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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS

«LA TENSIÓN ESENCIAL» DE THOMAS KUHN


(Resumen a algunas ideas)

LECTURA

Aníbal Campos Rodrigo

DAF

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Serie: Vida Filosófica

* El resumen a tres capítulos de Tensión Esencial de Thomas Kuhn. Fondo de Cultura


Económica, México D. F., 1966, PP. 380, ha sido efectuado por Aníbal Campos
Rodrigo.

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«LA TENSIÓN ESENCIAL» DE THOMAS KUHN
(Resumen a algunas ideas)*

ANÍBAL CAMPOS RODRIGO

AL CAPÍTULO I: Las Relaciones entre la Historia de la Filosofía y de


la Ciencia

Dice Kuhn lo que lo decidió a pasar a la Historia de la ciencia fue el des-


cubrimiento de que ésta tiene realmente, en sus fuentes directas, lo que en
la enseñanza de la misma no aparece y que además puede ser fuente de
problemas e inspiración. Pasó a la historia sin dejar de ser filósofo de la
ciencia.

Los estudiantes de Historia, dice Kuhn, culminan su investigación his-


tórica con una narración acerca de los hechos particulares del pasado,
mientras que los filósofos quieren arribar a generalizaciones, a tipo de le-
yes. Aquí hay diferencias de objetivos. Pero aún así debieran practicar
ambas actividades de manera alternada. El ser filósofo consiste, da a en-
tender, en adquirir una especial actitud intelectual hacia la evaluación de
problemas y las técnicas para resolverlos. El ser historiador exige igual-
mente una actitud especial. Pero aunque se formaran ambos especialistas
alternando campos en su aprendizaje sería difícil que salgan historiadores-
filósofos. Los historiadores tienden a especializarse en reconstruir un pen-
samiento, mientras que los filósofos tienden a especializarse en la argu-
mentación y la generalización. Los estudiantes de historia presentaron tra-
bajos más extensos que los de los estudiantes de filosofía. Los de los estu-
diantes de filosofía eran breves y coherentes, pero los de los estudiantes de
historia eran más fieles al pensamiento del pensador por ambos estudiado.

Kuhn encuentra que los estudiantes de filosofía ponen en primer lugar


el análisis de los principales elementos y luego la crítica y el desarrollo de

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una posición filosófica. Los estudiantes de historia buscaban descubrir tan-
to lo que habían pensado, el modo en que lo habían pensado; así como las
consecuencias de tales pensamientos sobre la posteridad y los contempo-
ráneos de un pensador. Quizás con trabajo conjunto se lograría más coinci-
dencia, otra comparación entre ciencia, historia de la ciencia y filosofía de
la ciencia se puede hacer en la preparación de un artículo. El físico escribe
cuando tiene la investigación terminada, el historiador va escribiendo el ar-
tículo progresivamente conforme avanza su investigación, el filósofo
escribe su artículo después de mucha cavilación sobre problemas descu-
biertos en otros especialistas.

Los historiadores de la ciencia necesitan de la filosofía porque ésta


está en la base de los inicios de la ciencia moderna. Por lo que en sus ini-
cios deben ser enseñados por profesionales de la filosofía que conocen la
problemática de la historia de la ciencia. Lovejoy, Koiré aportaron al de-
sarrollo de la historia de la ciencia siendo filósofos. Los filósofos llegan
hasta el matiz conceptual.

Hacia los años sesenta, dice Kuhn, se ha desarrollado una filosofía de


la ciencia que poco puede brindarle a la historia de la ciencia. Tal vez la si-
tuación cambiaría si la filosofía de la ciencia marchara por un camino pre-
parado por la historia de la ciencia. La historia de la ciencia abarca la evo-
lución de las ideas científicas, sus métodos, y técnicas. La filosofía de la
ciencia abarca la problemática de la estructura de la ciencia, de las teorías
científicas, la posición de las entidades teóricas, las condiciones necesarias
para que los científicos puedan producir conocimientos firmes. Para esta
tarea de la filosofía de la ciencia, la historia de la ciencia podría ayudar
mucho.

