Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Trastornos Mentales PDF
Trastornos Mentales PDF
Introducción
Y fue hasta 1790, cuando los estudios de un médico francés llamado Philippe
Pinel, llevaron a identificar a la psiquiatría como una especialidad y a las
enfermedades mentales como producto de diversos factores que van desde los
orgánicos y funcionales hasta los emocionales.
Muchas clasificaciones se han tratado de hacer desde entonces, para ubicar los
diferentes trastornos mentales, según las características, orígenes y efectos.
Por problemas genéticos que presenten daño orgánico en alguna zona del
cerebro que tiene que ver con el comportamiento y/o aprendizaje
humano.
Por trastornos orgánicos, funcionales o fisiológicos, provocados por diversos
factores.
Por algún problema sufrido en el cerebro, durante el parto.
Por problemas ambientales, que pueden ser ocasionados por algún
contaminante o como resultado de vivencias de situaciones violentas,
emocionales, estresantes o traumáticas, sobre todo durante la infancia y
adolescencia.
Como resultado de un estilo de vida que implique situaciones educativas
violentas o antisociales.
Por problemas seniles que van deteriorando y limitando las funciones
mentales.
Por el uso y consumo de drogas o fármacos no recomendados.
Como consecuencia de accidentes y lesiones cerebrales.
Entre los problemas de neurosis, están los cambios bruscos de carácter, las fobias,
los miedos y el pánico, la angustia, la histeria, el estrés, la depresión, los trastornos
obsesivo-compulsivos, la hipocondría y en general, todos los que provocan una
alta dosis de ansiedad sin que exista una desconexión con la realidad.
En este sentido, muchos de los problemas tienen síntomas comunes, razón por la
cual –en algunos casos- podrían desarrollarse procesos de recuperación
equívocos, sino se hace un trabajo previo.
Cerca de 2.500 años después, aun estamos a vueltas con la depresión y otras
patologías mentales de interés más reciente, no menos preocupante como, por
ejemplo, el síndrome del pánico. La depresión, según previsión de la Organización
Mundial de la Salud, será la segunda enfermedad que alcanza al ser humano, en
los veinte primeros años de este siglo, quedando atrás apenas las enfermedades
cardíacas.
Las neurosis afectan en mayor grado a la percepción del sujeto sobre sí mismo, y
a su nivel de agrado, de plenitud y de integración del yo, así como a sus
relaciones con el entorno social y familiar más cercano; sin embargo, no
presentan los síntomas usuales de desconexión con la realidad y amplio
alejamiento de la vida social, pueden desempeñarse laboral y académicamente,
y según Freud y las escuelas psicoanalíticas este estado es la condición natural de
la vida psíquica.
Las psicosis, abarcan la manifestación más claramente asociada con la
enfermedad mental, sus síntomas clásicos incluyen las alucinaciones, delirios y
grave alteración afectiva y relacional, estos trastornos suelen tener un factor
orgánico bastante pronunciado como los Trastornos Depresivos y Bipolares,
aunque las esquizofrenias son claramente las de mayor repercusión personal,
social y familiar dado su carácter crónico y degenerativo caracterizado por los
elementos propios de todos los trastornos psicóticos a los cuales se añaden la
desconexión con la realidad y aplanamiento afectivo.
Todo el mundo necesita una red social para satisfacer la necesidad humana de
ser cuidado, aceptado y apoyado emocionalmente, en particular en épocas de
estrés. Las investigaciones han demostrado que un apoyo social solidario puede
acelerar significativamente la recuperación de enfermedades físicas y mentales.
Los cambios en la sociedad han disminuido el tradicional apoyo proveniente de
vecinos y familiares. Como alternativa han surgido grupos de autoayuda y de
ayuda mutua.
Entre las neurosis, las más típicas son las fobias, la histeria, los trastornos obsesivo-
compulsivos, la hipocondría y, en general, todos aquellos que generan una alta
dosis de ansiedad sin que exista una desconexión con la realidad.
