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ABC

EDITADO POR R E D A C C I Ó N
PRENSA ESPAÑOLA ADMINISTRACIÓN
SOCIEDAD ANÓNIMA Y T A L L E R E S
12 DE ABRIL 1984 SERRANO, 61-MADRID-6*
FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA

•«••• que quedan reduci-


P
l O C O S meses
después del
cambio de ré-
gimen, del adveni-
EL SENTIDO PRIMARIO IIti
ULL
das cuando la socie-
dad es acosada por
la política, que va
miento de la Monar-
quía, e s c r i b í un
artículo titulado «Totalitarismo ambiente»,
TOTALITARISMO
se restringe indebidamente a algunas de
mermando su terreno
propio y la va de-
jando sin capacidad de reacción y, sobre
que curiosamente no apareció en el diario todo, de iniciativa.
madrileño al que lo envié. Lo incluí, sin em- sus manifestaciones más espectaculares, y
La condición capital de un país es su w-
bargo, en el volumen La devolución de Es- no se aplica a lo que conduce, por sus
talidad: es la que permite superar las situa-
paña, y por ello es fácilmente accesible. Me pasos contados, a esas manifestaciones ciones difíciles y seguir inventivamente
parece interesante, sin embargo, recordar (que suelen ser irremediables e irreversi- hacia adelante. Es lo que encontramos a
lo que era el núcleo principal: la distinción bles). fines de 1975, cuando se descubrió —yo
entre un régimen (o un Estado) totalitario y Enumeraba yo en fecha ya lejana algu- estaba seguro de ello— que la sociedad
lo que es sólo su preparación, su tentación nos de ios campos en que se realiza esa española estaba viva, no anestesiada y
o su riesgo: el espíritu totalitario, que puede intromisión de la política: «La religión, el amortecida por una larga presión ejercida
llegar a solidificarse y adquirir fuerza social deporte, las modas, la vida literaria, el cine, sobre ella. Ciertas libertades personales y
en un ambiente. el sexo, la escuela, la música, la familia, el sociales (aunque no ciertamente políticas)
La primera manifestación de ese espíritu amor, el comercio, la Universidad, las figu- se habían mantenido vivas, a pesar de
suele ser el uso de las palabras, que poco ras del hombre y de la mujer, la significa- todos los pesares. Entre ellas —no lo olvi-
a poco van siendo desplazadas de su signi- ción del niño (antes y después de nacer), el demos, porque es esencial— una libertad
ficación normal, «abierta», y transformadas lenguaje, la pintura, la arquitectura, el pai- económica, sin duda perturbada y maltre-
en algo que la lengua llama finamente saje, el ocio, la esperanza de otra vida, cha, pero que permitía trabajar para una
«tendencioso». Cuando esto ocurre, todo es aprovechado, utilizado, invadido, empresa que no fuera estatal, comprar
cuando ciertas palabras inocentes o tal vez manipulado con un propósito político donde cada uno quería, publicar artículos o
valiosas son «blandidas» contra hombres, puesto al servicio de una u otra tesis, de-un libros libremente contratados con criterios
grupos u opiniones, lo peor que puede Estado, de una forma de gobierno.» intelectuales o de rendimiento, no políticos
pasar es que los que hablan esa lengua se Casi parece un ejemplo de «enumera- (aunque tuviesen que pasar por una ina-
amedrenten y dejen de usar esas voces, ción caótica»; pero si se repaáa, si se lleva ceptable censura, de desigual gravedad
entregándolas así a ia manipulación, sacrifi- según las épocas y los géneros, que perso-
la cuenta de cuáles son las porciones de
cándolas a los que previamente las han nalmente nunca acepté, ya que publiqué
realidad que son objeto de asedio político, fuera lo que no era autorizado dentro). Es
violentado. es difícil evitar cierto sobresalto. ¿Cuántos decir, que en una época larguísima, domi-
Pero lo decisivo es la politización de lo de esos campos vitales están abandonados nada por el espíritu totalitario, se mantenía