Afirma Kuhn que la historia de la ciencia puede ser de gran ayuda pa-
ra acortar la distancia y acercar a los filósofos de la ciencia con la ciencia
misma, la cual puede brindar a los primeros problemas y datos.

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La historia de la ciencia busca la evolución y los detalles. La filosofía
de la ciencia busca la estructura de la teoría científica, la reconstrucción ra-
cional (lógica) y lo relacionado con lo que hace de la ciencia conoci-
miento válido.

La historia no es una mera crónica. Es una empresa de naturaleza ex-


plicativa. Pero esa naturaleza no tiene que ver con el llamado "modelo de
la ley encubierta" porque las leyes en la historia no son las que harían ex-
plicativa una narración. A partir de lo que puede afirmarse que al historia-
dor no le es vital la capacidad de predecir.

El historiador selecciona datos históricos tratando de formar una ima-


gen de objetos reconocidos, organizados coherentemente y su actividad es-
tá gobernada por reglas que no se debe obviar. De presentar una narración
en que los hechos muestran una continuidad sin vacíos. Y aunque la na-
rración reuniera estas características sin embargo no estaría cerca de mos-
trar una ley. La historia es explicativa no por apoyarse en leyes sino por
permitir en la narración saber o comprender cómo ocurrieron los hechos
históricos.

Finalmente la conversión del filósofo de la ciencia en historiador de la


ciencia podría hacer que pierda de vista sus problemas, por lo cual sería
más recomendable que ambos continuaran cultivando sus respectivas dis-
ciplinas pero manteniendo un diálogo permanente, abierto y activo.

AL CAPÍTULO V: La Historia de la Ciencia

La historia de la ciencia como profesión data de los años cincuenta del


siglo XX. En el curso de su desarrollo han ido surgiendo dos enfoques so-
bre ella. El enfoque interno y el enfoque externo.

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Historia Interna

El historiador debe aprender su ciencia de los textos, otras publicaciones


del periodo en estudio, debe dominarlas antes de abordar a los innovadores
del progreso científico. Debe preguntar que pensaba haber descubierto su
científico investigado y en qué se basó para hacer su descubrimiento. Debe
atender a los errores que cometió para detectar consecuencias determinadas
en el pensamiento científico posterior.

Una serie de científicos del siglo XIX hicieron historiografía abarcan-


do desde la antigüedad hasta su siglo. Parecidamente en este siglo se han
dado tales esfuerzos. Los miembros de la naciente profesión han escrito de
modo sistemático y profundo, lo que ha traído consecuencias desafortuna-
das como la de quedarse en el establecimiento de la fase temprana del de-
sarrollo de una ciencia. Además casi ninguno de los historiadores profe-
sionales de los grupos recientes tenía el dominio necesario de su ciencia
como para participar como observador de las ciencias más desarrolladas de
manera técnica. Aunque tales limitaciones se van superando. Habiendo
estudios aceptables de matemáticas hasta Leibniz, en astronomía y mecá-
nica hasta Newton, de electricidad hasta Coulomb, de química hasta Dal-
ton. Pero no hay, dice, publicación sobre física matemática del siglo XVIII
o sobre física del XIX1. Estando menos desarrollada en las ciencias
biológicas en que sólo el darwinismo del siglo XIX y la fisiología de los
siglos XVI y XVII escapan a ese atraso. En el caso de las ciencias sociales
los trabajos de historiógrafos están ausenten.

Historia externa

En este campo el estudio de las instituciones científicas es el más antiguo,


la historia de la Royal Society of London de Bishop Sprat. A la par que se
desarrollan los estudios de otras instituciones como las educativas, insti-
tuciones difusoras de la ciencia.

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Kuhn, dice, que no hay duda que los conocimientos científicos contri-
buyen al cambio de las ideas no científicas. Pero para comprender esta fun-
ción es conveniente informarse de la literatura científica. Aquí es donde se
hace notoria la brecha entre el historiador de las ideas y el historiador de la
ciencia que se necesita superar.

