Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los contratos, en términos generales, pueden discriminarse entre contratos para la adquisición de los bienes y
aquellos para la adquisición de servicios. Este curso tendrá por objeto estos últimos, entendiendo el arrendamiento,
la garantía, el comodato y el depósito. El curso se evaluará en dos exámenes parciales orales, cada uno del 30% de la
nota, y un final.
Bibliografía
“Los Principales Contratos Civiles y sus Paralelos con los Mercantiles” (José Alejandro Bonivento Fernández)
“De los Principales Contratos Civiles” (César Gómez Estrada)
“Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado” (Luis Claro Solar)
“Las Garantías” (Álvaro Pérez Vívez)
Arrendamiento
El arrendamiento, en términos muy generales, es el cambio de un goce por un precio; pudiéndose gozar de un
bien o de un servicio. El arrendamiento de bienes provee una alternativa a los contratos para la adquisición de la
propiedad, pudiendo explotar de un bien que, siendo útil, no es conveniente adquirirlo. El Código Civil entiende el (i)
arrendamiento de cosas, el (ii) arrendamiento de servicios para la confección de una obra material, (iii) el
transporte. No obstante, con el auge de la legislación laboral, el arrendamiento de criados domésticos resultó
allegársele a la competencia del derecho laboral; por otro lado, el arrendamiento de transporte ha mutado para
allegarse características cada vez más comerciales, aunque mantiene una regulación civil básica.
Arrendamiento de cosas
El arrendamiento de cosas es un contrato por el cuál una parte confiere el goce sobre una cosa, corporal o
incorporal, a cambio de una renta o precio conferido por la otra parte. En Colombia, el arrendamiento de cosas ha
sufrido diversos accidentes legislativos comenzando con la reforma constitucional de 1936, que consagra la
intervención estatal en la economía; que se desarrolló con la Ley 7 de 1943, que dio competencias al gobierno
nacional para decretar disposiciones para hacer efectiva dicha intervención. Respecto del arrendamiento, el
gobierno entonces comienza a dictar decretos con el fin de regular el valor de la renta, no obstante, introdujeron
disposiciones que mutaron sustancial y procesalmente el fenómeno del arrendamiento; en particular, en el Decreto
2221 de 1983 se regularon varios otros aspectos del arrendamiento de inmuebles urbanos. También debe hacerse
hincapié en la regulación que el Código de Comercio introduce sobre el arrendamiento de locales comerciales. Con la
Ley 820 del 2003, el Congreso retoma el arrendamiento de inmuebles urbanos, pero con especial énfasis en aquellos
destinados a vivienda. En una nota sobre los arrendamientos de predios rústicos, el Código Civil dispuso normas
Para fines del arrendamiento de cosas, vale discriminar los bienes que son distinguidos legislativamente. Así, el
arrendamiento de locales comerciales, que son aquellos predios que alojan y conforman un establecimiento de
comercio; está regulado especialmente por el Código de Comercio; el arrendamiento de inmuebles urbanos
destinados a vivienda está regulado especialmente por la Ley 820 del 2003; el arrendamiento de los otros
inmuebles urbanos está regulado especialmente por el Decreto 2221 de 1983. El arrendamiento de bienes
corporales donde un ente público es parte está regulado especialmente por la legislación administrativa. Otro
fenómeno que entiende más a la naturaleza del contrato y no a la de su objeto material, es la aparcería de
inmuebles rurales, que es regulada por la Ley 6 de 1975. No obstante, el Código Civil sigue siendo la piedra angular
de la regulación de todo arrendamiento de cosas, y regula directamente el arrendamiento de cualquier bien distinto
a los susodichos.
El arrendamiento es un contrato consensual por defecto, no obstante que sean comunes los contratos escritos,
sea como formalidad para facilidad probatoria o como condición suspensiva para la perfección del acto.
Objeto
El objeto de todo contrato puede entenderse como el soporte material de la obligación, sea la cosa por dar, hacer
o no hacer (art. 1517 C.C.). En el arrendamiento, el arrendatario tiene una obligación de hacer, en la conferencia de
un goce sobre una cosa por la entrega. Aquél es un goce que es mucho más limitado que el del usufructuario;
además, deriva de un derecho personal que tiene únicamente contra el arrendador; distinto del derecho real del que
goza el usufructuario. El usufructuario, por ejemplo, puede decidir cómo gozar del bien, pudiendo disponer de su
derecho libremente; el arrendatario no puede ceder el arriendo ni subarrendar sin consentimiento del arrendador
(art. 2004 C.C.). La diferencia, como ya se había previsto, está en el derecho personal del que goza el arrendatario,
que, como derecho personal, no puede exigírselo a ningún otro distinto al arrendador, ni siquiera al dueño.
