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DESARROLLADO POR
DOCENTE
FES
(FUNDACION DE ESTUDIOS SUPERIORES COMFANORTE)
2019
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CONTENIDO
Introducción .......................................................................................................................3
1. Objetivos.........................................................................................................................4
1.2. Objetivos General....................................................................................................4
1.3. Objetivo Especificos............................................................................................4
3.Planteamiento del problema………………………………………………………..5
4. Justificación. ………………………………………………………………………….6
5. Marco Teorico................................................................................................................7
6. Marco Histórico……………………………………………………………………...11
7.Marco conceptual........................................................................................................17
8. Datos y análisis………………………………………………………………………..22
6. Bibliografia............................................................................................................28
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INTRODUCCIÓN
El consumo es problemático cuando éste afecta la salud, las relaciones con la familia y
amigos. También cuando altera las actividades diarias como el trabajo o el estudio, o
cuando implica problemas económicos o con la sociedad. La característica principal de
este programa es determinar el aporte de las estrategias utilizadas para reducir el nivel de
riesgo de consumo de sustancias psicoactivas en el Municipio de Aguachica.
Para analizar esta problemática es necesario mencionar sus causas. Entre éstas se
encuentran el déficit económico, las pocas o nulas oportunidades de trabajo o de
actividades para el desarrollo del tiempo libre, así como la falta de comprensión de los
factores de riesgo, los cuales se definen como características o atributos individuales,
familiares o sociales, que posibilitan o aumentan el consumo de sustancias psicoactivas.
OBJETIVOS
Objetivo General
Objetivos Específicos
JUSTIFICACIÓN
El abordaje de esta problemática es importante ya que cada día cobra vidas, el consumo
conlleva al individuo a desencadenar ciertas conductas agresivas destruyendo familias a
su paso, no obstante, algunos cometen actos delictivos e incursionan en el ejercicio de
venta de sustancias alucinógenas, en otras, el consumo de sustancias se vuelve persistente
y logra afectar la salud, las relaciones sociales, familiares, laborales y/o académicas. La
diferencia entre unos y otros individuos depende de varios aspectos en el ámbito de la
sustancia, la persona y su contexto social. el consumo de drogas ilícitas está creciendo en
el municipio y en el país en general, no solo porque más personas las consumen sino
porque el mercado de sustancias es cada vez más amplio y diverso. Por tal motivo es
necesario implementar estrategias que permitan a través de talleres la sensibilización en
los sectores de mayor incidencia en cuanto al consumo.
MARCO TEORICO
En este Plan de Desarrollo del Cesar se identifica los factores que inciden en la aparición
y aumento de esta problemática como los son: bajo nivel educativo; problemas de salud
crónicas, niños y niñas víctimas del maltrato o abuso; adolescentes expuestos al uso de
sustancias psicoactivas; personas sometidas a violaciones de DDHH; crisis financiera;
exclusión social; exceso de trabajo y estrés; desempleo; escasas habilidades para la
resolución pacífica del conflicto; deficiente capacidad instalada para la atención de la
salud mental en los territorios, con oportunidad, accesibilidad y calidad; debilidad en las
redes sociales de salud mental; la inseguridad; insuficientes espacios y entornos
saludables, que promuevan la salud mental (pag 75).
Teniendo en cuenta la realidad y gravedad del problema a nivel mundial y nacional sobre
el consumo de sustancias psicoactivas, el municipio de Aguachica no es ajeno frente a
esta problemática psicosocial, donde se ha visto un crecimiento acelerado;
específicamente en la población adolescente, pero no existen datos epidemiológicos que
brinden información amplia para el respectivo análisis, promoción y prevención del
mismo. Lo más cercano frente al tema, es el documento “Análisis del consumo de
sustancias psicoactivas en la población escolar de los grados 9,10 y 11, en el sector
urbano del municipio de Aguachica Cesar-2017” estudio sobre consumo de sustancias
psicoactivas llevado a cabo por practicantes del programa de Psicología de la Universidad
Nacional Abierta y a Distancia-UNAD junto con el departamento administrativo de
salud de Aguachica-DASA salud pública y la investigación realizada en 2016 por la
Fundación para el Desarrollo Social y la Proyección Comunitaria (FUNDACON), bajo el
Modelo de Zonas de Orientación Escolar – ZOE implementado por el Ministerio de
Protección Social (MPS) en Colombia en convenio con la Corporación Viviendo.
