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Resumen de Introducción a la teoría general de sistemas de Oscar

Johansen Bertoglio
Por Edder Hernández Forero

Como el título del libro lo sugiere, éste trata de modo de apertura a la teoría general de
sistemas. A lo largo del texto el autor busca, como el mismo lo dice, “entregar un
vocabulario de los conceptos que constituyen lo que hoy se conoce como Teoría general de
sistemas”. Este libro es la octava versión de 1993, por lo cual, lo que el autor refiere como
hoy, data de esa época.
De igual forma declara que siendo un tema relativamente nuevo, nacido en los años 1925,
pero ganando popularidad a finales de la segunda guerra mundial, existen varios conceptos
que no están consolidados del todo, incluso no es raro que lleguen a aparecer definiciones
contradictorias entre autores. Es por tal motivo que el texto tiene en parte su opinión, y las
definiciones que el autor da, aclara que son con las que él mismo trabaja a lo largo del
texto.
A lo largo del escrito se van dando varios casos a modo de ejemplo con los que el autor se
basa para explicar mejor los conceptos que esté tratando. Normalmente están enfocados en
las sociedades humanas, y en casos más específicos, en las empresas. Pero de la misma
forma, si se logra comprender los conceptos, la teoría de sistemas puede ser aplicada a
cualquier área, es interdisciplinaria.

Capítulo 1: El enfoque de los sistemas.


El enfoque reduccionista estudia un fenómeno complejo a través del análisis de sus
elementos o partes componentes. Este enfoque ha sido y es usado frecuentemente, y su
éxito muestra que no es de ningún modo un mal enfoque. Pero es en muchos casos
insuficiente. Los fenómenos deben ser estudiados no solo con el enfoque reduccionista,
sino también en su totalidad.
Esto es porque a medida que los objetos de estudio se vuelven más complejos, parece ser
que éstos tienden a tener en cuenta su entorno. Es por lo anterior, que puede que muchos
fenómenos son inexplicables por no tener una vista sobre el objeto de investigación lo
suficientemente amplia.
Pero la generalización se hace a costa de su contenido. Es decir que estamos perdiendo las
particularidades del objeto de estudio.
Al final ningún extremo es bueno. Lo específico no termina sin significado, mientras que
lo general pierde contenido. Por tanto, se busca frecuentemente llegar a un punto de
balance óptimo de generalidad.
La teoría general de sistemas tiene dos enfoque complementarios: la primera trata de
observar al universo empírico y escoger ciertos fenómenos generales que encuentran en las
diferentes disciplinas y tratar de construir un modelo teórico que sea relevante para estos
fenómenos; El segundo enfoque consiste en ordenar los campos empíricos con una
jerarquía de acuerdo con la complejidad de la organización de sus individuos básicos o
unidades de conducta y tratar de desarrollar un nivel de abstracción apropiado a cada uno
de ellos, lo que termina siendo un “sistema de sistemas”.
A partir de la teoría general de sistemas, han surgido varias tendencias que buscan su
aplicación práctica en las ciencias aplicadas. Algunas de ellas son: la cibernética, la teoría
de la información, la teoría de juegos, la teoría de decisión, la topología o matemática
relacional, el análisis factorial, la ingeniería de sistemas y la investigación de operaciones.

Capítulo 2: Sinergia y recursividad


La sinergia es representada por “2+2=5”. Es simplemente una propiedad que se cumple
cuando la suma de las partes es diferente al todo. De forma más clara, se puede decir que un
objeto posee sinergia cuando el examen de una o alguna de sus partes, en forma aislada, no
puede explicar o predecir la conducta del todo.
En caso contrario, las totalidades que no cumplen con esta característica, es decir,
totalidades sin sinergia, son denominadas conglomerados. Pero con esta definición se puede
llegar a la conclusión de que los conglomerados es una definición teórica, porque en la
realidad siempre habrá relaciones, por ejemplo, físicas. Es por tanto que puede tomar a los
conglomerados, para efectos de estudio, como un conjunto de objetos de los cuales, al
eliminar ciertos factores ajenos al estudio, las relaciones no terminan afectadas. Son objetos
independientes.
Es con esta distinción que podemos decir que, si un objeto se presenta con sinergia, es
necesario tomar en cuenta la interacción de las partes componentes y los efectos parciales
que ocurren en cada una de ellas. Por la misma razón, no es posible aplicar el enfoque
reduccionista a objetos con sinergia.
La recursividad es lo que se dice “totalidades dentro de una totalidad mayor”. Es una
propiedad que dice que los objetos sinérgicos, está compuesto de partes, otros objetos, con
característica sinérgica. La sinergia implica sistema. Por lo tanto, se habla de sistemas y
subsistemas.
Y bajo lo anterior se pude tomar, a modo de ejemplo una comunidad, y dentro de
comunidad están familias, dentro de familias personas, personas órganos, órganos tienen
células, y de esta forma se puede continuar. Lo anterior no es el enfoque reduccionista
porque se está teniendo en cuenta el todo. Es entonces importante establecer lo que se
denomina el individuo.
La recursividad se presenta en torno a ciertas características particulares de diferentes
elementos o totalidades de diferentes grados de complejidad. Aunque un individuo puede
estar formado por otros individuos, se ve cada vez un grado de individualización en que las
partes del organismo se vuelven cada vez más diferenciadas y menos independientes.

