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ANALISIS DEL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN EL


MUNICIPIO DE AGUACHICA-CESAR

DESARROLLADO POR

JHON JAIDER NIETO MARÍN


Programa: Gestión Financiera

DOCENTE

ELIZABETH BENAVIDES CARRASCAL


Asignatura
Investigación de Mercados

FES
(FUNDACION DE ESTUDIOS SUPERIORES COMFANORTE)

OCAÑA NORTE DE SANTANDER

2019
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CONTENIDO
Introducción .......................................................................................................................3
1. Objetivos.........................................................................................................................4
1.2. Objetivos General....................................................................................................4
1.3. Objetivo Especificos............................................................................................4
3.Planteamiento del problema………………………………………………………..5
4. Justificación. ………………………………………………………………………….6
5. Marco Teorico................................................................................................................7
6. Marco Histórico……………………………………………………………………...11
7.Marco conceptual........................................................................................................17
8. Datos y análisis………………………………………………………………………..22
6. Bibliografia............................................................................................................28
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INTRODUCCIÓN

En los últimos años Colombia ha logrado consolidar la construcción de series periódicas


de datos sobre el consumo de sustancias psicoactivas en las distintas poblaciones,
dejando atrás periodos en que se carecía de la información necesaria para la formulación
y la evaluación de las políticas públicas en esta materia. En este marco, se destaca el
papel del Observatorio de Drogas de Colombia, que de acuerdo con el mandato del
Consejo Nacional de Estupefacientes, lidera la generación de conocimiento sobre el uso
de drogas a través de la realización periódica de estudios en población general, escolar y
universitaria, con el uso de una metodología validada internacionalmente que permite la
comparación con países de la región con el propósito de contar con un panorama
aproximado del problema de consumo de drogas en el país.

El presente programa se refiere al tema de la Prevención y el Tratamiento de Personas


con Adicción a Sustancias Psicoactivas, que se puede definir como un problema de salud
pública ya que se interfiere en varias esferas de la vida de la persona.

El consumo es problemático cuando éste afecta la salud, las relaciones con la familia y
amigos. También cuando altera las actividades diarias como el trabajo o el estudio, o
cuando implica problemas económicos o con la sociedad. La característica principal de
este programa es determinar el aporte de las estrategias utilizadas para reducir el nivel de
riesgo de consumo de sustancias psicoactivas en el Municipio de Aguachica.

Lo anterior se encuentra dispuesto en la Ruta Integral de Atención en Salud para


población con riesgo o presencia de trastornos mentales y del comportamiento debido al
uso de sustancias psicoactivas y adicciones diseñada en el marco del Modelo Integral de
Atención en Salud, adoptada mediante la Resolución 3202 de 2016, la cual se
implementa en los territorios a través de los prestadores de salud y sus redes de
instituciones.

Para analizar esta problemática es necesario mencionar sus causas. Entre éstas se
encuentran el déficit económico, las pocas o nulas oportunidades de trabajo o de
actividades para el desarrollo del tiempo libre, así como la falta de comprensión de los
factores de riesgo, los cuales se definen como características o atributos individuales,
familiares o sociales, que posibilitan o aumentan el consumo de sustancias psicoactivas.

A nivel individual los factores de riesgo están asociados a baja tolerancia a la


frustración, conductas agresivas, baja autoestima, entre otros; entre los factores
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familiares se encuentran: consumo de sustancias psicoactivas por parte de padres de


familia o cuidadores, disciplina autoritaria, sobreprotección, falta de supervisión
de los padres o cuidadores en las actividades de los hijos, violencia intrafamiliar, entre
otros; entre los factores de riesgo social se encuentran: bajo apoyo de redes sociales,
disponibilidad de las sustancias psicoactivas, uso de sustancias psicoactivas por parte de
pares, violencias en el entorno escolar y social, entre otros.

OBJETIVOS

Objetivo General

Reducir la magnitud del uso de drogas y sus consecuencias adversas interviniendo de


manera integral los factores más predictivos del consumo, dirigido a la promoción de
condiciones y estilos de vida saludables, a la prevención del consumo y a la atención de
las personas y las comunidades afectadas por el consumo de drogas, esto acompañado del
fortalecimiento de los sistemas de información y vigilancia en salud pública

Objetivos Específicos

- Diseñar y difundir estrategias de comunicación y movilización social generada por las


comunidades para la promoción de factores protectores y la prevención del consumo de
SPA.

- Fortalecer estrategias, programas y acciones en promoción y prevención del consumo


de sustancias a través de canales institucionales virtuales.

- Desarrollar estrategias dirigidas a retrasar el inicio del consumo del alcohol en la


población escolar

-Realizar talleres y charlas a la comunidad de prevención al consumo de sustancias


psicoactivas.

- Implementar la ruta para atención de consumo de sustancias psicoactivas en el


municipio.
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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

El consumo de drogas legales e ilegales es un problema en el cual existe gran


preocupación a nivel local y nacional debido al incremento de nuevas sustancias y nuevos
mercados. Actualmente se consiguen estos alucinógenos como cualquier dulce en una
tienda y lo peor es que nuestros niños cada día caen en el engaño. El uso y abuso de las
drogas representa un problema grave desencadenante de importantes alteraciones de
salud y problemas sociales, la situación varía dependiendo del uso de sustancias
consumidas, la frecuencia de uso. Lo que no conocen los jóvenes son las causas que
genera el uso de estas sustancias, como el mal humor, algunas personas pueden sentir
placer o relajación o pueden pasar a sentirse irritados y agresivos de manera muy
frecuente, además genera problemas sociales y familiares, problemas respiratorios,
conductas antisociales, algunas personas se aíslan de la familia y de los amigos hasta tal
punto de olvidarse de ellos mismos lo que los conlleva a ser habitantes de calle donde
solo se preocupan por su dosis es decir viven para consumir, ansiedad e insomnio o lo
más letal llegar a la muerte cuando no es manejada la situación.

En el municipio de Aguachica la problemática ha crecido aceleradamente,


específicamente en la población adolescente, pero no existen datos epidemiológicos que
brinden información amplia para el respectivo análisis, promoción y prevención del
mismo, las ventas de estas sustancias se dan en diferentes zonas de la ciudad. Es por esto
que se deben desarrollar estrategias de atención e intervención donde se logre mitigar este
flagelo.
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JUSTIFICACIÓN

El consumo de sustancia psicoactivas nunca va a dejar de ser de vital importancia en la


sociedad dado que los jóvenes no están exentos de caer en ellas, el problema es la falta de
información y es que muchos jóvenes saben que existen, pero no conocen los efectos
secundarios que estas producen, la baja autoestima, la violencia intrafamiliar, el maltrato,
la deserción escolar, la depresión, la falta de oportunidades y el apoyo en las diferentes
instituciones, son unos de los factores de riesgo que influyen en que se dé el uso de
drogas.