Con respecto a las sustancias legales, el alcohol y el cigarrillo que son las de mayor uso y
las de más impacto en la salud en Colombia, el país ocupa el primer lugar en
Latinoamérica con respecto a la exposición alguna vez en la vida al alcohol con un 86%
en la población general (según datos del Observatorio Interamericano de Drogas, 2011)
10
En Colombia, datos obtenidos del Estudio Nacional de Consumo de 2013, muestran que
aproximadamente 2,6 millones de personas tendrían un patrón de consumo de alcohol de
riesgo o perjudicial; es decir, 35% de los consumidores de alcohol; 11,1% de la población
entre 12 y 65 años.
MARCO HISTORICO
En aras de la comparación, se puede recordar que países como Cuba, las campañas contra
la marihuana replicaron el discurso que relacionaba la marihuana con la violencia y los
crímenes (Sáenz Rovner 2005, 55-56). En México, se dio un fuerte debate: mientras que
el periódico Excelsior señalaba que muchos crímenes se realizaban "bajo la influencia
patológica de la marihuana", altos funcionarios del gobierno cuestionaban la visión
oficial norteamericana e incluso proponían tratamientos -y no castigos- para los adictos a
otras drogas; finalmente, y gracias a las presiones de Anslinger y del gobierno
norteamericano, que establecieron un embargo en la venta de drogas legales a México, el
gobierno mexicano optó por la represión de los consumidores (Walker 1989, Astorga
2003).
El uso de sustancias psicoactivas también se remonta al comienzo mismo de la
humanidad; casi en la totalidad de los más antiguos grupos y tribus de cazadores y
recolectores, y en diferentes lugares del planeta, los cientíicos han descubierto el uso de
algún tipo de sustancia psicoactiva acompañando cultos mágico religiosos y actividades
médico-terapéuticas. Es decir, el consumo de sustancias psicoactivas estaba íntimamente
ligado a factores culturales, incluido y a la vez condicionado por las respectivas
cosmovisiones.
Hacia el año 1900 todas las drogas conocidas hasta el momento se encuentran a la venta
en todas las farmacias europeas, americanas y asiáticas. Existía un uso moderado pero
generalizado de dichas sustancias, y aunque se registraban casos de adicción aislados, su
existencia no supone para la época un problema social, ni sanitario, ni jurídico, ni policial
(Escohotado, A.; 1995). Diversos autores (Del Olmo, R.; 199 ; Escohotado, A.; 1995;
Gonzalez Zorrilla, C., 1987 Santino, U.; La Fiura, G.; 1993) señalan como un factor
fundamental en el cambio de posición respecto del consumo de sustancias psicoactivas
ciertos movimientos sociales que comienzan a gestarse en los Estados Unidos a
principios del siglo XX. Por un lado, una creciente condena moral generalizada en la
sociedad estadounidense, hacia el consumo de ciertas sustancias asociadas a poblaciones
y sectores sociales marginados y discriminados por dicha sociedad, como los negros y los
inmigrantes chinos y mexicanos.
moral del problema que será trasladado poco a poco a otras latitudes del mundo
(Gonzalez Zorrilla, C., 1987).
Este informe concluye que las drogas legales causan 30 veces más muertes que las drogas
ilegales (I.E.A.; 004, marzo 31). Pese a esto, generalmente, los discursos y prácticas en
materia de consumo de sustancias se centran exclusivamente en las sustancias prohibidas,
haciendo hincapié en sus "temibles" consecuencias, siendo las drogas ilegales las que
despiertan mayor "sensibilidad" en la población. Como señalan varios autores, la
legislación prohibicionista ha sido un fracaso en cuanto a evitar el consumo; no obstante,
ha sido un triunfo en el aspecto conceptual o representacional; ha cristalizado una serie de
percepciones acerca de las sustancias ilegales y sus consumidores que está fuertemente
arraigada en los discursos sociales; se observa una interrelación entre legislación penal y
discursos sociales, condicionándose mutuamente.
objetos y comunicaciones a partir de las cuales organizar las prácticas (Farr, R; 1984;
Jodelet, D.; 199 , 1984; Marková, I; 1996; Morin, M.; 1999; Zubieta, E; 1997).
Este proceso de imprecisión terminológica se aleja claramente del espíritu griego que,
como se ha mencionado, designaba con un mismo término: phármakon, al remedio y al
veneno, cuya nocividad se encontraba definida según el uso que se hiciera de la sustancia.