En 1952 se publicó por vez primera el Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) (DSM-I), de
la Asociación Americana de Psiquiatría, cuya cuarta edición, DSM-IV, fue
publicada en 1994. Este manual proporciona un sistema de clasificación que
intenta separar las enfermedades mentales en categorías diagnósticas basadas
tanto en las descripciones de los síntomas (qué dicen y cómo actúan los
pacientes en relación a sus pensamientos y sensaciones), como acerca del curso
de la enfermedad.
4.3 Esquizofrenia
Son aquellos trastornos en los que el síntoma predominante es una alteración del
estado de ánimo. El más típico, la depresión, se caracteriza por la tristeza, el
sentimiento de culpa, la desesperanza y la sensación de inutilidad personal. Su
opuesta, la manía, se caracteriza por un ánimo exaltado, expansivo,
megalomaníaco y también cambiante e irritable, que se alterna casi siempre con
el estado depresivo.
Su síntoma principal son las ideas delirantes (creencia falsa, firmemente asentada,
y resistente por ello a la crítica) y las más típicas son las de persecución (se
considera víctima de una conspiración), las de grandeza (el sujeto se cree de
ascendencia noble, principesca, santa, genial e incluso divina) o las celotípicas
(celos desmedidos). En cualquier caso, la personalidad paranoide es defensiva,
rígida, desconfiada y egocéntrica, por lo que tiende a aislarse y puede llegar a
ser violentamente antisocial. Este trastorno normalmente suele iniciarse en la
mitad o al final de la vida, destruyendo las relaciones sociales, sobre todo las de
pareja.
5 Incidencia y distribución
Todo el mundo necesita una red social para satisfacer la necesidad humana de
ser cuidado, aceptado y apoyado emocionalmente, en particular en épocas de
estrés. Las investigaciones han demostrado que un apoyo social solidario puede
acelerar significativamente la recuperación de enfermedades físicas y mentales.
Los cambios en la sociedad han disminuido el tradicional apoyo proveniente de
vecinos y familiares. Como alternativa han surgido grupos de autoayuda y de
ayuda mutua.
Algunos grupos de autoayuda, como Alcohólicos Anónimos o Narcóticos
Anónimos, se centran en el comportamiento adictivo. Otros actúan como
defensores de ciertos colectivos, como el de los minusválidos y el de las personas
de edad avanzada. Incluso existen otros que proporcionan apoyo a los familiares
de personas con enfermedades graves.
7.3 Psicoterapia
Este trastorno se lo clasifica dentro de las neurosis, no tiene nada que ver con la
locura (psicosis), ni desencadena con el tiempo en un cuadro de locura. Es
importante recalcar esto ya que muchos paciente que sufren este trastorno, o los
familiares del mismo, piensan que se están volviendo locos. Lo que sí es frecuente
es que las personas que padecen de Trastorno de Pánico desarrollen, si no son
tratados a tiempo y adecuadamente, cuadros de tipo depresivos, fobias múltiples
(especialmente agorafobia) o abuso de sustancias (alcohol o drogas).
Tratamiento:
Prevalencia:
Curso:
Los parientes de primer grado de los individuos con Trastorno de Pánico tienen
entre cuatro y siete veces más probabilidades de presentar este trastorno. Sin
embargo, en los centros asistenciales entre la mitad y las tres cuartas partes de los
pacientes con Trastorno de Pánico no presentan el antecedente de un pariente
de primer grado afectado. Los estudios con gemelos indican una influencia
genética en la aparición del Trastorno de Pánico.
8.2 Agorafobia
Las situaciones que provocan agorafobia tienden a evitarse (por ejemplo: viajar o
estar solo/a fuera de casa) o en el caso de realizarse provocan un gran malestar
(angustia, ansiedad o miedo) y se hace indispensable la presencia de un ser
conocido que brinde seguridad para soportarlas.
Prevalencia
En los centros asistenciales la mayoría (más del 95%) de los individuos que acuden
por Agorafobia presentan igualmente un diagnóstico (o historia) de Trastorno de
Pánico. En cambio, la prevalencia de la Agorafobia sin historia de Trastorno de
Pánico es superior a la del Trastorno de Pánico con Agorafobia. No obstante,
debido a la dificultad de una correcta valoración clínica es probable que las
cifras de los estudios epidemiológicos estén sobredimensionadas.
