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HANS - MARTIN LINDE PEQUENA GUIA PARA LA ORNAMENTACION DE LA MUSICA DE Los SIGLOS XVI - XVIII RICORDI Titulo originat de ta obra KLEINE ANLEITUNG 20M VEI ALTER MUSIK 3.2. France © B, SCHOTT'S SOHNE - Mainz, 1958. © RICORDT AMERICANA S.AE.C,- BUENOS AIRES, Unicos editores autorizados para toda la América latina ‘Todos los derechos entan reservados. All right reserved echo el depéuto que enablce Ta ley 11723 HANS-MARTIN LINDE A mi vencrade maestro, Prof. Dr. hee GUSTAV SCHEC! pratitud, dedicado con “Las maneras o adornos musicales son innumerables y se modifiean de acuerdo al gusto y la experiencia. Dado que esta cuestién no depende tanto de reglas, como de ejercitacién y buen discernimiento, no podemos —en este breve espacio— sino dar algunos principios y una pequenia ‘uia, Todo lo demés debemos dejarlo librado a las demos- traciones eocularess de un maestro o al empefto y expe- riencia de un estudioso.” Johann David Heinichen: “El ba- Jo continuo en Ia composicién”” (1711-1728). PA12790 Indice de la Literatura utilizada + Leopold Mozarts Notenbuch von 1762; en ‘Gluck Jahrbuch”, Breitkopt & Hartel, 1917. Apricola, Martin: Musica instrumentalis deudsch (1528/45); Nueva Edicion: Publikationen der Gesellschaft fr Mu: sikforsehung. Allerup, Albert: Die “Musica practica” dos Joh. Ande. Herbst. . “Munsterische Beitrige zur Musikwissen- schaft”, Cuaderno 1°, 1951; Barenrelter, Kassel. Bach, C. Ph. Em.: Versuch Uber die wahre Art das Clavier 2u ‘spielen (1753/1762); nueva edicién: Kahnt, Lindau, Bach, Joh. Seb.: Klavierbichlein fr Wilhelm Friedemann Bach (1720); nueva edicién: Barenreiter, Kassel. Ejem- plos musicales de sus ornamentaciones, “passage”, ete, en SIGM LY. Blume, Friedrich: Die Musik in Geschichte und Gegenwart; ‘Birenreiter, Kassel; en especial los capitulos: Engel, H, “Diminution” y Hoffmann, H., “Auffahrungspra Bevtchlag, Adolf: Die Ornamentik der Musik; Breitkopf & Hartel, Wiesbaden (2* edicién). Conforte, Giov. Ica: Breve et facile maniera... (1593) 5 ‘Rueva edicign: Veroffentlichungen der Musik-Bibliothek Paul Hirsch, tomo 2, 1922, Couperin, Frengote: TArt de toucher le Clavecin (4717); nue- ‘va edicion: Breitkopf & Wirtel, Wiesbaden. Dolmetech, Arvold: ‘The interpretation of the music of the Vith and 18th century; Novello Ltd, conjuntamente eon Ia Oxford University Press, Londres, Bitner, Robert: Hermann Finck ber die Kunst des Singens, 1656; en MEM XI, 1879. Frescobeldi, Girolamo: Obras para érgano y piano; nueva edi- ‘eign: Burenreiter, Kassel. Ganaesi, Silvestro: Rego ‘ign: Kahnt, Leipzig. Goldechmidt, Hugo: Die Lehre von der vokalen Ornamentik, 1907. Rubertina (1542/43); nueva edi- Haas, Robert: Autfubrungspraxis, Handbuch der Musikwis- senschaft, Athenaion, Potsdam. Haarich-Schneider, E.: Die Kunst des Cembalo-Spiels; Baren- reiter, Kassel, Hotteterre le Romain, Louis: Principes de la Flute (1707/ 1128); nueva edicién: Burenreiter, Kassel iels: Barenreiter, Karl: G. Dirutas ‘Transilvano; Vierteljahresschriften ‘Musikwissenschatt, VIII. Kreutz, Alfred: Die Ornamentik in J, S. Bachs Klavierwerken, ‘Agrewedo a Ia ediciéa “Urtext” de tas Suites inglesas; Peters, Frankfort a, M. Kuhn, Maz: Die Verzierungskunst in der Gesangsmusik des 16. und 17, Jahrhunderts; 1902, Breitkopf & Hartel, Leipzig. Lach, Robert: Studion zur Entwicklungsgeschichte der orn Tuentalen Mfelopaie; 1913; Kahnt, Leip. Majer, J. FB. C.: Museum musicum (1782); nueva edicién Barenreiter, Kassel. ‘Mottheson, Johann: Der vollkommene Capellmeister (1739); nueva’ edicién: Barenreiter, Kassel. Muffet, Gottlieb: Versetl und Toccaten (1726); nueva edi- clin: Birenreiter, Kassel, Oberdirffer, Frits: Der Generalbass in der Instrumental-Mu- ‘sie des ‘susgehenden 18. Jahthunderts, 1939; Birenreiter, Kassel, Ortiz, Diego: Tratado de glosas (1553); nueva edielén: BA- enreiter, Kassel. Proctorine, Ernst: Neues aur Bachforschung (ejemplos mu- jeales de ornamentos de Bach); en: SIMG VIII. Praetorius, Michael: Syntagma musicum (1618/1620) ; nueva ‘edicign en dos tomos: Barenreiter, Kassel. Purcell, Henry: Popular Edition (con In ornamentacién Pureell); Novello & Co. Ltd., Londres. Quants, Joh. Joach: Versuch einer Anweisung die Flite tra- versiere zu spielen (1752); nueva edicién: