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30- TRIBUNA ABIERTA SÁBADO 7-6-86

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L error más gra- la libertad, hace un de-
ve que han co-
metido los so-
c i a l i s t a s desde su
EL GOBIERNO Y EL RÉGIMEN cenio. Y la confianza
que sentimos en que
no se iba a perder más,
porque existían los me-
acceso al Poder ha Por Julián MARÍAS
sido la tendencia a canismos legales que
identificar su gobierno con el régimen. Por puede permitir la variación de manera mucho distinguían pulcramente los poderes, estable-
cierto, que ya advertí ese riesgo cuando lleva- más amplia que cualquier otro sistema políti- cían la absoluta legitimidad, dinástica y demo-
ban muy poco tiempo ejerciendo el mando le- co. La función de la Corona es ser el eje in- crática de la Monarquía, con sus funciones
gislativo y ejecutivo -antes de que intentaran, móvil que hace posibles los cambios, del mis- capitales de asegurar la unidad y permanen-
con considerable éxito, invadir el judicial,, que mo modo que el eje de una rueda, sin cia de la nación y regular las demás institucio-
no debe nunca ser «mando». moverse, permite la rotación, que puede ser nes, moderando los cambios democráticos de
Al ganar las elecciones en octubre de 1982 vertiginosa, pero el eje permane- todo aquello que corresponde a
tuvieron la impresión de que se había produ- ce inmóvil y es lo que la hace la política.
cido un cambio de régimen. Esto podía expli- posible. Esto es lo que tenemos, lo que
carse por inexperiencia democrática, por ha- Mis preocupaciones de hace no debemos dejar que se dete-
berse formado en un régimen inmovilista, en tres años se han confirmado más riore o se nos arrebate. Es fun-
el cual todo el poder efectivo residía en su ti- aún de lo que era previsible. Hay damental que se mantengan cla-
tular, y todo lo demás era mera delegación re- la tendencia a pensar, por parte ras todas las distinciones que las
vocable en cualquier momento y, por tanto, de los que nos gobiernan, que la esferas de poder, autoridad, ini-
inoperante. Pero además se manifestaba un historia data de octubre de 1982. ciativa sean escrupulosamente
deseo latente de que fuera así, de que la ocu- Con deslealtad para con la reali- respetadas. Y al decir esto no
pación electoral del poder público fuese la dad, que es lo más respetable de me refiero solamente a la legisla-
transformación decisiva de la situación política este mundo, envuelven en un ción, sino todavía más a su usq,
de España. menosprecio global los cinco o al ejercicio de las funciones de
Con esta preocupación, FUNDES organizó seis años anteriores - e l período gobierno, a la argumentación po-
un coloquio con el título «La nueva etapa de en que se ha gozado más plena lítica, a la manera de presentar
la Monarquía. Un cambio en el marco perma- libertad en España hasta donde las cosas, y, sobre todo, a las
nente de la Constitución». (Puede verse un llega la memoria de los hoy vi- Julián Marías pretensiones de los que gobier-
amplío resumen en el número 10 de Cuenta y vientes-, deliberadamente con- nan o aspiran a gobernar.
de la Real Academia
Razón, marzo-abril 1983.) Quiero recordar al- fundidos con el largo tiempo en Española Hay algunas gentes apresura-
gunas de las cosas que dije en la presenta- que se careció de libertad políti- das - o interesadas- que piden,
ción de ese coloquio. Se producen, sin duda, ca. Y de paso con falsedad e injusticia mani- hace ya tiempo, que se diga, como Ortega en
muchos cambios, pero si se dice «el cambio» fiestas, se desconoce el enorme desarrollo septiembre de 1931, «¡No es esto, no es
naturalmente aconteció a fines del año 1975, económico y social en una época a la cual se esto!» Que lo digan si quiren, pero lo curioso
y de manera activa desde junio de 1976. Un pueden hacer —y siempre las hice- las más es que piden que lo digan otros. Se pueden
cambio de Gobierno y de mayoría parlamen- profundas objeciones políticas. hacer muchas críticas a la fase actual de la
taria es un cambio muy importante, pero de Hace pocos días un ministro descalificaba política española, a la actuación del Gobierno
otra magnitud: es un cambio dentro del gran en la televisión todo el pasado anterior a fines o de la que hasta ahora ha sido mayoría par-
cambio iniciado con el establecimiento de la de 1982, sin que quedara claro si había algún lamentaria, se le pude decir «¡no!»—del
Monarquía y con su constitución como Monar- límite en el pretérito a esa repulsa general, modo más adecuado y eficaz, en las urnas,
quía parlamentaria. El cambio de 1982 es un que parecía extenderse a toda la Historia de dentro de unas semanas-, pero ello no quie-
cambio normal y periódico dentro de un régi- España. re decir, ni de lejos, proclamar «¡no es esto!»
men que como tal permanece. Ese régimen sí Se dirá que esto es grotesco, pero la igno- cuando se habla de la situación global de Es-
que significa un enorme cambio, después de rancia histórica y la mala memoria de nues- paña.
muchos decenios en que en España no había tros contemporáneos puede hacer que circu- Ese pequeño, circunstancial «no», que me
propiamente vida política. Había otras cosas: len tales deformaciones de la realidad, que se parece justificado, adquiere su sentido verda-
gobierno, gestión, pero no vida política. implanten en las cabezas ideas cuya falsedad dero - y positivo- dentro de un gran «sí» en-
La exigencia de continuidad es condición no puede hacer más que confunfir las cosas y volvente, que afecta a la realidad política es-
básica de toda política civilizada: hay que par- llevar a los más peligrosos encontronazos. pañola desde fines de 1975. Nuestra
tir de donde se estaba; ignorar la realidad, La identificación de un partido con el Esta- situación, en lo esencial, quiero decir la Mo-
partir de cero, destruye la esencia misma de do es el núcleo del totalitarismo. En la Alema- narquía parlamentaria, con su Constitución
la democracia. El cambio democrático ha de nia nazi y en la Unión Soviética las banderas democrática, su libertad garantizada, sus po-
tener voluntad de integración, de completar lo de partido se convirtieron en las banderas na- sibilidades electorales siempre abiertas, con
que falta, porque toda acción humana, y, por cionales. Si la ideología política tiene alguna su compacta legitimidad social, su estabilidad
tanto, política, es incompleta, deficiente. Y vinculación con esas actitudes, aunque sea y permanencia, es excelente. Y es ella la que
hay que reducir lo partidista al mínimo inevita- en forma mitigada y diluida, el peligro es evi- nos permitirá rectificar los errores ocasiona-
ble. dente. Y lo aumenta el haberse formado en la les, salvar los peligros, combatir civilizada-
En España esa continuidad tiene un instru- España del régimen anterior, que sin llegar a mente y en concordia para que España siga
mento especialmente valioso que muchos paí- aquellos extremos mantuvo el partido único y aumentando su libertad, su prosperidad, su
ses quisieran poseer: la Corona. Por estar la acumulación en una persona de todos los prestigio. Basta con distinguir el gobierno,
fura de la política, por encima de los partidos, poderes y magistraturas. Ahora que se habla cualquier gobierno, del régimen.
tanto de «herencias» hay que recordar ésta,
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ABC (Madrid) - 07/06/1986, Página 30

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