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El Contrato Moral Del Prefesorado PDF
El Contrato Moral Del Prefesorado PDF
BA/1.(
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el contrato moral 6,~.~f
del profesorado
condiciones para
una nueva escuela
j Miquel Martínez ~~rtf'l.l
~ Desclée De Brouwer
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Derechos exc1usivos
© Miquel Martínez Martín, 1998
© Desclée de Brouwer, 1998
© Primera edición SEP/ Desclée de Brouwer, 2000
©Primera reimpresión SEP/ Desclée de Brouwer, '2001
Coordinación editorial
Lazlo Moussong
Diseño de portada
Alejandro Portilla de Buen
Ilustración de portada
Día de fiesta, 1998,
Román Andrade Llaguno (1959),
gouache sobre amate, 117 x 236 cm (detalle),
colección de Arte de Oaxaca.
Fotografía
David Maawad
ISBN 970-18-5115-3
Impreso en México
PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1. SOBRE EL PROFESORADO .......... : . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1. Introducción .. . . . . . . . . . . . . . . . . •. . . . . . . . . . . . . . . . . 13 ·
2. Algunos indicadores socioculturales . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
3. Sobre las competencias profesionales,. . . . . . . . . . . . . . . . 23
4. Viejas necesidades pedagógicas potenciadas
por la sociedad de la información . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
2. CONDICIONES PARA LA CONSTRUCCIÓN
DE VALORES EN LA ESCUELA .................. , . ·. . . . 39
. 1. Introducción ....... : ·. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
2. Consideraciones teóricas sobre la educación en valores . . . . 41
3. La educación como optimización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
4. Propuesta de mínimos para educar en valores . . . . . . . . . . . 48
3. PROYECTO EDUCATIVO, EDUCACIÓN EN VALORES Y
DESARROLLO MORAL .............................. 57
1. Introducción .................................. 57
2............................................... 60
2.1. Sobre el modelo de ciudadanía y de formación ..... 60
2.2. Argumentos a favor de la.necesidad de la educación
en valores y de la acción pedagógica sobre el
desarrollo moral de la persona . . . . . . . . . . . . . . . . 65
3................................................. 76
3.1. Algunas pautas para integrar la educación
en valores morales en la práctica pedagógica . . . . . . 7 6
3.2. Fases en el proceso de integración de la educación
en valores en la elaboración de proyectos educativos 80
3.2.1. Consideraciones previas ................. 81
3.2.2. Primera fase: sobre el modelo de
ciudadanía y de educación . . . . . . . . . . . . . . 85
3.2.3. Segunda fase: sobre el proyecto pedagógico
y las acciones pedagógicas a desarrollar . . . . . 93
4. Sobre el contrato moral del profesorado ....... : . ..... 108
4.1. Consideraciones generales .................... 108
4.2. La dimensión moral del contrato del profesorado ... 114
4.3. Reflexiones finales para el debate y la elaboración
,, compartida de criterios que regulen el contrato
moral del profesorado ...................... 122
'
11
1.
Sobre el profesorado
l. Introducción
Son muchos los actores que intervienen en este nuevo escenario y qui-
zás sea un buen momento para reubicar algunas de las funciones clásicas
de la escuela en otros espacios educativos más potentes para ejercer tales
cometidos. Pero sin duda la escuela es uno de los actores fundamentales
y debe luchar para seguir siendolo porque es uno de los factores clave en
la construcción de un mundo más equitativo;
década de cada diez tareas, nueve se basarán en las palabras y las ideas y
una en las manos.
También se puede constatar que el éxito personal, en su sentido más
amplio, hoy se basa en las habilidades comunicativas verbales, por escri-
to y orales, y en las no verbales; en el carácter interdisciplinario poliva-
lente y multifuncional de nuestros saberes y en el conocimiento de aque- ·
llos procedimientos y actitudes que permiten superar las fronteras del
espacio físico y cultural y que nos permiten comunicarnos con los otros
y entendernos a pesar de nuestras diferentes formas de sentir y de pen-
sar, y de nuestra ubicación espacial.