Curso
En este tipo de trastorno existe una relación temporal entre el inicio de los
Episodios Depresivos Mayores y una determinada época del año (por ej.
aparición regular del episodio depresivo en el otoño o el invierno). Excluyendo los
casos en los que hay un efecto evidente de factores psicosociales estacionales
(por ej. que todos los inviernos existan conflictos laborales en el trabajo por
cuestiones inherente al clima, política, etc.).
A pesar de que sus síntomas son claves para el diagnóstico, no todo el mundo
con TAE tiene los mismos síntomas. Los síntomas comunes de depresión en el
invierno incluyen lo siguiente:
Los síntomas de depresión del verano incluyen falta de apetito, pérdida de peso e
insomnio. Cualquiera de los tipos de TAE puede incluir también alguno de los
síntomas que están presentes en las demás formas de depresión. Estos síntomas
incluyen sentimientos de culpabilidad, pérdida de interés o no experimentar
placer en actividades que usted antes solía disfrutar, sentimientos de
desesperanza continuos, y problemas físicos tales como dolores de cabeza.
Los síntomas del TAE siguen regresando cada año y tienden a aparecer y
desaparecer más o menos al mismo tiempo cada año. Los cambios en el humor
no se relacionan con cosas obvias que harían que cierta estación fuera más
estresante; como por ejemplo estar desempleado durante el invierno.
Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo
normal considerando la edad y talla (por ej. pérdida de peso que da lugar
a un peso inferior al 85% del esperable o fracaso en conseguir el aumento
de peso normal durante el período de crecimiento).
Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obesa, incluso estando por
debajo del peso normal.
Alteración de la percepción del peso o la silueta corporal (alteración del
esquema corporal), exageración de su importancia en la autoevaluación o
negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.
En las mujeres postpuberales, presencia de amenorrea, por ejemplo,
ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos. (Se considera la
presencia de amenorrea cuando una mujer presenta ciclos menstruales
únicamente inducidos por tratamiento hormonal).
Subtipos:
Subtipos:
Subtipos:
Una persona con TOC tiene conductas obsesivas y compulsivas que son lo
suficientemente extremas como para interferir con la vida diaria. No se deben
confundir personas con TOC con un grupo mucho más grande de individuos que
a veces son llamados "obsesivos" porque tienen un nivel alto de desempeño y son
perfeccionistas y muy organizados en su trabajo y aún en sus actividades de
recreo. Este tipo de "obsesividad" muchas veces sirve un propósito valioso al
contribuir al autoestima de la persona y su éxito en el trabajo. En este aspecto,
difiere de las obsesiones y rituales, pensamientos y conductas que alteran
severamente la calidad de vida de la persona con TOC.
Los individuos que padecen TOC muchas veces tratan de ocultar su trastorno en
lugar de conseguir ayuda. Muchas veces logran ocultar sus síntomas obsesivos-
compulsivos de sus amigos o colegas. Una consecuencia desafortunada de este
secreto es que personas con TOC por lo general no reciben ayuda profesional
hasta años después del comienzo de su enfermedad. Llegado a ese punto,
pueden haber aprendido a manejar sus vidas -- y la vida de sus familiares -- en
torno a estos rituales.
Tratamiento
La mayor parte de las veces el problema es detectado por los padres, que llevan
al niño a la consulta. También se han visto casos de empobrecimiento gradual del
rendimiento escolar secundario a una afectación de la capacidad para
concentrarse. Al igual que los adultos, los niños son más propensos a realizar los
actos rituales en su casa que cuando están con compañeros, profesores o
personas desconocidas. El trastorno muestra una incidencia similar en varones y
mujeres.