El abordaje de esta problemática es importante ya que cada día cobra vidas, el consumo
conlleva al individuo a desencadenar ciertas conductas agresivas destruyendo familias a
su paso, no obstante, algunos cometen actos delictivos e incursionan en el ejercicio de
venta de sustancias alucinógenas, en otras, el consumo de sustancias se vuelve persistente
y logra afectar la salud, las relaciones sociales, familiares, laborales y/o académicas. La
diferencia entre unos y otros individuos depende de varios aspectos en el ámbito de la
sustancia, la persona y su contexto social. el consumo de drogas ilícitas está creciendo en
el municipio y en el país en general, no solo porque más personas las consumen sino
porque el mercado de sustancias es cada vez más amplio y diverso. Por tal motivo es
necesario implementar estrategias que permitan a través de talleres la sensibilización en
los sectores de mayor incidencia en cuanto al consumo.

Gestionar la articulación de diferentes instituciones que contribuyan al mejoramiento de


la calidad de vida de cada uno de los participantes, a través del deporte, la cultura y la
ocupación del tiempo libre, es lo que se pretende con el desarrollo de este proyecto y que
sea de impacto a nivel social donde se logre mitigar este flagelo.
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MARCO TEORICO

La adicción a sustancias psicoactivas a nivel mundial cobra un gran número de muertes,


según el informe mundial sobre las drogas 2016, “247 millones de personas consumieron
drogas en el año anterior, 29 millones padecen trastornos relacionados con las drogas,
pero solo 1 de cada 6 personas recibe tratamiento”. Así mismo, “el número de muertes
relacionadas con las drogas, que en 2014 se calculó en alrededor de 207.400, es decir,
43,5 muertes por millón de personas de entre 15 y 64 años, ha permanecido estable en
todo el mundo”.

En Colombia cerca de un millón de personas serían consumidores activos de drogas


ilícitas y aproximadamente 500.000 tendrían un problema instaurado de abuso o
dependencia. El mayor consumo de sustancias ilícitas en el último año se presenta en el
grupo de 18 a 24 años, con una tasa del 8,7 %, seguido por los adolescentes con una tasa
del 4,8 % y las personas de 25 a 34 años (4,3 %) y las personas de 25 a 34 años (4,3 %)
(UNODC, 2013).

De acuerdo al Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en Colombia


2013,” el alcohol y el tabaco son las sustancias de mayor consumo en el país… y existe
un aumento del consumo global de drogas ilícitas (marihuana, cocaína, bazuco, éxtasis o
heroína) …La marihuana continúa siendo la droga ilícita de mayor consumo en el país”
(p. 178). Por tanto, en Colombia se promulga la Ley 1566 de 2012 “por medio de la cual,
se dictan normas para garantizar la atención integral a personas que consumen sustancias
psicoactivas y se crea el premio nacional “Entidad comprometida con la prevención del
consumo, abuso y adicción a sustancias psicoactivas”. Desde la cual se comprende que el
consumo de SPA es un fenómeno social y por tanto requiere de un desarrollo importante
en el campo de la salud como derecho, y un compromiso social. -

A nivel departamental se reconoce la adicción a sustancias psicoactivas en el plan de


desarrollo departamental 2016-2019 como el segundo factor relacionado con la tasa de
violencia en adolescentes de 12 a 17 años reportado por el Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses el consumo de sustancias psicoactivas y alcohol. Este plan
denominado “Camino Del Desarrollo Y La Paz” establece acciones específicas
relacionadas con la temática de drogas en la estrategia transversal: “Salto social” numeral
1.4 “Juntos construiremos un Cesar saludable”, “Convivencia social y salud mental”;
acciones claramente orientadas a disminuir el consumo de SPA y a ejercer supervisión
para el mejoramiento de los servicios de tratamiento, a través de acciones articuladas
intersectorialmente.
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De la misma manera en términos de oferta se identifican acciones relacionadas en el


numeral 3, estrategia transversal: “Cesar territorio de paz” “la seguridad es prioridad”, las
cuales apuntan a la disminución de la problemática de drogas, a través de reducción de
micro tráfico, tráfico y comercialización, y se convierten

en la base del ejercicio para la implementación del Plan Integral Departamental de


Drogas.

En este Plan de Desarrollo del Cesar se identifica los factores que inciden en la aparición
y aumento de esta problemática como los son: bajo nivel educativo; problemas de salud
crónicas, niños y niñas víctimas del maltrato o abuso; adolescentes expuestos al uso de
sustancias psicoactivas; personas sometidas a violaciones de DDHH; crisis financiera;
exclusión social; exceso de trabajo y estrés; desempleo; escasas habilidades para la
resolución pacífica del conflicto; deficiente capacidad instalada para la atención de la
salud mental en los territorios, con oportunidad, accesibilidad y calidad; debilidad en las
redes sociales de salud mental; la inseguridad; insuficientes espacios y entornos
saludables, que promuevan la salud mental (pag 75).

Teniendo en cuenta la realidad y gravedad del problema a nivel mundial y nacional sobre
el consumo de sustancias psicoactivas, el municipio de Aguachica no es ajeno frente a
esta problemática psicosocial, donde se ha visto un crecimiento acelerado;
específicamente en la población adolescente, pero no existen datos epidemiológicos que
brinden información amplia para el respectivo análisis, promoción y prevención del
mismo. Lo más cercano frente al tema, es el documento “Análisis del consumo de
sustancias psicoactivas en la población escolar de los grados 9,10 y 11, en el sector
urbano del municipio de Aguachica Cesar-2017” estudio sobre consumo de sustancias
psicoactivas llevado a cabo por practicantes del programa de Psicología de la Universidad
Nacional Abierta y a Distancia-UNAD junto con el departamento administrativo de
salud de Aguachica-DASA salud pública y la investigación realizada en 2016 por la
Fundación para el Desarrollo Social y la Proyección Comunitaria (FUNDACON), bajo el
Modelo de Zonas de Orientación Escolar – ZOE implementado por el Ministerio de
Protección Social (MPS) en Colombia en convenio con la Corporación Viviendo.