El conocimiento de nuevos códigos y de nuevas posibilidades y siste-
mas de comunicación permiten hoy a la humanidad no sólo conservar la
información y transmitirla a otros sino sobre todo seleccionar, organizar
y crear nueva información de forma transversal superando las clásicas
parcelas que bajo la forma de disciplinas del conocimiento han caracte-
rizado la historia de la técnica, de la ciencia y del saber en general.
Ante este panorama el profesorado ha de ser experto en cuestiones
24
transversales y para ello requiere un elevado nivel de cultura general y
de interés y sensibilidad ante lo nuevo. Para ello el docente ha de ser
consciente y estar en condiciones de ser cada vez más gestor del cono-
cimiento que transmisor. Y ha de serlo entre otras razones porque el
crecimiento exponencial del conocimiento no sólo dificulta su adquisi-
ción sino que imposibilita su completa transmisión e, incluso, puede
hacerlo caduco antes de que pueda ser utilizado en su vida activa por
quien aprende. Esto no quiere decir en modo alguno que deba ignorar
su función transmisora y la necesidad cada vez más notable de lograr
unos conocimientos sólidos y bien estructurados en su alumnado. Lo
que quiere indicar es que debe ser capaz de seleccionar aquel conjunto
de conocimientos y habilidades que por ,su relevancia sea más signifi-
cativo.
Todo ello no tan sólo debe suponer un cambio profundo en los pro-
gramas de formación inicial y permanente del profesorado sino que tam-
bién supone un cambio en el concepto de poder que la función del pro-
fesorado y en especial el ejercicio de tal función implica habitualmente.
Sobre el profesorado
4. Es de especial interés-la lectura de la_ obra ESTEVE, J. M., La Jonnación inicial de los
profesores de secundaria, Ariel Educación, Barcelona, 1997.
El contrato moral del profesorado
'
l. Introducción
6. De igual forma que es leída y conocida la obra de GOLEMAN, D., Inteligencia emocio-
nal,. Kairos, Barcelona, 1995; convendría recorrer con especial interés pedagógico la obra
de Xavier Zubiri, en especial ZUBIRI, X., Sobre el sentimiento y la volición, Alianza Editorial.
Fundación Xavier Zubiri, Madrid, 1992.
· Condiciones para la construcción de valores en la escuela
Codificativa
Adaptativa
Proyectiva
lntroyectiva
44
47
i/
Estrategias para aprender a pensar, para la gestión de la
información y la construcción del conocimiento
Recursos pedagó-
gicos potenciado-
res de las dimen- ¡-.. Estrategias de educación moral, construcción del yo y desa-
rrollo de las competencias aurorreguladoras
siones Proyectiva
e Introyectiva
f\.. Estrategias para el desarrollo expresivo, afectivo y emocional
Pero deberíamos añadir a estos valores, que siendo morales son suscepti-
bles de ser enraizados y encarnados de diferenres formas en las diferentes
sociedades y culturas, algunos criterios que guíen el establecimiento de
condiciones para la acción y la práctica pedagógica del profesorado. Estos
criterios son a título de condiciones mínimas, necesarios pero no sufi-
cientes, para educarse.en valores como p~rsonas. Son tres los criterios que
a nuestro entender son fundamentales en sociedades pluralistas y demo-
cráticas que hacen de la defensa y' promoción del pluralismo y del respe-
to a la diferencia y del ejercicio democrático no. sólo una forma de
gobierno, sino una manera de vivir cotidianamente y de crecer como per-
'sonas tanto individual como colectivamente.