Cosa a arrendar
El objeto como soporte material de la obligación del arrendador en el arrendamiento de cosas debe ser una
cosa, sea corporal o incorporal. Las cosas, para ser objeto de obligaciones, deben tener existencias, siquiera futura,
determinarse y estar en el comercio; así, no pueden ser objeto de obligación alguna los bienes públicos (art. 1518
C.C.). Puede arrendarse toda cosa mientras no sea consumible, salvo aquellas que la ley prohíba; no se pueden
arrendar los derechos personalísimos (art. 1974 inc. 1 C.C.). Pueden arrendarse los bienes embargados y tomarse en
arriendo los bienes propios, pues el arrendamiento no implica la enajenación de la cosa para la solución de la
obligación del arrendador; puede incluso arrendarse la cosa ajena, pero el arrendatario de buena fe tendrá acción de
saneamiento contra el arrendador a la evicción (art. 1974 inc. ii C.C.). El arrendamiento de edificios entiende, por
Renta
El arrendador, por otro lado, tiene como objeto de su obligación dar un precio o una renta; siendo la renta, mal
llamada canon, al objeto de prestación cuando el contrato sea de ejecución periódica. La renta puede tomar la forma
de dinero o de los frutos, naturales o civiles, producidos por la cosa arrendada (art. 1975 C.C.). La renta puede tornar
al contrato en uno de prestaciones conmutativas, si la renta está determinada en una cantidad fija, o en uno
aleatorio, si la renta está determinada en una cantidad variable; por ejemplo, en una cuota de la cosecha producida
El valor de la renta puede determinarse de las formas que se hace el precio en la compraventa (art. 1976 C.C.);
no obstante, si el objeto del arrendamiento es un inmueble urbano, la renta no podrá superar una centésima del
valor comercial del inmueble, que se entenderá el doble del valor catastral (art. 18 Ley 820/2003). A consecuencia, los
contratantes deberán acordar en la renta o su forma de determinación (art. 1864 C.C., art. 1976 C.C.); también podrá
determinarse por un tercero, pero si no lo determina, no habrá arrendamiento; la renta nunca podrá determinarse
unilateralmente por uno de los contratantes (art. 1865 C.C.). La renta también podrá determinarse por el juez,
ayudado de peritos, si se tratare de la renovación del arrendamiento de un local comercial con privilegio de
propiedad comercial (art. 519 C.Co.). La renta incluso puede determinarse por el mercado, si las partes estipularen
que se arrendará al valor de la plaza, donde tomará el valor medio que tengan las cosas análogas en la fecha y el
El arrendamiento de cosas es un contrato bilateral, como tal, cada parte se obliga a prestaciones recíprocas; el
arrendador se obliga a entregar la cosa arrendada, a mantenerla en estado de servir para el fin arrendado y a librar
al arrendatario de toda turbación o embarazo en el goce de la cosa arrendada (art. 1982 C.C.); el arrendatario se
obliga a solver la renta, a darle a la cosa el fin debido por el contrato, la naturaleza o la costumbre, a cuidarla hasta la
culpa leve, a no ceder el contrato ni subarrendar y a restituir la cosa arrendada al final del contrato (art. 1996 C.C.).
Entregar
La obligación de entregar del arrendador es una obligación de hacer que consiste permitir la aprehensión de la
cosa por el arrendatario (art. 1978 C.C.). A la falta absoluta de entrega por culpa del arrendador, el arrendatario
puede desistir del contrato y tiene derecho a la plena indemnización de contratos. Aún cuando parece ser una
obligación de medio, el Código introduce una duda, resolviendo que habrá responsabilidad incluso al error de buena
fe, salvo que la imposibilidad haya sido conocida por el arrendatario o la fuerza mayor o el caso fortuito; haciéndola
parecer una obligación de resultado (art. 1983 C.C.). A la entrega retardada, cabe también la indemnización de
perjuicios bajo las mismas condiciones; pero el desistimiento del contrato no le es permito al arrendatario cuando le
siga siendo útil; podrá desistir, entonces, por el deterioro de la cosa o por la cesación de las circunstancias que
Mantener
La obligación de mantener la cosa en estado de servir para el fin que ha sido arrendada es una obligación de
hacer consiste en gestar el bienestar del bien. A las reparaciones necesarias está obligado, por defecto, el arrendador;
a las reparaciones locativas, el arrendatario; pero también será obligado a todas las reparaciones de daños que se
causen por una fuerza mayor, un caso fortuito o de la mala calidad de la cosa arrendada (art. 1985 C.C.). En términos
generales, las reparaciones necesarias son aquellas que comprometen la estructura y función de la cosa, y que se
hacen indispensables para poder gozar de la cosa; son locativas todas las otras reparaciones. Estas definiciones
devienen de una más bien precaria que prevé el Código Civil, que define a las reparaciones locativas como aquellas
que se deben por el uso ordinario del bien (art. 1998 C.C.), o aquellas que mantienen la cosa arrendada en el estado
de recepción (ver arts. 2028 a 2030 C.C.). Pero el arrendador también será responsable de las reparaciones locativas si
los daños fueran fortuitos o forzosos, si devinieran de la mala calidad de la cosa (art. 1985 C.C.).
El arrendatario está obligado, incluso sin su consentimiento, a soportar la ejecución de reparaciones, salvo que
la reparación pueda ser diferida. El arrendatario tendrá derecho a una disminución de la renta en proporción a la
magnitud del embarazo para el goce de la cosa durante la ejecución de las reparaciones. Si la reparación
embarazaría gravemente, por su magnitud o por su duración, el goce de la cosa, el arrendatario tendrá derecho a la
terminación del contrato. Además, el arrendatario tendrá derecho a la indemnización de perjuicios si la reparación
procediere de causa que existía para el tiempo del contrato, y no le era conocida o previsible, pero sí lo era para el
cargado con ellas, sea porque las hizo necesarias por su culpa, sea porque eran simplemente locativas o sea porque
culposamente no dio noticia al arrendador del daño; si no hubiera podido noticiarlo, deberá el valor razonable de las
expensas necesarias (art. 1993 C.C.). No obstante, el arrendador no está obligado a reembolsar el costo de las mejoras
útiles que no haya consentido deber, pero el arrendatario podrá separar los materiales si aquello no implicara
No turbar
El arrendador está obligado a garantizar un goce útil y pacífico de la cosa, saneando los vicios de la cosa. Por
utilidad, si bien, el lenguaje parece también entender el mantenimiento de la cosa, se refiere verdaderamente a la
garantía que el arrendador le debe al arrendatario sobre la función de la cosa arrendada; el arrendador debe
garantizar que la cosa sirve para aquello que está destinada, natural o civilmente. Si la cosa no sirve para aquello que
está destinada, el cumplimiento estará viciado; si el vicio es grave, pues impide el goce de la cosa, el arrendatario
tendrá derecho a terminar, e incluso rescindir, cuando no ha comenzado a ejecutarse; si el vicio es leve, pues turba el
goce de la cosa sin impedirlo, el arrendatario tendrá derecho a la disminución de la renta. El vicio grave también
justifica la terminación o recisión cuando ha comenzado a existir después de la celebración del contrato sin culpa
El arrendatario tendrá derecho a que se le indemnice por vicios en la cosa que hayan tenido existido antes del
contrato; si al arrendador no le fueren conocidos o previsibles aquellos vicios sólo deberá el daño emergente (art.
