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CONTAMINACIÓN AUDITIVA

La contaminación auditiva o sonora, es un problema ambiental que ha generado


afectaciones en la salud de las personas que viven en las áreas urbanas o que las habitan
frecuentemente, esta afectación consiste en ruidos con decibeles más altos de lo que
nuestros oídos pueden soportar o calificarse como saludables.

Así mismo se diferencia entre sonido, que sería una frecuencia armoniosa o normal, y el
ruido que serían sonidos molestos y poco armoniosos, ya que el ruido no solo representa
una molestia para las personas, también es una causante de diferentes enfermedades y
afectaciones como lo ha demostrado en los últimos años la OMS.1

Esta problemática no ha sido tratada con la suficiente atención y profundidad que requiere,
lo que produce la gran desinformación y poca conciencia por parte de la población, además
de no pensarse o plantearse algunas medidas de mitigación correctivas y prospectivas claras
para la reducción de esta problemática y su manejo adecuado.

Este es un fenómeno poco estudiado en cuanto a la relación ciudad-ambiente, la


combinación de ruido constante y permanente, el uso indiscriminado de los ruidos
automotores y las políticas públicas desintegradas provocan una gestión ambiental bastante
incierta y poco clara frente a esta gran e invisible problemática.

Según la directiva europea 2002/49/CE, “el ruido ambiental es definido como un sonido
exterior no deseado o nocivo generado por actividades humanas”. Estos tipos de ruidos
está compuesto por dos componentes, el primer componente es el sonido el cual es medido
en decibelios (dB) y el segundo es el nivel de molestia el cual es subjetivo. Según el nivel
de exposición al ruido en el que se encuentre una persona puede generar problemas en su
salud, estas afectaciones van desde problemas en la audición, hasta hipertensión, estrés y
depresión entre otras dificultades en la salud.

En Colombia la contaminación auditiva es un problema presente en las grandes ciudades,


para la cual el ministerio de medio ambiente promulgo la resolución 0627 de 2006 con el

1
https://www.who.int/mediacentre/news/releases/2015/ear-care/es/
fin de establecer los niveles de ruido permitido en las ciudades, la resolución esta creada
pero no se tiene claridad de las medidas que se deben tomar en el país.

Para la construcción de esta normatividad se realizaron diversos estudios en los cuales se


logro evidenciar que “En general, la mayor polución de ruido en las zonas urbanas
es debida al tránsito, usualmente el ambiente urbanístico se encuentra entre los 80dB(A)
tendiendo valores mayores en las horas pico” [CITATION Cas15 \l 9226 ]. Estos decibeles tan
altos producen dolores de cabeza, presión sanguínea, y afectaciones auditivas.

En general los países de américa latina están permeados por esta problemática y cada vez
avanza más y más, pues se pueden tener algunas medidas en cada país, pero no es visto
como una problemática real al ser invisible no representa mayor relevancia para estos
países, aunque argentina y chile tienen las condiciones más avanzadas de américa latina al
haber creado medidas y conciencia reales para una verdadera mitigación, el resto de países
han descuidado esta problemática.

Quizá no se le ha prestado suficiente atención, pero en unos años podría ser la causante de
2
Tomado de Revisión de la normatividad para el ruido acústico en Colombia y su aplicación, pg268
3
https://contaminacionauditiva.com/
enfermedades desconocidas o tambien llamadas por algunos autores “enfermedades
ambientales emergentes” pues estos ruidos de altos decibelios no afectan solo la parte
mental, sino tambien pueden incrementar en un 12% las enfermedades cardiovasculares,
10% enfermedades digestivas y en un 37% enfermedades neurológicas 4, así que se debe
repensar ¿a qué se está jugando con la salud?, no es solo el claxon de los autos, ni solo las
zonas industriales, es tambien la cultura de las personas, el desconocimiento de la
afectación de dispositivos poco saludables como los audífonos, es la forma de vida que
transmiten de generación a generación, pues al no caer en la cuenta de semejante situación
la terminan naturalizando.

Ahora bien, no se han elaborado grandes estudios sobre la afectación en la naturaleza y sus
ecosistemas pero algunos indican que los humanos definitivamente no son los únicos
afectados pues, las ondas sonoras tienen grandes efectos en la naturaleza, como en aves
afectando la migración de estas o incluso la reproducción como el colibrí, que corteja por
medio de su canto y estos ruidos terminan interfiriendo con su cortejo y así mismo con su
reproducción, en efecto domino esto mismo tambien afecta a las plantas pues el proceso de
polinización se interrumpe y no se lleva el ciclo a su finalidad.

Así mismo están los cetáceos, estos seres utilizan más las capacidades sensoriales y
auditivas que la visión, y ruidos como los producidos por el fracking, pruebas militares,
grandes barcos entre otros, envían ondas sonoras a grandes profundidades, causando la
perdida de una presa en su proceso alimenticio, desorientándolos, y hasta la perdida o
disminución de la audición.
Frente a este panorama tan fuerte y extenso se deben ejercer tambien grandes iniciativas
como el “modelo de ciudad caminable” que pretende generar espacios urbanos en los
cuales se minimice el uso del transporte, se enfaticen las bondades de la movilidad a pie y
en bicicleta, que no solo aportan a esta problemática sino a otras más y se rehabiliten
espacios públicos y áreas verdes.

4
Enrique Figueroa. Catedrático de ecología universidad de Sevilla

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