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ORGANIZACIONAL
2019
José Angel Maldonado
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Contenido
INTRODUCCIÓN................................................................................................................................. 3
EL CAMBIO ORGANIZACIONAL ...................................................................................................... 5
Relación entre el Desarrollo Organizacional y el Cambio Organizacional ........................ 9
Valores requeridos para el cambio organizacional............................................................ 12
Cambio organizacional basado en las personas ............................................................... 24
LA NECESIDAD DEL CAMBIO........................................................................................................ 27
Los factores necesarios para el cambio ............................................................................. 32
Tipos de cambio .................................................................................................................... 35
Estilos de Cambio .................................................................................................................. 35
EL PROCESO DE CAMBIO ORGANIZACIONAL ........................................................................... 48
Cómo prepararnos para el cambio ...................................................................................... 49
Poniéndose manos a la obra ................................................................................................ 51
La planificación ...................................................................................................................... 53
La comunicación ................................................................................................................... 55
Cómo emparejar personas con objetivos ........................................................................... 56
La gestión del rendimiento ................................................................................................... 58
La creación de nuestro propio marco cultural ................................................................... 59
El reconocimiento .................................................................................................................. 60
Proceso de cambio ................................................................................................................ 60
El proceso de cambio desde el punto de vista personal .................................................. 65
La singularidad de cada proceso de cambio ...................................................................... 68
Una estructura para facilitar procesos de cambio ............................................................. 69
Pasos para la aplicación de la estrategia de cambio ......................................................... 72
Proceso de 8 pasos hacia al cambio ................................................................................... 79
LA RESISTENCIA AL CAMBIO ....................................................................................................... 84
Errores principales que se cometen al enfrentar un proceso de cambio organizacional86
Estrategias para enfrentarlos ............................................................................................... 91
La resistencia al cambio ....................................................................................................... 92
Vencer la resistencia ............................................................................................................. 98
LOS AGENTES DE CAMBIO ......................................................................................................... 100
El liderazgo ........................................................................................................................... 101
Perfil del agente de cambio ................................................................................................ 103
Papel y funciones del agente de cambio .......................................................................... 105
Agentes de cambio externos e internos ........................................................................... 108
Cómo ser un agente de cambio efectivo ........................................................................... 110
LA GESTIÓN DEL CAMBIO ........................................................................................................... 112
El Talento Humano en el proceso de cambio ................................................................... 112
1
Gestión efectiva del talento humano ................................................................................. 113
Modelo del Iceberg. ............................................................................................................. 117
La transición......................................................................................................................... 118
El cambio de la cultura organizacional ............................................................................. 123
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS............................................................................................... 127
........................................................................................................................................... 128
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INTRODUCCIÓN
Mediante una breve reflexión nos damos cuenta que con el transcurso del tiempo
las cosas varían, cambian, en múltiples situaciones crecen, se empequeñecen,
adquieren otra forma, envejecen, mueren. Lo planteado puede ocurrirle a los seres
vivientes u otros elementos materiales cualesquiera, como consecuencia de
factores externos o internos, según sea el caso.
Cualquier cambio ocasiona ansiedad, estrés, miedo ante la pérdida del equilibrio lo
cual es necesario contrarrestar para restablecer nuevamente el equilibrio.
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Todo cambio es dinámico, no es estático, se tiene que establecer una gestión del
cambio que lleve una planificación de estrategias motivados por diversos factores
lo que garantice un resultado positivo de acuerdo con los objetivos establecidos
para la organización, grupo o individuo que haga frente a los requerimientos del
cambio. Éste mismo que puede ser impuesto o voluntario implica una acentuación
personalizada y subjetiva que involucra individuos y la sociedad en general
incluyendo también a cualquier organización pero éste puede llevarse mucho
tiempo en establecerse.
Definiciones de cambio
Existen diversas definiciones de cambio ya que dependen del contenido del mismo
y del proceso usado. Un significado actual del cambio: Implica la cristalización de
nuevas posibilidades de acción (políticas, comportamientos, modelos,
metodologías, productos o ideas de mercado), basadas en la recapitulación de los
modelos de la organización.
Otras definiciones establecidas desde la perspectiva del individuo como agente del
cambio señalan que en un cambio real hay una pérdida, ansiedad y lucha,
proponiendo que el cambio puede resultar ser doloroso, si es un cambio real ya que
puede ser impuesto o voluntario. El cambio impuesto puede resultar de eventos
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naturales o reformas deliberadas, y el cambio generado voluntariamente es porque
se encuentra insatisfacción, inconsistencia o intolerancia de la situación actual.
Hemos estudiado las organizaciones teniendo en cuenta que son sistemas abiertos,
y como tal con una interrelación y una interdependencia con el entorno, lo cual
permite que estas sean vulnerables a las variaciones que ocurren en el ambiente.
De igual manera, como cada organización conforma un sistema, está integrada por
subsistemas cuya variación en alguno de estos trae consigo una afectación en los
demás, así como en la organización en general.
EL CAMBIO ORGANIZACIONAL
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Cambio Organizacional xt
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Organizaciones Fu
Una gestión empresarial óptima facilita que todo proceso de cambio en una
organización se lleve a cabo de manera satisfactoria para todas las partes
interesadas y en un periodo de tiempo relativamente corto. Por el contrario, una
dirección desatinada o una ejecución incorrecta traen consigo la falta de motivación,
implicación y productividad de los empleados. Como resultado, su compromiso
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desaparece, la consecución de objetivos se vuelve escurridiza y todo el mundo vive
en un ambiente de “sálvese quien pueda”.
Por lo tanto, ante todo, es necesario exponer que lo primero es estar consciente de
la existencia de una situación que requiere de un cambio organizacional, que existe
una solución y que debemos encontrarla, este estado de ánimo y convicción es
necesario no sólo trasladarla a los demás trabajadores sino garantizar que tome
carácter interno en los mismos.
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La modificación en las características de la fuerza laboral (nivel educativo,
aspiraciones, necesidades familiares, valores) ha generado en los últimos tiempos
una fuente endógena de cambio bastante fuerte. En esta época postmoderna, los
individuos que conforman las organizaciones piensan, sienten y actúan diferente a
sus predecesores Los modelos clásicos de cambio (estructural y tecnológico) no
son ahora suficientes para lograr los cambios deseados. Comenta Martínez (2003)
que el mundo de hoy se caracteriza por estar interconectado de manera tal que
todos los fenómenos son recíprocamente interdependientes y que para describirlo
necesitamos una perspectiva más amplia, holista y ecológica que no pueden
ofrecernos las concepciones reduccionistas. Los modelos clásicos caen en esta
categoría, de allí posiblemente su historial de fracasos en los últimos tiempos.
Gibson et al. (1996), plantean otra perspectiva que se sitúa, según ellos, a medio
camino entre los dos enfoques antes mencionados: Reeducación. Explican los
autores que la reeducación implica un conjunto específico de actividades en las que
se reconoce, que ni el poder ni la razón por sí solos pueden generar el cambio
anhelado. Ese conjunto de actividades es la esencia de lo que en las últimas tres
décadas del pasado siglo se llamó Desarrollo Organizacional (DO) como modelo de
cambio organizacional basado en las personas y que ahora a la luz de las ideas
postmodernas, es simplemente la forma natural de cambiar organizaciones: Cambio
en los patrones de conducta de los empleados, concentrándose en sus habilidades,
actitudes, percepciones y expectativas en el ámbito individual, grupal y
organizacional, a fin de trasladar a la organización entera a un nivel superior de
funcionamiento; es un cambio de la organización, a través de las personas, a través
de sus valores y donde la estructura y la tecnología giran alrededor del hombre.
Se requiere conocer, en primer lugar, cuales son los valores que promueven la
participación de los individuos en los cambios; y en segundo lugar, si esos valores
están presentes en la organización estudiada. Lo anterior implica, por una parte,
estudiar las características de las organizaciones en la postmodernidad para saber
cuáles valores están positivamente relacionados con ella; y por la otra, al conocer
los valores, estudiarlos detalladamente para definir cuáles son los indicadores de
su presencia en una organización en particular.
Este fue el trabajo que se llevó a cabo y se pretende con él, proporcionar a todas
las organizaciones en esta nueva era, una guía que les permita diagnosticar.
¿Qué es el cambio?
¿Cómo se manifiesta?
¿Qué efectos pueden ocurrir en el sistema organizativo?
¿Cómo enfrentarlo?
¿Qué acciones tomar?
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Una situación en la cual se hacen variaciones en las estructuras, en la tecnología,
en el comportamiento de las personas, u otro aspecto, lo cual permita la adaptación
a la situación ambiental, permitiendo una estabilidad con la cual se pueda garantizar
la misión.
Como se aprecia la esencia es lograr el paso de una situación existente hacia otra
que se desee, donde lógicamente exista una dinámica o sea hay movimiento y
además transformación.
Cabe destacar que cuando los cambios se dan, la situación dentro de una
organización no es sencilla, pues en ocasiones no existe la disposición para aceptar
tales modificaciones. No obstante, para poder realizar un cambio, debe involucrarse
el esfuerzo de todos los miembros de la organización. Asimismo, el cambio
organizacional es el proceso que se sigue para modificar a una organización.
Una organización debe reconocer cuándo aceptar los cambios, así como aprender
a administrarlos y, sobre todo, saber identificar e inducir al personal para aceptar el
cambio, tanto en niveles gerenciales, como en los operativos. Sin bien es cierto que
si se propician cambios en las empresas, no hay que eliminar de forma drástica los
métodos anteriores con los que se venía operando sino hacerlo de manera
paulatina, para que el personal se adapte y acepte tales modificaciones.
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Relación entre el Desarrollo Organizacional y el Cambio
Organizacional
El Desarrollo Organizacional (DO) busca instrumentar un cambio individual y
organizacional, para que una empresa pueda adaptarse a las fuerzas de cambio.
Esta es una amplia definición. Aplicable casi a cualquier técnica, política o práctica
administrativa utilizada en un intento deliberado de cambio personal en una
organización o de la organización en sí misma para lograr sus objetivos. El término
clave es cambio. Las intervenciones pueden comprender desde la instrumentación
de cambios en el diseño de plantas, hasta proveer al personal de las experiencias
para que crezca su puesto, o una efectiva comunicación para seleccionar miembros
de una organización.
1
Beckhard fue profesor adjunto en el MIT Sloan School of Management de 1963-1984.
Murió el 28 de diciembre de 1999 a la edad de 81 años en la ciudad de Nueva York, Estados
Unidos.
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predominantes en su grupo de trabajo, este aspecto debe ser entendido
y manejado por la gerencia del desarrollo organizacional.
5. Cuando ocurre un cambio, el grupo busca el equilibrio intentando regresar
al estado o situación anterior, percibido como una mejor formar de ser y/o
hacer las cosas. Cada presión a favor del cambio, por lo tanto alienta una
contrapresión del grupo.
6. La comunicación es vital en el momento de consolidar un cambio. Ya que
este puede llegar a parecer injustificado cuando la gente no cuenta con
elementos para ver claramente que sus beneficios compensan sus costos
económicos, sicológicos y sociales. Por lo tanto cada cambio deberá
basarse en un análisis costo/beneficio que tome en consideración todas
sus implicaciones, y deberá estar precedido por suficiente información
para el personal.
7. Entre los implicados en el cambio hay distintos niveles de tolerancia al
estrés que el mismo produce. En todo caso, rebasar el umbral de
tolerancia puede dañar la salud física y sicológica de los individuos.
8. La existencia de personas muy bien preparadas o muy inteligentes no
necesariamente significa que el grupo comprenderá y aceptará mejor el
cambio. A veces sucede lo contrario, porque el grupo utiliza su capacidad
para racionalizar o justificar los motivos de su resistencia al cambio.
9. Si el gerente como promotor del cambio hace que sus colaboradores
participen activamente del proceso, logrará niveles de apertura y
colaboración muy superiores a los que obtendría si únicamente se limitara
a informarles acerca de los antecedentes, naturaleza y forma de
implantación cambio.
10. Aunque sea el gerente de desarrollo organizacional el que inicie los
cambios, los resultados finales siempre dependen en gran medida de los
colaboradores y su actitud hacia dicho cambio.
Los cambios organizacionales suelen requerir que alguien actúe como catalizador
y asuma la responsabilidad de manejar el proceso de cambio; es decir, un agente
de cambio. Un agente de cambio podría ser un gerente dentro de la organización o
algún otro empleado; por ejemplo, un especialista en cambios perteneciente al
Departamento de Recursos Humanos, o incluso un consultor externo. Para cambios
importantes, por lo general una organización contrata consultores externos que les
brinden consejo y apoyo.
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El mundo moderno se caracteriza por un ambiente que cambia constantemente. El
ambiente general que rodea las organizaciones es dinámico en extremo y exige de
ellas una gran capacidad de adaptación como condición primordial para sobrevivir.
El DO es una respuesta a tales cambios. El mundo moderno se caracteriza por
cambios rápidos, constantes y progresivos. Las transformaciones científicas,
tecnológicas, económicas, sociales, políticas, etc. actúan e influyen en el desarrollo
y en el éxito de las empresas en general, ya sean industriales, de servicios,
organizaciones públicas, hospitales, bancos, universidades.
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todos enfocados al marketing, todos escuchan, todos piensan, todos hablan, todos
ven, todos venden en todo lo que hacen.
Delegación de autoridad
Para Stoner et al (1996:389), el delegar facultades no es otra cosa que otorgar a los
empleados la libertad y la responsabilidad de efectuar su trabajo de acuerdo con su
criterio, sin tener que dirigirse continuamente a autoridades de mayor nivel para
conseguir autorización; de manera más formal, señala el autor que, delegación es
“El acto de asignar a un subordinado la autoridad formal y la responsabilidad para
que realice actividades específicas”.
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Agregan estos autores, que aun cuando la elaboración de organigramas, y
descripción de metas y deberes administrativos contribuyen a la eficaz delegación
de autoridad, ciertas actitudes personales son indicadores de una delegación real:
Receptividad: Uno de los atributos básicos que debe tener un gerente que
delega, es la disposición a conceder que otras personas pongan en práctica
sus ideas. La toma de decisiones supone cierto grado de discrecionalidad,
de modo que es probable que las decisiones tomadas por un subordinado no
sean iguales a las que habría tomado el superior. El jefe debe no solo aceptar
de buen grado las ideas de los demás, sino también apoyarlas, colaborar con
su puesta en práctica y elogiar su inventiva.