En este estudio se obtuvo como resultado de la prueba de tamizaje de detección de


consumo de alcohol, tabaco y sustancias ASSIT (Smoking and Substance Involvement
Screening Test, ASSIST), que en “las Instituciones Educativas se presentan problemática
de consumo de SPA en un nivel de riesgo moderado y alto. Las sustancias que más
consumen son los Productos derivados de Tabaco, Bebidas Alcohólicas, Cannabis,
Estimulantes, Inhalantes y Sedantes” (FUNDACON, 2016).
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El municipio de Aguachica en el Plan Departamental de Drogas del Cesar registró un alto


déficit en el control y vigilancia a los expendios formales e informales de sustancias
psicoactivas, alcohol y tabaco a NNA; insuficiente articulación interinstitucional para
afrontar la problemática de drogas; atención de niñas niños adolescentes y jóvenes en
calle y con problemas de consumo de SPA; ausencia de herramientas pedagógicas en la
familia para afrontar situaciones adversas y
promover habilidades para la vida que prevengan o mitiguen el consumo de alcohol y
otro spa y la falta de inexistencia de un Centros de Atención en Drogadicción (CAD para
el tratamiento de consumidores de SPA). Según estudio realizado en el año 2017 por los
estudiantes de psicología de la Universidad Abierta y a Distancia (UNAD) en los
estudiantes de grado 9, 10 y 11 de los colegios públicos y privados, se encontró que el
58,6% de la población encuestada consume sustancias psicoactivas, equivalente a 484
estudiantes. La sustancia de mayor consumo es el alcohol con un 98,55%, el cigarrillo
con un 32,64% y la marihuana con un 18,39%. La población con más riesgo de consumo
es el sexo masculino. La edad promedio de inicio de consumo se encuentra entre los
13,14 y 15 años de edad. Dentro de las razones para el consumo de SPA es encuentra
celebrar ocasiones entre amigos, familiares con un 36%, y son estos quienes en primera
instancia incitan y favorecen los primeros consumos de los jóvenes. Como segundo
motivo esta la razón de la diversión con un 25,8% y la curiosidad con un 20,1%.

Dada la poca información en el contexto municipal y departamental acerca de la adicción


a sustancias psicoactivas se debe señalar el esfuerzo colombiano registrado frente a esta
problemática desde 1996 La serie de estudios disponibles es la siguiente: en población
general 1992, 1996, 2008 y 2013; en estudiantes de secundaria 2001, 2004 y 2011; y en
población universitaria, 2001, 2009 y 2012.

Diversos analistas coinciden en señalar que el consumo de sustancias ilegales crece en


todos los segmentos poblacionales (Camacho, Gaviria, & Rodríguez, 2011). Mientras en
1996 se registró en población general un 6,5% de uso de sustancias ilegales alguna vez en
la vida y 1,6% en el último año (Rodríguez, 1996); en 2008 los mismos indicadores
ascendieron a 9,1% y 2,7% respectivamente (Ministerio de la Protección Social,
Ministerio del Interior y de Justicia, & Dirección Nacional de Estupefacientes, 2009) y en
2013 a 13% y 3,6% (Ministerio de Justicia y del Derecho, Ministerio de Salud y
Protección Social, & Observatorio de Drogas de Colombia, 2013).

Con respecto a las sustancias legales, el alcohol y el cigarrillo que son las de mayor uso y
las de más impacto en la salud en Colombia, el país ocupa el primer lugar en
Latinoamérica con respecto a la exposición alguna vez en la vida al alcohol con un 86%
en la población general (según datos del Observatorio Interamericano de Drogas, 2011)
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En Colombia, datos obtenidos del Estudio Nacional de Consumo de 2013, muestran que
aproximadamente 2,6 millones de personas tendrían un patrón de consumo de alcohol de
riesgo o perjudicial; es decir, 35% de los consumidores de alcohol; 11,1% de la población
entre 12 y 65 años.

En el último cuatrienio se ha continuado con los esfuerzos para generar estrategias,


durante el segundo semestre del año 2014 se formula el Plan Nacional para la Promoción
de la Salud, la Prevención y la Atención del Consumo de Sustancias Psicoactivas 2014-
2021.En el año 2016 a través de sesiones técnicas con el Ministerio de Educación,
Ministerio de Transporte, Ministerio de las Comunicaciones y Tecnologías de la
Información, Medicina Legal, Dirección de Tránsito de la Policía Nacional,
organizaciones de la sociedad civil y la academia entre otras entidades, se formularon las
intervenciones para la prevención del consumo nocivo de alcohol. Además, el tema de
reducción del consumo de sustancias psicoactivas, se estableció como estrategia dentro
PND 2014-2018 “La prevención y atención del consumo problemático de sustancias
psicoactivas desde la perspectiva de salud pública”.

Aunque la experimentación y el uso rutinario de drogas dependen de un conjunto variado


de factores que requieren de investigación compleja, distintos estudios hechos en el país
ofrecen algunos indicios sobre tales factores. Es necesario tener presente que detrás del
consumo de sustancias psicoactivas hay una industria y un mercado, legal e ilegal. En
ambos casos se observan estrategias de expansión del mercado que consisten en
mecanismos de diversificación de la oferta y mercadeo.

La introducción de nuevas sustancias y la promoción de nuevos consumos, se hace


evidente en hechos como la entrega de muestras gratis para el usuario y su grupo social
inmediato por parte de distribuidores minoristas; esto acompañado por la creación de
nombres llamativos (“H” para el caso de la heroína), pueden constituir evidencia de un
ingente proceso de comercialización basada en tácticas de mercadeo de las sustancias
(Ministerio de la Protección Social, 2010).

Es de vital importancia abordar la adicción a sustancias psicoactivas como el objetivo del


plan decenal de salud pública en su componente prevención y atención integral a
problemas y trastornos mentales y las diferentes formas de la violencia. Se consideran de
especial atención aquellos estados de alto impacto, costo emocional, económico y social
sobre los individuos, familias y comunidades, que requieren intervención prioritaria por
parte del Estado y la sociedad.
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MARCO HISTORICO