Capítulo 3: Qué es un sistema


Un sistema es un conjunto de partes coordinadas y en interacción para alcanzar un conjunto
de objetivos. Ese objetivo puede ser dado por los humanos o por la naturaleza. Los sistemas
tienen sus propias características y condiciones.
Si se observan las partes que conforman un sistema, podemos apreciar que éstas también
tienen sus características y condiciones propias. Podemos decir que, dentro del sistema,
cada parte que encierra puede considerarse un subsistema, un conjunto de partes
interrelacionadas que encuentra estructural y funcionalmente dentro de un sistema mayor
con sus propias características. Pero a la vez, ese sistema en un subsistema de un sistema
mayor o supersistema.
Pero no todos los componentes de un sistema son subsistemas, si se quiere respetar el
concepto de recursividad. Los subsistemas como los supersistemas deben cumplir con
ciertas características sistémicas. Si bien el corazón pude ser un subsistema del cuerpo, una
uña no lo será.
Siguiendo esta cadena (supersistema – sistema – subsistema) vemos que se presenta una
relación jerárquica. Y a medida que se sube a baja por esa jerarquía, la complejidad
aumenta o disminuye. Entre más abajo, la complejidad es menor. La complejidad está dada
en términos del número de relaciones y sus variaciones que se dan y no por el número de
partes o subsistemas.
Teniendo en cuenta lo anterior, nace la pregunta de ¿cómo fijamos las fronteras de este
sistema? La respuesta se contesta con otra pregunta: ¿Qué es lo queremos observar o
estudiar? No es algo fácil de resolver. Aun así, nos podemos ayudar al definir el entorno
(supersistema) como afecta a nuestro sistema, y adicionalmente definir los subsistemas, lo
que permitirá que podamos comprender mejor el sistema intermedio.
Para efectos prácticos de análisis de sistemas se hace una división entre los sistemas,
creando dos clases de sistemas: sistemas abiertos y cerrados. La definición puede cambiar
según el autor, y por consiguiente el conjunto de sistemas que entran a sus respectivas
características. Pero para efectos de este texto, se toma que un sistema abierto es aquel que
interactúa con su medio, importando energía, transformando de alguna forma esa energía y
finalmente exportando energía convertida. Un sistema es cerrado cuando no es capaz de
llevar a cabo esta actividad por su cuenta.

Capítulo 4: Elementos de un sistema


Las principales características de un sistema abierto son su corriente de entrada, su proceso
de conversión, su corriente de salida y la comunicación de retroalimentación.
Un sistema abierto necesita importar ciertos recursos del medio. Es lo que sería su corriente
de entrada. Esta corriente está dividida en dos partes. La primera se podría considerar como
“energía”, ésta cumple con la ley de la conservación, que dice que lo cantidad de energía
que entra es igual a la energía que sale. Se be tener en cuenta el sistema puede almacenar
energía. La otra entrada es la información, que, a diferencia de la energía, cumple con la ley
de los incrementos, que dice que la información existente es igual a la información que
entra mas la que sale. Esto se ve reflejado en que, si leemos un libro, al enseñar lo
aprendido no perderemos los recuerdos de dicho libro.
La energía que el sistema importa es utilizada para hacer actuar sus mecanismos
particulares con el fin de alcanzar los objetivos por los cuales fueron diseñados. La energía
que el sistema toma es transformada en otra forma de energía. Éste es el proceso de
conversión, el cual, recordando el principio de recursividad, decimos que está dado
mediante sus subsistemas.
La energía que un sistema exporta a su medio es su corriente de salida. Esta corriente se
puede dividir en positiva y negativa. Lo anterior es altamente subjetivo, y depende del
observador. La principal diferencia, para decir si es una corriente de salida positiva o
negativa, radica en si es beneficiosa para su entorno.
Como un sistema (abierto) es altamente dependiente de su entorno, el tipo de corriente de
salida determina la supervivencia del sistema. Si el entorno determina que no trae
suficientes beneficios, puede decidir eliminar ese objeto. El caso contrario es la
“legalización” del sistema o de su corriente de salida. Es de esta forma que de la corriente
de salida positiva condiciona la adquisición de su corriente de entrada. Como un hospital
público en donde los recursos que recibe deben ser proporcional al servicio que ofrece o, de
lo contrario, podría ser clausurado.
Cada sistema tiene un conjunto de objetivos, pero ¿cómo sabe que está cumpliendo esos
objetivos? Lo sabe gracias la comunicación de retroalimentación, que es la información que
le indica al sistema cómo lo está haciendo en la búsqueda de su objetivo. Esta información
esta información es introducida de nuevo al sistema para que pueda realizar las
correcciones necesarias. Ahora bien, la información con la que el sistema hace correcciones
no solo puede provenir de la corriente de salida, sino de cualquier otra corriente de salida
que se requiera controlar.
Basado en lo anterior, se presenta el enfoque (input-output), que cosiste en ver el sistema y
sus subsistemas como unas cajas negras, y solo se preocupa por las corrientes de entrada y
salida. Solo se abre la caja si hay algún problema con estas corrientes.

