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Factores Psicológicos Que Intervienen en El Desarrollo Del Cáncer y en La Respuesta Al Tratamiento
Factores Psicológicos Que Intervienen en El Desarrollo Del Cáncer y en La Respuesta Al Tratamiento
INTRODUCCIÓN
La prevención del cáncer cobra cada día mayor importancia. El control de hábitos de
riesgo y la adopción de estilos de vida saludables pueden salvar más vidas que todos los
procedimientos de quimioterapia existentes1. Entre los hábitos de conducta relacionados
con el cáncer se encuentran: la exposición ambiental a carcinógenos, tales como el
tabaco, el alcohol, la ingesta de dietas ricas en grasas y bajas en fibras, exposiciones
solares, así como la combinación de estos factores. En concreto, el tabaco causa el 30%
de todos los cánceres (80% de los cánceres de pulmón)2. La educación para la salud es
fundamental para la adquisición de hábitos de salud que prevengan la aparición del
cáncer. Es popular el decálogo europeo contra el cáncer promovido dentro del programa
Europa contra el cáncer (Tabla 1). Este programa comenzó durante la cumbre de la
Comunidad Europea celebrada en Milán en el año 1985. Uno de sus objetivos
principales es educar a la población en hábitos de salud y reducir la incidencia de cáncer.
El apoyo social también va a ser un predictor del estado de salud y de la mortalidad, así
como de la adaptación ante acontecimientos estresantes, ya que las personas que tienen
pocos o escasos lazos sociales presentan menor frecuencia de conductas preventivas,
llegan con un nivel más avanzado de enfermedad, presentan menos adherencia al
tratamiento y el impacto de la enfermedad es mucho más estresante3.
ESTRÉS Y CANCER
El estrés puede afectar al inicio o curso del cáncer, generando cambios biológicos
propios de la respuesta de estrés y con cambios en las conductas de salud o estilos de
vida que pueden predisponer a la enfermedad. Ante los efectos del estrés las personas
pueden llevar a cabo conductas altamente perjudiciales para la salud como el tabaco, el
alcohol, los patrones de alimentación inadecuados, el rechazo de tratamientos médicos,
etc.
Además determinadas células del sistema inmune secretan ellas mismas péptidos,
algunos de los cuales son precursores de neurotransmisores, con lo que se establece una
comunicación bidireccional entre el Sistema Nervioso Central y el Sistema Inmune.
Algunos autores8 han encontrado relación entre niveles altos de estrés y menor
supervivencia.
Sklar y Anisman9 en una completa revisión sobre estrés y cáncer concluyen: "Nuestro
punto de vista es, no que el estrés sea la causa del cáncer sino más bien que el estrés,
como acontecimiento ambiental con profundos efectos sobre el funcionamiento
fisiológico, puede influir el curso de la enfermedad neoplásica. En efecto, el estrés se
traduce en cambios biológicos compensatorios para hacer frente a las demandas a las
que se ve sometido el organismo. Sin embargo, la movilización focalizada de recursos o
su potencial agotamiento incapacita en alguna medida al organismo para luchar con
eficacia con las células cancerosas. Dada la relación existente entre los sistemas
neuroquímico, hormonal e inmunitario, una perturbación en cualquiera de estos procesos
podría incrementar ostensiblemente la proliferación de células cancerosas". Un buen
resumen acerca de la relación entre el estrés y el cáncer lo expresan Wayner, Cox y
Mackay10 al destacar que:
1. El estrés puede influir sobre la iniciación del cáncer de varias maneras: i. Aumentando
la exposición del sujeto a un carcinógeno; ii. Interactuando con los efectos de un
carcinógeno; iii. Permitiendo la expresión de un potencial genético latente a través de un
cambio en el sistema hormonal.
3. El bloqueo de ciertas células inmunológicas, tales como los linfocitos NK, debido a la
acción conjunta del estrés y del propio tumor, podría aumentar la probabilidad de que
determinadas células precozmente transformadas eludieran la acción de las defensas del
organismo.
PERSONALIDAD Y CÁNCER
CONSIDERACIONES FINALES
Son abundantes en los últimos años las investigaciones que intentan demostrar la
relación entre el estrés, personalidad, acontecimientos estresantes y la aparición del
cáncer y su evolución. Dentro de la etiología multifactorial del cáncer, los resultados de
estas investigaciones parecen señalar la influencia de los factores psicológicos en el
cáncer. Sin embargo, es necesario continuar con las líneas de investigación y solucionar
problemas metodológicos. No existen estudios prospectivos y los instrumentos de
medida deben de ser más fiables. Asimismo hay que ser muy prudentes con la
interpretación que se hace de estos resultados. Estas interpretaciones pueden ir al
extremo de "causa-efecto", "por haber estado estresado durante un año he tenido un
cáncer". No es extraño que, en muchas ocasiones, enfermos de cáncer se sientan
culpables por la enfermedad. Si asocian que su estilo de personalidad o su respuesta ante
situaciones estresantes han favorecido la enfermedad les puede generar una angustia que
influya negativamente en su adaptación. Igualmente se pueden sentir excesivamente
responsabilizados en la evolución de la enfermedad. Es bueno que el enfermo colabore
en todos los sentidos en su recuperación y se sienta implicado en el tratamiento, pero los
enfermos pueden sentirse muy presionados por los familiares, incluso por los sanitarios,
por tener una actitud optimista y "poner de su parte" cuando la extensión de la
enfermedad o el estado físico ocasiona otro tipo de respuesta. Hay que permitir al
paciente responder con sus propias estrategias de adaptación, coherentes a su estilo de
personalidad y sin reprimir las emociones que pueda sentir.