El consumo de marihuana en Colombia no se extendió como simple resultado del


aumento en su uso, en el counterculture norteamericano de los años 60. Aún menos, la
marihuana puede ser considerada como un "arma contrarrevolucionaria" contra "las
juventudes rebeldes" latinoamericanas que "fueron bloqueadas en su marcha hacia una
revolución cubana generalizada", como señalan Arango y Child (1986). Aún menos,
podríamos estar de acuerdo, con la afirmación de que "los cuerpos de paz de la Alianza
para el Progreso le sirvieron de idiotas útiles al Pentágono, para difundir en las
universidades y veredas de los Andes la contracultura de la marihuana y del rock"
(Arango y Child 1986, 1441). Hasta la literatura académica sobre el tema del narcotráfico
tiende a ser "exculpatoria" y a ver a países como Colombia en tanto que víctimas de
fenómenos inducidos desde afuera (Camacho Guizado 1988 y Tovar Pinzón 1999).
Aunque los cultivos aumentarían vertiginosamente para satisfacer la demanda
norteamericana, a finales de la década de los 60 y comienzos de los 70, ya existía un
mercado importante para el consumo doméstico en Colombia como se ilustra en este
artículo. De ahí, que no estemos de acuerdo con la afirmación de Roberto Junguito y
Carlos Caballero Argáez quienes sostenían, en un artículo publicado hace tres décadas,
"Se sabe ... que su cultivo se ha venido incrementando en los últimos tres o cuatro años
habiéndose iniciado en muy pequeñas extensiones de terreno a finales de los años 60"
(Junguito Bonnet y Caballero Argáez 1978, 118). En lo que sí hubo una fuerte influencia
norteamericana, fue en las percepciones y políticas que llevaron a condenar la utilización
de la marihuana desde finales de los años 30.
Hace más de una década, Francisco Thoumi señaló que los escritos que mencionaban la
existencia de cultivos y consumo de marihuana en Colombia antes del boom exportador
se basaban en "evidencia impresionista" (Thoumi 1994, 124). De hecho, no es mucho lo
que se ha avanzado al respecto, en la literatura reciente. Este trabajo busca subsanar ese
vacío utilizando la materia prima de los estudios históricos: la documentación inédita
tomada de archivos. Con ese fin, se trabajó con la correspondencia de los Ministerios de
Gobierno y de Relaciones Exteriores de Colombia, en el Archivo General de la Nación en
Bogotá, y con los Archivos Nacionales de los Estados Unidos en Collage Park, Maryland.
La evidencia presentada muestra que la marihuana ya tenía una larga historia en
Colombia, antes de cualquier influencia norteamericana.

En Colombia, las autoridades ya tenían noticia de la existencia de cultivos de marihuana


en 1925, lo mismo que de su consumo por parte de marineros, estibadores y prostitutas en
los puertos (Ruíz Hernández 1979, 111). Sin embargo, sólo a partir de la presión contra la
marihuana y su ilegalización reciente en los Estados Unidos, se tuvo un efecto similar en
Colombia. Por ejemplo, la Revista de Higiene, órgano oficial del Ministerio del ramo,
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publicó en septiembre de 1939, un artículo de Kolb titulado "Marihuana, la hierba que


enloquece", y aunque ya existían medidas relacionadas con la marihuana en Colombia
desde los años 20 (Sáenz Rovner 1997, 5; López Restrepo 2000, 91), en este mismo mes,
el gobierno colombiano prohibió absolutamente, el cultivo de la marihuana; ordenó la
destrucción de las plantaciones existentes; y estableció que quienes violasen esta
disposición serían sancionados "como traficantes ilegales en drogas heroicas ... de
acuerdo con el código penal".

En aras de la comparación, se puede recordar que países como Cuba, las campañas contra
la marihuana replicaron el discurso que relacionaba la marihuana con la violencia y los
crímenes (Sáenz Rovner 2005, 55-56). En México, se dio un fuerte debate: mientras que
el periódico Excelsior señalaba que muchos crímenes se realizaban "bajo la influencia
patológica de la marihuana", altos funcionarios del gobierno cuestionaban la visión
oficial norteamericana e incluso proponían tratamientos -y no castigos- para los adictos a
otras drogas; finalmente, y gracias a las presiones de Anslinger y del gobierno
norteamericano, que establecieron un embargo en la venta de drogas legales a México, el
gobierno mexicano optó por la represión de los consumidores (Walker 1989, Astorga
2003).
El uso de sustancias psicoactivas también se remonta al comienzo mismo de la
humanidad; casi en la totalidad de los más antiguos grupos y tribus de cazadores y
recolectores, y en diferentes lugares del planeta, los cientíicos han descubierto el uso de
algún tipo de sustancia psicoactiva acompañando cultos mágico religiosos y actividades
médico-terapéuticas. Es decir, el consumo de sustancias psicoactivas estaba íntimamente
ligado a factores culturales, incluido y a la vez condicionado por las respectivas
cosmovisiones.

Con la adquisición de conocimientos sobre técnicas agrícolas, el ser humano comienza a


desarrollar mejoras en muchas de las especies vegetales silvestres, incluidas las especies
que contienen principios psicoactivos. Un claro ejemplo es lo que ocurre con la
adormidera; existen indicios del cultivo de dicha especie en Europa, fechables hacia el
siglo XXV antes de Cristo (a.C.); Asimismo, la primera noticia escrita sobre su uso se
remonta al tercer milenio a.C. en una tablilla sumeria. Además, se han encontrado
plantaciones de marihuana en China fechables hacia el año 4000 a.C. y se conocen
inanidad de bebidas alcohólicas en la antigüedad remota debidas a la fermentación de
muy diversos vegetales. No obstante lo extendido del uso de sustancias psicoactivas, no
se han encontrado rastros de que su consumo representara un problema para aquellas
sociedades (Escohotado, A.; 1995).
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En la Antigüedad la noción de droga se expresaba mediante el término griego


phármakon, que a la vez indica la idea de remedio y veneno; ningún fármaco era
considerado inocuo ni altamente peligroso en sí mismo, sino que la frontera entre el
remedio y el veneno estaba dada por el uso que las personas hacían de las sustancias.
Hubiera resultado inadmisible en esa época pensar en drogas "buenas" o "malas" para el
ser humano, ya que el concepto se encontraba despojado de valores morales. Ya entrado
el siglo XIX, se descubren y aíslan los principios psicoactivos de numerosas especies
vegetales; los laboratorios europeos producen y comercializan legalmente casi la
totalidad de las sustancias psicoactivas descubiertas hasta el momento, como la morina, la
heroína, la cocaína, el éter y el cloroformo, entre otras.

Hacia el año 1900 todas las drogas conocidas hasta el momento se encuentran a la venta
en todas las farmacias europeas, americanas y asiáticas. Existía un uso moderado pero
generalizado de dichas sustancias, y aunque se registraban casos de adicción aislados, su
existencia no supone para la época un problema social, ni sanitario, ni jurídico, ni policial
(Escohotado, A.; 1995). Diversos autores (Del Olmo, R.; 199 ; Escohotado, A.; 1995;
Gonzalez Zorrilla, C., 1987 Santino, U.; La Fiura, G.; 1993) señalan como un factor
fundamental en el cambio de posición respecto del consumo de sustancias psicoactivas
ciertos movimientos sociales que comienzan a gestarse en los Estados Unidos a
principios del siglo XX. Por un lado, una creciente condena moral generalizada en la
sociedad estadounidense, hacia el consumo de ciertas sustancias asociadas a poblaciones
y sectores sociales marginados y discriminados por dicha sociedad, como los negros y los
inmigrantes chinos y mexicanos.

Por otro lado, el cuerpo de instituciones médicas y farmacéuticas intentan consolidarse


como monopolio respecto a la prescripción de sustancias psicoactivas y comienzan a
condenar la auto-administración y la venta libre en farmacias. La moral protestante
vigente en los siglos XVIII y XIX se ubica como la raíz de tales movimientos; dichos
preceptos hacen de la abstinencia una obligación moral para el ser humano, pretendiendo
proteger a los hombres de sus propios excesos; vale decir, protegerlos de sí mismos.
Dichos preceptos morales, aunque todavía continúan, fueron reemplazándose poco a poco
por fundamentos de orden sanitario y social que se complementan con aquellos.