Capítulo 5: Entropía y neguentropía


En la termodinámica tenemos tres leyes: la cero, que dice que, si dos cuerpos mantienen la
misma temperatura constante, entre uno y el otro no existe un flujo neto de energía calórica.
Ambos se encuentran en equilibrio estadístico. La primera ley dice que en un sistema
cerrado la energía es conservada. Y la segunda ley dice que, teniendo dos cuerpos con
diferente temperatura, existirá un flujo neto de energía y siempre desde el cuerpo más
caliente al más frio. Estás leyes son aplicables a los sistemas, solo que, en vez de
temperatura, se habla de estado probabilístico; los sistemas tienden a pasar de un estado de
menos probabilidad a uno de mayor probabilidad. En este universo es el caos.
La entropía es una cantidad definida y medible que describe el cambio de estados más
ordenados a estados menos ordenados. En sistemas cerrados, la energía total contenida
permanecerá constante, pero cada vez esa energía es cada vez menos utilizable. En un
sistema cerrado la entropía es siempre creciente, es decir que pasará de estados ordenados a
estados menos ordenados, hasta llegar a un caos final. En otras palabras, están condenados.
La ley de la entropía está siempre presente; aunque existen muchos casos de sistemas que
han logrado permanecer en un estado ordenado por mucho tiempo, que pareciera que
negara está ley. Estos sistemas tienen como factor común que son sistemas abiertos, y por
lo cual tienen o una forma de combatir la entropía, la neguentropía.
Cada suceso del entorno hace que la entropía aumente, a medida que aumenta esa entropía,
se corre el peligro de llegar a la entropía máxima, que es un estado en done no hay ningún
suceso observable; un estado de equilibro. Esto implica la muerte. La neguentropía es una
medida de orden, y los sistemas abiertos importan ese orden para poder negar la entropía y
poder prolongar su vida.
Para obtener neguentropía es necesario destinar parte de la energía exportada con el fin de
devolverla al sistema y combatir la entropía. Si la energía destinada es igual a la entropía,
entonces el sistema sobrevive; si es mayor, el sistema está en expansión; si es menor,
entonces el sistema está en descomposición.
La entropía tiene efectos en la información. Cuando un mensaje está viajando por medio de
un canal, este tiende a disminuir; en el mejor de los casos llega igual, pero nunca aumenta
la información.
Ahora bien, la información puede considerarse como una disminución de la incertidumbre
o el caos. La información es neguentropía; la información es por tanto una medida de
orden.
Por otro lado, un exceso de información es contraproducente. El tener demasiados canales
de comunicación, sin un orden solo genera ruido. Para usar la información, el sistema
requiere realizar un proceso para que resulte útil, y el exceso solo colapsa su capacidad.

