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LAS TRAMPAS DEL SISTEMA AL ACTIVISMO SOCIAL Y ECOLOGICO

Bittor Nuñez Rodriguez –. ( Iruñea- Pamplona, 10 de Noviembre de 2008)

En la era de la comunicación y la tecnología, dominar el discurso, moderar y regular el mensaje, estudiar


las tendencias e inquietudes sociales, es fundamental e irrenunciable, ya que permite optimizar las
respuestas y contraofensivas que el sistema a de perpetrar para frenar toda disidencia y discurso
disgregador de la máxima imperante; esa idea que apuntala que el actual es el único pensamiento,
sistema y organización posible: el capitalismo. Significativo y preocupante sin lugar a dudas es que ante
la crisis económica actual, un máximo responsable de gobierno como el presidente Frances, en los
momentos más palpables del reconocimiento social de la crisis financiera internacional, se atreva a
decir, con una sonrisa de amigo de barrio en la boca, que “hay que refundar el capitalismo”. En lugar de
reconocer la obsolencia de un sistema absolutamente colapsado, con importantes significancias de tipo
moral y ético en algunas de las causas detonantes de esta debacle económica – las hipotecas subprimes,
la falta de control y gobierno que delimitará riesgos y practicas mafiosas veladas bajo neologismos
actuales, como “creatividad financiera o ingeniería financiera”, - ahora un envalentonado Presidente
Sarcozy, se permite lanzar un globo-sonda a la sociedad hamburguesada actual, para comprobar con
gran satisfacción, que no existe reacción alguna de cierta significancia, como para que puedan hacer y
deshacer a su antojo. Estos nuevos Marxistas-Leninistas del reparto de la ruina entre las clases medias y
el pueblo obrero, llevan años ganando batallas a todos cuanto han estado defendiendo otro mundo
posible, a través de robar, maquillar y manipular el propio discurso de las bases sociales. Ahora se
apoderan de la solidaridad: las gentes de a pie somos unos insolidarios cuando nos oponemos a que se
inyecte liquidez de las arcas públicas en el sistema financiero, que no es otra cosa que los bancos, las
grandes entidades intermediarias de gestión de inversión, las compañías aseguradoras, etc. Hace pocos
años los movimientos pacifistas en su oposición a los ejércitos y las guerras, tuvieron que ver como los
ejércitos se transformaban en los principales interesados en desarrollar misiones de Paz. Hace veinte
años los movimientos feministas que reivindicaban la igualdad en la incorporación de la mujer al mundo
laboral, consiguieron que el sistema contará con nuevo capital humano, nuevas productoras-
consumidoras que apuntalaban el crecimiento insostenible de una económica voraz, esclavizadora y
materialista, más mano de obra y recursos humanos que aceleraran la capacidad productiva y
aumentara las cuentas de resultados. A fin de cuentas, todos estamos apuntados a la filosofía del
“cuanto más mejor”, sin darnos cuenta de que el sistema porta un cronometro de cuenta atrás, el cual a
comenzado en este mercado global a dar tan solo los primeros síntomas de su colapso. Esto no indica
que las mujeres no tengan el derecho a incorporarse al mundo laboral, a decidir en que términos lo
hacen, con la misma legitimidad y derecho que cualquier otro hombre. Ser conscientes de ciertas
enseñanzas que da la perspectiva histórica también ayudará a la mujer a ser más libre.