Estos criterios son: en primer lugar, el cultivo de la autonomía per-
sonal y de todas las capacidades de la persona que le permiten resistir la
presión colectiva e impedir la .alineación de su conducta; en segundo
lugar, la disppnibilidad hacia el diálogo como la mejor forma, la única
forma. legítima, de abordar los conflictos y las diferencias en torno a
aquellas cuestiones en las que no coincidimos y en tercer lugar, el culti-
52 vo de aquellas disposiciones volitivas y emocionales de la persona que le
permiten ponerse en el lugar del otro y perseverar a tr.avés de la cons-
tancia y el esfuerzo para aceptar y respetar la diferencia, no necesaria-
mente compartida, como valiosa y como una forma de tolerancia activa
capaz de ser aplicada a las diferentes esferas actuales y futuras de la vida.
Dimensiones Objetivos
55
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Proyecto educativo, educación
en valores y desarrollo moral ., '-
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l. Introducción ·..•·-~·~
pero es imposible hacerlo viable sin asumir que la escuela no puede ser
pensada, optimizada ni comprendida en su quehacer cotidiano al mar-
gen del medio interno y externo en el que está inserta y se construye y
en el que, sin duda, adquiere su auténtica significación y sentido comu-
nitario y social.
Lo que a continuación se expone es aplicable también sin mayores
dificultades a otros ámbitos e instituciones que procuren integrar en sus
declaraciones teóricas y en sus prácticas pedagógicas acciones sistemáti-
cas sobre el desarrollo moral y la educación en valores de los que en ellas
participan o se educan formal o informalmente. Es así que lo que sigue
puede ser, así lo hemos constatado, de utilidad para equipos de educa-
dores sociales, educadores de movimientos culturizadores y de tiempo
libre, responsables de formación de formadores, agentes de políticas edu-
cativas y animadores o dinamizadores en ámbitos socio-culturales o de
formación de adultos.
Abordaremos 1~ cuestión a través de tres vectores que en su conver-
gencia pueden hacer eficaz y útil la eláboracióri de proyectos educativos
58 y, consecuentemente, los diseños curriculares en sentido estricto y el con-
junto de acciones pedagógicas sistemáticas que a partir de él puedan
derivarse.
El primero de los vectores se centrará en el análisis de las tendencias
que~ en nuestro contexto, recla~an un modelo de ciudadanía diferente
de la propia de las sociedades industriales. El segundo, se centrará en er
estudio del clima moral de la institución educadora que debe ser la
escuela y en su reconstrucción a través de la 'elaboración de proyectos
educativos docentes ·que contemplen la integración del trabajo pedagó-
gico sistemático sobre el desarrollo moral y la educación en valores. Y el
tercer vector se centrará en el contrato moral que el profesorado deberá
asumir en su ejercicio profesional y que deberá integrar junto a sus dere-
chos y deberes habituales, aquellos que de índole ético, moral y deonto-
lógico comporta su función pedagógica en el contexto de sociedades plu-
rales y abiertas como las nuestras.
Es así que aquel que espere de esta aportación un conjunto de orien-
taciones para la organización de su actividad didáctica en el aula, puede
Proyecto educativo, educación en valores y desarrollo moral
que deba acudir a otros trabajos citados en éste 14 y a los que nos hemos
dedicado anteriormente y, en cambio, encuentre aquí, si así lo consegui-
mos, aquello que no está en los textos habituales al caso y sí en cambio
en el pensamiento y los objetivos de los que se han dedicado a lo largo
de los últimos años a la elaboración de proyectos educativos ·que integren
el tratamiento pedagógico sistemático de los valores morales, educación
moral, y a la formación permanente del profesorado en-ámbitos pedagó-
gico-morales.
En el fondo, sostenemos que no es posible un currículum en educa-
ción moral sin una clara convicción en aquellos que protagonizan la
intencionalidad y la optimización progresiva del currículum, el profe-
•
sorado, de que su función es ante todo y sobre todo moral y ética. Si no
logramos que el profesorado sea consciente y consecuente de que su
contrato es moral y no sólo legal, no podremos avanzar en los objetivos
que obviamente presiden nuestra propuesta curricular en educación
moral.