1991 C.C.). sin embargo, el arrendatario no tendrá aquel derecho si contrató conociendo el vicio o siéndole previsible
Por paz se entiende la garantía que el arrendador debe al arrendatario para no modificar la cosa (art. 1986 inc. i
C.C.), ni turbar su goce (art. 1987 C.C.), ni dejarlo turbar por otro, siempre que la turbación sea jurídica 1. El
arrendador no deberá desembarazar las perturbaciones en el goce de la cosa para el arrendatario que se produjeran
por vías de hecho de terceros, y el arrendatario estará obligado a perseguir la indemnización de los daños que dellas
surgieran (art. 1988 inc. i C.C.); pero el arrendatario tendrá derecho a ser indemnizado si el turbante fuera el
La evicción de la cosa debe dirigirse al arrendador; si la demanda se dirige al arrendatario, debe responderla,
diciendo quién es el verdadero dueño, (art. 67 C.G.P.) y debe noticiar la turbación al arrendador, so pena de
indemnizar los perjuicios que devinieren por su culpa al arrendador. El arrendador deberá indemnizar al
arrendatario si conociere del vicio que justifica la evicción o le hubiere sido previsible, salvo que el arrendatario
también hubiera conocido del vicio al momento del contrato (art. 1988 incs. iv y v C.C.) Si la evicción prospera, el
arrendatario tendrá derecho a terminar el arrendamiento, incluso cuando prosperare parcialmente y lo que subsista
sea irrisorio; pero si lo que subsiste es significante y la causa de la evicción fuera anterior al contrato, sólo tendrá
derecho a que se reduzca a la renta en la proporción de lo restante (art. 1988 incs. ii y iii C.C.).
Usar debidamente
El arrendatario está obligado a destinar el bien para aquello que se pactó en el contrato; entonces, no podrá
hacerla servir para un objeto distinto al convenido o, a su defecto, al objeto para el que se destina por naturaleza o
1
La turbación de derecho consiste en la evicción, que tiene una persona sobre los derechos de otra.
por costumbre. Si el arrendador falta al debido uso de la cosa arrendada, el arrendador tendrá derecho a terminar el
contrato o a ser indemnizado, incluso dejando subsistir el arriendo (art. 1996 C.C.). Dentro del uso indebido sobre los
edificios arrendados se entiende la destinación ilícita y el subarriendo a quien mantiene una notaría mala conducta;
a la destinación ilícita y aquel subarriendo dan causa para la terminación del contrato (art. 2031 C.C.)
Conservar
El arrendatario está obligado a conservar la cosa arrendada hasta la culpa leve; entonces, estará obligado a
observar la debida diligencia que observa el buen padre de familia para con las cosas propias. Si el arrendador falta
al cuidado debido, deberá indemnizar los perjuicios causados al arrendador, que tendrá derecho a la terminación del
contrato si el deterioro resulta grave (art. 1997 C.C.). El arrendatario también está obligado a hacer las reparaciones
locativas que se hicieren necesarias (art. 1998 C.C.). Se presume que la cosa fue entregada en buen estado, por lo que
suele hacerse un inventario, examinando la cosa a su entrega (art. 2029 inc. ii C.C.); también se presume la culpa del
arrendatario en los deterioros que sobrevengan a la cosa (art. 2005 inc. iv C.C.).