Continuando con esta misma línea argumental, debemos añadir aquí como el propio discurso ecologista,
esta sirviendo para apuntalar negocios, generar pingues beneficios y lavar las décadas de daños
ambientales irreparables, con operativas de marketing verdaderamente perversas, causados bien por la
industria del automóvil bien por los lobbies de la energía. Sirvan estos dos ejemplos como exponentes
de la absorción por parte del sistema de términos como sostenibilidad, ecología, reciclaje, consumo
responsable, etc. Si a mediados de los ochenta, aquellos que siendo todavía unos imberbes muchachos
idealistas, en nuestras campañas de reciclaje hubiéramos sabido que estábamos posibilitando la
creación de negocios privados basados en la producción de la basura, habriamos acentuado con mucho
mayor ahinco la importancia de Reducir y Recuperar, dos normas de capital importancia, e indisociables
de las ya famosas tres R. No quiere decir esto que no remarcaramos su importancia. Hoy en día, el
reciclaje, en lugar de estar gestionado por instituciones publicas, ha pasado a estar en su mayor parte en
manos privadas, cuyo negocio esta muy de lejos relacionado con la reducción del consumo.Más bien al
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contrario. A mayor consumo, mayor residuo, a mayor residuo mayor beneficio. No ocurre esto en todos
los materiales, pero si que resulta significativo al menos con cierto valor simbolico, para ilustrar lo que
vengo a querer denunciar en este articulo, y es que el sistema nos gana la partida neutralizando el valor
y significado de nuestro discurso apoderándose de los términos, practicando una cirujía disgregadora
del fondo y profundidad de los mismos, y transformándolos en herramientas en su propio beneficio.
Todo ello no es indicativo, ni sirve como excusa para desechar en nuestros criterios, habitos y modos de
consumo, por poner un ejemplo el reciclaje. Esto sería hacer tanta trampa como la que hace el sistema.
Lo que debemos muy por el contrario hacer los ciudadanos conscientes, es incorporar aquellas partes
del discurso que es sistema ha querido invalidar. Aquellos presupuestos teoricos que dan sentido por
seguir el simil, al reciclaje. El reciclaje es un mal, menor, y aunque sea un mal necesario, ello no nos
puede servir para obviar que es más importante reducir el consumo y reutilizar que reciclar, ya que esta
industria del transformado es también costosa, contaminante y precisa de la reducción de los niveles de
consumo ádemas la progresiva incorporación de la ecoeficiencia en los procesos de diseño y producción,
para alcanzar algún dia la optimización de ciclo completo de los materiales. El término eco-eficiencia fue
acuñado por el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) en su publicación del año
1992 "Changing Course". Está basado en el concepto de crear más bienes y servicios utilizando menos
recursos y creando menos basura y polución. En 2002, se publicó el libro de Michael Braungart y William
McDonough Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things sobre las ideas de eco-eficiencia y sus
aplicaciones prácticas. Está ecoeficiencia, tampoco debe ser aislada de la aplicación de las tres R´S, ya
que por si sola no apuntala las causas principales que generan el colapso económico y medioambiental.

Es importante estar atento con un muy necesario espíritu critico a dichas trampas. Para comprender
bien como algunas cuestiones son veladas bajo el termino de “ecológico”, debemos tomar en cuenta
cuestiones como el modo de producción, sus costes medioambientales en su producción, etc. Un coche
eléctrico que no produzca contaminación atmosférica directa por que su principal batería energética no
sea de combustión sino de carga eléctrica, deberá ser valorado también por los costes ambientales que
genera la producción de la electricidad. Esa electricidad en España, esta asociada a la combustión de
Carbón en nada más y nada menos que un 24%, a la energía nuclear en un 18,4%, al gas natural en un
22,6%, a otras en un 13,7 y finalmente a renovables en un 20,6%. La suma total de energías
contaminantes y/o agotables superan con mucho a las fuentes renovables, y cabe aquí tomarse muy en
serio que para la producción de esa electricidad si que ha existido una contaminación previa muy a
valorar.

Los ciudadanos conscientes radicalizaran sus practicas, es decir, iran a la raíz del problema, y preferirán
el transporte publico y colectivo, la bicicleta, caminar en la ciudad- siempre y cuando sea posible su uso -
antes que el coche eléctrico, si buscan una alternativa al actual coche de gasolina. Ello no les impedirá
incorporar vehículos para uso particular que incorporen otras tecnologías alternativas, si estuviera
demostrada su ecoeficiencia y una considerable reducción de su impacto ambiental. Decidirán en el
actual panorama internacional, como muchos holandeses lo han hecho ya, ante la sospecha de banca
rota de una de sus más tradicionales compañía bancaria, cambiar sus practicas de ahorro y banca,
iniciándose en la banca ética ( en España operan ya algunas de estas entidades), pero también pueden
tratar de evitar la intermediación de entidades y compañías en sus inversiones y ahorros, y apoyar
movimientos y proyectos coperativos con la inversión directa en aquellas empresas con un alto valor y
componente medioambiental. Los ciudadanos conscientes incorporaran en sus criterios de inversión, no
solo los riesgos financieros, si no los riesgos medioambientales, éticos, y sociales, como valores
indisociables del concepto de rentabilidad y buscando una tangibilidad no solo económica en dichas
inversiones, sino también de hechos demostrables en el discurso mediatico y de marketing. Detalles tan
simples como evitar usar la bolsa de plástico en los supermercados y volver a la bolsa de tela (reutilizar),
consumir productos frescos y locales de temporada (reducción de embalajes, reducción de transporte y
su consabida costes ambientales y de explotación en otros países subdesarrollados), compartir la ropa

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entre amigos y hermanos, recuperar modos de ocio comunitarios y de encuentro en medios naturales
mediante practicas medioambientalmente conscientes, frente a los individualistas, y aquellos que
faciliten el consumo compulsivo de tecnología, son posibilidades que se abren y recuperan ante el
cambio de paradigma al que asistimos. Como dirían los hermanos Wakowsky, en boca de su personaje
Morfeo, salir de Matrix es posible, eligiendo, la pastilla roja o la pastilla azul. A veces es más fácil
permanecer en el mundo feliz de Aldoux Huxley, que despertar de este largo sueño. Tú eliges, tú
decides.

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