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Pensando el espacio: entre la geografía y la historia.

Pensando el espacio: entre la geografía y la historia.

José Carlos Bermejo Barrera


Universidade de Santiago

RESUMEN bre de pensar geográficamente la historia, a lo


El espacio y el tiempo no son dos temas aislados que dedicaría un libro completo con el título
que corresponden a la Geografía y a la Historia.El La terre et l’evolution humaine, y al esfuerzo
estudio del espacio es una dimensión básica del es- mucho más sistemático de Fernand Braudel,
tudio de la Historia.Hay tres concepciones del es- que dedicó toda la primera parte de su obra
pacio: la euclidiano, la newtoniana y la relativista. maestra La Mediterranée et le monde medite-
Cada una de ellas se corresponde con los grandes
rraneen dans l’époque de Philippe II a llevar
periodos de la Historia universal, desde la Prehis-
a cabo un análisis del Mediterráneo como un
toria hasta la Globalización.
sistema geográfico global, no puede decirse
Palabras clave que el objetivo buscado haya sido conseguido.
Espacio, Tiempo, Geografía, Historia, Historia
Universal. En efecto, muchos historiadores han venido
señalando que el libro de Braudel en realidad
ABSTRACT no es más que la superposición de tres partes.
Space and time are not two isolate subjetcs that La primera de ella correspondería a la larga
to concern to Geography and History only.The duración y en ella tendríamos un escenario
study of space is a basic dimension of the stu- geográfico que se mueve al ritmo de un tiem-
dy of History.There are three ideas of space: po muy lento, en el cual las mínimas transfor-
euclidian,newtonian and relativistic.Each one is maciones poseen un ritmo secular, e incluso
the work of three preriods of Human History from milenario. Ese mundo está condicionado por
Prehistory to the Global Age. el medio físico, terrestre y marino, pero en él
Key words se dan también otro tipo de invariantes, como
Space, Time, Geography, History World History. pueden ser el hábitat, las formas básicas de la
producción económica y numerosos elemen-
Suele ser un lugar común afirmar que la geo- tos de lo que constituye la cultura material,
grafía y la historia se diferencian básicamente sobre todo de las clases populares.
en que, mientras que la historia estudia los fe- Sobre esa larga duración se alza la media, en
nómenos humanos en el tiempo, la geografía la que podemos observar las transformaciones
por el contrario los analiza en su dimensión seculares o de grupos de decenas de años, que
espacial. Desde los años veinte del pasado si- definirían, por ejemplo, aquello que en los
glo una serie de historiadores franceses, entre libros de historia nos permite diferenciar la
ellos uno de los fundadores de la Escuela de Edad Media de la Edad Moderna, o el siglo
los Annales, Lucien Fevbre, se esforzaron por XV del siglo XVI, y estaría constituida por las
intentar unificar los conocimientos históricos transformaciones económicas, sociales, o las
y geográficos, influidos sin duda alguna por propias del mundo del pensamiento y la cultu-
el vigor de la escuela francesa de geografía ra. Y, por último, tendríamos la corta duración,
humana. Sin embargo, pese al intento de Fev- a la que Braudel define con una metáfora: es

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como la espuma de las olas del Mar Mediter- repetiría Jean Paúl Sartre, al decir que la exist-
ráneo, y estaría formada por los acontecimien- encia precede a la esencia.
tos políticos que desembocan en la batalla de
Dado que historiadores y geógrafos han hab-
Lepanto.
lado mucho del tiempo y el espacio, pero,
Entre el análisis de la política exterior de quizás, pensado poco en ellos, intentaremos
Felipe II y el estudio del relieve o las corri- a continuación analizar las diferentes concep-
entes marinas de este mar es muy difícil esta- ciones del espacio y el tiempo que se han ido
blecer una línea de continuidad, aunque es evi- manejando a lo largo de la historia de la histo-
dente que ese marco físico es el escenario en riografía, destacando cómo esas dos nociones
el que se va a desenvolver esa política. Brau- deben estudiarse de forma simultánea.
del parece ejercer como un historiador dotado
de una personalidad múltiple, ya que a veces
habla como geógrafo, otras como un historia-
dor de la economía, y en la última parte del
libro como un narrador tradicional de acontec-
imientos políticos.
A todo ello debemos añadir que, a pesar de ser
el creador de la teoría de las tres duraciones,
Braudel no ha llevado a cabo ninguna reflex-
ión sobre el tiempo, ni sobre el concepto de
duración, a pesar de ser la noción de durée la
idea clave de la filosofía de Bergson, el filóso-
fo dominante en Francia durante toda la etapa Fig. 1
formativa de Braudel.
Henri Bergson, siguiendo una tradición filosófi- Desde el nacimiento del estructuralismo con
ca que se remonta a René Descartes, estableció Ferdinand de Saussure comenzó a ser domi-
una distinción tajante entre el tiempo y el espa- nante la tendencia según la cual se creía que
cio. Descartes consideraba la existencia de dos existen dos dimensiones: la sincronía y la
sustancias: la res cogitans y la res extensa, que diacronía, que Saussure representaba en dos
serían metafísicamente incompatibles, hasta el ejes de coordenadas cartesianas (Fig. l). El
punto de que uno de los problemas claves de estudio de los fenómenos sincrónicos, en el
su filosofía será el de la conexión entre el alma que se anula la noción de tiempo, formaría un
pensante y el cuerpo extenso. Bergson señalaba, sistema, la langue, en el que el sujeto apenas
en términos mucho más modernos, la incom- tendría capacidad de innovación. La lengua
patibilidad entre la vida, que él asocia al tiem- está formada por una estructura y podríamos
po, al fluir y a la conciencia, y la materia, que decir, como más tarde hará Michel Foucault,
sería básicamente espacial e inerte. Si acepta- que no somos nosotros los que hablamos, sino
mos esta división, el estudio del espacio y el que es la lengua la que habla en nosotros.
tiempo corresponderían a dos métodos no sólo En el eje perpendicular tendríamos el habla, o
diferentes, sino también incompatibles, y por lo que es lo mismo, la situación de la lengua
ello resultaría difícil integrar la geografía con en un momento histórico determinado. La pa-
la historia, como de hecho no lo logró Braudel, role existe en tanto que existen hablantes, y
a pesar de que él entiende por duración simple- son ellos los que pueden introducir cambios,
mente el diferente ritmo de distintos tipos de ya que son sujetos que pueden realizar una ac-
acontecimientos. ción. El problema es que es muy difícil pasar
Muchos otros filósofos europeos de la primera de la langue a la parole. Del mismo modo que
mitad del siglo XX mantuvieron esta antítesis. Foucault en Les Mots et les choses describía
J. Ortega y Gasset no se cansaba de repetir que las diferentes epistemes que habían dominado
“el hombre no tiene naturaleza, sólo tiene his- el pensamiento europeo desde el siglo XVI,
toria”. Y M. Heidegger definía al Dasein como sin ser capaz de, ni preocuparse por, explicar
pura temporalidad. Lo que en otros términos cómo se podía pasar de la una a la otra.