Bérenreiter, Kassel, Ritter, Aug. Gottfr.: Die Coloristen; en: Allgemeine musikali- sche Zeitung, 1869, N@ 38. ‘Seheck, Gustav: Die F¥itenkompositionen G. F. Hiindels; Zelt- ‘schrift fir Hausmusik, 1985; Birenreiter, Kassel. Schering, Arnold: Zur instrumentalen Versierungskunst_ im 18. Jahrhundert; coleccién de Ia IMG. Schneider, Maz: Der Generalbass Joh. Seb. Bachs; en: Jahr- ‘buch der Musik-Bibliothek Peters, 1914/1915; C. F. Pe- ters, Leipzig. Die 'Begicitung des Secco-Reeitativs um 1750; en Gluck- Jahrbuch, 1917; Breitkopf & Hartel, Leipzig. Schultz, Helmut: Bine Continvoaussetsung Bachs; en Zeite sehrife fir Musikwissenschaft, XV, 1952/1938, Telemenn, Georg Phil: Methodisehe Sonaten (1728); nueva cdicién: Barenreiter, Kassel, Sebastian: Musica getutscht und ausgezogen (1511); nueva edicién: Birenreiter, Kassel Wolf, Johannes Handbuch der Notationskunde; 1913, BA12790 INDICE Los adornos en la misica antigua Los adornos esenciales o franceses La ornamentacién libre o italiana La improvisacién en la ejecucién del bajo continuo Ejemplos: ‘Adornos esenciales Ornamentaciones libres: a) Formulas de ornamentacién b) Ornamentaciones de autores de los siglos XVI-XVIII ¢) Ornamentaciones de H. M. Linde 4) Ornamentaciones del continuo 8 RSeon BSB Los adornos en la musica antigua Qué ha de entenderse por el término “adorno”? La pa- labra “disminucién” que desde el siglo xIV hasta el x1x es equivalente a todas las demas denominaciones de “ador- nos” (maneras, ornamentos, coloraturas, “agréments”, “graces”, “‘fioriture”, ete.), nos da una clara respuesta acerea de la pregunta que nos hemos formulado: “dimi- nuere” significa desmenuzar, subdividir. Por lo tanto, por medio de la disminucién, un sonido es desdoblado en dis- tintos sonidos de valores mas pequetios, Siempre existieron las més diversas posibilidades para ornamentar una melo- dia, El trabajo presente se propone mostrar un panorama de esta practica musical tipica de los siglos XVI a XVII y contribuir a seleccionar los més importantes de entre Ia ‘multiplicidad aparentemente inabareable de tales adornos ¥ a explicar su modo de empleo. Esta guia, que nacié de Ia préctica cotidiana, desea estimular en el ejecutante de misica antigua un conoci miento vivo de los adornos y su aplicacién, Ante todo, el aficionado a la miisica se ccupa hoy de Ia asi denominada “misica antigua”. La ejecuta no s6lo en instrumentos modernos, sino también —frecuentemen- te— en aquellos que se usaban en siglos pasad en el gran némero de ejecutantes aficionados de flauta dilee, de “viola da gamba”, de clave y de Ind, También los méisicog profesionales tienen marcada preferencia por Ja mésica de los maestros antiguos. Sin embargo, es fre- cuente asistir, atin hoy, a ejecuefones de obras de misica antigua,-en las que no se presta la suficiente atencién a las convenciones que rigen Ia préctica de interpretacién de esta misica. Ya se trate de cuestiones vinculadas con el reparto instrumental o de problemas relacionados con Is manera de ejecucién, In época en la que se podian ofre- cer interpretaciones de obras de maestros antiguos sin mayor preocupacién por la autenticidad estilisties, deberia, haber quedado superada definitivamente, AGn hay aqui tun rico eampo de aceién para los miisicos y ante todo para los pedagogos musicales, tanto los que ensean en forma privada, como los que ocupan cargos en las escuelas de miisica, Si un pedagogo desea dirigir @ sus alumnos hacia la literatura musical antigua, tan vasta eémo valiosa, deberé ocuparse, hoy més que nunca, de la préetica de ejecucién de este arte y spbre todo, de Ia compleja mate- Fiarde los adornos, que constituye una importante parte de las convenciones de ejecucién de los siglos pasados. ‘A causa de sus miltiples posibilidades, Ia ornamenta- cién invita a una oeupacién, siempre renovada, de las obras de los maestros antiguos, las que ganardn en belleza y colorido cuando sean interpretadas con todo cuidado, te- niendo en cuenta aquellos factores. El arte de la ornamen- tacién era antaflo una préetica de ejecueién musical am- pliamente difundida. Es por eso que la mayoria de los compositores de aquellas épocas, confiaba en que el ejecu- tanto aplicara a sus obras los adornos necesarios. Muchas veees se limitaban a anotar una mera