, Thun MJ.


Cancer Statistics 2006.
CA Cancer 56: 106-130.

3. Ito J, Noguchi S, Murakami T, et al.


Factors affecting the prognosis of patients with carcinoma of the thyroid.
Surg Gynecol Obstet 1980; 150: 539.

4. Kesmodel SB, Terhune KP, Canter RJ, Mandel SJ, LiVolsi VA, Baloch ZW, Fraker DL.
The diagnostic dilemma of follicular variant of papillary thyroid carcinoma.
Surgery 2003; 134:1005-12.

5. Hay ID.
Papillary thyroid carcinoma.
Endocrinol Metab Clin North Am 1990; 19: 545-576.

6. Pal T, Vogl FD, Chappuis PO, Tsang R, Brierley J, et al.


Increased risk for nonmedullary thyroid cancer in the first degree relatives of prevalent cases of nonmedullary
thyroid cancer: a hospital-based study.
J Clin Endocrinol Metab 2001; 86:5307-5312.

7. Chen AY, Levy L, Goepfert H, Brown BW, Spitz MR, Vassilopoulou-Sellin R.


The development of breast carcinoma in women with thyroid carcinoma.
Cancer 2001; 92: 225-231.

8. Garner CN, Ganetzky R, Brainard J, Hammel JP, Berber E, Siperstein AE, Milas M.
Increased prevalence of breast cancer among patients with thyroid and parathyroid disease.
Surgery 2007; 142:806-13.

9. Saha AR, Ferlito A


2001 Distant metastases from thyroid and parathyroid cancer.
ORL J Otorhinolaryngol Relat Spec 63:243-249.

10. Cooper DS, Doherty GM, Haugen BR, Kloos RT, Lee SL, Mandel SJ, Mazzaferri EL, McIver B, Pacini F,
Schlumberger M, Sherman SI, Steward DL, Tuttle RM.
2009 Revised American Thyroid Association Management Guidelines for patients with thyroid nodules and
differentiated thyroid cancer.
Thyroid 19:1167-1214.

- 27 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 28

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

11. Ito Y, Miyauchi A, Inoue H, Fukushima M, Kihara M, Higashiyama T, Tomoda C, Takamura Y,


Kobayashi K, Miya A
2010 An observational trial for papillary thyroid microcarcinoma in Japanese patients.
World J Surg 34: 28-35.

12. Hay ID, Hutchinson ME, Gonzalez-Losada T, McIver B, Reinalda ME, Grant CS, Thompson GB, Sebo
TJ, Goellner JR
2008 Papillary thyroid microcarcinoma: A study of 900 cases observed in a 60-year period.
Surgery 144:980-8.

13. Lee KJ, Cho YJ, Kim SJ, Lee SC, Kim JG, Ahn CJ, Lee DH.
2011 Analysis of the clinicopathologic features of papillary thyroid microcarcinoma based on 7-mm tumor size.
World J Surg 35:318-23.

14. Kim TY, Hong SJ, Kim JM, Kim WG, Gong G, Ryu JS, Kim WB, Yun S-C, Shong YK.
2008 Prognostic parameters for recurrence of papillary thyroid microcarcinoma.
BMC Cancer 8: 296. doi:10.11186/1471-2407-8-296.

15. Zhang L, Wei W-J, Ji Q-H, Zhu Y-X, Wang Z-Y, Huang C-P, Shen JQ, Li D-S,Wu Y
2012 Risk factors for neck lymph node metastasis in papillary thyroid microcarcinoma: A study of 1066
patients.
J Clin Endocrinol Metab 97: 1250-1257, 2012.

16. Lee SL.


2010 Complications of radioactive iodine treatment of thyroid carcinoma.
J Nat Comp Cancer Network 8: 1277-86.

17. Iyer NG, Morris LGT, Tuttle RM, Shaha AR, Ganly I.
2011 Rising incidence of second cancers in patients with low-risk (T1N0) thyroid cancer who receive
radioactive iodine therapy.
Cancer 117:4439-46.