Prevalencia
Curso
Aunque el trastorno obsesivo-compulsivo se suele iniciar en la adolescencia o a
principios de la edad adulta, también puede hacerlo en la infancia. La edad
modal de inicio es menor en los varones que en las mujeres: entre los 6 y 15 años
para los varones, y entre los 20 y 29 años para las mujeres. La mayor parte de las
veces la aparición del trastorno es de carácter gradual, si bien se han observado
casos de inicio agudo. La mayoría de los individuos presentan un curso crónico
con altas y bajas, con exacerbaciones de los síntomas que podrían estar
relacionadas con acontecimientos estresantes. Alrededor del 15% muestra un
deterioro progresivo de las relaciones sociales y ocupacionales.
Aproximadamente un 5% sigue un curso de carácter episódico, con síntomas
mínimos o ausentes en los períodos intercríticos.
Patrón familiar
La tasa de concordancia del trastorno obsesivo-compulsivo es superior en los
gemelos homocigotos que en los dicigotos. La incidencia de trastorno obsesivo-
compulsivo en parientes de primer grado de individuos con síndrome de la
Tourette es superior a la observada en la población general.
Los síntomas no son debidos a los efectos directos de una sustancia (por ej.
cocaína, anfetaminas, ciertos antidepresivos) o a una enfermedad médica (por
ej. hipertiroidismo).
Tratamiento
Las Etapas de Tratamiento
La fase aguda del tratamiento: El tratamiento está dirigido a terminar con el
presente episodio maníaco, hipomaníaco, depresivo, o mixto.
El tratamiento preventivo: El medicamento es continuado a largo plazo
para evitar futuros episodios.
Medicamentos:
Acerca de la hospitalización
El SFC afecta al Sistema Nervioso Central y su conexión con los Sistemas Inmune y
Neuroendocrino (Sistema Psiconeuroinmunoendócrino).
Causas, incidencia y factores de riesgo:
Síntomas:
Tratamiento:
Se recomienda que los pacientes afectados por este síndrome tengan una vida
social activa; también podría ser beneficioso realizar actividad física suave.
Pronóstico:
Las expectativas a largo plazo para estos pacientes son variables y difíciles de
predecir al inicio de la enfermedad. Se ha informado que algunos pacientes se
recuperan completamente entre seis meses y un año después. Otros pueden
tardar más en alcanzar una recuperación total.
Quien sufre de fobia social seguramente tiene la idea que las otras personas son
muy competentes en público y que usted no lo es. Pequeños errores que usted
cometa pueden parecerle mucho más exagerados de lo que en realidad son.
Puede parecerle muy vergonzoso ruborizarse y siente que todas las personas lo
están mirando. Puede tener miedo de estar con personas que no sean las más
allegadas a usted. O su miedo puede ser más específico, como el sentir ansiedad
o angustia si tiene que dar un discurso, hablar con un jefe o alguna otra persona
con autoridad, o bien aceptar una invitación. La fobia social más común es el
miedo de hablar en público. En ocasiones, la fobia social involucra un miedo
general a situaciones sociales tales como fiestas. Menos frecuente es el miedo de
usar un baño público, comer fuera de casa, hablar por teléfono o escribir en
presencia de otras personas, como por ejemplo, escribir un cheque.
Las personas con fobia social no necesariamente son tímidas. Pueden sentirse
totalmente cómodas con otras personas la mayor parte del tiempo, pero en
situaciones especiales pueden sentir intensa ansiedad/angustia.
Las personas con fobia social comprenden que sus sensaciones son irracionales.
Sin embargo, experimentan una gran aprensión antes de enfrentarse a la
situación que temen y harán todo lo posible para evitarla. Aún cuando puedan
enfrentarse a lo que temen, generalmente sienten gran ansiedad o angustia
desde antes y están muy incómodas todo el tiempo. Posteriormente, las
sensaciones desagradables pueden continuar con la preocupación de haber
sido juzgados o con lo que los demás hayan pensado u observado respecto a
ellos.