que no es político. Cuando en un país no a la libre espontaneidad de los individuos, vivo precisamente aquello que escapaba a
hay política, es inevitable —aunque lamen- de los grupos sociales nacidos de su inte- él, y eso fue el fermento que permitió
table— que todo se politice en mayor o racción, a la sociedad en su conjunto? Es desde 1976 el renacimiento de la libertad y
menor grado. Cuando la hay, y tiene su decir, ¿en cuántos se mantiene la plena li- la espontaneidad.
lugar en la sociedad y sus cauces propios, bertad necesaria para la creatividad, para Los españoles —y no sólo los españo-
es indisculpable. Es un despojo que unos que los hombres y mujeres vivan con hol- les— tienen cierta confusión política. En
pocos hacen a todos ios demás: un grupo gura, desde sí mismos, sin interferencias ni España es más explicable que en otros lu-
a todo un pueblo. Con ello se mina ia es- vigilancias ni «orientaciones» según un pro- gares, por haber estado privados desde
pontaneidad social, se da una carga polí- grama? En eso consiste principalmente la 1936, es decir, durante cuarenta años, de
tica a lo que no debe tenerla, se introduce libertad ambiente, la efectividad; es curioso esa decisiva dimensión humana. Pero en
un elemento de discordia en lo contrario, el abuso desdeñoso y negativo que se ha casi todas partes el uso ambiguo de los
que es la convivencia, se inicia la manipu- hecho en los últimos veinte años de la ex- nombres, las etiquetas intencionadas, la
lación del fondo creador de la vida de un presión «libertades formales», contrapo- transformación de las denominaciones tra-
país. niéndolas a otras llamadas «reales»; siem- dicionales, todo ello ha conducido a que
El totalitarismo —advertí hace ocho pre he creído que las libertades formales muchos anden desorientados y no sepan a
años—, antes de dominar el Estado, se son las que informan y constituyen una so- qué carta quedarse. Eso explica las sorpre-
abre camino hacia él a través de la socie- ciedad, la condición inexcusable para que sas que suelen darse en tiempo de eleccio-
dad; si esto se hace con suficiente destreza existan las otras, incluso para que puedan nes.
y persistencia, puede ser «innecesaria» la ser exigidas o se proclame su ausencia. Yo propongo hacer menos caso de los
transformación explícita del Estado. Quiero nombres, de los programas, de las declara-
' Pero se podría encontrar otro sentido peyo-
decir que si los resortes vitales de la socie- ciones de los políticos y atender más a dos
rativo de «libertades formales»: agüeito a lo cosas. La primera —algo en que tengo la
dad se van amortiguando, si ésta va ce-
diendo parcelas sucesivas de su inspira- parte mayor y mejor de mi confianza—, la
ción, de su capacidad de creación, de su cara de las personas (sobre todo con su
holgura, de su elasticidad, que le permite expresión viva, en movimiento, eso que
reaccionar a los estímulos y rechazarlos maravillosamente nos da la televisión). La
cuando es menester, entonces casi no otra, en qué medida cada uno de los parti-
hace falta que se altere la estructura formal dos que aspiran a nuestros votos va a
del Estado, cuya prepotencia queda asegu- dejar en paz, en santa libertad, todos esos
EDICIÓN INTERNACIONAL
rada por la pasividad de la sociedad a la campos de la actividad humana que antes
cual debería servir. enumeré, o se va a dedicar concienzuda-
El núcleo decisivo es la convicción de Un medio publicitario único mente a poner sus manos en ellos. Perso-
que todo importa políticamente, de que para transmisión de mensajes nalmente, a eso me atengo.
nada es indiferente o ajeno a la política. comerciales a ciento sesenta
Ese es el sentido más propio yrigurosode naciones
la palabra «totalitarismo», que tantas veces Julián MARÍAS
de la Real Academia Española

ABC (Madrid) - 12/04/1984, Página 3


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