Quisiéramos, por último, y antes de entrar en el desarrollo y análisis 59
de las tres partes anunciadas, hacer referencia a la importancia de Jo "no
racional" en un currículum de educación moral. Afortunadamente y de
forma semejante a como ocurrió con el reconocimiento público e interna-
cional de la Gestalt y de otros movimientos y escuelas de origen europeo
en temas psicopedagógicos, la publicación reciente de obras de autores
norteamericanos como Goleman" sobre la inteligencia, han confirmado
algunas de las afirmaciones y han consagrado algunos de los argumentos
y desarrollos que, entre otros y en nuestro ámbito más próximo, Alexandre
2.
2.1. Sobre el modelo de ciudadanía y de formaci6n.
Nos referiremos en lo que sigue al modelo de ciudadanía que creemos
reclama la sociedad que compartimos y la que parece dibujarse a la luz
de los indicadores más notables que conforman su evolución actual.
18. DELORS, J., "La educación encierra un tesoro", Informe a la Unesco de la Comisión
Internacional sobre la ed11cación para el siglo XXI, Santillana-UNESCO, Barcelona 1996.
Proyecto educativo, educación en valores y desarrollo moral
19. GIDDENS, A., Más allá de la izquierda y la derecha. El futuro de las pohíicas radicales,
Cátedra, Madrid, 1994.
El contrato moral del profesorado
Es evidente que lo que hemos dicho hasta el momento, puede ser más
que suficiente para destacar la importancia de la educación en. valores y,
en especial, de aquellos valores que contribuyen a la profundización y
conservación de la democracia.
No obstante, existen también otros argumentos a favor de la educa-
ción moral. La educación moral entendida desde una perpectiva co-cons-
tructivista es una de las vías, quizás la más notable, para dar respuesta a
algunos de los temas que han sido identificados como factores de males-
tar en las sociedades modernas y que podríamos considerar como demo"
nios generados por la modernidad.
Entre estos demonios o factores perversos que la sociedad moderna ha
generado por sí misma y sobre todo por defecto de acciones pedagógicas
o socio-culturales correctas, queremos destacar tres, que por su trascen-
dencia pedagógica hemos tratado con más extensión en otros momentos
y han sido tratados. también por otros autores.
• Exceso de individualismo
• Racionalidad instrumental
• Confianza excesiva en el papel tutelar del Estado
3.
3.1. Algunas pautas para integrar la educación en valores
morales en la práctica pedagógica
• CURRICULUM
MANIFIESTO
El contrato moral del profesorado
82 • En la selección de contenidos
RACIONAL
EMOCIONAL
VOUTIVA
Ámbitos Contenidos
Formal: Informativos
Áreas curriculares ~ /
!'- PROGRAMA DE
No formal: -+- ÉDUCACIÓN EN - · Procedimentalcs
Espacios específicos V VALORES """
Informal: / Actitudinales y relativos
Atmósfera institucional a valores
29. Conviene completar las lecturas de las obras citadas con "arras de entre las que que-
remos destacar las siguientes por ser sus autores pioneros en el tratamiento teórico y
piácrico del tema que nos ocupa: ESCÁMEZ, J., La formación de hábitos como objetivo peda-
gógico, Universidad de Murcia; Murcia, 1981; ESCÁMEZ, J.; ORTEGA, P., La enseñan-
za de actitudes y valores, Nau Llibres·, Valencia, 1988. Por su afinidad con lo expueSto
merecen también una especial atención entre otras las obras: HOYOS, G., "Ética comu-
nicativa y educación para la democracia", Revista Iberoamericana de Educación, 7 0995),
65-91; DWORKIN, R. (1990), Ética privada e igualitarismo político, Paidós-Ibérica,
Barcelona, 1993; KYMLICKA, W. (1995), Ciudadanía multicnlt11ral, Paidós-Ibérica,
Barcelona, 1996; THIEBAUT, C., Los /Imites de la com11nidad, Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid, 1992; JORDAN, J. A., La esc11ela mtdtimltural. Un reto para el
profesorado, Paid6s, Barcelona, 1994; RUBIO CARRACEDO, J., El hombre y la ética,
Anthropos, Barcelona, 1987; RUBIO CARRACEDO, J., Educación mQral, pos/modernidad
y deniocracia, Trotta, Madrid, 1996; CORTINA, A., Ciudadanos del 1.nrmdo. Hacia 11na teo-
ría de la cindadanla, Alianza, Madrid," 1997; SAVATER, F., El valor de eduéar, Ariel,
Barcelona, 1997; CAMPS, V., El malestar de la vida pública, Grijalvo, Barcelona, 1996.
