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Las incapacidades y otras reclamaciones generan activos

contingentes. Estas deben cumplir algunas condiciones para


ser reconocidas como activos. Si tales condiciones no son
cumplidas, las reclamaciones deben ser objeto de simple
revelación en notas a los estados financieros.
Cuando un trabajador sufre una enfermedad o un accidente que
le impiden desempeñar sus labores temporalmente, tiene
derecho, de acuerdo con nuestra legislación laboral, a recibir
una compensación denominada “incapacidad”. Ahora bien,
inicialmente la compensación es asumida por el empleador,
pero posteriormente dichos recursos son reembolsados por la
EPS, ARL o fondo de pensiones, dependiendo del caso.

Los empleadores suelen pagar directamente al empleado el


valor de su incapacidad, y luego hacen la reclamación ante la
entidad responsable, para finalmente obtener el reintegro a
través de la planilla de liquidación de aportes.

Pese a que la EPS, ARL o fondo de pensiones tienen el deber


de reintegrar al empleador el valor correspondiente, es
absolutamente necesario que se cumplan todos los requisitos
definidos por estas entidades, para proceder con el efectivo
cobro de la suma de dinero.

“el reconocimiento de una cuenta por cobrar requiere


que la entidad pueda probar que tiene un derecho real
y cierto a recibir una suma determinada de dinero”
Debido a lo anterior, el solo hecho de que el empleador haya
cancelado al trabajador unas sumas de dinero (las cuales
pueden ser vueltas a cobrar a otra entidad), no significa que el
primero pueda reconocer, de manera automática, una cuenta
por cobrar a un tercero. Esto sucede porque el reconocimiento
de una cuenta por cobrar requiere que la entidad pueda probar
que tiene un derecho real y cierto a recibir una suma
determinada de dinero, y este derecho no se materializa con la
existencia de la enfermedad o lesión que generó la
incapacidad, ni con el hecho de haberle pagado al trabajador;
sino que se consolida cuando el empleador ha llevado a
cabo, de manera satisfactoria, todos los trámites
requeridos por la entidad pagadora.

Es por eso que el reconocimiento de cuentas por cobrar por


concepto de reclamaciones debe pasar por un examen
minucioso, para que el preparador de la información esté
seguro de que se han cumplido todos los requisitos para que la
reclamación sea efectiva.

En vista de todo lo expuesto, el proceso para el reconocimiento


contable de una incapacidad podría seguir esta secuencia:

1. El pago al trabajador debería contabilizarse como gasto


por incapacidad.
2. El valor reconocido por la entidad pagadora, una vez sea
aceptado, debería reconocerse como un menor valor del
gasto por incapacidad, con cargo a una cuenta por cobrar
destinada a la entidad pagadora.
3. Los requisitos para reconocer la cuenta por cobrar
deberían ser la documentación y el soporte de la
reclamación recibida y respondida de manera afirmativa
por la entidad pagadora.
Se justifica este tratamiento puesto que si la entidad reconoce
las cuentas por cobrar simplemente por el hecho de
haberle pagado al trabajador, podría estar sobrevalorando
el monto de esa cuenta. Además, si la entidad no lleva a cabo
la reclamación o no aporta la documentación requerida, estos
valores nunca serán recuperados.

Prueba de deterioro
Al igual que todos los demás activos que se miden por un
modelo diferente al del valor razonable, la entidad debe llevar a
cabo una prueba de deterioro en relación con las partidas
reconocidas como cuentas por cobrar por concepto de
reclamaciones.

Esta prueba es especialmente importante debido a la


naturaleza misma de la partida. Por tratarse de valores en
reclamación a terceros, la entidad debe ser muy estricta en la
prueba de deterioro: cualquier valor sobre el cual tenga dudas
considerables en cuanto a su recuperabilidad, debería ser
deteriorado.

En algunas entidades se mantienen grandes valores en cuentas


por cobrar a EPS, ARL y fondos de pensiones, por
reclamaciones de incapacidades de años anteriores que aún
están en disputa. Estos valores deben deteriorarse, y solo
deberían ser objeto de reconocimiento (o reversión de
deterioro) cuando la entidad obtenga un concepto
favorable por parte de la entidad pagadora.

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