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Sin embargo, si examinamos con cuidado el


devenir de la historia universal veremos que
en ella ha habido cientos de espacios no con-
exos y que el horizonte de los acontecimien-
tos, hacia el pasado y el futuro, se proyecta en
conos de dimensiones espaciales y temporales
limitadas, tal como se presentan en la figura 3.

Fig. 2

Nosotros partiremos del supuesto de que el es-


pacio y el tiempo no son separables. Y antes
de entrar en el análisis de la noción de espacio,
quisiéramos destacar tres concepciones del es-
pacio-tiempo, que están presentes, quizás de
Fig. 4
forma no muy consciente, en el pensamiento
histórico y geográfico.
Creen los historiadores que la historia univer- De acuerdo con estas formas de representación
sal es un proceso que se desarrolla en un espa- del espacio-tiempo, la geografía, a la que se
cio (la Tierra), y que confluye en el momento supone que olvida el tiempo, nos presentaría,
presente a través de un proceso de integración en el momento presente , un espacio integrado
espacial, que Marx atribuía al desarrollo del en un tiempo casi congelado, lo que se repre-
capitalismo. Podríamos representar esta con- senta en la figura 4.
cepción en la figura 2. En ella el eje de las
Partiendo, pues, del principio de que el es-
abscisas representa el espacio, el de las orde-
pacio y el tiempo no se pueden pensar de
nadas el tiempo y el punto p el presente. El
modo aislado, esbozaremos a continuación las
pasado confluye en él y el futuro se despliega
tres formas de pensar el espacio-tiempo que
a partir de él.
se han venido desarrollando a lo largo de la
historia de la filosofía, las ciencias y la his-
toriografía, unas formas de conocimiento que
poseen raíces comunes, a pesar de que la es-
pecialización académica impida normalmente
percibirlas.
Esas formas de conceptualización del espacio-
tiempo podrían resumirse en tres grupos:
a)la concepción aristotélica geocéntrica.

Fig. 3
b) la concepción newtoniana del espacio-tiem-
po absolutos.
En este supuesto se da como un hecho dem- c) la concepción relativista del espacio-tiempo.
ostrado que un acontecimiento situado en el
presente está causalmente conectado, de for-
I
ma próxima o remota con, por lo menos, algún
Ha sido sin duda Aristóteles, un filósofo que
otro acontecimiento del pasado, y por ello no
cultivó sistemáticamente todas las ramas del
se debe hacer “tabla rasa del pasado”, como
saber de su tiempo, quien mejor supo en su
decía el famoso libro de Jean Chesneaux.
momento sistematizar una concepción del

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espacio-tiempo que sin duda poseía enormes ello nuestra posición “natural”, en ausencia de
ventajas. En primer lugar era básicamente una una fuerza será el reposo. Y si eso es así para
sistematización de nuestra percepción sensible los hombres, también lo será para el resto de
cotidiana. En segundo lugar proporcionaba los cuerpos del universo.
una explicación de numerosos tipos de fenó-
Los lugares naturales se jerarquizan en fun-
menos de acuerdo con lo que podríamos lla-
ción del peso de los cuerpos: los más pesados
mar el sentido común. Y en tercer lugar daba
se sitúan abajo y los más ligeros tienden a su-
una gran seguridad metafísica a la especie hu-
bir, como nos pone de manifiesto el sentido
mana, al situarla en el cumbre de la cadena de
común en nuestra vida cotidiana. Por ello, el
los seres y en el centro de un universo armó-
más pesado de los cuatro elementos (tierra,
nico.
agua, aire, fuego) se sitúa debajo. Por encima
Podríamos explicitar esta concepción, de de la tierra estaría el agua, y sobre ella el aire
acuerdo con el análisis de Joseph Moreau (Mo- y el fuego. Situando los elementos cosmoló-
reau, 1965), de la manera siguiente. Aristóte- gicamente tendríamos a la Tierra en el centro
les define al tiempo de dos maneras. En primer del universo, y sobre ella, el agua, el aire y
lugar, el tiempo es la medida del movimiento el fuego, y en el espacio situado más allá de
en relación con la anterioridad y la posteriori- la Luna el quinto elemento, el éter, del que se
dad. Esa definición del tiempo está en relación componen los planetas y las estrellas.
con lo que él llamaba el movimiento local, o
Esta concepción cosmológica se corresponde
lo que es lo mismo, el desplazamiento de los
con nuestra percepción sensible, según la cual
cuerpos en el espacio. Si no existiese el tiempo
vemos a la Tierra en reposo y en el centro del
los cuerpos quedarían congelados en el espa-
universo y orbitando en torno a ella los plane-
cio, ya que no habría movimiento.
tas y las estrellas. Además del movimiento lo-
Pero ese espacio aristotélico se puede definir, cal consideraba Aristóteles que existían otros
desde un punto de vista cosmológico, como tipos de movimientos. Uno de ellos es el paso
un espacio ordenado y estructurado en torno de la potencia al acto, mediante el cual un ser
a un centro. Es evidente que nosotros percibi- llega a ser en un tiempo t-2 algo diferente a
mos el espacio desde un punto de referencia lo que era en un tiempo t-1, pero que estaba
que es nuestro propio cuerpo. Y es a partir de contenido en el tiempo t-1.
él como nos orientamos espacialmente, dis-
El paso de la potencia al acto va a la par que
tinguiendo las tres dimensiones del espacio
el paso de la materia a la forma. Y ese tipo de
euclídeo a través de nociones como: delante-
cambio o de movimiento es fundamental para
detrás, arriba-abajo, derecha-izquierda. Nues-
entender el proceso de la vida, en el que los
tra orientación espacio-temporal, fundamental
seres nacen, adquieren diversas formas, trans-
para que pueda funcionar nuestra conciencia
formando la materia, y mueren. Los seres que
y nuestra memoria, es uno de los mecanismos
nacen y mueren están sometidos al proceso de
básicos del funcionamiento de nuestro cerebro
generación y corrupción y todos ellos viven en
en estado de vigilia , como señala Edward S.
el mundo sublunar, es decir, por debajo de la
Casey (Casey, 1993), y el análisis aristotélico
Luna y por encima de la tierra (en la Tierra,
y la geometría euclidiana, de la que él parte,
el agua o el aire). Sólo los seres que viven en
hallaron su validez precisamente en esta coin-
el éter son inmutables, no nacen, ni decaen ni
cidencia con nuestros mecanismos de percep-
mueren.
ción cerebral.
Esta concepción cosmológica está estructu-
Pero hay dos nociones de la Física aristotéli-
rada no sólo geocéntricamente, sino también
ca que son de interés fundamental para nues-
antropomórficamente. Y es precisamente ese
tro análisis: la idea de lugar natural, y la idea
carácter antropomórfico lo que nos permite
de reposo. Para Aristóteles todos los cuerpos
comprender ya no sólo la concepción cos-
tienden a permanecer en reposo. Esta idea
mológica del espacio-tiempo, sino también la
física no es más que una racionalización de
concepción geográfica del mismo a lo largo de
nuestra experiencia somática cotidiana. Para
la Antigüedad clásica.
movernos necesitamos hacer un esfuerzo, por