Disposición a ceder: Para delegar autoridad eficazmente, un administrador
debe estar dispuesto a ceder a sus subordinados el derecho a toma de
decisiones, aun cuando él podría realizarlas mejor que ellos. En muchas
empresas los administradores o dueños de empresas continúan tomando
decisiones subalternas cuando ascienden en el nivel jerárquico o sus
empresas crecen tanto que ameritan la delegación. En este sentido, los
administradores deben aplicar la ley de la ventaja administrativa comparativa,
es decir que ellos pueden realizar mayores contribuciones a una empresa si
se concentran en las tareas más importantes para los objetivos de la
organización y asignan a sus subordinados sus demás actividades, aún en
el convencimiento de que el superior las realizaría mejor que el subordinado.
Disposición a permitir que los demás cometan errores: La persistente
supervisión de los subordinados a fin de evitar que cometan errores, vuelve
imposible la verdadera delegación de autoridad. Aun cuando un gerente no
va a permitir que alguien de su personal cometa un error que dañe a la
compañía o a él mismo, es necesario entender que todas las personas
cometen errores y se debe permitir al subordinado cometerlos y considerar
su costo como parte de la inversión en desarrollo de personal. Una paciente
asesoría, el planteamiento de preguntas orientadoras y la detallada
explicación de los objetivos y políticas, son algunas de las formas que pueden
manejarse para una adecuada delegación de autoridad. Las críticas
intimidatorias o el insistente señalamiento de sus deficiencias solo consiguen
desalentar a los subordinados.
Disposición a confiar en los subordinados: La delegación de autoridad
implica una actitud de confianza entre unos y otros. En ocasiones esta
confianza es difícil de conseguir ya que muchos administradores posponen
la delegación argumentando que su personal carece de experiencia, es
incapaz de manejar subordinados, no ha desarrollado todavía buen juicio o
no percibe todos los elementos de una situación. En el caso de que las
suposiciones fueran ciertas, el superior debe capacitar para delegar; sin
embargo en ocasiones se confunde el miedo a ceder y la falta de receptividad
con falta de confianza.
Disposición a establecer y aplicar controles amplios: Para delegar
autoridad, se debe estar dispuesto a encontrar los medios para obtener
retroalimentación, es decir, asegurarse de que la autoridad está siendo
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utilizada en apoyo a las metas y planes de la empresa o departamento.
Siendo que el jefe nunca puede delegar su responsabilidad, el
establecimiento de controles es un imperativo; pero el uso de controles
implica la definición de estándares de desempeño, por lo tanto involucra un
serio proceso de planificación. La ausencia de una planeación adecuada
puede ser, en oportunidades, el motivo de una renuencia a delegar y confiar
en el personal.
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Comunicación abierta
Cuando los cambios son más frecuentes y el futuro es más incierto, los empleados
desean saber cada vez la lógica subyacente en las decisiones que se están
efectuando. En tiempos de estabilidad y empleo permanente, un canal abierto de
comunicación no tenía tanta importancia para el personal ya que los cambios no
necesariamente los afectarían; pero en estos nuevos tiempos, sin garantía, los
empleados quieren saber qué ocurre, por qué y cómo les afectará a ellos. Buscan
que la gerencia haga algo por compensar la diferencia entre lo que solían tener
garantizado y lo que tienen ahora. Ese algo es mantenerlos informados (Robbins,
1996).
Sin una comunicación eficaz en todos los sentidos, no puede darse una de las bases
de la organización basada en el conocimiento, como lo es el que todos los miembros
deben estar en capacidad de controlar su propio trabajo mediante la
retroinformación, de sus resultados, a sus objetivos. Es también responsabilidad de
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todos los miembros comunicarles sus objetivos, sus prioridades y su proyectada
contribución, a sus compañeros de trabajo –hacia arriba, hacia abajo y lateralmente.
Y es responsabilidad de todos los miembros asegurarse de que sus propios
objetivos concuerden con los de todo el grupo (Drucker, 1994).
Pero para que esto se dé, es necesario “acabar con el miedo” (Deming, 1989), es
decir, que el miedo no impida a los empleados hacer preguntas, reportar problemas
o manifestar ideas. Una cultura de apertura en la comunicación donde los
empleados no teman decir la verdad, y los gerentes puedan aprovechar sus
talentos, es esencial. Empresas como Federal Express y Motorota han pasado a los
anales de la Administración por vivir bajo este valor y basar su éxito en él (Stoner et
al, 1996).
La comunicación interna tiene tres direcciones básicas y dos tipos de redes (García
y Dolan, 1997; Gibson et al, 1996; Koontz y Weihrich, 1998; Robbins, 1996 y Stoner
et al, 1996): Comunicación descendente, ascendente y lateral o cruzada (incluye
horizontal y diagonal), y las redes formales e informales (incluye la amistad y los
rumores) siendo todas necesarias para la efectividad de la comunicación en la
organización.
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Cuando se habla de apertura en la comunicación, no solo es necesario que la
gerencia apoye la existencia de las tres direcciones y los dos tipos de redes, sino
que la calidad de esa comunicación incluya indicadores como:
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demostró que las empresas que no tenían un balance entre los dos tipos de
comunicación tendían a buscarlo para aumentar su efectividad.
Participación
Belcher (1991), plantea una encuesta sobre “Mejor / peor”, en la cual los grupos
sociales deben identificar las mejores y peores organizaciones donde han estado y
por qué las consideran así. Los resultados apuntan a que las mejores
organizaciones tenían buen liderazgo, metas comunes, reconocimiento y
participación y esto se traducía en trabajo en equipo, colaboración, orgullo de los
integrantes, buena comunicación y oportunidad de crecimiento. Por otra parte, la
peor organización donde los entrevistados habían estado tenía: mal liderazgo, falta
de participación, mala comunicación y baja moral; lo cual se traducía en falta de
apreciación, falta de orientación, baja productividad y presión excesiva. Esto indica
que la gente se siente cómoda en empresas con calidad de vida laboral, y eso
significa, entre otras cosas: Participación.
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organización y lo prepara permanentemente para que pueda aportar más e
intervenir en la toma de decisiones.
Es importante resaltar que, la participación debe ser a todos los niveles, como lo
demuestra, Shapiro (2000) realizó un estudio en 14 organizaciones a lo largo de
ocho países de la Unión Europea, en el cual quedó en evidencia que las iniciativas
de participación y desarrollo de los empleados pueden dificultarse si todos no se
involucran de la misma manera. Es frecuente que las organizaciones ofrezcan
mayor entrenamiento e información a su personal a tiempo completo que a su
personal a medio tiempo, eventual o asesor. Por ende, estos individuos se sienten
menos comprometidos con la organización y no se involucran en sus procesos.
Adicionalmente otros estudios recientes hacen énfasis en que la participación está
íntimamente relacionada con el contexto cultural y la actitud gerencial (Baruch,
1998; Cassar, 1999; Rees y Porter, 1998; Ryan, 1999).
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Cultura de Colaboración
Tal vez no haya nada que ejemplifique mejor el espíritu de colaboración, que el tan
conocido y comentado ensayo de Pérez Esclarín (1995) sobre el vuelo en formación
de “V” que adoptan los gansos cuando vuelan hacia el sur para el invierno:
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Los gansos vuelan de esa forma, porque al batir sus alas producen un movimiento
en el aire que ayuda al pájaro que viene detrás de él, y volando en V la bandada
completa aumenta por lo menos un 71 por ciento más de su poder que si cada
pájaro volara solo (sinergia). Yendo en esa formación evitan la resistencia del aire
y cada uno se beneficia del trabajo del otro. Cuando un líder se cansa, pasa a uno
de los puestos traseros y otro ganso toma su lugar (liderazgo compartido). Los
gansos que van detrás graznan para alentar a los que van delante a mantener la
velocidad (estímulo).
Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido, otros dos gansos se salen
de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo y se quedan con él hasta que
está en condiciones de volver a volar o muere; solo entonces vuelven a su bandada
o a otro grupo (apoyo). Actuando de esta forma todos los gansos llegan al sur cada
año antes de que llegue el invierno. Dicho en otras palabras: trabajando como
equipo y colaborando entre ellos logran la meta que se han propuesto de manera
oportuna: Son eficaces y eficientes.
Aprendizaje continuo
Una de las premisas básicas sobre las cuales se sustenta esta investigación, es que
la organización debe cambiar para hacerse más competitiva y estar a tono con los
nuevos tiempos (globalización, gerencia del nuevo milenio) y uno de los valores que
se asevera debe desarrollar la empresa para cambiar es el Aprendizaje Continuo.
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Por su parte García y Dolan (1997:151), opinan: “una empresa que aprende es
aquella capaz de desaprender valores, supuestos y pautas de conducta del pasado
para adoptar otros nuevos más eficaces para conseguir sus objetivos de futuro”.
Agregan, que representa una empresa cuya cultura y liderazgo promueven el
aprendizaje continuo de todos sus miembros a todos los niveles, legitimando el
diálogo interpersonal de calidad en todas direcciones y transformándose
continuamente para adaptarse a las demandas cambiantes del entorno e integrar
sus nuevas tensiones internas.
Estos autores, aseguran que existen siete características que permiten reconocer a
una empresa que aprende:
A manera de síntesis, y una vez analizado cada uno de los cinco valores básicos,
definidos como necesarios para efectuar cambios organizacionales en la
postmodernidad, pudimos especificar 20 indicadores de la presencia de ellos. Estos
indicadores son particularmente importantes en la praxis organizacional, ya que a
través de ellos, se puede determinar la existencia o no de los valores indicados en
la cultura de la organización. Además, una vez efectuado el diagnóstico (en caso de
no estar presentes los valores), los indicadores permitirán conocer cuáles son los
aspectos que hay que modificar y/o profundizar para alinear a la organización a
través de los valores humanistas determinados.
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Valores necesarios en la postmodernidad y sus indicadores
Valores Indicadores
Receptividad
Disposición a ceder
Delegación de Disposición a permitir que los demás cometan
Autoridad errores
Disposición a confiar en los subordinados
Disposición a establecer y aplicar controles amplios
Comunicación vertical
Comunicación cruzada
Apertura en la
Confianza
comunicación
Empatía
Retroalimentación
Toma de decisiones
Resolución de problemas
Participación
Información compartida
Retroalimentación positiva
Compartir labores
Cultura de
Compartir conocimientos
colaboración
Apoyo mutuo
Capacidad de desaprender
Aprendizaje
Visión global de la empresa
continuo
Legitimidad del aprendizaje a través de los errores
En resumen
A lo largo del siglo pasado, las organizaciones sufrieron los embates de modelos de
cambio estructurales al principio, tecnológicos después, y muchos, pero muchos
fracasos debidos a la creencia de que los individuos de acoplarían a estos cambios,
ignorando la importancia del componente humano y la resistencia al cambio. De
hecho, hasta los años 70 no se había acuñado el término de cultura organizacional,
a lo sumo se hablaba de clima organizacional.
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Pero a medida que avanzan los tiempos nos encontramos en un mundo
interconectado, interdependiente y transdisciplinario, los compartimientos estancos
ya no existen, han fracasado los modelos reduccionistas en todas las áreas, incluso
en el intento de desarrollar nuestros países. La Postmodernidad se abre paso y se
expresa en la necesidad de un desarrollo sustentable, de una literatura sin
cortapisas, de un arte no encasillado en escuelas, y sobre todo, de una gerencia no
restringida a estructuras y avances tecnológicos.
Ser competitivo implica ahora, no solo tener mayor y mejor tecnología, o cambiar
constantemente la estructura; eso no es suficiente, implica organizaciones flexibles
con individuos que aprendan más rápido y de manera permanente, que trabajen
integrados, jefes que sin dejar su responsabilidad, tengan suficiente confianza en
sus subordinados como para delegarles toma de decisiones, y empleados con
suficiente confianza en la organización como para participar, innovar y cambiar.
Implica un flujo de información en todos los sentidos que permita estar delante de
la competencia, quedan atrás los secretos y el guardarse información como
herramienta de poder. El conocimiento, y por ende el ser humano que lo posee, es
el recurso más importante en las organizaciones.
Ante esta realidad, los cambios organizacionales tienen que girar alrededor del
individuo y de los valores que pueden moverlo hacia la nueva cultura (delegación
de autoridad, comunicación abierta, participación, colaboración y aprendizaje
continuo).
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Estudios recientes (Wooten y White, 1999) en organizaciones envueltas en cambio
organizacionales (reestructuraciones, reducción de tamaño organizacional, etc.)
indican que la gente está más dispuesta a aceptar el cambio visto como justo y a
soportar la adversidad, cuando ellos ven los resultados equitativos provenientes de
difíciles elecciones organizacionales. Dicho en otras palabras, cuando el personal
percibe que la toma de decisiones está basada en valores humanistas como la
justicia y la equidad.
Diferentes autores han escrito sobre los valores organizacionales que deben imperar en
los cambios exitosos. Margulies y Raia (1978) identificaron seis valores principales
relacionados básicamente con el ambiente que se crea en la empresa para el personal:
El trato como seres humanos complejos con un conjunto de necesidades a satisfacer,
la posibilidad de desarrollar potencialidades, de influir con sus ideas en la organización,
el trabajo excitante que represente retos y un incremento en la efectividad de la
organización, fueron los elementos que encontraron en común en las experiencias
exitosas.
Warwick y Thompson (1980), con una visión más externa, plantearon que encontrar
las necesidades del cliente, guiarlo honestamente1, usar presunciones realistas
sobre la gente y la organización y a partir de allí crear un ambiente de corrección,
participación, apertura y confianza, eran la clave para que los cambios
organizacionales lograran el éxito esperado.
Por su parte, Gellerman et al. (1990) encontraron que los valores principales eran
aquéllos que centraban la vida organizacional alrededor de justicia y equidad para
todos sus participantes:
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A su vez French y Bell (1996) apoyan estos postulados con su concepción de
valores humanistas, optimistas y democráticos, basados en el respeto a la
importancia y dignidad del individuo, su valía, potencial de crecimiento, desarrollo y
bondad. Además de proclamar la justicia y equidad de poder.