·-
Proyecto educativo, educación en valores y desarrollo moral
30. Son de especial interés entre otras las lecturas de los trabajos: HOYOS, G., "Ética y
sentimientos morales", en Ciencia y tecnología, Vol. 14. No 4 (octubre-diciembre 1996),
Colombia, 23-31; SRAWSON, P. F., Libertad y re.sentimiento, Paid6s-UAB, Barcelona, 1998;
y TUGENDHAT, E., Problemas de ética, Crítica, Barcelona, 1988.
Proyecto educativo1 educación en valores y desarrollo moral
l. Basados en criterios
externos y/o demandas
de valores absolutos
• 2 . Basados en Valores
relativos derivados de
opciones personales
3. Basados en la construcción
racional y autónoma de
valores
• Autoconocimiento
• Autonomía y autorregulación
• Capacidades de diálogo
• Capacidad para transformar el entorno
• Comprensión crítica
• Empatía y perspectiva social '
• Habilidades sociales y para la convivenéia
• Razonamiento moral
. _,., .
AUTONOMÍA
DIÁLOGO
CONVIVENCIALIDAD
JUICIO MORAL
,¡ J ~ •
32. BUXARRAIS, M. R.; MARTÍNEZ, M.; E.; PAYÁ, M., Documento de trabajo de la guía
Praxis para el profe.Jorado de ESO. Ed11cación en valores. Contenidos, actividades y recursos (en pre-
paración), Barceloria, 1998.
El contrato moral del profesorado
34. PUIG, J. M., Toma de conciencia y habilidades para el diálogo, Aprendizaje, Madrid, 1993;
PUIG, J. M., Aprender a dialogar, Infancia y Aprendizaje, Madrid, 1995.
35. GIDDENS, A., Más allá de la izquierda y la derecha. Elfiltflro de las políticas radicales,
Cátedra, Madrid, 1994, 122.
El contrato moral del profesorado
-
medio para generar la confianza que permitirá el silencio, la autonomía
y el cumplimiento de los compromisos con los demás.
Pero además, el diálogo, que es más fácil en situaciones de escasa vio-
lencia, ·es en sí mismo generador de reducción de violencia. El modelo
que se propone y el estado ideal que se procura como deseable y valioso
puede ser un buen antídoto contra los fundamentalismos y una buena
forma para sustituir el uso de la violencia y el de la fuerza por el de la
palabra: Probablemente, no será siempre un medio para resolver los con-
flictos pero sí el mejor medio para abordarlos.
No somos ingenuos y sabemos que el problema de la violencia, obs-
táculo serio para la promoción del diálogo, debe abordarse no sólo desde
un prisma pedagógico. También debe abordarse, necesariamente debe
abordarse, desde posiciones que hagan posible la transformación de las
condiciones socio-económicas, culturales y de privación o escaso disfru-
te de derechos humanos·en aquellos sectores de la población que por cir-
cunstancias políticas, de distribución de la riqueza y/o de explotación de
otros sectores, padezcan situaciones que dificulten una cierta simetría en
100
las condiciones del diálogo. Sin tal transformación la voluntad pedagó-
gica no sólo será insuficiente sino que incluso puede generar. actitudes
contrarias al objetivo que persiguen.