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La percepción del espacio es una parte esen- cuando esos paisajes se identifican con una
cial de nuestra vida consciente. Y en ella po- nación concreta.
dríamos hablar de un “espacio vivido”, que ha
sido analizado por autores como Casey, O.F.
BolInow (Bollnow, 1969) o Gastón Bachelard
(Bachelard, 1975). El espacio vivido se carac-
teriza por estar antropomórficamente estructu-
rado y por poseer cualidades diferentes. No es
un espacio meramente cuantitativo, sino tam-
bién cualitativo. En ese espacio se dan valores
como: conocido/extraño; amistoso/hostil; aco-
gedor/inquietante.
En este espacio, por ejemplo, partiendo de la Fig. 6
orientación espacio-temporal del individuo
consciente se podrían trazar diferentes círcu-
los, en función de la proximidad o la lejanía, Partiendo de esta concepción del espacio cen-
que seguirían este trayecto: ego-casa-poblado- trada en el ego, las primeras formas de con-
espacio civilizado-espacio salvaje. Pongamos cepción del espacio geográfico tuvieron que
un ejemplo; en el África Central convivían establecer que la tierra era plana, estructurada
los pigmeos con pueblos agricultores. Para en torno al espacio habitado y con unos lími-
los agricultores, siguiendo nuestro esquema, tes claramente definidos. En el Egipto faraó-
el mundo se estructuraba en dos tipos de es- nico la tierra es plana, flota sobre las aguas,
pacios: familiares y extraños. Los familiares está limitada por dos cadenas montañosas y se
se estructuraban en la forma individuo-casa- estructura en torno a un eje que es el río Nilo
poblado-territorio de cultivo, lo que formaba (figura 5). Para los antiguos sumerios el mun-
el espacio amistoso o civilizado, y la selva que do posee una forma similar y se estructura en
constituía el espacio hostil. Para los pigmeos, cuatro partes perfectamente simétricas (figura
un pueblo de cazadores, la selva era, por el 6). Ese mundo plano que flota sobre las aguas
contrario, el espacio civilizado y amistoso: en suele estar cubierto por una bóveda, la celeste,
él estaban seguros y vivían, mientras que los que los antiguos hebreos concebían como me-
terrenos cultivados y habitados formaban el tálica, y que estaría dotada de unos agujeros,
espacio hostil, ya que si se adentraban en él por los que se deslizaría la lluvia.
podían ser capturados o muertos. En la Antigüedad clásica esta concepción se
mantuvo, aun tras el descubrimiento de la es-
fericidad de la tierra y del cálculo de su diáme-
tro por parte de Eratóstenes, como ha señala-
do Germaine Aujac (Aujac, 1966). En efecto,
para Estrabón, el sistematizador del pensa-
miento geográfico clásico, la Tierra es esféri-
ca, pero sólo está habitada entre determinadas
latitudes, ya que el frío o el calor la hacen in-
Fig. 5
habitable en los trópicos y el extremo norte.
Y esa tierra habitada se estructura en torno al
Estos valores cualitativos del espacio han es- Mediterráneo, esa charca en la que croan los
tado presentes en la historia de las concepcio- seres humanos como ranas, de acuerdo con la
nes del espacio, desde la Antigüedad al pre- imagen platónica. Esa oikumene está también
sente, como ha señalado Clarence J. Glaken cualitativamente estructurada, ya que aunque
(Glaken, 1996), y todavía perviven en la ac- Estrabón niega el determinismo geográfico,
tualidad en la consideración de los valores sin embargo sí que establece diferencias en-
simbólicos del espacio habitado, que se plas- tre el espacio de la barbarie y el espacio de
man en las ideologías del paisaje, analizadas la civilización, que se corresponden a las cate-
por Simón Shama (Shama, 1995), sobre todo gorías de lo habitado y lo deshabitado y de lo

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amistoso y lo hostil. En ese espacio, además, en el análisis de los acontecimientos políticos