Por su parte, Gellerman et al. (1990) encontraron que los valores principales eran
aquéllos que centraban la vida organizacional alrededor de justicia y equidad para
todos sus participantes:
“Nada hay más difícil como empresa, más peligroso en su realización, ni más seguro
de su éxito, que tomar la dirección en la introducción de un nuevo orden de cosas”.
Machiavelli
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LA NECESIDAD DEL CAMBIO
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funcionado durante décadas en las organizaciones. Un miedo tóxico para propiciar
la sumisión de los empleados y matar cualquier iniciativa creativa, de liderazgo y de
decisión individual. Sin olvidar el miedo a la perdida de cuotas de control y poder de
determinadas áreas de las organizaciones y de algunos individuos.
Cabe destacar, que esta era se ha caracterizado por las paradojas y la complejidad
de contradicciones, entendidas y atendidas con una visión más amplia y adecuada,
porque las organizaciones presentan modelos y propuestas que deben ser
revisados a profundidad, para obtener nuevas respuestas, tomando en cuenta el
medio donde se desenvuelve que se ha tornado más complejo e incierto, es decir,
más interrelacionado, diverso y en continuo cambio.
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involucren voluntariamente en el logro del objetivo resultante de la situación
emergente.
Los cambios se originan por la interacción, tanto de fuerzas externas como internas:
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Características demográficas
:
Edad/educación/nivel de habilidad/género/
inmigración
Progresos Tecnológicos
:
Automatización de la fabricación / nuevos Fuerzas externas
sistemas
Cambios en el mercado:
Fusiones y adquisiciones/recesión
Competencia nacional e internacional
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Los Cambios Organizacionales surgen de la necesidad de romper con el equilibrio
existente, para transformarlo en otro mucho más provecho financieramente
hablando, en este proceso de transformación en un principio como ya se dijo, las
fuerzas deben quebrar con el equilibrio, interactuando con otras fuerzas que tratan
de oponerse (resistencia al cambio), es por ello que cuando una organización se
plantea un cambio, debe implicar un conjunto de tareas para tratar de minimizar esta
interacción de fuerzas.
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La tendencia denominada del norte al sur que se refiere a la reorganización
de las zonas económicas, es decir, la oportunidad de desarrollo de la
economía del tercer mundo.
La alternativa a la opción múltiple, es decir, de la elección forzada a la opción
múltiple, porque los consumidores que somos todos tenemos la posibilidad
de elección. Se ha pasado del concepto de crisol de las razas a la celebración
de una diversidad cultural. - La revolución eco industrial ya que el medio
ambiente proporcionará una de las mayores oportunidades para la
innovación tecnológica y administrativa que el mundo industrial haya tenido
jamás. Estas y otras tendencias que se dan día con día conllevan a la
necesidad del proceso de implantación del cambio que se requiera hacer
según la época que se esté viviendo.
En las organizaciones, las estructuras están diseñadas de tal manera que se formen
equipos. Es conveniente tener una dirección apropiada para conseguir la madurez
del o los equipos antes o durante la implantación del cambio. Veamos cómo
interpretar cada uno de los factores mencionados:
Conocimiento
32
El conocimiento debe estar apoyado por:
Es más fácil conseguir llevar a cabo una idea medianamente buena apoyada por
muchas personas que una excelente idea con pocos seguidores. Por eso, es
preferible no tratar de hacer planes perfectos, sino simples y con metas cortas en
varias etapas, que permanezcan flexibles y puedan ser mejorados durante la
marcha. Cuando un equipo cuenta con un coach, éste ayuda al equipo y
especialmente al líder a identificar algunos de estos aspectos y ampliarlos en base
a su percepción y conocimiento.
Emociones
Los equipos necesitan motivadores para volverse impulsores del cambio. Los
mejores motivadores son los que satisfacen las necesidades e intereses propios.
En el caso de un equipo, los motivadores personales siguen teniendo gran impacto,
pero resulta difícil conseguir ligar el cambio a la satisfacción de los intereses
individuales. Por ello, la motivación se centra más bien en aquéllos que todos
pueden reconocer como beneficios personales, ya sea para el desempeño de su
función o a nivel personal.
33
Los intereses comunes de los individuos que participarán en el cambio. Uno
de los motivadores más valorados por el personal de bajo nivel es la
interacción con los altos niveles como medio de reconocimiento al logro.
La capacidad de la organización de satisfacer las necesidades e intereses.
Planear cómo obtener los recursos que se requieren para los motivadores,
incluyendo en esto los tangibles y los intangibles. Parece simple pensar que
el Director de una organización participe en un evento con el personal de más
bajo nivel, pero frecuentemente esto resulta difícil de conseguir.
Planear cómo administrar los motivadores. Cuando los que participan en el
cambio no están acostumbrados a estas dinámicas, es preferible administrar
motivadores de corto plazo por logros pequeños, mientras que los
motivadores de mediano plazo funcionan muy bien cuando el personal ha
participado en dinámicas previamente.
Estructurar el esquema de motivadores en relación al logro en función de
indicadores objetivos, en base a datos medibles, que sean equitativos para
todos los participantes.
Planear un calendario de realimentación positiva, tanto para el equipo de
implantación como para todos los participantes.
Procesos
34
En esta etapa se requieren los siguientes apoyos:
Tipos de cambio
El cambio organizacional plantea el rediseño total o parcial de la estructura de la
organización, el impacto de diversas variables macroeconómicas, fusiones,
adquisiciones, incorporación de nuevas tecnologías, creación de nuevas unidades
de negocios, o, la implementación de nuevos procesos, son sólo algunas de las
tantas causas que generan en una organización, o en determinados sectores de la
misma, una situación de cambio.
1. Los cambios reactivos, que son los que se dan en una organización como
respuesta a una coyuntura externa o interna determinada.
2. Los cambios anticipatorios, que buscan adelantarse a situaciones
contextuales del entorno o del interior de la organización. Pretenden ajustar
la organización a escenarios futuros, oportunidades y desafíos en lo externo
y a superar las debilidades en lo interno o a explotar mejor las fortalezas
frente a los retos del medio ambiente.
Estilos de Cambio
Entre los diferentes estilos que con más frecuencia se ponen en práctica para
producir cambios en las organizaciones, se encuentran:
El participativo
El coercitivo
35
Los procesos de cambio en los que se aplica este estilo, tienen en cuenta una
secuencia de acciones relacionadas con la preparación de las personas
involucradas en él; por ejemplo:
Generalmente son procesos externos, rápidos e inestables cuyos efectos son muy
cortos y, generalmente, provocan el retorno al estado anterior.
La secuencia de acciones que lleva implícitas estos procesos, veremos que con
completamente inversas a las del estilo participativo.
Cambio Cambio
proactivo PROBLEMA reactivo
(antes) (después)
36
previamente los mecanismos para evaluar su impacto en todos los ámbitos,
estructuras y procesos de la organización y en la relación de ésta con todos los
grupos de interés y actores implicados.
Beckhard y Pritchard señalan que los líderes tienen que escoger entre tratar
el cambio en forma incremental y lineal o en forma fundamental y diagnóstica.
37
el cambio en cuanto a su magnitud, aunque con planteamientos sustanciales
distintos
2
John P. Kotter (1947), un experto de renombre mundial en el liderazgo de la Escuela de
Negocios de Harvard, ha sido la voz más importante de cómo las mejores organizaciones
en realidad "hacen" el cambio. Su bestseller internacional "Leading Change" (“Liderando el
cambio”) - que describe un proceso de acciones concretas, de 8 pasos para implementar
transformaciones exitosas - se convirtió en la biblia de cambio para los gerentes de todo el
mundo.
38
Por último, en cuanto al uso del poder, se vincula con un enfoque de
resistencia, es decir lo que se pretenda con ella, vencerla o minimizarla; en
el cambio revolucionario lo que se quiere es desarraigarla por completo,
desaparecerla de la organización, a como dé lugar, no importa el método
empleado; en cambio, en el evolutivo se realiza una labor de convencimiento
que paulatinamente va derribando las barreras. Entonces, es decisión de
quienes dirigen a la organización, la elección de un cambio que sea largo y
menos riesgoso o temerario y de corta aplicación. La alternativa debe ser
cuidadosamente estudiada, es importante, prever en cualquiera de los dos
casos, la respuesta de los que van a estar envueltos en el proceso.
39
1) Cambio cultural aparente,
2) Revolución cultural,
3) Evolución cultural planeada.
4) Retroalimentar la cultura organizacional
Por otra parte, todos los cambios no son iguales. Por ello es necesario entender
el proceso, para así desarrollar las técnicas de intervención más apropiadas para
cada caso. Tenemos:
Cambios adaptativos: Son las fuerzas externas, más que las internas,
las que llevan a la necesidad de este tipo de cambio. La organización está
inmersa en un sistema abierto donde el ambiente que la rodea interactúa
con ella y la obliga a responder a las presiones externas. Constituidos por:
40
o Cambios en las relaciones de la organización con su entorno
(proveedores, clientes, etc.)
o Readecuación de grupos y equipos
o Ajustes en las relaciones de poder, liderazgo
o Cambios en la gestión de los recursos ajustándolos a nuevas
realidades
41
Cambio sistemático: Es menos ambicioso, más gradual, se focaliza y
desarrolla en forma ordenada y cuidada. Suele ser promovido por equipos
y consultores que gestionan la planificación y el desarrollo organizacional.
Ejemplos son: el mejoramiento de la calidad, reprogramación de tareas,
incorporación de mejores prácticas y planificación estratégica.
Cambio orgánico: Involucra procesos complejos bajo denominaciones
vagas o amplias (aprendizaje, proyectos de riesgo, etc.). Este abordaje
es anárquico y a veces fragmentado; puede haber equipos trabajando con
propósitos encontrados, y disputándose los recursos. Este cambio no
está sistemáticamente organizado ni es necesariamente lógico en sus
intenciones.
42
Cambios en los productos
Cambios en la organización
El mundo que nos rodea está sometido a constantes cambios, las organizaciones
son parte de ellos y blanco de todos los sucesos del mundo circundante, como parte
del sistema abierto en constante interrelación que componen.
Los cambios de una organización son acciones complejas, no sólo porque deben
introducirse variaciones prácticas, sino también porque suelen tener consecuencias
psicológicas y psicosociales.
43
relacionados. Toda esta estructura como guía para su trabajo, debe plantearse un
enfoque sistémico, ya que la organización posee una constante relación con el
medio, vista como “un sistema abierto, formado por una serie de subsistemas en
interacción constante uno con otros y con el exterior proyectados para cumplir unos
objetivos de acuerdo a un plan” (Katz y Kahn, citado en Chiavenato, 1992).
Por lo que se plantea una dinámica en la que se establece una interrelación entre
los individuos y con la organización, vistos cada uno por sus diferencias individuales
pero con intereses comunes.
Hablar de clima es hablar de un concepto dinámico que se ve afectado por casi todo
lo que ocurre en la empresa.
Para algunos expertos, los gerentes podrían realizar tres tipos principales de
cambio: cambios en la estructura, en la tecnología y en el personal.
44
Los cambios en la estructura incluyen cualesquier cambios en variables
estructurales como relaciones de autoridad, mecanismos de coordinación,
otorgamiento de facultades de decisión a los empleados o rediseño de puestos. Los
cambios de tecnología abarcan las modificaciones en la forma en que se
desempeña el trabajo o los métodos y equipos utilizados. Los cambios en el
personal se refieren a cambios en actitud, expectativas, percepciones y
comportamiento de individuos o grupos.
Por su parte, Stephen Robbins plantea cuatro categorías en las que se pueden
agrupar las opciones de cambio: estructura, tecnología, ambiente físico, y
personas.
45
II Cambios en la tecnología. Los gerentes pueden cambiar la tecnología
utilizada para convertir insumos en productos. Casi todos los primeros
estudios sobre administración abordaron los cambios en tecnología. La
administración científica implementó cambios que aumentarían la eficiencia
de la producción. Hoy en día, los cambios tecnológicos por lo general
significan la introducción de nuevo equipo, herramientas o métodos,
automatización o computarización.
46
y para ofrecer a los clientes productos más eficientes, con mayor rendimiento
y más limpios. Benetton Group Spa utiliza computadoras para vincular sus
plantas de manufactura fuera de Treviso, Italia, con los diversos puntos de
venta de la empresa y un almacén altamente automatizado.
III Cambio del ambiente físico: Gerald M. Goldhaber habla del ambiente físico
como un factor de trascendencia para el desempeño dentro de las
organizaciones; aunque no todos los consultores estarían de acuerdo con
esta idea, lo que sí es evidente es que, de la óptima distribución de los
espacios depende la buena circulación física o comunicacional del personal.
Es muy probable que un ambiente de hacinamiento o precarias condiciones
físicas influya en el ánimo de los que ahí se encuentran mientras que una
cabal distribución de los objetos, aunado a la higiene y comodidad hará más
placentera la estancia en el trabajo. Las organizaciones al modificar esta
categoría piensan más en la funcionalidad y el óptimo rendimiento en el
tráfico que en la satisfacción del empleado, pero si se logran ambas cosas
con el cambio, la respuesta será mejor.
47
EL PROCESO DE CAMBIO ORGANIZACIONAL
La principal cuestión relacionada con los valores y el desafío potencial que implican
es determinar si se está de acuerdo con ellos. En otras palabras, cada uno, en su
fuero interno, debe preguntarse si de verdad quiere trabajar para una empresa en
cuyos productos, servicios, modelo de negocio, cultura o decisiones tomadas por su
liderazgo no se cree. La correspondencia entre los valores personales y los valores
de la empresa, cuando se da, hace a la gente más responsable, aumenta su
rendimiento, inspira mayor seguridad y confianza en uno mismo y ayuda a que las
decisiones que se toman sean más efectivas.
Las promociones no son lo que eran. Según una encuesta reciente, el 66% de
las personas buscaría nuevas oportunidades de trabajo y al 20% le parecería bien
cambiar de empleo de forma inmediata. Si tras varios años en una empresa, y las
expectativas más que cumplidas, sentimos que ante el cambio que se avecina
nuestra posición peligra o la promoción no está a la vista, hay que sopesar nuestras
oportunidades de trabajo.
Por el contrario, permanecer en nuestro empleo siempre será una opción válida si
podemos participar en el futuro de la organización porque se nos consulta sobre
cuestiones de estrategia y planificación antes de que las decisiones se tomen; si
existe la posibilidad de asumir la agenda del cambio como la nuestra propia, de
adquirir nuevas habilidades y conocimientos y de colaborar en la creación de una
48
nueva cultura corporativa; si nuestro futuro personal parece asegurado y
prometedor; si confiamos en la dirección de la empresa y si estamos dispuestos a
dejar atrás todo interés egoísta y adoptar una actitud de servicio.