La Tesis de Merton

Merton plantea dos tesis acerca del desarrollo de la ciencia en el siglo


XVIII en Inglaterra. La primera acerca de la expectativa por aprender de
las artes prácticas y hacer de la ciencia algo útil, por parte de los baco-
nianos. Donde los nuevos problemas, datos y métodos desarrollados cons-
tituyeron la razón básica para la transformación de varias ciencias del siglo
XVII. La segunda destaca al puritanismo como el estimulante básico de tal
cambio, pues dicha doctrina religiosa permitía el uso de la tecnología y las
artes útiles a través de las cuales se podría hacer obra y alcanzar la sal-
vación, además de establecer la comunión con Dios mediante la comunión
con la naturaleza, lo cual por supuesto estimulaba el desarrollo de la cien-
cia por el siglo XVII.

En el curso del debate de las tesis de Merton algunos han encontrado


qué factores mencionados por él contribuyeron, en el siglo XVII, al desa-
rrollo de la ciencia, mientras que otros sostienen que son las revisiones en
astronomía, matemáticas y mecánica las que han impulsado el desarrollo
científico. Que estos sucesos están rodeados del neoplatonismo del renaci-
miento, el resurgimiento del atomismo y el redescubrimiento de Arquíme-
des. Pero si bien es cierto que los argumentos en contra de las tesis merto-
nianas parecen ser convincentes, afirma Kuhn que, no pueden ser usados
para abandonar las tesis atacadas sino mas bien para revisarlas.

En astronomía, matemáticas, mecánica y óptica la tesis mertoniana no


tendría validez, pues estas ciencias habían venido por la vía de las univer-

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sidades medievales; pero en química, electricidad, magnetismo, las tesis
mertonianas sí hallan amparo y muchas de las ciencias principales moder-
nas se inauguraron al amparo del programa baconiano.

Historia Interna y Externa

Indica Kuhn que en los inicios del desarrollo de un nuevo campo, los
valores y necesidades sociales son el determinante principal de los pro-
blemas en los cuales se concentran sus practicantes. Mientras que en la
ciencia madura los problemas que investigan ya no son los presentados por
el resto de la sociedad sino que pertenecen a una empresa interna orientada
a aumentar, en amplitud y precisión, la correspondencia entre la teoría pre-
sente y la naturaleza. Y los profesionales de una ciencia madura están casi
aislados del medio cultural en la cual viven sus vidas extra-profesionales.
Es este relativo aislamiento de la ciencia madura el que, a Kuhn, le parece
haber respaldado el éxito del enfoque de la historia interna.

Más aún cuando parece que la ciencia madura se desvinculara del me-
dio social y cultural en que se desenvuelve, sin embargo, dice Kuhn, la
historia interna tiene que conectarse con la historia externa porque la
situación de oportunidad en el desarrollo de una ciencia, los cambios exter-
nos acumulados, la atracción que por ella puedan sentir los futuros profe-
sionales, las velocidades de crecimiento de las distintas disciplinas, el sur-
gimiento de una nueva tecnología, un cambio de las condiciones sociales,
una reforma institucional, el subsidio directo pueden afectar el curso del
desarrollo científico. Son estas las razones por las cuales la historia de la
ciencia debe combinar la historia interna y la externa para ha-cer una
historia de la ciencia que capte los desarrollos reales de la ciencia. Con lo
que a la vez las tesis de Merton no quedan rechazadas, aunque sí modifi-
cadas.

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LA PERTINENCIA DE LA HISTORIA DE LA CIENCIA

Qué frutos se deben esperar en esta profesión. Kuhn dice más y mejores
historias de la ciencia.

La historia de la ciencia afecta de modo indirecto a la ciencia ayudan-


do a aumentar el conocimiento de la empresa científica. Con seguridad la
historia de la ciencia puede contribuir a reevaluar asuntos relacionados a la
educación científica, la administración y la política.