el relieve (montañas, valles), las facilidades y militares. O bien, si pasan a describir el es-
de comunicación (terrestres, marítimas) con- pacio ajeno, el espacio de la barbarie, como
dicionan no sólo el desarrollo de las culturas, ocurre en el caso de Herodoto, se tendrán que
sino incluso la psicología, las almas, de sus plantear el problema de la relación entre el
habitantes. hombre y el medio.
Es importante destacar en esa concepción el Podríamos decir que, para los griegos, mien-
carácter rudimentario de la cartografía clási- tras los helenos desarrollan su vida en el tiem-
ca, señalado por William A. Heidel (Heidel, po, sin estar condicionados apenas por el es-
1937) y el predominio del espacio odológico pacio, que no es más que la escena en la que
en el pensamiento geográfico antiguo, tal y desarrollan el drama de su vida colectiva, por
como ha señalado Pietro Janni (Janni, 1984). el contrario los bárbaros están condicionados
Los griegos y los romanos suelen hacer sus por el espacio, sobre todo a través del clima,
descripciones geográficas describiendo las ru- que determina las actividades de su cuerpo y
tas marítimas o terrestres que va siguiendo el de su mente, como ya en el siglo V a.C. esta-
viajero, y proporcionando orientación para se- bleció un médico hipocrático en el célebre tra-
guirlas al caminante o al navegante. El espacio tado Sobre los aires, las aguas y los lugares.
odológico no es un espacio topográfico, sino
La casi inmunidad de los griegos a la deter-
un espacio centrado en el ego, en el cual el via-
minación por los factores ambientales viene
jero se sitúa en cada momento siguiendo las
dada por su puesto jerárquico superior en la
dimensiones de su orientación espacial (de-
cadena del ser (Lovejoy, 1933). Cuanto más
lante/atrás; izquierda/derecha; arriba/abajo) y
elevado sea un ser menos determinado está. El
buscando puntos de referencia en el espacio
nous o Dios aristotélico es puro pensamiento,
que le ayuden a orientarse al seguir el cami-
acto puro, forma sin materia, no está sujeto al
no. Todo ello trae como consecuencia enormes
cambio ni puede ser afectado por nada, siendo
distorsiones en las percepciones de las distan-
a su vez pura forma. En el otro extremo de la
cias. Una distancia no es una medida espa-
cadena la materia inorgánica es de todas las
cial, sino espacio-temporal. Las distancias se
materias la más informe, puede ser afectada
miden por jornadas, por el espacio-tiempo. Si
por la materia vegetal, animal y humana y está
un viajero navega una jornada con el viento o
sometida a todo tipo de cambios. Los bárbaros
la corriente a su favor recorrerá más distancia
y los griegos se sitúan en los lugares interme-
que si lo hace con esas condiciones en contra.
dios de esta escala.
Y sin embargo en el Periplo correspondiente
cada jornada es equivalente con cualquier otra. La contraposición tiempo-historia frente a
espacio-geografía forma parte, pues, de las
Esta concepción antropocéntrica del espacio
concepciones griegas de la gran cadena del ser
va unida a otra idea desarrollada por Aristóte-
y de la antítesis griego/bárbaro, fundamental
les, la idea de la cadena del ser, según la cual
para pensar las variaciones de la existencia
existe una jerarquía de los seres que iría de la
humana en la Grecia antigua, puesto que los
materia inorgánica hasta Dios, siguiendo una
bárbaros siempre serán medidos por el patrón
escalera ascendente, cuyos peldaños serían:
helénico, a través de sus analogías o sus con-
inorgánico-vivo vegetal-vivo animal-humano-
trastes con él. Esta contraposición, sin embar-
Dios. Sin embargo en lo humano tendríamos
go, no alcanzó categoría epistemológica en el
a su vez la jerarquía: bárbaro-mujer griega-
mundo antiguo, debido a que en él la histo-
hombre griego. Esta concepción cosmológica
ria y la geografía fueron consideradas meros
y geográfica se reflejaría en la historiografía
géneros literarios y no parte de la filosofía, lo
clásica de dos maneras. O bien esa historiogra-
que traducido al lenguaje actual querría decir
fía se centra en relatar los hechos de los grie-
que ni la historia ni la geografía fueron con-
gos, que transcurren en el espacio centrado del
sideradas como ciencias. Su utilidad venía
Mediterráneo, el espacio de la civilización,
dada básicamente por ser instrumentos de co-
como ocurre en el caso de Tucídides, Polibio
nocimiento útiles para quien ha de ejercer las
y la mayor parte de los historiadores antiguos,
labores de gobierno, como señalaba el propio
que dando ese espacio por dado, se centrarán
Estrabón.

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II que las leyes de la mecánica celeste y de la


Esta concepción del espacio-tiempo cosmoló- mecánica terrestre era las mismas, pudiendo
gico y humano pervivió a lo largo de la Edad todas ellas ser expresadas de forma matemá-
Media, gracias a la supervivencia de la tra- tica.
dición clásica. Tendremos que esperar al co-
Newton continuará el camino y en su Philoso-
mienzo de la Edad Moderna, por un lado, y
phia naturalis principia mathematica, un libro
por otro prácticamente a su fin, para que cam-
fundamental en la historia del pensamiento eu-
bien radicalmente estas concepciones: la con-
ropeo, formulará una única ley que explicaría
cepción cosmológica, debido al nacimiento de
el movimiento de todos los cuerpos del uni-
la ciencia moderna; y la concepción antropo-
verso: la ley de la gravitación universal.
lógica del tiempo, debido a la aparición de la
filosofía de Kant, que señalará la separación Para comprender el pensamiento de Newton
tajante de lo que podríamos llamar el tiempo tenemos que partir de varios supuestos. El
del mundo y el tiempo del hombre. primero de ellos es que tanto Galileo como
Para comprender la nueva concepción cosmo- él reducen a la materia a un número mínimo
lógica del espacio-tiempo deberemos fijarnos de propiedades. La materia se caracteriza por
en tres autores clave: Copérnico, Galileo y ser extensa, por poseer masa y poder moverse
Newton. a determinadas velocidades. Por ello los pa-
rámetros de la ley de la gravitación universal
La importancia de Copérnico viene dada por serán: fuerza, masa, espacio y velocidad.
el desarrollo de la hipótesis heliocéntrica, que
ya fue conocida en la Antigüedad clásica, pero Ahora bien, a Newton se le planteó un proble-
que fue desechada en beneficio de la hipóte- ma. Si en el universo existe una única fuerza,
sis geocéntrica. Cuando Copérnico publica que es la atracción universal, todos los cuer-
su libro De revolutionibus orbium caelestium pos deben estar convergiendo. Sin embargo el
maneja prácticamente los mismos datos de los universo es estable. Es un mecanismo similar
que disponía Tolomeo, el gran sintetizador del a un reloj, la máquina que sirve de metáfora
geocentrismo. El sistema de Tolomeo presen- fundamental en el pensamiento moderno. Para
taba numerosas anomalías, que obligaron a que pueda funcionar así será necesario que el
desarrollar la teoría de los epiciclos y las ex- espacio y el tiempo sean infinitos. Sin embar-
céntricas como hipótesis ad hoc para salvar la go la infinitud es una propiedad exclusiva de
teoría. Todo el mundo era consciente de ello. Dios. Por ello Newton llamará al espacio y al
Lo que hizo Copérnico, impulsado por su fi- tiempo sensorium Dei, los sentidos de Dios.
losofía neoplatónica, que le llevaba a colocar El espacio y el tiempo newtonianos son ab-
al Sol en el centro del universo porque poseía solutos, son independientes del movimiento,
más jerarquía en la cadena del ser que la Tie- aunque los cuerpos se mueven en su seno sin
rra, fue trabajar con esa nueva hipótesis y de- modificarlos. Pero ¿cómo podemos pensar ese
sarrollarla de forma matemática. Aunque su espacio y tiempo absolutos? ¿Cómo podemos
teoría daba lugar a numerosas anomalías, sus ver el reloj universal? Evidentemente situán-
sucesores (téngase en cuenta que no se atrevía donos en la perspectiva de Dios, es decir, pen-
publicar su libro en vida) continuaron traba- sando que imaginariamente estamos fuera del
jando con ella, hasta que se fue viendo que su universo.
fecundidad era mayor que la de la hipótesis
anterior. La mirada clásica del espacio-tiempo era an-
tropocéntrica, la moderna será teocéntrica,
Siguiendo en este camino Galileo dará otro sólo que ese nuevo Dios será el sujeto del co-
paso adelante al desechar la teoría del éter, o nocimiento, el Cogito, al que, como veíamos,
del quinto elemento. Al observar la Luna con Descartes situaba fuera del espacio, en el tiem-
su telescopio y poder ver sus cráteres, llegó a po puro, y al que sólo Dios le podía otorgar
la conclusión de que no era un cuerpo crista- la garantía de que su conocimiento no era una
lino perfecto, como se suponía que eran todos
ilusión.
los planetas y las estrellas, formados por el
quinto elemento y no sometidos a generación El sistema newtoniano dará lugar al determi-
y corrupción. Y ello le llevó además a suponer nismo absoluto de los philosophes de la Ilus-