En primer lugar, hay que ser conscientes de que puede existir ambigüedad,
desinformación o confusión sobre el plan de acción trazado en nuestro negocio y
sobre nuestro papel en los tiempos del cambio. Para luchar contra ello hay que
esclarecer los hechos y ocuparse sólo de ellos.
En segundo lugar, hay que tratar de reconocer los momentos en los que perdemos
contacto con nosotros mismos y las personas que lideramos. Debemos ser
conscientes en todo momento de nosotros mismos, los demás y el contexto en el
que vivimos y trabajamos.
Existen dos tipos de habilidades que todo buen directivo debe poseer: las analíticas
y las de ejecución. Las analíticas permiten hacerse una idea clara de dónde está
49
una organización y a dónde se quiere llegar. Son las que se pueden aprender en
cualquier texto utilizado en un MBA: gestión de procesos, sistemas, finanzas y
estructura organizativa. Para enfrentarse a la gestión del cambio, las habilidades
más importantes son las relacionadas con la ejecución y cualquiera en una situación
de tránsito debería esforzarse por adquirirlas de una u otra forma. Las principales
son las siguientes:
50
conflictos, la persuasión, la toma de decisiones, las relaciones sociales y la
mentoría3. Su comportamiento es el de alguien que abraza las nuevas ideas,
gestiona correctamente la información, integra a las personas, crea comunidad y
fomenta la productividad.
Nadie debe ser más entusiasta, sentirse más inspirado y motivado que un líder.
Dado que con su ejemplo motiva e inspira a su equipo, para él “el vaso está siempre
medio lleno”, incluso en las circunstancias más adversas.
Para empezar, es conveniente contar con un plan que cubra al menos los primeros
noventa días. En ese sentido, existen algunas estrategias que podemos adaptar a
nuestras necesidades y que nos pueden ayudar a prepararnos para el nuevo
puesto:
3
La mentoría es una relación de desarrollo personal en la cual una persona más
experimentada o con mayor conocimiento ayuda a otra menos experimentada o con menor
conocimiento.
51
sobre el rendimiento y los historiales personales. Hablar individualmente con
todos los miembros del equipo.
Diagnosticar correctamente los retos de la empresa. Sus fuerzas,
debilidades, oportunidades y amenazas para comprender por qué debe
cambiar de curso.
Ganar puntos cuanto antes. Destacarse temprano aumenta nuestra
credibilidad y crea la sensación en nuestro equipo de que se les lleva en la
buena dirección. Hay que definir las prioridades, las áreas problemáticas y
concentrarse en las formas de mejorar la empresa y sus resultados, y no
olvidar que nuestras actuaciones tempranas pueden suponer un “efecto
dominó” sobre cómo nos perciben los demás.
Coordinar. Asegurarse de que la estructura organizativa, sistemas y
habilidades de los subordinados sean los óptimos para lo que pretendemos
lograr.
Crear coaliciones. Descubrir quiénes son nuestros partidarios, nuestros
adversarios y a quiénes necesitamos convencer.
Mantener el equilibrio. Reservar tiempo para el trabajo duro y mantener el
equilibrio entre la vida personal y profesional.
Acelerar. Ayudar a los demás a que se acostumbren a nuestro ritmo de
trabajo y expectativas.
Sólo hay tres maneras de introducir el cambio. Los cambios en la
economía global son inevitables, constantes, reales y, dado que tienen lugar
fuera de la empresa, lo mejor que se puede hacer es descubrir el modo
óptimo de preparar a nuestro equipo a un coste mínimo para él.
Nuestras opciones son tres: fuerza, persuasión y formación. Cuál elegir dependerá
de lo que haya que hacer y en qué tiempo, reconociendo que cada uno de estos
métodos tiene sus ventajas y limitaciones.
52
Por su parte, la persuasión es digna de tomarse en cuenta, pero puede resultar
precaria si no va acompañada de un carisma personal, profesionalidad, un espíritu
rebelde (“nosotros contra ellos”) o de unas buenas relaciones personales. La
persuasión habitualmente funciona en organizaciones consolidadas y basadas en
la confianza mutua.
La planificación
Si no sabemos hacia dónde vamos, nunca llegaremos al destino. Con tan sólo
unas palabras es posible conseguir que nuestro equipo experimente satisfacción,
compromiso, lealtad y orgullo, siempre y cuando estas palabras sean visionarias.
Una visión bien formulada y correctamente transmitida, que aborde las cuestiones
organizacionales más generales tales como “¿Por qué estamos aquí?” o “¿Por qué
es importante que estemos aquí?”, puede mover montañas.
Cuando los líderes articulan una visión de esta manera, dicha visión cumple cuatro
objetivos fundamentales: (1) aclara, articula y define la meta de la organización
entera; (2) motiva y guía a todos los que la comparten; (4) sus palabras llevan a la
acción a los colaboradores a través de su deseo de unirse a una causa noble y (5)
su efecto en la gente se puede evaluar y analizar.
Todos necesitamos contar con una visión en nuestras empresas. Una visión efectiva
posee varias características únicas: es atractiva y viable; permite a los seguidores
imaginarse el futuro deseado de la empresa, sirviendo a sus intereses a largo plazo;
cuenta con un enfoque que permite a todos los seguidores usarlo como base de
todas sus decisiones futuras; es relativamente sencilla, fácil de transmitir y explicar
y, por último, es ambiciosa y con capacidad de inspirar tanto intelectual como
emocionalmente.
53
Para alcanzar un sueño hay que imaginárselo. Saber cuál es nuestro destino no
es suficiente: necesitamos una hoja de ruta para llegar a él. Convertir los sueños en
realidad requiere una estrategia y es aquí donde comienza una planificación de
negocio pragmática.
Al igual que la visión, la estrategia debe estar orientada hacia el futuro, centrada en
los procesos internos de la empresa, ser capaz de crear consenso y movilizar hacia
las metas en un horizonte de tiempo razonable. También debe ser clara y concisa,
ofreciendo instrucciones sobre cómo la organización debe relacionarse y responder
a su entorno.
54
La comunicación
Las personas tienen una capacidad limitada para procesar la información que se les
transmite. Si se interrumpe, inunda y sobrecarga constantemente con información
a los empleados, éstos responderán bien con multitasking (hacer varias actividades
55
al mismo tiempo), bien intentando “apañárselas” como puedan, con el consecuente
descenso de sus estándares de trabajo. Las dos opciones son igual de malas.
Aunque todas las organizaciones son diferentes entre sí y no existe una estructura
ideal, cualquiera que intente aproximarse a ella debe cumplir con las siguientes
condiciones: implicar al personal adecuado o al más familiarizado con el trabajo en
todos los niveles; analizar la estructura organizacional con los ojos de la
competencia; alcanzar el consenso sobre las características que deben distinguir a
la organización (orientada hacia el cliente, funcional, ágil, etc.); recordar que existe
una gran variedad de modalidades para contratar personal (empleados a tiempo
completo, parcial, consultores a demanda, subcontratas, proveedores de servicios
personales, etc.).
Durante los siguientes seis meses, el comité recogió con urgencia la información
relevante de dos fuentes principales: interna y externa. La primera incluía las visitas
a varias instalaciones de la compañía en distintos países del mundo para obtener
56
una idea más concreta sobre sus activos y limitaciones. La segunda era mucho más
importante y supuso una ronda por las mejores empresas del mundo, aquellas
conocidas por su excelencia operativa, en un intento de sintetizar las mejores
prácticas y su posible utilización competitiva.
Cuarto, hay que interrogar al candidato sobre sus competencias mediante la técnica
llamada “entrevista basada en comportamiento”. Esta metodología nos permite
averiguar información sobre los resultados que logró el candidato en sus anteriores
trabajos y de la manera en que lo hizo (con influencias, conocimiento, habilidad
técnica, liderazgo, etc.)
57
Quinto, es preciso buscar personas con una gran capacidad de trabajo en equipo.
Sólo ellas serán capaces de lanzar las nuevas iniciativas que exige el cambio de
una manera decisiva e introducir transformaciones “mejores, más rápidas y baratas”
en la empresa.
Sexto, no hay que tener miedo a contratar candidatos que sean mejores que
nosotros. Según la certera expresión de David Oglivy, el secreto del éxito es
“Primero, hacerse la reputación de un genio creativo. Segundo, rodearse de socios
que son mejores que tú mismo. Tercero, dejarles seguir siéndolo”.
Explorar estas seis áreas permitirá a los candidatos descubrir el grado de interés
que sienten por nuestra organización, y a nosotros nos evitará la contratación de
personas que no sean las idóneas.
Así, dado que está demostrado que la mayoría de las personas quieren saber cómo
contribuye su trabajo a los resultados de la empresa, debemos tratar de que todos
los miembros del equipo participen y conozcan los cauces y el alcance de su
contribución.
Hay que ser claro al hablar y formular expectativas sobre asuntos como nuestra
tolerancia hacia las sorpresas, el nivel de riesgo que se puede tomar, las políticas
de la oficina, los intervalos esperados de comunicación y la necesidad de ser “el
primero en saber” en lo que respecta a los plazos clave.
58
Los métodos para medir el progreso deben estar bien definidos y ser comprendidos
por todos, especialmente cuando lo que se mide tiene implicaciones
interdepartamentales.
Por el contrario, una cultura de la colaboración crea las condiciones para una
productividad superior. Las personas triunfan cuando los demás triunfan, se ayudan
mutuamente en la realización del objetivo común, comprenden las prioridades del
otro. Sus relaciones en la organización crean la cohesión y elevan la moral.
La clave para fomentar una cultura de la colaboración está en compartir los objetivos
y roles. Los objetivos compartidos cimentan la unidad de un equipo y deben ser el
fundamento de todas sus actividades. Por esto hay que animar al personal a
cooperar entre sí y a reconocer que la contribución de cada uno es importante para
el resultado.
En cuanto a los roles compartidos, hay que hablar abiertamente y transmitir las
responsabilidades individuales y colectivas. Una de las mejores maneras de hacerlo
es crear y distribuir un organigrama funcional en el cual se detallen brevemente las
responsabilidades de cada persona. Este ejercicio y otros similares generan la
transparencia corporativa, permiten la apreciación del esfuerzo de los demás y
ayudan a comprender las prioridades de la organización.
59
El reconocimiento
Hacer que cada empleado se sienta como nuestro único empleado. Los
directivos eficientes saben que, mientras la contribución de cada persona puede
variar, cada miembro del equipo es importante y único en sus valores, actitudes y
creencias.
Para tender puentes dentro de nuestro equipo debemos tener una mente abierta y
ser objetivos al apreciar las contribuciones y la historia personal de todas las partes,
con independencia de su sexo, edad o religión. En otras palabras, hay que
conseguir que cada uno se sienta importante y tratado con respeto. Para ello
conviene:
Tratar a cada miembro del equipo de una manera adulta, como personas
capaces de evaluar y compartir el riesgo.
Ser consciente de las diferencias culturales: en las culturas asiáticas, por
ejemplo, el “sí” a menudo significa “comprendo” y no “estoy de acuerdo”.
Respetar que las personas tengan diferentes preferencias en cuanto al estilo
de su trabajo.
Fomentar la “cultura de la integración”, abierta a diversos estilos, ideas y
perspectivas.
Reconocer a cada persona su contribución y explicarle por qué es
imprescindible para la empresa.
Proceso de cambio
Toda organización experimenta cambios, pero el reto es para los directivos y todo
el personal de la organización que el cambio organizacional se produzca en el eje
que interese a los objetivos de la organización. La siguiente figura muestra los
aspectos de dicho proceso como lo es:
Cuando se desea llevar adelante un proceso de cambio se debe considerar que las
personas pretenden que la nueva situación que se les presenta les proporcione la
misma seguridad previa no dar lugar al temor. Mientras el proceso avance sin mayor
dificultad el cambio sigue adelante aunque se pueden ocurrir inconvenientes los
involucrados tienden a volver a la situación anterior y esto puede ser la razón que
una gran proporción de los procesos de cambio fracasen al poco tiempo de ser
implementados.
60
continuamente, mientras que en una 10 organización algunos de los cambios
ocurren por las oportunidades que surgen mientras otros son proyectados.
Fase 2
Fase 1 Diagnóstico organizacional
Recolección de datos Fase 3
Es el período del cambio
Cuestionamiento De aclarar, reforzar Consolidación
Retar el status Crear estructuras, desarrollar Institucionalización
Fijar metas nuevos sistemas Evaluación
Diseñar Fomentar nuevas actitudes y
formas de trabajar
Hay múltiples teorías sobre los procesos de cambio. Una de las más conocidas es
la del Proceso de Cambio en Tres Etapas (de Kurt Lewin).
Descongelación.
Cambio.
Re-congelación.
61
Eficiencia
Período de
transición
Ineficiencia
I II III
Descongelación Cambio Re-congelación
Las primeras ejercen presión en una dirección y las segundas en dirección opuesta.
Y el desempeño obtenido es una conciliación de ambos grupos de fuerzas
resultantes.
62
La tendencia normal cuando se quiere un cambio es ejercer presión, pero la
tendencia igualmente natural del que la recibe es reaccionar contra la presión;
porque las fuerzas impulsoras activan sus propias fuerzas restrictivas. Por lo que
disminuir éstas últimas es a menudo más eficaz que presionar con los impulsores.
NIVEL DESEADO DE
NIVEL ACTUAL DE
DESEMPEÑO
DESEMPEÑO
Se trata del análisis del campo de fuerzas del cambio de Kurt Lewin, una
herramienta de trabajo para vencer la resistencia al cambio utilizada en procesos
de coaching4 y mentoring5, tanto a nivel individual como de equipo.
En todos los procesos de cambio se produce una brecha que separa la situación
actual en la que estoy, de la situación deseada a la que quiero llegar. Esa brecha
es un campo de fuerzas, donde luchan entre sí todos los obstáculos, resistencias,
creencias, deseos, necesidades, motivaciones, emociones, etc. que impiden a una
persona o a una empresa estar donde quieren estar, lograr su meta.