estructura arménica, ‘que sélo después con la aplicacién del adorno directamenta cargo del intérprete, se transformaba en una acabeda obra de arte. En tal sentido, Andreas Herbst (1642), ca- racteriz6"Ia esencia del arte del adorno con las siguientes Palabras: ““Segin mi entender, se laman dome 1 know that — my. Mattheson meneiona los groppi y las tiratas como los ornamentos preferidos por los eantantes. El groppo es luna ornamentacién a modo de “racimo” porque es preciso cantar una cantidad de notas reunidas como si formasen tun haz, La ubieacién preferida de los “groppi” es, hacia 1 final de un trozo, en la cadencia conclusiva. a i=] Teh law be Tohglaw- ss be ‘rata es un eslabén entre dos sonidos distantes en- Ella debe “lanzarse con vehemeneia hacia arriba o hacia abajo”. Matheson advierte contra su uso exeesivo y dice que es preciso “ser un tanto sobrios con tales cosas para que no despierten repugnancia’ Bee. pee eet G. Ph, Telemann, Ph. E. Bach y todo el eirenlo de Berlin (Quantz, Benda, Graun) dejaron librada a la fan- tasia del ejecutante, especial campo de aecién. Con estos ‘adornos del estilo galante, se ha aleanzado el punto eul- minante de las ornamentaciones libres. B. C. Majer que afirma haber sido disefpulo de Matheson y alaba espe- cialmente a Telemann, Graupner y otros, escribi6: “...Si nuestros antepasados pudieran echar una mirada al pre- sente, se asombrarian del donaire actual... y las maré villosas maneras, y gustosamente se volverian a la tumba con todo su arte”. En progresiones, repeticiones de temas ¥ reexposiciones, el ejecutante podia dejar libre juego a su fantasia. Sin embargo, en Ia medida que aumentaron las posibilidades de ornamentacién en eantidad y aleance, mis necesario se hizo el conocimiento de la teoria de la composicién. En vista de que a los aficionados, en gene- ral, les faltaban estos conocimientos, Ph. E. Bach publies en 1760 sus “Sonatas con reexposiciones variadas”, en las cuales, indicaba las modificaciones de manera exacta, Acerca de las libres cadencias, entonces frecuentemente requeridas, hacia el final de un trozo, dice Matheson que deberian ser algo semejantes a los “saludos de despedida” Y Quantz expliea su cardcter (no es posible aclararlo mejor y con mis exactitud): “...Deben ser breves y no- vedosas y sorprender al oyente como si fuesen un Bon mot..." (Véase los ejemplos de pig. 44 ). Cada veo més se comenzé a anotar integramente los or- namentos. Sin embargo, Wolfgang Amadeus Mozart cuan- @o ejecutaba sus propios conciertos para piano, variaba Trecuentemente las reexposiciones 0 repetieiones con im- provisaciones. Por lo general, quedé tan solo Ia eadencia dol concierto para la libre improvisaeién y también esa prictica desaparecié finalmente del todo. Como se ha dicho, Ia ornamentacién libre debe ser apli- cada con moderacién, El uso exeesivo de adornos, como a veces era posible oir, provocé el repudio y por lo tanto, no debe ser imitado. Atengdmonos a lo que eseribe Johann Friedrich Agricola en su “Método del arte del canto” (1757) : “Busque el estudioso siempre lo-mejor y ain bis- quelo alii donde sea factible encontrarlo... Lo bueno asi 23 como lo malo, esté presente en todas las épocas: sélo es necesario buscarlo, reconocerlo y sacar provecho de ello”. Quantz dice con toda razén, que sélo se debe adornar una ‘melodia cuando por medio de Ia ornamentacién, “lo can- table se torne aiin mds agradable, lo brillante ain més reluciente”. Siempre se insistié en que las coloraturas de- bian ser interpretadas con claridad y limpieza. Los trozos més apropiados para ser adornados son los de movimiento lento. Results absolutamente inaceptable la aplicacién de ornamentaciones a fragmentos que ya han sido objeto de ellas. También hay que poner especial cui Gado en no “oscurecer” las notas principales. En cuanto @ Is eleccién de los ornamentos es recomendable guiarse For el carécter del trozo. Muchas veces las indicaciones del movimiento ya dan referencias acerca de su cardcter expresivo (spirituoso, affettuoso, mesto, eantabile, ete.) Giovanni Battista Bovicelli (1594) aconseja a los can. tantes guiarse para la eleceién de los adornos por el sen- tido de las palabras: “un texto severo no debe orlarse con

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