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tración. Recuérdese lo que dijo el astrónomo el tiempo son intuiciones puras a priori. O lo
Laplace a Napoleón, hablando de Dios: “Sire, que es lo mismo, son intuiciones (es decir per-
yo no necesito esa hipótesis”. Y es que Laplace cepciones sin contenido) pero que hacen po-
pensaba que conociendo en un momento dado sibles las percepciones sensoriales dotadas de
la posición de todos los objetos del universo se contenidos concretos (visuales, auditivos...).
podría predecir todo el futuro y analizar todo
Es el sujeto trascendental quien pone el espa-
el pasado.
cio y el tiempo. Ese sujeto trascendental cons-
Newton descubrió la ley básica que se suponía truye el mundo, a partir de las percepciones
que regía el funcionamiento de la naturaleza sensibles, mediante la formación de conceptos
inorgánica, y como dirá Engels ante la tumba empíricos, que se enmarcan en el sistema de
de Marx, Darwin descubriría más tarde la ley las categorías (o conceptos puros del entendi-
de la vida y Marx la ley de la historia. En los miento) y desembocan en el sistemas de las
tres casos se parte del principio de que existe ideas, constituido básicamente por las forma-
una única ley, y un único tipo de fuerza (gra- das por: mundo, alma y Dios.
vedad, evolución, producción). En todos ellos,
a su vez, el sujeto de conocimiento se sitúa en Para Kant el mundo existe independientemen-
una perspectiva absoluta, la antigua perspecti- te del sujeto, pero si no hay un sujeto que per-
va de Dios. El sujeto puede conocerlo todo, o ciba nadie podría decir que existe el mundo. Y
por lo menos la ley que rige al todo. ese mundo es una síntesis de lo que el sujeto
percibe y de lo que el sujeto pone en él. Es
Ese sujeto se sitúa en un lugar seguro, como una síntesis de intuiciones y conceptos. Los
el universo estable newtoniano, pero, como el conceptos sin intuiciones son vacíos, pero las
Cogito cartesiano, está en cierto modo fuera intuiciones sin conceptos son ciegas.
del universo.
Con Kant se puede decir que tenemos dos
Decía un profeta de la ciencia moderna, Sir mundos: el mundo exterior del espacio-tiem-
Francis Bacon, que por cierto era homosexual, po absolutos, y el mundo interior del sujeto
que la naturaleza es como una puta que espera trascendental, también absoluto. El primero es
ser violada. Y es que en la concepción moder- captado por el sentido externo. El segundo por
na del cosmos el hombre está no en la natura- el sentido interno. Al primero corresponden el
leza, sino por encima de ella, y puede y debe espacio y el tiempo del mundo, al segundo el
transformarla y dominarla. Será esa capaci- tiempo puro del hombre.
dad de dominación y transformación lo que,
según Marx, diferencie al hombre del animal, Ahora bien, ¿cómo se conciben el espacio-
al depredador del “productor”. Será necesario tiempo de la historia y de la geografía en Kant,
todo el desarrollo industrial del siglo XX para que, por cierto, impartía clases de geografía fí-
comprender que esta concepción estaba equi- sica? Para Kant y para el pensamiento europeo
vocada. entre los siglos XVII y XX el espacio es nada
mas que un escenario, en el que se desarrolla
Al fin de la Edad Moderna se sitúa la Kritik la acción dramática de la historia universal.
der reinen Vernunft de I. Kant, quizás el libro
de filosofía más importante de la historia de La historia clásica era básicamente una narra-
Europa. En él nos interesará ahora detenernos ción. Con la instauración del discurso histó-
en su primera parte, la “estética trascenden- rico en la Europa del siglo XIX y con el na-
tal”, que no hace referencia para nada al arte, cimiento de los estados-nación, la historia se
sino a la percepción sensible, tomando el tér- concibe básicamente como un relato de tipo
mino griego aisthesis en su sentido originario. político, que posee la estructura de todos los
relatos, analizada por Kenneth Burke (Bur-
Kant no sólo conocía, sino que también ense-
ke,1969; 1969). Según ese autor en cada relato
ñaba la física de Newton e hizo importantes
tenemos los siguientes elementos: acto - esce-
contribuciones a ella, como por ejemplo su
na - agente - medio - fin.
Historia general de la Naturaleza y teoría del
cielo. Sin embargo, a pesar de admitir el es- En el caso de la historia nacional el acto es el
pacio y el tiempo absolutos en la física, Kant desarrollo de la nación en el tiempo, la escena
desarrolla una teoría según la cual el espacio y la constituye el territorio nacional, el agente

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Pensando el espacio: entre la geografía y la historia.