Kurt Lewin estableció que ese campo de fuerzas está presidido por una lucha entre
un conjunto de fuerzas opuestas: las fuerzas impulsoras y las fuerzas represoras.
4
Coaching es el arte de hacer preguntas para ayudar a otras personas, a través del
aprendizaje, en la exploración y el descubrimiento de nuevas creencias que tienen como
resultado el logro de sus objetivos.
5
Es una herramienta personalizada de desarrollo profesional, en la que reconocidos
profesionales cualificados comparten conocimientos, habilidades, experiencias,
aprendizajes y ofrecen consejos, información y guía a un directivo, apoyándole para
desarrollar respuestas a sus retos y situaciones de carrera. Todo dentro de un marco
estricto de confidencialidad y ética profesional.
63
Las fuerzas impulsoras o positivas son las que nos motivan al cambio, las que nos
acercan a nuestro objetivo o situación deseada de cambio. Las fuerzas represoras
o negativas son las que nos mantienen en la situación actual, conservan el status
quo y frenan el cambio.
Fuerzas restrictivas
Fuerzas de apoyo
Preparación
Cambio
Crecimiento
64
Procesos
Desarrollar la disciplina
administrativa de las operaciones
TO
Captación de valor
IEN
Auto-evaluar el logro, Organización
CA
desarrollar tácticas y Cascadeo de tareas y
IM
M
planes operativos responsabilidades
EC
BI
O
CR
Conocimiento Emociones
Desarrollar el auto-conocimiento,
aprendizaje, la efectividad del
equipo y la comunicación efectiva
1 PREPARACIÓN 2 Entender las necesidades e
intereses y formular estrategias
Inspiración
Liderar el cambio, dar
forma a la cultura,
fortalecer la estima e
identidad
El primero tiene que ver con la finalización del viejo estado de cosas, el
“dejar ir algo”.
El segundo es la zona neutral, etapa a la que nos referimos al mencionar el
concepto de transición. Es el proceso psicológico por el que las personas
deben pasar para encontrarse en sintonía con la nueva situación. Es
importante entender que el cambio no sucede sin este proceso.
El tercero es el nuevo inicio, los primeros pasos dentro de la nueva realidad.
I. La finalización
Durante la etapa de finalización, los actores del cambio suelen presentar algunos
de los siguientes efectos.
Algunos de ellos perciben que pierden y otros que ganan con el cambio. Es por eso
que en esta etapa resulta prioritario:
65
Presentar el caso (el porqué) del cambio con el mayor cuidado y grado de
detalle posible. Crear y comunicar una visión, Eventualmente es
imprescindible remover los obstáculos que dificultan la concreción de la
visión.
Generar sentido de urgencia
Crear un equipo de dirección fuerte, desde el primer momento. Formar un
grupo que sustente el cambio. Incrementar permanentemente el número de
personas que se suman para responder por el cambio;
Comprender la medida de las pérdidas que sienten las personas, de una
manera tal que nos permita encontrar formas de compensación. Debe
tratarse de mantener un trato lo más personalizado posible;
Asegurarse de que, en definitiva, todos conozcan los beneficios personales
que les deparará el cambio.
Las personas demuestran cierto grado de angustia y “bloqueos” en la
compresión integral del cambio. Se percibe más el riesgo que la oportunidad.
En este sentido, las personas suelen encontrarse en situaciones en las que
ni siquiera quieren comprender el cambio. Operan evidentes mecanismos de
negación, que hacen necesario:
Dar a la gente información precisa sobre el cambio y su secuencia. En la
mayoría de los casos, es necesario redundar en la información;
Definir claramente lo que ha finalizado y asegurar que la situación anterior
termina definitivamente. Resulta vital dar señales claras a toda la
organización;
Permitir que la gente guarde su pasado con orgullo y no con culpa. Manejar
con sumo cuidado la comunicación;
Fomentar la participación de la mayor cantidad posible de individuos
afectados. Crear energía en torno del cambio.
66
Hay muchas cosas para hacer y poco tiempo. Las presiones del día se hacen
sentir. No se tiene toda la información necesaria para definir los nuevos
caminos a tomar. Todo el mundo parece tener el mismo problema. Todas las
definiciones son provisionales, hay avances y retrocesos. En esta situación
es imperioso:
Se pierde foco
Por último, la etapa de comienzo es cuando se empieza a operar con los nuevos
parámetros. En esta etapa suelen suceder algunas de las cosas que siguen:
67
Establecer símbolos del nuevo orden de cosas. Reafirmar todo lo hecho y
compartir experiencias
Asignar a todo el mundo una función. Hacer a todos partícipes del cambio
Comunicar, comunicar, comunicar.
En la siguiente figura observaremos algunos de los factores que deben ser tenidos
en cuenta en el momento de establecer los planes de soporte del cambio.
68
Una estructura para facilitar procesos de cambio
De las estrategias puntuales planteadas en el punto anterior, rescatamos la
estructura básica que debe tenerse en cuenta para facilitar los procesos de cambio.
La misma parte de la ejecución mantiene seis acciones claves:
69
Necesidad Compromiso Medición
Visión Participación Cambios Cambio
del de los del
compartida del personal integrados duradero
cambio líderes rendimiento
No hay
█ √ √ √ √ √
acción
No hay
√ █ √ √ √ √
dirección
No hay
√ √ █ √ √ √
modelos
No hay
√ √ √ █ √ √
propiedad
No hay
√ √ √ √ █ √
integración
No hay
√ √ √ √ √ █
resultados
Cambio
√ √ √ √ √ √
duradero
La ecuación del cambio
Los dos últimos componentes están relacionados con el concepto sistémico que nos
dice que, de no sostener el proceso con anclajes a nivel de la cultura de la
organización, del establecimiento de nuevos comportamientos, de mediciones
coordinadas con la estrategia buscada, e inclusive de sistemas de premios y
castigos coherentes, es posible que los resultados no sean los esperados o que se
sufran retrocesos posteriores a la implementación del cambio.
Por otra parte, la situación suele complicarse un poco más, porque la velocidad en
el tránsito por el proceso de cambio descrito difiere entre empresas, entre grupos
de personas dentro de una misma empresa, o entre personas tomadas
individualmente. Es decir, en una situación de cambio y un momento dados,
70
distintos grupos y distintas personas se encuentran en diferentes etapas del proceso
y deben ser tratadas de manera diferenciada.
Aceptación
Activa
Furia
Respuesta realista al
Esfuerzo para cambio.
recuperar el control. Táctica: convalidar el
Táctica: prestar
Regateo progreso y los planes
atención, no tomarlo concretos.
Intento de minimizar
en forma personal.
el impacto.
Entender.
Táctica: poner en
claro que no hay
Respuesta emocional
negociación posible.
Negación
Defender contra la
realidad inaceptable.
Táctica: preguntar Depresión Prueba
sobre las
interpretaciones Frustración: sentido Análisis de nuevas
personales del de pérdida. alternativas.
Inmovilización cambio. Táctica: Respaldar, Táctica: ayudar a
animar a la toma de explorar las nuevas
Miedo, confusión.
decisiones. opciones.
Pasiva
Tiempo
Las reacciones ante percepciones negativas
Internalización
Fase del
compromiso Institucionalización
Aceptación
Fase de la Prueba
Grado aceptación
de Regateo
sustento
del Furia Fase del
cambio
conocimiento
Negación
Fase del
desconocimiento
Inmovilización
Tiempo
71
A medida que los individuos van superando las distintas etapas de su transición, va
cambiando el grado de apoyo que brindan al cambio. Los sacudones emocionales
que vimos en la gráfica anterior sobre respuesta emocional van lentamente
permitiendo que los grupos de trabajo pasen de una etapa inicial de apoyo cero
(fase de desconocimiento) a las fases de conocimiento y aceptación del cambio.
Los expertos proponen ciertos pasos que se pueden seguir para instrumentar un
plan de cambio; unos los desglosan en tres otros en más; Stephen Robbins
(Comportamiento Organizacional) sugiere cinco grandes acciones: diagnóstico,
análisis, retroalimentación, acción y evaluación.
72
Darío Rodríguez Mancilla (Gestión Organizacional) los condensa en tres:
La Evaluación se hace para conocer los resultados que ha tenido el plan de acción;
aquí sucede una comparación entre el estado anterior y el actual de la empresa
para probar la eficacia de las estrategias aplicadas. Se supone que aquí termina el
ciclo de desarrollo organizacional, pero también se reinicia el ciclo para que se
convierta en un proceso continuo, que es lo más deseable.
73
Análogamente con el proceso de cambio en las organizaciones, pueden
identificarse 3 etapas:
Descongelamiento
Nuevo comportamiento
Nuevo congelamiento
Ello puede dar lugar a pequeños cambios a lo largo del tiempo. Sin embargo, el área
de supervisión puede hacer una propuesta concreta de cambio de formato de la
planilla utilizada que plantee el problema en toda su extensión e involucre a todas
las partes interesadas en la necesidad del cambio: actitudes, lenguaje profesional,
cumplimiento de registros, etc. De este modo, la situación que requería cambio se
ha descongelado, poniendo de relieve sus aspectos más importantes, y generando
la oportunidad de que se estudien cada uno de ellos y se introduzcan las
modificaciones necesarias.
Algunos requisitos de la norma ISO 9001:2008 son una formidable herramienta para
gestionar esta etapa, como el tratamiento de no conformidades, acciones
correctivas y acciones preventivas.
74
A fin de apuntalar lo conseguido en esta etapa, resulta de gran utilidad que la
organización tenga presente los requisitos de la documentación de su sistema de
gestión de la calidad, desarrollando los documentos (procedimientos, instrucciones
de trabajo, etc.) que sean necesarios para asegurar la eficaz planificación,
operación y control de sus procesos, de acuerdo al nuevo comportamiento
alcanzado.
El Nuevo congelamiento se produce cuando todos los que están relacionados con
la situación de cambio aceptan las innovaciones que se han producido y demuestran
nuevas actitudes y comportamientos que se constituyen como verdaderos hábitos
de trabajo renovados. La aceptación definitiva se demuestra cuando todos los
trabajadores realizan la tarea (o utilizan la tecnología o se mueven en un entorno
físico) introduciendo el cambio en sus procesos habituales: el nuevo
comportamiento pasa a ser parte de la personalidad del individuo o de los grupos.
Para consolidar esta etapa se requieren acciones de refuerzo, por lo que resulta
clave que la organización realice una adecuada gestión de sus RR.HH.
(competencia, toma de conciencia y formación), y lleve a cabo además auditorías
internas.
del cambio
Situación
inicial
Ruptura de
la inercia
Decaimiento
temporal
Tiempo
Duración del cambio
75
Las mejores prácticas del proceso de cambio
Para esto existen una variedad de herramientas, entre las que debemos mencionar
fundamentalmente encuestas diagnóstico (generalmente incluyen combinaciones
de análisis de percepción de la magnitud del cambio, la disposición de apoyarlo, el
clima organizacional, el análisis de factores condicionantes y reforzadores, etc.).
Este proceso se completa con una serie de talleres de trabajo que profundizan los
resultados obtenidos.
Finalmente, también suelen realizarse talleres de análisis del impacto del cambio
sobre las personas o grupos de personas afectadas.
Debe tenerse en cuenta una estructura básica de trabajo. Pueden incluirse también
estudios de consistencia entre los elementos de la organización en base a modelos
como el “Modelo de Análisis Organizacional” (MAO).
76
que tienen mayor validez, los mecanismos de evaluación de resultados de la
comunicación y la obtención del feedback necesario.
Gestión del Rendimiento es entendido aquí como concepto amplio, que incluye el
área organizacional y también el área personal.
77
Complementariamente, en la faz personal se trabaja en sistemas de evaluación
(pueden orientarse a performance y/o competencias), que pueden seguir rutinas
tradicionales o inclusive ser del tipo feedback.
Aunque todos los aspectos del cambio ganan al llevarlo a cabo en colaboración con
los involucrados, es necesario que exista una compresión compartida, dentro de la
organización, de que el quiebre que se puede producir en el ámbito de conversación
y comprensión afecte la productividad y calidad.
78
organización, de no ser así, tal vez el cambio supere nuestra capacidad de
respuesta.
Sabe que el cambio es necesario pero no sabe realmente cómo hacer que suceda.
¿Por dónde empezar? ¿A quién involucrar?
Hay muchas teorías acerca de “cómo hacer el cambio”. John P. Kotter presenta su
proceso de 8 pasos hacia al cambio en su libro “Liderando el cambio” (“Leading
Change”), publicado en 1995. Los 8 pasos son:
Para que ocurra el cambio, sería de gran ayuda que toda la empresa realmente lo
desee. Desarrolle un sentido de urgencia alrededor de la necesidad de cambio. Esto
puede ayudarlo a despertar la motivación inicial para lograr un movimiento.
Qué hacer:
79
Iniciar debates honestos y dar razones convincentes para hacer a la gente
pensar y hablar.
Solicitar el apoyo de clientes para reforzar sus argumentos.
Kotter sugiere que, para que el cambio ocurra con éxito, el 75% de los directivos y
gerentes de la compañía deben “comprar” el cambio. En otras palabras, debe
trabajar duro en este primer paso e invertir mucho tiempo y energía en la
construcción de una urgencia., antes de pasar al siguiente paso. Que no haya
pánico y no haga un gran salto por no correr el riesgo de nuevas pérdidas a corto
plazo.
Puede encontrar líderes del cambio dentro de la empresa. Para liderar el cambio,
debe reunir una coalición o equipo de personas influyentes cuyo poder proviene de
una variedad de fuentes, incluyendo los puestos que ocupan, status, experiencia e
importancia política.
Qué hacer:
Una visión clara puede hacer entender a todos el por qué está usted pidiéndoles
que hagan algo. Cuando las personas ven por sí mismas lo que están tratando de
lograr, las directivas que les son dadas cobran más sentido.
80
Qué hacer:
4. Comunique la visión
Qué hacer:
Pero, ¿hay alguien que se resista al cambio? ¿Existen procesos o estructuras que
están en el camino?
81
Ponga en marcha la estructura para el cambio y compruebe constantemente las
barreras que existan. La eliminación de los obstáculos puede potenciar a las
personas que usted necesita para ejecutar su visión y puede ayudar a avanzar en
el cambio.
Qué hacer:
Identifique o tome personas nuevas que sean líderes del cambio y cuyas
funciones principales sean hacer el cambio.