No ceder el contrato
Por la cesión de un contrato, o de la posición contractual, varían las personas que ocupan las posiciones
jurídicas en un contrato, un tercero desplazando a alguna de las partes en el contrato. El arrendatario está obligado a
no ceder el contrato sin autorización del arrendador (art. 2004 C.C.). Si el arrendatario cede el contrato sin
No subarrendar
El arrendatario está obligado a no subarrendar sin autorización del arrendador (art. 2004 C.C.). Por el
subarriendo, la cosa se somete a ser objeto material de un segundo arriendo, donde el arrendatario la da en
arriendo. El subarrendamiento es accesorio al arrendamiento principal, entonces se verá vinculado al destino deste
subarrendatario tendrá acción sobre la indemnización de perjuicios contra el subarrendador por su culpa en la
terminación. El subarrendatario también está obligado a usar y gozar la cosa, a lo menos, en los términos del
Pagar la renta
El arrendatario está obligado a pagar la renta o precio (art. 2000 inc. i C.C.). El valor del precio o de la renta y sus
consuetudinario, la renta de inmuebles urbanos debe pagarse mensualmente, la de rústicos, anualmente; la renta o
precio de mubles deberá ser pagada por período vencido (art. 2004 C.C.). La renta mensual de inmueble arrendado
no podrá superar una centésima del valor comercial del inmueble o parte arrendada, valor comercial que no podrá
El arrendador, para asegurar el pago de la renta, precio o indemnizamiento, podrá retener los frutos existentes
de la cosa, con lo que se guarnece y sus provisiones, siempre que le pertenezcan al arrendatario; se presumirá que
aquellas cosas le pertenecen (art. 2000 inc. ii C.C.). Debido a la relativa ineficacia del derecho de retención del
arrendador, se le concede además la facultad al arrendador de pedir el embargo y secuestro sobre los bienes del
demandado en la presentación de la demanda que comienza el proceso de restitución para asegurar el precio, rentas
e indemnizamientos adeudados; aquella medida cautelar deberá levantarse si no se comienza un proceso ejecutivo
para la solución de aquellas deudas dentro de los 30 días siguientes a la ejecutoria de la sentencia donde prospera la
al arrendador y a pagar las rentas que faltaren por pagar hasta la cesación determinada en el contrato o hasta que,
habiendo desahucio, hubiere casado el contrato (arts. 2003 y 2013 C.C.). Si no se ha fijado el tiempo para el
arrendamiento, sea por la convención o por el uso natural o acostumbrado de la cosa, ninguna de las partes lo podrá
hacer cesar sino por el desahucio; noticiando anticipadamente la cesación. La anticipación de la noticia se deberá en
un lapso equivalente a los períodos para el pago de la renta; lapso que comienza a correr desde el próximo período
(art. 2009 C.C.). No obstante, para el arrendamiento de predios rústicos (ver art. 2043 C.C.) el desahucio correrá por un
año, aunque para edificios (ver art. 2034 C.C.), contarán las condiciones ordinarias.
Restituir
El arrendamiento tiene como objeto cosas no fungibles, entonces debe restituirse la misma cosa que fue
entregada, en primer lugar (art. 2005 inc. i C.C.); además, debe devolverse en el estado que se entregó (art. 2005 inc. ii
C.C.). Sobre el arrendatario recaen las presunciones de que la cosa fue entregada en buen estado (art. 2005 inc. iii
C.C.) y que cualquier daño ocurrido sobre ella lo hizo por culpa suya (art. 2005 inc. iv C.C.); podrá, no obstante,
exonerarse de responsabilidad si demuestra, según un sector de la doctrina, que afirma que es una obligación de
medio, si demuestra diligencia y cuidado suficiente, o, según otro, que afirma que es una obligación de resultado, si
demuestra que el daño sobrevino por una fuerza mayor o un caso fortuito. Si el arrendatario no restituye, habrá de
constituirse en mora cuando sea requerido judicialmente por el arrendador, aún cuando precedido el desahucio (art.
2007 C.C.). Respecto del requerimiento, si bien se ha hecho costumbre renunciar al requisito para la constitución en
mora, la doctrina ha afirmado que es una norma procesal y, luego, de orden público.
extraordinariamente por (i) la destrucción total de la cosa, (ii) extinción por decreto judicial, (iii) extinción del
Expiración
Los contratos de arrendamiento pueden someterse a un plazo definido, cuando el plazo se fija por el acuerdo de
las partes, por el motivo del arrendamiento o por la costumbre, o a uno indefinido. Si el contrato no está definido en
plazo, deberá desahuciarse a la otra parte; que terminará el contrato en el periodo siguiente a la noticia del
desahucio (art. 2009 C.C.), por defecto de la voluntad de las partes, y que es irrevocable sin consentimiento del
desahuciado (art. 2010 C.C.). No deberá desahuciarse si el arriendo está sometido a plazo (art. 2012 C.C.). Si el
arrendamiento resulta estar sometido a un plazo definido para una parte e indefinido para la otra, cada una estará
sujeta a los derechos y obligaciones que les respecta de acuerdo con su posición.
El empresario que, a título de arrendamiento, haya ocupado un inmueble con un mismo establecimiento de
comercio por no menos de dos años consecutivos, tendrá derecho a su renovación salvo cuando el arrendatario haya
incumplido el contrato; cuando el propietario necesite del inmueble para su propia habitación o para un
establecimiento suyo destinado a una empresa sustancialmente distinta de la del arrendatario; cuando el inmueble
deba ser reconstruido o reparado con obras necesarias que no puedan ejecutarse sin la entrega, o demolido debido a
su ruina o para la construcción de una nueva obra (art. 518 C.Co.). En los desahucios del arrendamiento de un
establecimiento de comercio con derecho a renovación por una causal diferente al incumplimiento del arrendatario,
ellos deberán notificarse con al menos seis meses de anticipación a la fecha de terminación del contrato, salvo que
sea ocupado o demolido por orden de la autoridad competente, de lo contrario, el arrendamiento será considera
considerado renovado en las mismas condiciones y por el mismo plazo (art. 520 C.Co.). Cuando el establecimiento de
comercio está sometido a arrendamiento sin plazo, el contrato debería terminarse por el desahucio del Código Civil,
que tiene fin en la terminación del contrato, pero parece que aquél debe dar seis meses para lanzar al inquilino,
como lo dispone el Código de Comercio. También es de notar, que el desahucio es deber del arrendador, no del
arrendatario.