Por el contrario desde comienzos del siglo XX y solidario a la evolución de la legislación
prohibicionista, una serie de términos van a considerarse sinónimos de sustancias ilegales
y peligrosas; los términos narcóticos o estupefacientes van a designar exclusivamente a
todo el espectro de las sustancias prohibidas. El término inglés narcóticos y traducido al
francés por stupéiants, que originariamente y sin connotaciones morales, aluden a
sustancias que tienen la propiedad de adormecer, provocar sueño o estupor, cuando
incorporan a partir de las legislaciones internacionales un sentido moral, pierden su
definición farmacológica, y son usados de manera impropia incluyendo sustancias que de
ninguna manera provocan la sedación o el sueño, al mismo tiempo que se excluyen de
dicha denominación, toda una serie de sustancias que son narcóticas o estupefacientes en
el estricto sentido farmacológico del término. Se evidencia de esta manera, que la
denominación utilizada es solidaria de criterios extra farmacológicos. Un movimiento
similar puede observarse respecto al término droga. El término droga o "la" droga en
singular, suele utilizarse corrientemente para denominar sólo a las sustancias ilegales,
excluyendo de tal denominación a las sustancias socialmente aceptadas, como el tabaco o
el alcohol, a las que inclusive ni se las denomina como tales. Hablar de "la" droga como
si fuese un objeto homogéneo, materializa en una imagen, un conjunto de esquemas
conceptuales, de ideas, y significados que producen una reducción y esquematización del
fenómeno; imposibilita reconocer la diversidad de sustancias psicoactivas y sus muy
diversos efectos; se acentúan ciertos aspectos, mientras se silencian otros, generándose de
esta manera una serie de distorsiones y confusiones.
La propia definición sobre qué es una droga capaz de producir adicción es un problema
de larga data, ya que esta condición dará lugar a la regulación y/o prohibición de su
producción, circulación, comercialización y consumo. Tal empresa es hasta el día de hoy
irresoluble, ya que no existe biológicamente una 53 clara distinción entre las drogas que
están prohibidas de las que no lo están; estudiosos sobre el tema afirman que "no se ha
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podido establecer ningún fundamento objetivo y científico para seleccionar unas y otras
no, ya que el criterio de peligrosidad de cada sustancias todavía se mueve en un terreno
de argumentaciones y contra-argumentaciones de difícil demostración" (Del Olmo, R;
199 :34). La propia OMS ha señalado que las medidas legales adoptadas eran
injustificables en términos biológicos. "De este modo se establece una clara división entre
drogas legales e ilegales con un criterio más político que científico" (Del Olmo, R;
1992:35). Este proceso tiene como resultado la incorporación de elementos morales en la
definición misma de las drogas ilegales y que se manifiesta en las legislaciones penales
sobre el tema. Este precipitado de la sociedad y la cultura que son las representaciones
sociales, se dispone como un marco referencial, implicando las actitudes, valores y
creencias de los individuos acerca de las sustancias psicoactivas y de sus efectos tanto
psicofisiológicos como sociales, formando un conjunto interdependiente que se trasmite
en el proceso de socialización (Vander Zanden, J.; 1990).
MARCO CONCEPTUAL
Un consumo es problemático cuando éste afecta la salud, las relaciones con la familia y
amigos. También cuando altera las actividades diarias como el trabajo o el estudio, o
cuando implica problemas económicos o con la ley. Se considera que todo consumo de
sustancias lícitas o ilícitas en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, así como en
niñas, niños y adolescentes, son problemáticos.
En 1998 por Resolución 2358 del Ministerio de Salud, se adopta la Política Nacional de
Salud Mental, la cual incluye como una de sus estrategias la prevención del uso indebido
de sustancias psicoactivas y un anexo denominado reducción del riesgo del consumo de
sustancias psicoactivas. En el año 2007, el Ministerio de Protección Social presentó una
nueva Política Nacional de Reducción del Consumo de Sustancias Psicoactivas y su
impacto. La Política estableció cuatro ejes: el de prevención del consumo, con el cual se
intenta disminuir el número de personas que consumen; el de mitigación, que busca
reducir riesgos y daños; y el eje de superación, dentro del cual se inscribe lo propio del
tratamiento a los problemas ocasionados por el consumo. Finalmente, hay un eje dirigido
al fortalecimiento de la capacidad de respuesta institucional
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Para hacer operativa la Política, se diseñó en el año 2008 el Plan Nacional de Reducción
del Consumo de Drogas 2009-2010, como un intento por conducir la acción
interinstitucional hacia tres frentes (1) el consumo en sí mismo; (2) la del consumo activo
y problemático; (3) la de la superación de la dependencia a partir del tratamiento, la
rehabilitación y la inclusión social definitiva y sostenible; y (4) el desarrollo de capacidad
técnica, institucional, de articulación y financiera
El análisis de los datos de los estudios nacionales, muestra que el consumo de sustancias
psicoactivas varía según la percepción de facilidad de consecución de drogas, de manera
que entre más fácil sea comprar la sustancia, mayor es el consumo (Ministerio de Justicia
y del Derecho, 2011).
