“Ellas tienen la palabra” fue una conferencia realizada el día 24 de abril en la
FILBO 2018, donde mujeres escritoras de varios lugares hispanoamericanos se reunieron a presentar sus obras y a la vez, realizar una campaña por la igualdad de género, donde las mujeres tuvieran las mismas oportunidades y se les tratara en condiciones laborales iguales que a la de un hombre, teniendo en cuenta su habilidad. Durante la conferencia se presentaron diferentes escritoras, en primer lugar, estaba Mariángeles, una escritora española, la cual escribe novelas de mujeres y como estas han sido rechazadas por la sociedad por alguna condición que posean, pero siempre sacando la excusa de que es mujer y es menos que un hombre, que no puede hacer lo mismo de un hombre por ser una mujer. En segundo lugar, tiene la palabra Ondina Zea, una escritora de Honduras que participa en la escritura polifónica, la cual explica como las mujeres están inmersas en una sociedad patriarcal, es decir machista, y como a la vez viven el conflicto por el lugar de la mujer en la sociedad. Ondina, Da entender que su libro “Bajo un mismo cielo” habla parte de su historia, de su vida, y así mismo de la lucha por los derechos de una mujer hondureña y los derechos de sus hijos en una sociedad islam. En tercer lugar, se encuentra Eliana Maldonado, una mujer colombiana, la que dice que “la palabra va más allá de lo que está impreso”, ella se refiere a que la palabra no es necesariamente aquella que se puede leer, una palabra puede ser también un acto, la que se pronuncia y la de los gestos. Eliana, explica que no necesariamente necesitamos tener la palabra escrita para hacer valido lo que pensamos, y lo que sentimos. Eliana Maldonado nos habla de su libro, “el pozo de la infancia” el cual hace parte de la historia de la infancia de ella, donde explica que a los niños se les considera victimas cuando son agredidos físicamente o verbalmente, pero no cuando están rodeados por esa violencia día a día, donde tienen que ver a personas muertas cuando salen de sus casas hacia los colegios, o cuando escuchan los disparos y salen a ver, pero no por pesar sino por novedad y curiosidad las cuales les hacía daño. Este libro es una serie de poemas de una niña para poder liberarse y expresarse, para así ayudar a demás niños a tomar la palabra y a reflexionar sobre la misma. María Vilalta, una escritora argentina, busca que las mujeres sean reconocidas como escritoras que pueden también tener la voz de un hombre, ya que la escritura, la literatura, no tiene género. Su libro “Con permiso de hablar” habla de cómo los jóvenes, mujeres y hombres están sometido a una violencia que les influye el miedo a hablar, a no poder expresarse. Vilalta, presenta a la editorial Pigmalión ya que es una editorial que apoya aquellos escritores poco conocidos con grandes historias para transmitir un mensaje. En seguida hablo Gloria Nistal, una mujer de España, la cual le gusta viajar, Gloria vivió un tiempo en África, donde dirigía el centro cultural, el cual era una casa de la palabra para las tribus africana, donde estaba prohibido el ingreso de las mujeres por ser más sensibles y solidarias, solo podían entrar los hombres, que, según ellos, eran los que tenían la sabiduría, el poder y la fuerza para manejar las problemáticas de la sociedad. Gloria, decide fundar un centro cultural, una casa de la palabra, en donde tenga voz y tenga el poder de la palabra las mujeres y niñas, y así mismo los hombres, así ir transformando el pensamiento machista y buscar una igualdad de género, Gloria toma una frase de Emily Dickinson “Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie”, a lo que explica que es necesario que las mujeres luchen por la palabra, para “mover el mundo mejor de lo que lo han hecho los hombres.” Por último, se le da la palabra a María Antonia García, una escritora de lírica española que toca el tema sobre las mujeres al poder, y ese miedo a las etiquetas. Uno de sus poemas “Mujeres que saben lo que quieren” que trata del odio y destrucción en los que se ven inmersos los hombres, donde simultáneamente, las mujeres, aunque no fueron participes de esa violencia, si se jugaban la vida para salvar las de otras personas.