Estas tendencias de origen diverso concluyen en políticas prohibicionistas que combinan


principios científicos y severos preceptos morales que condenan fuertemente el uso de
determinadas sustancias psicoactivas. Son las bases de un proceso, iniciado en Estados
Unidos, que hace del consumo de sustancias no sólo un problema de salud, sino uno de
orden público y de seguridad ciudadana, construyéndose de esta forma, una concepción
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moral del problema que será trasladado poco a poco a otras latitudes del mundo
(Gonzalez Zorrilla, C., 1987).

El "problema de las drogas" se logra incluir en la agenda internacional como un tema de


preocupación creciente. A principios del siglo XX, en 1909, se convoca a la Conferencia
de Shangai, germen de futuras convenciones sobre regulación de la producción y
comercialización de sustancias psicoactivas. Este primer encuentro conforma el punto de
partida de una era de legislación prohibicionista, siendo el primer texto de derecho en la
materia, de alcance internacional (Santino, U.; La Fiura, G.; 1993). Es el puntapié de un
movimiento emocional y de sensibilización en la comunidad internacional, que genera
una preocupación creciente por regular cada vez más el tráico y el consumo de ciertas
sustancias psicoactivas. Se inaugura de esta manera, un camino de múltiples
convenciones, convenios y acuerdos internacionales que se suceden hasta nuestros días
(Del Olmo, R; 1990). Según un informe de la Organización Mundial de la Salud,
alrededor de 05 millones de personas en todo el mundo consumen algún tipo de drogas
prohibidas o reguladas por dichas convenciones. Pero su efecto en las condiciones de
salud, relejadas tanto en mortalidad como en años de vida perdida por incapacidad, es
mucho menor que el de las sustancias legales como el tabaco y el alcohol. Un 1 % de los
fallecimientos que suceden cada año se debe a las drogas autorizadas (el 8,8% al tabaco y
el 3, % al alcohol), frente a un 0,4% debido a las sustancias ilegales.

Este informe concluye que las drogas legales causan 30 veces más muertes que las drogas
ilegales (I.E.A.; 004, marzo 31). Pese a esto, generalmente, los discursos y prácticas en
materia de consumo de sustancias se centran exclusivamente en las sustancias prohibidas,
haciendo hincapié en sus "temibles" consecuencias, siendo las drogas ilegales las que
despiertan mayor "sensibilidad" en la población. Como señalan varios autores, la
legislación prohibicionista ha sido un fracaso en cuanto a evitar el consumo; no obstante,
ha sido un triunfo en el aspecto conceptual o representacional; ha cristalizado una serie de
percepciones acerca de las sustancias ilegales y sus consumidores que está fuertemente
arraigada en los discursos sociales; se observa una interrelación entre legislación penal y
discursos sociales, condicionándose mutuamente.

El consumo de sustancias concebido como problema es el resultado de un largo proceso


de construcción social, que remite más a la percepción que se tiene del problema, que a
datos objetivos. La teoría de las representaciones sociales resulta de suma utilidad para la
comprensión de los procesos a través de los cuales, los individuos y los grupos
construyen las categorías en función de las cuales interpretan y piensan la realidad; y los
induce a adoptar una posición determinada respecto de situaciones, acontecimientos,
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objetos y comunicaciones a partir de las cuales organizar las prácticas (Farr, R; 1984;
Jodelet, D.; 199 , 1984; Marková, I; 1996; Morin, M.; 1999; Zubieta, E; 1997).

Las representaciones sociales se materializan a través del lenguaje; el lenguaje es el


instrumento mediante el cual las ideas se hacen "realmente concretas". El deslizamiento
semántico que sufrieron ciertos términos con los que aún hoy se designan algunas
sustancias psicoactivas, hacen visibles los procesos de construcción de categorías para
interpretar la realidad.

Este proceso de imprecisión terminológica se aleja claramente del espíritu griego que,
como se ha mencionado, designaba con un mismo término: phármakon, al remedio y al
veneno, cuya nocividad se encontraba definida según el uso que se hiciera de la sustancia.
Por el contrario desde comienzos del siglo XX y solidario a la evolución de la legislación
prohibicionista, una serie de términos van a considerarse sinónimos de sustancias ilegales
y peligrosas; los términos narcóticos o estupefacientes van a designar exclusivamente a
todo el espectro de las sustancias prohibidas. El término inglés narcóticos y traducido al
francés por stupéiants, que originariamente y sin connotaciones morales, aluden a
sustancias que tienen la propiedad de adormecer, provocar sueño o estupor, cuando
incorporan a partir de las legislaciones internacionales un sentido moral, pierden su
definición farmacológica, y son usados de manera impropia incluyendo sustancias que de
ninguna manera provocan la sedación o el sueño, al mismo tiempo que se excluyen de
dicha denominación, toda una serie de sustancias que son narcóticas o estupefacientes en
el estricto sentido farmacológico del término. Se evidencia de esta manera, que la
denominación utilizada es solidaria de criterios extra farmacológicos. Un movimiento
similar puede observarse respecto al término droga. El término droga o "la" droga en
singular, suele utilizarse corrientemente para denominar sólo a las sustancias ilegales,
excluyendo de tal denominación a las sustancias socialmente aceptadas, como el tabaco o
el alcohol, a las que inclusive ni se las denomina como tales. Hablar de "la" droga como
si fuese un objeto homogéneo, materializa en una imagen, un conjunto de esquemas
conceptuales, de ideas, y significados que producen una reducción y esquematización del
fenómeno; imposibilita reconocer la diversidad de sustancias psicoactivas y sus muy
diversos efectos; se acentúan ciertos aspectos, mientras se silencian otros, generándose de
esta manera una serie de distorsiones y confusiones.

La propia definición sobre qué es una droga capaz de producir adicción es un problema
de larga data, ya que esta condición dará lugar a la regulación y/o prohibición de su
producción, circulación, comercialización y consumo. Tal empresa es hasta el día de hoy
irresoluble, ya que no existe biológicamente una 53 clara distinción entre las drogas que
están prohibidas de las que no lo están; estudiosos sobre el tema afirman que "no se ha
16

podido establecer ningún fundamento objetivo y científico para seleccionar unas y otras
no, ya que el criterio de peligrosidad de cada sustancias todavía se mueve en un terreno
de argumentaciones y contra-argumentaciones de difícil demostración" (Del Olmo, R;
199 :34). La propia OMS ha señalado que las medidas legales adoptadas eran
injustificables en términos biológicos. "De este modo se establece una clara división entre
drogas legales e ilegales con un criterio más político que científico" (Del Olmo, R;
1992:35). Este proceso tiene como resultado la incorporación de elementos morales en la
definición misma de las drogas ilegales y que se manifiesta en las legislaciones penales
sobre el tema. Este precipitado de la sociedad y la cultura que son las representaciones
sociales, se dispone como un marco referencial, implicando las actitudes, valores y
creencias de los individuos acerca de las sustancias psicoactivas y de sus efectos tanto
psicofisiológicos como sociales, formando un conjunto interdependiente que se trasmite
en el proceso de socialización (Vander Zanden, J.; 1990).