Mire la estructura orgánica, puestos, y sistemas de recompensas para
asegurarse de que están en consonancia con su visión.
Reconozca y recompense a la gente que trabaja para el cambio
Identifique a las personas que se resisten al cambio y ayúdeles a ver que lo
necesitan
Adopte medidas para eliminar las barreras (humanas o no)
Nada motiva más que el éxito. Dele a su empresa el sabor de la victoria en una fase
temprana del proceso de cambio. Dentro de un breve período de tiempo (que podría
ser un mes o un año, dependiendo del cambio), usted va tener que lograr resultados
palpables por su gente. De otra manera, la gente crítica y negativa podría lastimar
el proceso.
Cree metas a corto plazo y no sólo un objetivo a largo plazo. Usted desea que cada
pequeño logro sea posible, con poco margen para el fracaso. Su equipo de trabajo
para el cambio puede tener que trabajar muy duro para llegar a los objetivos pero,
cada “victoria“ de corto plazo puede ser muy motivador para todo el personal.
Qué hacer:
Kotter sostiene que muchos proyectos de cambio fallan porque se declara la victoria
muy tempranamente. El cambio real sucede muy profundamente. Las victorias
tempranas son sólo el comienzo de lo que se necesita hacer para lograr los cambios
a largo plazo.
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El lanzamiento de un nuevo producto utilizando un sistema completamente nuevo
está muy bien. Pero si puede lanzar 10 productos nuevos, eso significa que el nuevo
sistema funciona. Para llegar a esa décima victoria, deberá seguir buscando
mejoras.
Cada victoria proporciona una oportunidad para construir sobre lo que salió bien y
determinar qué se puede mejorar.
Qué hacer:
Después de cada victoria, analizar qué salió bien y qué se necesita mejorar
Fijarse más metas para aprovechar el impulso que ha logrado
Aprenda sobre Kaizen, la idea de la mejora continua
Mantenga ideas frescas sumando más agentes y líderes del cambio
Por último, para lograr que cualquier cambio pegue, éste debe formar parte del
núcleo de la organización. La cultura corporativa a menudo determina qué hacer,
por lo que los valores detrás de su visión deben mostrarse en el día a día.
Haga que los esfuerzos continuos para garantizar el cambio se vea en todos los
aspectos de su organización. Esto ayudará a darle un lugar sólido al cambio en la
cultura de la organización.
Qué hacer:
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Puntos claves:
Tiene que trabajar duro para cambiar con éxito a una organización. Cuando planea
cuidadosamente y construya un buen fundamento, la aplicación del cambio podrá
ser mucho más fácil, y se podrá mejorar las posibilidades de éxito. Si está
demasiado impaciente, y si espera resultados demasiado pronto, es más probable
que fracase.
LA RESISTENCIA AL CAMBIO
Lo que tan vulgarmente solemos llamar “miedo al cambio” en realidad no es tal, sino
temor a lo que perderemos con el cambio. En la mayoría de empresas en las que
se propone un cambio importante, hay tres tipos de sujetos:
Grupo 1. Los que creen que ganarán algo. En todos los sitios (en algunos
más) hay personas que creen en la empresa y en su suerte y consideran que
todo cambio es una evolución para su carrera personal. Estos sujetos
sentirán entusiasmo y serán los principales colaboradores y promotores del
cambio. Su lema podría ser “a río revuelto ganancia de pescadores”.
Grupo 2. Los que temen perder lo que tienen, que es bueno. Estos
trabajadores sienten que alcanzar lo que tienen (salario, posición, beneficios)
les ha costado bastante y no quieren arriesgarse a perderlo. Su lema es
“mejor pájaro en mano que ciento volando”.
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Grupo 3. Los que temen perder lo que tienen, aunque sea malo. Estos
sujetos no ven nada positivo en su situación pero se han acostumbrado tanto
a lo que tienen (puesto, mal ambiente, mala relación con el jefe) que temen
perder su pequeña estabilidad. Su lema es “mejor malo conocido que bueno
por conocer”.
¿Cuáles son los principales generadores de inseguridad que hay que combatir?
85
de todos los departamentos. Y digo más, si es posible hacerlos participar en
el proceso de definición de estrategia mucho mejor. Si participan de la toma
de decisión, el proyecto será suyo y llegará a buen término.
Apoyar el proceso. Cualquier cambio que no tiene el apoyo de la dirección
general no suele llevarse a cabo. La dirección debe estar atenta a las
necesidades del proceso nuevo, a las de los agentes del cambio y a las de
todos los demás para ayudarlos a reducir inseguridades.
Algunos de estos intentos han tenido mucho éxito mientras otros han sido fracasos
totales. De todos ellos, apunta Kotter, pueden deducirse interesantes lecciones que
pueden ser útiles a muchas otras organizaciones.
La principal lección que se desprende de los casos más exitosos es que todo
proceso de cambio pasa por una serie de fases que, en su conjunto, requieren
mucho tiempo. Saltarse los pasos sólo crea una ilusión de rapidez y nunca da
resultados satisfactorios. Una segunda lección es que los errores que se cometan
en cualquiera de las fases pueden tener efectos desastrosos, aminorar el ímpetu y
anular avances logrados duramente.
En sus investigaciones, Kotter identificó los ocho errores principales que se cometen
al enfrentar un proceso de cambio organizacional, que caracteriza de la siguiente
forma:
Casi todos los esfuerzos de cambio que tienen éxito comienzan cuando algunos
individuos o grupos empiezan a considerar seriamente la situación de la empresa
dentro de la competencia, su posición en el mercado, rendimiento financiero y
tendencias tecnológicas. Concentran su atención en la eventual pérdida de
86
ingresos, disminución de los márgenes de ganancia, o en mercados emergentes
que todos parecen ignorar.
Más del 50% de las empresas que analizó Kotter fallaron en esta primera fase.
¿Cuáles son los motivos de tal fracaso? A veces, los directivos subestiman lo difícil
que resulta sacar a los demás de donde se sienten cómodos. Otras veces, creen
que lograron transmitir una suficiente sensación de urgencia. Otras, no tienen la
suficiente paciencia: “Basta de preparativos, avancemos ya”, En otros casos, los
paraliza la posibilidad de fracasar. Les preocupa que los empleados más antiguos
se pongan a la defensiva, que decaiga la motivación, que se pierda el control, que
a corto plazo se arriesguen negocios, que caiga el valor de las acciones de la
empresa y que los acusen de desencadenar una crisis.
Es frecuente que los grandes programas de renovación los inicien solamente una o
dos personas. En los casos que han tenido éxito, la coalición que lidera el cambio
crece a lo largo del tiempo. Se dice que un gran cambio es imposible a menos que
la cabeza de la organización lo apoye activamente.
Pero, los cambios requieren mucho más que eso, además del jefe principal es
necesario que participen varios miembros de la dirección. En la experiencia de
Kotter, este grupo jamás incluye a todos los ejecutivos más altos de la empresa,
porque algunas personas simplemente no creen en el cambio, por lo menos al
principio. Como la coalición conductora incluye miembros que no forman parte de la
alta dirección, tiende, por definición, a operar por fuera de la jerarquía.
87
Algo sumamente útil, cuando se trata de organizar una coalición conductora, es que
los altos mandos experimenten una sensación de urgencia, pero generalmente hace
falta algo más. Alguien debe reunir a esas personas, ayudarles a formarse una idea
común de los problemas y oportunidades de la empresa, y a que se dé un nivel
mínimo de confianza y comunicación. Una de las maneras más comunes de hacerlo
es concentrarlas, durante dos o tres días, fuera de las instalaciones de la empresa.
Las empresas que fracasan en esta segunda fase generalmente subestiman las
dificultades de producir el cambio y de ahí la importancia de una colación conductora
poderosa. Algunas veces no han tenido suficiente experiencia de trabajo en equipo,
otras veces suponen que el equipo puede ser liderado por un empleado del área de
recursos humanos, de calidad, de planificación, en lugar de confiar esta tarea a un
ejecutivo clave de la cadena de mando.
88
El cambio es imposible a menos que muchas personas de la organización estén
dispuestas a ayudar a producirlo. Pero, ningún empleado estará dispuesto a
sacrificarse, a menos que crea en la posibilidad de un cambio útil. Sin una gran
cantidad de comunicaciones que inspiren confianza, el corazón y la mente de las
tropas no se capturan jamás, plantea Kotter.
En los esfuerzos más exitosos de transformación, los ejecutivos emplean todos los
canales de comunicación existentes, para transmitir ampliamente la visión.
Convierten los aburridos boletines internos de la empresa, que generalmente nadie
lee, en vehículos para describir vívidamente la visión. Transforman los rituales
consejos de dirección trimestrales en excitantes debates sobre la renovación.
Abandonan muchos de los cursos de formación en dirección y los reemplazan con
otros, enfocados en los problemas reales de sus negocios. Mas importante todavía,
aprenden a “predicar con el ejemplo”, tratando de convertirse en un símbolo viviente
de la nueva cultura empresarial.
Para poder hacer cambios hay que remover obstáculos. Muy frecuentemente, un
empleado capta muy bien la nueva visión y quiere ayudar a realizarla. Pero un
elefante parece estar bloqueando el camino, apunta Kotter. A veces, el elefante sólo
está dentro de la cabeza de la persona, y el problema es convencerla de que no
existe tal obstáculo externo. Pero, en la mayoría de los casos, los factores que
bloquean son muy reales.
89
intermedios, mucha gente desiste o se pasa a las filas de los que han venido
resistiéndose al cambio.
Puede decirse que el cambio es permanente cuando llega a ser “la manera cómo
aquí hacemos las cosas”. Mientras los nuevos tipos de conducta no se traduzcan
en normas sociales y valores compartidos, son susceptibles de degradación, tan
pronto como desaparece la presión de cambiar.
90
otra. Para esto es importante comunicar, por las diferentes vías posibles, cómo los
cambios han propiciado el aumento de los beneficios.
Paso 5-. Facultar a una base amplia para la acción (formar a otros para que
actúen conforme a la visión).
91
Paso 6- Generar logros intermedios, a corto plazo.
La resistencia al cambio
Douglas Smith, en su obra “Hacerse cargo de los cambios” (Taking Charge of
Change) menciona que “...la ignorancia sobre la íntima naturaleza de nuestra
resistencia a cambiar es lo que mata el cambio, y no la resistencia en sí misma...”.
Si las personas tienen suficiente información sobre el cambio, pueden ofrecer cierta
resistencia simplemente porque perciben que no pueden cambiar. Sucede que se
sienten condicionadas por la organización, no saben cómo hacer lo que deben hacer
o no tienen las habilidades requeridas por la nueva situación. Esta sensación
provoca cierta inmovilidad que es percibida como resistencia a cambiar.
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el desacuerdo. Los individuos pueden estar simplemente en desacuerdo en
cuanto a las premisas o los razonamientos sobre los que se sustenta el
cambio. En algunos casos basan sus juicios en modelos mentales muy
cerrados o tienen dificultades para abandonar hábitos muy arraigados;
la incertidumbre. Los efectos del nuevo sistema no son totalmente
predecibles y esto genera temor por falta de confianza en sus resultados;
la pérdida de identidad. A veces, las personas edifican su identidad sobre
lo que hacen. En este marco de referencia, los cambios califican y ofenden.
Aparecen las actitudes defensivas;
la necesidad de trabajar más. Normalmente se percibe que deben
encararse simultáneamente dos frentes distintos: el de continuación de las
viejas tareas y el de inicio de las nuevas rutinas.
La resistencia al cambio puede ser una actuación que puede complicar la situación
de la empresa, ya que los cambios se están produciendo y es necesario adaptarse
a esos cambios para que la empresa sobreviva o se haga más competitiva. Algunas
empresas no se deciden a hacer cambios hasta que notan malos resultados, una
gran pérdida de clientes, de ingresos o cuando notan que algo va realmente mal,
cuando lo que deberían hacer es adaptarse antes a los cambios para que esta
situación no se hubiera dado.
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No
querer
No
poder
No
conocer
En primer lugar, en la base de la pirámide, nos encontramos con que las personas
que no conocen lo suficiente, tienden a demorar el cambio, lo que es percibido
como cierta forma de resistencia. Esta ignorancia esta generalmente ocasionada
por:
Si las personas tienen suficiente información sobre el cambio, pueden ofrecer cierta
resistencia simplemente porque perciben que no pueden cambiar. Sucede que se
sienten condicionadas por la organización, no saben cómo hacer lo que deben hacer
o no tienen las habilidades requeridas por la nueva situación. Esta sensación
provoca cierta inmovilidad que es percibida como resistencia a cambiar. Algunos
factores que contribuyen a esto son:
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En algunos casos, el cambio despierta sentimientos negativos en las personas y
éstas sencillamente no quieren cambiar; ya que consideran que no les conviene o
que las obliga a moverse fuera de su zona de comodidad. Estas reacciones pueden
partir de sentimientos tales como:
Negar
Ignorar
Resistirse
Aceptar y adaptarse
Anticipar y planificarlo
95
Habilidades y
Confusión y capacidad de Confianza y
ansiedad adaptarse al participación
cambio
En casi todos los cambios de gran magnitud aparecen de alguna forma y en alguna
medida los sentimientos mencionados, pero también es cierto que también pueden
aparecer algunos sentimientos positivos como: el entusiasmo por la posibilidad de
un futuro mejor, la liberación de los problemas del viejo orden y las expectativas de
crecimiento o consolidación personal.
96
sensación de que algo se va de las manos interfiere en el ánimo y llega incluso a
provocar malestares físicos. Durante el proceso, se dan varios tipos de pérdida:
97
En cuanto a la categoría organizacional, Robbins cita seis fuentes que son:
Éstas al igual que las pérdidas, puede que no sean todos los tipos de resistencia
que se pueden encontrar en el seno de las organizaciones, se necesitan estudios
profundos y locales para distinguir algunas otras fuentes posibles que frenan la
evolución de la empresa.