es el pueblo protagonista de la misma. Y sus III


vicisitudes y luchas son los medios para llegar Vamos ahora a situarnos en el momento pre-
a un fin: la consolidación del estado-nación. sente , con el fin de replantear las concepcio-
nes del espacio-tiempo partiendo de la física
¿Qué es en ese caso el espacio-tiempo? Es
y la cosmología del siglo XX, y desarrollando
básicamente un escenario, un escenario privi-
sus implicaciones filosóficas, tal y como han
legiado, para cuya descripción se usan metá-
hecho , entre otros, P.C.W. Davies (Davies,
foras de parentesco, como la “tierra madre”, y
1982), Robert M. WaId (WaId, 1982) y Xavier
que se supone que posee propiedades comunes
Zubiri (Zubiri, 1996).
con quien protagoniza la historia: el pueblo.
Pueblo y tierra forman una pareja bien aveni- En el año 1905, hace un siglo, publica Albert
da, como lo fueron en el pensamiento alemán Einstein una serie de artículos en la revista
la sangre y la tierra: Blut und Boden. Annalen der Physik, que vendrían a cambiar
nuestra concepción del tiempo y el espacio.
Puede haber una especie de participación mís- Podríamos sintetizar el impacto filosófico de
tica entre pueblo y tierra. Lo que no hay, sin la teoría de la relatividad, siguiendo a los au-
embargo, es una reflexión profunda sobre la tores citados, de la forma siguiente.
relación hombre y medio. Y ello es así por-
que los seres humanos no forman parte de la El primer punto del que debemos partir es que
naturaleza. Ellos están del lado del tiempo, no en el universo existe una velocidad límite, la
del espacio, del lado del pensamiento y no de velocidad de la luz (300.000 kms/sg), por en-
la materia inerte; ellos son libres y se autode- cima de la cual no se puede desplazar ningu-
terminan, ellos, como decía Ortega, no poseen na onda o corpúsculo. Ello quiere decir que
naturaleza, sólo son historia. la idea newtoniana de percepción simultánea
debe ser abandonada. Cuando percibimos un
Las narraciones históricas concebidas de acontecimiento situado, por ejemplo, a un año
acuerdo con ese patrón proliferaron sin ce- luz de donde estamos, no estamos observando
sar, y continúan haciéndolo. En su nombre el acontecimiento presente, sino lo que ocu-
se llevaron a cabo dos Guerras Mundiales e rrió hace un año. Percibimos el pasado en el
innumerables conflictos armados, al igual que presente. Ello quiere decir dos cosas. Primero
antes se hacían en nombre de la religión. El que el tiempo es una de las dimensiones del
hombre destinado a dominar la naturaleza y a espacio, y segundo que en el universo no hay
transformarla ha iniciado el camino de poner ningún observador privilegiado, sino diferen-
en peligro su propia supervivencia en nuestro tes sistemas de observación, según las coorde-
planeta (Ponting, 1992). Esa entidad llamada nadas espacio-temporales en las que se sitúen.
el hombre, que se encarna en la llamada “ci- Por supuesto ello también elimina la perspec-
vilización occidental” ha llegado a dominar tiva de Dios, que permitía pensar el universo
y a unificar aparentemente el mundo (Mc- como un conjunto. Somos como peces en un
Neil,1991), gracias a su dominio de la energía pecera. Podemos recorrerla, dar vueltas y qui-
(Diamond, 1998), y lo ha hecho en nombre de zás llegar a la conclusión de que el mundo se
unos supuestos que, en el caso que nos ocupa, compone sólo de agua y tiene forma de esfera,
le han llevado a establecer esa división espa- pero jamás podremos salir de la pecera en la
cio/tiempo, que en cierto modo ha estado uni- que estamos.
da, y aun continúa estándolo, a la distinción Einstein sugirió, y luego se comprobó que era
entre historia (saber temporal de los sujetos de cierto, que las partículas que forman la luz, los
la cultura dominante), un saber que no sería fotones, poseen masa, lo que quiere decir que
más que la propia genealogía del presente. Y son atraídos por la gravedad y que consecuen-
geografía, ciencia del mero marco, de los esce- temente se desplazan siguiendo trayectorias
narios de la historia, o estudio de los “otros”, curvas. Todo el universo es un inmenso siste-
de los pueblos colonizados, que han venido a ma gravitatorio que forma un campo. En él la
ocupar el lugar de los antiguos bárbaros. Unos trayectoria más corta entre dos puntos es una
pueblos para cuyo dominio y administración curva y el modelo geométrico que nos permite
la geografía y la etnología se convirtieron en entenderlo no es la geometría euclidiana, sino
instrumentos privilegiados. la geometría esférica.

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Einstein dedujo además matemáticamente que Sólo hay un problema: el Sol es una estrella.
la materia puede transformarse en energía, de Dentro de unos miles de millones de años su
acuerdo con la ecuación E=mc2. Esto vino a tamaño crecerá un diez por cien. La subida de
suponer el fin de la idea tradicional de masa, temperatura en la Tierra será tal que se eva-
entendida como una cantidad que se conserva, porarán los océanos y la atmósfera, entonces
a pesar del movimiento, que se asocia con el dejará de existir la vida. Luego el Sol se ex-
volumen y que es impenetrable. pandirá, engullirá todo el sistema solar, para
colapsarse en un agujero negro.
Por otra parte, una vez que se estableció la
dualidad onda-partícula y que una onda se de- ¿Qué quiere decir esto? Qué el universo ha
finió por su frecuencia y su longitud de onda, dejado de ser seguro. No estamos sólidamente
y dado que éstas definen su energía en una co- instalados en él, compartiendo la perspectiva
nocida ecuación, y que la energía es medible de Dios, como quería Newton, ni estamos des-
como masa, tendremos que los conceptos bá- tinados a dominarlo, como quería Marx. Por el
sicos de la física clásica comenzaron a perder contrario, no somos nada más que una de sus
su valor. partes, y además efímera.
Pero la definición del universo como un cam- Una de las consecuencias de la cosmología
po gravitatorio aun tendrá consecuencias ma- actual es que en ella el universo, el espacio,
yores en nuestra visión del espacio-tiempo. Y no se contrapone al tiempo. Tiempo y espacio
es que el universo einsteniano ha perdido la forman una unidad. A partir de las observacio-
estabilidad. No sólo es que la masa se pueda nes de Hubble, según las cuales las galaxias
convertir en energía, como vendrían a demos- se están distanciando claramente, se formuló
trar trágicamente las explosiones de Hiros- la hipótesis del Big-bang, según la cual el uni-
hima y Nagasaki, sino que en el universo se verso se formaría hace unos 15.000 millones
pueden producir cambios catastróficos. Eins- de años y estaría en un continuo proceso de
tein dedujo matemáticamente, partiendo de las expansión, que quizás sea seguido por otro
ecuaciones de campo, la existencia de singu- proceso de compresión. El universo no sólo no
laridades. De acuerdo con ellas pueden darse es estático, ni seguro, sino que además es his-
casos en los que la materia se condense y la toria; ya no se puede definir al hombre como
fuerza de .gravedad sea tal que se produzca un una historia contrapuesta a la naturaleza. Es-
colapso gravitatorio, que dé lugar a lo que lue- pacio y tiempo son lo mismo, el hombre y el
go se llamarán los agujeros negros. En ellos la universo también.
densidad tiende hacia el infinito, el volumen a
En ese universo ya no hay una sola ley que lo
cero y todos los cuerpos próximos a ellos en
explique todo. Además de la fuerza gravitato-
un radio conocido como radio de Schwards-
ria, que no se consigue explicar, existen otras
child, inician un camino sin retorno para ser
tres: la electromagnética, la interacción fuerte
engullidos.
y la débil, que mantienen unidos a los protones
Todas las estrellas del universo poseen una en el núcleo atómico, impidiendo que la repul-
vida activa. Comienzan con una acumulación sión electromagnética producida por su idénti-
de gases que, debido a la fuerza de la grave- ca carga positiva les lleve a romper el núcleo.
dad, se comprimen y producen una reacción Los físicos aspiran a unificar la fuerza débil, la
nuclear en la que los átomos de hidrógeno se fuerte y el electromagnetismo. Lo han conse-
convierten en átomos de helio, transformán- guido en parte. Sin embargo no han logrado la
dose los protones y neutrones sobrantes en gran unificación.
energía, de acuerdo con la ecuación E=mc2. El
El universo se compone de materia conocida,
combustible estelar se va agotando. Llega un
una parte muy pequeña, y de materia oscura,
momento en que la fuerza gravitatoria es más
la mayor parte, de la que no sabemos nada. De
fuerte que la fuerza centrífuga que provoca la
fuerzas conocidas y de fuerzas desconocidas,
fusión nuclear. Entonces la estrella se colapsa.
como la que provoca su expansión, que no
Primero crece enormemente. Se convierte en
conseguimos explicar.
una gigante roja, luego pasa a comprimirse en
una enana blanca, y por último se transforma El modelo determinista ha llegado a su fin.
en un agujero negro. Todo esto está muy bien. No hay más que explicaciones parciales del