Tratamiento:
Aproximadamente el 80 por ciento de las personas que sufren de fobia social
encuentran alivio a sus síntomas cuando se les brinda tratamiento basado en
psicoterapia, medicamentos, o una combinación de ambos. La terapia puede
involucrar aprender a ver los eventos sociales en forma diferente; exponerse a
una situación social aparentemente amenazadora de tal manera que les sea
más fácil enfrentarse a ella; además, aprender técnicas para reducir la ansiedad,
adquirir habilidades sociales y practicar técnicas de relajamiento.
Entre los medicamentos que han probado ser efectivos están ciertos
Antidepresivos. Las personas que padecen de una forma específica de fobia
social llamada fobia de actuación han recibido ayuda de unos medicamentos
llamados Beta Bloqueantes. Por ejemplo, se puede recetar Beta Bloqueantes a
músicos y otras personas con este tipo de ansiedad para que los tomen el día en
que van a actuar.
Los estudios epidemiológicos sugieren que la fobia social es más frecuente en las
mujeres; sin embargo, cuando se estudian poblaciones clínicas, ambos sexos se
muestran igualmente propensos, o bien se constata que el trastorno incide más
frecuentemente en los varones.
Prevalencia:
Los estudios epidemiológicos han puesto de relieve una prevalencia global para
la fobia social que oscila entre el 3 y el 13%. Estas cifras pueden variar
dependiendo de los umbrales definidos para cuantificar el malestar clínico o la
afectación de la actividad global del individuo y los tipos de situaciones sociales
objeto de estudio. En uno de estos trabajos el 20% de los casos manifestaba un
miedo excesivo a hablar o actuar en público, pero sólo un 2% aproximadamente
parecía experimentar suficiente malestar o afectación general como para poder
asegurar que se trataba de una fobia social. En la población general la mayoría
de los individuos con fobia social temen hablar en público, mientras que un poco
menos de la mitad de estos casos confesaba tener miedo de hablar con extraños
o conocer gente nueva. Otros temores relacionados con las actuaciones en
público (p.ej., comer, beber o escribir delante de los demás, o permanecer en
una sala de espera) parecen menos frecuentes. En los centros asistenciales la
gran mayoría de las personas con fobia social sienten temor por más de un tipo
de situación social. La fobia social rara vez constituye un motivo de ingreso
hospitalario. Entre los pacientes con trastorno de ansiedad en régimen
ambulatorio, un 10-20% presentan igualmente algún tipo de fobia social, si bien
estas cifras varían ampliamente de unos estudios a otros.
Evolución:
Patrón familiar:
Pravalencia
Curso
Existen algunas pruebas que demuestran que la calidad del apoyo social, los
antecedentes familiares, las experiencias durante la etapa infantil, los rasgos de la
personalidad y los trastornos mentales preexistentes pueden influir en la aparición
del trastorno por estrés agudo. Este trastorno puede aparecer en individuos sin
ningún factor predisponente, sobre todo cuando el acontecimiento resulta muy
traumático.
Las personas que han emigrado recientemente de áreas con disturbios sociales y
conflictos civiles importantes pueden presentar una mayor incidencia de trastorno
pos estrés postraumático. Estos individuos pueden mostrarse especialmente
reacios a divulgar sus experiencias relativas a torturas y traumatismos debido a la
vulnerabilidad de su status político como inmigrantes. Para diagnosticar y tratar
correctamente a estos individuos suele requerirse una valoración específica de
sus experiencias traumáticas.
Prevalencia
Curso
Las personas con una personalidad paranoide proyectan sus propios conflictos y
hostilidades hacia otros. Son generalmente frías y distantes en sus relaciones.
Tienden a encontrar intenciones hostiles y malévolas detrás de los actos triviales,
inocentes o incluso positivos de otras personas y reaccionan con suspicacia a los
cambios en las situaciones. A menudo, las suspicacias conducen a conductas
agresivas o al rechazo por parte de los demás (resultados que parecen justificar
sus sentimientos originales).
Los que tienen una personalidad paranoide frecuentemente intentan acciones
legales contra otros, especialmente si se sienten indignados con razón. Son
incapaces de ver su propio papel dentro de un conflicto. Aunque suelen trabajar
en relativo aislamiento, pueden ser altamente eficientes y concienzudos.