Capítulo 6: El principio de organicidad


A pesar de que, en los sistemas, por ejemplo, de países o una universidad, donde hay
intensas dinámicas que ocurren entre sus subsistemas, éstas no están en caos, sino en cierto
orden y equilibrio que dan más una impresión de avance suave. Este fenómeno de
equilibrio a pesar de una gran variabilidad que experimentan sus partes por mecánica
newtoniana y/o por la teoría general de sistemas.
La primera explica, con base en la tercera ley de newton, que dice que por cada acción hay
una reacción igual y contraria, la suma de acciones de los subsistemas llegan a anularse
unas a otras. Lo que conlleva a un equilibrio estadístico, el cual consiste en que el promedio
de las condiciones internas de un sistema permanece constante, o cuando todo permanece
inmóvil por un tiempo.
La teoría de sistemas, por su lado, propone que los sistemas tienen ciertos mecanismos que
son activados para responder los cambios externos que produce su medio, aminorando los
impactos y defendiéndose de las variaciones del medio. Es decir que tienen propiedades de
autocontrol y autorregulación. Así como el humano suda como modo de respuesta ante el
calor.
Ese estado de equilibrio estadístico no es inerte. Las pequeñas acciones que ocurren dentro
del sistema son fuerzas latentes que lo empujan al cambio. Adicionalmente, aunque después
de una acción vuelva a un estado de equilibrio, éste no será el mismo. De la misma forma
que después de una discusión y reconciliación, no vuelve al anterior estado. Es entonces
que los sistemas tienen dos propiedades más: una fuerza que se opone a los cambios fuertes
y el otro es el aspecto de los ciclos que nunca son similares.
Se muestra por tanto que los sistemas vivos (abiertos) tienen una tendencia de buscar el
equilibrio. Esto se logra por medio de la idea de “homeostato”, el cual ese mecanismo que
busca ajustarse al medio.
El principio de organicidad consiste en que, aunque los sistemas abiertos, como todo
sistema, tiene una tendencia al caos y a desorganizarse por efectos de la entropía, tienen a
su vez un mecanismo que buscan la supervivencia del sistema que se encuentra centrado en
su capacidad de mantenerse organizado frente a los cambios y fuerzas negativas del medio.
Esos mecanismos incluso los puede llevar a crecer y evolucionar.

Capítulo 7: subsistemas de control


Los sistemas tienen la capacidad modifican su conducta a medida que las exigencias del
medio lo requieren. Pero es necesario poder observar e informase del medio y así en
respuesta controlar su conducta y para estar en un modo conveniente para su supervivencia.
El sistema hace sus modificaciones mediante la retroalimentación. Existen dos estrategias
que se pueden seguir, retroalimentación positiva o retroalimentación negativa. La positiva
consiste en mantener la conducta y modificar los objetivos, mientras que la negativa
modifica la conducta y mantiene los objetivos. Es en resumen que la retroalimentación
positiva es positiva porque apoya la acción actual, mientras que la negativa busca, por el
contrario, cambiarla.
Normalmente se recomienda para un sistema la retroalimentación negativa por ser más
estable. La retroalimentación positiva prácticamente no toma en cuenta los objetivos fijados
porque constantemente lo está cambiando; es además difícil, por esa misma variación, la
planeación y coordinación de actividades.
Existen sistemas cuyo comportamiento es típico de desviación y amplificación, lo que
quiere decir que encierran procesos de relaciones casuales mutuas que amplifican un efecto
inicial que puede ser insignificante y casual, producen una desviación y divergen de la
condición inicial.
Los elementos se influencian entre sí de forma simultánea o de forma alternativa. La
diferencia es que si es de desviación - correctiva es porque poseen una retroalimentación
negativa; por el otro lado, si es desviación – amplificación, tiene retroalimentación positiva.
La desviación – corrección corrige esa desviación, mientras que desviación-amplificación
aumenta esa desviación, lo que produce casos de círculos viciosos.

Capítulo 8: La definición de un sistema


Este capítulo trata de los pasos que se deben seguir para definir un sistema total:
1. Los objetivos del sistema: Esos objetivos deben ser verdaderos y operacionales. Con
verdaderos se refiere al caso ejemplo de una fábrica de zapatos que dice que su
objetivo es hacer zapatos de la mejor calidad, pero en la realidad es obtener
ganancias en sus ventas. Mientras que operacionales se refiere a que pueden ser
medidos, y con esa medición evaluar el sistema.
2. El medio en que vive el sistema: Es definir todo lo que se encuentre por fuera del
sistema, que no pertenece al sistema. No es algo trivial, porque se debe tener en
cuenta que no necesariamente hay un límite físico, así como una empresa no está
limitada a las paredes de un edificio.
Para ayudar con este punto, se debe hacer dos preguntas para determinar si un
objeto hace parte del sistema: ¿puedo hacer algo frente a ello? ¿tiene importancia
para mis objetivos? Si la primera respuesta es negativa y la segunda positiva, quiere
decir que pertenece al entorno.
3. Los recursos del sistema: Esta parte habla de los recursos que se encuentran en el
interior, los externos pertenecen al medio. Esos recursos son con los cuales el
sistema puede llevar acabo procesos de conversión y llevar mantenimiento en la
estructura interna, es decir, para sobrevivir.
Son identificados porque el sistema los puede utilizar o cambiar para su ventaja.
4. Los componentes del sistema: Es la definición de sus partes y/o subsistemas. Es
también primordial primero hablar de misión antes que departamento. Esto con el
fin de establecer el valor que tiene el componente dentro del sistema. Así mismo
identificar las funciones que el sistema debe hacer para poder sobrevivir.
5. La dirección: Es en esta parte en donde se generan los planes del sistema. Se
considera todos los aspectos anteriores.
Esta secuencia de pasos no es forzada, he incluso puede llegar a ser necesario volver sobre
los pasos ya realizados.

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