Vencer la resistencia
Para vencer la resistencia. No es nada sencillo derribar las barreras que están
dentro del ser humano para conseguir que aparezca una buena disposición al
cambio organizacional; esto exige un esfuerzo continuo y grupal de los que dirigen
el destino de la empresa; no existen fórmulas o recetas que garanticen la extinción
de dichos obstáculos, sin embargo, se pueden aplicar algunas recomendaciones de
expertos para probar su efectividad en una situación dada. Eva Kras alude a Paul
98
Lawrence para ofrecer algunas consideraciones claves en el proceso de cambio
que muy bien pueden vencer o por lo menos ayudar a, vencer la resistencia al
cambio:
Hay varias tácticas para vencer la resistencia, propuestas por John Kotter y que
señala Robbins en su libro sobre comportamiento organizacional:
99
tácticas sencillas y baratas, pero altamente riesgosas y su efecto no es
duradero.
f. Coerción: es la acción que se ejerce a través de amenazas o fuerza bruta a
los que se resisten al cambio para doblegar su voluntad y obligarlos a que
acepten lo establecido por la alta dirección. Esta es cada vez menos efectiva
dada la mayor ejecución de la legalidad y los derechos humanos.
El mundo cambia a cada momento y cada vez más rápidamente, por eso el cambio
parece ser la única constante en nuestras vidas. Hablar de cambio implica hablar
de transformación, devenir, o sea, movimiento. Dado que las organizaciones son
comparables a las personas porque también tienen un ciclo vital, tratan de mantener
un equilibrio con el medio y procuran sobrevivir. En relación a esto, hoy en día las
opiniones hacen hincapié en el desempeño organizacional más que en el
desempeño individual. El cambio en una organización es como empujar una masa
cualquiera, la misma se opondrá al movimiento, pero si se aplica la fuerza en el
lugar y con la magnitud adecuada, se le conseguirá mover.
100
Para ello se requiere de verdaderos líderes para impulsar el cambio, ser un líder del
cambio exige voluntad y la capacidad de cambiar lo que se hace, así como hacer
nuevas y diferentes cosas. No obstante, cuando se hacen cosas diferentes, siempre
se chocará con dificultades inesperadas, en consecuencia, siempre se requerirá la
conducción del cambio por personas de una elevada capacidad probada, personas
que sean verdaderos “agentes de cambio”.
El liderazgo
El liderazgo se relaciona activamente con el manejo de los cambios y la eficacia de
los cambios, el establecimiento de una visión de futuro, la atracción de sus
seguidores hacia el logro de esa visión, y la constante inspiración para superar
obstáculos.
Inspirar y transmitir
Texto
Crear ambiente de colaboración
Crear confianza y lealtad
Conocimientos
Competencias Texto
Habilidades
Actitudes (Ejemplo personal, Valores …..
Conocimiento de sí mismo.
Conocimientos profesionales de su propia ocupación.
Adecuada proyección de su autoridad.
Automotivación como fuente de motivación de sus seguidores.
Manejo adecuado de su tiempo y el de su personal.
Adecuado autocontrol emocional.
Claro sentido de la justicia.
Decisión en sus decisiones.
Conducción adecuada de otros.
101
Dominio progresivo de sus actividades teóricas y prácticas.
Capacidad de adecuar su experiencia a las condiciones de su organización.
Eficiencia.
Iniciativa y creatividad.
Enseñar y adiestrar constantemente al personal en el “saber hacer”.
Solución adecuada de problemas.
Gran capacidad de comunicación.
Poder de asociación e integración.
Poder analítico y de enseñanza.
Estímulo al aprendizaje de sus seguidores.
Colaborar y cooperar con sus seguidores (trabajo en equipos).
Capacidad de aglutinar.
Perfección constante (mejora continua).
Para impulsar el cambio, se requiere de verdaderos líderes; ser un líder del cambio
exige voluntad y la capacidad de cambiar lo que se hace, así como hacer nuevas y
diferentes cosas. No obstante, cuando se hacen cosas diferentes, siempre se
chocará con dificultades inesperadas, en consecuencia, siempre se requerirá la
conducción del cambio por personas de una elevada capacidad probada, personas
que sean verdaderos “agentes de cambio”. La palabra “agente” significa según el
diccionario Larousse “aquel que practica la acción, que actúa; autor, causante,
promotor, propulsor, impulsor: principio o sujeto de una acción; naturaleza o
voluntad que se manifiesta en la acción.
Entonces, agente de cambio sería “una persona o grupo de personas que entra en
una organización actual o en una parte de la organización para facilitar el proceso
de cambio. El agente de cambio representa un desafío para el status quo que tiende
a permanecer en todas las organizaciones.
Los agentes de cambio son personas llamadas a influir sobre individuos, grupos y
organizaciones. Aunque cada una de estas entidades es de diferentes tamaños y a
menudo requiere modalidades distintas de intervención, sería conveniente disponer
de un esquema de análisis generalizable, que pudiera aplicarse tanto a un individuo
como a un grupo, una organización o una colectividad pequeña.
Esto sería lo ideal, pero no es una idea factible, ya que la naturaleza de cada entidad
requiere de acciones específicas que influyan en ella. Los agentes de cambio
pueden ser tanto externos como internos, pueden ser administradores, psicólogos
o un equipo interdisciplinario que se encargue del proceso.
102
responsable de iniciar o materializar cambios a escala grupal, departamental u
organizacional. Debe mantener la búsqueda permanente de la mejora y eficacia
organizacional, crear un clima favorable de cambio dentro de su equipo de trabajo
y la organización de manera que las personas no sean solo actores, sino
protagonistas y agentes colaboradores de él en el proceso de cambio. Para lograr
sus objetivos el agente de cambio debe contar con la autoridad que le confiere la
organización, sus habilidades y actitudes y un plan para implantar con éxito el
proceso de cambio.
Estos son los autores y actores del proceso de cambio…el papel del agente de
cambio no es, preliminar ni apriorístico, para promover cambios: es primordialmente:
103
administrativos y el comportamiento humano. Para poder ser efectivo en estas
dimensiones, se requiere que cuente con las siguientes habilidades y/o
conocimientos:
104
Papel y funciones del agente de cambio
De Faria Mello afirma que Kenneth Benne señala que las habilidades requeridas en
un agente de cambio se agrupan en siete áreas, a saber:
105
Un agente de cambio es responsable de dirigir la toma de decisiones vinculadas
con un proceso de cambio y también será responsable de los resultados
alcanzados. Su rol le obliga también a realizar personalmente funciones inherentes
al puesto, por lo tanto, también será ejecutor de algunas funciones relacionadas con
el cambio en alguna de sus etapas.
En algún momento dado, también tendrá que ser asesor o consejero de quienes
participen en el proceso de cambio por ser el más experimentado y quien mejor
conoce la organización para que estos cumplan con sus responsabilidades con
mayor eficiencia y efectividad. Como agente de cambio, tendrá que pregonar con el
ejemplo y ser iniciador de los procesos de cambio para la mejora, para que de ésta
manera, los demás lo consideren como ejemplo a seguir.
Por último, de él dependerán las acciones del cambio planeado, por lo tanto tendrá
que elaborar planes de trabajo y acciones concretas y una vez implementados
estos, deberá verificar si se lograron las cosas tal y como fueron planeadas, de tal
forma que eso lo convierte también en planeador y evaluador de las acciones del
cambio organizacional.
106
Es posible que aumenten las presiones para que cambien las organizaciones
durante los siguientes años, y los líderes deben desarrollar las habilidades y
características personales y los métodos necesarios para ayudar a que sus
compañías sigan siendo competitivas.
Los líderes del cambio real actúan como el perno maestro que conecta tres fuerzas
fundamentales para el cambio organizacional. Las aspiraciones de la alta dirección
(¿en qué estamos tratando de convertirnos?), la energía y la productividad de la
fuerza laboral (¿cómo podemos llegar hasta allá?) y la realidad del mercado (¿qué
desean verdaderamente nuestros clientes?... (Daft, 2000: 311)
No importa lo que los líderes tengan que hacer para cumplir con las tres fuerzas
fundamentales señaladas por Daft, porque el éxito o la supervivencia de sus
organizaciones estará en juego si no se logran, porque aun cuando entiendan que
el resultado final del cambio es importante, también el desarrollo y conservación de
la gente es fundamental, de tal forma que deberán encontrar el equilibrio entre el
establecer metas que estén por encima de las posibilidades de los trabajadores
porque aun cuando se puedan lograr, el costo podría resultar muy elevado, en el
sentido de que podría resultar muy desbastador y desgastante en exceso de la
moral de los trabajadores dadas la velocidad y requerimientos del cambio que
sometan a los trabajadores a esfuerzos físicos o psicológicos en exceso y a los
cuales no estén acostumbrados.
No se pretende decir que no se pueda, sino que al igual que el deportista que no se
entrena para la competencia, si la fuerza laboral no está acostumbrada al cambio,
habrá que iniciar con un periodo de entrenamiento para adquirir el
“acondicionamiento físico necesario”.
107
Los planes deberán incluir salidas alternas, es decir, que no sean inflexibles, que
también se cuente con un verdadero y efectivo sistema de comunicación porque de
eso dependerá en gran parte el que se prevenga la resistencia al cambio por parte
del personal involucrado y que aún no esté totalmente convencido de los beneficios
que el cambio le traerá consigo a la organización y a ellos mismos.
Cuando los consultores son externos, tienen una perspectiva objetiva que las
personas de adentro pueden no tener. Sin embargo, los consultores externos tienen
una comprensión limitada de la historia, cultura, procedimientos de operación y del
personal de la organización. También es más probable que inicien un cambio
drástico, debido a que no tienen que vivir con las repercusiones después de
implementado el cambio. Por el contrario, los agentes internos pueden ser más
cuidadosos, aunque tal vez demasiado, debido a que deben vivir con las
consecuencias de sus decisiones.
Éste actúa por lo regular como el catalizador que activa el cambio en el sistema
organizacional. Los agentes externos prácticamente son empleados temporales de
las organizaciones, pues se les contrata por el período que dure el proceso de
cambio, por lo regular son profesores universitarios o un consultor privado con
conocimientos y experiencias en las ciencias de la conducta, casi siempre están
avalados por un título universitario con especialidad en el comportamiento
organizacional individual o grupal. Con este tipo de formación el agente de cambio
externo cuenta con la perspectiva necesaria para impulsar el proceso de cambio.
108
conflictos, están familiarizados con los productos y la tecnología, pero por otro lado
no disponen de una visión objetiva de lo que sucede, están muy involucrados en los
sucesos organizacionales que pierden la óptica que se requiere para la
identificación minuciosa de factores que representen un riesgo para la empresa.
El agente interno, obviamente, es alguien que trabaja para la empresa y que tiene
algún conocimiento sobre la problemática de que se trate o de por qué se requiere
el cambio y deberá trabajar en forma conjunta con el agente externo, dado que
conoce mejor a la organización, servirá de guía al externo en el proceso de cambio,
ambos deben desempeñar un papel de punta de lanza en la implantación del
cambio, de tal forma que en este tipo de intervención, la objetividad del extraño y su
formación profesional se entremezclan con el conocimiento que la persona de
dentro tiene sobre la organización y sus recursos humanos.
Esta mezcla de conocimientos suele dar como resultado un nivel de confianza cada
vez mayor entre las partes involucradas. La combinación de la capacidad interna-
externa del equipo para comunicarse y desarrollar una relación más positiva puede
reducir la resistencia frente a cualquier cambio venidero:
Sin embargo, cada modalidad tiene sus ventajas y desventajas, mismas que se
señalan a continuación:
109
organización y la aceptación del interno por parte del personal serán cruciales
para llevar el proceso de cambio con mayor probabilidad de éxito.
Lo que los especialistas recomiendan es una combinación de ambos, uno para que
identifique desde una óptica externa las situaciones o elementos perjudiciales a la
organización y el otro para que ejecute y supervise el mantenimiento del nuevo
modelo.
Se deben comprender los objetivos de tu empresa a corto y largo plazo: Tener este
entendimiento ayudará a contratar a las personas adecuadas, fomentar el desarrollo
de los colaboradores y crear un ambiente de trabajo positivo. Saber qué impulsa a
la empresa puede ayudar a desempeñar un papel clave en la realización de la visión
y estrategias para el éxito.
No solo los individuos sino también las organizaciones necesitan cambiar: Los
líderes de Recursos Humanos pueden procurar lograr un cambio en la estructura
organizacional mediante los tres pasos de cambio organizativo de Lewin:
110
Tomar un rol proactivo en dirigir el cambio: Debido a que el departamento de
Recursos Humanos está en contacto con todos los niveles de personal, tienden a
tener un sentido más matizado de los problemas en torno a la productividad. Por lo
tanto es importante aprovechar las habilidades interpersonales y de comunicación
para transmitir de manera efectiva las ideas y problemas del personal a la gerencia,
así como los objetivos de la administración para la fuerza de trabajo.
Aprender a hablar el idioma de los altos mandos: El cambio no ocurre muy a menudo
sin el apoyo de los líderes empresariales. Para tener éxito, asegúrate de
comprender y “adoptar su lenguaje”: objetivos trimestrales, retorno de la inversión,
estructura organizacional, etc.
Establecer métricas e hitos: Por razones similares, los agentes de cambio necesitan
establecer métricas e hitos. Toda transformación digital debe estar vinculada al ROI.
Los agentes de cambio necesitan definir métricas para sus iniciativas que
corroboren sus esfuerzos personales y de equipo. Cuando no lo hacen, hay una
tendencia a que se concentren en la larga lista de tareas que se prolongan sin
reconocer los pasos que han dado y los logros actuales.
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LA GESTIÓN DEL CAMBIO
Debemos hacer que las personas se involucren desde el principio en los cambios
organizacionales, que sientan que son parte del cambio y que trabajen en conjunto
para lograr los nuevos objetivos de la organización. Y es que contar con empleados
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que se resistan al cambio, que piensen que hay una sola forma de hacer las cosas,
la gestión del cambio será un total fracaso. Es por ello que debemos de prestar
mucha atención a nuestros recurso humano.
Las causas porque fracasa la gestión del cambio en las organizaciones es producida
por los recursos humanos. Algunas de las causas más evidentes:
Resistencia al cambio
Falta de compromiso de los altos directivos
Falta de involucramiento del personal
Falta de un equipo interfuncional
La clave principal de todo proceso de cambio está en primer lugar en las personas,
en segundo lugar en la correcta definición de los nuevos procesos y como colofón
en la tecnología. Las personas son las responsables de poner en marcha los nuevos
sistemas; si se resisten al cambio pueden tornar todo el proceso en papel mojado y
seguir con sus pautas anteriores aunque formalmente utilicen nuevas herramientas
y modelos de gestión.