En el arrendamiento de inmuebles urbanos para vivienda, el desahucio opera para terminar el contrato, esté
sometido a plazo o no, o para evitar la renovación del contrato. El desahucio deberá noticiarse con tres meses de
anticipación al lanzamiento y deberá figurar por escrito y enviado por correo certificado a la dirección que debe
registrarse en el contrato; además, se deberá indemnizar el equivalente a tres meses de renta. El arrendatario tendrá
derecho a desahuciar durante el periodo inicial y durante las prórrogas (art. 24 no. 4 Ley 820/2003); el arrendador
tendrá derecho a desahuciar sólo durante las prórrogas (art. 22 no. 7 Ley 820/2003). El contrato de arrendamiento de
inmueble urbano destinado para vivienda se entenderá prorrogado en las mismas condiciones y por el mismo plazo,
siempre que cada parte haya cumplido las obligaciones a su cargo (art. 6 Ley 820/2003). Si el desahucio opera para
evitar la renovación del arrendamiento, deberá noticiarse tres meses antes del vencimiento del término del contrato;
no obstante, no habrá lugar a indemnización. Debido a que la renovación resulta ser un derecho del arrendatario,
aquél no está sometido a requisito alguno para no renovar, distinto al desahucio (art. 24 no. 5 Ley 820/2003)
El contrato de arrendamiento de vivienda urbana puede tomar la forma de un contrato de pensión, donde sólo
se alquila parte de un inmueble, pero se prestan servicios adicionales (art. 4 lit. d Ley 820/2003). El desahucio puede
noticiarse hasta diez días antes del lanzamiento y en cualquier momento, siempre que el arriendo no se haya
desahucio seguirá las disposiciones del Código Civil, no obstante, el Decreto 2221 de 1983 entenderá unas causales
perentorias de terminación y el requisito de noticiar al arrendatario treinta días antes de demandar el lanzamiento,
Destrucción de la cosa
La destrucción de la cosa arrendada funge como causal extraordinaria de terminación del arrendamiento (art.
2008 no. 1 C.C.), no obstante, debido a presunción con la que carga el arrendatario sobre el daño del objeto y la
presunción de entrega en buen estado, la destrucción de la cosa resulta también responsabilidad del arrendatario
La extinción del derecho del arrendador funge como causal extraordinaria de terminación del arrendamiento
(art. 2008 no. 3 C.C.); así, el nuevo dueño no suele estar obligado a adherirse al arrendamiento del cuál no fue parte,
pues el arrendamiento grava a las partes y no al bien. Si el arrendador pierde voluntariamente el juro, o lo pierde
por culpa, deberá indemnizar al arrendatario si el sucesor no estuviere obligado a respetar el arriendo (art. 2019
C.C.); si lo pierde involuntariamente, no lo deberá (art. 2016 C.C.). Sin embargo, si el arrendador se hizo pasar por
No obstante, el nuevo dueño deberá respetar el arrendamiento si adquiere el juro a título oneroso y el
arrendamiento consta en escritura pública otorgada antes de la constitución del título, también deberá respetar el
arrendamiento quien haya adquirido el juro a título lucrativo (art. 2020 C.C.). Si se ha traditado un inmueble, pero no
se ha entregado, el adquirente podrá demandar su entrega; al practicarse la entrega, no podrá privársele la tenencia
al contingente arrendatario que pruebe su título que emane del tradente y se haya constituido antes de la tradición
La extinción del contrato por sentencia judicial debido a una causal consagrada legalmente termina el contrato;
La insolvencia declarada del arrendatario dará derecho a sus acreedores para subrogarse en la posición del
arrendatario si prestan fianza consentida al arrendador, que, a su disentimiento, tendrá derecho a terminar el
contrato (art. 2026 C.C.). A la insolvencia del arrendatario que esté en proceso de reorganización empresarial, no se
terminar unilateralmente contratos periódicos de los que haga parte sin previa renegociación del contrato, salvo que
demandado la terminación del contrato por una causal de aquellas, el proceso deberá suspenderse (art. 21 Ley
1116/2006).
El arrendador podrá hacer cesar el arrendamiento, total o parcialmente, cuando la cosa arrendada necesita
repararse, total o parcialmente, para gozarse (art. 2024 C.C.). No obstante, el arrendador no podrá terminar el
17 de febrero 2020
Son rústicos los predios que estén fuera del perímetro urbano, según quienes se ciñen a su definición formal, o
que se destinan a las labores agrestes, según quienes defiende su definición material. Si bien el Código no se
preocupa por definir qué es un predio rústico, parece adoptar su definición material. El goce de predios rústicos se
determina convencionalmente, a su defecto, por la naturaleza del contenido; a defecto, el colono debe no talar los
bosques que se radiquen en el predio, salvo para el aprovechamiento en el cultivo, pero no podrá aprovecharlos para
el comercio de sus frutos (art. 2038 C.C.) ni para ocupar el espacio para la siembra (art. 2039 C.C.). El colono debe
custodiar el predio para evitar su usurpación, y deberá noticiar al arrendador sobre la turbación de los linderos
siempre que los conozca (art. 2040 C.C.). Si en el predio estuviere aquerenciado ganado, el arrendador tendrá derecho
a explotarlo y a disponer dél, a defecto del contrato; no obstante, deberá restituirlo en edad, calidad y en cantidad a
la terminación del arriendo; si a la restitución no fuera suficiente, deberá fungirse el defecto en dinero (art. 2042
C.C.).
