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Positivismo – Fernando Reza Becerril

El positivismo es resultado de dos preocupaciones básicas. 1. La pretendida organización de las ciencias y 2.


La pretendida reorganización de la sociedad de una manera científica apoyándose en la sociología.

La humanidad ha atravesado por tres estadios evolutivos: Teológico o Ficticio (aparición del hombre hasta
el renacimiento), en el cual el Todo se explica imaginativamente en el absoluto. Metafísico o Abstracto
(renacimiento hasta la revolución francesa), el todo se explica por las fuerzas abstractas o entidades
puramente verbales. Positivo o Científico (revolución francesa a la actualidad), se renuncia a conocer el todo
por medio del absoluto.
La explicación se reduce a los hechos y a las relaciones necesarias entre ellos, que serán las leyes existentes
entre los fenómenos. Se toma a los hechos como lo único verdaderamente real.
Estos tres estadios se interpretan como la Ley de los tres estados, que pretende establecer un símil entre la
evolución del individuo y lo que es la evolución de toda la humanidad, además de que cada una de las
especulaciones de cada rama de los conocimientos existentes la atraviesan.
El supuesto descubrimiento de esta ley era argumentado por: la historia, el individuo reproduce en pequeño
la historia de la humanidad y la necesidad manifiesta de la humanidad por sistematizar el conjunto de sus
conocimientos, ya sean teóricos o prácticos.
El positivismo considera a la ciencia como la posibilidad de descubrir las relaciones existentes entre los
diversos hechos existentes, siendo posible lograr: 1. La búsqueda racional y objetiva de las leyes que
gobiernan el espíritu humano, 2. La reforma y el sistema educativo, 3. La ordenación de las ciencias
contribuiría a la perfección de cada una de ellas, haciéndolas colaborar metódicamente. 4. El espíritu positivo
reorganizaría a la sociedad con lo cual se pretendía poner fin al individualismo revolucionario.
El positivismo consistía en el examen de las teorías de cualquier orden, teniendo por objeto la coordinación
de los hechos observados, lo cual constituye el tercer y último estado de la filosofía general, que es la
existencia de un sistema general de conocimientos humanos.
El positivismo atiende principalmente el estudio de las generalidades de las diferentes ciencias, donde el
método seria único. Su mayor ambición, como filosofía, sería la de descubrir las leyes que rigen la existencia
de cualquier tipo de fenómeno. Ya que esta forma de trabajo estaba entendida como el método del
verdadero estado de la inteligencia humana.

Para el positivismo, todos los fenómenos existentes están regidos por leyes naturales y por leyes invariables.
El objetivo observado tendría en sí mismo la existencia de dichas leyes, el investigador solo debe descubrirlas
y tendría que aplicar su inteligencia y su observación metódica para encontrar o descubrir las leyes que lo
rigen.
El conocimiento pleno no existe para el positivismo, el fenómeno estudiado carecerá de origen y destino, el
fenómeno solo es en el presente para deducir lo que será, ya que los fenómenos, las leyes que los rigen, son
invariables.
Para el positivismo toda proposición que no es estrictamente reducible al simple enunciado de un hecho,
particular o general, no puede tener ningún sentido real o inteligible, de ahí que busque las relaciones
existentes entre fenómenos, que se relacionan exteriormente. El científico debería dedicarse a la
observación inteligente de los fenómenos para descubrir las leyes que los rigen identificando la sucesión y
similitud existente entre los mismos.
La explicación científica debe reducir al fenómeno observado a sus términos reales, de ahí que no se
reconociera como conocimiento científico, solo a aquel que se basa en los hechos observados; la reflexión
era un trabajo superado en el segundo estadio de la historia de la humanidad.
Todo ser activo y todo ser vivo podría ser estudiado científicamente bajo dos aspectos fundamentales:
estática y dinámica. Estos dos niveles de análisis serán recurrentes en todo el trabajo de investigación
positivista, ya que la estática hablara de cómo es la sociedad o el hombre, y la dinámica dará cuenta de cómo
son en su actuación cotidiana. Los fenómenos abordados científicamente serán concebidos como cuerpos
físicos, uno en reposo y otro en movimiento.
Para este método de trabajo el hombre difícilmente puede ser una entidad susceptible de ser abordado
científicamente en todas sus manifestaciones, porque como ya se ha anotado, la observación debe ser
imparcial y eso es posible cuando el hecho o fenómeno observado está afuera del hombre y no dentro de
él; los fenómenos estudiados deben ser ajenos a la constitución del individuo que les estudie ya que, el sujeto
no podría ser objeto y sujeto de la ciencia.