Comprender el proceso de facilitación del cambio para lograr que genere valor, sin
dejar de reconocer las pérdidas que todo cambio implican, supone reconocer la
existencia de al menos tres elementos: a) una situación actual, la que por algún
motivo necesitamos abandonar; b) una situación requerida; y c) un momento difuso,
crítico, a menudo difícil de administrar: la transición.
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Los motores de esa Gestión del Cambio deben ser los directivos y los dirigentes de
las empresas; eso que ahora llamamos CEO (Director Ejecutivo).
De esta forma se cree que la Gestión del Cambio en las empresas, está ligado a la
zona del cerebro que utilicen sus CEO´s (Directores Ejecutivos) en la Gestión de su
empresa y de sus empleados (Gestión del Talento).
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Estas últimas son y serán aquellas empresas que sobrevivan: aquellas que tengan
una correcta visión del futuro, aquellas que promuevan una comunicación en todas
direcciones entre líderes y empleados, aquellas que tengan la capacidad para
entender la actividad simbólica de cada momento, y en este momento que vivimos,
los CEO´s y sus organizaciones deben entender que una parte de esa actividad
simbólica actual es la implementación del entorno 2.06 dentro de sus organizaciones
y la preparación de sus directivos y empleados en el mundo de las nuevas
tecnologías como una parte más de esa Gestión del Cambio y de la Gestión del
Talento.
Vale la pena retomar algunas técnicas que propone Sutton (2003) para el cambio
organizacional:
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- La segunda implica “Quebrar el marco cognitivo”, lo que posibilita cambiar
los esquemas mentales rígidos de las personas, a partir de la concepción de
temporalidad (y no de permanencia) de los procesos, ignorando a los
expertos y las experiencias validadas, para dar paso a la creatividad y
posibilitar no cegarse ante las creencias ya existentes.
- Y por último, “Identificar y rechazar las creencias más apreciadas y
preconcebidas sobre lo que puede tener sentido”, ya que el dejarlas de lado
puede dar paso a identificar hasta donde estas prácticas rutinarias de la
organización se han vuelto sacrosantas, posibilitando utilizar la imaginación
de lo ridículo o absurdo, y a cuestionar y eliminar las “vacas sagradas”,
término que Sutton7 utiliza para hacer referencia a las formas ineficaces de
pensar y actuar porque han perdido utilidad, pero que la gente teme
cambiar.”.
Sin duda alguna son cambios que implican del compromiso no solo del responsable
de la Gestión de Talento Humano, sino también de la autogestión de cada una de
las personas que forman parte de la organización, pues son sus experiencias,
conocimientos, actitudes, expectativas, las que nutren la cultura organizacional, y
que posibilitan el desarrollo de un entorno saludable en beneficio de todos.
7
Robert I. Sutton, profesor en la Stanford Engineering School, y codirector del Centro del
Trabajo, la Tecnología y la Organización de la Universidad de Stanford.
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capaces de cambiar por sí solas? La respuesta es ¡no!, este cambio debe ser
liderado y encauzado de forma adecuada hacia todos los colaboradores de la
organización. Aquí Recursos Humanos tiene la oportunidad de adoptar un rol
protagónico y liderar como Agente de Cambio.
El manejo del cambio se puede explicar de mejor forma utilizado la teoría The
Change Management Iceberg, desarrollada por Wilfried Krüger. Esta aborda tanto
las barreras aparentes como las invisibles al cambio en una organización e intenta
forzar a la gerencia a mirar los desafíos ocultos requeridos para implementar el
cambio.
El Change Management Iceberg se implementa mejor por líderes que aceptan que
las barreras más obvias para el cambio, como el costo, la calidad y el tiempo, son
solo la punta del iceberg y debajo están las barreras más fuertes e influyentes.
Krüger creía que la base del cambio está directamente relacionada con la gestión
de la percepción, las creencias, el poder y la política. Al comprender cómo todos
estos vínculos se unen para crear barreras, los líderes podrán implementar mejor el
cambio que desean lograr.
Es una metáfora donde se usa un iceberg y se hacen ciertas analogías con éste:
Sólo una pequeña fracción del iceberg es visible, lo que los hace ver más pequeños
de lo que son. Alrededor del 90 % de la masa del iceberg está bajo el agua; es decir
mucho de los que pasa, esta “por debajo del agua”, “en el closet”, es común que
digamos: “lo que estamos viendo, es tan solo la punta del iceberg”. 3. La metáfora
nos dice que los que vemos, es tan solo una fracción de lo que pasa, que existen
múltiples factores, fuerzas (“ocultas”), etc. que “empujan” el iceberg a salir a flote.
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La transición
Ya hemos dicho que la Gestión del Cambio implica: la transformación de la
estrategia, los procesos, la tecnología y las personas para reorientar la organización
al logro de sus objetivos, maximizar su desempeño y asegurar el mejoramiento
continuo en un ambiente de negocios siempre cambiante.
La transición es el proceso psicológico por el que las personas deben pasar para
encontrarse en sintonía con la nueva situación. El cambio no sucede sin este
proceso. Es ese momento intermedio entre la situación actual y la deseada durante
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el cual, por un lado, escuchamos los beneficios que nos generará trabajar de
acuerdo a la situación deseada. Pero por otro lado, no nos queda otra alternativa
que seguir operando a la “vieja usanza” porque aún no contamos con los medios,
los procesos, las personas, las estrategias, la información o la tecnología necesaria
para operar de acuerdo a la nueva situación.
“Nos enroscan con la nueva, pero aún comemos de la vieja... ¿hasta cuándo así?”,
decía no hace mucho tiempo un gerente medio directamente involucrado en un
proceso de cambio por el que atraviesa una empresa.
La transición es esa especie de situación intermedia donde notamos las trabas, las
dificultades y los costes del cambio y donde, desafortunadamente, no hemos aún
abandonado completamente las desventajas originales ni hemos obtenido todavía
los beneficios que esperamos. Es el momento en que el cambio es más frágil.
Y es así como la gente se siente. Es en esta etapa donde los actores involucrados
no ven totalmente claro el norte de la situación y emergen las trabas, las dudas, los
costos del cambio, las desventajas del mismo y los perjuicios personales que esta
nueva situación les podría traer aparejados a cada uno: pérdida de poder, de status,
duplicidad o sobrecarga de tareas, posibles nuevos jefes, auto cuestionamientos
acerca de su capacidad, e interrogantes acerca de su futuro inmediato, de la más
diversa y en muchos casos justificada índole.
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Lo que caracteriza a la transición es la incertidumbre. La misma tiene un impacto
directo en el desempeño y motivación de las personas afectadas, lo que genera
reacciones de la más variada magnitud; que al no ser atendidas pueden dificultar el
camino hacia el objetivo deseado. Es el momento en que el cambio tiene más
posibilidades de fracaso.
Medir beneficios o costos de un mejor o peor manejo del cambio resulta dificultoso.
Normalmente las organizaciones no registran integralmente este tipo de situaciones
y mucho menos los costes de oportunidad de las malas decisiones o de las
inacciones.
Sin embargo, los riesgos que se corren por un mal manejo del proceso de cambio
son muy altos:
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Resultados finales negativos (peores que los que existían en el punto de
partida) o beneficios sólo marginales,
Mayores esfuerzos y costes en todo el proceso,
Retrocesos a viejas prácticas luego de cierto tiempo, con el descrédito que
ello trae aparejado para los procesos de cambios futuros,
Efectos desfavorables en el clima de la organización, desmotivación,
excesiva rotación de personal, o
El desmejoramiento de la cadena de liderazgo de la empresa y el pago de
costes políticos internos, entre otros posibles.
Hay formas de reducir estos riesgos, hay situaciones en las que ciertas
intervenciones tienen un impacto muy positivo y otras en que no se logran efectos
favorables. Es muy importante tener un enfoque situacional, pero esto requiere un
grado de experiencia práctica que no se da frecuentemente en el manejo de las
empresas. Los costos de experimentación son demasiado altos y las posibilidades
de éxito muy bajas.
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Reconocer que la resistencia al cambio es una verdad a medias: muchas
empresas se aferran al paradigma de la resistencia para justificar de
antemano el fracaso del cambio. La resistencia es una reacción natural,
predecible y humana. Si hay resistencia, la Dirección no manejó
adecuadamente el proceso.
Aceptar reacciones de toda índole, al menos en una primera etapa. Si no hay
reacción en un proceso de cambio, no hay cambio. La gente reacciona
cuando percibe que algo está cambiando. La resistencia, adecuadamente
canalizada, siempre suma.
Minimizar (no ignorar) el impacto emocional que toda situación de cambio
genera, sin por ello resignar la profundidad y el tomar decisiones, a veces no
deseadas, que todo proceso de cambio supone.
Acortar al máximo posible el período de transición, suministrando información
acerca de la marcha del proceso, generando coaching (entrenamiento) y
compartiendo, por qué no, la incertidumbre. El líder no tiene por qué saberlo
todo.
Comprender que las personas no son artefactos que cambian en una fracción
de segundo de un estado al otro (ON/OFF y viceversa), sino que requieren
su tiempo y habrá que acompañarlas en ese camino, a través de capacitación
formal o informal, talleres, foros de discusión, sesiones de entrenamiento,
creación de una estructura de mentores, etc.
Comunicar, comunicar y comunicar. Noel Tichy, en su obra “El Líder
Transformacional”, destaca especialmente la necesidad de apoyo personal
durante el proceso de cambio, cuando sostiene que “(...) en el drama de la
transformación, los líderes deben dirigir a la organización hacia el futuro,
creando una visión positiva de lo que la organización puede alcanzar y
proveer simultáneamente el apoyo emocional necesario para los individuos
que afrontan el proceso de transición”.
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En síntesis, para que un cambio sea efectivo no basta con tener buenas ideas y
contar con tecnología adecuada, a pesar de que sobre estos componentes las
empresas invierten un 87% de sus recursos para implementar un cambio.
Punto de
equilibrio
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y el desempeño. Señala además que las normas de grupo y los valores compartidos
en las constituyen barreras para el cambio en las organizaciones del siglo veinte,
aunque esto no tiene que ser así.
Tenemos entonces que pensar en que la gente es el recurso más importante sobre
el que se tiene que trabajar si se desea un cambio en la cultura de la organización,
ya que es el más difícil de transformar. Esta varía constantemente, no puede ser
cambiada por decreto, su cambio es imperceptible para los que están dentro de ella
y solo puede ser vista en virtud a una intervención externa, la cual abre paso a la
posibilidad de su cambio aunque este no resulte sencillo ya que hay una tendencia
a verla como la mejor selección posible, aunque en realidad sea poco conveniente
en términos funcionales. Además, como la cultura es la respuesta de la organización
al “estar en el mundo”, si cambia, también cambiará ese estar en el mundo y por
ende las posibilidades que se presentan desde él.
Dentro de un país, que detenta una cultura, existen subculturas que se circunscriben
en diferentes regiones, y cuya variedad o número dependen de la magnitud de ese
país; lo mismo sucede con una organización, entre mayor sea su tamaño se podrán
encontrar subculturas en las distintas áreas o departamentos, máxime si no existe
un esfuerzo por uniformar los valores a las directrices de la empresa.
Es posible identificar valores centrales que comparten todos los miembros, y que
conforman la cultura dominante, mientras que en las subculturas se participan otros
valores en virtud sobre todo de la actividad que ejecutan. Estos últimos no pueden
ser muy distintos o más dominantes que los centrales, pues la cultura corporativa
sería muy débil. Según Robbins existen tres fuerzas que tienen un papel importante
en el mantenimiento de una cultura y son:
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III. Socialización. Ésta no es otra cosa que el proceso de adaptación de los
nuevos empleados al ambiente de la organización; a través de procesos
formales y no formales como la capacitación y la convivencia cotidiana
respectivamente el trabajador va apreciando lo que resulta de valía dentro de
la empresa y ve si cumple sus expectativas y se incorpora a ella o si no se
acerca a lo que pensaba y deserta.
No existe una receta que garantice el éxito, mucho menos si se trata de un cambio
cultural el que se pretende, sin embargo, se pueden seguir ciertas etapas que han
sido aplicadas como parte de una estrategia de cambio por parte de especialistas,
las cuales apoyan el cambio deseado; Bell y Burnham en su obra “Administración,
Productividad y Cambio”, presentan un modelo que llaman “5 C” y que a su criterio
representa un punto de partida para influir en la cultura; las cinco C proporcionan un
entendimiento de la Colaboración, el Compromiso, la Ceremonia, la Celebración y
la Creatividad. Hacen alusión, en ese mismo orden a los equipos de trabajo como
una forma más completa de trabajar, abierta y madura; al sentido de pertenecer a
algo que vale la pena y que es digno de responsabilizarse por él; al reconocimiento
público de los logros y éxitos obtenidos para la empresa y a la pasión por la
innovación para el mejoramiento continuo de los procesos.
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deseada. Los niveles medios son quienes mejor información pueden proveer
por estar más al contacto con la planta laboral y conocen mejor lo que sucede
cotidianamente en la organización.
3. Identificar las diferencias entre la cultura ideal y la real. Esto permitirá
identificar con más claridad y profundidad la brecha que separa a la cultura
que se vive en la organización con la que se aspira a conformar. Hacia las
flaquezas detectadas deberán dirigirse los esfuerzos de cambio.
4. Definir lo que se tiene que hacer para reducir las diferencias detectadas.
En esta parte entra en acción la planeación del cambio, la cual debe
responder a las necesidades detectadas. La simple transmisión de valores
no es suficiente, se debe pensar en estrategias concretas que estimulen la
transición y que operen a diferentes niveles de la organización y además
pensar en una modificación de las estructuras y esquemas que la rigen para
que sean más flexibles y acordes a los nuevos valores.
5. Implantar el plan de acción. Después de la planeación se procede a la
aplicación de las estrategias diseñadas; debe comenzar a ponerse en
movimiento la organización para dirigirla hacia la meta final que es la cultura
deseada. La concienciación y el compromiso juegan aquí un papel
fundamental para lograr los objetivos.
6. Repetir periódicamente el proceso. Esto garantiza que la organización no
vaya a caer en la inercia; un monitoreo constante puede ayudar a detectar el
grado de dinamismo o inmovilidad de los procesos para adaptarlos al entorno
cambiante.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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JOSÉ ANGEL MALDONADO
Estudios Superiores:
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