Aparcería
(Ley 6/1975)
La aparcería es una especie de arrendamiento de predios rústicos que entiende la solución de la renta en una
cuota de lo cosechado. La aparcería, como la renta depende del provecho de la tierra en la producción de sus frutos,
entiende la pérdida mutua de la cosecha y la reducción de la renta por aquella pérdida fortuita o forzosa; que no
comercio y que le asegurar permanencia. Aquellos derechos entienden el hacerse cesonario del arrendamiento sobre
el local en el que se opera la empresa si ya hubiere uno, o hacerse arrendatario si no, a que se renueven aquellos
arrendamientos y a subarrendar. El arrendamiento de locales comerciales puede cederse, aun al disentimiento del
arrendador, siempre que resulte de la enajenación del establecimiento de comercio al que accede (art. 523 inc. iii
C.Co.). Si el establecimiento de comercio que contiene un local se enajena y el enajenante es dueño del local, el
adquirente tendrá derecho a que se celebre un contrato de arrendamiento sobre el local (art. 516 no. 5 C.Co.), no
obstante, las cláusulas del contrato no son fijadas por el legislador ni el claro si el adquirente tiene los derechos que
la propiedad comercial daría sobre el establecimiento; aparecería razonable que, como las controversias en la
Renovación
Los contratos de arrendamiento de locales que conforman un establecimiento de comercio no se terminan por
arrendamiento le sea asegurado la renovación debe tener por objeto un inmueble y haberse ocupado por un mismo
de establecimiento de comercio por al menos dos años consecutivos por el mismo empresario (art. 518 C.C.). La
jurisprudencia ha discriminado las calidades esenciales que debe cumplir aquel establecimiento de comercio, que es
un conjunto de bienes dispuesto para el desarrollo de una empresa (art. 515 C.C.), en el atraer clientela comercial,
que se califica según la naturaleza de la empresa, propia, que se califica por el mérito propio en la ejecución del
comercio. Los dos años que se requieren para asegurar la renovación en entiende la ocupación de un mismo
En la renovación de los contratos de arrendamiento se permite que se revisen las cláusulas del contrato; el
derecho de renovación es apenas el derecho del arrendatario a ser ofrecido el bien en arriendo. No obstante, la ley
no establece cómo debe hacerse tal oferta si las cláusulas del arrendamiento variarán, así está en cabeza de los
contratantes estipular cómo se deberá modificar el contrato. Si se llegare a haber controversia en el clausulado de la
renovación, deberán acudir al proceso verbal, donde el juez deberá fijar las cláusulas con ayuda de peritaje que
deberá allegar el demandante (art. 519 C.Co.). El arrendatario deberá continuar consignando los cánones, a lo menos
La renovación podrá evitarse por el incumplimiento del arrendador (art. 518 no. 1 C.Co.). También lo hará si el
dueño del local lo necesitare para su propia morada, o para su propia empresa, siempre que sea sustancialmente
distinta (art. 518 no. 2 C.Co.). El tiempo necesario de morada para que se justifique la falta en la renovación no está
fijado en la legislación comercial, no obsante, en materia de arrendamientos de inmuebles para vivienda urbana lo
fija para un año (art. 22 no. 8 lit. a Ley 820/2003). La naturaleza de la empresa que se hace necesaria para justificar la
falta en la renovación tampoco se hace expreso en la legislación, no obstante, puede entenderse razonablemente que
aquello no debe ser comercial, y si lo fuera, que no compita naturalmente con la empresa ocupante.
Además, se podrá suspender la renovación si el inmueble debe ser reconstruido o demolido por estado de ruina
o reparado con obras que no puedan ejecutarse sin la entrega; reconstrucciones, demoliciones y reparaciones que
deberán ser ejecutadas a cargo del arrendador (art. 518 no. 3 C.Co.). Cuando se reconstruya o se repare el local,
deberá preferirse al arrendatario para ocuparlo sin obligarlo a prima alguna; si el edificio reconstruido o reparado
resultara tener menos locales, se preferirán a los más antiguos sobre los más recientes. El contrato nuevo podrá
divergir del original, pero las controversias que surjan deberán resolverse como en la renovación.
Si el arrendador necesitara el local para su propia morada o para su propia empresa, o se necesitara
reconstruirlo, demolerlo o repararlo, el dueño o codueño deberán desahuciar al arrendatario con al menos seis
meses de anticipación al vencimiento del término (art. 520 C.Co.), y podrá hacerse de cualquier manera. Si el
arrendatario quisiera renunciar a la renovación, no lo deberá desahuciar, pues no está obligado a aquello en la
legislación. En los arrendamientos que no están sometidos a plazo, resultaría razonable afirmar, por defecto de la ley,
que también deberá desahuciarse al arrendatario seis meses antes de la entrega del local, contados a partir comienzo
Subarriendo
El arrendatario tiene derecho a subarrendar la mitad del local, incluso a disentimiento del arrendador (art. 523
inc. ii C.Co.).
El Congreso de la República quiere legislar sobre el contrato de arrendamiento, recogiendo las distintas
disposiciones, que antes de la expedición desta ley, se veían dispersos. La ley tiene como objeto necesario limitar la
injerencia que la autonomía de la voluntad tiene sobre la negociación de arrendamiento que tengan como objeto
material una vivienda urbana, con figuras como la renovación y las causales de terminación.
I. la obligación de matricularse que tiene la persona que se dedica al arrendamiento de vivienda como
II. el deber del municipio, en particular la alcaldía, de vigilar, controlar y inspeccionar los contratados de
Incluso algunos aspectos procesales, que, si bien se encuentran derogados, se reprodujeron en el Código General
I. la posibilidad de embargo y secuestro de los bienes del arrendatario durante el proceso cognoscitivo para
asegurar que tenga patrimonio para asegurar la ejecución de las rentas e indemnizaciones, y cualquier
otra prestación monetaria que devenga del contrato y la vinculación del proceso ejecutivo al cognoscitivo,
dándoles una sola identidad (ver art. 35 Ley 820/2003 y art. 385 C.G.P.);
II. la restitución provisional del inmueble como medida cautelar (ver art. 36 Ley 820/2003 y art. 384 no. 8
C.G.P.);
III. la obligación del arrendatario a acreditar que está solviendo los cánones y los servicios públicos
domiciliarios, si estuviera obligado a prestarlos, durante el proceso (art. 37 Ley 820/2003 y ver art. 384 no.