Para alcanzar este estado ideal es necesario establecer unos vectores
pedagógicos que, teniendo en cuenta los fenómenos, escenarios y facto-
res del mundo actual, permitan cii'ientar la acción pedagógica de carác-
ter moral que, de forma envolvente pero también sistemática, impregne
el proyect_o pedagógi_co tanto manifiesto como oculto en las ·institucio-
nes educativas.
Estos vectores pueden entenderse como criterios para educar en una
sociedad pluralista a partir del modelo de educación moral basado en al
construcción racional y autónoma de valores en Si~uaciones de interac-
ción social y son eres: cultivo y promoción de la autonomía de la perso-
na; cultivo y promoción de la razón dialógica y del diálogo; y entrena-
miento de la persona para aceptar la diferencia y las contrariedades.
El cuadro que sigue sintetiza lo expuesto hasta aquí y puede servir de
guía para agrupar las dimensiones de la personalidad moral a las que
-
Proyecto educativo, educación en valores y desarrollo moral
Hasta aquí hemos procurado avanzar abordando las dos primeras fases
·señaladas en el cuadro siguiente.
..
Si aquel esquema reflejaba un primer nivel de acuerdo necesario pero
a la vez sólo legüimado a través de la construcción compartida por el
equipo de profesorado o pedagógico, este segundo esquema supone un
segundo nivel de acuerdo que, en el· caso que se produzca, servirá de
esquema de referencia para el diseño de acciones específicas curriculares
o no, actividades propias del tercer nivel de concreción, y para la elec-
ción de esmitegias de educación moral más acordes para el desarrollo y
optimización de las dimensiones y capacidades apuntadas. El diseño de
tales acciones deberá tener en consideración que el listado de dimensio-
El contrato moral del profesorado
• Autoconocimiento
• Autonomía. y autorregulación
• Capacidades de diálogo
• Capacidad para transformar el entorno
• Comprensión crítica
• Empatía y perspectiva social
• Habilidades sociales y para la convivencia
• Razonamiento moral
Uno de los aspectos que en el desarrollo de esta fase debe cuidarse con
especial interés es la correcta aplicación de las diferentes estrategias sus-
ceptibles de promover las dimensiones enunciadas. La experiencia
demuestra que el mejor material aplicado con una deficiente o inade-
cuada metodología puede producir efectos inadecuados cuando no con-
106 erarios a los fines propuestos.
..
40. MARTÍNEZ, M.; PUIG, J. M. (Comps.), Pmpectivas en educación moral, Graó, Barce-
lona, 1991;. MARTÍNEZ, M.; BUXARRAIS, M. R. (Coords.), Comunicación, Lengukje y
Educación, monográfico "Educación moral", 15 (octubre-diciembre ·1992), Pablo del Río
Ed., Madrid; BUXARRAIS, M. R., "Procedimientos y métodos en la Educación moral",
Aula de Innovación Edt~cativa,. 16-17 (julio-agostO 1993), 35-40; PUIG, J. M., La educación
moral en la emeñanza obligatoria, ICE/Horsori, ·Barcelona, 1995; PUIG, J. M., La conJtrucción
de la personalidad, Paidós, Barcelona, 1996; BUXARRAIS, M. R.; MARTÍNEZ, M.; PUIG,
J. M.; TRILLA, J., La educación moral en primaria y Jecrmdaria, Edelvives, Madrid, 1995.
-
El contrato moral del profesorado
41. MARTÍNEZ, M., "La evaluación en Educación Moral", Aula de Innovación Educativa,
16-17 (julio-agosto, 1993), 41-47. De interés al respecto: BOLÍVAR, A., La evaluación de
actitudes y valores, Anaya, Madrid, 1995. ·
Proyecto educativo, educación en valores y deSarrollo moral
42. GHOSHAL, S.; BARTLETT, C., "El nuevo contrato moral", informe preparado para
la Conferencia en conmemoración del XX Aniversario de Euroform conjuntamente con el Scraccgic
Leadership Programme del London Bussines School, 15 y 16 septiembre 1995, El Escorial,
Madrid; PASCALE, R., "La búsqueda del nuevo contrato de empleo", informe preparado
para la Conferencia en conmemoración del XX Anit<ers._ario de Euroform conjuntamente con el
Srraregic Leadership Programme del London Bussines School, 15 y 16 septiembre 1995, El
Escorial, Madrid.