18. Brown AP, Chen J, Hitchcock YJ, Szabo A, Shrieve DC, Tward JD.
2008 The risk of second primary malignancies up to three decades after the treatment of differentiated
thyroid cancer.
J Clin Endocrinol Metab 93:504-15.

19. Haugen BR, Alexander EK, Bible KC, Doherty GM, Mandel SJ, Nikiforov Y, Pacini F, Randolph G,
Sawka A, Shepard D, Sosa J, Tuttle RM, Wartofsky L,
2015 American ThyroidAssociation Management Guidelines for adult patients with thyroid nodules and
differentiated thyroid cancer.
Available online at Thyroid 25: DOI:10.1089/thy.2015.0020; print version in Thyroid 26:1-133, 2016.

20. Ito Y, Uruno T, Nakano K, Takamura Y, Miya A, Kobayashi K, Yokozawa T, Matsuzuka F, Kuma S,
Kuma K, Miyauchi A
2003 An observation trial without surgical treatment in patients with papillary microcarcinoma of the thyroid.
Thyroid 13:381–387

- 28 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 29

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

21. Hughes DT, Haymart MR, Miller BS, Gauger PG, Doherty GM.
2011. The most commonly occurring papillary thyroid cancer in the United States is now a microcarcinoma
in a patient older than 45 years.
Thyroid 21:231-36.

22. Ross DS, Litofsky D, Ain KB, Bigos T, Brierley JD, Cooper DS, Haugen BR, Jonklaas J, Ladenson PW,
Magner J, Robbins J, Skarulis MC, Steward DL, Maxon HR, Sherman SI
2009 Recurrence after treatment of micropapillary thyroid cancer.
Thyroid 19:1-6.

23. Pellegriti G, Scollo C, Lumera G, Regalbuto C, Vigneri R, BelfioreA


2004 Clinical behavior and out¬come of papillary thyroid cancers smaller than 1.5 cm in diameter: Study of
299 cases.
J Clin Endocrinol Metab 89:3713–3720.

24. Pearce EN, Braverman LE.


2004 Editorial: Papillary thyroid microcarcinoma outcomes and implications for treatment.
J Clin Endocrinol Metab 89:3710–3712.

25. Mercante G, Frasoldati A, Pedroni C, Formisano D, Renna L, Piana S, Gardini G, Valcavi R, Barbieri V
2009 Prognostic factors affecting neck lymph node recurrence and distant metastasis in papillary
microcarcinoma of the thyroid: Results of a study of 445 patients.
Thyroid 19:707-16.

26. Tuttle RM, Rondeau G, Lee NY


2011 A risk-adapted approach to the use of radioactive iodine and external beam radiation in the treatment
of well-differentiated thyroid cancer.
Cancer Control 18:89-95

27. Malandrino P, Latina A, Marescalco S, Spadaro A, Regalbuto C, Fulco RA, Scollo C, Vigneri R,
Pellegriti G.
2011 Risk-adapted management of differentiated thyroid cancer assessed by a sensitive measurement of
basal serum thyroglobulin.
J Clin Endocrinol Metab 96:1703-9.

28. Lombardi CP, Bellantone R, De Crea C, Paladino NC, Fadda G, Salvatori M, Raffaelli M.
2010 Papillary thyroid microcarcinoma: Extrathyroidal extension, lymph node metastases, and risk factors for
recurrence in a high prevalence of goiter area.
World J Surg 34:1214-21.

29. Yu XM, Wan Y, Sippel RS, Chen H.


2011. Should all papillary thyroid microcarcinomas be aggressively treated.
Annals Surg 254:653-60.

- 29 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 30

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

30. Sugitani I, Toda K, Yamada K, Yamamoto N, Ikenaga M, Fujimoto Y


2010 Three distinctly different kinds of papillary thyroid microcarcinoma should be recognized: Our
treatment strategies and outcomes.
World J Surg 34:1222-31.

31. Niemeier LA, Kuffner AH, Song C, Carty SE, Hodak SP, Yip L, Ferris RL, Tseng GC, Seethala RR, Lebeau
SO, Stang MT, Coyne C, Johnson JT, Stewart AF, Nikiforov YE.
2011 A combined molecular-pathologic score improves risk stratification of thyroid papillary microcarcinoma.
Cancer: August 31. Doi: 10.1002/cncr.26425.