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Pensando el espacio: entre la geografía y la historia.

universo, ya nadie puede pretender haber des- sal en no ser etnocéntrica ni teleológica. Es de-
cubierto el secreto de la mente de Dios cuan- cir, que no estaría concebida de acuerdo con el
do éste diseñó el mundo, como a veces pensó modelo de integración del espacio y el tiempo
Newton. Más bien deberemos recurrir a otra que se describía en la figura 2, en la el punto p
imagen del propio Newton cuando comparaba sería la perspectiva occidental. Por el contrario,
su física con un niño que juega en una playa. de acuerdo con estos autores, habrían existido
Consigue manejar un poco de arena, pero la numerosos procesos, como la figura 3, que sólo
inmensidad del mar está aplastante ante él. convergerían muy recientemente.
Podríamos decir que estamos en un momento La necesidad de una historia global vendría
de inseguridad ontológica. El universo no es dada por la unificación del planeta, que sería
estable, ni seguro, ni eterno. Es más, físicos de los siguientes tipos: ecológica, económica,
y geólogos, como Michael Boulter (Boulter, estratégica, política y cultural.
2002), han elaborado modelos matemáticos de
Los clorofluocarbonos del mundo desarrolla-
extinción de la vida sobre la Tierra. Y físicos
y geólogos han analizado cómo mínimos cam- do del hemisferio norte producen el agujero
bios de nuestro planeta harían imposible esa de ozono en la Antártida. La contaminación
vida, hasta el punto de que Peter Ward y Do- de combustibles fósiles del primer mundo, y
nald Brownlee han llamado a nuestro planeta sobre todo de los EEUU (que se niegan a ra-
“La Tierra rara” (Ward y Brownlee, 2000). tificar el protocolo de Kyoto) producen el ca-
lentamiento atmosférico que genera cambios
No sólo somos frágiles ante catástrofes cos- climáticos en todo el planeta.
mológicas, sino que pequeños cambios como
el impacto de un meteorito de unos veinte ki- Los mercados se amplían a nivel de todo el
lómetros de diámetro podrían suponer la extin- planeta, aun cuando se utilicen una serie de
ción de la vida humana (Boulter, 2002), como trampas. El llamado antiguamente Tercer
ocurrió con la extinción de los dinosaurios. Mundo tiene que consumir la tecnología del
Primer Mundo, que él no es capaz de produ-
Más allá de querer predicar una especie de cir. Podría exportar a éste productos agrícolas.
apocaliptismo científico, tan bien cultivado Pero el Primer Mundo dedica seis veces más
por numerosas películas, todo ello debe llevar- dinero a proteger su propia agricultura que
nos a repensar dos nociones claves: el espacio ayudar al desarrollo del Tercer Mundo.
y el tiempo, sobre las que se asientan la geo-
grafía y la historia, puesto que todos los acon- El Primer Mundo deslocaliza empresas hacia
tecimientos históricos y geográficos ocurren, el Tercer Mundo, pero a cambio de unos sa-
al fin y al cabo, en el planeta Tierra y están larios de miseria, que permitan la fabricación
determinados de múltiples modos: cosmológi- de productos competitivos a muy bajo precio.
cos, geológicos, meteorológicos, biológicos o Sin embargo, cuando esos productos son de-
humanos. masiado competitivos para la industria de los
países desarrollados, rápidamente se imponen
Podríamos repensar estos términos en pos de tasas aduaneras.
una mayor integración entre historia y geo-
grafía que vaya más allá de las propuestas Se supone que el mundo más desarrollado aca-
iniciales de Fevbre y Bloch, y que grupos de bará intercomunicado digitalmente con la red,
historiadores, como los reunidos por J. Clau- y que eso facilitará la circulación de informa-
de Waquet, Odile Goerg y Rebecca Rogers ción y mercancías. El problema de más de la
(Waquet, Goerg, y Rogers, comps., 2000), o tercera parte de la humanidad es que no dispo-
autores aislados están intentando, como es el ne de agua corriente, o de luz eléctrica, con lo
caso de Alan R.H. Baker (Baker, 2003). cual ese mundo digital no sólo parecería una
ilusión, cuando se le ofrece, sino incluso una
Debemos partir de un hecho: vivimos en un
provocación.
mundo globalizado, lo que según Marx sería
parte del destino del propio capitalismo. Va- La unificación política no va más allá de la
rios autores han hablado así del nacimiento de existencia de algunos organismos supranacio-
una historia global (Mazlish y Buuljeens, eds., nales de carácter económico, que son los que
1993), que se diferenciaría de la historia univer- funcionan, o de carácter militar.