El contrato moral del profesorado
45. CORTINA, A., Ética aplicada y democracia radical, Tecnos, Madrid, 1993, 196.
El contrato moral del profesorado
ni por supuesto como libertad para no enseñar. Por esta razón y por estar
determinados con mayor especificidad 1 los contenidos y métodos en los
niveles no universitarios, la libertad de cátedra tal y como señala el
Tribunal Constitucional, varía en los diferentes niveles educativos. El
contenido positivo en la libertad de cátedra va así, disminuyendo de
forma gradual en la medida en que la analizamos en los niveles inferio-
res del sistema educativo.
Sin embargo y a pesar de que son numerosos los autores que afirman
con argumentos jurídicos y con amparo legal que la libertad de cátedra
tiene un contenido positivo escaso en los niveles inferiores, la libertad de
cátedra tiene un amplio contenido, no tanto en relación con el objeto de
la enseñanza sino con el método y, en especial, el es rilo personal del pro-
fesorado al ejercer su función pedagógica. A pesar de que pueda aceptar-
se que en los niveles superiores la instrucción requiera un método cien-
tífico, es decir, crítico y problemático antes que dogmático y exposirivo,
creemos .que las posibilidades de ejercer el derecho que nos ocupa por
parte del profesorado en los niveles no universitarios, son muy superio-
res a los que Crisafulli" comenta y a los que Lozano atribuye en función 119
de un análisis de la letra de la exposición de motivos de la LOGSE y de
las competencias que esta ley orgánica atribuye al Gobierno y a las
Administraciones educativas.
No es tan evidente que los profesores y profesoras de los niveles no
universitarios rengan una capacidad muy limitada para determinar el
contenido y, aún menos, el método de su docencia. No es ran evidente
que en estos niveles educativos la libertad de cátedra se limite a una
forma de discrecionalidad técnica, a pesar de que de un análisis jurídi-
co estricto como el desarrollado por Lozano pueda deducirse lo contra-
rio.
La discrecionalidad técnica a la que Lozano alude y conceptualiza,
coincidiendo con Kopp," como aquella que es propia de todo profe-
sional que ejerce una rarea que le ha sido encomendada .en razón a su
especial y cualificada preparación en una determinada ciencia o arre
55. Citado por LOZANO, B., 210.
56. Cirado por LOZANO, B., 211.
El contrato moral del profesorado
como por ejemplo la del "médico en una clínica de la ciudad o del esta-
do", es una forma excesivamente laxa de entender la auténtica libertad
de cátedra que el profesional de la educación ejerce realmente en el
contexto del aula y en el marco de la institución educativa a la que per-
tenece.
La concesión que se le atribuye al médico de establecer la terapia a
aplicar en un caso concreto difieren en ~ucho de la que se concede al
profesor o profesora en su interacción con el que se está educando. La
libertad que el profesional de la educación puede ejercer en el cumpli-
miento de su cometido, a pesar de la existencia de criterios profesiona-
les propios dentro del marco de los principios pedagógicos reconocidos
y de los contenidos aceptados de la docencia que le es propia, supone,
además, garantizar los derechos 'de los alumnos y alumnas, de sus
padres y madres y otras exigencias derivadas del derecho vigente. Y es
precisamente en este complejo y nada fácil juego de derechos donde la
discrecionalidad técnica, no en su sentido explícito sino implícito y
oculto, puede suponer un contenido del derecho a la libertad de cáte-
120
dra mucho más relevante y amplio del que del estricto análisis jurídico
puede derivarse.