Las personas con personalidad antisocial (en otro tiempo llamada psicopática o
personalidad sociopática), la mayor parte de las cuales son hombres, muestran
desprecio insensible por los derechos y los sentimientos de los demás. Explotan a
otros para obtener beneficio material o gratificación personal (a diferencia de los
narcisistas, que creen que son mejores que los otros). Característicamente, tales
personas expresan sus conflictos impulsiva e irresponsablemente. Toleran mal la
frustración y, en ocasiones, son hostiles o violentas. A pesar de los problemas o el
daño que causan a otros por su comportamiento antisocial, típicamente no
sienten remordimientos o culpabilidad. Al contrario, racionalizan cínicamente su
comportamiento o culpan a otros. Sus relaciones están llenas de deshonestidades
y de engaños. La frustración y el castigo raramente les ocasionan la modificación
de sus conductas.
Las personas con una personalidad límite, la mayor parte de las cuales son
mujeres, son inestables en la percepción de su propia imagen, en su humor, en su
comportamiento y en sus relaciones interpersonales (que a menudo son
tormentosas e intensas). La personalidad límite se hace evidente al principio de la
edad adulta pero la prevalencia disminuye con la edad. Estas personas han sido
a menudo privadas de los cuidados necesarios durante la niñez.
Consecuentemente se sienten vacías, furiosas y merecedoras de cuidados.
Cuando las personas con una personalidad límite se sienten cuidadas, se
muestran solitarias y desvalidas, frecuentemente necesitando ayuda por su
depresión, el abuso de sustancias tóxicas, las alteraciones del apetito y el maltrato
recibido en el pasado. Sin embargo, cuando temen el abandono de la persona
que las cuida, su humor cambia radicalmente. Con frecuencia muestran una
cólera inapropiada e intensa, acompañada por cambios extremos en su visión
del mundo, de sí mismas y de otras (cambiando del negro al blanco, del amor al
odio o viceversa pero nunca a una posición neutra). Si se sienten abandonadas y
solas pueden llegar a preguntarse si realmente existen (esto es, no se sienten
reales). Pueden devenir desesperadamente impulsivas, implicándose en una
promiscuidad o en un abuso de sustancias tóxicas. A veces pierden de tal modo
el contacto con la realidad que tienen episodios breves de pensamiento
psicótico, paranoia y alucinaciones.
Estas personas son vistas a menudo por los médicos de atención primaria; tienden
a visitar con frecuencia al médico por crisis repetidas o quejas difusas pero no
cumplen con las recomendaciones del tratamiento. Este trastorno es también el
más frecuentemente tratado por los psiquiatras, porque las personas que lo
presentan buscan incesantemente a alguien que cuide de ellas.
Diagnóstico
Tratamiento
Aunque los tratamientos difieren de acuerdo con el tipo de trastorno de la
personalidad, algunos principios generales se pueden aplicar a todos. La mayor
parte de las personas con un trastorno de la personalidad no sienten la necesidad
de tratamiento y, probablemente por esta razón, suelen acudir a la consulta
acompañadas de otra persona. Generalmente el paciente puede responder al
apoyo que se le presta, pero suele mantenerse firme en cuanto a los patrones de
pensamiento y de comportamiento propios de su desadaptación. Generalmente,
el apoyo es más eficaz cuando intervienen en él otros pacientes o un
psicoterapeuta.
Estas personas a veces tienen ansiedad y depresión, que esperan aliviar con
fármacos. Sin embargo, la ansiedad y la depresión que resultan de un trastorno
de la personalidad son raramente aliviadas con fármacos de modo satisfactorio y
tales síntomas pueden indicar que la persona está realizando algún autoexamen
saludable. Más aún, la terapia farmacológica se complica frecuentemente por el
mal uso de los fármacos o por los intentos de suicidio. Si la persona padece otro
trastorno psiquiátrico, como depresión mayor, fobia o trastorno por pánico, la
toma de medicamentos puede resultar adecuada, aunque posiblemente
producirán sólo un alivio limitado.