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La dura adolescencia medieval…

Inés una niña muy curiosa y pura como el significado de su nombre, hija de una familia

rica llamada los Stone la señora madeline y el señor Gonzalo, muy conocida por su

producción agrícola y por ser una familia muy pulcra y feliz. Inés con dos años de edad ya

decía unas palabras y aprendió a caminar, siempre se mostraba feliz una niña muy linda, a los

tres años y mas consentida no podía estar, a los cinco años la llevaron por primera vez a una

feria del pueblo y sus padres le compraban todo lo que ella pidiera muy contenta siempre

agradecía todo lo que sus padres hacían por ella, ellos con su pequeña eran la familia

perfecta, hasta que Inés cumplió los siete años, en una noche escucho la primera pelea de sus

padres mientras se alistaba para dormir, la niña muy confusa se acerca a donde viene toda esa

bulla y escucha a su padre decir ¡No Madeline estamos en quiebra! Y su madre sollozando le

responde ¿y Qué haremos ahora? la pequeña había presenciado la primera pelea de sus

padres. Se acerca a ellos muy curiosa y el padre al verla se asombra porque se suponía que ya

tenía que estar durmiendo, muy preocupado de que la niña se hubiera enterado solo le dijo

“nada pequeña solo estábamos hablando” pero ya Inés sabia que desde ese día nada más

seria igual.

Inés todos los días escuchaba discusiones entre sus padres en las cuales sus padres decían

que solo eran conversaciones pero Inés no se creía ese cuento.

A los días ya comenzaba a haber escases de alimentos y ya no había tantos adornos como

antes porque sus padres comenzaron a vender muchas cosas de valor para poder alimentarse.

Ya no eran la familia feliz de antes y comenzaron a ser la familia más hablada en el pueblo

por lo miserables que quedaron.


Inés aun así con todos los problemas que tenían sonreía para alegrar un poco los días que

pasaban lentamente, nunca pensó que en su hogar llegaría a haber un ambiente tan triste, pero

peor aun la desesperación no tardo en llegar a su vida.

A la hora del almuerzo ella sonriente comía pan de cebada como almuerzo pero Gonzalo

su padre sentado en la mesa firme y seguro de la decisión que iba a tomar rompió el silencio

y dijo “Inés tenemos que hablar contigo”, Inés los miraba fijamente preocupada por el

semblante serio que tenía su padre y su madre, Gonzalo prosiguió y dijo, madeline y yo

hemos tomado una decisión, vas a tener que trabajar Inés, porque hemos llegado a un punto

que ni para comer tenemos y ya es una decisión tomada mañana comenzaras y no se hablara

mas del tema.

Tienes que obedecer y ser muy educada siempre hay que demostrar que somos una familia

muy pulcra y ya nada será como antes solo espero que seas muy responsable y míralo como

una buena oportunidad allá te darán comida y nos darás buenos ingresos de oro ¡es lo mejor

que se puede hacer! Volveremos a ser felices como antes ya verás, Inés recibió todo esto de

golpe y solo lo que pudo hacer fue asentir pero ella estaría aun más feliz si sus padres son

felices así que sin renegar se fue preparando mentalmente para lo que venía.

Al día siguiente ya despierta muy temprano Inés preparaba maletas y todo para irse a

trabajar a donde otra familia solo para hacer felices a sus padres.

Inés bajo y lo primero que vio fue un señor ya anciano con un bastón de madera y una

muy mala apariencia y andrajoso, al parecer estaba mirando el lugar y ella lógicamente

curiosa busca a su padre y a su madre para poder preguntarles quien era él, cuando los

encuentra su padre y su madre la miran y Gonzalo su padre le dice ¡oh ya estas lista! Grita

fuerte ¡Freddy ven aquí! Llega de inmediato el señor que vio hace un momento, y el padre le

dice hija tu trabajaras para él y la familia, el mayor de edad le dice a Inés “ya que estas lista
ya nos podemos ir cierto pequeña” Inés solo no sentía una buena aura alrededor de ese señor

pero igualmente asintió y se despidió de sus padres rápidamente porque Freddy se mostraba

con prisa.

Inés finalmente llego a la nueva casa en muy mal estado por cierto, la casa se veía muy

débil predominaba la madera podrida había verdín y fango por todas partes del suelo y parte

de la casa con puertas hechas de palos de madera unidos, no tenía ventanas pero Inés no

perdía la esperanza de que por dentro fuera muy agradable.

Para llegar a la casa recorrieron un largo trayecto que la dejo agotada, gracias al mayor de

edad por lo que el también caminaba muy lento por su bastón y así cada segundo caminando

era un sufrimiento.

El mayor de edad abrió la puerta y la invito a pasar muy cordialmente apenas que paso por

esa puerta un fuerte olor a caño inundo sus fosas nasales, ella solo pensó “como alguien

puede vivir en unas condiciones tan insalubres”.

El mayor de edad al entrar grito ¡familia ya llegamos! Y comenzaron a acercarse personas

de lo que parecía ser un patio al fondo de la casa oscura, todos andrajosos oliendo mal se

paraban al frente de Inés, dos hombres uno como de 30 años y el otro como de 26 y una

mujer muy joven y una señora adulta, todos miraron atentamente a Inés y ella muy tímida se

presento, nadie respondió solo se fueron todos a distintas partes de la casa, el mayor le señala

su cuarto y le indica que es lo que va a hacer durante su estancia en la casa y su sufrimiento

comenzaba desde ese momento, no había dejado bien sus cosas en el cuarto y ya le habían

mandado a lavar todas las vajillas del desayuno, por andar con prisa no había desayunado

pero ella solo tiene ya un plan en mente trabajara todo lo posible para poder hacer felices a

sus padres y ser la misma familia unida de antes.

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