La observación científica del positivismo va acompañada de la experiencia humana, si la observación se hace


constantemente acabará por descubrir las leyes que rigen a los fenómenos que empíricamente se dan a la
mirada del observador.
La descomposición de lo observado a sus mínimas expresiones, colocarán al investigador en posibilidades de
resolución de lo observado, para lo cual se cree en la unidad del método científico, que en este caso es un
método único. Cuando el investigador observa debe procurar la clasificación de los fenómenos observados,
las características que se observan deben salir del objeto en cuestión, las afinidades de los fenómenos, su
coordinación natural conducirá a la diferenciación entre un hecho o fenómeno general de aquellos que son
particulares.
Y es que se piensa que, en relación con la naturaleza, el conjunto de conocimientos que el hombre tiene
sobre ella es uno, y otro el que se tiene sobre los procedimientos que de ellos se deduce para ponerla a su
beneficio. Estos conocimientos son teórico y practico, por lo tanto, habrá que concebirlos como
conocimientos separados.
El positivismo propone la creación de una nueva clase social, es decir, los futuros filósofos de la ciencia.
Donde se buscará la vinculación entre los científicos puros y los que habrán de llevarlos a la práctica, por ello
se piensa, también en una clase intermedia entre los puros y los prácticos.
Para comprender con la misma exactitud los fenómenos naturales y los fenómenos sociales, se necesita
crear un área del conocimiento igualmente científica. Dicha rama es la sociología o física social. Solo ahora
con la sociología, la filosofía positivista podría arribar a la reorganización de la sociedad y a la organización
de la ciencia.
El positivismo considera que todos los trabajos humanos son de especulación o de acción. Así, la división
mas general de nuestros conocimientos reales, consiste en distinguirlos en teóricos y en prácticos. Según el
positivismo hay dos clases de ciencias naturales: unas abstractas, generales, que tienen por objeto el
descubrimiento de las leyes que rigen las diversas clases de fenómenos, considerando todos los casos que
puedan imaginarse; las otras, concretas, particulares, descriptivas, y a las que algunas veces se las llama
ciencias naturales propiamente dichas, que consisten en la aplicación de estas leyes a la historia efectiva de
los diferentes seres existentes. Las primeras son fundamentales, las otras secundarias. El positivismo
reconoce en su lógica que la ciencia humana se compone, de conocimientos especulativos y de
conocimientos de aplicación, y únicamente de los primeros debiera ocuparse la ciencia.
Toda ciencia puede ser expuesta siguiendo dos vías radicalmente distintas: la historia y la dogmática. Por el
primer procedimiento se exponen sucesivamente los conocimientos en el mismo orden natural en que el
espíritu humano los ha obtenido y adoptado. Por el segundo, se presenta el sistema de las ideas tal como
podrían ser concebidas por un solo espíritu, el cual, situado en un punto de vista conveniente y provisto de
los conocimientos suficientes, se ocuparía de rehacer la ciencia en su conjunto.
El positivismo afirma que todos los seres vivos presentan dos órdenes de fenómenos esencialmente
distintos: los relativos al individuo y los que conciernen a la especie, sobre todo cuando esta es sociable. Los
positivistas consideran que en todos los fenómenos sociales en primer lugar, la influencia de las leyes
fisiológicas del individuo y alguna cosa particular que modifica los efectos y que afecta a la acción de unos
individuos sobre otros, especialmente complicada en la especie humana, se debe a la acción de una
generación sobre la siguiente. Es cierto que para estudiar como es debido los fenómenos sociales, hay que
partir de un profundo conocimiento de las leyes relativas a la vida individual, con lo cual creen los positivistas
que la sociedad es una especie de suma de individuos.

Según los positivistas, las matemáticas son las que deben constituir el verdadero punto de partida de toda
educación científica y racional, ya se trate de una educación general o especializada, lo cual explica el uso
universal que tiene esta ciencia desde mucho tiempo atrás.
El positivismo es conservador, es necesaria e indispensable la existencia de una autoridad de la jerarquía de
una tradición e incluso de una religión; es reformador, tiene la creencia firme en el progreso, y tiene
confianza en encontrar una solución social a los problemas de la sociedad. Para lograr el progreso consideran
indispensable la existencia de un orden que la sociedad necesita para progresar.
La ciencia es la clave para enfrentar el futuro: el orden como principio, el progreso como fin y el amor como
la base.

Resumen: Roger Manuel Sánchez Chávez

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