Otro factor que puede incidir en el aumento del consumo de sustancias psicoactivas, es el
inicio temprano de la práctica. Siguiendo la misma línea de estudios internacionales, el
análisis de los datos de la encuesta nacional en población general de 2008, mostró
diferencias significativas en las proporciones de personas con consumo de riesgo y
problemático del alcohol, dependiendo de la edad en que iniciaron su consumo de esa
sustancia. En particular, se encontró que aquellos que iniciaron antes de los 15 años
tenían un riesgo cuatro veces mayor que quienes iniciaron después de los 20 años el
consumo de alcohol. Adicionalmente, la proporción de consumidores de sustancias
psicoactivas ilícitas fue 14 veces mayor entre quienes usaron tempranamente alcohol
(antes de los 15 años) en comparación con quienes lo hicieron a partir de los 21 años
(Pérez, Scoppetta, & Flórez, 2011).
dónde va cuando sale los fines de semana; si se sientan a comer juntos y si se muestran
interesados en conocer a sus amigos más cercanos. Se encontró una notoria relación
inversa entre el involucramiento parental y el consumo de cigarrillos, alcohol y el
consumo de alguna sustancia ilícita (Ministerio de Justicia y del Derecho, 2011).
MARCO LEGAL
El derecho penal en materia de drogas no protege ningún bien jurídico. Nuestro Código
Penal en su artículo 4° establece: "Antijuridicidad. Para que una conducta sea punible se
requiere que lesione o ponga en peligro, sin justa causa, el interés jurídico tutelado por la
ley". Nuestro ordenamiento jurídico, guiado por el ideal del Estado democrático y de
derecho exige para la existencia de un delito que la conducta, para que se tipifique,
lesione o ponga en peligro un interés jurídico tutelado (bien jurídico) y que, habiéndose
intentado regular dicha conducta por los demás mecanismos estatales, surja la necesidad
de recurrir al derecho penal como último recurso. Basados en una concepción
"humanitaria" del derecho penal (de BECCARIA, HowARD, FEUERBACH), los autores
de este discurso afirman que la intervención penal cumple una función más protectora
que represora.
El derecho penal es entonces visto como el mecanismo más severo con el que cuenta el
Estado para la regulación de ciertas conductas y, por lo tanto, solo puede aplicarse en
aquellos casos en que sea necesario para la protección de los bienes jurídicos
considerados esenciales para la organización social. En este sentido la debida aplicación
del derecho penal debe estar guiada por tres límites o garantías: La necesidad, el bien
jurídico, y la dignidad humana.
Los bienes jurídicos: salud pública, salud individual y libertad del individuo, la salud
pública es considerada por la doctrina como parte de los bienes jurídicos denominados
"colectivos" en cuanto van más allá de los estrictamente individuales. Si efectivamente lo
que pretende el legislador es proteger la salud pública, estimándose que deberían
incluirse la prohibición de sustancias más claramente lesivas como el alcohol, el tabaco o
los barbitúricos, y excluirse algunas no tan notoriamente lesivas como la marihuana, el
hachís o la coca. De la misma manera, se cuestiona el trato desigual que resulta de una
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aplicación penal basada en este criterio. Pese a que la Organización de Naciones Unidas,
ONU, sigue manteniendo la posición de la criminalización de las drogas como atenuante
a la producción, tráfico y consumo, hay países que democráticamente han optado por
legalizar el consumo o por permitir su venta.
Holanda desde el año 1976, así como Bélgica, Portugal, Luxemburgo, Austria, Croacia,
Países Bajos, España, Dinamarca, Moldavia, Federación Rusa, y Suiza, son algunos de
los países de la Unión Europea que han legalizado la venta de marihuana. De Asia (India,
Pakistán y Afganistán) se tiene referencia que allí se descubrió por primera vez la
marihuana. Sin embargo, hoy en algunos países el porte o consumo puede generar hasta
la pena de muerte.
En Chile, por ejemplo, el consumo legal es el personal, (Andrade, 2013, p. 33), sin
embargo, la comercialización y producción está prohibida; en Perú está permitido el
consumo personal, se puede poseer máximo hasta 8 gramos de marihuana y 2 gramos de
sus derivados y en Colombia, la dosis mínima sigue siendo legal.