4 C.G.P.);
IV. la imposibilidad del interponer el recurso de consulta, que no fue reconsagrada en el Código General del
la única instancia cuando se cause por la insolvencia de la renta (art. 39 Ley 820/2003, art. 384 no. 9 C.G.P.)
Consentimiento
El contrato de arrendamiento de vivienda urbana tiene unos particulares elementos que deben convenirse, so
pena de la inexistencia del contrato, que, si bien es absurdo, es la conclusión que debe derivarse de la consagración
de la Ley 820/2003. El contrato de arrendamiento puede celebrarse verbalmente o por escrito y debe consagrar:
objeto del contrato (art. 3 lit. b Ley VI. El plazo al que se somete o el hecho de que
Está prohibido obligar al arrendatario a prestar caución real alguna para garantizar sus obligaciones, expresa o
Los servicios públicos domiciliarios, por la particular forma que son prestados, hacen que la obligación que
deriva de la prestación dellos afecte el inmueble; así, el arrendatario sí debe prestar una garantía en favor de
prestador de los servicios públicos domiciliarios del inmueble, que debe ser equivalente en el valor de dos meses de
Objeto
El objeto material del arrendamiento de vivienda urbana entienden tres características de la cosa: la cosa debe
ser inmueble, debe ser urbano y debe estar destinado, por virtud del contrato, a vivienda. El contrato además tiene
objetos accesorios al inmueble, que consisten en los servicios y cosas que resulten necesarios o accidentales al goce
del inmueble. Aquellos servicios o cosas que sean necesarios para el goce del inmueble se llamaran conexos; aquellos
que sean accidentales al goce, adicionales. Los servicios y cosas adicionales podrán arrendarse accesoriamente al
El arrendatario tiene las mismas obligaciones que tiene cualquier arrendatario de cosas, pero la Ley 820/2003
las especifica en mayor medida, haciendo expresa elementos accesorios de cada obligación que serían entendidos
Solver la renta
La renta del arrendamiento de vivienda urbana puede fijarse en moneda nacional o extranjera (art. 19 Ley
820/2003), pero no podrá exceder en valor al centavo del valor venal de la cosa arrendada, que se entenderá como el
duplo del catastral (art. 18 Ley 820/2003). El valor de la renta se podrá reajustar cada doce meses de ejecución del
contrato bajo el mismo valor de renta, pero se podrá reajustar en la proporción al incremento que haya tenido el
índice de precios al consumidor del año natural anterior, sin excederlo ni exceder el máximo valor de la renta (art.
20 Ley 820/2003). Si el arrendador opta por incrementar el valor de la renta, deberá noticiarle al arrendatario la
fecha en la que el incremento tomará efecto y la proporción de incremento, so pena de serle inoponible el
incremento; pero el arrendatario que solve la renta incrementada, no podrá alegar la falta de noticia ni sus vicios
El arrendatario tendrá que solver la renta, incluso por consignación extrajudicial (art. 10 Ley 820/2003).
Terminación
El contrato de arrendamiento de vivienda urbana se termina por el consentimiento de las partes a terminar. El
contrato de arrendamiento de vivienda urbana no se termina por la llegada del término, pues el arrendatario tiene
derecho a la prórroga automática del contrato (art. 6 Ley 820/2003), no obstante, él podrá renunciar a su derecho o el
El arrendador puede terminar el contrato por un incumplimiento del arrendatario o por su simple voluntad de
terminar del arrendador. El arrendador podrá terminar el contrato por el incumplimiento del arrendatario en sus
II. No solver las obligaciones contraídas por la prestación de servicios públicos domiciliarios si estuviere
V. Turbar reiteradamente a los vecinos en el goce de sus inmuebles (art. 22 no. 4 Ley820/2003).
VII. Contravenir las normas del reglamento de propiedad horizontal (art. 22 no. 6 Ley820/2003).
VIII. Ejecutar mejoras al inmueble sin consentimiento (art. 22 no. 5 Ley820/2003), que resulta la única causa
extraordinaria que dispone la Ley 820/2003, pues el Código Civil apenas disponía que aquellas mejoras no
Además, el arrendador podrá terminar el contrato unilateralmente durante las prórrogas, pero deberá
desahuciar al arrendatario mediante escrito enviado por correo certificado y tres meses antes del lanzamiento, y
deberá prestar una indemnización equivalente a tres meses de renta (art. 22 no. 7 Ley 820/2003). Las rentas que se
deban por los periodos que caigan en el plazo dado en el desahucio no podrá compensarse con la indemnización
El arrendatario puede terminar el arriendo por un incumplimiento del arrendador o por su simple voluntad de
terminar. El arrendatario podrá terminar el contrato por el incumplimiento del arrendador en sus obligaciones con
I. Haberse suspendido la prestación de los servicios públicos domiciliarios que acceden al bien por culpa de
aquel. Si asumiera el restablecimiento del servicio, la renta a la que esté obligado por el contrato de
prestación de servicios públicos domiciliarios se compensará mensualmente con la renta que deba por el
III. La violación de los derechos que la ley o el contrato le reconocen (art. 24 no. 3 Ley 820/2003).
También puede terminar unilateralmente el contrato durante el plazo inicial o sus prórrogas, pero deberá
desahuciar al arrendador mediante escrito enviado por correo certificado y tres meses antes del lanzamiento, y
deberá prestar una indemnización equivalente a tres meses de renta (art. 24 no. 4 Ley 820/2003).