Señala Kuhn que la filosofía de la ciencia, a través de connotados filó-


sofos, ha planteado una serie de problemas que tendrá que resolver; como
por ejemplo el de la imagen impropia que de la ciencia que se han for-
mado. Y tratando de abordar tal cometido se han sumergido en la propia
historia de la ciencia para, mediante una información más directa de la
ciencia, afrontar sus respectivos problemas acerca de la misma.

Seguramente será a través de la sociología de la ciencia que la historia


de la ciencia puede influir en la toma de las decisiones sobre política y ad-
ministración de la ciencia.

Destaca además una especie de fusión de la sociología, la historia y la


economía que ha dado lugar a la denominada «ciencia de las ciencias» cu-
yo objetivo es «el análisis teórico de la estructura y el comportamiento de
la propia ciencia» y de sus técnicas que podría brindar una información
erudita en la historia de la ciencia provechosa para los científicos sociales.

AL CAPÍTULO IX. La Tensión Esencial: Tradición e Innovación en la


Investigación Científica

En todo científico se hace presente la libertad de partir en direcciones dife-


rentes, pero además se da una tendencia a conservar lo que ya se tiene, lo
cual genera una tensión en lo que se llamaría una actitud divergente y otra
convergente.

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Cuando se producen «revoluciones» en el curso del desarrollo de la ciencia
que se manifiestan con descubrimientos y teorías nuevas que no son meras
adiciones al conocimiento científico existente, el científico tiene que
reorganizar su bagaje intelectual para poder asimilar lo nuevo. En ciencias
los descubrimientos y la invención son en sí mismos revoluciona-rios.
Estos demandan la flexibilidad y la imparcialidad que caracterizan al
pensamiento divergente.

Pero hay que tener presente que en las investigaciones emprendidas


muchas de ellas no están destinadas a ser revolucionarias, sólo una parte
pequeña de ellas es de naturaleza revolucionaria, pues en su mayor parte es
convergente, apoyada fuertemente en un consenso establecido obtenido en
la educación científica y afirmado en la práctica profesional. Casi siempre
esta investigación basada en el consenso termina en la revolución. Pero los
cambios revolucionarios de una tradición científica son relativamente
escasos, siendo una prolongada época de investigación convergente sus
preliminares. Sucediendo que sólo investigaciones firmemente afincadas
en la tradición científica contemporánea son las llegan o tienen la proba-
bilidad de romper esa tradición y dar lugar a una nueva. Esto es lo que
lleva a hablar de una «tensión esencial»2 presente en la investigación cien-
tífica. En esas circunstancias puede darse la situación del científico que
combina lo tradicional y lo iconoclasta.

En la formación de los estudiantes deberíamos estar de acuerdo en que


su aprendizaje debiera comenzar por aprender lo que ya se sabe, pero a la
vez debieran aprender a evaluar problemas nuevos para los cuales aún no
hay solución inequívoca. Aunque esto en la educación en ciencias natura-
les parece no haberse puesto en la práctica.

En el curso de la historia de la ciencia y su enseñanza se encuentran


épocas de la enseñanza en que no había algo así como un consenso y los
estudiantes estaban expuestos a una formación libre de prejuicios y dar
como resultado un científico libre de tales prejuicios, alerta a los fenóme-
nos nuevos y flexible para enfocar su campo de investigación. Pero tam-
bién en esa práctica liberal de la educación en algunas áreas de la ciencia

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no se produjeron grandes progresos.

Notas
1
Se entiende que las apreciaciones de Kuhn son hasta 1968.
2
O contra-tiramiento, A. C.

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ÍNDICE

«La tensión Esencia» DE THOMAS KUHN (RESUMEN 3


A ALGUNAS IDEAS)
AL CAPÍTULO I: LAS RELACIONES ENTRE HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 3
y de la ciencia
AL CAPÍTULO V: La historia de la ciencia 5
— Historia interna 6
— Historia externa 6
— La Tesis de Merton 7
— Historia interna y externa 8
— Pertinencia de la Historia de la ciencia 9
AL CAPÍTULO IX: La Tensión esencia: Tradición e innovación en 9
La investigación científica
Notas 11
Índice

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