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Pensando el espacio: entre la geografía y la historia.

Y la unificación cultural únicamente se logra a télites, sistemas de comunicación y sistemas


través de los medios de comunicación de ma- informáticos, que hacen que la industria de la
sas, y mediante la creación de una cierta cultu- defensa sea la primera en magnitud económica
ra audiovisual de masas. en el mundo industrializado.
Todo ello no obsta para que se pueda afirmar Este control del planeta, analizado por Bob-
la existencia de ese mundo global, que algunos bitt, se ha incrementado tras 1989, cuando los
historiadores, como Julio Aróstegui (Aróstegui, EE.UU. se han convertido en la única super-
2004), desearían poder analizar como un siste- potencia existente, capaz de desplazar tropas a
ma interconectado siguiendo una perspectiva cualquier lugar del mundo, mundo que necesi-
únicamente presentista, que haría muy difícil ta controlar para defender sus intereses estra-
diferenciar su “historia del tiempo presente” de tégicos y económicos.
la geografía o de los estudios globales de tipo
Estas necesidades estratégicas llevan al desa-
económico, sociológico o estratégico. El pro-
rrollo de una ideología, que defiende las ven-
blema de esa perspectiva es que, tal y como re-
presentábamos en la figura 4, integra el espacio, tajas económicas de los mercados mundializa-
pero anula el tiempo, como ocurre con determi- dos, y que asocia la democracia parlamentaria,
nadas concepciones de la geografía. como única forma legítima del poder político,
con el mercado libre y el mantenimiento de
Pensar el espacio-tiempo global exigiría dos una pax americana, que en el momento pre-
cosas. En primer lugar tendríamos que distin- sente sólo estaría amenazada por el terroris-
guir la globalización real de la “ideología de la mo e integrismo islámicos, que justificarían
globalización”, que predica la supuesta integra- la intervención militar en cualquier lugar del
ción de los mercados como una panacea para mundo.
el desarrollo de la humanidad, a pesar de que
esa integración no es más que imperfecta, y que El equilibrio nuclear sigue siendo la clave de
está diseñada para el beneficio de determinadas bóveda de todo el sistema militar mundial, ya
empresas y corporaciones internacionales. que siempre es la amenaza en último término.
Es ese siniestro paraguas, que constituye una
El análisis de esa globalización debería permi- amenaza para la vida humana similar a la de
tirnos comprender que la única globalización los meteoritos citados, lo que unifica el espa-
hasta ahora existente es la globalización estra- cio terrestre. Bajo ella se despliegan las rela-
tégica, analizada por Philipp Bobbit (Bobbitt, ciones económicas, sociales, políticas y cul-
2003). turales con diferentes niveles de integración.
La estrategia nuclear desde la Guerra fría se Corresponde a diferentes grupos de especia-
basó en el principio de disuasión mutua. De listas: historiadores, geógrafos, economistas,
acuerdo con él un ataque nuclear de uno de politólogos y sociólogos intentar analizar ese
los bandos debería ser evitado, porque la res- complejísimo sistema, que exige el manejo de
puesta del otro bando llevaría al segundo de ingentes cantidades de información.
los principios de esa estrategia: la destrucción No es posible quizás dar una descripción glo-
mutua asegurada. Sólo se podría tener ventaja
bal completa del mismo, ya que exigiría una
sobre el adversario si se le pudiese atacar tan
enorme capacidad de integrar información,
rápido que él no tuviese tiempo a responder.
y además por otra parte tampoco parece que
Para ello se desarrollaron sistemas de armas
dispongamos de un método que nos permita
más rápidos y se desplegaron a lo largo de
analizarlo.
todo el planeta, desarrollándose también sis-
temas anti-misiles, que en principio deberían Desde luego, en contra de lo que cree Aróste-
frenar el ataque del adversario. gui, no están los historiadores más capacitados
que otros para hacerlo, sobre todo cuando la
El problema es que los dos bandos desarrolla-
historia del tiempo presente supone la liquida-
ron los mismos sistemas con el fin de mante-
ción de la historia como tal.
ner la disuasión. Ello trajo como consecuencia
la necesidad de controlar todo el planeta, para Si los físicos reconocen que desconocen la
poder desplegar nuestras armas y controlar las mayor parte de la materia que compone el uni-
del adversario, lo que llevó al desarrollo de sa- verso , y algunas de sus fuerzas fundamenta-

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Pensando el espacio: entre la geografía y la historia.

les, será lógico pensar, dada la mayor comple- BURKE, KENNETH, 1969, A Rhetoric of
jidad de los fenómenos humanos, que quizás Motives, Berkeley, University of California
haya acabado el tiempo de las explicaciones Press.
globales del espacio-tiempo humano, si lo que
CASEY, EDWARD S., 1993, Getting Back
pretendemos es convertirlas en una supuesta
into Place, Bloomington, Indiana University
ciencia. El único camino posible quizás con-
Press.
sistiese en intentar integrar, en la medida de
lo posible, saberes académicos hasta ahora DAVIES, P.C.W., 1982, El espacio y el tiempo
dispersos (geografía, historia, economía...), no en el universo contemporáneo, México, Fon-
para crear lo que en un tiempo se esperó, una do de Cultura Económica (Cambridge, 1977).
ciencia social común, que siempre será, como DIAMOND, JARED, 1998, Guns, Germs and
decía Aristóteles de la metafísica, la “ciencia Steel. A short history of Everibody for the last
buscada’”; sino unas formas de pensar políti- 13.000 years, Londres, Vintage.
camente en común que, por lo menos, nos per-
mitan comprender el funcionamiento de las GLACKEN, CLARENCE J., 1996, Huellas
relaciones de poder, descubrir las artimañas en la playa de Rodas. Naturaleza y cultura en
ideológicas con las que nos intentan hacer ver el pensamiento occidental desde la Antigüe-
la realidad y orientar nuestra acción política y dad hasta finales del siglo XVIII, Barcelona,
moral. Ediciones del Serbal (1967).
Mientras tanto, continuaremos siguiendo los HEIDEL, WILLIAM ARTHUR, 1937, The
caminos del conocimiento en un universo en Frame of the Ancient Greek Maps. With a Dis-
el que ya no somos más que un punto casi in- cussion of the Discovery of the Sphericity of
finitesimal en un instante dado. the Earth, Nueva York, American Geographi-
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