(Decreto 2221/1993)
El Decreto 2221 de 1983 fue el último de los decretos expedidos por el gobierno para regular el arrendamiento
de inmuebles urbanos que no estén destinados a vivienda o no hagan parte de un establecimiento de comercio.
Fundamentalmente, el decreto regula el valor de la renta y un procedimiento especial para iniciar el lanzamiento. La
renta de los inmuebles con un avalúo catastral menor a cinco millones de pesos (art. 2 lit. e Decreto 3817/1982), el
valor de la renta no podrá superar el 1.5% del valor catastral de la cosa (art. 1 Decreto 2221/1993).
Arrendamiento de obras
El contrato de obra es un contrato por virtud del cuál una persona, llamada arrendatario o patrono, se obliga a
solver una renta a cambio de que otra, llamada arrendador u obrador, se obligue especificar una materia; si la
materia estuviera a cargo del patrón, será un arrendamiento de cosas; si la materia estuviere a cargo del obrador,
será una compraventa de cosa futura, con la condición de que sea aprobada por el arrendador (art. 2053 C.C.). La
obra será la materia ya especificada. El arrendamiento de obras difiere del arrendamiento de cosas en cuanto al
consuetudinario, a su defecto, el que fijare peritos (art. 2054 C.C.). También se podrá convenir que el precio sea fijado
por un tercero; si el fijador muriere antes del comienzo de la ejecución de la obra, no existirá el contrato; si muriere
después el comienzo de la ejecución, será reemplazados por peritos (art. 2055 C.C.).
El riesgo de la materia estará sobre el patrono si su pérdida fuera fortuita o forzosa; el riego de la obra estará
sobre el obrero si su pérdida fuera forzosa o fortuita, salvo que la pérdida surgiera por vicios imprevistos o
imprevisibles en los materiales o ya se haya aprobado la obra por el patrón, o estuviera en mora de hacerlo. El
obrador está obligado a noticiar los vicios que conozca de los materiales (art. 2057 C.C.). La obra podrá aprobarse en
todo o por partes (art. 2058 C.C.). El patrón estará en mora de aprobar la obra cuando se haya vencido el plazo
convenido para aprobarlo sin hacerlo o cuando haya sido requerido debidamente para aprobarla (ver art. 1608 C.C.).
El patrono podrá terminar el contrato unilateralmente reembolsándole al obrador los costos de ejecución ya
incurridos y solviendo el valor de la parte en la obra ya realizada y la utilidad que hubiese devengado (art. 2056 C.C.).
Si el patrono alegare que la obra fue realizada indebidamente, la contingencia del incumplimiento decidirá por
peritos nombrados por ambas partes; si el obrero hubiere incumplido por la mala ejecución de la obra, el patrón
tendrá derecho a la indemnización de perjuicios o a la confección de una nueva obra análoga. El resarcimiento de los
materiales podrá hacerse o con otros del mismo género y la misma calidad o con dinero.
El contrato de obra se terminará por la muerte del obrador (art. 2062 C.C.)
Edificación
El contrato de edificación es una especie del contrato de obra donde la obra resulta ser un edificio, un inmueble
artificial por incorporación. Si la obra fuere un edificio, la edificación estuviere a cargo del total de la edificación y se
Deberá no exigir un aumento en el precio, incluso por haberse encarecido la edificación por el aumento en el
valor del salario de sus trabajadores o el de los materiales, ni por haberse hecho agregamientos o modificamientos
Acciones oblicuas
La acción <oblicua> directa es la que tiene el acreedor contra el deudor de su deudor para
acción directa se está exigiendo un derecho del que el titular es acreedor. La acción oblicua
obligación del deudor secundario, es decir, el del deudor del titular de la acción; en la acción
oblicua se está exigiendo un derecho del que el titular no es acreedor, pero en la que tiene
interés.
Garantía decenaria
El edificador, hasta el decenio después de la entrega, es responsable de los vicios en el edificio que lo hagan
amenazar ruina o perecer total o parcialmente, sea por su construmento, por vicio previsible en su fundamento o
por vicio en sus materiales; si los materiales estuvieren a cargo del contratista, será responsable apenas por los vicios
que la hayan sido previsibles (art. 2060 no. 3 C.C.). Esta garantía resulta análoga a la del Estatuto del Consumidor, que
establece, a defecto de otra, una garantía decenaria para la indemnidad de la estructura, pero apenas una anuaria
para la de los acabados (art. 8 inc. Est.Con.); se ha alegado que la garantía decenaria resulta apenas aplicable para el
arrendamiento de obras, no obstante, el artículo prevé el suministro de los materiales por el patrono, que resulta en
una compraventa. La jurisprudencia, no obstante, e imprudentemente ha afirmado que la garantía decenaria apenas
El contrato de servicios inmateriales es una especie de arrendamiento por el cuál una persona, llamada
arrendatario o patrono, se obliga a solver una renta o precio a cambio de que otra, llamada arrendador o servidor,
preste un servicio.
Contrato de hipoteca
La hipoteca resulta la garantía más apetecida en el mercado. De la hipoteca surge un derecho real, el de
hipoteca, que hace al hipotecario acreedor de la cosa dada en hipoteca, sin consideración sobre su dueño (ver art.