10 de 2016, entre otras, enfatiza en la obligación del Estado para realizar acciones de
prevención, atención y rehabilitación con un enfoque de atención integral en salud
pública.
Por otro lado, la Ley 1438 de 2011 (Capítulo 111, artículo 12) adopta la Atención
Primaria en Salud que, en interdependencia de los servicios de salud, integra la acción
intersectorial y trans-sectorial junto a la participación social y comunitaria.
Del mismo modo, la Ley 1616 de 2013 establece el derecho a la Salud Mental en la
población colombiana, priorizando a los niños, niñas y adolescentes, y estableciendo
como responsabilidad del Consejo Nacional de Salud Mental, el seguimiento y la
evaluación de la Política de Salud Mental y del Consumo de sustancias psicoactivas. De
acuerdo con esta ley y para el cumplimiento de los anteriores fines, los departamentos
conformarán consejos departamentales de salud mental con funciones análogas en el
territorio.
Con referencia a los titulares de derecho, la Ley 1751 de 2015, Estatutaria de Salud,
reconoce la salud como un derecho fundamental y, por ende, a los sujetos individuales y
colectivos como personas, familias y comunidades, en quienes está el foco de atención.
Por otra parte, resulta importante destacar, entre otras, la Ley 816 de 2016 que establece
en su artículo 37 los programas de prevención y tratamiento por consumo de bebidas
alcohólicas; el Decreto 780 de 2016. Único Reglamentario del Sector Salud y Protección
Social, que compiló las disposiciones establecidas en el Decreto 120 de 201 0,
relacionadas con la creación de la Comisión Intersectorial para el control del Consumo
Abusivo de Alcohol y la definición de las políticas para el control del consumo de
bebidas alcohólicas:
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DATOS Y ANÁLISIS
En la figura 1, arrojo que el 59% de los estudiantes manifestaron que el uso de la drogas
es perjudicial para la salud; el 23% opinan que incitan a la delincuencia; el 10% agrega
que no deben ser utilizadas por adolescentes y el 09% coinciden que el uso de las drogas
conllevan a la muerte. (ver figura 1)
Figura 1.
no.
53
si. 7
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Figura 2
En la figura N° 3, respecto a la pregunta cuál cree que es el motivo más común que lleva
a una persona a consumir drogas, el 59% asegura que el consumo se da por la curiosidad;
el 23% manifiesta que es por los problemas, el 10% coincide que se da por la depresión y
el 09% por los amigos. (ver figura 3)
Curiosidad 19
Problemas 17
Depresión 14
Depresión 14
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LIOGRAFÍAh
Figura 3
En la figura N° 4, respecto a la pregunta que sustancias alucinógenas conoces el 59%
respondieron Marihuana entre las más conocidas, el 23% el bazuco, 10% el Perico y 09%
la heroína. (Ver figura 4)
Marihuana
Bazuco
Perico
heroína
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Figura 4.
En la figura N° 5, frente a la pregunta cree que los colegios deberían profundizar sobre el
consumo de drogas y las consecuencias que trae para el ser humano el 100% manifestó
que si. (Ver figura 5).
SI 60
Figura 5.
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Juventud 60
Infancia
Adultez
Tercera edad
Figura 6,
En la figura 7, frente a la pregunta qué opinas sobre la dosis personal el 64% manifestó
que no están de acuerdo con la dosis personal, el 25% que si están de acuerdo y el 11%
no responden. (ver figura 7).
45 no estan de acuerdo
11 si estan de acuerdo
4 No responden
28
Figura 7.
En la figura 8, frente a la pregunta crees que la dosis personal debe ser aprobada el 72%
dijo que no y el 28% dijo que sí. (Ver figura 8).
NO 47
SI 13
Figura 8.
En la figura 9 frente a la pregunta piensa que los padres deberían brindar mas
acompañamiento a los hijos, el 100% respondió que sí. (Ver figura 9).
29
SI
Figura 9.
En la figura 10, frente a la pregunta que soluciones planteas ante esta problemática social,
el 59% manifiestan que los padres deben aconsejar más a sus hijos, el 23% que deben
prohibir el consumo de drogas, el 10% dice que las drogas no deben ser legales y el 09%
que debe haber más control por parte de la policía.
Figura 10.
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Gonzalez,I, Urbano,J Ochoa D., Alvarez W (2017) Análisis del consumo de sustancias
psicoactivas en la población escolar de los grados 9,10 y 11 en el sector urbano del
municipio de Aguachica-Cesar-2017 (estudio sobre consumo de Sustancias
psicoactivas).