El consumo de drogas es tan antiguo como la historia de la civilización, utilizándoselas


con fines diversos tales como para aliviar momentos de pesar o de tristeza o depresión,
para acompañar festejos o durante ceremonias religiosas. Son diversas las causas o
“motivaciones” del consumo así como también la consolidación de la drogadicción
propiamente dicha. La diversidad de factores intervinientes en la aparición y desarrollo
de las adicciones permite considerarlas un problema multicausal, determinado no solo por
factores biológicos y psicológicos sino también por razones sociales y culturales.
17

MARCO CONCEPTUAL

El consumo de sustancias psicoactivas es reconocido como una problemática real que


afecta a la población colombiana por lo cual se expide la Ley 1566 de 31 de julio de 2012
“por la cual se dictan normas para garantizar la atención integral a personas que
consumen sustancias psicoactivas y se crea el premio nacional ‘entidad comprometida
con la prevención del consumo, abuso y adicción a sustancias psicoactivas’ en la cual se
reconoce que el consumo, el abuso y la adicción a sustancias psicoactivas lícitas o ilícitas
es un asunto de salud pública, entre otros. Y establece que las patologías derivadas del
consumo, abuso y adicción deben ser atendidas por el Sistema General de Seguridad
Social en Salud.

En el documento “ABECÉ de la Prevención y Atención al Consumo de Sustancias


Psicoactivas” del Ministerio de Salud 2016 define el concepto de drogas, sustancias
psicotrópicas, sustancias psicoactivas SPA como:

“Es toda sustancia que introducida en el organismo por cualquier vía de


administración (ingerida, fumada, inhalada, inyectada, entre otras) produce una
alteración del funcionamiento del sistema nervioso central del individuo, la cual
modifica la conciencia, el estado de ánimo o los procesos de pensamiento. Su
consumo puede crear consumo problemático o dependencia”.

Un consumo es problemático cuando éste afecta la salud, las relaciones con la familia y
amigos. También cuando altera las actividades diarias como el trabajo o el estudio, o
cuando implica problemas económicos o con la ley. Se considera que todo consumo de
sustancias lícitas o ilícitas en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, así como en
niñas, niños y adolescentes, son problemáticos.

En 1998 por Resolución 2358 del Ministerio de Salud, se adopta la Política Nacional de
Salud Mental, la cual incluye como una de sus estrategias la prevención del uso indebido
de sustancias psicoactivas y un anexo denominado reducción del riesgo del consumo de
sustancias psicoactivas. En el año 2007, el Ministerio de Protección Social presentó una
nueva Política Nacional de Reducción del Consumo de Sustancias Psicoactivas y su
impacto. La Política estableció cuatro ejes: el de prevención del consumo, con el cual se
intenta disminuir el número de personas que consumen; el de mitigación, que busca
reducir riesgos y daños; y el eje de superación, dentro del cual se inscribe lo propio del
tratamiento a los problemas ocasionados por el consumo. Finalmente, hay un eje dirigido
al fortalecimiento de la capacidad de respuesta institucional
18

Para hacer operativa la Política, se diseñó en el año 2008 el Plan Nacional de Reducción
del Consumo de Drogas 2009-2010, como un intento por conducir la acción
interinstitucional hacia tres frentes (1) el consumo en sí mismo; (2) la del consumo activo
y problemático; (3) la de la superación de la dependencia a partir del tratamiento, la
rehabilitación y la inclusión social definitiva y sostenible; y (4) el desarrollo de capacidad
técnica, institucional, de articulación y financiera

El análisis de los datos de los estudios nacionales, muestra que el consumo de sustancias
psicoactivas varía según la percepción de facilidad de consecución de drogas, de manera
que entre más fácil sea comprar la sustancia, mayor es el consumo (Ministerio de Justicia
y del Derecho, 2011).

En lo que concierne al alcohol, la legislación colombiana establece que la venta está


prohibida para personas menores de 18 años. Sin embargo, un estudio hecho en 9
ciudades del país entre estudiantes de secundaria mostró que el 70% de ellos había sido
enviado por un adulto a comprar bebidas alcohólicas, y el 50% informó que nunca se
habían negado a venderle. Así mismo, el 32,1% reportó que ese tipo de bebidas no era de
su agrado. Estos datos son evidencia de permisividad social y gusto por el alcohol entre
adolescentes colombianos (Pérez & Scoppetta, 2008).

Otro factor que puede incidir en el aumento del consumo de sustancias psicoactivas, es el
inicio temprano de la práctica. Siguiendo la misma línea de estudios internacionales, el
análisis de los datos de la encuesta nacional en población general de 2008, mostró
diferencias significativas en las proporciones de personas con consumo de riesgo y
problemático del alcohol, dependiendo de la edad en que iniciaron su consumo de esa
sustancia. En particular, se encontró que aquellos que iniciaron antes de los 15 años
tenían un riesgo cuatro veces mayor que quienes iniciaron después de los 20 años el
consumo de alcohol. Adicionalmente, la proporción de consumidores de sustancias
psicoactivas ilícitas fue 14 veces mayor entre quienes usaron tempranamente alcohol
(antes de los 15 años) en comparación con quienes lo hicieron a partir de los 21 años
(Pérez, Scoppetta, & Flórez, 2011).

Dentro de las explicaciones psicosociales exploradas a mayor escala en el país, está la


relación entre el involucramiento parental y el consumo de sustancias psicoactivas. La
encuesta de 2011 entre estudiantes de secundaria mostró que hay menor consumo de
sustancias psicoactivas en los adolescentes cuyos padres se muestran más activos en
cuanto a saber el lugar donde el adolescente se encuentra; si se fijan en los programas de
televisión que el adolescente ve; si están atentos con respecto a lo que se hace en el
colegio; si controlan la hora de llegada a casa durante el fin de semana; si preguntan para
19

dónde va cuando sale los fines de semana; si se sientan a comer juntos y si se muestran
interesados en conocer a sus amigos más cercanos. Se encontró una notoria relación
inversa entre el involucramiento parental y el consumo de cigarrillos, alcohol y el
consumo de alguna sustancia ilícita (Ministerio de Justicia y del Derecho, 2011).