32. Hänscheid H, Lassmann M, Luster M, Thomas SR, Pacini F, Ceccarelli C, Ladenson PW, Wahl RL,
Schlumberger M, Ricard M, Driedger A, Kloos RT, Sherman SI, Haugen BR, Carriere V, Corone C,
Reiners C
2006 Iodine biokinetics and dosimetry in radioiodine therapy of thyroid cancer: procedures and results of a
prospective international controlled study of ablation after rhTSH or hormone withdrawal.
J Nucl Med 47:648-654.

33. Remy H, Borget I, Leboulleux S, Guilabert N, Lavielle F, Garsi J, Bournaud C, Gupta S, Schlumberger
M, Ricard M
2008 131I effective half-life and dosimetry in thyroid cancer patients.
J Nucl Med 49:1445-1450.

34. Lippi F, Capezzone M, Angelini F, Taddei D, Molinaro E, Pinchera A, Pacini F


2001 Radioiodine treatment of metastatic differentiated thyroid cancer in patients on L-thyroxine, using
recombinant human TSH.
Eur J Endocrinol 144:5-11.

35. Luster M, Lassmann M, Haenscheid H, Michalowski U, Incerti C, Reiners C


2000. Use of recombinant human thyrotropin before radioiodine therapy in patients with advanced
differentiated thyroid carcinoma.
J Clin Endocrinol Metab 85:3640-3646.

36. Luster M, Lippi F, Jarzab B, Perros P, Lassmann M, Reiners C, Pacini F


2005 rhTSH-aided radioiodine ablation and treatment of differentiated thyroid carcinoma: a comprehensive
review.
Endocr Relat Cancer 12:49-64.

37. Robbins RJ, Robbins AK


2003 Clinical review 156: Recombinant human thyrotropin and thyroid cancer management.
J ClinEndocrinolMetab 88:1933-1938.

38. Taïeb D, Jacob T, Zotian E, Mundler O


2004 Lack of efficacy of recombinant human thyrotropin versus thyroid hormone withdrawal for radioiodine
therapy imaging in a patient with differentiated thyroid carcinoma lung metastases.
Thyroid 14:465-467.

- 30 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 31

Separata 2018 - Vol. 26 N° 4

39. Driedger AA, Kotowycz N


2004 Two cases of thyroid carcinoma that were not stimulated by recombinant human thyrotropin.
J Clin Endocrinol Metab 89:585-590.

40. Pötzi C, Moameni A, Karanikas G, Preitfellner J, Becherer A, Pirich C, Dudczak R


2006 Comparison of iodine uptake in tumour and nontumour tissue under thyroid hormone deprivation and
with recombinant human thyrotropin in thyroid cancer patients.
Clin Endocrinol (Oxf) 65:519-523.

41. Luster M, Sherman SI, Skarulis MC, Reynolds JR, Lassmann M, Hänscheid H, Reiners C
2003. Comparison of radioiodine biokinetics following the administration of recombinant human thyroid
stimulating hormone and after thyroid hormone withdrawal in thyroid carcinoma.
Eur J Nucl Med Mol Imaging 30:1371-1377.

42. Van Nostrand D, Atkins F, Yeganeh F, Acio E, Bursaw R, Wartofsky L


2002 Dosimetrically determined doses of radioiodine for the treatment of metastatic thyroid carcinoma.
Thyroid 12:121-134.

43. Klubo-Gwiezdzinska J, Burman KD, Van Nostrand D, Mete M, Jonklaas J, Wartofsky L.


2012 Radioiodine treatment of metastatic thyroid cancer: Relative efficacy and side effect profile after
preparation by thyroid hormone withdrawal vs. recombinant human TSH.
Thyroid 22: 310-317.

44. Jarzab B, Handkiewicz-Junak D, Roskosz J, Puch Z, Wygoda Z, Kukulska A, Jurecka-Lubieniecka B,


Hasse-Lazar K, Turska M, Zajusz A,
2003 Recombinant human TSH-aided radioiodine treatment of advanced differentiated thyroid carcinoma: a
single-centre study of 54 patients.
Eur J Nucl Med Mol Imaging 30:1077-1086.