· Pero si esto es una consideración en relación con la libertad de cáte-
dra de cada profesor y profesora, otra muy distinta por su complejidad
y dificultad es la que reclamamos para el conjunto del equipo del pro-
fesorado de una institución en concreto. Los derechos individuales no
se relacionan sólo con la institución representada por el Estado o la
titularidad privada de la que se trate, sino que también tiene un sen-
tido y alcance pedagógico y ético de indudable importancia en relación
con el resto de los miembros del equipo de profesorado del que se par-
ticipa y que en su globalidad generan un clima moral que supera e
integra las diferentes formas y estilos pedagógicos de cada uno de sus
miembros.
De ahí la importancia no sólo del derecho a la libertad de cátedra
individual de cada profesor o profesora, sino también la importancia del
nivel de contenido compartido que en tal ejercicio se asume como pro-
pio y singular de cada equipo de profesorado y, por lo tanto, de cada ins-
-·---
Proyecto educativo, educación en valores y desarrollo moral
125
----
Epílogo
. 1
60. HOYOS, G., presentación en MEJÍA, O.,Justicia y democracia consensual. La teoría neo-
contractualista de]ohn Rawls, Siglo del Hombre Editores, Ediciones Uniandes, Santa Fe de
Bogotá, 1997, XV-XXX.
Epilogo
lismo clásico .le acusa de ceguera ante las diferencias, de falta de capa-
cidad motivadora y de carencia·de una concepción de.vida buena·: Para
los liberales los derechos fundamentales de libertad y autonomía son
suficientes para fundar 1~ democracia. Para los· comunitaristas tales
derechos no son suficientes. Hace falta fundar la democracia en valores
colectivos, enraizados en la tradición de cada pueblo sin los que es difí-
cil apelar a la solidaridad y a la justicia, fúndamenros de Üs comuni-
lades concretas, Son así los valores propios de una cultura;· los que dan
cuerpo y vitalidad a la democracia. Ciertamente, de' acuerdo con
Rawls, el discurso democrático sólo es posible si en él se integran dere-·
chos fundamentales e identidad personal. Pero también es cierto que,
de acuerdo coñ Habermas, la identidad personal y los derechos funda-·
mentales no se realizan con independencia del contexto, de la historia
y del ethos de un pueblo que se articula comurÍicarlvamente. 61 Los dére-
chos fundamentales liberales se realizan ~n la trama de la comunidad,
sociedad civÚ compleja, en el ámbito de las relaciones interpersbnales,
familiares y grupales, en el mÚndo ,·,,;..
del trabajo,
. .
d~ ..-los' gremios
1 ~'
y 'de los
,• \ ' .
~ 131
sindicatos. Y es en esta compleja'trama en la que'es necesario·y·posi-
ble comprender al otro, mediar en los conflictós, lleg~r acuérdos y a
abordar proyectos colectivos ori~ntados al bie~ común. Propiamente el
y
~spíritu ciudadano, cívico democrático que promuev~n la~ poÍíticas
educativas que proé~ran incrementar los niveles de democracia,' puedé
adquirirse de hechÓ en el seno de la comurlidad,'en la vida cgridia~a y
comple)~ que i~pregna tales tramas y que le dan senddo como comu-
nidad. .
Peto de igual maner~ que un universalismo moral sin rradicümes
puede concebirse como algo vacío, las tradiciones sin algún criterio de
regulación universalisra poseen un punto ciego de dogmatismo, ,o de
inmunización a la crítica. 62 _,La necesidad de una instanc!a crítica qu~
regule el diálogo entre tradiciones, aun siendo reconocida por destacados
61. HOYOS, G. (1997). o.C. pág. XXVII; tarrlbién HOYOS,-G., "Ética comunicativa y
educación para la democracia", Revista Iberoamericana de Educación, 7 (1995), 65.:.91. '
- 62. ELVIRA~ J. C., "Diálogo interculrural, traCiición y ética discursiva", en AAVV.,
Discurso y realidad, en debate con K-0. Apel, Editorial Trotta, Madrid, 1994, 168.
El contrato moral del profesorado
134
.. ,
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