El consumo de sustancias psicoactivas en Colombia podría estar aumentando por la


gestión que hacen quienes comercian con las sustancia psicoactiva, así como por el uso
temprano de drogas y las debilidades en el proceso de crianza y acompañamiento a los
adolescentes.

MARCO LEGAL

El derecho penal en materia de drogas no protege ningún bien jurídico. Nuestro Código
Penal en su artículo 4° establece: "Antijuridicidad. Para que una conducta sea punible se
requiere que lesione o ponga en peligro, sin justa causa, el interés jurídico tutelado por la
ley". Nuestro ordenamiento jurídico, guiado por el ideal del Estado democrático y de
derecho exige para la existencia de un delito que la conducta, para que se tipifique,
lesione o ponga en peligro un interés jurídico tutelado (bien jurídico) y que, habiéndose
intentado regular dicha conducta por los demás mecanismos estatales, surja la necesidad
de recurrir al derecho penal como último recurso. Basados en una concepción
"humanitaria" del derecho penal (de BECCARIA, HowARD, FEUERBACH), los autores
de este discurso afirman que la intervención penal cumple una función más protectora
que represora.

El derecho penal es entonces visto como el mecanismo más severo con el que cuenta el
Estado para la regulación de ciertas conductas y, por lo tanto, solo puede aplicarse en
aquellos casos en que sea necesario para la protección de los bienes jurídicos
considerados esenciales para la organización social. En este sentido la debida aplicación
del derecho penal debe estar guiada por tres límites o garantías: La necesidad, el bien
jurídico, y la dignidad humana.

Los bienes jurídicos: salud pública, salud individual y libertad del individuo, la salud
pública es considerada por la doctrina como parte de los bienes jurídicos denominados
"colectivos" en cuanto van más allá de los estrictamente individuales. Si efectivamente lo
que pretende el legislador es proteger la salud pública, estimándose que deberían
incluirse la prohibición de sustancias más claramente lesivas como el alcohol, el tabaco o
los barbitúricos, y excluirse algunas no tan notoriamente lesivas como la marihuana, el
hachís o la coca. De la misma manera, se cuestiona el trato desigual que resulta de una
20

aplicación penal basada en este criterio. Pese a que la Organización de Naciones Unidas,
ONU, sigue manteniendo la posición de la criminalización de las drogas como atenuante
a la producción, tráfico y consumo, hay países que democráticamente han optado por
legalizar el consumo o por permitir su venta.

Holanda desde el año 1976, así como Bélgica, Portugal, Luxemburgo, Austria, Croacia,
Países Bajos, España, Dinamarca, Moldavia, Federación Rusa, y Suiza, son algunos de
los países de la Unión Europea que han legalizado la venta de marihuana. De Asia (India,
Pakistán y Afganistán) se tiene referencia que allí se descubrió por primera vez la
marihuana. Sin embargo, hoy en algunos países el porte o consumo puede generar hasta
la pena de muerte.

En los Estados Unidos, en 15 de los 50 estados de la unión es permitido el uso de la


marihuana, para fines médicos, por lo tanto es legal consumirla en este contexto. En este
país, las penas son severas en torno al consumo, sin embargo, muchos ciudadanos
trasgreden la ley. En Latinoamérica, en un significativo grupo de países es permitido el
consumo de ciertas cantidades de drogas.

En Chile, por ejemplo, el consumo legal es el personal, (Andrade, 2013, p. 33), sin
embargo, la comercialización y producción está prohibida; en Perú está permitido el
consumo personal, se puede poseer máximo hasta 8 gramos de marihuana y 2 gramos de
sus derivados y en Colombia, la dosis mínima sigue siendo legal.

El consumo de sustancias psicoactivas en el país es un problema crítico, no solo por el


aumento sistemático que señalan los estudios disponibles, sino porque sus características
lo hacen un asunto complejo con serias repercusiones en la salud pública y en lo social, el
consumo de drogas ilícitas está creciendo en el país no solo porque más personas las
consumen sino porque el mercado de sustancias es cada vez más amplio y diverso.

En Marco normativo y de la política pública nacional el artículo 49 de la Constitución


Política establece entre otros que la atención de la salud y el saneamiento ambiental son
servicios públicos a cargo del Estado, garantizando a todas las personas el acceso a los
servicios de promoción, protección y recuperación de la salud.

En ese sentido, la Corte Constitucional profundiza y prioriza la autonomía personal, el


libre desarrollo de la personalidad y la dignidad humana de las personas consumidoras de
sustancias psicoactivas, a través de distintas Sentencias (C-176 y C-221 de 1994, T-814
de 2008, C-438 de 2009, C-574 y C-882 de 2011, C-491 y T 497 de 2012 y T-043 de
2015) Así mismo, en las Sentencias 1116 de 2008, T- 497 de 2012, T- 518 de 2013 y T-
21

10 de 2016, entre otras, enfatiza en la obligación del Estado para realizar acciones de
prevención, atención y rehabilitación con un enfoque de atención integral en salud
pública.

Por otro lado, la Ley 1438 de 2011 (Capítulo 111, artículo 12) adopta la Atención
Primaria en Salud que, en interdependencia de los servicios de salud, integra la acción
intersectorial y trans-sectorial junto a la participación social y comunitaria.

Constituyendo así, elementos centrales para el abordaje integral del consumo de


sustancias psicoactivas. Así mismo, la Ley 1566 de 2012 ordena en su artículo 2, que
toda persona que sufra trastornos mentales o cualquier otra patología derivada del
consumo, abuso y adicción a sustancias psicoactivas lícitas e ilícitas, tiene derecho a ser
atendida en forma integral por las entidades que conforman el Sistema General de
Seguridad Social en Salud y las instituciones públicas o privadas especializadas para el
tratamiento de dichos trastornos. Como consecuencia de ello, el legislador también
contempló acciones de promoción de la salud y prevención del consumo, para que el
Gobierno Nacional, en el marco de la Política Pública Nacional de Prevención y Atención
a la adicción de sustancias psicoactivas formule líneas de política, estrategias, programas,
acciones y procedimientos integrales para prevenir el consumo, abuso y adicción a las
sustancias Psicoactivas y, a su vez, asegure un ambiente y estilos de vida saludables.

Del mismo modo, la Ley 1616 de 2013 establece el derecho a la Salud Mental en la
población colombiana, priorizando a los niños, niñas y adolescentes, y estableciendo
como responsabilidad del Consejo Nacional de Salud Mental, el seguimiento y la
evaluación de la Política de Salud Mental y del Consumo de sustancias psicoactivas. De
acuerdo con esta ley y para el cumplimiento de los anteriores fines, los departamentos
conformarán consejos departamentales de salud mental con funciones análogas en el
territorio.