45. Tala H, Robbins R, Fagin JA, Larson SM, Tuttle RM


2011 Five-Year Survival Is Similar in Thyroid Cancer Patients with Distant Metastases Prepared for Radioactive
Iodine Therapy with either Thyroid Hormone Withdrawal or Recombinant Human TSH.
J Clin Endocrinol Metab, epub ahead of print.

46. Walsh S, Lowery AJ, Evoy D, McDermott EW, Prichard RS.


Thyroid lymphoma: Recent advances in diagnosis and optimal management strategies.
The Oncologist 2013; 18:994-1003.

47. Alzouebi M, Goepel JR, Horsman JM, Hancock BW.


Primary thyroid lymphoma: The 40 year experience of a UK lymphoma treatment centre.
Int J Oncol. 2012; 40:2075- 2080.

48. Watanabe N, Noh JY, Narimatsu H, Takeuchi K, Yamaguchi T, Kameyama K, et al.


Clinicopathological features of 171 cases of primary thyroid lymphoma: A long-term study involving 24553
patients with Hashimoto's disease.
Br J Haematol. 2011; 153:236-43.

- 31 -
Separata 70 Cancer de Tiroides.qxp_Layout 1 3/9/18 3:27 PM Page 32

Cáncer de tiroides: enfoque clínico

49. Morgen EK, Geddie W, Boerner S, Bailey D, Santos Gda C.


The role of fine-needle aspiration in the diagnosis of thyroid lymphoma: A retrospective study of nine cases
and review of published series.
J Clin Pathol. 2010; 63:129-33.

50. Choi WW, Weisenburger DD, Greiner TC, et al.


A new immunostain algorithm classifies diffuse large B-cell lymphoma into molecular subtypes with high
accuracy. lin
Cancer Res 2009; 15:5494-5502.

51. Aggarwal N, Swerdlow SH, Kelly LM, et al.


Thyroid carcinoma-associated genetic mutations also occur in thyroid lymphomas.
Mod Pathol 2012; 25:1203-1211.

52. Ota H, Ito Y, Matsuzuka F, Kuma S, Fukata S, Morita S, et al.


Usefulness of ultrasonography for diagnosis of malignant lymphoma of the thyroid.
Thyroid. 2006; 16:983-987.

53. Nakadate M, Yoshida K, Ishii A, Koizumi M, Tochigi N, Suzuki Y, et al.


Is 18F-FDG PET/CT useful for distinguishing between primary thyroid lymphoma and chronic thyroiditis?
Clin Nucl Med 2013; 9:709-715.

54. Klyachkin ML, Schwartz RW, Cibull M, Munn RK, Regine WF, Kenady DE, et al.
Thyroid lymphoma: Is there a role for surgery?
Am Surg. 1998; 64:234-238.

55. Tsang RW, Gospodarowicz MK, Pintilie M, Wells W, Hodgson DC, Sun A, et al.
Localized mucosa-associated lymphoid tissue lymphoma treated with radiation therapy has excellent clinical
outcome.
J Clin Oncol. 2003; 21:4157-64.

56. Onal C, Li YX, Miller RC, Poortmans P, Constantinou N, Weber DC, et al.
Treatment results and prognostic factors in primary thyroid lymphoma patients: A rare cancer network study.
Ann Oncol. 2011; 22:156-164.

57. Miller TP, Dahlberg S, Cassady JR, Adelstein DJ, Spier CM, Grogan TM, et al.
Chemotherapy alone compared with chemotherapy plus radiotherapy for localized intermediate- and high-
grade non-Hodgkin's lymphoma.
N Engl J Med 1998; 339:21-6.

58. Jonak C, Troch M, Mullauer L, Niederle B, Hoffmann M, Raderer M.


Rituximab plus dose-reduced cyclophosphamide, mitoxantrone, vincristine, and prednisolone are effective in
elderly patients with diffuse large B-cell lymphoma of the thyroid.
Thyroid. 2010; 20:425-7.

- 32 -

También podría gustarte