Con referencia a los titulares de derecho, la Ley 1751 de 2015, Estatutaria de Salud,
reconoce la salud como un derecho fundamental y, por ende, a los sujetos individuales y
colectivos como personas, familias y comunidades, en quienes está el foco de atención.
Por otra parte, resulta importante destacar, entre otras, la Ley 816 de 2016 que establece
en su artículo 37 los programas de prevención y tratamiento por consumo de bebidas
alcohólicas; el Decreto 780 de 2016. Único Reglamentario del Sector Salud y Protección
Social, que compiló las disposiciones establecidas en el Decreto 120 de 201 0,
relacionadas con la creación de la Comisión Intersectorial para el control del Consumo
Abusivo de Alcohol y la definición de las políticas para el control del consumo de
bebidas alcohólicas:
22

DATOS Y ANÁLISIS

En este proyecto se muestran los datos de acuerdo a la recolección de información


mediante la encuesta a sesenta (60) estudiantes de décimo y undécimo grado de la
jornada diurna de la institución educativa San miguel del municipio de Aguachica cesar.

De acuerdo a la encuesta realizada se obtuvieron los siguientes resultados:

En la figura 1, arrojo que el 59% de los estudiantes manifestaron que el uso de la drogas
es perjudicial para la salud; el 23% opinan que incitan a la delincuencia; el 10% agrega
que no deben ser utilizadas por adolescentes y el 09% coinciden que el uso de las drogas
conllevan a la muerte. (ver figura 1)

24. Son un daño para la


salud
Que piensa sobre el uso de drogas 27. incitan a la delincuencia
3. No debe ser utilizada por
adolescentes
6. Conllevan a la muerte
23

Figura 1.

En la figura N° 2, respecto a la pregunta ha usado drogas alguna vez en la vida, los


estudiantes manifestaron el 72% que no han probado las drogas; el 28% si la han
consumido. (ver figura 2).

Ha usado drogas alguna vez en su vida?

no.
53
si. 7
24

Figura 2

En la figura N° 3, respecto a la pregunta cuál cree que es el motivo más común que lleva
a una persona a consumir drogas, el 59% asegura que el consumo se da por la curiosidad;
el 23% manifiesta que es por los problemas, el 10% coincide que se da por la depresión y
el 09% por los amigos. (ver figura 3)

Cual cree que es el motivo mas comun que lleva a una


persona a consumir drogas

Curiosidad 19
Problemas 17
Depresión 14
Depresión 14
25

LIOGRAFÍAh

Figura 3
En la figura N° 4, respecto a la pregunta que sustancias alucinógenas conoces el 59%
respondieron Marihuana entre las más conocidas, el 23% el bazuco, 10% el Perico y 09%
la heroína. (Ver figura 4)

Que sustancias alucinogenas conoce

Marihuana
Bazuco
Perico
heroína
26

Figura 4.

En la figura N° 5, frente a la pregunta cree que los colegios deberían profundizar sobre el
consumo de drogas y las consecuencias que trae para el ser humano el 100% manifestó
que si. (Ver figura 5).

Cree que los colegios deberian profundizar sobre el


consumo de drogas?

SI 60

Figura 5.
27

En la figura N° 6 frente a la pregunta que población cree que es la mayor consumidora de


drogas, el 100% manifestó que la juventud. (ver figura 6).

que poblacion cree que es la mayor consumidora de


drogas

Juventud 60
Infancia
Adultez
Tercera edad

Figura 6,

En la figura 7, frente a la pregunta qué opinas sobre la dosis personal el 64% manifestó
que no están de acuerdo con la dosis personal, el 25% que si están de acuerdo y el 11%
no responden. (ver figura 7).

Que opinas sobre la dosis personal

45 no estan de acuerdo
11 si estan de acuerdo
4 No responden
28

Figura 7.
En la figura 8, frente a la pregunta crees que la dosis personal debe ser aprobada el 72%
dijo que no y el 28% dijo que sí. (Ver figura 8).

Crees que la dosis personal debe ser aprobada?

NO 47
SI 13

Figura 8.

En la figura 9 frente a la pregunta piensa que los padres deberían brindar mas
acompañamiento a los hijos, el 100% respondió que sí. (Ver figura 9).
29

Piensa que los padres deberian brindar mas


acompañamieno de los hijos

SI

Figura 9.
En la figura 10, frente a la pregunta que soluciones planteas ante esta problemática social,
el 59% manifiestan que los padres deben aconsejar más a sus hijos, el 23% que deben
prohibir el consumo de drogas, el 10% dice que las drogas no deben ser legales y el 09%
que debe haber más control por parte de la policía.

Que solucion plantea ante esta problemática

los padres deben aconsejar más


a sus hijos
deben prohibir el consumo de
drogas
no deben ser legales
mas control por parte de la
policia

Figura 10.
30

Documentos de referencia sobre la política de drogas en Colombia:

 Ley 30 de enero 31 de 1986 por la cual se adopta el Estatuto Nacional de


Estupefacientes y se dictan otras disposiciones. En:
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=2774

 Decreto 3788 del 31 de diciembre de 1986 por el cual se reglamenta la Ley 30


de 1986 o Estatuto Nacional de Estupefacientes. En:
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=32793#0

 Departamento Nacional de Planeación DNP. Plan Nacional de Desarrollo 2014 –


2018: Todos por un nuevo país”. En: https://www.dnp.gov.co/Plan-Nacional-de-
Desarrollo/Paginas/Que-es-el-Plan-Nacional-de-Desarrollo.aspx

 Ministerio de Salud y Protección Social. Política Nacional para la reducción del


consumo de sustancias psicoactivas y su impacto. Resumen ejecutivo. Abril de
2007. En:
http://www.odc.gov.co/Portals/1/Docs/politDrogas/politica_nacional_consumo.pdf

 Ministerio de Salud y Protección Social. Plan Decenal de Salud Pública 2012-


2021. En:
https://www.minsalud.gov.co/plandecenal/Documents/dimensiones/Documentoc
ompleto-PDSP.pdf
31

 Ministerio de Salud y Protección Social. Plan Nacional para la promoción de la


salud, la prevención y la atención del consumo de SPA 2014-2021. Julio de
2014. En:
http://www.descentralizadrogas.gov.co/wpcontent/uploads/2015/10/Plan
Nacional-para-promocion-de-la-Salud-prevenciony-atencion-del-Consumo-
SPA1.pdf

Gonzalez,I, Urbano,J Ochoa D., Alvarez W (2017) Análisis del consumo de sustancias
psicoactivas en la población escolar de los grados 9,10 y 11 en el sector urbano del
municipio de Aguachica-Cesar-2017 (estudio sobre consumo de Sustancias
psicoactivas).

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